El pueblo hablo. Y así como lo hizo. Acepto los retos que ahora venían. Felices y emocionados por saber que les depara el destino a ellos como a seres Astrales. Temerosos ante posibles errores. Pero valientes al apoyar sin dudar a su Rey y a su Reina, sin olvidarse de su Embajador. El cual era una bendición para ellos que un humano, que no era ni ser Astral ni Varian, interviniera con neutralidad ante los tratados que ya se veían a la vuelta de la esquina. Era de muchas maneras perfecto. Y una vez más admiraban la inteligencia de su amado Monarca y su futuro esposo.
Las grandes puertas se cerraron detrás de ellos. Dándoles por fin su ansiada libertad. Sin sentirse juzgados todo el tiempo. III dejo salir un suspiró de alivio. Contento de tener el cargo de Embajador del Mundo Astral. Preguntándose cuando es que comenzarán sus propios movimientos. Kaito y Haruto por otro lado, no dudaron en acercarse a felicitar a la pareja. La cual lucía radiante y feliz. Y sonriéndoles fue que aceptaron aquellas sinceras felicitaciones. El infante pidiendo abrazar al embarazado. El cual de inmediato correspondió con amabilidad.
-¡Felicidades a ambos! Debo admitir que fue toda una sorpresa...-Menciono el cazador mientras tomaba a su hermano en brazos.
-Jajaja era algo planeado para este momento. Debía ser secreto-Dijo Astral riendo con un ligero orgullo. Mientras Yuma solo negaba felizmente con la cabeza. En sorpresas nadie le gana a su amado peliblanco.
-Hablando de sorpresas...-Menciono Kaito atrayendo la atención de la pareja y el pelirosa que apenas se acercaba- No es ninguna novedad que deba irme pronto... Quiero, adelantar nuestro plan de acción y ataque... Creo que no podemos dejarlo atrás mucho tiempo...
-Ciertamente... -Correspondió Astral. Asintiendo con leve cansancio.
-Oh. En ese caso-Hablo III, atrayendo las miradas a él- Quiero ir contigo... Deseo platicarles a mis hermanos y a mi padre sobre mi nuevo cargo...-Menciono Risueño. Mientras la pareja se veía momentáneamente dudosos- Y...-Volteo sutilmente a los Monarcas-Me gustaría saber cuál fue la resolución de mi propuesta.
Yuma y Astral por alguna extraña razón sintieron un escalofrío recorrer su espalda. No sabían si era por la importancia de tal proposición o por la naturalidad con la que III le restaba valor a ella. No. No lo sabían. Y sinceramente no querían seguir indagando. Así que asintiendo al unísono fue que le hicieron saber a III su resolución.
-Ha sido validada. Al menos por ambos. Solo falta la decisión de Ryoga en esto-Menciono Astral mirándolo seriamente. Michael por otro lado comenzó a sonreír un poco muy feliz.
-¿En serio? ¿De verdad? ¡No puede ser! ¡Lo logré!-Exclamo bastante orgulloso de sí mismo. Mientras Kaito solo miraba a la pareja en busca de respuestas. Yuma susurró un "luego te digo". A lo que el cazador solo asintió.
-Bueno, bueno. Es hora de irnos a descansar un poco. Ha sido una noche con muchas emociones y deberes. Creo que no lo merecemos. ¿Qué dicen?-Cuestiono el peliblanco mirando a los presentes con una sonrisa. Ignorando un poco a un muy emocionado III que daba ligeros saltitos de felicidad.
-¡Me parece bien! Después de todo, Haruto aún tiene que dormir un poco más-Dijo Kaito mirando a un adormilado infante en sus brazos. El cual comenzaba a parpadear con más pereza.
-En ese caso. Nos veremos por la mañana...-Menciono Yuma comenzando a caminar de regreso a sus aposentos. Astral siendo jalado a su lado.
Kaito sonrió y asintiendo fue que comenzó a seguirlos junto al pelirosa quien seguía murmurando cosas que no lograba entender como: ¿Será que el blanco este bien? ¿Qué hay de las decoraciones? ¿Me dejarán colocar rosas? ¿Papá asistirá sin resistencia? ¿Deberé esconder el veneno y las armas? Mmm tantos puntos y tan poco tiempo... Tiempo... Parece como si ya hubiésemos pasado mucho. Jajaja deberé hablar con él... Sí es que lo encuentro primero... ¿Se enojara?
El cazador entonces solo miro a otro lado. Dispuesto a ignorar a su amigo que seguía y seguía hablando al aire.
No paso mucho tiempo para que cada uno tomará su camino, siendo guiados por los escoltas que, una vez vieron su labor cumplida, dieron una reverencia y asegurándose de que cada uno de ellos ingresara a su habitación. Fue que se dirigieron a sus posiciones habituales. En diferentes posiciones del Palacio. Listos para defenderlo sí algo malo pasaba. Aunque por lo visto. El día de hoy podrían relajarse y hablar entre ellos.
-.-.-.-
Yuma una vez que cerro la puerta detrás de sí. Fue que se acerco sin ningún miramiento a su amado. El cual le recibió en un caluroso abrazo.
-¿Pasa algo Yuma?-Cuestiono el mayor apenas separándose del ojirubí. El cual de inmediato procedió a besarle. Lento y amoroso. Un agradecimiento por su parte.
Astral entonces, relajándose ante el dulce toque. Acerco más al menor a él. Acariciándolo con amor y suavidad. Delineando todo lo que pudiese alcanzar con sus manos. De verdad que amaba a ese ser entre sus brazos. El cual sin decirle nada podía platicarle muchas cosas.
Yuma tomando tímidamente al mayor por el cuello lo llevo con el hasta el borde la cama. Con ello haciéndole saber al mayor lo que quería hacer. El cual con una sonrisa entre medio del beso, contribuyó sin ninguna resistencia.
La pareja entonces paso a estar cómodamente acostados en la cama. Y mirándose de vez en vez, fue que poco a poco comenzaron a remover una a una sus prendas. Ayudándose cuando lo necesitaban. Astral bajando poco a poco el cierre del vestido de su amado, fue que comenzó a besar la piel expuesta logrando que Yuma diera suspiros de satisfacción. Sonriendo cuando el aliento del mayor le provocaba cosquillas en sus zonas sensibles.
La habitación poco a poco volviéndose cómplice de tal encuentro amoroso. Bello y etéreo. El menor entonces una vez que fue completamente despojado de sus prendas, procedió a abrazar al peliblanco. El cual se dejaba hacer gustoso. Sin dejar en ningún momento de acariciar a su amado.
A Yuma le encantaban ese tipo de encuentros. Lentos. Sensibles. Hermoso a sus ojos. Era el momento en que más podía sentir a su amado. Pleno y orgulloso. El cual continuaba su labor con dedicación y alabanza. Se sentía tan amado. Tan afortunado. Tan... Libre.
Paso entonces un momento en donde pudo ver las estrellas y galaxias por igual. Un lindo Edén que le recibía con los brazos abiertos. Sus sensaciones y emociones a flor de piel, ayudándole a disfrutar aquel lindo encuentro. Perdiéndose en la bella mirada de su amado. La cual lucía embriagada por tantos sentimientos. El amor y la lujuria saliendo a relucir. El deseo como culminación de sus sentidos.
Y entonces. Tomándose de la mano, entrelazando sus dedos. Fue que ambos pudieron llegar a tocar el cielo y bajar al infierno a la vez. El sudor perlando sus cuerpos como el vestigio de el amor expulsado.
Astral se dejo caer lentamente a un lado del menor. Envolviéndolo en sus brazos. Mientras Yuma se dejaba hacer. Cansado y feliz. Caricias fue lo que siguió después. Ambos dando y otorgando confort a su pareja.
-Astral...-Llamo el menor con suavidad. En un tenue susurro.
-Sí...
-Deseo ir a la Tierra... Quiero... Quiero que nuestros amigos sepan de nuestra boda... Quiero que nuestra familia este aquí el día que unamos nuestra vida para siempre...- Astral entonces le miro. Un poco preocupado.
-Pero... Yuma. Se qué es el único mes en el que podrás salir del Mundo Astral sin inconveniente... Sin embargo. No quiero que vayas solo... ¿Crees que podrás esperar un poco más querido? Puedo adelantar mi encuentro con Ryoga. Y de ahí seguir retomando nuestros planes-Pidió a manera de ruego el mayor. A lo que Yuma solo le miro ligeramente divertido y conmovido.
-Astral... No me pasará nada. Además, solo quiero ir un par de días y ya. Regresare de inmediato a tu lado. A nuestro Mundo... Prometo que no tardaré...- El mencionado entonces le miro. No muy convencido. Y estaba a punto de replicar hasta que Yuma volvió a hablar- Además. Que yo recuerde no estoy solo. Kaito y III estarán conmigo... Además un par de Guerreros pueden acompañarme todo el tiempo si te preocupa...
Astral entonces. Mirando a su amado. Y dejando morir la queja en sus labios. Se dejo convencer. Pues Yuma le observaba con tanta confianza digna de un ganador. Suspirando. Fue que asintió.
-Mmm Esta bien. Pero solo un par de días. Y de inmediato me comprometo a ir por ti... Daré instrucciones sobre que hacer en caso de emergencia, y le haré saber a Kaito y III que irás...-Menciono con seriedad. Y el menor en respuesta le beso. Haciendo que se relajara.
Era cierto. Yuma era fuerte por sí mismo. Él pudo vencerlo en un duelo sin ayuda de todas formas. Solo él y su poder. Y si era el caso, entonces mandaría todo un equipo para cuidarle en ese momento de ausencia.
-Gracias Cariño. Prometo que todo ira bien...
-Mmm ya lo creo-Menciono el mayor. Atrayendo una vez más a su amado. El cual se dejo hacer. Feliz y complacido. Lo que uno tenía que hacer para que se le dejara libre unos días en la Tierra.
-.-.-.-
La mañana llego más rápido de lo usual. Y cada uno de los invitados ya se dirigían al comedor. Dispuestos a comer una vez más las delicias de ese mundo. Mientras la pareja apenas y se preparaba para salir de sus aposentos.
Las Doncellas encargadas de vestir a la pareja, yacían acomodando las ropas pasadas de sus señores. Guardando las joyas y llevándose las prendas para limpiarlas. Mientras otras solo daban los toques finales a la Reina. Pues era él único que faltaba por ser arreglado.
-Entonces si necesitas ayuda o si pasa algo fuera de lo normal o que tu veas que esta mal por alguna extraña razón. No dudes en llamar a Kaito, III y a los Guerreros que te acompañarán...-Termino de explicar Astral el complicado plan que pensó durante toda la noche. A lo que Yuma solo asentía con ligera burla. Su amado era increíble. ¿De verdad creía que algo malo pasaría? El lo dudaba. Pero no estaba de más ponerle atención. Después de todo él tuvo que aprender a hacerle caso por las malas.
-Entiendo, entiendo. Si no funciona el plan A, de inmediato surgirá el plan B. Y si no es así entonces hare el plan C... ¿Esta bien cariño?-Astral le observo con seriedad antes de sentir una y otra vez. Feliz de saberse escuchado y apoyado en su paranoia.
-Efectivamente Yuma...
De esa manera ambos quedando de acuerdo. Siendo admirados por las Doncellas que escuchaban atentamente las palabras de sus Señores. ¡Eran tan lindos y bellos! Y asintiendo. Fue que dieron el visto bueno a las ropas de su Reina. El cual portaba sus ropas usuales. Solo que ligeramente modificadas de la zona del vientre. Dándole una apariencia linda y un poco subida de peso. Aunque ellas sabían exactamente por qué. Sonriendo fue que le dejaron marchar con su amado. El cual agradeció con una bella sonrisa.
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El camino al comedor fue para Yuma, todo un deja vu. ¿Hace cuanto fue llevado de esa manera por el amor de su vida al lugar? Tomándose de la mano, saludando ocasionalmente a las sirvientas y Guardias que se los topaban. No lo sabía. Y a ciencia cierta. Le gustaba repetir aquello. Ojalá que eso pasará tantas veces que se vuelva rutina en ellos. ¿Cambiaría algo cuando llegue su bebé? ¿O será cuando crezca? ¿Será de la misma manera? No lo sabía. Y si le preguntaban. Estaba ansioso por deber las respuestas. Así que dando unas leves caricias a su vientre, fue que comenzó una charla amena con su amado. El cual de inmediato le tomo de la cintura. De esta manera acercandose aún mas.
Al llegar al comedor, fueron recibidos alegremente por los invitados, los cuales seguían devorando todo lo que podían. Pues a excepción de III, Kaito y Haruto no sabían hasta cuando volverían.
La pareja saludo, y yendo a tomar sus respectivos asientos fue que comenzó una extraña reunión. Pues ahora parecía que los invitados hacían sin querer competencia al embarazado. El cual no daba tampoco su brazo a torcer. Y yendo directamente a la comida, fue que la conversación vino después. Una larga y detallada. Pues Astral explico que el menor deseaba ir a la Tierra y por cuanto tiempo. Mientras Kaito asentía y arreglaba sus planes. Tratando de no interferir en la visita fugaz de su amigo. Escuchando las brillantes ideas de su paranoico amigo. III menciono con seguridad y amabilidad que no se aportaría del menor a menos que estuviese en su hogar siendo protegido por su familia. Astral asintiendo con eso. Feliz de saberse apoyado. Yuma solo reía incómodo.
Sus amigos y su novio eran tan paranoicos como solo ellos pueden ser.
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Y una vez terminado el almuerzo, fue que llego el momento de la despedida. Cada uno de los invitados tomando sus cosas. Yendo en dirección de las cápsulas en las que llegaron. Habiendo una más para el embarazado.
Astral acercandose para dar un último beso al menor, fue que le ayudo a subir al aparato. Este siendo cerrado poco a poco.
Aquellos amigos entonces al ver como luces eran encendidas y un ruido leve comenzaba a sonar. Fue que dieron sus palabras de despedida.
-¡Protegeremos a la Reina, Astral! ¡No te preocupes!-Exclamo III mientras la máquina comenzaba a hacerlos desaparecer- ¡Vendré pronto como acordamos!
-¡Sí! ¡Cuídense mucho! ¡Yuma por favor por lo que más quieras ten cuidado cariño!-Grito con entusiasmo el peliblanco. Siendo correspondido con una sonrisa.
-¡Sí! ¡Kattobingu Astral!
Y con ello. El embarazado y sus amigos desaparecieron. Dejando apenas una estela de luces atrás. Y a un Rey bastante satisfecho.
Habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo. Que ahora confiaba plenamente en aquellos amigos y al par de Guerreros que, orgullosos acompañaron a su Señor y al heredero no nato.
Astral dio un suspiro. Y girando su vista al par de Guerreros que se quedaron con él, fue que les hablo.
-Bueno... Entonces. ¿Retomamos nuestros deberes?
Erí y Rem asintieron felices. Y dando una reverencia fue que siguieron a su Rey hasta su oficina. Aún debían planear como llegarían al Mundo Varian junto al Embajador. El cual, quedo en regresar dentro de tres días. Junto a su familia para dar el tan ansiado paso. Claro si todo iba bien.
O eso es lo que pensaba Astral. Hasta que su asistente entro en aquella oficina sin anunciarse, mostrando en alto una bella carta de color rojo. Y sonriendo fue que exclamó.
-¡Recibimos la confirmación del Mundo Varian! ¡Su Majestad se le espera pasado mañana en el portal que el Rey Ryoga abrirá para que usted y el Embajador puedan pasar con sus escoltas!
Oh vaya. El destino tiene un humor bastante irónico. ¿No?
