Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Tokyo Ghoul pertenece a Sui Ishida.

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Este es un Fic con una Fem-Harry (llamada Artemisa, en esta versión), podríamos decir que es como otra versión del Fic "La Chica del Rayo".

Aquí Artemisa será un Ghoul (Estilo Tokyo Ghoul).

Aquí los padres de Artemisa, están vivos, y tiene dos hermanos menores.

Harem: Hermione Granger, Padma Patil, Daphne Greengrass, Susan Bones, Tōka Kirishima, Lily Potter y Stephanie (su hermana menor OC).

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Artemisa: The History of The Queen Ghoul

55: En la boca del lobo.

― ¿Qué pasó? ―preguntó Tōka a este chico nuevo, Kaneki.

―Lo lamento. Sin querer, equivoqué los granos de café, ¿dónde están los Expresos? ―preguntó el chico de cabello verde.

―Son estos, de etiqueta azul ―señaló Tōka, y entregó el tarro de granos correcto. ―Por favor, ten más cuidado la próxima vez.

―Sí ―dijo él.

― (Tōka-Chan, necesito un tarro de grano de café... arábico, de fruto silvestre.) ―Pidió Artemisa, eso se le hacía raro. Sabía algo sobre el café, pero nunca (desde que estuvo trabajando en Anteiku), había escuchado sobre un tipo de grano de café, tan especifico.

―Toma, es la etiqueta amarilla ―dijo Tōka, algo cansada, entregándole a Artemisa, el tarro correcto, haciendo sonreír a la Ghoul occidental con nervios.

― (Es difícil para ella, ser maestra de un par de idiotas, como nosotros) ―dijo Artemisa, a Kaneki, quien tuvo que asentir.

Al finalizar el trabajo en la cafetería, Tōka retuvo a Artemisa y a Kaneki, llevándolos al subsuelo de la cafetería. ―Esto fue construido por los antiguos Ghōuls, cuando tenían que esconder sus existencias, cuando no se permitían pasearse entre los humanos, como lo hacemos nosotros.

―Esto, Tōka ―le llamó la atención el Ghoul de cabello verde. ― ¿Por qué estamos aquí los tres?

―Les enseñaré a usar sus garras. Su Kagune ―dijo Tōka, mientras se quitaba la chaqueta.

―Yo sé usarlos ―dijo Artemisa, algo enfadada de que la pelivioleta, no confiara en ella. Entonces, Kaneki entendió por qué la chica andaba siempre con camisetas anchas: para su Kōkaku, el cual tomó forma de garras afiladas, en la mano izquierda, mientras que la derecha fue un hacha, y desde la parte baja de su espalda, nació el Bikaku. ―Y estoy lista, muñeca.

―Tu turno, Kaneki. Activa tu Kagune ―dijo Tōka.

―Al liberarlo, sentirás que ardes. ―Dijo Artemisa.

―Ya sabes que así, jamás llegará a nada ―gruñó Tōka. ―Kaneki, tienes que ejercitarte al máximo. Cien abdominales y cien flexiones de pecho, cada día.

El combate entre Tōka y Artemisa, en el cual principalmente usaron su Kagune, fue fabuloso, a los ojos de Kaneki, quien pasó casi toda su vida acostumbrándose, a ser un humano, y tardó lo suyo, en poder liberar su Ukaku, el cual tenía forma de alas de murciélago.

Aquello simplificó la hora de entrenamiento y uso del Ukaku de Kaneki.

Cuando volvieron a la superficie, fue justo cuando la puerta se abrió. Entró el mismísimo Uta, usando un gorro típico para el frio, unos lentes y una chaqueta. Bajo su brazo, traía un par de cajas de zapatos.

―Bienvenido ―dijo Tōka sonriente.

― ¿Qué necesita? ―preguntó Kaneki.

―Vengo para entregarles a ustedes dos, sus máscaras ―dijo Uta.

―Comencemos con el chico, lo necesita más ―dijo Artemisa.

―Está bien ―dijo Uta. ―Aquí tienes, pasa la oreja por este agujero, y esto por debajo... ―Un minuto después, la máscara estaba en su lugar. Una sonrisa era lo que más se notaba en esa mascara negra, además de tener un parche en el ojo derecho. ― ¿Qué te parece? Hice la máscara, según el parche que llevabas.

―Se me ve bien ―admitió Kaneki, hasta darse cuenta, de que su voz sonaba amortiguada, para lo cual, abrió el cierre de la máscara, la mandíbula encajaba perfectamente, para abrir y cerrar. ―Pero, ¿no está el parche en el ojo equivocado?

Artemisa sonrió. ―Creo que está en su lugar. Ya sabes: Dejando libre tu Kakugan ―la pelinegra/peliblanca, activó su ojo rojo, guiñó y lo desactivó. En cuanto a la de Artemisa, era la máscara similar al cráneo de un gato de color gris, con los agujeros para los ojos, causando un oscurecimiento, y dándole un toque de gran mortalidad y peligrosidad, al ser activado el Kagune. ―Es perfecto, Uta-San. Justo lo que buscaba. Neko-Shinigami.

―Mañana, los espero a ambos en la estación. ―Pidió Tōka a ambos. ―Vayan a comprar ropa de colegio, por favor.

―Entendido ―dijeron ambos, mientras esperaban a que finalizara su turno, y fue Artemisa quien jaló a Kaneki, llevándoselo.

― ¿A dónde me llevas? ―preguntó Kaneki, sorprendido.

―Al distrito comercial, compraremos ropa de colegio, para acompañar a Tōka-Chan mañana, a donde sea que ella necesita ir ―dijo Artemisa.

―E-Entendido.

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A la mañana siguiente, ambos jóvenes, ahora vestidos como colegiales, fueron a la estación en donde Tōka, les pidió verse.

Una vez allí, la vieron a ella. Quien solo les ordenó, con un tono gélido: "Síganme".

El viaje les tomó poco más de unos veinte minutos, hasta las oficinas de la CCG.

― ¿Qué hacemos aquí, Tōka? ―preguntó Kaneki.

―Si se trata de entrar... ―murmuró Artemisa, mientras sacaba algo del tamaño de una canica, sacó su varita e hizo crecer su máscara.

―No. ―dijo rápidamente Tōka. ―No es para atacar, es para esto otro. ―Ella les señaló unos carteles de "Se Busca". ―Gassan, Rikai, y esa es Hinami.

Artemisa lanzó algo, que no podrá ser totalmente denominado como una risa. ―Hubiera esperado, un cartel mío.

―Aun no ―dijo Tōka. ―Prefiero que te busquen como "Neko Shinigami", antes que como "Chica extranjera y sexy" ―La Ghoul sufrió un escalofrío, al pensar en su amada amiga, muerta.

― "Quiero entrar, Tōka-Chan" ―susurró con un tono anhelante, mirando el edificio. ― "Quiero ver con mis propios ojos, como crean los Quinques, ¿nos arrancan los Kagunes?" ―se preguntó, pero no era una pregunta, a ser contestada. ― "Pues les arrancaré los brazos y piernas, y los usaré para mis propios Quinques"

Se hizo el silencio.

―A veces das miedo ―dijeron Kaneki y Tōka.

―Y no vayas como una loca, a destruirlo todo, con quien sabe qué hechizo ―ordenó Tōka. Ella ya sabía, que su novia era una maga, y lo último que quería, era un caos en el edificio.

―Soy una Neko Shinigami. ―Dejó que se adelantaran, y sacó su varita mágica. ―Colovaria ―su cabello se volvió rubio, para sorpresa de los dos Ghouls.

―No me importa. Y yo un conejo ―dijo Tōka, caminando al frente.

― ¿Y yo? ―se preguntó Kaneki.

― ¿Payaso parchado? ―contestó a modo de pregunta Artemisa, sonriente.

― ¡Hey! ―se quejó el chico de cabello verde. Artemisa repitió el hechizo, haciendo cambiar el color de ojos y cabello de sus amigos.

Al ingresar, se acercaron a la mujer, y Tōka tomó el mando, diciendo que venían a darles información. La chica de cabello violeta, llenó el formulario.

― "¿Por qué hay un detector de metales?" ―susurró Kaneki, al ver ese raro detector, en un lugar así.

― "Es un detector de RC" ―susurró Tōka. ― "Es un detector que mide nuestras células y el componente RC, los Ghouls tenemos diez veces más RC que los humanos normales"

― "Y al mismo tiempo tenemos deficiencia de ellos, debemos alimentarnos de humanos, para reponer esas células y solo se adquieren ingiriendo carne" ―susurró Artemisa.

Una mujer se acercó a ellos. ―Hola, me llamo Ruichi, del departamento de información.

―Soy Hikari, un placer. ―Mintió Artemisa, quien no les dejaría conocer su nombre, o su alias, ya era complicado siendo extrajera, al menos con un ligero hechizo de transformación, que empleó en sus rasgos, especialmente en sus ojos.

―Soy Sanae. Él es Kaben. ―Dijo Toka, inventando un nombre para Kaneki.

―Entonces, niños ¿la información que tienen para nosotros? ―preguntó la señora Ruichi.

―Sí, sí. Vi a una mujer huyendo, tenía un vestido blanco con un estampado de hojas rojas, o.… algo así. Huía muy rápidamente ―dijo Sanae/Toka.

―Creo que tenía el cuerpo lleno de barro ―creyó "recordar" Kaben/Kaneki.

―Entiendo, ¿hay algo más que quieran compartir? ―preguntó la señora Ruichi.

―No. Eso era todo ―dijo Hikari/Artemisa.

Kaneki realizó la pregunta de forma inocente. Sobre si a los investigadores, les parecía bien matar a los Ghouls.

La forma tan fría en la cual le contestó Ruichi, hizo a Artemisa desear atacarla con un Crucio.

Cuando los tres se dispusieron a irse, Tōka recibió un golpe, por parte de uno de Investigador Ghōul.

Kaneki abrió la boca, pero Artemisa fue veloz, al dejarlo mudo, y ella agacharse. ― ¡Sanae!

― ¿Quiénes son estos chicos, Ruichi? ―preguntó Mado Kureo, el investigador Ghōul de cabello blanco, tenía las mejillas huecas, era alto, delgado y encorvado, con un ojo derecho abierto, y el izquierdo entrecerrado.

―Vinieron a hacernos un favor ―dijo Ruichi.

―Soy el encargo... del caso sobre la niña Ghōul. ―Dijo el hombre. ―Quisiera hablar con ustedes, allí dentro. ―Pidió el hombre, intentando guiarlos, hacía el detector RC.

Artemisa entrecerró sus ojos, mientras trataba de recordar el hechizo para desactivar un aparato electrónico.