Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.
En la primera página de nuestra historia, el futuro parecía que iba a ser tan brillante... Después todo se volvió tan malo, no sé por qué aun me sorprendo. Incluso los ángeles tienen sus planes malvados, pero tú llevaste esto a nuevos extremos. Pero siempre serás mi héroe, a pesar de que hayas perdido la cabeza... - Love the way you lie part 2, Rihanna feat Eminem
Estaba sentada en la habitación de la nave, que hasta días atrás había pertenecido a nosotros dos...
Nosotros...curiosa palabra, nosotros un pronombre que dejaba de pertenecernos para dejarme atrás y convertirse en el yo...
«¡Kamisama como duele!»
Era el lamento de la peliazul, aún no procesaba todo el horror y la pesadilla que había vivido en las horas recientes, esto no era como lo planeó... ¡NO!
No era esto por lo que había sobrevivido a tantas peleas al lado de los guerreros Z y tampoco era por esto por lo que había viajado por tantos mundos. El dolor la embargaba, le quemaba el pecho, le dificultaba respirar.
Si sólo fuera ella hubiera tomado la salida fácil y cuál Julieta al verse sin su Romeo se hubiera suicidado cobardemente. Pero no podía, ahí estaba su pequeño niño, quien la miraba con sus grandes e inocentes ojos azules.
La necesitaba y por él renacería de las cenizas como un ave Fénix, se volvería poderosa en su debilidad, y saldrían avante.
Tenía un objetivo por el cual vivir: Ver crecer a su pequeño hijo sin el yugo del imperio que el demonio que era su padre crearía.
Sin el yugo de ser un súbdito más, puesto que su sangre mestiza no alcanzaba para ser algo más que un elemento del ejército del futuro emperador.
¡No! Su pequeño no nació para ser esclavo ni sirviente de nadie y si ella tenía que convertirse en una con tal de un día romper el yugo y las cadenas que le habían impuesto lo haría.
Era cierto no era más que una débil humana, pero el poderoso y despiadado príncipe de los saiyajines se olvidó con quién hablaba.
Por muy débil que ella fuera, era peligrosa porque tenía un arma que los demás no tenían: era la mejor científica terrestre y estaba segura de que superaba con creces en su inteligencia a muchísimas civilizaciones de este jodido universo.
Y ahora que lo había perdido absolutamente todo, se aferraría con uñas y dientes a cuidar de su pequeño hijo. Para verlo crecer un día, libre y feliz. Así se le fuera la vida en ello.
Suspiró, el nudo en la garganta y el dolor quemante en el pecho no se iban ni se irían lo sabía, nunca nadie le había roto así el corazón, lo de Yamsha había sido un juego de niños a su lado, a pesar de todo no se quebraría, no lloraría ni suplicaría.
Una solitaria lágrima rodó por su mejilla y ella de inmediato la quitó. Se paró de la cama, tomó el nuevo uniforme que como científica de la base saiyajin de nuevo Vegita le correspondía usar y se preparó mentalmente para comenzar esa nueva vida, hasta encontrar la forma de lograr su libertad...
Días antes en la nave, después de la pesadilla que el saiyan tuvo y que lo había levantado sobresaltado, volvieron a dormir mientras ella cantaba amorosa una canción cual se le canta a un infante. cuando ella despertó al día siguiente, él ya no estaba a su lado.
Cuando fue a buscarlo éste se hallaba entrenando en la cámara de gravedad así que pensando que aún tenían tiempo se puso a hacer un delicioso desayuno.
Estaba feliz con la travesía tan perfecta que estaban realizando, emocionada por la plática que tuvieron la noche anterior en el risco el príncipe y ella, estaba imaginando qué nuevos y emocionantes lugares conocerían.
A ella no le importaba retrasar la llegada a la base con tal de que a donde fueran estuvieran ellos tres, como la familia que eran.
Vio entrar al guerrero quien venía con gesto adusto y más callado de lo habitual. Comieron en silencio y un ambiente tenso que no se explicaba se instaló en el comedor. Lo notó perdido en sus pensamientos y más frío de lo que había sido en sus últimos días.
No entendía ese cambio de actitud, pero creyendo que tal vez solamente había regresado a su estado base: Es decir a ser serio y orgulloso, no le quiso dar más importancia al asunto.
Decidida a acabar con el tenso ambiente generado, rompió con el silencio reinante del lugar – Entonces príncipe, dentro de los nuevos lugares que quieres que visitemos ¿Cuál será la primera parada? ¿En cuántos días más partiremos?
Dijo una confiada e inocente peliazul, quien no entendía que el hombre bueno y amable que había estado conviviendo con ella y su hijo, en días recientes había sido vencido y se había liberado nuevamente al demonio encarnado en saiyajin.
—No iremos a ningún lado, es urgente llegar al planeta base, hay varios pendientes que revisar, ajustaremos todo y partiremos en 24 horas. Tiempo suficiente para que recuperes tus aparatos que pusiste en la órbita de este planeta, asegúrate de tener todo empacado en ese momento, nos iremos tengas todo listo o no — Fue todo lo que dijo en forma escueta el saiyajin antes de pararse de la mesa e irse nuevamente a entrenar.
La científica se quedó perpleja con la actitud del saiyan, no es como que fuera algo nuevo en él, pero hacía tantas semanas que él se portaba tan amable con ellos que la tomó con la guardia baja, sin embargo, prefirió no darle demasiadas vueltas al asunto y apresurarse a hacer aterrizar sus satélites, y guardar la información obtenida. Ya tendría tiempo en el nuevo planeta al que llegaría de revisar todo.
Partieron del lugar según lo indicado 24 horas después, la travesía no tardaría mucho, no más de una semana por la ruta más rápida. Sin embargo, a medida en que más se acercaban a su destino final, más parco se volvía el saiyan con ellos.
Nuevamente se mantuvo alejado de Trunks, Bulma estaba bastante intrigada y no entendía lo que pasaba. Sin embargo, no permitió que pensamientos lúgubres y negativos la invadieran, ella estaba 100% segura de su amor y pensaba que solamente él estaba nervioso puesto que al final sus compañeros eran saiyajines y ella humana.
Ella pensaba que tal vez con su forma tan reservada que tenía de ser, exponer a los otros dos saiyajines que ella era su pareja y mostrarles a su pequeño hijo podría ser algo que podría generar inquietud al tan serio y orgulloso guerrero.
Pero jamás llegó a considerar que esto fuera por algún sentimiento negativo o de vergüenza por ellos, esa idea nunca cruzó por su mente. Estaba emocionada... Si él era un príncipe, eso la convertiría en una princesa, ¿No? ¡Que excitante era todo esto para ella!
A pesar de la seriedad que había tenido durante el trayecto después de Psícora, y ya siendo la última noche de travesía antes de llegar al planeta base, lo vio salir del baño después de tomar una ducha, ella ya lo esperaba en un sugerente baby doll.
Vegeta había aceptado su destino. Sabía la deshonra que habia cometido al tener una concubina no saiyajin y permitirle tener un mestizo, el cual no podía ser considerado a ojos de los demás saiyajines como un descendiente de la familia real, solo como un bastardo, por un capricho que el príncipe había tenido.
Sabía que cuando llegaran, la primera en reclamar la cabeza del mestizo sería Kale, pero dado que el niño no tenía ningún acceso a la línea de ascendencia real al trono, al negarle esa posibilidad, confiaba en que mantendría a raya a la futura reina saiyajin.
Ellos dos no se amaban, eso estaba más que claro así no funcionaban la cosas en la realeza. Fue un acuerdo mutuo que beneficiaba a ambos. Ella toda su vida ansió ser reina y él había necesitado una saiyajin fuerte como ella para procrear al digno descendiente que daría continuidad a su linaje.
Casi apostaba que, así como ellos sobrevivieron, en algún punto podrían encontrar más saiyajines escondidos y con eso el pueblo saiyajin junto con su príncipe se levantarían de nuevo.
Y sin embargo cuando salió de bañarse y halló esos encantadores ojos oceánicos que lo miraban con calidez, con el cariño más infinito y la confianza que solo el amor puede dar, sentía por más que trataba de evitarlo como su corazón latía con más fuerza y como su decisión flaqueaba.
Por un momento se vio tentado a decirle la verdad, a enfrentar la situación juntos. Sin embargo, la soberbia y el orgullo predominaron, susurrándole a su ego que ella haría lo que él quisiera, que había logrado enamorarla a tal punto que aunque se enojara, después de unos días se resignaría y todo seguiría normal como siempre.
Así que solo se acostó a su lado sin mediar palabra.
La hermosa mujer comenzó suavemente a besarlo, como amaba la calidez de esos besos y la esencia deliciosa que ella poseía en esa boca.
Esos labios color granate, dulces y carnosos le quitaban la voluntad. Quería perderse en ellos, lo ansiaba con demasiadas ganas, su corazón latía rápido y furioso.
Su pecho se removía con miles de sensaciones y sentimientos que pugnaban por salir y tomar de nuevo el control, pero no debía ni podía hacerlo. Su decisión había sido tomada.
La ojiazul sabía que algo afectaba al guerrero —¿Príncipe estás bien?— La preocupación en la melodiosa voz de la hembra lo enternecía.
—Sólo estoy cansado mujer...— fue todo lo que el saiyan dijo, recostándose en la cama, a pesar de no advertirle nada, no sería tan ruin de tomarla esa última noche, no podía.
La abrazó, la pegó dentro de su pecho, como si quisiera protegerla de todo, de él mismo. Ella le dio una mirada de dulce cariño, le dio un tierno beso y durmieron abrazados en una comunión tal que no solo sus cuerpos se entrelazaban, sino sus almas también.
Si alguien les hubiera dicho que esa sería la última noche de amor como pareja que vivirían ninguno de los dos lo hubiera podido soportar.
Cuando por fin llegaron y aterrizaron ella estaba expectante y alegre. Tomó a su pequeño niño en brazos, mientras sentía su corazón golpear de emoción. Por fin conocería el famoso planeta base: Nuevo Vegita.
Sentía mariposas en el estómago de la emoción que le embargaba al fin llegaban al lugar donde harían su nueva vida.
Antes de que el saiyan abriera la compuerta, lo vio titubear y en un rápido movimiento que la dejó perpleja y que hasta mucho después entendería, la tomó de los brazos, le acarició el rostro, confundida veía una batalla interna dentro de él.
A pesar de que él intentaba esconderlo, ella había aprendido a ver dentro de esa profunda mirada y podía ver claramente una chispa de indecisión en él.
De pronto lo sintió pegar su frente a ella mientras cerraba los ojos e inhalaba profundamente, llenando sus fosas nasales con el aroma de ella como si de esta forma quisiera grabársela en su memoria, mientras muy serio le decía:
—Escúchame bien terrícola esta no es la tierra, tan pronto bajemos estarás a merced de la raza guerrera más sanguinaria que existe. La única forma de mantener tu integridad es que por una vez en tu vida no cuestiones, no importa que escuches deberás mantenerte tranquila. No entenderás muchas cosas que pasen ahí, pero que no te quepan dudas mujer, velaré por la seguridad tuya y del cachorro.
Ella no entendió ni la mitad del discurso que el saiyan le dio, pudo notar duda y pesar por breves instantes reflejados en la mirada de su guerrero. Sin embargo, ella jamás dudó. Lo amaba y tenía su confianza entera en él.
Y sin maliciar en ningún momento que era lo que estaba pasando ni el porqué de la críptica advertencia de él, le sonrió, lo abrazó y le dio un dulce y suave beso y decidió seguirlo con total y ciega confianza.
El saiyajin no esperaba, ese asalto, que lo descolocó. Por un momento se cuestionó nuevamente si lo que estaba por hacer era lo correcto, aun podían dar media vuelta y huir... No... él nunca había sido un cobarde, esto era lo que estaba en su destino, ella nunca debió ser parte de este y por su osadía en someterlo, pagaría ahora las consecuencias, no había marcha atrás.
Al abrirse la compuerta el primero en bajar fue él, desde el momento en que el saiyan puso un pie fuera de la nave algo radical cambió en su persona, la científica podía notar que un aura malévola y cruel lo envolvía.
No entendía el porqué de su nuevo nerviosismo, se asomó fuera de la nave tímidamente mientras veía muchas más personas que los dos saiyajines que ella conocía, vio que todos esos sujetos hombres y mujeres aparte de Radditz y Nappa tenían cola.
«¡Kamisama! Hay más sobrevivientes saiyajines...»
De pronto vio como una hermosa mujer saiyajin se acercó de forma muy familiar al lado de su guerrero mientras le hacía una reverencia coqueta y él le sonreía en una forma demasiado familiar.
Aquello no estaba gustándole nadita, mientras un presentimiento terrible comenzaba a asentarse en su estómago y las palabras que le dijo el saiyan antes de dejar la nave llegaron de nuevo a su mente: "Que no te quepan dudas mujer, velaré por la seguridad tuya y del cachorro".
Haciendo acopio de valor, avanzó lentamente e irrumpió la escena de recibimiento, nadie realmente había reparado mucho en ella.
Sin embargo, rompió el armónico recibimiento con su dulce voz:
— ¿Quiénes son ellos Vegeta? — Fue lo que tímidamente dijo ella, puesto que se sentía levemente intimidada ante tantos guerreros.
Mientras cargando a su pequeño en brazos veía todos los pares de rudos ojos posarse sobre su esbelta y delicada figura, que seguía aun bastante escondida tras la figura del saiyan.
—Para ti, Príncipe de los saiyajines, mujer- Le dijo en forma cruel, sorprendiéndola con la déspota manera de contestarle.
Kale quien de pronto se fijó en la científica pues, aunque muy débil era muy atractiva no tardó en ponerse en guardia.
—Miren todos, el príncipe tan amable como siempre les ha traído un juguete para que se entretengan— fue lo que dijo con una clara risa de maldad en su rostro.
Todos los guerreros saiyajines voltearon a ver a la científica con lujuria descarada en la mirada. Si bien era de una raza sumamente frágil y débil, se notaba que era realmente muy atractiva y similar en formas a la raza saiyajin.
Radditz y Nappa la reconocieron de inmediato, era la mujer que estaba con Kakaroto el día que los revivieron.
Sin embargo, cuando ambos que eran los que más cerca de ella estaban repararon en su silueta, también notaron que el aroma del príncipe estaba fuertemente impregnado en ella así que alarmados prefirieron guardar silencio y no unirse a la risa colectiva de lujuria que estalló.
—Ella no será juguete de nadie Kale, es mi nueva científica — fue lo que tranquilo el saiyan comentó.
Todos callaron en ese momento y se quedaron atentos a lo que estaba pasando, la futura reina de Vegita estaba asombrada pues ellos ya tenían una científica muy eficiente en la base no necesitaban ninguna otra.
—Ya tenemos una científica aquí, nadie se iguala a la inteligencia de la raza tsufuru-jin príncipe — Replicó empecinada la saiyajin. Algo en la peliazul no terminaba de gustarle y la hacía sentir que, aunque débil la mujer era peligrosa.
De pronto, todo fue claro para la futura reina saiyajin cuando el asqueroso aroma de la mujer le llegó de lleno, su sucio aroma estaba fuertemente mezclado con el del príncipe de los saiyajines.
Y por primera vez reparó en el crío que traía ella en brazos. El príncipe había tomado una ramera de otra raza como concubina.
Más que indignada decidió marcar territorio, no porque le importara con quien se revolcara él, sino por la humillación que eso representaba para ella.
—Paragus, acerca al príncipe heredero — Fue lo que autoritaria la saiyajin dijo. El hombre sin mediar palabra y entendiendo lo que estaba pasando acercó al pequeño príncipe a su madre y padre.
Bulma estaba atónita con lo que veía, esto debía ser una maldita broma cruel del destino, su corazón comenzó a latir dolorosamente con fuerza.
«¡Kami no por favor! No puede ser verdad...»
No era ninguna tonta y entendía lo que estaba pasando, su pecho dolía y sentía como empezaba a resquebrajarse en mil pedazos. Si hubiera estado en la tierra ahora ella ya estuviera gritando y maldiciendo al maldito príncipe ególatra que la había llevado ahí con mentiras.
Pero las palabras que dijo Vegeta antes de salir de la nave retumbaban en su cabeza y su instinto maternal y el de supervivencia se combinaron para hacerla entender que esa situación era grave y que precisamente su único salvador era quien ahora se presentaba como su verdugo.
Así que tragándose la vergüenza y el dolor que comenzaban a quemarla lentamente al verse rebajada a ser considerada la vil amante del príncipe y no su compañera.
Y a pesar de ese dolor tan penetrante y de la cruel hiel del sabor de la traición se quedó callada, por su pequeño niño, solo por él tenía que hallar la forma de salir de esa situación.
—Príncipe, recibe los saludos del príncipe heredero: Chard — Dijo altiva Kale. A Pesar de que el pequeño era unos 5 meses menor a Trunks ya denotaba la sangre saiyajin a la que pertenecía, de piel morena, y con las características correctas que un saiyajin debía tener.
El pequeño saludó reverenciando a su regio padre con el que nunca había tenido realmente contacto pues era muy pequeño cuando Vegeta lo conoció.
Sin poder evitarlo y a pesar de que debía morderse la lengua Bulma interrumpió el momento — ¿Qué significa esto Vegeta? — decía con el corazón en la boca a punto de salírsele del dolor tan fuerte que sentía en el pecho.
—Creo que tendrás que mostrarle modales a la ramera que traes — dijo desdeñosa la futura reina saiyajin.
Y antes de que el príncipe pudiera decir algo Kale escupió el veneno escondido en sus palabras:
—Si quieres tener una prostituta o todo un harem a tu disposición me tiene sin cuidado Príncipe, pero el bastardo debe morir — fueron las palabras que con maldad soltó.
De pronto todos los saiyajines hicieron un silencio sepulcral cuando notaron la presencia del pequeño quien había estado oculto tras la figura de su padre pues Bulma se había mantenido tras él todo el tiempo.
El pequeño Trunks al sentir todos los ojos sobre él, lejos de intimidarse les dio una fiera mirada retadora parecida a la de su padre.
Todos los saiyajines tuvieron sentimientos encontrados al ver al cachorro que sostenía la misteriosa mujer de ojos azules, si bien el crío era espantosamente diferente a un saiyajin, con un ridículo tono de ojos y de pelo muy diferente a lo que debería ser la estampa de un buen saiyajin, la mirada retadora del infante les recordaba en forma alarmante a la de su progenitor.
Adicional cuando midieron el ki del niño aún en reposo, se notaba un bastante elevado poder de pelea, para solo ser un simple híbrido.
Por respeto y miedo decidieron no articular un solo comentario pues lo más extraordinario es que ese pequeño tenía el nivel de pelea demasiado similar al del heredero. No cabía dudas si el olor del príncipe sobre esa extraña pero hermosa hembra no era suficiente, el crío, aunque muy extraño y diferente a ellos tenía en su porte algo que recordaba perfectamente a su príncipe. No podían negar el parentesco.
De pronto el silencio fue interrumpido por la risa cruel de Vegeta, que ocasionó que un escalofrío recorriera la espalda de la peliazul mientras el pánico se apoderaba de ella al darse cuenta de que esa arrogante y odiosa saiyajin quería la cabeza de su pequeño.
A pesar del dolor que sentía por la traición a la que estaba siendo sujeta; deseaba, ansiaba con todas sus fuerzas que el saiyajin cumpliera al menos la palabra prometida y que pudiera cuidar de su hijo y de ella, al menos eso les debía.
—¿De verdad eres estúpida Kale? — Dijo mordazmente el príncipe.
— La mujer es la científica que trabajara para mi uso personal y el crío no significa nada para el linaje real, no vale ni el esfuerzo de querer matarlo.
Kale aun con la indignación que sentía quería derramar sangre, para ella el que existiera otro crío descendiente del príncipe saiyajin aunque sea uno de aspecto tan vergonzoso como el que tenía la ramera esa en los brazos la ponía en guardia y no descansaría hasta verlo muerto.
Le tenía sin cuidado que él tuviera una concubina, aunque le generaba molestia pues parte del plan que tenía era volver a seducirlo para poder controlarlo y con esa mujerzuela ahí sería más difícil.
Además, necesitaba el control absoluto del desarrollo de la tecnología del planeta y esa zorra le complicaba las cosas. Los planes que hasta ahora eran claros y trasparentes de ejecutar se estaban complicando.
— Ese crío no debe existir, es una ofensa para el príncipe heredero además por lo que veo es mayor en edad, se ve más desarrollado. ¡No toleraré eso! ¡Ningún bastardo será el primogénito! — Decía furiosa la consorte real y futura reina.
El más absoluto silencio reinaba en el lugar, los demás saiyajines estaban consternados, pero ciertamente no abogarían en favor de la futura reina, aunque tuviera un punto por primera vez a su favor.
El silencio fue interrumpido nuevamente por otra macabra risa por parte del futuro rey.
— El crío vivirá Kale he dicho mi última palabra, no sé si eres estúpida, empiezo a creer que debí escoger a Caulifla en tu lugar, aunque débil tiene más cerebro que tú — le decía cruelmente Vegeta.
— Ese mestizo servirá como soldado y además de que ayudará al príncipe heredero en su entrenamiento cuando crezca. Al igual que la mujer, ambos están aquí para mi servicio.
Fue todo lo que dijo y con esa simple oración dejó en claro las intenciones de que el niño de raza pura era el único a considerarse descendiente del príncipe.
Vegeta se acercó al pequeño Chard quien seguía en pie esperando órdenes de su padre. El príncipe se sentía exultante de alegría, por fin sus planes estaban saliendo como él lo había deseado.
Tenía a la mujer de los ojos azules con él, la mejor tecnología estaba asegurada y a su disposición ahora. Tenía a su heredero y a una consorte de raza guerrera. Tenía a un segundo hijo que ayudaría en el reino y daría soporte a su heredero.
Tenía a gente de su raza que obedecían sus deseos y que estaban tan ansiosos como él de comenzar la conquista del universo...
Miró con orgullo al pequeño príncipe que aguardaba sus órdenes. En su soberbia actitud no quiso notar que, a pesar de la "poca apariencia saiyajin" que su primogénito tenía, era escalofriantemente más parecido a él que ese pequeño heredero del cual él estaba tan orgulloso. Su parecido era más bien porque pertenecían a la misma raza guerrera, pero más similitud de apariencia al príncipe aparte de eso no había. El pequeño tenía más parecido a la madre.
Kale sin darse por vencida, queriendo humillar más a la ojiazul, para dejar claro su supremacía sobre ella, dijo —Ya escucharon todos nada de lastimar demás a la científica, forníquenla cuanto quieran solo no la maten, la necesitamos viva para que sirva al príncipe.
Bulma a pesar de saber que necesitaba permanecer callada no lo pudo soportar más y su sangre hirvió, ya mucha humillación estaba pasando no iba a tolerar que esa simia subdesarrollada le viniera a hablar a ella así.
—¡Malditos monos al primero que se atreva a tratar de poner un dedo encima de mí o a mi hijo, lo mató!-— Gritó molesta.
Vegeta veía entretenido y asombrado como la fémina terrestre, lejos de intimidarse amenazaba. Cómo le gustaba eso de ella, sonrió de medio lado, antes de decir –¡Suficiente! He dado una orden y esta es clara, la científica esta para uso exclusivo mío en cualquier aspecto, lo mismo que el crío. ¡Nappa!— lo llamó enojado, mientras el calvo saiyajin se acercó a su lado, aguardando sus órdenes.
—Lleva a Chard contigo a partir de ahora fungirás como su guía, hay que entrenarlo ya tiene suficiente edad.
Kale se sorprendió, ciertamente el tiempo que había pasado con Vegeta había sido relativamente corto y tontamente siempre creyó que lo dominaría, ahora se daba cuenta que había cometido un error al pensar así de él.
—Ya he decidido que será Paragus quien lo entrenará príncipe — Fue lo que imprudente dijo. En un instante Vegeta ya la tenía sujeta del cuello
—Mi palabra es ley Kale — fue todo lo que dijo antes de aventarla al suelo.
Bulma lo miraba con ojos incrédulos. Ese no era su príncipe, el que ella conoció no era un ser despreciable, era un ser atormentado que había pasado por mucho pero cada día iba superándose.
«Oh tal vez solo fue la ficción que él te enseñó y siempre fue así...»
Fue lo que su mente susurró lastimándola más.
—¡Radditz! — llamó imperativo Vegeta mientras el otro saiyan se cuadraba y esperaba sus órdenes.
—Te encargarás de comenzar a entrenar al crío de la científica, debo ir a supervisar varias cosas te quedarás cuidándola en la nave en lo que regreso.
Fue todo lo que dijo antes de disolver la comitiva de bienvenida...
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La Bomba ha explotado, y bulma fue llevada directo a la trampa ... Aún falta por ver el enfrentamiento de ella y el príncipe a solas...
Que les pareció el capítulo ojalá me dejen saber sus comentarios.
Belen.b189: lamentó romper tu Cora pero al menos la bomba ha estallado, al menos ya Bulma no está ciega a la verdad... :(
XXlalalulu: Jajajaa todo un novelón babies en efecto pero acaba de explotar la bomba, que tus ruegos sean escuchados y Bulmita regrese a la tierra :(
Quiero agradecerles a quienes han leído hasta aquí, y hacer un anuncio importante, por desgracia las responsabilidades de adulto me han alcanzado y aunque las últimas semanas he hecho un gran esfuerzo por publicar se me ha dificultado muchísimo, el trabajo ha sido realmente demandante así que he decidido tomarme un descanso de 2 semanas de publicar, esto para enfocarme a sacar los pendientes laborales sin la presión que publicar a veces me da.
No se alteren la historia la tengo avanzada es solo que los capítulos aunque ya los tengo, aún debo afinar matices y ahora con la presión tan fuerte en el trabajo no me ha sido posible.
Pero es una promesa en dos semanas retomaré la publicación semanal.
Agradezco como siempre su apoyo con sus reviews y su comprensión.
