¡Feliz Día del amor y la amistad!
.
RinMakoto. Te dije que llegaría jaja. Rin fue grosero con Tsubasa y la verdad es que detrás de esa faceta fría se esconde un pasado algo triste, aunque daré detalles más adelante. ¡Saludos!
.
El Redentor 777. No pude con eso jaja, Elena posee el magnífico himno de la madre Rusia, a lo mejor puede montar osos, beber vodka con veneno de cobra y pelear con el yeti jaja. Con Rin, pues parece que el odio que tiene hacia las mujeres es de algo fuerte y en otros capítulos lo explicaré. Por cierto, amigo, siento que nos tienes medio abandonados con los otros fics, no es por nada, pero extraño leerlos los fines de semana, pero esperaré el tiempo que necesites, sin presión ;) ¡Saludos!
.
Sin más, comencemos…
.
.
.
Esa noche luego de que todos se fueron a sus respectivos hogares, debiendo aceptar que los bateos en el centro sirvieron para hacer que los músculos de los beisbolistas, que, si de por si estaban cansados, pudiera agarrar algo de resistencia.
Aunque en la residencia Arihara, la capitana estaba comiendo junto con sus hermanas y su madre, siendo que el señor Arihara se encontraba aun trabajando y llegaría tarde.
Tsubasa estaba pensativa, cosa que ss hermanas notaron y de ahí, solo podían suponer una cosa.
- ¿Estás bien Tsubasa? – preguntó Yui mirándola.
- ¿Eh? – la menor sacudió la cabeza – s-sí, ¿Por qué lo preguntas?
- Tienes la mirada perdida, no es normal en ti – ahora era Misa – déjame adivinar, ¿te enteraste que los Lions perdieron y por eso estás así?
- No es eso… ¡espera! ¿Perdieron los Lions?
- Lo sabía – ambas solo tuvieron una gota de sudor en la frente.
- Olviden eso, solamente estaba pensativa por algo que pasó cuando venía, nada más.
- ¿Y qué pasó?
- Pues… - la castaña pensó un poco en decirlo o no, aunque le pareció extraño recordar al joven el cual parecía estar de malhumor cuando le respondió de tal manera – olvídenlo, creo que solo es cosa del club.
- ¡No me hagas esas cosas Tsubasa! Que a mí me gusta el chisme – decía la mayor – por eso sigues soltera.
- ¡Yui-nee!
- Yui, deja de decir esas cosas que tú también estás soltera – dijo la madre de las chicas haciendo sonrojar a la hija mayor.
- Eso te pasa porque el chico que te gusta ni te hace caso.
- ¡¿Acaso tu sabes lo que es tener pareja Misa?!
- Sí, porque yo si tengo novio – dijo la hija de en medio dejando sorprendida a sus hermanas.
- ¡Misa / -nee, ¿tienes novio?!
- Sí, mamá ya lo conoce – decía Misa – nunca lo conocieron porque Yui siempre se la pasaba saliendo con las amigas o tratando de ligar con el chico que le gusta cuando se sabe que a él le gusta otra chica.
- ¡No es así!
- Y Tsubasa se le pasa con su club de béisbol después de la escuela, así que llega tarde, aparte de que dudo que vaya a conseguir novio sabiendo cómo es así.
- Igual lo creo – dijo la madre de esta poniendo en más vergüenza a la capitana.
- ¡Mamá!
- Lo siento Tsubasa, pero es que no te he visto interesada en el amor, y pensé que serías la única de mis hijas que no se casaría.
- ¿Por qué me dicen eso? Hasta yo podría enamorarme.
- Y que te rechacen – dijo la mayor en voz baja.
- ¡Te escuché Yui-nee!
.
Al día siguiente…
Tsubasa iba rumbo a Satogahama, aunque pensó que se iría junto con Yoshimaru, este ya se había ido antes así que no tuvo más opción que irse sola.
Durante el camino pensó que se encontraría con Tomoe, aunque justo cruzando una esquina, se topó con cierto peli rojizo el cual haba conocido durante la ida a la sala de profesores.
- ¡Buenos días Amemiya-kun!
- ¿Eh? ¿Arihara-san? Buenos días – saludó Sorata – veo que vienes alegre.
- Bueno, no es tanto que esté alegre, simplemente soy así – sonreía la oji azul. De ahí, ambos se irían hablando un poco, parecía que el peli rojizo comprendía en parte un poco a la capitana. Aunque llegando casi cerca de la Academia, se encontraron con Tomoe la cual quedó extrañada por ver a su mejor amiga hablando con Sorata.
- Tsubasa – la peli negra detuvo su caminata con los dos chicos y señaló hacia adelante en el que un poco alejados iba el mismo chico que la noche anterior había sido grosero con ella.
- Es él – la castaña tragó saliva ya que le daba miedo estar cerca de él, aunque ambas notaron algo que les llamó la atención.
- ¿Viste el juego de anoche Rin? – decía un chico al peli cian el cual parecía estar bastante… alegre.
- Estuvo bueno, aunque fue una lástima que perdieran los visitantes, aun así, se les veía bastante fuertes.
- ¿Verdad que sí?
- Así es Rin – reía Satoshi a un lado mientras que ambas beisbolistas no lo podían creer.
- ¿Pasa algo Arihara-san?
- N-No, solo sigamos.
- Está bien – Sorata solo siguió con ambas chicas hasta que llegaron a Satogahama y fueron a sus respetivos salones.
Durante el resto de la clase, las cosas parecían ir de lo más normal hasta que llegó la hora del receso, como siempre algunos iban con sus respectivos amigos o parejas, aunque de igual forma se miraba a cierta rusa mirar de lejos la puerta del club de béisbol.
- ¿Y cómo hago para entrar sin que me mire muy interesada? – decía Elena escondiéndose a un lado – no veo a ninguna de las chicas, ni siquiera a algún miembro.
- Oye, ¿se te ofrece algo? – Joan llegó junto con Esperanza mirando a la peli blanca.
- Дерьмо! (Mierda).
- Hostias, no grites de ese modo.
- ¿Y qué fue lo que dijiste? – preguntó el castaño.
- ¿Q-Quiénes son?
- Eso debería decirte, ¿Qué haces tanto espiando al salón del club?
- P-Pues… - Elena se hallaba contra la pared mientras que ambos extranjeros solo observaban a la peli blanca – s-solo pasaba por aquí, nada más.
- ¿En serio? – Esperanza la miró fijamente – que se me hace que no te creo.
- M-Mejor me voy.
- ¿A dónde vas? – Joan fue ignorado por Elena la cual solo siguió su camino, dejando a ambos chicos confundidos.
- ¿Y qué le pasa a ella?
- Ni idea Esperanza, no tengo ni la más remota idea.
- Debe ser de esas chicas presumidas que solo se hacen las interesantes para llamar la atención.
- ¿Tú crees? – con eso, la pareja solo siguió su camino aun en la mente con lo pasado con Elena. Con esta chica, esta solo seguía caminando por los pasillos y sin darse cuenta, se topó con un chico peli oro y ambos cayeron al suelo.
- Lo siento.
- Mi cabeza, caí mal – decía la peli blanca mirando hacia arriba, aunque cuando lo hizo, se encontró con la mirada de ojos amarillos - ¿eh?
- ¿Estás bien?
- S-Sí – Elena aceptó la ayuda del chico, aunque la joven solo seguía mirando al joven – gracias.
- No hay de qué.
- Este… - Starffin solo seguía mirando como el peli oro empezó a irse hacia otro lado, aunque esta solo lo observaba – e-espera.
- ¿Qué pasa?
- Простите за удар, я не заметил, куда иду. (Perdón por el golpe, no me di cuenta de hacia dónde iba).
- E-Este… ¿Qué dijiste?
- ¡L-Lo siento! – la peli blanca hizo una reverencia – solo dije que gracias por la ayuda.
- Vamos, no es para tanto – reía el joven.
- Por cierto, ¿Cómo te llamas?
- Mi nombre es Satoshi Sakurai.
- Soy Elena Starffin.
- ¿Starffin? Que extraño apellido.
- Es que… soy de Rusia.
- ¡Genial! – exclamó Satoshi – no me esperé que hubiera alguien extranjero.
- B-Bueno, debo irme, nos vemos – sin más, la peli blanca desapareció de la vista de Satoshi el cual solo río un poco por la personalidad de la rusa. Elena vigió que se hubiera alejado lo suficiente para no ver al chico y sin darse cuenta que estaba algo roja - ¡Que chico tan lindo! ¡Me habían dicho que los japoneses eran lindos, pero no me imaginé que tanto!
.
En otro de los pasillos…
- ¿Cuántas veces tiene que pasar lo mismo? – decía Yuuto algo molesto cuando de nuevo chocaba con Akane.
- L-Lo siento.
- Oye, esto ya se vuelve algo que realmente me está molestando – suspiraba el chico.
- Lo lamentamos en serio – Nozaki hablaba – Tomizawa-kun, Ukita-san no lo hace con mala intención.
- Ya sé que no lo hace con mala intención, pero de igual modo es molesto.
- Lo siento en serio – decía la castaña tapándose un poco con su capucha.
- Déjalo así, ya no te digo que tengas cuidado porque sé que alguna vez más chocaremos de nuevo – con eso, Yuuto se fue del lugar dejando solas a las dos chicas.
- ¿Qué será que tanto chocamos Nozaki-san?
- Ni idea, aunque… - la rubia miró de reojo a la castaña – puede ser una señal de que algo puede pasar entre los dos.
- ¿E-Entre los dos? – Akane lo pensó un poco y unos segundos después, su rostro estalló en rojo - ¡p-pero ¿Qué dices Nozaki-san?! ¡T-Tomizawa-san y yo no…!
- No tiene nada de malo, aunque por el momento se lleven así, puede pasar algo en el futuro.
- Y-Y-Yo… - la chica estaba que se desmayaba siendo apoyada por su amiga rubia.
- Creo que eso fue demasiado para Ukita-san.
.
Mientras tanto…
- ¿Juegas algo Runa-chan? – preguntó Chiyo mirando a la peli blanca la cual estaba con su celular. Cabe decir que la Kusakari menor se la pasaba jugando un poco apartada de los demás, aunque la peli rosa quería acercarse a la joven.
- Solo juego Among us.
- ¡¿Among us?! – exclamó alegre Chiyo – no me lo creo, pensé que nadie más jugaba aun a ese juego.
- ¿Por qué lo dices?
- Es que… casi nadie juega ahora, mis amigos dejaron de jugarlo y ahora que me matriculé, casi no jugamos nada por línea.
- Que mal por ti – Runa no prestó más atención y solo seguía con su celular jugando.
- E-Este… ¿no te molestaría que jugáramos una partida juntas?
- Estoy en una pública, además, prefiero hacerlo sola si no te molesta.
- B-Bien, perdón entonces – con eso, la de ojos amarillos se alejó un poco nerviosa de la peli blanca la cual solo siguió jugando.
Mientras la peli rosa caminaba saliendo de su salón, se topó de reojo con su amiga de cabello negro y ojos verdes.
- ¿Lin-chan?
- ¿Chiyo-san? ¿Qué pasa?
- N-Nada, solo pasaba y te vi con ese… ¿libro?
- Esto – Lin mostró un libro el cual tenía en la portada un bate y una pelota de béisbol – es un manual en el que puedo sacar más ideas para un posible juego que nos toque.
- Ya quiero jugar un partido, me imagino que nuestro debut sea bueno.
- Solo nos queda esperar a que nos ponga Nishimura-Senpai.
- Eso espero – sonrió Chiyo, aunque de la mente no se le fue el tema de Runa y más porque era así de seria.
.
- ¿A dónde iremos hoy? – preguntó Satoshi a su amigo el cual solo suspiró.
- No tengo idea, pero no estoy tan humor para salir.
- Vamos Rin, no seas así, sé que la salida de anoche no salió como esperaban, pero de igual forma podríamos a otro lado, recuerda que sale hoy.
- ¿De qué hablas? – el peli cian lo miró fijo y su mejor amigo asintió, dando a entender a lo que se refería – no me digas que…
- Así es, el nuevo capítulo de Dragon Ball Súper sale a la venta.
- Por fin, ya estaba esperando, quiero saber que pasó después de la saga de Moro, aunque ahora vamos con ese tal Granola.
- Vamos entonces – las clases habían finalizado y muchos ya se estaban a sus casas, aunque al mismo tiempo, en el salón del club, Yoshimaru convocaba a todos a dar un aviso.
- ¡¿Un partido?!
- Así es, hemos sido contactados por la Academia Shirogane la cual su equipo femenino quiere enfrentarse a nosotros.
- ¿Algún motivo en específico? – preguntó Shinonome.
- Por el momento no han dicho nada, pero de igual forma solo dijeron que querían un partido contra el equipo.
- ¿Cuándo será el partido?
- En eso estamos, están planeado hacerlo este fin de semana o el siguiente, dijeron que estemos pendientes de que fecha se dará – explicaba el castaño – por eso, tomaremos este día como descanso mientras nos ponemos de acuerdo en la fecha.
- Bien – dijeron varios.
- Ya me imagino debutando – decía Yuzu alegre por la noticia que podría jugar su primer juego junto con las demás de primer año.
- Bueno, son libres de irse a sus casas si lo desean – con eso, los demás jugadores solo se fueron a sus respectivos hogares, mientras que algunos iban en grupos, otros solo se dirigían a sus hogares.
En el caso de Tsubasa, iba con su mejor amiga hablando por el camino, hasta que se volvieron a topar con el mismo peli rojizo.
- ¡Amemiya-kun!
- Arihara-san.
- Este, gracias por lo de hoy en la clase de Matemáticas.
- ¿Y qué pasó? – preguntó Tomoe.
- Es que... me quedé dormida y se me olvidó copiar lo que el maestro copió en el pizarrón.
- Arihara-san se veía graciosa dormida en el pupitre.
- Tsubasa – la peli negra miraba fijo a la oji azul la cual solo desvió la mirada un poco asustada – aun así, me alegra que Amemiya-san te haya ayudado.
- No te preocupes, si es de ayudar, estoy al servicio.
- Que genial eres Amemiya-kun – con eso, Tomoe solo miraba la extraña convivencia entre Tsubasa y Sorata.
- Que extraño. Normalmente Tsubasa solo es más cercana a Nishimura-san cuando se trata de chicos, aunque sus sentimientos fueron rechazados, no volvió a mirar a alguien de ese modo, pero con Amemiya-san – la peli negra miró de reojo al peli rojizo – puede ser que él… sea el indicado para Tsubasa.
.
.
Continuará…
