Capítulo: 25
Advertencia este capítulo contiene lectura para adulto
Ambos alzamos nuestros helados y luego comenzamos a comerlos, al terminar Albert me tomo de la mano, un tiempo caminamos por el parque, durante ese pequeño tiempo se me había olvidado todo, parecía que la tristeza se había alejado de mi ser, pero en ese momento un señor mayor se acercó diciendo—jóvenes si son tan amables de regalarme una moneda — al ver su cara tan triste me lleno de melancolía y más cuando comenzó a toser.
Busque en la bolsa de mis pantalones si tenía dinero, pero no llevaba nada cuando escuche—Tome señor es todo lo que tengo pero si tiene más hambre puede ir a la cafetería White, está pasando el parque a mano derecha, en este momento creo que está cerrado, pero si gusta llegar más tarde, le darán de comer… sabe señor me han comentado que los postres son los más ricos de todo chicago y los dueños lo atenderán sin costo—
—Joven y está seguro que me atenderán no habrá problema — dijo el señor al momento que señalaba su vestimenta sucia y algo desgastada.
—Siii no se preocupe— Albert le sonreía al señor, el solo le agradeció por tal gesto y se dio la vuelta para seguir su camino, cuando el señor ya se había alejado de mi vista, Albert me tomo de la mano y dijo—Vamos hay que ir a la cafetería que ya he dado mi palabra —
—siii vamos— dije y solo sentí un jalón, ya que Albert comenzó a correr, al llegar a la cafetería Albert se movía lo más rápido, para que todo estuviera limpio y ordenado con todo los postres en el mostrador, parecía como si el inspector de salud llegaría.
Solo miraba como se movía, quería preguntar cuál era el motivo de su comportamiento, pero decidí quedarme callada y solo ayudarle, al paso de un tiempo los clientes comenzaron a llegar, como siempre me quedaba en la cocina para darle los postres y el atendía a todos, poco a poco se le había olvidado su extraño comportamiento, hasta que entra a la cocina y me dice —Hermosa dame el pastel de chocolate más grande —
—Sii— al momento abrí el refrigerador y saque el pastel, nunca antes Albert me había solicitado todo un pastel, solo me pedía rebanadas, pero en esa ocasión le entregue todo el pastel, al recibir el pastel Albert sonrió con gran satisfacción, sale de la cocina con una gran sonrisa, al ver esa sonrisa en su rostro, me dio curiosidad y salí detrás de él.
Cuando vi a quien le entregaba el postre, al instante mis lágrimas cayeron al piso y lo único que salió de mi boca fue —es tan generoso — era el señor que encontramos en el parque, en ese momento pensé « posiblemente yo, fuera estado como el señor con hambre, con frio, sin ningún lugar a donde ir, pero que tonta he sido, soy muy afortunada Dios me dio una familia » regrese de mi pensamiento cuando vi como Albert se despedía de aquel señor.
Antes de que Albert me viera llorar me limpie las lágrimas y regrese a la cocina, durante el tiempo restante solo pensé en mis padres, en lo mal hija que fui con ellos, era demasiado caprichosa, orgullosa y sobre todo fui muy egoísta muy pero muy egoísta ya que solo pensé en mí, jamás pensé en ellos, ni en su bienestar.
La culpa me estaba matando no sabía cómo ayudarlo y con este pensamiento en mi cabeza finalizo el día, no me di cuenta como el tiempo paso, solo me di cuenta cuando Albert me dijo —Terminamos es hora de regresar a casa— y es así como me di cuenta que ya era de noche.
Al salir de la cafetería Albert tomo mi mano y caminos por las calles de regreso al departamento, durante el camino me platicaba si quería ir algún lado o comer algo en especial, pero por primera vez en toda mi vida no me importaba nada de eso lo único que tenía en mi cabeza era como ayudar a mis padres.
Cuando por fin llegamos al departamento, él se acercó a mi oído y me dijo —que pasa por que estas muy cayada Candy puedes confiar en mi —
—Estoy bien no me pasa nada—
—Candy dime que tienes, en la mañana ya platicamos de esto, aun sigues pensando que eres adoptada—
—Noo en eso no… solo es que bueno mmm —
—Pequeña puedes confiar en mí, te amo y quiero verte feliz, si tienes dudas de quiénes son tus padres los podemos buscar y averiguar quienes son —
—Noo Albert eso nooo…no me siento así por saber quién eran mis padres, lo que me tiene así de triste es saber que durante toda mi vida fui muy egoísta con ellos, nunca valore lo que me dieron, hoy me doy cuenta que fui muy afortunada de tenerlos a ellos como padres—
—Pequeña entonces cual es el motivo —
—mmm bueno Albert ya te había comentado que mis padres están al borde de la quiebra y solo tienen esta semana para liquidar todas sus deudas o de lo contrario perderán la empresa y todo esto fue a causa de mi culpa —
—Candy ya no te culpes por el pasado, ahora lo único que hay que ver es el presente y que podemos hacer para ayudar a tus padres —
—Eso es exactamente el motivo por el cual estoy así, mis padres necesita dinero el cual yo no tengo —
—Ya veo… entonces ese era el problema —
—Perdóname Albert se perfectamente que este no es tu problema—
—Pequeña ese era el problema, así que piensas que no te puedo ayudar por que no tengo dinero —
—Nooo Albert no mal entiendas, pero —
—Pero es así verdad… Candy no tengo dinero y piensas que no podemos hacer nada —
—Noo Albert eso nooo—
—Tienes razón no tengo dinero pero tengo manos que saben trabajar para obtener dinero —
—Albert espera no te enojes —
—No estoy enojado pero si lo que necesitas es dinero para salvas a tus padres de la quiebra dime tu que sabes hacer para genera dinero —
—Ese… ese es el motivo no se hacer nada —
—Yo no diría que no sabes hacer nada, durante el tiempo que has estado conmigo, has aprendido hacer cosas que antes jamás habías hecho, ahora tus postres son muy ricos —
—Albert eso no es cierto no te burlas, los tuyos son mejores y eso que tiene que ver con mis padres —
—Tiene mucho que ver, has pensado en hacer muchos pasteles y venderlos para obtener dinero—
—Pero para hacer los pasteles, necesitamos comprar demasiados materiales, tiempo y aun así quien sabe si juntemos el dinero suficiente antes de esta semana—
—Mi amor confías en mí —
—Claro pero no que propones es imposible— y ya dije otra palabra ya que en ese instante se acercó a mí, dándome un beso muy profundo que al sentir el contacto de sus labios, mi cuerpo se paralizo asiendo que mis piernas comenzaran a temblar, poco a poco se fue separando de mí, y después solo me miro con una gran sonrisa.
Me abrazo muy fuerte, llevándome a la habitación, luego me recostó en la cama y por ultimo me dio un beso en la frente diciendo —Descansa que mañana será un día muy agitado — no entendía que es lo que me estaba diciendo, quería que me explicara pero el rápidamente salió de la habitación.
No quería dormir, quería buscar la manera de ayudar a mis padres pero el cansancio de un día de trabajo en la cocina, hizo que mis parpados se cerraran, cuando volví abrir mis parpados ya era de día.
Albert como siempre ya tenía el desayuno listo, me levante de la cama, me vestí lo más rápido ya que Albert no dejaba de gritar—Candy apresúrate que el desayuno se enfría y tenemos que trabajar — Me vestí lo más rápido posible, ambos desayunaos muy rápido ya que Albert decía que teníamos que llegar lo mas rápido a la cafetería.
Salimos del departamento y nos dirigidos a la cafetería aún era muy temprano, pero ya me había acostumbrado así que camine a la misma velocidad que Albert, caminamos tan deprisa que en breves momentos ya nos encontrábamos fuera de la cafetería, al llegar me lleve una gran sorpresa, había camiones afuera del establecimiento.
Todos los camiones eran de insumos, harina, azúcar, jarabes, moldes para hornear etc.
No lo podía creer en que momento ocurrió, solo miraba como Albert abrió la cafetería y los trabajadores de los camiones bajan los insumos, al instante le entregaba la mercancía a, Albert, el checaba la mercancía y pagaba todo.
Solo miraba como movía a toda esa gente, y todo ese dinero que estaba pagando, estaba realmente sorprendía, en que momento realizo todo eso, cuando todos se fueron fui directo al mostrador donde Albert se encontraba haciendo cuentas con todas las notas de compras y le dije—Albert dime… de donde sacaste ese dinero para pagar todo—
—Es tu dinero recuerda tú me lo distes para la cafetería, al empeñar tu celular en el banco, pero para que este dinero de frutos, ahora tenemos que trabajar para obtener ganancias —
—Queeee realmente era enserio… haremos postres —
—Por supuesto y si quieres ayudar a tus padres tendrás que trabajar muy duro estos días nos levantaremos temprano para hornearlos y luego saldrás a venderlos —
—Queeee quieres que yo los venda —
—Por supuesto, iras a los centros comerciales y los venderás—
—Noooo Albert eso no, en verdad no lo puedo hacer quieres que todo el mundo me vea, que van decir de mi —
—Nada no dirán nada, lo único que verán es a una persona trabajando y Candy en verdad tienes que vender los postres por que de eso, dependerán que tengamos dinero para ayudar a tus padres —
—Albert yo me quiero quedar en la cafetería —
—Lo siento mucho Candy, pero para obtener el suficiente dinero para ayudar a tus padres tendremos que separarnos y solo así podremos ayudarlos, y empezaremos desde hoy —
Esas fueron sus últimas palabras ya que se dio media vuelta y comenzó a cargar todos los insumos llevándolos a la cocina.
Solo miraba como Albert preparaba con gran agilidad los pasteles, movía las manos tan rápido que solo observaba de lejos ya que si me acercaba lo molestaría, a solo unos minutos que Albert comenzó ya los primeros pasteles estaban saliendo del horno.
Solo me dijo —llévate estos 3 pasteles que fueron los que ayer hornee y cuando estos estén listos te los llevare a la plaza —
—Queeee quieres que los lleve cargando hasta allá —
Continuara…
