Harry Potter pertenece a JK Rowling.
Tokyo Ghoul pertenece a Sui Ishida.
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Este es un Fic con una Fem-Harry (llamada Artemisa, en esta versión), podríamos decir que es como otra versión del Fic "La Chica del Rayo".
Aquí Artemisa será un Ghoul (Estilo Tokyo Ghoul).
Aquí los padres de Artemisa, están vivos, y tiene dos hermanos menores.
Harem: Hermione Granger, Padma Patil, Daphne Greengrass, Susan Bones, Tōka Kirishima, Lily Potter y Stephanie (su hermana menor OC).
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Artemisa: The History of The Queen Ghoul
Capítulo 64: Infiltrados.
Desde que hace algunos meses, Artemisa Potter, se las ingenió para enseñarle que no mentía, y atrajo a Voldemort a una trampa, con tal de que él lo viera con sus propios ojos, y tuviera que decirle al pueblo mágico inglés, que había estado equivocado. La carrera política de Cornelius Fudge, se había hundido lentamente.
Pero ahora, viendo como los Mortífagos, magos oscuros aliados a Voldemort y criaturas mágicas, se alineaban con Aquél-Que-No-Debe-Ser-Nombrado; le quedó muy en claro, que debía de hacer algo.
Comenzando por aumentar el presupuesto de los Aurores, logrando entrenar con mayor eficiencia a los Aurores y ordenándoles a estos, pasearse por las calles de Londres, listos para actuar, con cualquier fuerza que pudiera resultar necesaria, con tal de proteger al pueblo.
Y gracias a eso, Amelia Bones, había logrado protegerle a él, pues Voldemort parecía querer colocar a alguien leal a él, en su puesto; también logró proteger a Ollivander, con quién Voldemort parecía querer hablar, desesperadamente.
Habían trasladado a los reclusos de Azkaban, (una vez que está fuera asaltada por Voldemort) que no lograron fugarse, a otro lugar, el cual era conocido por unos pocos seleccionados. Y, bajo cuerda, se autorizó a que los Aurores, que actuarían como guardias de seguridad de la nueva prisión, ejecutaran, a los criminales que resultaran ser más peligrosos, y transformaran los cadáveres, en cualquier cosa que no fuera sospechosa.
Gracias a Amelia Bones, y a sus dotes para la conversación y convicción, lograron que los Duendes de Gringotts, proporcionarán al Ministerio, sus artes para descubrir a personas controladas con el Imperius, y a personas, que tuvieran la poción Multijugos encima.
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Narcisa Malfoy, atravesó una calle desierta, a altas horas de la noche, se acercó al porche de una casa, y llamó a la puerta, en pocos minutos, Severus Snape le abrió.
—Narcisa, que inesperada sorpresa. —Dijo Snape, quien miró hacía la derecha. —Y... Tu hermana, Andrómeda Tonks, te acompaña. ¿En qué puedo servirles?
—Severus, esto es muy importante... Podría... ¡Podría ser de vida o muerte! —dijo Narcisa, casi sin poderse controlar. —Yo... Solo pude pensar en ti.
—Entren, por favor —pidió Severus, haciéndose a un lado, dejando a las hermanas Black ingresar. —Entonces, ¿Qué es eso, que te tiene tan nerviosa?
—Es... Es el Señor Oscuro. Él... Ha venido... A visitarme... Le ha dicho a Draco que... Qué tiene una misión para él. —Decia Narcisa muy nerviosa, miraba a Severus, pero luego miraba en otra dirección, y volvía a centrarse en Snape. —El Señor Oscuro, quiere que... —tragó saliva, estaba nerviosa. —Quiere que Draco repare algo oculto, por el Señor Oscuro, en una habitación, algo que dejó allí muchos años atrás. Dijo... Dijo que... Ese objeto, sería clave. Clave en algún plan, en algún momento... En algo que hará al final de este año electivo, para atacar Hogwarts. Severus... —le agarró la túnica. —Es mi hijo. ¡Mi único hijo! Creo... Creo que quiere, que Draco mate a Dumbledore.
Solo en ese momento, Andrómeda Tonks, entendió el porqué estaba ella allí: Para el Juramento Inquebrantable, y para informar de inmediato, a su hija Nymphadora, y que ella y un grupo de Aurores, evitarán el ataque a Hogwarts.
—Si Draco logra matarlo. Entonces será coronado. Será reconocido, por encima de todos nosotros. —Dijo Severus despacio. Aquello provocó un chillido de Narcisa, quien comenzó a derramar lágrimas. — ¡Severus! ¡Se trata de mi único hijo! Mi hermana está muerta, mi esposo inválido. Otros nueve Mortífagos también han fallecido. ¡Está más que claro, que luego de matar a Dumbledore, siempre y cuando tenga éxito, entonces, le ordenará ir tras Artemisa Potter, y ya sabes cómo resultó todo!
—Es posible... —dijo con calma. —Que quizás, yo pueda ayudar a Draco.
—Oh Severus. ¿Harías eso por mí? ¿Por nosotros? —dijo Narcisa, agradecida. — ¿Tomarías el Juramento Inquebrantable? —ambos se dieron la mano. — ¿Auxiliarás a Draco, a lo largo de su misión?
—Lo juro.
— ¿Lo cubrirás?
—Lo juro.
—Si... Sí en un momento dado... Él... Ya no puede proseguir su misión... ¿Tú, Severus Tobías Snape, la completarías?
—Lo juro.
Una cuerda de un brillante color rojo, abrazó las muñecas y manos de Severus y Narcisa, sellando el pacto.
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― ¿Qué hay con esas ropas? ―preguntó Amon a Junko. ― ¡Estás muy dejada!, ¡debes abrocharte el botón de la camisa hasta arriba! ¿y tú corbata? ¡Y ponte pantalones que lleguen, hasta los tobillos! ¡Además de que no se come en la sala de reuniones! ―Le miró afiladamente, poniéndola nerviosa. ― ¿Qué hay con esas costuras? No son para cerrar heridas.
―Modificación Corporal, solo eso. Es como un tatuaje o un piercing ―Dijo Junko sonriente, y cerrando los ojos, calmada. ―Si miras de cerca... verás que son de distintos colores. Una forma de expresión de arte ―sacó de su bolsillo, varios hilos, tomando el amarillo, sacó una aguja, y la humedeció en una botellita de alcohol, que tenía a la mano, luego usó un encendedor para poner la aguja al rojo vivo, enhebró y se cosió una estrella, en el hombro.
― ¿Por qué quiere convertirse en un investigador?, atacó al policía y ahora... modificaciones corporales... ―se dijo Amon, sin lograr entender a la chica.
La puerta se abrió, pero él no se giró, solo miró a Junko, quien dejó su cocedura/tatuaje, miró hacía la puerta y se sonrojó. Para Amon, esa chica no solía ser de las que veía a alguien bello, y tuviera esa actitud, se giró, y vio a Kishō Arima, y junto a él, un joven de verdes cabellos peinados hacía atrás y de ojos grises, bien vestido.
―Arima-Senpai ―saludó Amon.
―Amon-Kun ―saludó Arima. ―Ella debe de ser... Junko-Chan.
― ¡Es un placer, conocerlo señor! ―dijo ella, alegre.
―Mucho mejor, siendo dos jóvenes, ¿verdad? ―dijo Arima, cosa que sorprendió a Amon, quien vio al chico avanzar hacia él.
―Kishō Haise ―dijo Kaneki, usando su segundo nombre, y alargando su mano hacía Amon.
―Tomaré la tutela de mi hijo, y le entrenaré en el Campo de Batalla ―especificó Arima, sorprendiendo a Amon.
―Kōtarō Amon ―dijo el hombre, dándole la mano al joven. ―Sabía que tenías un hijo Kishō-San, pero no había tenido oportunidad de conocerle.
―Entonces, ¿a quienes esperamos? ―preguntó Haise/Kaneki, tomando asiento y acercándose a la chica. ―Kishō Haise.
―Suzuya Junkō, pero puedes llamarme Junkō-Chan, guapo ―dijo ella, guiñándole el ojo.
Kaneki... en la CCG, Anteiku y Aogiri.
Severus... en La Orden del Fénix y los Mortífagos.
