Capitana, felicidades.

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RinMakoto. Tsubasa no estará del todo alegre cuando escuche lo que Nakano tiene que decirle, pero tal y como dices, no parará allí, mientras que Shizuku no se da cuenta de las intenciones de su padre, pobrecita jaja.

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El Redentor 777. Las riendas están dadas, Tsubasa sabiendo como es no lo dejará en paz y sí, las costumbres familiares se siguen, mira que Shizuku no se da cuenta y Tsuyoshi tampoco jaja.

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El capítulo lo hice más para Tsubasa la que estuvo de cumpleaños el 3 de marzo, por si preguntan porque me enfoqué más en ella.

Sin más, comencemos…

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- ¡Fin de semana! – exclamaba la chica de ojos azules que resultaba ser Tsubasa la cual se despertaba un poco tarde mientras bajaba a desayunar.

Los padres de la chica ya se habían ido a trabajar, por lo que la castaña quedaba sola con sus hermanas, las cuales parecían estar en sus asuntos.

Todo bien hasta que recibió una llamada de parte de la periodista la cual parecía estar insistiendo en verla.

- ¿Conseguiste algo Nakano?

- Pues sí Arihara-san, resulta que encontré varias cosas que a lo mejor te interesan.

- ¿Hay algo malo con Minagawa-san?

- La verdad sería mejor que nos reuniéramos porque hablar de esto es algo… delicado por así decirlo.

- ¿Tan así?

- Podemos decir algo así, pero de igual forma, no sé si podamos hablar.

- Claro Nakano, solo dime donde nos reuniríamos y estaré allí.

- Bueno, te enviaré luego la hora y el lugar, pero será más tarde ya que estoy ocupada ahorita – se escuchó la voz del hondureño de fondo y Tsubasa entendió de que se trataba.

- Lo entiendo, bueno, esperaré a que me llames entonces.

- Bien Arihara-san, te llamaré luego.

- Adiós – aunque al final la capitana esperaría el llamado de su amiga periodista, esta decidió salir un poco a dar una vuelta.

- ¿Irás a ver a alguien Tsubasa? – preguntó Yui mirando a su hermana menor la cual estaba con una blusa blanca, pantalón azul ajustado y unas zapatillas negras.

- N-No, solo quiero ir a dar una vuelta.

- Pensé que a lo mejor ibas a ver algún chico, aunque conociéndote y como solo tienes pelotas de béisbol en la cabeza, pues sigo pensando en que te quedarás soltera.

- ¿Con que derecho lo dices tú? – exclamó Misa desde la cocina.

- ¡Cállate Misa!

- Me voy – sin más, la chica se fue a dar una vuelta por la ciudad, aparte de que llevaba una pequeña cartera negra.

Mientras iban caminando, la castaña solo miraba alrededor tratando de encontrar algo conque entretenerse mientras que Nakano recogía su información.

Aunque al final, cuando iba llegando a una tienda de manga, esta decidió entrar ya que le había llamado la atención que estaba a la venta el nuevo volumen del manga de Dragon Ball Super.

- ¡No me lo creo! – exclamó la chica - ¡ya salió la nueva saga!

Sin más, la chica ingresó para buscar el manga, aunque sabía que la fecha había pasado hace unos días por lo que los ejemplares eran bastante escasos.

- ¿Dónde estarán? – Tsubasa miraba por todos lados buscando el manga, aunque no lo encontraba por ningún lado. Ya dándose por vencida, logró ver de lejos como está lo que parecía ser el último ejemplar del manga. Rápidamente fue hacia él, aunque cuando llegó, al mismo tiempo otra persona lo tomó sorprendiéndola - ¿Amemiya-kun?

- ¿Arihara-san? – el peli rojizo solo miró a la castaña la cual poseía la mano encima de la suya.

- ¿Qué haces Amemiya-kun? ¿También vienes por el manga? – preguntó la oji azul a lo cual recibió un asentimiento de cabeza del chico – l-lo siento, sé que lo quieres más que yo.

- No, adelante, se te mira que lo quieres más que yo, después de todo, puedo esperar a que traigan más.

- ¿Seguro?

- No te preocupes, adelante.

- G-Gracias – con eso, la chica solo tomó el manga, mientras que Sorata solo tomaba otro que resultaba ser de otro manga que parecía ser que le gustaba - ¿Qué llevarás?

- Llevaré Tate no Yuusha, dicen que se pone bueno la saga.

- Nunca lo he visto.

- Te lo recomiendo, es bueno – río un poco el peli rojizo. Con eso, ambos fueron a la caja registradora a pagar los mangas y sin más, ambos salieron.

- Gracias por el manga Amemiya-kun.

- No hay de que, aunque no lo lea, al menos tengo este, ya quiero ver de qué trata – Sorata solo miró a la chica – por cierto, Arihara-san, ¿Qué haces dando una vuelta?

- Bueno, es que iba a verme con una amiga, pero quedamos de hablarnos para quedar, pero dijo que se tardaría, así que, para no aburrirme en casa, decidí salir y bueno, miré el anuncio del manga y entré y el resto ya lo conoces.

- Yo solo salí por el manga, aunque también me daban ganas de ir al centro de bateo a entrenar un poco.

- ¡¿Al centro de bateo?! – la chica se le pegó mucho - ¡¿juegas béisbol?!

- Lo jugué en secundaria, aunque lo dejé por un año ya que me quería concentrar en mis estudios, pero de igual forma nunca le perdí el gusto, digo, es el deporte que más quiero.

- ¡Igual yo, el béisbol es lo mejor del mundo!

- Por algo eres miembro del equipo de la academia ¿verdad?

- En realidad soy la capitana… y la creadora del club… y la Presidenta – todo esto lo decía de forma avergonzada.

- Bueno, yo iré hacia allá, no sé si quieres ir también.

- ¡Por supuesto! – exclamó feliz la chica – nunca es tarde ni muy temprano para jugar al béisbol.

- De veras que tienes mucha energía – con eso, ambos chicos fueron al centro de bateo en el que normalmente entrenaban.

Llegando, pagaron su entrada y de ahí solo ingresaron a las cabinas para poder entrenar un poco. Cabe decir que, aunque fuera fin de semana, este día había menos gente y por lo tanto tenían libertad para usar las cabinas.

- ¿Lista Arihara-san? – preguntó el joven.

- Lista – con eso, la castaña se metió a la cabina, tomó un bate y alistándose lo mejor que pudo, comenzaron a caer las pelotas desde las máquinas lanzadoras. Tsubasa no tuvo muchos problemas ya que estaba más acostumbrada a esos lanzamientos, por lo que mantuvo un buen ritmo de inicio a fin.

- Increíble Arihara-san – aplaudió el peli rojizo – realmente se demuestra porque eres la capitana.

- Ahora quiero verte Amemiya-kun – la chica le pasó el bate – quiero ver cómo te ves bateando.

- Bueno, si tú lo dices – Sorata solo obedeció a la castaña e ingresó a la jaula solo para esperar a que las pelotas fueran disparadas.

- ¡Adelante Amemiya-kun!

- Bien – con eso, las pelotas volaron hacia él y cuando menos acordó la capitana del equipo, este conectó cada pelota y la mandó al área del home run, impresionando a Tsubasa de gran manera.

Durante el rato que estaba, esta notó algo distinto en el peli rojizo que no había notado antes. Realmente era la segunda vez que miraba a un chico bastante cercano a ella. Recordó a Yoshimaru cuando se fueron conociendo con el pasar de los días y aunque llegó a enamorarse de él, ahora todo eso estaba en el pasado, pero justo llegaba a conocer a alguien que le hizo recordar eso, aunque no se suponía que lo volvería a sentir.

Tanto estuvo pensando en todo el asunto que recordó de un solo que su amigo estaba en la cabina bateando. Sorata tenía bastante experiencia ya que de todas las pelotas que lanzaba la máquina, todas las lograba dar y aunque muchas de estas daban en el home run, algunas pasaban rozando la zona, lo que daba a indicar que era bastante bueno.

Cuando terminó, solo salió de la cabina mientras iba a su encuentro con la castaña la cual salía de sus pensamientos.

- ¡Increíble Amemiya-kun! ¡Estuviste de lo más ¡increíble! – halagaba la chica al peli rojizo el cual solo pasó su cabeza sobre la parte trasera de su cabeza.

- Vamos, solo hice lo que pude.

- Nada de eso, lo hiciste bien.

- Gracias Arihara-san. Por cierto, tu amiga no te ha llamado ¿verdad?

- No lo sé la verdad – Tsubasa revisó su celular y notó que aún no tenía ninguna solicitud de parte de su amiga periodista – Nakano aún no me ha contactado, así que aún tengo tiempo.

- ¿Y qué hacemos ahora?

- Si quieres podemos ir a comer algo, conozco un buen sitio en el que podemos disfrutar de una buena comida.

- ¿En serio?

- Sí, confía en mí.

Tsubasa y Sorata se fueron a lo que parecía ser un restaurante, esto para impresión del peli rojizo, aunque para la oji azul era muy conocido ya que era el sitio número 1 para los descansos del club luego de los entrenamientos.

- Bienvenidos… ¿Tsubasa-san?

- Hola Saki-chan, perdón si venimos temprano, pero queríamos comer algo.

- No importa, después de todo son libres de venir cuando quieran.

- Saki-Senpai, ya terminé la mesa 9 – dijo un peli morado llegando a donde estaban los 3 chicos – oh, bienvenidos.

- Hola – saludaron ambos.

- No lo presenté, él es Ryuu Otonashi, un Kouhai y bueno, me ayuda bastante los fines de semana en el restaurante.

- Increíble Saki-chan, ¿y que dice tu padre?

- Pues, está bastante feliz con Ryuu-kun y realmente le gusta cómo trabaja, aparte de que sus dos hermanos están con Minako-chan y Koko-chan.

- ¿Hermanos?

- Es que somos trillizos, pero por el momento yo solo le ayudó a Saki-Senpai con su trabajo.

- Vaya que cosas – río un poco la castaña – pero de igual forma, ¿tienes mesa libre?

- Allá hay una, aunque… - la peli azul miró al joven que acompañaba a su capitana - ¿él es quién es? ¡¿Es tu novio?!

- ¿E-Eh? – los dos chicos se pusieron bastante rojos cuando Saki mencionó esto, en especial Tsubasa la cual estaba más roja que el cabello de Kurashiki.

- ¡N-No, solo es mi amigo! P-Porque mejor no vamos a comer mejor ¿Qué opinas Amemiya-kun?

- S-Sí, opino lo mismo.

- Bueno, pasen entonces – los dos chicos solo llegaron a la mesa en la cual fueron atendidos por Ryuu que tomó las ordenes de ambos y sin más se fue a la cocina.

- No pensé que Saki-chan fuera a tener un contacto así con algún chico – dijo Tsubasa mirando como su amiga peli azul hablaba bastante con el peli morado.

- ¿Ella es compañera tuya?

- Sí, una amiga y compañera del club de béisbol, ella es hija de los dueños de este restaurante.

- ¿En serio? – la oji azul asintió – pues parece que siempre han venido aquí por la forma en la que se dirigen.

- Normalmente venimos después de los entrenamientos aquí a comer algo, aunque no siempre venimos a diario, lo hacemos de vez en cuando.

- Ya veo – en eso, llegaron Saki y Ryuu a dejarles los pedidos que había solicitado y sin más, ambos solo se dedicaron a comer. Mientras la castaña lo hacía, sintió como su amigo se le quedó viendo un poco.

- ¿Pasa algo?

- Tienes migajas de arroz en las mejillas – con eso, el peli rojizo solo se le acercó y le quitó con las manos poniéndola algo sonrojada.

- A-Amemiya-kun.

- Perdón por eso, pero es que tenías sucia la mejilla.

- N-No es nada, en serio – dijo la castaña con las mejillas algo sonrojadas. Las cosas no pasaron por gran emoción, pero de igual forma fue un lindo momento para Tsubasa ya que, aunque ahora había chicos en el club, ahora podía decir que tenía mucha simpatía con uno.

Cuando finalizaron, solo pagaron las cosas y se fueron siendo vistos tanto por Saki y Ryuu los cuales solo rieron un poco.

- ¿Qué opinas Senpai? – preguntó el peli morado.

- No recuerdo haber visto a Tsubasa-san así de cercana con un chico, aunque se llevara bien con Nishimura-san, no tuvieron salidas, así como ahora.

- Quien sabe, pero sigamos con lo nuestro – sonrió el menos mientras que la peli azul solo asintió.

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Una hora después de eso, ambos seguían mirando varios sitios para distraerse, aunque finalmente Tsubasa fue llamada por Nakano para reunirse y hablar sobre el tema, por lo que se despediría de su amigo.

- ¿Ya te contactó tu amiga?

- S-Sí, por lo que debo irme.

- No te preocupes, lo comprendo – dijo Sorata.

- Espera Amemiya-kun – la castaña solo llegó a donde estaba el peli rojizo y sin más, le dio un beso en la mejilla – gracias por el día de hoy.

- N-No te preocupes. Nos vemos.

- Adiós – con eso, ambos tomaron diferentes rumbos, aunque Tsubasa iba bastante feliz con su día acompañada por Sorata – realmente me gusta estar con Amemiya-kun, siento que tenemos muchas cosas en común… aunque, a lo mejor él podría ser alguien muy importante para mí.

Sin más, la chica solo se fue a donde estaría su amiga peli verde para hablar sobre el asunto del que hablaron, aunque eso sí, la castaña pasó un buen día.

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Continuará…