Capitulo 53 – Weiss – Seguridad.
Respiró profundamente antes de mirar la pantalla.
Se encontraba sola en su departamento, lo que la mantenía en un estado constante de alerta, pero al menos el ver a su novia al otro lado de la computadora era suficiente para calmarla un poco, sobre todo sabiendo que aquella reunión no era alejada y siempre podía venir a acompañarla.
Aunque esa no era una charla romántica en lo absoluto.
No notaba con claridad el rostro de Ruby, solo veía el abrigo rojo en su espalda, y sabía que estaba vistiendo su traje. Sus brazos se veían tensos, pero solo era la postura que esta adoptaba cuando se quería ver más profesional.
lucir menos como una niña y más como una adulta.
La cámara permitía ver a una serie de personas dentro de esa pequeña sala, todos bien vestidos e incluso se notaba que tenían armamento y ropa de seguridad.
Eran las personas que Elsa le había 'prestado'.
Había una razón de peso para no ser ella quien se reuniese con los guardias de manera personal, y era que su padre debía de estar observándola, sin duda alguna. Tampoco podía hacer que estos se reuniesen con ella en la oficina, dentro de la compañía Schnee, ya que llamaría la atención de su padre, de hecho, lo que sea que hiciese que estuviese fuera de lo acostumbrado, podía tomarse como un suceso digno de tomar en cuenta.
Y no quería que este supiese que ella estaba preparada para cualquier ataque.
No quería que él supiese que ella sabía acerca de sus planes.
Debía mantener la máscara, la fachada, debía hacerlo e intentar que la situación no se saliese aún mas de control. Si algo salía mal, o el bastardo se daba cuenta que había contratado seguridad extra, no quería siquiera imaginar la barbaridad que podría salir de su cabeza.
Ruby les hablo al grupo frente a ella, dándoles a conocer el escenario en el que se encontraban. Agradecía tenerla y confiar plenamente en su dirección. Cometió muchos errores en su vida, pero contratar a la pelinegra no fue uno de ellos.
"Deben mantener el más bajo perfil posible, mimetizarse por completo, y si bien su deber es proteger a la señorita Schnee, no deben tener ningún tipo de acercamiento profesional con ella, ya que podría causar un altercado mayor. Mantendrán contacto conmigo todo el tiempo, yo los lideraré si es que ocurre algún tipo de situación de cualquier índole. El folleto que les he dado señala los puntos estratégicos donde deberán situarse a lo largo de los días siguientes."
Todos los sujetos ahí parecían serios, pero logró notar, incluso desde la distancia, como los ojos de uno de ellos brillaba con curiosidad, con escepticismo. Estaba acostumbrada a esa mirada, siempre se la daban a Ruby, todo el tiempo.
Se aclaró la garganta y habló, por primera vez en esa reunión.
"Espero no subestimen las habilidades de la señorita Rose, es una líder innata y una cazadora por instinto. Que su corta edad no los haga sacar conclusiones aceleradas. Desde ahora en adelante trabajaran para ella, bajo mi tutela, así que espero su mejor disposición y el mayor profesionalismo."
"Si, señora."
Dijeron al unísono, y se sintió arder al notar la sonrisa que la menor le daba a través de la pantalla. No solía decirle esas cosas a ella personalmente, pero no dudaba en defender sus habilidades frente a tantos que la miraban en menos.
Ruby Rose era más capaz que muchos otros, y le hubiese gustado darse cuenta de eso cuando a penas la conoció, y normalmente debía convencerse al mirar las calificaciones excelentes, razón primordial de porque la había escogido a ella y a nadie más. No se comparaba a ningún otro estudiante, ni siquiera a los de las academias militares más prestigiosas. Una aguja en un pajar que se alegraba de haber sido capaz de encontrar.
Ruby le pasó los intercomunicadores a cada uno de ellos, y un par de objetos de utilidad. Por suerte, dos de ellos, un chico y una chica, vivían en su mismo complejo de departamentos, lo que los hacía tener acceso al tejado si es que llegase a haber una amenaza de esa índole, y por supuesto, estarían cerca de ser necesitados. No sabía si la misma Elsa les había conseguido un departamento ahí, o ellos ya vivían ahí de antemano y esta los escogió sabiendo aquel dato, bueno, fuese cual fuese la razón, seguía siendo un punto a su favor que impediría alguna sospecha. Al parecer Elsa intuía de una u otra forma.
"Y por si acaso, si llega a haber algún tipo de peligro, no disparen a matar, necesito a esos criminales vivos para sacarles la información que necesito."
Dijo luego de un rato y todos volteando a mirarla para luego asentir.
Si su padre estaba atrás de eso, iba a saberlo, aunque tuviese que comportarse como una Schnee para hacer que estos infelices escupiesen la verdad, aunque tuviese que forzarlos a testificar y someterlos a las más crudas amenazas.
No quería ser una víbora, pero si serlo la ayudaba a quitar a su padre de en medio, lo iba a hacer.
Él podría quitarse a todos de encima usando su poder, pero ahora, ella, tenía tanto poder como él, así que no le sería difícil conseguir las pruebas y las jugadas que necesitaba.
No sabía realmente si debía llevar todo eso a juicio, pero Elsa le dijo que era la mejor opción, al menos a ella le funcionó, y conociendo a las hermanas Arendelle, lo hicieron de la manera más humilde y legal posible. Tal vez en su caso esa forma no funcionaría, pero no tenía miedo de ensuciarse, de todas formas, el simple hecho de nacer con ese nombre, y con ese padre, de inmediato la hacía ser una basura de persona.
La reunión dio por finalizada.
Cada uno de los nuevos miembros de su staff de seguridad fueron dejando la sala, uno en uno, dirigiéndose a diferentes salidas, para no levantar sospechas de una reunión llena de personal de seguridad. Y si, así de cuidadosa estaba siendo.
Al final, solo quedó Ruby en el salón de su diminuto departamento, luego de varios minutos de espera para que los guardias desaparecieran por completo. Se veía tensa.
La vio acomodarse la ropa, así como arreglar las cosas sobre la mesa y meter todo a un bolso que mantenía oculto bajo su abrigo, al igual que las armas.
"¿Estás tensa por tanta responsabilidad al tener un equipo bajo tu mando?"
Ruby la miró, sus ojos pasaron de tensos a estar divertidos, pero su cuerpo seguía igual, podía notarlo.
"Tengo confianza en mis habilidades de líder."
La escuchó decir, para luego callarse. Tenía la sensación de que quería seguir hablando, que había más que no le decía. Se sentía abrumada cuando la menor le ocultaba cosas, pero estaba en su naturaleza el no preocupar a otros.
"¿Por qué no vienes aquí y hablamos? Tengo de esas galletas que tanto te gustan."
Ruby levantó la mirada, animada, pero a la vez se notaba como se debatía si ir o no, su rostro lo decía todo. Finalmente asintió, y dieron la llamada por terminada.
Apago la computadora y se quedó mirando la nada por unos momentos, el sol ya había desaparecido por completo y se encontraba todo el lugar en total oscuridad. Se levantó a prender un par de luces, ya que la oscuridad le recordaba esa habitación donde pasó toda su infancia y adolescencia en la casa Schnee, y en realidad no quería volver a sentirse como si estuviese ahí dentro, encerrada como un criminal.
Momentos después, escuchó la puerta sonar, de cierta forma que sabía que era Ruby y no alguien más, y por suerte su puerta tenía aquel ojo de pez para asegurarse que no fuese uno que otro terrorista dispuesto a matarla.
Abrió la puerta, y la pelinegra le dio una sonrisa tímida, entrando finalmente.
Ruby era escurridiza, le daba merito por eso. Conocía entradas alternativas al edificio que usaba cuando quería evitar miradas. No tenía que preocuparse tanto, por algo había comprado a los conserjes antes de que su padre pudiese hacerlo el mismo.
Cerró la puerta con sus seguros correspondientes y se giró, notando a Ruby ahí, inerte, parada en medio de la sala, de espaldas a ella.
Sintió algo en el estómago, se le revolvió de manera inmediata.
"¿Qué pasa, Ruby?"
Le dijo, acercándose.
"Si algo falla, voy a estar ahí para protegerte, aunque tenga que arriesgar mi propia vida."
Frunció el ceño de inmediato al escucharla hablar. Se dio la vuelta, enfrentando la mirada de la chica, y le sorprendió ver sus ojos con una seriedad que jamás había visto.
Ruby hablaba en serio.
Si ella hablaba en serio, entonces debía hacer lo mismo.
"Si yo muero, volverías a tu casa ¿No?"
Ruby parecía sorprendida ante la pregunta, a lo que solo asintió, vacilante.
"Tienes a esos dos rubios idiotas esperando por ti, ellos ya perdieron a tu madre, ¿Crees que no les dolería perderte a ti también? ¿Y tus amigas? Estarían destrozadas si se enteran. No las imagino siendo fuertes ante la perdida repentina, mucho menos esa pequeña idiota."
Ruby se veía consternada, alterada incluso.
"P-pero, ellos sabían a lo que venía, ellos lo sabían desde que me uní en la milicia al igual que mi madre, morir estaba previsto, Anna y Akko también lo saben, un final así es comprensible, sobre todo para proteger-…"
Puso su mano en la mejilla de Ruby, y esta se calló al instante, sin acostumbrarse del todo a ser ella quien iniciaba con cualquier tipo de caricia o el mas ínfimo tacto, de hecho, ella misma aun no lo creía. No podía evitarlo si se trataba de Ruby.
"Tú eres mi hogar, Ruby."
Su hogar, su familia, su raíz. No tenía aquello.
Su padre la quería muerta, su hermano la odiaba hasta un punto similar, su hermana le había hecho la ley del hielo desde que se unió a la empresa, y su madre alcohólica ni siquiera recordaba su rostro.
No tenía nada.
Absolutamente nada.
"Tú has sido más mi familia que cualquiera con mi sangre. Si te pierdo a ti, lo pierdo todo. Todo lo que me hace sentir viva, lo que me hace sentir menos sucia."
Ruby tomó la mano ajena de su rostro, sujetándola con ambas manos cerca de su pecho.
"No digas eso, Weiss, no estás sucia, no eres como ellos."
Lamentablemente, no era así. Seguía sus pasos, cometía los mismos errores, hacía las mismas tretas asquerosas.
No dijo nada, no queriendo debatir más al respecto, al menos Ruby conocía todas las mierdas que había hecho. La suciedad que había causado. Era espectadora de todo aquello siendo su guardaespaldas, estando con ella todo el día. Quería pensar que, si Ruby decía que no estaba sucia, era porque no lo estaba. Quería tener fe en eso, en esa pequeña probabilidad de no ser como los Schnee. ¿Pero cuanto había de realidad en sus palabras y cuanto de eso era solo una fantasía? ¿Cuán lejos llegaría su optimismo para mentirse a sí misma y al resto?
Ruby la tomó de los hombros de la nada, tomándola por sorpresa, sus ojos lucían serios, intensos, enojados incluso.
"Te lo he dicho desde siempre, no eres tú apellido, ni estás enferma por tenerlo. Pero tienes razón, es tonto sacrificarme de esa forma, porque sé que puedo protegernos a ambas, puedo hacerlo. No me alejaré nunca de tu lado, Weiss, no te dejaré sola, menos ahora que estamos teniendo nuestra pequeña familia, una nueva, todas juntas. No permitiré que te vayas de este mundo sin disfrutar de aquello."
Le sonrió, sintiendo toda esa paz que sentía con Ruby, tal y como aquel último día de octubre, donde la menor le dio unas palabras tan agradables como esas.
Siempre caía, una y otra vez, pero Ruby siempre estaba ahí para levantarla, y conociéndola, seguiría haciendo lo mismo una y otra vez, porque era una heroína, su heroína.
Ruby estaba dispuesta a sacrificarse por ella, ¿Acaso alguien en la casa Schnee haría algo así por ella?
No. La respuesta era obvia.
Ruby era todo, era su razón para seguir viviendo. Iba a seguir viviendo por ella.
Capitulo siguiente: Diana – Estudio.
Okay, chicos, no volveré jamás a decir que haré algo a tal hora y tal día porque claramente no lo haré, es que es imposible alsdkjalsdjk Lo siento por eso, y gracias a los que siguen leyendo esta historia a pesar de lo larga que es, así que eso, cada vez queda más poco.
Nos leemos pronto.
