54. ¿Por qué?
Esa pasada noche apenas había podido conciliar más de diez minutos seguidos de sueño. La visita de Kanon y las revelaciones que llegaron con el que había sido su abogado le azotaron el alma. Si algo había anhelado Thane con la misma intensidad que poder vivir en libertad, era que el joven Bennu apareciera sano y salvo en algún lugar, y que también rehiciera su vida con la mayor dignidad posible, a su lado si así lo deseaba o lejos de esa ciudad que le había destripado todas las esperanzas.
El paso del tiempo y la bondad que se ocultaba en sus respectivos corazones lograron que ambos se reconocieran como familia. Una familia cuyo amor y unión eran más fuertes y sinceros que los lazos que podía ofrecer la misma sangre. Thane llegó a querer a Bennu como el hijo que nunca tuvo. Bennu halló en Thane al padre y escudo que necesitaba para vadear el dolor que le ocasionaba el simple hecho de vivir.
Y ahora Bennu se encontraba preso, en el mismo centro penitenciario del cual él mismo había salido libre de todos los cargos tres días atrás.
Preso y declarándose culpable de todos los delitos imputados.
Preso y rechazando la defensa legal que todo ser humano tiene derecho a pedir.
Thane ignoraba si podrían dejar verle, pero no le importaba. Avanzó con decisión hacia su coche, y al poner el motor en marcha sintió cómo el corazón comenzaba a desbocársele. Su desasosiego interno estaba provocando que todas las voces que acostumbraba a escuchar en su mente se agitaran y enturbiaran sus sentidos, hasta el punto de necesitar agarrarse al volante con ambas manos, cerrar los ojos, inspirar lo más hondo posible y bajar el telón que las mantendría fuera de toda actuación. En ese duro instante le urgía más permanecer en un sólido estado de lucidez mental que permitir que los efectos de su don acudieran a negociarle las emociones con la razón. Cuando finalmente se supo listo, enganchó la primera marcha y puso rumbo a su destino.
Un destino demasiado conocido.
La sensación al llegar fue extraña. El funcionario que le guardó las pertenencias y comprobó su identidad fue el mismo que le validó la libertad decretada por el Juez Dohko. El saludo del otro que le acompañó a la zona de visitas se le antojó incluso amable, y el olor a lejía y desinfectante que desprendía cada rincón de ese centro se le filtró implacable por cada poro de su piel, recordándole demasiadas años gastados sin nombre. Y aunque conocido, el seco sonido del cierre automático de la reja de seguridad a sus espaldas le achicó el estómago todavía un poco más.
Para su sorpresa, la petición de visita fue aceptada sin problema alguno, sin embargo, el nombre que pronunció Thane dibujó una clara expresión de extrañeza sobre el rostro del funcionario que la gestionó. La historia que pesaba sobre sus hombros era más que conocida ahí dentro, y el hecho que su famoso y rico hermano gemelo acabara de ingresar en la parte de alta seguridad no dejaba de ser el tema de tertulia entre reclusos y funcionarios.
El desagradable olor a productos de limpieza baratos era aún más intenso en la zona de visitas, contrastando con la pátina de suciedad que había impresa sobre los cristales que separaban presos de visitantes, los cuales se presentaban repletos de huellas de manos y marcas de besos con regusto amargo.
Thane tomó asiento en una silla de patas metálicas con la pintura medio cascarillada y con asiento y respaldo de madera chapada, muy similares a las sillas antiguas de colegio. No había teléfono para poder hablar, pero sí que el cristal tenía una zona perforada que permitía la circulación de la voz. Se fijó en la superficie donde él podía apoyar los brazos, en las zonas gastadas por infinitas visitas, en el vacío que aún había frente a él, en la velocidad que iba alcanzando el latir de su corazón. Entrelazó las manos y las dejó descansar ahí en medio, donde miles de manos seguramente había hecho lo mismo antes que él. Cruzó los pies a modo de evitar que el nerviosismo tomara el control de sus piernas, pero tampoco estaba cómodo. Thane no estaba cómodo de ninguna manera, pero estas estériles formas de ocupar un tiempo doloroso se esfumaron tan pronto le vieron aparecer a él.
A su chico.
A Bennu.
La delgadez que se insinuaba bajos las ropas le estrujó el alma. Las densas ojeras que delineaban la mirada eran fruto de demasiado tiempo sin descanso. Las magulladuras que se vislumbraban en las partes descubiertas de sus brazos eran el resultado de una mezcla de forcejeos o golpes tan presentes como pasados. Y la aplastante claridad que desprendían sus ojos hablaba de una paz interior tan intrigante como inexplicable.
El muchacho fue desposado y tomó asiento sin dejar de mirar a Thane, esbozando una tenue sonrisa que también seguía el mismo guion marcado por esa paz.
- Bennu...- Fue lo único que Thane pudo pronunciar.
Un punzante dolor aparecido tras el paladar impidió que el médium fuera capaz de añadir nada más, hallándose ante la urgencia de someter demasiados sentimientos bajo un control vital.
- Hola...
El muchacho había clavado su mirada sobre los licuados ojos de Thane, y ambos se observaron en silencio durante varios segundos, sintiéndose irreparables víctimas de sus propias emociones. Bennu no dejaba de sonreírle aunque sus ojos también se aguaron a traición. Intentó retener las lágrimas, tragarse el nudo que le asfixiaba por dentro y mostrarse calmado y sereno. Pero no pudo. Por unos instantes no pudo, viéndose obligado a hacer uso de la tela de su camiseta para secarse la líquida mucosidad que escaba de su nariz y las lágrimas que ya estaban a punto de descender por sus apagadas mejillas.
- Me...me alegra mucho de verte, Tanner...- Dijo al fin, sorbiéndose los mocos antes que siguieran apareciendo.- Perdóname por no poder llamarte Thane...es una estupidez, lo sé, pero para mí siempre serás Tanner...- Thane quiso responder, decirle que no pasaba nada, que le nombrara como le surgiera del corazón, pero sólo atinó a ofrecerle una negación que acabó mordiendo sus labios al tiempo que un puño cerrado acudía a resguardar esa inoportuna muestra de derrota.- Y perdóname también por haber entrado en tu casa mientras eras tú quien estaba aquí dentro y haberte robado 1.800 euros...Siempre te dije que eras demasiado confiado conmigo, que debías ser más cauto con tus cosas cuando yo estaba metido en tu casa...
- Cállate, por favor, no sigas.- Masticó Thane con gran esfuerzo.
- Siempre fuiste demasiado bueno conmigo, aún sabiendo que mi alma no tenía solución...
Thane se mordió el puño, cerró los ojos y no hizo nada para evitar que una tímida lágrima lograra acariciar su áspera mejilla. Tomó todo el aire que pudo y luchó por tragarse ese dolor instalado en el cuello. Bennu esperó...Esperó sin dejar de mirarle directamente, como si centrarse en ese compungido rostro le sanara el alma de alguna forma. Como si verse reflejado en esos ojos ahora cerrados le salvara de toda perdición. Esperó con paciencia y supo qué le iba a preguntar Thane cuando éste se sintió lo suficientemente sereno para hacerlo.
- ¿Por qué? ¿Por qué, Bennu?...No alcanzo a comprenderlo...¿por qué?
- No sufras por mí. Estoy donde necesito estar.
- Esta respuesta no es suficiente.
- Es la única que tengo.
- Te asumes culpable de todos los cargos que se te imputan...
- Porque lo soy, Tanner. Soy culpable y no lo voy a negar.
- ¿Por qué te estás destrozando la vida de esta manera, Bennu? -Thane no comprendía, o no deseaba comprender la naturaleza de toda esa sarta de delitos que al parecer Kagaho había cometido adrede.
- ¿Acaso no la tenía destrozada ya? - Fue la real y lacerante respuesta del muchacho.
- Tienes veinte años, todo el futuro por delante...
- También los tenía Pandora. Y también tenía todo el futuro por delante. Hasta que se lo arrebataron. Igual que hicieron contigo.- Bennu calló porque notó cómo su voz estaba a punto de quebrarse. Thane le respetó el silencio, tejiendo entre sus sostenidas miradas un momento de profunda comunión.- Todo es demasiado injusto...Todo en tu vida y en la mía es injusto...
- No todo, Bennu...- Trató de convencerle Thane, asumiendo ese rol de padre que en su vida tan poco había podido saborear.- Al final la justicia ha sido justa conmigo.
- ¿Y cuántos años has perdido? ¿Eh? ¿Ha merecido la pena?
- No los he perdido. Conocerte a ti, a Pandora...vosotros habéis dado sentido a estos años que tú denominas perdidos. Vosotros habéis merecido la pena. Toda la del mundo.
Fue ahí cuando Bennu no pudo soportar más su auto-impuesta entereza. Fue en ese preciso instante que se vio obligado a desviar la mirada y a restregarse los ojos otra vez, con la única ayuda de la tela que cubría su brazo.
- ¿Sabes? - Dijo Bennu al fin, recomponiéndose como pudo.- Antes de saber que tú eras el verdadero padre de Pandora yo veía algo entre vosotros...Teníais una conexión especial, única...- Ahora fue el turno de Thane de verse obligado a luchar de nuevo contra la emoción - El amor con la que tú la mirabas era tan...puro...Y después...sabiendo todo lo que confesaste, toda la mierda que tuviste que vivir por culpa de otros...entonces pude entender menos aún por qué no hiciste nada...por qué jamás no te rebelaste...
Thane apretó la mandíbula. Tragó saliva con dificultad y bajó la mirada hacia el lazo que formaban sus grandes manos, reposando sobre esa gastada superficie. Las palabras de Kagaho le estaban hiriendo, por mucho que a lo largo de su malograda vida él se hubiera hechos los mismos reproches una y otra vez.
- ¿Y qué se supone que tendría que haber hecho? - Preguntó cuando pudo haber elegido las palabras más correctas, alzando la vista sin esconder el dolor que le estaba causando esa conversación.- ¿Tomarme la justicia por mi cuenta? - La mirada que Thane le dedicaba había dejado de ser amable, tornándose afilada e inquisitiva.- ¿De qué me habría servido? Dime...- Bennu tuvo que morderse los labios, aunque los ojos se le aguaron sin remedio.- Sé que amabas a Pandora...y no hacía falta que nadie me lo dijera, porque al igual que tú pudiste percibir algo en mí, yo veía en el fondo de tus ojos que en ellos había amor. Un amor llano y sincero hacia ella. Y no te niego que me duele que ella nunca te viera como lo la veías tú a ella...
- Eso no se puede remediar, pero conseguir que se haga justicia con su muerte sí...- Masticó Bennu, frotándose las lágrimas con brusquedad.
- La justicia está en ello.
- La justicia es una puta mierda, y yo estoy aquí, Tanner. Igual que él.
"Él"
Todas las alarmas saltaron de inmediato. No hizo falta que se pensara de más.
- ¡Bennu, por favor, no cometas más locuras! ¡Ya te has arruinado la vida lo suficiente! - Exclamó Thane, presa de un claro deseo paternal.
- Tanner...te agradezco todo lo que has hecho por mí...- Esas palabras comenzaban a sonar a despedida - pero tu responsabilidad para conmigo acaba aquí y ahora. No eres mi padre y no puedes decirme qué hacer o qué no hacer con una vida en la que ya no me queda absolutamente nada.- Atacó, hallándose acorralado por sus propios sentimientos.
- ¡Pues te lo exijo como amigo! No sé lo que tienes en mente, pero déjalo, Kagaho...olvídate de ello y deja que te busque un buen abogado...
- ¿Un buen abogado? ¿Como el que te defendió a ti? - La ironía se hizo presente en el tono con el que fueron despachadas esas palabras.
- Como el que haga falta.- Concluyó Thane, con autoridad.
- No...gracias...pero lo tengo decidido. No me he convertido en asesino para nada.
- Kagaho...¡por favor!
- Sólo te pido una cosa...- Bennu se alzó de la silla, y el funcionario que estaba vigilando su conversación se acercó a él con las esposas listas.- Visítame de vez en cuando...y déjame hablar con ellos. Con mis hermanos...y con Pandora...Por lo demás, no sufras por mí. Como te he dicho, estoy donde quiero estar.
- ¡Kagaho! ¡Reflexiona! ¡No seas tan imprudente! ¡Deja que te ayude!
Lo último que vio de Bennu fue una sonrisa que estaba bañada por las lágrimas que no podía retener, y una entrega total a ofrecer las manos para ser esposadas y regresar a la celda donde provisionalmente debían tenerle ubicado. Cuando Thanatos tuvo que aceptar que la visita había finalizado se halló a sí mismo de pie, con ambas manos apoyadas contra el cristal y la infecta impotencia recorriéndole cada fibra de su ser.
Thane no pudo soportarlo más. La férrea voluntad con la que había accedido a esa conocida cárcel se estaba quebrando por todas sus esquinas, y las voces que había conseguido mantener en silencio hasta entonces comenzaron a gritarle sin compasión, generándole unos molestos pitidos en los oídos que le obligaron a replegarse sobre sí mismo y alzar las manos para cubrirse la cabeza.
- Basta, basta por favor, callaos...- Gimió con la voz ahogada por la protección de sus brazos.- No...ahora no me acribilléis con vuestro dolor...ahora no...
- Señor...¿se encuentra mal? - Se interesó el funcionario que debía acompañarle hacia la salida.- Lamento decirle que su tiempo de visita ha expirado. Si necesita algo se lo puedo proporcionar fuera de esta zona...
El médium bajó los brazos y buscó apoyarse sobre esa superficie gastada, pasto de demasiadas lágrimas. Erigirse sobrio y sereno era primordial, y después de un par de inspiraciones por fin obtuvo el valor de responder.
- No, no...gracias, estoy bien...
- Pues es necesario que me acompañe fuera. Hay otras visitas esperando su turno.
- Comprendo...- Aceptó Thane, siguiendo al funcionario.- Aunque necesito pedirle algo, sí...
- Dígame, señor.
- Otra visita. A otro preso.
- En este caso, debemos salir fuera y realizar todo el protocolo de vista desde cero.
- El preso en cuestión se encuentra en el ala de alta seguridad. Su nombre es Hyppolitos Sifakis.- Dijo Thane, dejando que sus instintos tomaran la palabra antes que lo hiciera su razón.
- Entonces deberá esperar en esa sala de ahí.- El funcionario le indicó un cubículo pequeño y rancio con dos sillas clavadas tocando a la pared.- Paso su petición a un compañero, que será quien le conducirá hacia el ala en cuestión. Aunque no sé decirle si dicho recluso puede recibir visitas externas, es decir, que no sean de los abogados...
- Soy su hermano gemelo. Y necesito verle. Aunque sólo sean dos minutos. No me voy a ir sin mirarle a los ojos, aunque sea la última vez que lo haga.
#Continuará#
¡Muchísimas gracias Monse! Me alegra mucho seguir viéndote por aquí :)
¡Saludos! Hasta el próximo capítulo ;).
