Harry Potter pertenece a JK Rowling.
Tokyo Ghoul pertenece a Sui Ishida.
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Este es un Fic con una Fem-Harry (llamada Artemisa, en esta versión), podríamos decir que es como otra versión del Fic "La Chica del Rayo".
Aquí Artemisa será un Ghoul (Estilo Tokyo Ghoul).
Aquí los padres de Artemisa, están vivos, y tiene dos hermanos menores.
Harem: Hermione Granger, Padma Patil, Daphne Greengrass, Susan Bones, Tōka Kirishima, Lily Potter y Stephanie (su hermana menor OC).
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Artemisa: The History of The Queen Ghoul
Capítulo 69.
La chimenea se encendió y de ella salieron dos personas, a ambas, el Ministro ya las conocía bien: El Ministro del lado mágico de Gran Bretaña: Cornelius Fudge, y la... la Jefa del Departamento de Aplicación de la Ley (mágica, obviamente): Amelia Bones.
―Fudge, señora Bones, ¿Qué pasa? ―preguntó el hombre, ante los rostros de apuro, de los dos magos.
―No sé ni por dónde empezar ―dijo Fudge. ―Antes que nada: Lamento los desastres que los Mortífagos...
―Los Terroristas Mágicos. ―Tradujo Bones, de forma amable.
―Que han estado causando. ―Dijo Fudge, para luego explicarlo todo, rápidamente. ―Como se ha dado cuenta: El puente Brockdale fue derrumbado, pero ya hay personas trabajando, en la reconstrucción.
―Sí... sí. Gracias por encargarse de eso. ―Dijo el Primer Ministro, aun nervioso. ― ¿Saben algo, sobre el raro ambiente frio y seco?
―Por desgracia para nosotros, sí lo sabemos. ―Dijo Fudge, pasándose las manos por la cara. ―Son unas criaturas horrorosas. Pueden... eliminar las emociones positivas, en las personas, ¿sabe? La alegría, el amor... se alimentan de estas emociones y.… bueno: solían estar bajo nuestro control, eran carceleros de la prisión mágica, llamada Azkaban. ―Fudge sacó su varita y colocó una taza de té, ante el Primer Ministro, quien bebió de la taza, logrando relajarse, y prestar aún más atención.
―Los Dementores, se han vuelto contra nosotros ―dijo Bones. ―Hemos logrado, trasladar a los prisioneros más peligrosos, a otro lugar, aún más secreto.
―Están enloquecidos, y la mayoría son solo... un cascaron catatónico, de lo que fueron algún día. ―Dijo Fudge. ―Los más peligrosos magos... criminales, están bajo control, los movilizamos a un lugar aún más secreto.
― ¿Y estas criaturas, ya no están bajo su control? ―preguntó.
―Se han aliado con un terrorista mágico, llamado Tom Ryddle, quien se hizo llamar, por muchos años: Lord Voldemort, un anagrama ―dijo Amelia, el Ministro notó, como Fudge saltó en su silla, sin lugar a dudas, el Ministro Mágico, temía mucho, a ese nombre. ―Voldemort... logró, que algunos Criminales Mágicos, escaparan y se aliaran con él, así como muchas criaturas. Las más peligrosas, los gigantes, trataron de atacar pueblos aislados, logramos contener los daños, y hemos logrado (de forma brutal y poco ortodoxa), que ya no estén aliados con... Ryddle. Debido, a que les hemos hecho ver, lo que pasa al enfrentarnos. ―El Primer Ministro asintió. Entendía, que había una guerra contra el terrorismo, en el lado mágico del país, y que Fudge y Bones, habían logrado contener lo peor del daño.
― ¿Por qué está tan deprimido, Fudge? Si están logrando responder tan efectivamente ante estos terroristas. ―Preguntó el Primer Ministro.
Amelia suspiró. ―Cornelius, se concentró en llegar a su puesto actual, teniendo un largo recorrido político. Pero... él no creyó a la joven bruja, Artemisa Potter, cuando ella dijo que Ryddle había... realizado un ritual y vuelto a la vida. No le creyó, envió a su propia secretaria, para que ella diezmara, lo que él creyó que eran los intentos del director, del colegio de magia de Inglaterra, creyó que este hombre estaba formando un ejército y que quería derrocarlo del poder.
―Artemisa Potter, le tendió una trampa a Ryddle ―dijo Fudge, con una sonrisa, aunque con una mano sobre su rostro. ―La chica, logró engañarlo... no podía encarcelarla, por los... asesinatos de los terroristas. Ellos creyeron que la llevaban a una trampa, pero fue al revés. Ella me hizo ver, que tenía razón en sus palabras, y ahora... ―suspiró. ―Gracias a una mejor organización... de nuestros agentes del orden, estamos realizando redadas, estamos encarcelando a varios criminales, y enviándolos a prisiones...
―Fuera del mapa ―completó el Ministro, a lo cual Fudge asintió.
―Lamentamos mucho, que ustedes, los Muggles se vean afectados, por este tipo de cosas, de nuestro mundo. ―Dijo Amelia. ―El Ministro Fudge, me entregará la batuta de Ministra de Magia, en una ceremonia privada, pues sabemos que su vida está en riesgo.
― ¿Un atentado terrorista? ―preguntó el Ministro Muggle, ambos asintieron. ―Ryddle planea hacerse, con el control del Ministerio Mágico. ¿Cómo planean evitarlo, exactamente?
―No lo evitaremos ―dijo Fudge seriamente. ―Voy a ser un mártir. Van a haber agentes del orden, ocultos en el lugar, y apresaremos al sujeto, para luego interrogarlo, en busca de la ubicación de Ryddle.
El Ministro Muggle suspiró. Jamás creyó que llegaría el día, en el cual extrañaría aquellas raras y cortas charlas con Fudge.
Saber que tenía conocimiento, de la pronta muerte de un compañero político, no era una información fácil de manejar.
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Los libros necesarios para el nuevo año, eran:
«Elaboraciones de Pociones Avanzadas»
«Guía de Transformación Nivel Superior»
«Plantas Carnívoras del Mundo»
«Enfrentarse a lo Indefinible»
«La Búsqueda de la Quinta Esencia»
De la lista, Lily tenía en la casa, todos, menos el de las plantas carnívoras, así que ella fue a comprarlo, y por petición de Artemisa (quien casi la vuelve loca), llevó una espada que fue previamente transformada en una pulsera.
Con el regreso de Voldemort, siendo algo de conocimiento público, el Callejón Diagon, se convirtió en un lugar lúgubre, las ventanas de los negocios estaban con las ventanas corridas, y tenías que tocar la puerta, de una forma especial, para que te abrieran.
Era como si el Callejón Knockturn, hubiera comprado el Diagon.
Tras la compra de un único libro, que luego multiplicaría; compró los ingredientes de pociones.
Y nuevas túnicas, no solo para ella, sino para sus hijos, su nuera y cuñada.
Con las compras hechas, volvió a casa Apareciéndose.
Solo para encontrarse a unas nerviosas Stephanie, Astoria y Daphne, quienes aseguraban que Artemisa no estaba en la casa.
Aquello hizo que los ojos verdes ojos, de la pelirroja mayor, se abrieran como platos. Sin decirles nada, fue a la habitación que compartían Artemisa y Daphne, miró bajo la cama, usó un hechizo de revelación, pero no encontró el maletín, volvió a usar el hechizo, ahora en un área mayor, pero no estaba en la casa.
Ni tampoco Artemisa.
― ¿A dónde se ha llevado esa niña, el Quinque? ―se preguntó. Mientras volvía a la sala, y entraba en la cocina, Stephanie la siguió, para comenzar a preparar el almuerzo.
― ¿La encontraste, mamá? ―preguntó la pelirroja menor, nerviosa.
―Aun no. ―Contestó, poniendo nerviosas a todas. ―Consecutus: Artemisa Potter. ―Una esfera de luz, surgió de la varita, yendo en busca de la Ghoul.
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Artemisa, estaba bajo la capa de invisibilidad de su padre, junto al negocio Borgin & Bokes, estaba usando un hechizo, que amplificaba la voz, pero solo para que ella lo escuchara, no funcionaba para que todos lo oyeran, cosa que fue perfecta.
Aunque la verdad fue, que no pudo enterarse de mucho, solo que Draco quería que Borgin le ofreciera lecciones, para reparar algo, que él no podía movilizar hasta la tienda, así que el hombre le ofreció algunos Tips, sobre reparar algo.
La chica inmovilizó la campana de la tienda, y abrió la puerta ligeramente. No hubo ruido, se acercó a ellos, y se quedó a la derecha de Draco, enterándose de qué era, lo que deseaba el rubio, o bueno: lo que tanto deseaba Voldemort.
Se alejó, y vaya susto se llevó el heredero Malfoy, cuando una mano se colocó en su boca, y fue jalado hacía un lado.
― ¡Artemisa! ―dijo asustado.
― ¿Qué ocurre Draco? ―preguntó la chica. ―No es tu estilo, el venir a este callejón.
―Tampoco el tuyo. ―Dijo ahora, más calmado, aunque susurró lo siguiente que estaba por contar. ― "Borgin tiene un objeto llamado Armario Evanescente" ―Contó. ― "Sirve para que una persona, o un grupo de ellos, viaje desde un lugar a otro... a otro Armario, y su gemelo, está en Hogwarts"
― "¿Qué quiere que hagas?" ―preguntó Artemisa.
― "Quiere que mate a Dumbledore, entre el 29 y el 30 de junio, cuando finaliza el año" ―susurró. ― "Ese mismo día, tengo que abrir el armario, para que entren algunos... magos oscuros, bajo su mando, planea enfrentarte ese mismo día, y matarte"
― "Avísame, cuando será: o el 29, o el 30 de junio, para contraatacar" ―susurró.
― "Sí señora"
― "Nada de señora, rubiales, tenemos la misma edad" ―susurró Artemisa, sonriéndole, antes de colocarse la capa y desaparecer.
Draco suspiró.
Sabía que Artemisa vencería una vez más a Voldemort. LO hizo en 1992, en 1994 y en 1995.
No había motivos, para que acabara siendo derrotada, mágicamente, en este 1996.
Ella ganaría.
Él contaría todo al Ministro de Magia: Que se volvió un Mortífago, solo porque deseaba salvar a su madre. Sabía que el Ministro y la señora Bones, lo entenderían. Lo comprenderían.
