El Nuevo Lord Protector:
Capítulo 69: Momento y eternidad
Habían pasado ya otros dos meses desde que Sesshomaru volvió al centro neurálgico de sus tierras, mientras aprovechando los seguidores nuevos integrantes de su clan para poder investigar. Su abuelo, el jefe del clan parecía comenzar a hundirse en un sueño eterno, lo que les dejaba sin alguien a quien seguir, y muchos comenzaban a decantarse por Sesshomaru, pero otros, a sabiendas de que no iba a dejar sus territorios en la isla de Kyushu parecían comenzar a conspirar y disputar el poder del clan en el continente. Poder que ahora no le interesaba a Sesshomaru en lo absoluto. El poder político, si acaso tenía una opinión acerca de él, es que más bien pertenecía a su madre, después de todo era la hija de Dà yuèliàng gǒu, el Gran Perro de la Luna. Pero parecía ser que a su madre tampoco le interesaba. Se dedicaba más a mirar el cielo, a su collar y a cálculos astrológicos más que a ninguna otra cosa. Él no se podía mover de la ciudad-palacio en la que vivía con Rin, porque tenía que estar a su lado en un momento tan peligroso como lo era este: el final de su embarazo.
Así que se dedicaba a investigar acerca de la aparente maldición que les vinculaba de aquella manera a los humanos y alguna manera de alargar la vida de Rin. Pero aparentemente todo llevaba a callejones sin salida, o a su madre y a su abuelo, que era más de lo mismo. Por no hablar de que nada de eso lo estaba pudiendo hacer realmente en persona, por lo que constantemente se sentía rodeado de inútiles. Al menos la niña esa Fumiko le había sido de ayuda monitorizando el estado de salud de Rin, siendo vigilada a su vez por la humana Atsuko y la doncella de fuego fatuo, Haru. También cada tanto controlaban las cantidades de té, y alimentos que debían suministrarle a Rin un médico humano experto en Feng Shui y un habilidoso herborista demonio oriundo de las islas del sur. Por otro lado, excepto por los pocos paseos que podía dar en los jardines, cuanto más había avanzado el embarazo, Rin más cansada se sentía y más dormía. Habían tenido que trasladar el sitio donde dormía a una habitación más externa de sus aposentos, ya que sino hubiera sido una invasión constante de cuidadores en los aposentos que compartía con Sesshomaru.
Después de escrudiñar el cielo desde lo alto de la terraza y escuchar un montón de información que le servía de poco, empezó a volar suavemente hasta su encuentro con Rin. Apenas un mes quedaba ya para que diera a luz, si es que el embarazo se ajustaba a los nueve meses de embarazo humanos, y procuraba estar a su lado tanto como le era posible. Entró como siempre lo hacía a aquella estancia casi improvisada por la ventana que daba al jardín, con cuidado de no mover ningún objeto que fuera a cambiar las energías cuidadosamente equilibradas del lugar. Con su llegada, algún objeto tintineó como con cualquier corriente de aire, pero no le prestó atención, después de todo, estaba acostumbrado a los llamadores de viento que solía colocar Rin para percatarse más fácilmente de la presencia de él. Ella dormía en un sitio especialmente colocado, para que circulara la energía que venía del arrollo de agua pura, círculos de protección escritos en el suelo, su cabello cuidadosamente cepillado y colocado por Atsuko, fuegos fatuos iluminando las zonas más oscuras, ningún espejo ni planta decorativa y muchísimos almohadones y mantas en un futón enorme de aspecto especialmente esponjoso. Se arrodilló a su lado, abrazándola cuidadosamente con su moko-moko, y ella no se despertó como siempre lo había hecho, pero sí se abrazó a su espeso pelaje. Le acarició delicadamente la mejilla, mientras la miraba con una mezcla de cariño y preocupación. Pero en ese momento no podía hacer nada más que esperar y estar junto a ella. No podía curarla, no podía asegurar que su vida continuara, no podía traer al hijo de ambos al mundo, no podía hacer nada en lo absoluto. Tanto poder para nada…
Hasta que sintió una presencia que le sacó un gruñido. ¿qué se le había perdido a ella allí? De la misma manera cuidadosa que había entrado, salió, asegurando una barrera extra al cerrar la ventana desde afuera. Y enseguida se transformó en bestia, como aquella otra vez que había ido a buscarlo. Para muchos fue un acontecimiento aquella lucha o baile en el cielo de dos perros demonio, hasta que aterrizaron en la terraza principal. A pesar de lo desapegada que era en sus sentimientos. Irasue, como pocas veces, venía enfadada. Pasó de largo delante de su hijo, directa a la habitación de Rin siguiendo el rastro de dónde había estado su hijo con su olfato, sin que nadie se atreviera a interponerse en su camino. Pero antes de llegar a los jardines, viendo hacia donde iba y que parecía que nada la detendría, Sesshomaru por fin le dirigió la palabra a su madre: —Espero que no piense avanzar más, madre.
—¿Acaso vas a detenerme? ¿Es una amenaza, Sesshomaru?
Sesshomaru la miraba amenazadoramente, y para cualquiera era bastante obvio por lo alterado de su youki que era muy probable un ataque en cualquier momento por su parte, aunque se encontraba inmóvil. Para el único que no era tan obvio era para el guardián que se encontraba afuera, resguardando la habitación desde la entrada noroeste, cubierta por cortinajes blancos bordados con conjuros en hilo de plata. Sólo veía a los dos youkais detenidos, sin decirse nada, a Sesshomaru con el ceño levemente fruncido y una dama muy parecida a él (que si no había escuchado mal la había llamado madre). Sin perder demasiado el tiempo Yuuki procuró ponerse de pie, alejándose de la entrada, y si hacía falta interponerse para que nadie más excepto Sesshomaru o alguien que él expresamente hubiera dejado entrar, pasase. Al menos ahora era más difícil de quitar de en medio, teniendo en cuenta de que había ganado una especie de inmortalidad a cambio del hechizo de una bruja, su corazón en una caja y colmillo sagrado reviviendo su cuerpo. Pero la mujer en un instante estaba ya a su lado, y en una voz que describiría entre dulce y aterrorizante, les dijo a ambos hombres: —Si no pensáis de verdad detenerme, al menos no os quedéis parados en mi camino. Por cierto, Sesshomaru, ¿ahora tienes guardias que huelen a cadáver por alguna razón en particular? ¿Hasta dónde llegan tus caprichos? Han llegado muchos de ellos a mis oídos.
—Ha venido sin avisar y tiene que ser usted, madre, quien haga las preguntas.
—Por supuesto. Si no, ¿cuándo ibas a contarle nada a tu madre, Sesshomaru? Me he enterado por Akira que habías rechazado a la mujer que escogí para ti e incluso que ya te habías casado, aparentemente con esa niña humana que llevaste aquella vez hasta mi palacio. ¿No puedo entrar porque estás preparándola para comértela? De haber sabido que te gustaban tan jóvenes te habría buscado una más joven que la señorita Fumiko.
—Rin ya no es una niña, y no puede ser molestada ahora.
—¿Ya ha crecido? Si no han pasado ni diez años, creo. Voy a entrar, luego hablaremos, Sesshomaru.
Dicho esto, se adentró sin ninguna clase de cuidados, levemente sorprendida de la cantidad de barreras y cuidados que había para aquella habitación. Incluso, tuvo que usar cuidadosamente sus garras para cortar una de ellas y avanzar. En medio de aquella habitación dormía la muchacha. Qué rápido crecen los humanos, si esa pequeña niña ya es mujer —pensó. Con tanto revuelo afuera e Irasue entrando sin cuidado. Rin comenzó a despertar5se, y en cuanto reconoció la presencia en la habitación, primero se sobresaltó para luego pasar a disculparse.
—Honorable madre… Lo siento, no sabía que por fin tendría el honor de poder verla hoy, no he podido preparar nada para recibirla como es debido…
—No es tu problema, no he avisado al terco de mi hijo ni a nadie que vendría —contestó arrugando la nariz, la niña parecía embarazada, o demasiado bien alimentada, teniendo en cuenta su vientre, y además apestaba al veneno de Sesshomaru, y parecía mantenerse viva.
—Por favor, deme unos momentos, quisiera recibirla al menos con un mejor aspecto.
La miró de arriba a abajo, tenía razón: estaba somnolienta, el pelo le tapaba la mitad de la cara, estaba con ropa de dormir solamente y no parecía enfocar del todo qué estaba pasando. Por no hablar de que la ropa la llevaba deslizada y pudo avistar unas marcas de cicatriz en su hombro, si su vista no la engañaba, era una mordida. En su cuello colgaba aquél colgante que le dio a Sesshomaru para que supuestamente le entregara a Fumiko, y ahora colgaba de un cuello humano. La chica tampoco estaba mentalmente despierta, sino que más bien bastante aturdida.
—No tienes miedo a la muerte, ¿verdad chiquilla? —estaría dispuesta morir bajo las fauces de mi amado, la sintió pensar demasiado fuertemente. —Haz lo que quieras, iré a ver al ingrato de mi hijo. —Le dijo dándose la vuelta dispuesta a salir, y sin darle ningún margen de respuesta a una shockeada Rin que dejó atrás.
Irasue volvió rápidamente a enfrentar a su hijo, quien la esperaba sentado en una parte más solitaria de los jardines privados, tras descubrir que le estaba escondiendo a una esposa embarazada. No le funcionaba lo de esconderle nimiedades de niño, ¿Pensaba que le iba a esconder algo como aquello? Ahora entendía el miedo de aquella cosa verde (pobre Jaken XD) y de algunos sirvientes más cuando se adentró antes.
—Sesshomaru, ¿Qué significa esto?
—A dónde quiere llegar, madre.
—Cuando te apareciste en la entrada de mi palacio con dos niños humanos, te pregunté si ibas a comértelos, y no me contestaste.
—¿Qué quería de respuesta?
—Sesshomaru, hijo mío. Nunca lo has hecho aún, pero la única forma de superar la necesidad de servir a un humano como un perro, es devorándolo. Siempre lo hemos hecho. Y ahora, resulta que te has casado con esa niña que reviví aquella vez.
—Es mi mujer, la he elegido, no puede hacer nada con eso.
—Hijo mío... ¿de verdad crees que la has elegido? ¿La amas? ¿La deseas? ¿Acaso no entiendes que ese apego que sientes hacia ella es la obsesión del depredador por su presa? ¿Cuánto más vas a esperar para comértela?
—No siga por ese camino.
—Vi las marcas de tus colmillos en su hombro, y ella me confesó estar dispuesta a morir bajo tus fauces. Cuanto más tardes en hacerlo, más alargarás la agonía de no sentir su carne caliente en tus colmillos sintiendo como se deshace.
—Te olvidas de una cosa que me repetiste mucho durante toda mi crianza, y no lo he olvidado. No somos animales. Este Sesshomaru no se guía por el instinto, y no va a comenzar ahora.
—¿Quieres que te crea cuando el vientre de ella dice a gritos que sí has saciado tu instinto para con ella de otras maneras?
—Todavía no me has contestado a dónde quiere llegar, madre.
—Quiero llegar a que no me creo todas esas fantasías que me llegó a contar tu padre, acerca de entender los sentimientos humanos para volver al cielo, ni de que sí estamos capacitados para esa clase de debilidades. Somos seres divinos y libres, que no se te olvide. Ahora bien, —un teatral suspiro interrumpió dramáticamente su frase— veo que me tendré que ver envuelta en asistir el embarazo de una hembra humana... Las cosas que hago por mi querido hijo...
Dicho esto, Irasue le dio la espalda a su hijo para internarse directamente y sin llamar a sus habitaciones y esperar a Rin allí, en busca de tener una larga conversación con su nuera. Antes le había estado buscando esposa a su hijo, porque esperaba poder ser abuela ese mismo año. Los cielos y sus estrellas le habían desvelado que ese año sería muy importante, y quiso intervenir en lo único que pensaba que podría, y ni siquiera eso. Menudo año, menudo mes, sería en el que ese pequeño híbrido había decidido venir al mundo.
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¡Hola mi gente hermosa! Espero que os haya gustado el capítulo, como vuestros deseos son órdenes, me dejé de rodeos y me traje a la suegra (en teoría tenía que haber otro capítulo entre medias de esto, pero creo que era más fácil explicar un capítulo en los tres primeros párrafos que he escrito lol). En fin ¿que tal? todo guay? disfrutando de la #sessrinweek? iorando porque no hay más hanyou no yashahime hasta vete tu a saber cuando? todas las anteriores? XD
Pero vayamos a lo importante, que me encantan vuestras teorías: ¿QUÉ VA A QUERER HABLAR IRASUE CON RIN Y QUE MIERDAS HA VISTO IRASUE EN EL CIELO? Nada, teorías a tutiplén, pero aquí ya iremos desvelando el verdadero nudo final del fanfic (que tengo planeado hace mil y no me creo que aún vaya por aqui xddd)
Bueno bebes, esto es todo, muchas gracias a todos los que me leéis, especialmente quienes os tomáis el ratito de escribirme, me hace mucha ilu. Espero que os haya gustado, un abrazo de oso panda y hasta la próxima! :3
