105. Inabordable

Heero no respondió. Por primera vez le había encontrado algo de sentido al punto de vista de Duo de cómo integrarse, aunque por ningún motivo lo reconocería en voz alta.

Tampoco era necesario, a todas luces él se sabía ganador del pulso, su risotada y mirada triunfante eran más que claras.

—Además, la mayoría de esas chicas se me acercan porque están interesadas en ti, así que no es mi culpa que me rodeen así.

Tanto por el cambio de tema abrupto, como por la contraposición de decir algo razonable seguido de tal estupidez, le dio una mirada de incredulidad.

—Te aseguro que es cierto —afirmó Duo encogiéndose de hombros—. Ser misterioso y guardar demasiados secretos es la fórmula perfecta para entrar de lleno en su radar.

—Tonterías —cortó Heero desviando su mirada a un punto lejano.

—Sí, quizás tienes razón. Yo sé todos tus secretos y aún así…

Heero volvió a mirarlo a la cara. Duo le sonrió sin ocultar nada.

—Mejor haré ese maldito ensayo en la biblioteca, antes de que me vuelvan a distraer las ganas de besar tu bonita cara de bastardo inabordable.