odos los personajes son de la serie Boku No Hero Academia (My Hero Academia) del mangaka Kōhei Horikoshi. Esta historia sólo utiliza los nombres de los personajes para entretenimiento sin fines de lucro.
La historia está basada en la novela de Linda Howard "El Hombre Perfecto", si deseas leer la historia original para comparar las tramas, envíame un mensajito y con gusto te paso el archivo PDF.
— ¡Katuski! ¿Me ayudas? — Preguntó conu n pequeño grito Uraraka mientras veía todos los sobres y paquetes que acababan de llegarle.
Había pasado un año y medio desde que su denuncia contra Midoriya fue presentada. Muchas cosas le habían ocurrido en ese entonces, y después de un trago amargo, muchas oportunidades de crecimiento se le presentaron: Además de seguir siendo contadora, seguía presentándose a entrevistas, ya había dado varias conferencias, y acaba de publicar su primer libro.
Ser escritora no era algo que se hubiese imaginado, cuando una editorial se lo propuso, estuvo a punto de negarse en el momento, no sabía exactamente que escribir, no sabía que otra historia pudiese contar, creía que ya había expuesto todo. Pero luego le explicaron que necesitaban que contara su misma historia con un punto de vista más íntimo y personal, para que las lectoras se pudiesen identificar más con ella.
Le dio muchas vueltas al asunto, ¿Algo más personal e íntimo? Eso significaba narrar sentimientos que hace mucho tiempo no sentía, y no estaba segura de si quiera sacarlos de nuevo. Pero luego encontró su primer diario con el que trabajo con Mirko. Ahí se encontraban plasmados todos sus sentimientos en un momento de crisis, sus pensamientos e ideas que albergó por mucho tiempo, así que cuando lo tomó y lo volvió a releer, descubrió que ya había superado muchas cosas, ya no dolía tanto recordarlo, ya no lloraba.
Así que tomando como base su diario, sólo necesitó hacer comentarios y correcciones para que su primer libro fuese aceptado para su publicación.
La presentación del libro había tomado lugar dos meses atrás, donde si bien Uraraka estaba segura que ese momento iba a ser inolvidable, realmente lo confirmó cuando apareció Katsuki arrodillado frente a las cámaras con un anillo de compromiso para ella.
Ya vivían juntos, desde que regresaron de su entrevista en la televisión, él ofreció su casa para que descansara ya que la suya estaba "aterrada y descuidada" por el tiempo en que no la habitó. Días después seguía buscando excusas para que le acompañara, no la forzó en ningún momento, y de hecho ella se divertía rechazándolo, pero después de casi de un año de suplicas, ella aceptó vivir con él.
No le preocupó la casa, de hecho la necesitaba, al igual que Yaoyorozu se había quedado sin empleo por un tiempo, así que cuando su jefa obtuvo una oportunidad de crear otra colección bajo su propio nombre, ella aceptó gustosa siempre y cuando tuviese a su contadora de confianza a su lado.
Así que como iban a comenzar una nueva empresa, (ahora como socias), bajo un nombre nuevo, necesitaban una oficia nueva con ciertas características que una casa como la de Uraraka cubría, así que su trabajo se colocó al lado de su nuevo hogar.
A Yaoyorozu le iba bien, la colección que hizo con Jirou aún se vendía, y esperaban que la nueva obtuviese el mismo alcance. Además de que ella también había hecho parte del vestuario del álbum de Tokoyami, así que se estaba haciendo más conocida en el ámbito social y musical sin la necesidad el apellido de su padre como puente.
— ¿Qué ocurrió? — Preguntó Bakugou desde la habitación. — ¿No te sientes bien?
Uraraka sonrió al escuchar la preocupación de su prometido.
— No, sólo que veo muchas cajas grandes que posiblemente estén pesadas.
Uraraka de nuevo escuchó pasos provenientes de la habitación, Bakugou se estaba apurando para ayudarla. Sonrió mientras veía toda la paquetería que tenía en la sala, desde que publicó su libro donde había hecho comentarios como que le encantaba el mochi y los peluches, varias seguidoras le enviaban cartas y paquetes donde los incluían como regalos por la valentía que les habían fomentado sus palabras.
Adoraba sus peluches, siempre que le llegaban le mandaba unos cuantos al bebé de Hagakure, aunque posiblemente sus envíos comenzarían a ser menos frecuentes.
Se tocó el vientre, feliz de que su propio bebé tendría todos los peluches que ella siempre soñó.
Ella sabía que el día de la presentación del libro iba a ser inolvidable, no tanto por el libro en sí, sino que le tenía una pequeña sorpresa a Bakugou esperando en casa. Ese día ambos se sorprendieron mutuamente: él anunciando sus deseos de matrimonio, y ella anunciado que estaban esperando un hijo.
Rieron, lloraron y se abrazaron, su relación no era perfecta, pero sí hermosa.
Tal vez lo único que la tenía preocupada fue que un mes atrás, había sangrado un poco. El ginecólogo le recomendó reposo y unos medicamentos, su embarazo no era de alto riesgo, pero debía de tomar precauciones para no lastimarse ella ni el bebé, y uno de esas precauciones era no cargar objetos pesados.
Tenía 4 meses de embarazo, el vientre comenzaba a abultársele y Bakugou le cumplía todos sus antojos siempre y cuando fueran "saludables". Uraraka nunca creyó que él fuese de ese tipo de padres entusiasmados que la trataban como una muñequita de porcelana, y no lo hacía, pero sí que estaba atento a todo lo que necesitaba.
— ¿Mitad y mitad? — Le dijo cuándo lo vio acercársele con la camisa a medio abrochar. Por requerimiento médico debía de pasar la mayoría de su tiempo descansado y sin movimientos bruscos, así que decidió aprovechar ese tiempo libre para leer todas las cartas que le llegaban, incluso intentaba responderlas si había una dirección remitente.
— De acuerdo, yo me encargo de las cajas, tu ve a la cama — Uraraka asintió mientras tomaba las cartas y paquetes pequeños, Bakugou se encargaría de cargar las cajas, abrirlas y leerlas, porque desde que habían anunciado su embarazo, muchas notas también iban para él, así que simplemente leían todas las cartas y luego se las entregaban de acuerdo a quien correspondiesen.
También había otra cosa por la que Bakugou era quien abría las cajas, Uraraka era muy antojadiza, y si veía un mochi, un chocolate o lo que fuese que le entregaran, su instinto le decía que se lo comiera. No había subido mucho de peso en su última revisión, pero su doctor le advirtió que si seguía cayendo en sus antojos así, podría tener un poco más de problemas en los siguientes meses.
Por lo que Bakugou era el encargado de esconder la mayoría de los dulces que le llegaban hasta nuevo aviso.
Uraraka se alejó de la sala y entonces Bakugou comenzó su labor, era en cierta parte divertido leer las cartas que les llegaban, él creía que ya no se utilizaban éstas, pero Uraraka al explicar que era muy mala con las redes sociales, al parecer reactivó la economía de la mensajería local.
Abrió las cajas más grandes primero; usualmente todas llevaban lo mismo: comida, peluches, cartas, incluso algunas llevaban ropa para bebé y accesorios, con la promesa ¿O advertencia? de que los necesitarían en algún futuro cercano. Si su madre no inundaba su casa con obsequios, esos regalos lo harían.
Decidió no abrir las cartas, Uraraka necesitaba leerlas más que él, él tenía que trabajar, ella por el momento se quedaba en casa y decía que se aburría mucho, así que le concedería el honor de ser la primera en leer las cartas de esa tanda. Estaba acomodando todas las cosas que recibía hasta que una caja llamó su atención.
Era una caja de cartón, ni muy grande ni muy pequeña, del tamaño de una caja de zapatos. Su forma no fue lo importante, sino el contenido: un termo para café. No era un termo nuevo, era uno usado, despintado y abollado, que curiosamente se le hacía conocido. Lo tomó mientras lo observaba, dentro, sujeto con una liga para cabello, se encontraba una carta escrita a mano en una hoja de cuaderno convencional.
Decidió que esa carta si la leería.
"Ochako, soy yo, Toga. Sé que no me has visto en mucho tiempo, pero cuando me enteré que tendrías un bebé, no dudé en enviarte esta carta, te mando mil felicitaciones.
Además de mis felicitaciones, creo que siempre quise hablar contigo después de lo ocurrido con Deku, pero sentía que estabas muy ocupada para querer hablar conmigo, además de que la policía aún te vigilaba y posiblemente leyera esta carta antes que tú. Era un riesgo que no me permitía correr.
Pero ahora la situación es diferente, ya eres una mujer nueva y mi nombre ya casi no resalta, así que estoy segura que mis palabras te ayudarán a cerrar aún más las heridas que nos dejó Deku.
En tu última entrevista donde te preguntaron sobre el segundo ataque de Yaoyorozu, tú dijiste que fue un milagro que Deku se hubiese ido sin volverla a lastimar aun cuando ya había entrado a su departamento. Te presumo que no fue un milagro, fui yo.
Bueno, sé que me autoproclamé tu ángel de la guarda, así que igual lo puedes tomar como un milagro, o un deseo de tu hada madrina.
Pero me dirás, Toga, estabas totalmente lastimada en ese entonces, y es cierto, pero al igual que tu voz se escuchó, la mía también lo hizo, y le pedí a dos conocidos que se encargaran de él, y lo hicieron.
Yo estaba llena de coraje, deseaba que lo torturaran, que sufriera lo mismo que te hizo a ti y a mí. Fue lo que pedí, sin embargo uno de los chicos con los que hablé, me dijo que eso haría que aún muerto él recibiese una atención que no se merecía, además de que cabía la posibilidad de que las personas que lo defendían podrían volver el caso en tu contra.
Así que lo hice ver como el cobarde que realmente era, ¿Llegaste a ver la nota que dejó? ¿Apoco no soy buena recreando letras? Desee que toda la evidencia fuese a tu favor y así ocurrió, estoy tan orgullosa de mi, nuestro, trabajo.
Debiste verlo cuando lo colgamos, luchaba por su vida, verlo llorar mientras dejaba de respirar fue algo que me dejó la conciencia tranquila, aunque fuese por pocos momentos, pagó por sus crímenes.
No te preocupes por Jin, ya está muerto, nadie te volverá a molestar….
Bueno, tal vez alguien.
Deja de juntarte con el hermano de Dabi, eso le molesta mucho a él, yo le digo que no tienes nada que ver con él pero no me cree, es muy obstinado, cosa de familia supongo. Pero teniendo en cuenta que Dabi fue uno de los que se llevó a rastras a Deku del departamento de Yaoyorozu, aún me está cobrado el favor que me hizo.
Él es muy bueno para no dejar pistas, tanto así que toda la policía creyó que Deku se había ido del departamento por voluntad propia, nunca que alguien lo se lo había llevado. Aún recuerdo cuando leí una nota que decía: "Por el agujero de la puerta podrían caber incluso dos personas adultas" pero nadie pensó que en realidad fueron tres.
En fin, creo que ya te preocupé, no lo hagas, simplemente aléjate del hermano menor y todo se solucionará. Deku murió sufriendo, Jin no está y la policía hizo un trabajo impecable, tú enfócate en tu felicidad, te lo mereces, y espero aun día ver a tu mini-tú, estoy segura que será hermoso.
Vaya, siento que estoy cerrando un circulo al enviarte esto… de hecho tal vez lo sea, cuando te dije que me gustabas y te quería era verdad, me gustabas y llegué a amarte, ¡Surprise!
Pero bueno, tal como has dicho el corazón cambia, y es lo mejor para nosotras, tienes una familia hermosa, no me atrevería a interferir con ella, así que te regreso lo que tomé de tu casa para demostrarte que ya no te veo de la misma forma romántica que antes. Prácticamente te estoy terminando y te regreso tus pertenencias, jajajajaja.
Espero que tu bien humor siga intacto, y aunque no me veas, yo te seguiré viendo de una u otra forma, no te preocupes, si nos llegamos a ver será cuando sea necesario, ¡Mucho éxito en tu vida!"
Bakugou volvió a ver el termo cuando terminó de leer la carta, con razón se le hacía conocido, ese termo fue el que había utilizado Uraraka la ocasión que le vació el café encima cuando recién se estaban conociendo.
Ya lo recordaba con más claridad, ese termo se había perdido cuando atacaron su casa.
Mierda.
Vociferó un par de palabrotas mientras tomaba el termo, la carta y sus llaves e iba inmediatamente a la estación, Toga había estado mucho más involucrada con el acoso de Uraraka, mucho más de lo que imaginaba, ¿Quién carajos era ella? Tenía el poder para que dos matones se encargaran de Deku, y uno de ellos era inteligente. Dabi. Sabía que ese nombre lo había visto en algún expediente de Todoroki.
Esa carta dejaba implícito que el destrozo de la casa de Uraraka había sido Toga, algo que se le había adjudicado a Bubawara Jin ¿Qué otra cosa había hecho ella que se le habían adjudicado a Jin? ¿El asesinato de Tsuyu Asui? Sintió nauseas.
Exclamó una excusa para nada creíble y salió a gran velocidad de su hogar, siempre decía que King era más que suficiente para cuidar de Uraraka, pero ahora no estaba tan seguro, había un bebé en camino, y no lo expondría por nada, ni a él ni a su madre.
Carajos, al parecer su historia con final feliz aun no terminaba.
