Capítulo 76 "¡Tú puedes, Xiao Zhan!"
Quería encerrarse en su casa y nunca más salir, el exterior era peligroso para su estabilidad mental. Sentía que si ponía un pie fuera de su hogar tendría miles de ojos sobre él, esperando el momento en que cometiera algún error para echárselo en cara, tergiversarlo y finalmente usarlo en su contra a través de las redes. Lo habían difamado tanto en internet que ya tenía miedo y desconfianza de todos.
Xiao Zhan había dejado de ser el de siempre.
No importaba qué hiciera, solo recibía insultos, burlas y reclamos de la gente. Na Ying Jie le recomendó reaparecer ante el público de manera discreta y paulatina, iniciando con obras de caridad y apoyo a los más afectados luego de la pandemia. Pero incluso haciendo eso recibió ataques en internet.
Por eso y más quería encerrarse y nunca más salir. Su estado de ánimo se mantenía por los suelos, solo conseguía mantenerse "normal" ante las cámaras, pero una vez lejos de los reflectores era el mismo taciturno y serio Xiao Zhan desde que inició la pandemia.
Fue así, hasta que un día, en una de las emisiones de Day Day Up, Wang Yibo comenzó a tocar un tema delicado: la depresión que trajo esa reciente crisis al país. Muchas personas se habían suicidado, muchos sufrieron pérdidas, y algunos otros se mantenían en una depresión constante. Él estaba seguro de que Xiao Zhan no se encontraba bien, así que aprovechó ese medio para tocar el tema, y sus queridos hermanos lo apoyaron dándole seguimiento.
—Quizá estés triste, puede que sientas que has perdido todo y que ya no eres el mismo. Pero recuerda quién eras antes de todo esto: poderoso, hermoso y valiente. Concéntrate en las cosas buenas que te rodean y olvida tus miedos
Por más pequeño e insignificante que pareciera el mensaje, motivó a Xiao Zhan a dar la cara al mundo, a salir de su coraza y comenzar con pequeñas cosas como apoyando a la caridad.
Y así, poco a poco comenzó a ser visto por más gente.
Hasta que lo invitaron a ser entrevistado. Sería su primera entrevista luego del escándalo que vivió y del cual no tenía ni la más mínima culpa.
Lo pensó durante días hasta que terminó aceptando.
El día de la entrevista fue muy difícil para él, desde que amaneció se levantó con un ánimo extraño, estaba ansioso, no dejaba de morderse las uñas y de mirarse al espejo. El público no lo veía desde hace meses, ¿y si no aceptaban cómo se veía? Estaba demasiado delgado, demacrado, no se veía como antes.
Había pasado toda la noche dando vueltas en su cama, pensando en las preguntas que le harían, temiendo que pudiesen usar alguna en su contra. Tenía que pensar bien y con mucho cuidado sus respuestas, cualquier paso en falso podría crear un problema aún mayor.
Al sentirse tan nervioso y lleno de ansiedad, decidió poner algo de música mientras se duchaba, quizás concentrándose en las canciones lograría sacar de su mente esos pensamientos que no lo habían dejado dormir. Abrió una aplicación en su teléfono y encontró las canciones más escuchadas del momento. Le sorprendió encontrar música extranjera en el top, la seleccionó y se metió a la ducha sin pensar mucho en ello, pero entonces prestó atención a la letra.
"You're alone
You're on your own.
So what, have you gone blind?
Have you forgotten what you have and what is yours?"
Sonrió de lado, con los ojos cerrados, dejando que el agua caliente recorriera cada rincón de su cuerpo.
"Glass half empty, glass half full
Well, either way you won't be going thirsty.
Count your blessings not your flaws"
Llenó sus sentidos con esa canción al darse cuenta de que esas últimas palabras sonaban como algo que Yibo le diría. Él siempre estuvo ahí para animarlo cuando algo iba mal con sus fans y el trabajo, siempre tuvo las palabras correctas para guiarlo por el buen camino en ese mundo de reflectores y cámaras. Podía ser seis años menor, pero tenía mucha experiencia que a él aún le faltaba.
"You've got it all
You lost your mind in the sound.
There's so much more, you can reclaim your crown.
You're in control.
Rid of the monsters inside your head,
Put all your faults to bed.
You can be King again."
Esa estrofa, esa última estrofa le llegó al corazón. Sí, lo tenía todo, pero se perdió en medio de tanto barullo y escándalo. Pero ese no era el fin, aún había mucho más que él no podía ver a simple vista. ¡Podía volver a tener el control! ¡Tenía que reclamar lo que era suyo! Tenía que… volver a ser el mismo Xiao Zhan, poderoso, seguro, sin miedos.
No, siempre había tenido miedos, pero ahora ya no sabía cómo controlarlos.
Y como si la canción estuviese leyendo su mente y emociones…
"You don't get what all this is about
You're too wrapped up in your self-doubt
You've got that young blood, set it free"
No pudo evitar soltar una pequeña risa. Dejó de enjabonarse el cuerpo y pegó la frente a la pared ante él, dejando que el agua se llevara la espuma sobre su piel.
"There's method in my madness
There's no logic in your sadness
You don't gain a single thing from misery
Take it from me."
Sí, definitivamente sonaba a algo que Yibo le diría, no había duda.
Continuó reproduciendo la canción una y otra vez hasta que llegó a las instalaciones donde se llevaría a cabo la entrevista.
De alguna forma esa canción le había dado cierto valor para enfrentar la situación. Otro hecho que lo tenía feliz era que volvería a ver a su querida manager luego de meses. Apenas se vieron, corrieron uno a los brazos del otro.
—¡Na Jie! —la apretó entre sus brazos con mucho cariño, doblando un poco sus rodillas para que ella alcanzara a abrazarlo también.
—Mi niño, te extrañé tanto —correspondió con el mismo cariño—. ¿Estás listo? —se separó de él y ambos se miraron. A pesar de sus cubrebocas podían percibir la gran sonrisa del otro.
—Estoy listo.
Fue llevado al interior de las instalaciones, Na Ying Jie se encargó de revisar cada una de las preguntas que le harían, descartando algunas como: "¿Wang Yibo y tú mantuvieron contacto durante la cuarentena?", "¿Los rumores sobre una relación clandestina entre Wang Yibo y tú son reales?". Enojada, las tachó de la lista y amenazó con traer a los abogados en caso de ser necesario.
Los productores no tuvieron otra opción más que seguir las normas al pie de la letra.
Mientras tanto, Xiao Zhan veía cómo todo había sido planeado con cuidado, desde su atuendo hasta el tono de voz que usaría y cuál tenía prohibido elegir.
—¿Es necesario que me ponga esto? —señaló la camisa blanca que habían dejado en su camerino.
—Sí, cariño, es necesario —desde atrás, Na Ying Jie puso sus manos sobre los hombros de su querido amigo y miró el reflejo de ambos a través del espejo.
—No creo que me favorezca del todo.
No era la vanidad hablando por él, no, en realidad no le favorecía. Lo hacía ver más pálido y demacrado de lo usual.
—Luego del maquillaje no lo sentirás así, además, es necesario que uses ese color.
—Lo sé, lo sé —suspiró—. ¿Crees que todo saldrá bien?
Na Ying Jie lo giró para verlo de frente.
—Todo va a estar bien. Este es el primer paso, sé que no es fácil, pero el primer paso jamás lo es —le guiñó un ojo y entonces palmeó su trasero suavemente con una mano, tal como hacía con sus hijos—. Anda, cámbiate ya.
Con ánimos un poco más renovados, Xiao Zhan obedeció. Momentos después llegaron para maquillarlo y peinarlo. Pudo sentir el ambiente tenso a su alrededor. Había mucho silencio. Le habían exigido al staff que no le dirigieran más palabras de las necesarias por temor a que se iniciaran más problemas.
Antes de comenzar a grabar la entrevista, le mostraron las preguntas, dándole oportunidad de analizarlas y pensar en una respuesta objetiva para cada una. Na Ying Jie tenía mucha confianza en él y su madurez, sabía que respondería con sabiduría. Lo señores Xiao, los señores Wang y Wang Yibo esperaban lo mismo, sin embargo, este último tenía miedo de que la situación se apoderara de su Ge Ge.
La entrevista estaba por comenzar. El corazón de muchos estaba latiendo con fuerza. Mao y Na Ying Jie estaban en un rincón del set de grabación, apoyándolo desde ahí, tras las cámaras.
Y entonces… los reflectores lo apuntaron, las cámaras lo enfocaron, y la entrevista comenzó.
—Buenos días a todos nuestros televidentes. Los recibimos el día de hoy con tan esperada visita —comenzó la entrevistadora, apuntando con amabilidad hacía Xiao Zhan.
Las cámaras lo enfocaron mejor y él saludó con una sonrisa suave y un asentimiento de cabeza.
—Buenos días Xiao Zhan, nos complace tenerte aquí.
—Gracias por invitarme —sonrió lo más sincero que pudo.
—El día de hoy queremos hacerte una serie de preguntas. Queremos saber cómo estás y cómo has sobrellevado esta pandemia. ¿Serías tan amable de responderlas?
—Con gusto —asintió y apretó el micrófono en su mano derecha. Se sentía nervioso.
—Recientemente publicaste esto en Weibo: "Recuerdo el pasado en el corazón, y estoy agradecido por toda clase de críticas. Sigo trabajando para mejorar mi trayectoria" —comenzó la entrevistadora—. Estas palabras atrajeron mucho la atención. Hubo todo tipo de interpretaciones en línea… pero ya que estás aquí en persona, podrías explicarnos ¿qué era realmente lo que estabas pensando al publicar esto en Weibo?
Manteniendo una suave sonrisa y un semblante fresco, Xiao Zhan procedió a responder lo que tuvo en mente desde que leyó esa primera pregunta momentos atrás.
—Cuando tenía veintitrés años entré por casualidad a la industria del entretenimiento. Asumí tal responsabilidad sin precedentes. Uhm… —lo pensó unos segundos, analizando muy bien su respuesta—. Significó tener un cambio de identidad, y aún más importante: un cambio de mentalidad. Siempre me exigí a mí mismo para seguir mejorando y así aprender continuamente.
Con una mano sostenía el micrófono y la otra la mantenía sobre su muslo, su espalda recta, pero sin parecer tenso; su sonrisa amable, pero sin parecer despreocupado; su tono de voz serio, pero sin sonar frívolo. Todo esto y más tenía que ser modulado por su cerebro al mismo tiempo que se concentraba para no parecer nervioso y terminar tartamudeando, o peor aún: olvidar cómo respirar.
—Recientemente… —continuó Xiao Zhan, cuidando no demostrar su ansiedad al mover sus ojos tanto de un lado a otro—…hubo cierta disputa sobre mí en línea —sin poder evitarlo, su tono de voz disminuyó un poco al mencionar eso. Tenía que tocar el tema, le habían dicho que el propósito de la primera pregunta era ahondar en ese tema del que todos querían saber.
Así que le pidieron que él mismo abordara el tema de esa forma para que no se viera tan agresivo de parte de la entrevistadora.
La joven mujer asintió con una suave sonrisa, dejándolo hablar sin interrumpir. Ella en verdad quería que todo saliera bien.
—Y sucedió en el punto más crítico de la lucha contra el virus, mientras me encontraba en auto-cuarentena en casa, yo estaba realmente… —pasó saliva de una forma más ruidosa de la que esperó—…muy inestable.
Cortaron su toma y enfocaron solo a la entrevistadora durante unos segundos.
—Pero estaba fiel a mis ideales. Si la disputa afectó y preocupó a los internautas… —alzó ambas cejas, no podía controlas sus expresiones faciales del todo.
Wang Yibo miraba la entrevista desde casa y no podía estar más tenso por la importancia que tenía el resultado de esa entrevista. Se estaba mordiendo las uñas, ansioso al ver que su amado no lograba ser del todo frío y distante.
—…Entonces le pido sinceramente disculpas a todos —inclinó de forma muy leve su cabeza y apretó los labios. Se podía ver que estaba en verdad arrepentido.
Yibo lanzó el cojín que abrazaba, frustrado. ¡Él no tenía por qué demonios pedir disculpas!
—Mencionaste en Weibo que estás agradecido con todo tipo de críticas, ¿a qué críticas te referías exactamente? —continuó la entrevistadora, cambiando el tema. Desde ahí se ganó el corazón de muchas personas.
—Desde mi debut hasta ahora he recibido diferentes tipos de críticas que… —una sonrisa traviesa se formó en sus labios, desconcertando a muchos—…que hasta ahora nunca se han detenido —rio un poco—. Cuando subí al escenario como una persona normal, bailando y cantando… no había sido entrenado para hacer ninguna de esas cosas. Para ese entonces algunos de mis amigos e internautas me dieron críticas constructivas y las acepté con gratitud porque pienso que eso me ayuda a mejorar. Por otra parte… —suspiró—…hay críticas negativas —se quedó en silencio unos segundos.
—Algunos rumores y difamaciones —continuó ella, dando justo en el clavo.
Xiao Zhan asintió y no pudo evitar suspirar una vez más, su semblante era triste.
—Pero no solo se trata de mí. Es más que eso, afectan a mis amigos e incluso a mi familia —frunció el ceño sin poder evitarlo.
—Cuando viste por primera vez estos rumores y difamaciones, ¿cómo te sentiste? ¿te sentiste agraviado?
De nuevo Yibo quiso lanzar algo. Odiaba que le hicieran ese tipo de preguntas, aunque sí estaba consciente de que eran necesarias, pues eran en realidad una oportunidad para que Xiao Zhan le dijera al mundo lo que sentía.
Zhan Zhan se tomó su tiempo para contestar esa pregunta. Se leía en su expresión el dilema que se estaba llevando dentro de su mente.
—No diría que me sentía agraviado, más bien… no lograba asimilarlo —frunció un poco el ceño.
—¿Cómo desahogas tus emociones cuando es difícil asimilar algo?
Él sonrió de lado, recordando lo primero que se le vino a la mente cuando leyó esa pregunta por primera vez. Lo iba a decir, no le importaba.
—Hace no mucho tiempo, un amigo me dio un buen consejo. Me dijo algo que realmente me gustó —en ese instante apareció por primera vez su gran y brillante sonrisa. Él no lo supo, pero aceleró el corazón de todos los espectadores—. Él dijo: "Trabaja cuando estés concentrado, lee cuando estés confundido, piensa cuando estés solo, duerme cuando estés triste" —rio un poco, contagiando a la entrevistadora y a muchos en el set—. Creo en estas palabras porque… en realidad resumen cómo he estado en los últimos meses —omitió sus pequeños tropiezos con el alcohol, los medicamentos y la depresión—. Pero ahora lo que quiero hacer… lo que quiero decir es que lamento mucho todo el daño que pude haber causado, y pedirle disculpas a aquellos a quienes haya dañado. Después de convertirme en figura pública y de recibir la atención de todos, lo que en realidad pienso es que entre más atención recibas, más grande es tu responsabilidad y… —asintió varias veces, sonriendo—… y eso es muy cierto.
—Debido a que antes eras un chico normal, parece que después de la fama que ganó "The Untamed" repentinamente ganaste muchísimos fans de la noche a la mañana.
Xiao Zhan frunció el ceño, fue apenas notable, pero lo hizo de nuevo.
—¿Cómo es para ti tener tantos fans?
El aludido se quedó en silencio unos momentos, formulando su respuesta con cuidado.
—Después de recibir tanto amor y cariño a pesar de que inicié como un chico normal… me siento verdaderamente afortunado. Ni siquiera los conozco en persona, no sé quiénes son en realidad, dónde están, cómo lucen. Pero cuando sé que tantas personas me apoyan y que ellos usan su propia influencia para darle caridad a mi nombre y compartir su amor y fuerza a otra persona… es ahí cuando siento la fuerza que ellos me brindan. Así que espero convertirme en alguien mejor y merecer su amor.
—Estoy segura de que también hay algunas frustraciones cuando se tiene tantos fans. Por ejemplo, ¿cuántas personas en línea hoy en día dicen: "Los idols deberían controlar a sus fans"? ¿Qué piensas de eso?
Era una excelente pregunta. Se lo habían dicho a Xiao Zhan en muchas ocasiones a lo largo de ese problema: "Deberías controlar a tus fans". Lo leyó también en comentarios de muchos internautas: "Tiene que calmar a sus fans, controlar esas masas de personas enloquecidas".
Y él no podía estar más en desacuerdo con esa expresión.
—He pensado mucho en eso, incluso discutí con mi staff al respecto —tragó saliva y desvió la mirada hacia un lado, pensando meticulosamente en las siguientes palabras que saldrían de su boca—. Para empezar, no estoy de acuerdo con esa palabra.
—¿No estás de acuerdo con la palabra "controlar"?
—No lo estoy —respondió con una seguridad aplastante—. En mi humilde opinión, no estoy de acuerdo. Porque creo que las personas que me siguen y me apoyan, y yo, no tenemos una relación de superior y subordinado —frunció el ceño sin molestarse más en ocultar su desagrado—. "Controlar" —suspiró y negó con la cabeza, mostrando una sonrisa llena de ironía.
Na Ying Jie comenzó a morderse las uñas, suplicando al cielo para que todo saliera bien, que Xiao Zhan no se alterara, que sus sentimientos no se apoderaran de él.
—No creo que tengamos una relación de superior y subordinado. Más bien, pienso que tenemos… una relación de iguales. Yo debo concentrarme en hacer mi trabajo lo mejor que pueda, y guiar a las personas que me siguen. Es lo que quiero hacer y es lo que estoy haciendo ahora. No quiero que ellos lleguen a hacer cosas extremas para lastimar a otros, o incluso para lastimarse a sí mismos —suspiró—. Espero que puedan amarse y cuidarse a sí mismos, vivir bien sus vidas.
—¿Qué deseas inspirarles a tus fans para hacer del mundo un lugar mejor? —preguntó con tacto.
Desde su casa, Wang Yibo, los señores Wang y también la familia Xiao, estaban enojados.
¿Por qué demonios le ponían tal carga sobre los hombros? Él no tenía la obligación de hacer del mundo un mejor lugar. Le estaban añadiendo responsabilidades demasiado grandes.
—Pienso que la caridad es algo que cualquier persona debería considerar poner en práctica, en especial las figuras públicas. De esta forma podemos inspirar a esas personas que nos dan tanto amor para que sigan nuestros pasos y apoyen a la caridad también, a aquellos que necesitan un poco de ayuda en estos momentos.
—¿Y cómo sugieres ponerlo en práctica?
Xiao Zhan sonrió, su semblante mejoró.
—Hay un par de asociaciones creadas por mis fans, y apoyadas por mi equipo. Son asociaciones ahora oficiales a través de las cuales brindamos todo el apoyo necesario a la gente que más lo necesita.
—Qué mejor manera de inspirar, que poniendo el ejemplo —por primera vez en la entrevista, la mujer sonrió ampliamente y suspiró con ciertos aires de satisfacción—. ¿Hay algo que quieras agregar para finalizar?
Xiao Zhan asintió y miró a la cámara con un rostro serio, pero amable.
—Quiero agradecer a todas las personas que me han brindado apoyo en estos meses difíciles, a mis amigos, a mi familia, y también a mis queridos fans. Puede que no los conozca y no tenga idea siquiera de dónde son, pero tengan por seguro que se han ganado un lugar especial en mi corazón. Cuiden de sí mismos, y cuiden de los demás. No se arriesguen por mí, ni lleguen a extremos. Es tiempo de permanecer unidos y apoyarnos unos a otros —sonrió y asintió una vez más—. Gracias.
Las cámaras dejaron de grabar y los reflectores principales se apagaron. Al instante Xiao Zhan pudo sentir que sus hombros se relajaban y que podía volver a respirar con normalidad.
—Bien, bien. Lo hiciste muy bien —le dijo Na Ying Jie, acercándose junto con Mao, este palmeó su espalda y le entregó su cubrebocas. Si bien el virus ya había disminuido, ellos seguían tomando sus precauciones.
—No fue fácil, lo sé —dijo Mao, viendo el rostro pálido de su querido amigo.
Xiao Zhan suspiró y se puso de pie.
—¿Vamos a comer algo? —sugirió, sorprendiendo tanto a su manager como a su guardaespaldas.
—¡Seguro! Vamos —sonriente y sorprendida, pasó un brazo por la cintura de Zhan Zhan y se fueron así los tres juntos.
Ellos podían ver el esfuerzo que Xiao Zhan ponía para salir adelante, para mantenerse en pie a pesar de las adversidades. Sabían que lo único que quería era volver a casa, meterse bajo las sábanas y dormir, pero se estaba empujando a sí mismo para seguir adelante.
—Iré a cambiarme y a quitarme todo esto —señaló el excelente maquillaje que le habían aplicado. Traía varias capas, pero a pesar de ello se veía bastante natural, ocultando sus ojeras y el cansancio de su rostro.
—Te esperamos afuera —Mao le dio un apretón en el hombro y se fue junto con Na Jie.
Xiao Zhan fue a los vestidores y comenzó a cambiarse y a desmaquillarse con bastante pereza.
Estaba por terminar cuando la entrevistadora se apareció por ahí.
—Hola —saludó ella, con una linda sonrisa y mirándolo detenidamente. Zhan Zhan la miró a través del espejo que usaba para retirarse el maquillaje.
—Hola —le dedicó una pequeña sonrisa. En otros tiempos y circunstancias habría sido mucho más cálido y efusivo, pero no ahora. Ya no sabía en quién confiar.
—No quiero molestarte, solo vine para decirte que te admiro y estoy orgullosa de ser fan de alguien como tú. Gracias por mantenerte en pie, estoy segura de que eres el sostén emocional de muchas personas en este mundo. Y sé que es una carga muy grande, pero el hecho de verte bien nos da tranquilidad e incluso felicidad. Te aseguro que no soy la única que se siente así.
Xiao Zhan no supo qué decir, sinceramente no se esperaba aquello.
—Disculpa si alguna pregunta te incomodó, me hubiera gustado no hacer algunas de ellas, pero estoy segura de que servirán de algo. Además, tus respuestas fueron excepcionales, no pudiste decir algo mejor —sonrió.
—Muchas gracias —le dedicó una sincera y hermosa sonrisa que la sonrojó al instante.
—Tienes mucho amor a tu alrededor. Quizás no nos conozcas a todos tus fans, pero… ten por seguro que te apoyamos y deseamos que seas muy feliz —hizo una pequeña inclinación con su cabeza y salió de ahí rápido y sin decir más.
Xiao Zhan se quedó a solas por unos momentos, sin decir ni hacer nada, solo pensando.
Y así, por un segundo se sintió plenamente feliz.
La entrevista dio la vuelta al mundo. Sin duda alguna logró abrirle camino a futuras entrevistas, eventos y contratos. No había sido fácil, pero valió la pena el esfuerzo. Y como dijo Na Ying Jie: el primer paso siempre era el más difícil.
Su carrera se fue restaurando con el tiempo. La situación crítica de la pandemia había mejorado, la gente comenzaba a salir de nuevo, la sociedad se recuperaba. Xiao Zhan estaba agradecido con sus amigos, sus jefes y también con las marcas que lo apoyaban y le seguían ofreciendo contratos a pesar de todo. Pero una gran parte de su corazón estaba agradecido con sus adorados fans, por darle el soporte que necesitaba.
Todo iba mejorando poco a poco. Las cosas parecían mejorar en su vida personal y laboral, sin embargo, dentro de sí sentía un gran vacío. Se dio cuenta de que no podía llenarlo ni siquiera recuperando lo que había perdido tras el escándalo y la pandemia.
Y es que aquello que su alma y corazón anhelaban fervientemente era nada más y nada menos que la presencia de Wang Yibo junto a él, en su día a día. Necesitaba volver a dormir junto a él por la noche y despertar a su lado por la mañana. Necesitaba escuchar su voz, sentir su calor y poder abrazarlo cuando quisiera. Necesitaba escuchar su nombre saliendo de esos labios una vez más.
Debido a eso decidió enfocarse totalmente en su trabajo para tener su mente ocupada. Su agenda estaba tan apretada que no tenía tiempo para deprimirse, lo mismo ocurría con Wang Yibo. Pero era inevitable que tuvieran al menos un poco de tiempo libre a la semana, lo que los orillaba a buscar con qué distraerse en esos momentos.
Mao, Na Ying Jie y Wen Pei no perdían oportunidad para hablar entre ellos sobre sus muchachos. Veían en primera fila cómo la situación los deterioraba poco a poco.
—Estoy preocupada por Xiao Zhan —dijo Na Ying Jie de pronto. Estaban los tres reunidos en un café para ponerse al tanto y para asegurar que esos dos no se estaban viendo a escondidas de nuevo. Lo hacían por el bien de ellos.
—Yo también —añadió Mao.
—No se pierde ni una fiesta cada fin de semana.
—Antes no era así —agregó Mao una vez más, cruzado de brazos y mirando su café sobre la mesa, cada vez más frío.
Wen Pei asintió, él conocía a Zhan Zhan, y sabía que no solía hacer eso.
—Afortunadamente no va solo. Ayanaga y Dalong están con él todo el tiempo, pero…
—…comenzó a beber mucho —ahora fue Na Ying Jie la que terminó la oración—. ¿Creen que deberíamos hacer una intervención?
Wen Pei suspiró y lo meditó unos segundos antes de responder.
—No.
—Pero…
—Encontró una forma de sobrellevar su dolor. Quizás no la más sana, pero le está ayudando, ¿no?
Los otros dos se encogieron de hombros. No estaban seguros de poder responder a eso.
—Además, siempre está acompañado por ellos. Sí, quizás se embriague, pero lo hace con un solo par de tragos, no le hará daño.
Mao negó suavemente con la cabeza.
—Su resistencia ha aumentado, por eso estoy preocupado.
Los tres volvieron a suspirar. La situación era difícil.
—¿Cómo está Yibo?
—De mal humor, siempre. También bebe en cada oportunidad que tiene. Si no se va de fiesta entre semana es solo porque su agenda está llena, pero sale todos los sábados a fiestas de quién sabe qué personas.
—¿Y si se están viendo? —se espantó Na Ying Jie, pero Wen Pei negó con la cabeza.
—Él siempre me pide que investigue si Xiao Zhan estará en las fiestas a las que va. Y si ve que él estará ahí, no asiste.
—¿Cómo sabe que Xiao Zhan está asistiendo a fiestas?
—Lo vio en una de ellas, e inmediatamente me pidió que mandara a su chofer de regreso por él.
—Quizá lo vio acompañado por Dalong y Ayanga.
Wen Pei asintió.
—Bueno, al menos eso lo mantiene alejado de él —suspiró Mao.
—Nos estamos preocupando mucho por esos dos mocosos, ¿no creen? —inquirió Wen Pei.
Na Ying Jie rio y asintió antes de decir:
—Son nuestros mocosos, ¿qué le podemos hacer?
—¿Creen que… —silenció y miró sigilosamente a su alrededor, como si la mesa a cuatro metros de la suya pudiera escucharlos—. ¿Creen que puedan estar juntos algún día? —preguntó Mao.
—No lo sé, pero me encantaría que así fuera… —respondió Na Ying Jie.
—No hay otra opción más que esperar. Quizás con el tiempo las cosas cambien —Wen Pei se cruzó de brazos y se quedó pensativo durante el resto de la reunión.
Días después Wen Pei llegó a casa de Yibo y le entregó un CD.
—¿Qué es esto? —frunció el ceño, con el típico mal humor que lo caracterizaba últimamente.
—Tienes que mirarlo. Pero que no se te ocurra ponerlo en tu laptop. Míralo en un reproductor de DVD.
—No tengo uno.
—Pues consíguelo —le guiñó un ojo y se fue.
Curioso, Wang Yibo entró a Internet y pidió un reproductor de DVD en la primera tienda en línea que encontró. Y como era una tienda local, recibió el paquete esa misma noche.
Jamás imaginó que el contenido fuera eso que veía en la pantalla.
Congelado en su sitio, miró cada segundo del largo video.
Estaba en la sala de urgencias luego de su accidente en patineta. Xiao Zhan se encontraba a su lado, tratando de calmarlo luego de que le administraran esos analgésicos tan potentes.
"No, Di Di, no te la quites" dijo el Xiao Zhan del video mientras le acomodaba la bata de hospital y enseguida lo abrazaba para que ya estuviera quieto. Tal parecía que había intentado quitarse su propia pierna.
El corazón de Yibo se aceleró al escuchar de nuevo su voz, al ver eso que no recordaba en lo absoluto. Sabía que había comenzado a sentirse extraño luego de que le pusieran el medicamento intravenoso, pero no tenía idea del ridículo que había hecho.
Y eso que aún no había visto nada.
Curioso, continuó mirando.
"Ge Ge".
"¿Mnh?".
"Abrázame más".
Yibo se llevó una mano al rostro, involuntariamente, se sintió avergonzado por estar haciendo eso enfrente de Wen Pei.
Pero la vergüenza fue sustituida por ternura cuando vio que Xiao Zhan le daba gusto y lo abrazaba más.
"Ge Ge. Dame un beso".
"Yibo, no es momento de…"
"¡Quiero un beso!".
—Dios —de nuevo se sintió sumamente avergonzando a pesar de que eso había ocurrido hace un año ya.
Vio cómo su amado parecía estar en un gran aprieto, y el maldito de Wen Pei no dejaba de grabar.
Fue entonces que Xiao Zhan se inclinó y le dio un tierno beso en la mejilla. Yibo sonrió, pero de inmediato hizo un puchero de nuevo.
"De esos no… quiero uno aquí" le dijo, señalando sus labios.
El pobre de Xiao Zhan se quedó sin palabras.
"Yibo, por favor…" suplicó, bastante avergonzando, podía notarlo en su rostro azorado y sus orejas enrojecidas.
"Ya. Duerme, por favor" insistía, abrumado.
"Que malo eres, Ge Ge. Dame un beso, solo uno. Tú dijiste que te gustaban mis besos. ¿Era mentira?".
El Wang Yibo que miraba el video solo podía pensar una cosa: "¡Que alguien me ahogue con una almohada!". Sin saber que Xiao Zhan estuvo a punto de hacerlo con tal de que se callara.
"No, no era mentira. Sí me gustan tus besos, pero ahora estás muy dopado, duérmete ya". Estiró la sábana para cubrirlo, o ahogarlo…
Yibo se echó a reír. Pudo notar las intenciones asesinas de Xiao Zhan a través del video. Y no podía culparlo.
"¡No quiero!" soltó una patada al aire, como todo niño mimado y caprichoso.
"Sí quieres, ven" e acurrucó mejor a su lado.
Yibo podía ver el esfuerzo que Xiao Zhan ponía en todo eso. Estaba acostado a su lado, en el borde de una cama en la que de ninguna manera cabían dos personas. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para no perder el equilibrio y terminar cayendo.
—Adorable —murmuró Yibo, totalmente conmovido ante la escena. Xiao Zhan lo acariciaba con cariño en el rostro, intentando por todos los medios posibles que se quedara dormido de una vez por todas. Pero el Yibo dopado no daba su brazo a torcer.
"Zhan Zhan, hueles rico" dijo de pronto, justo antes de inhalar profundamente, avergonzando a Xiao Zhan con ello. "Muy rico" insistió, suspirando como estúpido.
La preciosa y adorable risa de Xiao Zhan resonó en la sala de Wang Yibo, seguida por su voz suave.
"¿Ah, sí? Tú también" palmeó su brazo, tratando de arrullarlo como si fuese un bebé.
"No, yo ya no huelo rico, estoy sudando. ¡Hace calor! ¡Calor! ¡Caloooooooooor!"
"Shh… Yibo, no grites" soltó una risa por completo nerviosa.
El Yibo del tiempo actual no podía hacer más que cubrirse la cara con una mano, sumamente apenado, pero… mentiría si dijera que no se estaba divirtiendo al ver eso.
¡¿Por qué no le habían dicho de la existencia de ese video?!
No… un momento. Xiao Zhan ya le había mencionado algo al respecto. Una vez le dijo: "Pídele a Wen Pei que te muestre el video". ¿¡A eso se refería!?
"Hace calor" insistía él. Se separó de Xiao Zhan y comenzó a quitarse la bata de hospital. Lo logró muy rápido, pero así de pronto Xiao Zhan se la volvió a poner.
"¡Déjate eso puesto!".
Ahí se dio cuenta de que Mao también estaba presente, pues fue quien corrió a anudarle la bata por detrás para que no pudiera quitársela de nuevo.
"¡No!" se quejó, como todo niño malcriado. Estaba llamando demasiado la atención. Intentó quitársela de nuevo, pero no pudo. Le dedicó una terrible mirada a su antiguo guardaespaldas. "¡Tengo mucho calor!" casi sollozó.
"Mao, ¿puedes pasarme mi mochila?" preguntó Xiao Zhan.
Yibo sintió mucha curiosidad, ¿qué tenía en mente? ¿Sacaría unas cuerdas y lo amarraría?
Sonrió al pensar en eso, ideas nada inocentes llegaron a su mente.
Volvió a poner atención al video cuando vio que su amado sacó su característico ventilador de mano, poniéndolo junto al rostro de Yibo para que no sintiera ya tanto calor.
"¿Mejor?"
Yibo se derritió en su sofá, lleno de ternura. Ese era su Zhan Zhan. Aun ahora no entendía cómo era que lo aguantaba. Miró el televisor y sintió pena por sí mismo, que estúpido se veía.
"Eres muy bueno conmigo… y eres tan… guapo". Acariciaba su rostro con torpeza, y Xiao Zhan se dejaba hacer.
"Tú también eres muy guapo".
"Sí, pero tú más. Que bueno… que bueno que eres mi novio. No quiero que nadie más te vea, que nadie te toque. Eres mío, ¿si?" se veía realmente preocupado. Y el Yibo actual entendía a la perfección el motivo de esa angustia. Siempre ha vivido con el miedo de que Xiao Zhan encuentre a alguien mejor que él, alguien que le pueda dar lo que siempre imaginó para su futuro: una boda, un hogar, hijos, una vida estable y libre de prohibiciones. Pues sabía que si Zhan Zhan se quedaba con él no tendría muchas de esas cosas.
Y bueno… a fin de cuentas terminaron separados.
Puso pausa al video y se tomó un momento para pensar y tranquilizarse. Sus sentimientos lo estaban abrumando.
Cuando le quitó la pausa al video, fue recibido por la refrescante y preciosa risa de Xiao Zhan, seguida por su suave voz.
"Soy tuyo" le dijo, sin importarle que tuvieran a dos espectadores ahí en frente. "Di Di, mejor duerme. Antes de que digas más tonterías y te arrepientas después".
"Nunca me arrepentiré. En serio eres muy lindo. ¿Me das un beso?" le preguntó luego de aprisionarlo con un brazo por la cintura.
El Yibo actual se echó a reír de nuevo al ver la frustración en la cara de su amado. En verdad le era difícil lidiar con él así, y cómo no, si se estaba portando peor que un niño.
Vio cómo intentó zanjar el tema rodeándolo con sus brazos para que dejara de moverse, pero no funcionó. Entonces comenzó a darle palmaditas en un costado y en su vientre, como si fuera un bebé al cual tenía que dormir.
"Shh… shh… duerme".
"Beso".
"Shh…".
"Quiero un beso".
"No".
"¿No?" sus ojos se volvieron acuosos.
—¡Pero qué dramático e infantil! —le gritó al televisor.
"Oh no, no llores" limpió sus lágrimas.
El Yibo del video estaba llorando en serio.
Y entonces se escuchó la voz de Wen Pei.
"Ya, dale un beso para que se calme".
El rostro de Xiao Zhan se puso de un tono rojo bastante peligroso. Yibo supo que se había avergonzando de verdad cuando el pobre ni siquiera se atrevió a darle la cara.
"No llores" insistió, tratando de consolarlo de la manera más tierna que Wang Yibo se habría imaginado.
Y una vez más, se escucharon las voces de Mao y Wen Pei a pesar de que no salían en el video.
"Deberíamos dejarlos a solas, ¿no crees?" preguntó Mao, la voz de la razón.
"Shh… no".
Yibo rio y negó con la cabeza, Mao siempre era el responsable en cada situación, mientras que Wen Pei se aprovechaba de ella.
Y así, sin previo aviso. El Yibo del video atrapó a Zhan Zhan entre sus brazos, apretándolo con todas sus fuerzas.
"¡Yibo!" Se quejó mientras reía "Hey, ¿qué te pasa?" lo descubrió olfateando fuertemente su aroma antes de restregar su rostro contra su pecho.
"Estoy triste".
"No estés triste".
"Estoy enojado".
"Yibo…" rio.
"¡No me quieres dar un beso!".
"Ya, shh" besó de nuevo su mejilla.
"¡Ya dije que ahí no!".
—Que alguien llegue y me duerma, por favor —suplicó, sintiéndose muy avergonzando.
Xiao Zhan poco a poco se veía más fastidiado. Le estaba colmando la paciencia. No supo qué pasaría ahora, pues en el video se había quedado quieto, mirando a Zhan Zhan fijamente hasta que este le preguntó sobre ello.
"¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?".
Entonces Yibo extendió su mano y con su dedo índice le picó el labio.
"Bonitos"
Xiao Zhan se echó a reír.
"Tus labios son bonitos" insistió, delineándolos torpemente con su dedo. "Booooooniiiitooooos".
"Yibo, compórtate" usó un tono serio de advertencia, deteniendo su mano, pero Yibo lo ignoró, se zafó de su agarre y siguió haciéndolo.
Xiao Zhan rodó los ojos y el Yibo actual solo pudo agradecer al cielo por la paciencia de ese hombre.
"Quiero morderlos" dijo, acercándose peligrosamente a él.
"¡Hey!" hizo su cabeza hacia atrás. "No es momento, contrólate" lo regañó entre dientes y con la voz muy baja.
Yibo frunció el ceño y labios en total desacuerdo. Un nuevo puchero comenzaba.
—Oh, no de nuevo —ya no cabía en sí de la vergüenza que sentía al mirarse a sí mismo en pantalla.
"Quiero morderlos, ¿puedo morderlos? Por favor".
"No".
"¿Ahora?".
"No".
"¿Y ahora?".
"NO".
Ofendido, giró el rostro hacia un lado, y con indignación respondió:
"Ok".
—¡Ahhh! ¡Pero que estúpido soy! ¡Me comporté como un verdadero idiota!
Continuó mirando el video, viendo que su molestia con Zhan Zhan duró solo segundos, pues muy pronto comenzó a jugar con esos labios, hasta que Xiao Zhan se cansó y mordió ese dedo con sus dientes anteriores.
—Oh por Dios… —murmuró Wang Yibo, recordando una escena de la novela "Mo Dao Zu Shi" en la que Lan Wanji mordía el brazo de Wei Wuxian. Ahí los papeles se habían invertido.
Lo que se vino a continuación le causó mucha gracia, pues en el video vio cómo se asustó después de la mordida, alejó su mano y la resguardó en su pecho, lejos de Xiao Zhan.
"Me mordiste…".
"Sí".
Pudo escuchar como Xiao Zhan, Wen Pei y Mao se aguantaban la risa muy a duras penas.
El susto se le pasó rápido a Wang Yibo, pues muy lentamente volvió a colocar ese dedo en los labios de Xiao Zhan. Este lo mordió de nuevo, ahora un poco más fuerte que antes. Pero esta vez no se asustó, al contrario, se echó a reír como loco.
"Tienes unos dientes muy bonitos".
"Gracias".
"Quiero unos así".
"Pero los tuyos también son hermosos".
"No como los tuyos". Volvió a tocar los labios de Xiao Zhan, y este e nuevo lo mordió, haciéndolo reír de una forma adorable.
Yibo se miraba a sí mismo en el televisor y solo podía sentirse lleno de nostalgia. Quería volver a esos tiempos, lo necesitaba.
"Ge Ge".
"¿Mnh?".
"Cuando te conocí me gustó mucho tu sonrisa".
El Yibo actual sonrió como idiota al escuchar la risa nerviosa de su amado.
"Me gustaron mucho tus dientes" le alzó el rostro a Xiao Zhan para verlo mejor "Lo primero que pensé fue…" se quedó pensativo, hasta su 'yo' actual estaba esperando, impaciente, a que continuara.
"Pensé que parecías un adorable conejito".
Oh… así que de ahí había salido el apodo.
Lo siguiente en el video eran largos minutos de él diciéndole "conejito" hasta el cansancio, hasta lograr que se sintiera sumamente avergonzando. Wen Pei y Mao no contuvieron sus risas e hicieron algo de ruido mientras Xiao Zhan trataba de lidiar con él.
Estaban riéndose tanto, que… de pronto Xiao Zhan les dirigió una mirada severa nada propia de él. Eso había bastado para que dejaran de reír al instante.
Entonces Yibo habló de nuevo en el video.
"Oh..." dijo de pronto "…eres el chico más lindo que he visto en mi vida" parecía como si no lo reconociera "¿Eres modelo? ¿Quién eres? ¿Cómo te llamas?"
Y las risas se volvieron a escuchar en el video. El Yibo actual no pudo hacer más que palmearse la cara. Esperaba que eso fuera lo más vergonzoso del video y nada más.
"Soy Xiao Zhan. Soy tu novio" había dicho en voz muy, pero muy baja.
"¿¡MI NOVIO!? ¡Demonios!"
Continuó haciendo exclamaciones de asombro mientras lo miraba de pies a cabeza.
"Shh…" por enésima vez intentó calmarlo. Pero en esta ocasión no logró contener su risa.
"¿En serio? ¿No bromeas?".
"No bromeo".
"Oh…" miró hacía la cámara, pero tal parecía que no se había dado cuenta de que lo grababan. "¿Escucharon? ¡Es mi novio!" entonces se acercó a Xiao Zhan y le dijo en voz baja: "Oye" le picó una mejilla. "Ven". Le hizo una seña con su dedo para que se acercara.
"¿Qué pasa?".
"Acércate más"
Xiao Zhan obedeció.
"Te voy a contar un secreto, un súper secreto".
"Dime" le siguió el juego.
"No le digas a nadie, pero… yo soy Spiderman".
—¡Oh no! ¿¡Es en serio!? —no podía creer que había hecho todo aquello. Que vergüenza.
Podía ver cómo Xiao Zhan ponía todo de sí para no soltarse a reír a carcajadas.
"¿Spiderman?" le preguntó Xiao Zhan con voz temblorosa, aguantando sus ganas de llorar de la risa.
"¡Salvo vidas todos los días! No tengo tiempo para nada, pero…" puso una mano sobre el trasero de su novio, desvergonzadamente. "Amado novio modelo, podemos escaparnos juntos. ¿Te escaparías conmigo?".
Ninguno de los otros presentes pudo contener más esa carcajada que llevaban rato aguantando.
"¿¡De qué se ríen!?" espetó Yibo con muy mal humor. Pero solo logró hacerlos reír más fuerte cuando intentó callarlos lanzándoles su telaraña desde sus muñecas. "¿Eh? ¡No funciona! ¡He perdido mis poderes!" dramatizó tanto que el Yibo actual no quería seguir mirando.
Pero… no tenía idea de que lo mejor apenas estaba por llegar.
"Zhan Zhan… yo… no podré protegerte… ¡No! ¡No!" comenzó a mortificarse en serio. Todos dejaron de reír al ver lágrimas en sus ojos.
"Oh no, no llores" Xiao Zhan intentó consolarlo.
"¡No podré proteger a mi novio!" se llevó ambas manos a la cara, sollozando de verdad.
"Yo te protegeré, no necesitas protegerme. Ya, ya shh…"
En vez de avergonzarse o reír, el Yibo actual se conmovió hasta la médula. Pero no tardó en reír a carcajadas al verse a sí mismo haciendo el ridículo una vez más, pues de pronto el Yibo de la pantalla asomó un ojo entre los dedos que cubrían su rostro, y por ese recoveco lo miró, dejando de llorar al instante.
"¿No me vas a consolar?" le preguntó a Xiao Zhan.
"Eso hago".
"Dame un beso".
Y así volvieron al mismo punto sin retorno.
—¡Bésame ya! —exclamó Yibo, emocionado con su propio espectáculo.
"Zhan Zhan" murmuró, reconociendo al fin a su novio.
"¿Mnh?"
"Déjame ver a Xiao Xiao".
"¿A quién?" alzó una ceja.
"¡A Xiao Xiao!".
"¡No grites!" susurró, poniéndole un dedo en los labios "Yibo, ya cálmate".
Incluso el Yibo de tiempo actual supo que Xiao Zhan había firmado su sentencia al decirle eso. Odiaba que le dijeran que se tranquilizara.
"¡No! ¡Quiero ver a Xiao Xiao!".
Desconcertados, todos se miraban entre sí sin entender.
"¿Es el nombre de tu conejo?" señaló Mao al conejito blanco de peluche que Yibo no soltaba.
El aludido lo miró con cara de pocos amigos.
"Claro que no" espetó "Xiao Xiao es…" bajó la mano hasta el borde del pantalón de Xiao Zhan y comenzó a jalarlo.
Eso bastó para que el asunto quedara más que claro para todos.
—¡NO! ¡No puede ser! —el Yibo actual se hizo bolita en el sillón, encogiéndose por la vergüenza que sentía.
¡¿En verdad había hecho tal ridículo?!
"¡Wang Yibo! Ya… cállate" le pidió Xiao Zhan, completamente sofocado.
—Sí, ya cállate —suplicó Yibo sin saber si quería seguir viendo eso o no.
"Xiao Xiao…" hizo pucheros.
Wen Pei y Mao no pudieron evitar soltar sus risas. Eso provocó que Xiao Zhan los mirara con severidad.
"¿No se van a ir ya? ¿Cuánta vergüenza más quieren que pase?" estaba enojado, pero su intenso sonrojo solo lograba hacerlo ver adorable.
Entonces… fue en ese momento cuando se dio cuenta de que Wen Pei los estaba grabando.
"¡Oye! ¡Borra eso!" lo apuntó con un dedo, amenazante antes de levantarse de la cama e ir tras él.
La grabación terminó en ese momento.
Yibo se quedó inmóvil por largos minutos, rodeaba sus piernas con ambos brazos y apoyaba el mentón sobre sus rodillas.
Muchas cosas pasaban por su mente, y muchos sentimientos contradictorios lo invadían. Estaba feliz por ver las tonterías que hicieron, pero al mismo tiempo estaba lleno de una profunda nostalgia. Y cuando menos lo esperó, ya estaba llorando en silencio, pero con una sonrisa estúpida en su rostro.
No, Xiao Zhan no sería algo que pudiera superar para seguir con su vida, jamás lo lograría. Y si ya estaba seguro de eso… ¿Para qué se esforzaba en olvidar?
Luego de ese día, Wang Yibo tuvo una gran motivación. Le mandaría un mensaje a Xiao Zhan, uno codificado, y él tendría que mirarlo y escucharlo para entender.
Días después Wang Yibo apareció en televisión, dando una presentación especial en un show muy conocido en todo el país.
Los fans enloquecieron, y Xiao Zhan, al verlo desde su casa, se quedó sin palabras cuando lo vio aparecer en televisión, con un traje blanco precioso y esa expresión seria que él tanto amaba. Pero lo que lo dejó sin aliento fue la canción que comenzó.
Ambos la conocían demasiado bien. Había sido importante en cierto momento de su relación.
Inmediatamente sintió sus mejillas arder. Estaba acompañado por Ayanga y Dalong, así que intentó contener sus emociones, pero no lo logró del todo y sus invitados se dieron cuenta de que algo pasaba con él.
¿Era eso acaso una señal? ¿Un mensaje de parte de Yibo?
"Versace on The Floor" de Bruno Mars había comenzado junto con la perfecta coreografía de Wang Yibo. El oscuro escenario era iluminado con su sola presencia. Irradiaba magnificencia, sensualidad y masculinidad.
Xiao Zhan no pudo apartar los ojos de la pantalla cuando lo vio bailar tan sensual, tan adictivo, tan delicioso, tan… tan él.
La coreografía entera y el sentimiento con el que la interpretaba decía a gritos: "Xiao Zhan, te amo. Esto va para ti".
Sin darse cuenta. Xiao Zhan se llevó una mano a la boca, tratando de ocultar un poco el calor que comenzaba a sentir por el simple hecho de verlo bailar así, moviendo sus caderas solo como él sabía, tal como cuando ambos estaban en la intimidad, solos.
Y entonces sucedió.
En cierto punto del baile hizo el gesto de estar bailando con alguien más, tomándolo por la cintura y de la nuca para acercarlo a sus labios. Pero lo que llamó la atención de todos fue ver que ese gesto era dirigido a alguien más alto que él.
Si estuviera imaginando que bailaba con una chica, sería con alguien más pequeña que él en estatura, pero no, él lo hacía como si la persona a la que imaginaba fuera un poco más alta que él.
Cuando hizo ese gesto de tomar a alguien por la nuca (acción muy común entre Wang Yibo y Xiao Zhan) la canción dijo: "We're dancing all along. There's no reason to hide what we're feeling inside, right now".
Sí, lo sintió como un mensaje. Su corazón se contrajo por la tristeza y emoción.
Todo eso era para Xiao Zhan.
El pobre no podía sentirse más conmocionado. Hace no mucho habían terminado por teléfono, y se estaban portando bien desde entonces, ya no se veían a escondidas ni intentaban comunicarse uno con el otro. Se estaban portando lo mejor posible para que el gobierno no volviera a atentar contra sus vidas.
Pero esto… esto lo desarmó por completo. Yibo en verdad lo seguía amando, y él no podía evitar sentir lo mismo.
Sus dos invitados notaron lo que estaba sucediendo. Ayanga miró a su novio, pidiéndole permiso en silencio. Dalong asintió levemente y vio cómo su amado se sentaba junto a Xiao Zhan en el sillón para después rodear su espalda con un brazo, dándole caricias reconfortantes.
No le dijo nada, solo lo abrazó y lo reconfortó mientras Xiao Zhan lloraba en silencio aún después de terminada la presentación.
Dalong miraba aquello desde atrás del sillón, esperando que funcionara, pero supo que no era así cuando Ayanga giró su rostro hacia él con expresión mortificada.
Dalong se llevó una mano al puente de la nariz y suspiró cerrando sus ojos. Bien, lo haría.
Se sentó al otro lado de Xiao Zhan y también lo abrazó. Pero él no se quedó callado.
—Llora, no te detengas, desahógate de verdad —frotó su espalda con cariño.
Eso bastó para que el pobre ocultara el rostro entre sus manos, encogiéndose sobre sí mismo, llorando al fin con verdadero desahogo.
Ayanga y Dalong lo abrazaron cada uno por un lado, dándole todo el apoyo posible hasta que logró sacar todo lo que tenía dentro.
—Gracias, y… lo siento —murmuró con la voz entrecortada.
—Para eso estamos —Ayanga le dedicó una sonrisa al mismo tiempo que acariciaba su rostro.
Dalong soltó un pesado suspiro. No dejaba que su novio fuera así con nadie, solo con Xiao Zhan porque era… era como una especie de hermano menor para él, para ambos en realidad.
Sin decir nada le revolvió el cabello hasta dejarlo completamente despeinado. Así era su amor: amor rudo y seco. Y fue por un par de pañuelos para él.
—¿Cómo hacen ustedes para seguir juntos? ¿El gobierno no les dice nada? —aceptó los pañuelos y se limpió el rostro todo lo posible.
Los dos mayores se miraron mutuamente durante unos segundos.
—Como te había dicho… —Ayanga bajó un poco la mirada—…ya no tenemos nada qué perder. No tenemos más familia.
—Nos tenemos solo el uno al otro —añadió Dalong.
—Así que sus amenazas no nos intimidan.
—Pero… ¿No temen que agredan a alguno de ustedes?
—Lo hemos pensado.
—Y lo hemos hablado mucho —añadió Ayanaga, extendiendo un brazo por detrás de Xiao Zhan para alcanzar a su amado.
—Pero aun así no pensamos separarnos. Y si llegaran a intentar hacer algo contra nosotros, nos iríamos del país —se encogió de hombros—. Nada nos detiene.
Mentira, de ser así ya se habrían ido desde hace mucho, Xiao Zhan lo sabía. Ayanga y Dalong habían sido excelentes amigos para él, incluso más que eso, eran como los hermanos que nunca tuvo. Se preocupaban por él, lo cuidaban, y hasta se encargaban de distraerlo y mantenerlo feliz luego de su ruptura definitiva con Wang Yibo.
Uno de los motivos por los que no se iban era él.
La pareja no había terminado su relación amorosa, sin embargo, si habían dejado de vivir juntos. Después de todo el gobierno podía llegar a ser bastante tirano. Y si se mantenían con ese perfil bajo quizás los dejarían en paz.
Muy diferente a como eran las cosas con Wang Yibo y Xiao Zhan. Ellos no podían ni hablar por teléfono porque recibían amenazas del mismo gobierno. Y todo eso se debía a su gran fama. En ese momento eran los dos jóvenes más famosos en todo el país.
—Las cosas tienen que mejorar —Ayanga también revolvió sus cabellos, pero con cuidado y cariño casi paternal.
Xiao Zhan asintió.
—¿Y si abrimos una botella de vino? —sugirió el menor luego de un rato incómodo de silencio.
—Me parece una excelente idea.
—Te estás convirtiendo en alcohólico.
Fueron las respuestas de Dalong y Ayanga respectivamente.
Continuará…
¡Hola, pastelitos!
Lo sé, mucho tiempo sin actualizar. Espero que este capítulo redima un poco mis pecados.
Análisis:
Y al fin salió la canción que les dije que escucharan: "King" de Lauren Aquinilla. Si tienen la oportunidad, busquen la letra y siéntanla! Es perfecta para levantarte el ánimo o para levantarle el ánimo a alguien más.
¿Saben por qué Xiao Zhan encontró esa canción en el top más escuchado del momento? Porque Yibo la mencionó en Day Day Up y se hizo tendencia. La mencionó cuando le dio ese consejo indirecto a Xiao Zhan.
¿No les parece lindo y tremendamente romántico? A pesar de todo Wang Yibo intenta comunicarse con Xiao Zhan, ya sea por su programa de televisión o con sus coreografías. Apoyándolo a la distancia, en silencio, con mensajes que solo Xiao Zhan sería capaz de entender.
Gracias por seguir aquí a pesar de todo, no tienen idea de lo mucho que significan para mí, son un pilar importante en mi vida. El hecho de saber que hay alguien en alguna parte del mundo que quiere leer lo que escribo… me empuja a seguir escribiendo.
Puede que no sepa quiénes son, de dónde son o cómo son, pero tengan por seguro que las quiero mucho y agradezco de todo corazón el apoyo que me brindan día tras día.
¡Gracias por tanto!
Ahora lo que sigue:
PREGUNTAS! (Tenía siglos de no hacer esto, y amo hacerlo)
1. ¿Cumplirán realmente con su promesa de mantenerse lejos uno del otro?
2. ¿Aparecerá un tercero en discordia?
3. ¿Qué les espera a nuestros niños?
P.D. Prepárense para lo que se viene en el próximo capítulo!
11/02/21
10:00 p.m.
