Todos los personajes pertenecen a Stephenie Meyer. La historia es completamente mía, queda prohibida cualquier adaptación. Todos los medios de contacto se encuentran en mi perfil.
.
.
X Ambassadors - Unsteady
—No digas nada más, no quiero escucharte. —Bella trastabillo hacia atrás y Charlie la sostuvo— Necesito ir a casa. ¿Puedes llamar a Jemes, papá?
Ignore el vacío que se abrió en mi pecho ante la mención de James. Me tenía que enfocar en Thomas y en no perder la única oportunidad que tenía para ser parte de su vida. Si Bella decidía no darme la oportunidad de ser su padre, entonces nada de que había hecho o dicho en las últimas horas habría valido la pena. Si rompí mi promesa hacia Clarie fue por él y por Bella. Porque deseaba con toda mi alma resarcir un poco del daño que les provoque. Deseaba que Bella se apiadara de mí y me abriera un espacio en su vida.
Mentiría si no dijera que no la anhelaba con cada célula de mí ser, que no le amaba con todo mi corazón, que no daría todo lo que soy por tenerla de nuevo a mi lado. Pero nunca me atrevería a pedirle algo así.
Me conformaría con las migajas que ella quisiera darme. Cualquier cosa, con tal de poder ser el padre que Thomas no había podido tener los primeros de su vida.
Perderme más tiempo de su vida no era una opción.
—Bella, Thomas esta en mi habitación.
Bella trago saliva visiblemente, pasando una mano por su rostro.
—Lo sé. Mi pequeño... —una lagrima resbalo por su mejilla— Toda esta porquería lo toco. Debí protegerlo más.
—Esto no es tu culpa, Bella. —intente tranquilizarle.
Me miro molesta.
—Estas en lo cierto. Es la tuya. —su acusación me atravesó como un cuchillo caliente— Esto no estaría pasando si no me hubieras ocultado tu enfermedad, si hubieras confiado un poquitito más en nosotros, ¿no? Claramente no te conocía lo suficiente, ni a mi hermana, ni a Renne. Ustedes tres, tomaron mi vida y la destruyeron. Todo esto… —señalo alrededor— Solo son las consecuencias. No quiero escuchar más, ¿sabes? Porque por más que trates de explicarme lo que paso hace cinco años, nada me es suficiente. Nunca lo será.
Intente dar un paso hacia ella pero levanto una de sus manos.
—No te acerques. Thomas se puede quedar aquí esta noche. Mañana vendré temprano por él. Te pido… —hizo una pausa— te exijo, que no te atrevas a mencionar ni una palabra sobre que eres su padre. Necesito hablar con Renne, necesito que toda esta mierda se termine, entonces… hablare con Thomas.
—Bella, no creo que sea correcto. Renne no es una persona estable emocionalmente, no debes subestimarle, es peor de lo que piensas. —intente rebatir.
—No me digas lo que es correcto. —contraataco— No lo hagas, no tienes ni siquiera una percepción de lo que es correcto. Me marcho a casa porque no puedo más, pero piensa bien tus palabras, Edward. Porque la próxima vez que venga, quiero toda la verdad por completo. Incluido que fue lo que sucedió con el hijo de mi hermana, ¿por qué lo sabes, no? Después de todo fue tu esposa.
—Sí. —me obligue a responder.
—Bien. Eso pensé.
Di dos pasos atrás, mientras Charlie llamaba por su teléfono y Bella cerraba los ojos con cansancio. Acaricio con la punta de sus dedos su frente, en un gesto que yo conocía muy bien. Ella solía hacer eso cuando tenía migraña.
Mi estómago se retorció diez minutos después cuando el auto de James estaciono afuera de la casa de mis padres.
James salió de el, trotando hacia la puerta y recibiendo a Bella en sus brazos.
—Está bien, cariño. Todo va a estar bien. —beso su mejilla.
Lo intentaba, pero dolía. Cada vez que James le tocaba, le besaba o le murmuraba palabras de consuelo. Charlie intercambio unas palabras con él antes de que tomara su auto y partiera junto con Bella.
Metí mis manos en mis bolsillos mientras la veía partir. Solo podía ver su perfil mientras el auto avanzaba y avanzaba. Su piel pálida, su cabello en lo alto de su cabeza, la sudadera que mi madre le presto. Sus ojos chocolates conectaron por tercera vez con los míos antes de que el auto desapareciera por completo en el camino que había en medio del bosque.
La angustia subió por mi garganta cuando todo lo que pude ver fue oscuridad.
La había dejado ir.
De nuevo.
Solo que esta vez Bella sabía la verdad y eso solo había abierto una brecha más grande entre nosotros dos.
Charlie se acercó con pasos lentos. Pareció debatirse entre lo que iba a decir.
—Puede resultar un poco repetitivo, pero solo necesita un poco de tiempo, Edward.
—Ojala eso fuera lo único que necesita. Me temo —hice un gesto de pena— que necesita más que eso.
—Fueron demasiadas emociones en una noche.
Coincidí con él, manteniéndome en silencio. Sin embargo recordé el ultimátum de Bella. Antes de hablar con ella de cualquier cosa referente al hijo de Clarie, necesitaba asegurarme que nuestros secreto se mantenía bien protegido entre la tribu de La Push.
Protegido de la bestia en quien se había convertido Alec.
Si se sentía robado y traicionado por Renne, y Renne ahora había sido traicionada por mí, me temía muy pronto que los Black tendrían noticias de Alec.
Si Charlie era el informante de Clarie como yo sospechaba por su reacción nada sorprendida por el embarazo de Clarie y la adopción, él me ayudaría a llegar a los Black sin sospechas de nadie. Billy Black era su mejor amigo, por lo que algo podíamos arreglar. Y pronto.
Debía estar un paso adelante.
—¿Puedes enviarme un mensaje con todos los datos de Jacob Black? —pregunte directamente. Examine su expresión a fondo, él hizo lo mismo con la mía. Entrecerró sus ojos chocolates iguales a los de Bella y pereció llegar a algún tipo de determinación antes de responderme.
—Claro que sí. No hace menos de dos semanas se enteró que estabas en el pueblo de nuevo.
—Kate me hablo de ellos, me dijo que Leah y él tienen un matrimonio maravilloso.
—Lo hacen.
—Ahora entiendo porque Clarie no me quería decir quién era su informante. Eras tú.
No negó mi acusación. En cambio, se posiciono a mi lado y adopto la misma postura que yo. A mi lado, su uniforme lo hacía ver como alguien imponente. Exactamente lo que era. Charlie Swan podía parecer insulso, tímido e incluso a veces algo distraído. Pero era exactamente lo contrario. En el fondo sospeche, que sabía más de lo que decía.
Rápidamente me di cuenta que llevaba toda una vida subestimándolo.
—Me encargue de darle a mi hija el consuelo que necesitaba. Tú mejor que nadie sabe cómo es esto.
—¿Renne lo sabía?
—Lo llego a sospechar supongo. —se encogió de hombros— Pero soy policía y por lo menos en eso, soy mejor que ella.
No comprendí porque si Charlie sabía parte de la historia continúo con Renne. Imagine que aquí aplicaba lo de: "A los amigos de cerca y a los enemigos, todavía más cerca".
—¿Es por eso que sigues casado con ella?
—No me importo sacrificarme estos años con tal de mantenerlas seguras. Mi trabajo era contener a Renne lo más posible.
La oscuridad del bosque se comió por completo la noche, dejando ver solo las siluetas de los árboles. El cielo estrellado brillaba en lo alto, algo característico que siempre añore en Chicago. Forks siempre fue mi refugio, y a la vez, mi infierno personal. Tanto para Clarie como para mí. Por eso nunca volvimos. Ambos sabíamos que era un peligro. Ahora, el peligro era inminente. Un peligro que a pesar de todos mis esfuerzos, yo mismo libere.
Un peligro que no solo me asecharía a mí y a todos los que amo, sino a seres inocentes que no tenían ningún papel en este juego de lobos.
—¿Cómo esta ella?
—Perfecta. Hermosa. Ella es todo lo que Clarie quería que fuera.
Por lo menos, todo nuestro sacrificio, valió la pena en algo. Me obligue a mantenerme tranquilo.
—Me voy. —Charlie hablo— Tengo que buscar donde dormir. Renne me dijo que no me quería ver por ahí, que le diera tiempo para empacar sus cosas y marcharse.
—Me preocupa que Bella quiera hablar con ella.
—Estaré ahí y la protegeré. —prometió— Tal vez no lo dije antes Edward, pero lo lamento. Si yo hubiera contralado la situación un poco mejor. Bella, Clarie y tú no habrían perdido tanto en el camino.
—No vale la pena hablar más del pasado. No fueron tus errores o los de Renne. Fui yo y solo yo.
Me dio una sonrisa triste antes de partir.
—En esta pelea, todos perdimos algo.
Supe inmediatamente que hablaba de Alice.
Charlie subió a su auto y partió por el mismo camino que había tomado el auto de James. Me quede estático en mi lugar, hasta que las luces de su patrulla y el ruido de las llantas contra la tierra se volvieron imperceptibles.
Cerré la puerta y camine hacia la sala de estar. Mi padre se levando desde donde se encontraba sentado y me abrazo, dando tres palmadas en mi espalda.
Su frente recargada en mi hombro tembló.
—¿Por qué nunca llamaste? —susurro— Edward, siempre te hemos apoyado.
—Papá. —el impacto de que ahora no solo Bella sabia la verdad sobre mi cáncer, sino también mis padres al fin me toco. Mire sobre su hombro a Esme, mi madre escondía su rostro en Emmett, sollozando.
—Mamá… —Emmett levanto la mirada.
Una lagrima de deslizo por su mejilla.
—Debiste decírnoslo, Edward.
Esme quito su rostro de su pecho, poniendo una mano en su boca para tratar de esconder el gesto de dolor en sus labios. Mi padre dio un paso atrás, dejándome el camino libre para poder caminar hacia ella. Me puse a sus pies, con ambas rodillas en el suelo y puse mi frente en sus rodillas.
Suplicaría su perdón también si fuera necesario.
—Mamá…
Poco a poco, me toco. Sus dedos pasaron por mi hombro hasta mi cabello, enterrando sus dedos en mi cabello. Dejo caer su cabeza sobre la mía y continúo llorando. Carlisle se posiciono a su lado, aferrando su hombro y el mio. Sentí un pequeño cuerpo aferrarse a mi espalda.
Alice.
Emmett, tan grande como era, nos abrazó a todos, encerrándonos en un abrazo apretado. Todos lloramos en silencio, angustiados por lo que pudo ser y no fue. Mis padres lloraron por la posibilidad de perder otro hijo, Emmett susurro palabras de disculpa y Alice se mantuvo en silencio, consolándonos a todos con sus susurros bajos.
Pronto descubrí que estaba cantando.
La suave melodía apenas identificable, pero lo suficientemente clara. Era la canción de cuna que mamá nos cantaba de pequeños.
Emmett rio por lo bajo, trasmitiendo las vibraciones de su pecho por todo su cuerpo.
—Cantas horrible, enana.
—Emmett.
—mi madre lo reprendió con voz gangosa.
—¿Y tú? Tu voz es horrible también.
Mi padre dejo salir una carcajada a la par que Esme de daba una colleja.
—Todavía puedo ponerte en línea, jovencito.
Todos reímos. Yo me deje caer en el piso y Alice se sentó a mi lado, recargando su rostro en mi hombro.
Mi madre me veía fijamente. Sus ojos se llenaron de lágrimas otra vez.
—Te veo y solo puedo pensar en todo lo que tuviste que pasar solo, cariño.
—Mamá. —tome su mano entre las mías— Ahora estoy bien, lo supere.
—Te operaron. —dijo afirmativamente— Quiero saber todo.
—Lo hicieron. —Esme se aferró a Carlisle con su mano sobrante. Mi padre trataba de mostrar un apariencia fuerte, pero a pesar de eso, sus ojos se mostraban rojos y tristes— Me opere en Chicago.
—F-Fue… Fue en la cabeza.
—Sí. —baje la mirada, recordando la sensación. Los largos días de cansancio, dolor, nauseas, vómitos. Las crisis epilépticas. El frio de la cuchilla cuando me raparon la cabeza para la cirugía— Fue rápido, no dolió nada.
Emmett carraspeo, rehuyendo a las lágrimas.
—¿Y ahora?¿Aun estas en tratamiento?¿Aun tienes…?
—No, no. —disipe cualquier duda rápidamente— Estoy libre de cáncer desde hace dos años. Al principio, comencé la terapia dirigida, el doctor quería parar el crecimiento del tumor, me propuso las quimioterapias pero eso era demasiado peligroso si yo no quería que nadie se enterara. Cuando los fármacos dejaron de funcionar, todo se volvió un desastre. Comencé a tener más crisis epilépticas y mi cuerpo ya no lo resistía por mucho más. Para ese momento Bella y yo ya habíamos terminado y Clarie me convenció sobre ir a Chicago para poder hacer un tratamiento en toda la extensión. Ya no tenía por mucho que luchar, excepto mi vida. Partí y un mes después me operaron. La cirugía fue un excito, posterior a ella pase por una sesión de quimioterapia y treinta sesiones de radiación.
—Dios mío… —Esme retorció sus manos— Si te hubiera pasado algo, si te pierdo. —inspiro aire forzosamente— No podría soportarlo de nuevo.
—Estoy aquí, y estaré aquí por un largo tiempo.
Emmett estiro una mano.
La tome fuertemente. De alguna manera, todos necesitaban estar en contacto conmigo. Lo acepte si eso les daba un poco de tranquilidad. No valía que se preocuparan por mí. Todo lo que siempre quise era no provocarles ese dolor, y ahora estaba aquí, frente a ellos, bajando todas mis barreras y dejando que vieran a través de mí y mi pasado.
—Has cometido errores, Edward. Muchos. Pero te amamos, hermano. Lamento haber sido un cretino contigo todo este tiempo.
Los mire a todos.
—Solo quiero dejar el pasado atrás. He dado el primer paso. Bella sabe la verdad, y aun que me resistí por mucho tiempo a hablar. —solte el aire en mi pecho— No puedo evitar sentir que un peso se ha quitado de mis hombros. Soy libre. Por fin puedo luchar por mis hijos.
Carlisle apretó su agarre sobre mi hombro.
—¿Y Bella?
—Jamás sería capaz de pedirle que me perdonara. El día que me case con Clarie lo supe que la perdería pasa siempre.
—Lo lamento tanto cariño… —Esme paso una mano por mi rostro.
La tome y bese.
—Yo también, mamá. Yo también.
—Que día de mierda. —Emmett dejo caer su cabeza en el respaldo del sofá— Quien diría que Renne era una perra desalmada.
Nadie dijo nada más sobre la madre de Bella y Clarie.
Mi madre examino mi rostro minuciosamente.
—Estoy bien. —trate de asegurarle.
—No te creo nada. —me respondió, tomando mi rostro entre sus manos— Escúchame bien, Edward Anthony Cullen, somos tu familia. De ahora en adelante, no más secretos, no más mentiras. ¿Qué hubiera pasado si el tratamiento no funciona?¿Si te perdían en el cirugía?¿Si el cáncer te ganaba la batalla? Puedo comprender tu angustia, pero no vuelvas a elegir por nosotros. Soy tu madre y créeme cuando te digo que nada ha sido tan doloroso para mí como saber que estuve a punto de perderte. Pase por el dolor de perder a una hija una vez, no creo soportarlo de nuevo. Me destruiría.
Deje salir una sonrisa triste. Imbécil de mí. Si tan solo hubiera confiado un poco más en mí mismo, en mi relación con Bella, en que el cáncer no me vencería. Pero me había dejado llevar por caminos equivocados. Deje que la marea me arrastrara, llevándome a mi familia y a Bella entre los pies. Lastime a toda la gente que amaba a mi paso, ¿y de que me sirvió? Ahora no tenía mucho más que la esperanza de salir de este embrollo, darle un poco de paz a Bella, y poder estar con mis hijos.
—Sí, señora.
Mi madre dejo salir una risita, entre lágrimas y me abrazo. Aferrándose a mis hombros.
—Mi chico valiente. —susurro por lo bajo.
Ojala aquello fuera cierto.
Ojala hubiese sido más valiente y no un completo cobarde.
Decidimos irnos a dormir todos después de hablar un poco más. Por un lado, Esme me pidió un chequeo médico completo, no me negué. Si eso podía darle un poco más de tranquilidad, le asegure que en cuanto Kate regresara de Texas lo haríamos. Emmett y yo pasamos a Thomas de mi habitación a la suya, a pesar de que me moría por que durmiera conmigo y pasar una noche con mis dos chicos, ambos coincidimos en que la mejor explicación para Thomas seria que simplemente había pasado una noche con Emmett debido a que él era su padrino. Rosalie me ayudo a ponerle el pijama y se lo llevo en brazos.
Me deje caer en mi sofá, tomando mi cabeza entre mis manos.
Ya no había vuelta atrás. Lo hice. Le dije a Bella sobre mi cáncer, sobre Clarie, sobre su embarazo y la adopción. Me imagine la reacción de Renne cuando Bella la confrontara, lo enojada que estaría. Algo me decía que Renne solo era una bomba que al fin se había activado y tarde o temprano nos explotaría en la cara.
No me convencía que se quisiera ir así porque sí.
Renne no era de las que se rendían tan fácilmente.
La incertidumbre por cual sería su próximo movimiento me mantuvo toda la noche despierto.
.
.
El sonido de mi teléfono me saco de mi estupor cuando apenas empezaba a dormitar después de pasar toda la noche dando vueltas al tema de Jake y Leah Black, Bella y Renne. Pestañe desorientado en medio de la oscuridad. Apenas estaba amaneciendo, con la luz azul característica del amanecer filtrándose poco a poco.
Escanee la habitación.
Max en su cuna, mi cama distendida.
Yo en el sofá, sentado y acalambrado por todas partes.
Es solo que no me apetecía solo acostarme en la cama para pasar toda la noche dando vueltas.
Mi insistente teléfono volvió a avisarme de una llamada entrante.
Me incline hacia delante, sacando mi teléfono de mis jeans.
Kate.
—¿Kate?
—Puedes… solo… abrir la maldita puerta. —me levante de un salto del sofá.
—¿Estás aquí?
No respondió a mi pregunta.
—¿Cariño? —la mataría si era una de sus estúpidas bromas, o de Emmett.
—Solo abre la puerta… —jadeo— ¿Edward?
Definitivamente no se trataba de una broma.
La preocupación recorrió cada parte de mi cuerpo, enviando un disparo de adrenalina hacia mis miembros inferiores.
Corrí fuera de mi habitación, saliendo por el pasillo y tropezando con una mesita.
—¡Maldición!
La respiración de Kate no se hizo más estable, en cambio aumento. Antes de bajar por las escaleras, Emmett abrió su puerta de un tirón.
—¿Qué mierda te pasa?
—Es Kate.
Baje las escaleras de dos en dos, soltando el teléfono cuando escuche del otro lado del teléfono un grito de horror y a Kate susurrar: No, no, no. Dios, por favor…
Abrí la puerta.
Y me encontré a mi mejor amiga de rodillas, con el rostro desencajado, sudoroso y pálido. Lo más pálido que nunca vi. Sus ojos surcados de lágrimas. Vestía una chaqueta grande y larga, una blusa sport blanca y mallones. Mallones repletos de sangre entre sus muslos y gran parte de ellos.
—Edward…
Emmett hablo a mis espaldas.
—¿Qué demonios?
Me puse frente a Kate, tomando su peso entre mis brazos. Las lágrimas bajaron por sus mejillas.
Saco una mano de entre sus piernas, toda la palma contenía sangre.
—Estoy teniendo un aborto.
—No, no, no. —repetí una y otra vez. ¿Pero qué demonios estaba pasando? Esto tenía que ser una pesadilla. Dios no podía permitir que Kate perdiera a su bebé de esa forma. Grite a por Emmett, exigiéndole que llamara a una ambulancia.
—¡Rápido!¡Maldita sea! Kate, Kate… —la llame. No desvió su mirada de su mano. Mire a todas partes, tratando de averiguar porque demonios tenia a mi mejor amiga entre mis brazos a punto de perder a su bebé — Kate, ¿dónde está Irina?
—Mi bebé. —sollozo.
—Maldita sea. ¡Emmett!
—Demonios. —grito, hablando por el teléfono— ¡Solo mande una maldita ambulancia! ¡Ella se está malditamente desangrando y usted me está preguntando estupideces! Es Kate Williams, es parte del personal médico. ¡Solo quiero una jodida ambulancia!
Sus gritos despertaron a toda la casa.
Esme y Carlisle bajaron las escaleras corriendo. Esme jadeo al verme inclinado sobre el suelo, el cuerpo tembloroso de Kate entre mis brazos. Corrió hasta donde me encontraba, tomando en rostro de Kate entre sus manos.
Carlisle se quitó la camisa, enrollándola y poniéndola entre sus piernas.
—¿Cómo paso esto?
—No lo sé, solo no lo sé. —pase una mano por mi cabello, jalándolo desde su raíz— Solo recibí su llamada, y respondí, y escuche su voz. —trate de explicarle— Y baje, pero cuando abrí la puerta ya estaba así.
—Cariño…
—No lo puedo perder, no lo puedo perder…
De alguna manera Kate tuvo que llegar a casa. Examine todo el exterior de la casa. Todo se mantenía impasible, excepto por el auto de Kate aparcado al lado del de Emmett, con la puerta abierta. Alcance a divisar dentro del auto varias maletas.
Texas.
La familia de Irina, la noticia del embarazo, todo lo que había conversado con Kate aquella tarde en la cafetería me golpeo como un tren.
Algo salió terriblemente mal.
Cerré los ojos, completamente furioso.
—Dime que no te abandono.
Kate flexiono las rodillas, ignorando mi comentario y metiendo ambas manos entre sus piernas, afianzando sus dedos alrededor de la camisa de mi padre. Sus nudillos se volvieron blancos por la fuerza de su agarre. Supe que si no me movía rápidamente, entonces ella vería como se iba la vida se su hijo poco a poco. La tome entre mis brazos, levantándola en vilo.
No podía esperar hasta que una ambulancia llagara. Si lo hacía, sería demasiado tarde. Kate necesitaba ayuda médica urgentemente.
—Necesitamos un hospital. Ahora. —grite.
Baje las escaleras del porche, con mi mejor amiga sangrando entre mis brazos y la vida de su bebé pendiendo de un hilo. Esme me siguió desde cerca, con Carlisle a sus espaldas. Mi padre ni siquiera se molestó en poner algo de ropa sobre su pecho, simplemente corrió hacia el coche por delante de mí.
—Yo manejo. —se metió en el lugar del conductor y encendió el auto mientras Esme me abría la puerta trasera y se acomodaba para recibir a Kate entre sus brazos.
Con cuidado, me incline lo más que pude y me metí dentro del auto, apoyándome en mis rodillas. Kate lloriqueo cuando abandono mis brazos, adoptando una posición completamente fetal. Esme se inclinó hacia ella, acariciando su rostro y murmurando palabras de consuelo para intentar tranquilizarla.
Emmett entro en su propio auto, no sin intercambiar unas cuantas palabras con Rosalie en la puerta.
Solo pude ver como Rosalie negaba una y otra vez, con una mano hecha puño en su pecho.
Antes de que lo procesara, ya estábamos a medio camino al hospital de Forks. Los maldije una y otra vez internamente. ¿Cómo se negaban a mandar una maldita ambulancia? Los mataría con mis propias manos si algo le sucedía a Kate o a su bebé. Mi padre excedió todo el límite de velocidad, chillando las llantas del coche cuando atravesamos el centro de Forks.
—Me dejo. —escuche susurrar a Kate en la parte de atrás, entre sollozos— Me dejo, eligió a su familia. Me dejo sola con este bebé.
¿Cómo pudiste hacerle esto? Maldita seas Irina. El ácido subió por mi garganta, recordando que no hace menos de cinco años yo abandone al amor de mi vida en las mismas condiciones. Sola y embarazada. Completamente destrozada. Deje salir un puñetazo y golpee el tablero el auto.
—Edward… —Carlisle me advirtió.
—Hija de puta. —entorne los ojos hacia él— ¿Pero en que me diferencio yo a ella?
No me contesto, en cambio, aumento aún más la velocidad del auto.
Entramos a toda velocidad al estacionamiento del hospital. Antes de que el auto parara por completo baje del auto de un salto, corriendo dentro del hospital.
—¡Mi amiga!¡Joder! —grite— Está teniendo un aborto.
En mi desesperación recurrí al primer doctor o más bien dicho, doctora que vi a mi alrededor. A chica era rubia, alta y se encontraba de espaldas platicando con una enfermera. Camine hacia ella y la tome del brazo.
Se giró.
Con fuego encendido en sus ojos.
—¿Qué…? —se soltó de mi agarre de un tirón. Una corriente eléctrica nos recorrió a ambos, provocado por el contacto piel con piel— ¿Edward?
El fuego fue remplazado por confusión.
—¿Tanya?
Tanya Smith, la mejor amiga de Clarie. Doctora y una de las mejoras génico obstetra de Chicago estaba justo frente a mí. La sorpresa fue remplazada por la urgencia de nuevo. Kate me necesitaba.
—Es mí….
—¡Edward! —Emmett entro por la puerta con Kate entre sus brazos. Kate ya no estaba consciente y sus brazos a los costados de su cuerpo estaban todos llenos de sangre.
La imagen activo las alarmas de todo el personal médico.
—¡Una camilla!¡Rápido! —grito Tanya. Inmediatamente dos camilleros acercaron la camilla, poniéndola junto a Emmett. Lívido, vi a Tanya ladrar órdenes por aquí y por allá. Pronto, otros dos doctores y enfermeras estuvieron alrededor de Kate, poniendo, quitando y tomando.
La camilla desapareció con ella por el pasillo y Tanya con ella.
—¿Edward? —Carlisle me pregunto con incertidumbre.
—Ella estará bien. Está en las mejores manos. —fue lo único que atine a decir.
.
.
"Aguanta. Aguanta. Abrázame, porque estoy un poco inestable"
.
.
Bella se quedó sin fuerzas para poder seguir procesando todo lo que Edward le dijo y decidió irse, Charlie de pronto deja a Edward descolocado pues parece saber más de lo que aparenta y ahora a nuestra Kate le pasa esto. El día no puede mejorar. Se vienen momentos duros para nuestra Kate. ¿Recuerdan la conversación que tuvo con Edward? Y ahora resulta que Irina la dejo. Y miren a Tanya, se nos vino otro personaje, que es paulatinamente nuevo, pues ya había sido mencionada en los primeros capítulos. Era la mejor amiga de Clarie y fue un gran apoyo para cuando Clarie murió. ¿Qué creen que podamos esperar de ella?
Ahora, pasare a contestar algunos de sus reviews:
jenni317: Si es un poco imbécil Edward, porque confió en las personas equivocadas y se dejó llevar por el miedo.
natuchis2011b: Me encanta que te encante, gracias por leerme.
Sol(e).masen: Solo puedo decir que en algún momento de la historia lo hará. Sobre todo porque necesita informarle a Thomas en un ambiente tranquilo que Edward es su padre. No olvidemos que tiene una casa en Vancouver que es una herencia de la abuela Swan.
Tata XOXO: Exacto, todos necesitan perdonar y es un proceso que tanto Edward como Bella ya comenzaron, sobre todo Bella. De cualquier manera, Edward tiene que perdonarse a sí mismo, pues se recrimina mucho por el sufrimiento que les está haciendo pasar a todos.
margarymoon: Siii, conforme pasen los capítulos, uno a uno se irán descubriendo.
Maryluna: Cuando les queden dudas sobre el capítulo pueden escribírmelas y con todo gusto se los explico (mientras no sean spoilers hahaha). O mándenme mensaje en Facebook para echar el chisme sin pena.
liduvina: Si James forma parte del pasado de Edward, pero de una manera puramente causal. En realidad no es alguien que causo algún daño. Este James si es bueno, eso se los puedo asegurar. Tan bueno que está dispuesto a todo por Bella, incluso a dejar de lado su propia felicidad por la de ella.
Lu40: Espero que tu cerebro este bien hahaha, hasta yo me infarto cuando leo lo que escribo.
PRISOL: Debo decir, yo también estoy impactada.
Melania: Es lo que es, y como dijo Edward, seria más doloroso para Bella que el intentara obtener su perdón. Su casi inexistente relación pende de un hilo y el lo sabe. Bella ha sufrido mucho, pero ella también ha cometido errores y ella lo sabe muy bien.
Annie: Definitivamente se merecen un cierre, todos. Un inicio nuevo. Y no te preocupes, no me molesta que me digan cosas de los personaje, sé que cada una tiene su opinión diferente, yo más que nadie esta consiente de quien es quien (hahaha). Así son perfectas, todas intensas.
Lidia Hernandez: Gracias a ustedes.
kaja0507: No lo niego, si hay mucho drama en esta historia. Les recomiendo que luego de mí, se vayan a leer algo bonito como terapia hahaha.
The Blue Of Lila: Soy afortunada de tener personitas como todas ustedes por leerme y darme la oportunidad de llagar y robarme un ratito de sus vidas. Agradecida estoy yo por el recibimiento que me han dado. Me encanta que te encante y que te pueda trasmitir lo que esta cabecita mía crea. Siii, muchas quedaron en shock al saber que Renne no es la villana de esta historia. A mi punto de vista no lo es, pues tenemos dos personajes que le pueden pelear muy bien ese puesto. Al final, ustedes serán las que deciden quien fue peor. Algunas hasta postulan a Edward hahaha.
PD: Me da pena las que me escriben en Guest y no puedo responderles, no olviden firmarlo, así puedo responderles.
PD2: Sorry si les llegaron varios avisos de FF de la publicación del capítulo, la plataforma lo subía todo desacomodado y lo tuve que subir y bajar varias veces.
Las leo en los reviews siempre y recuerden que: #DejarUnReviewNoCuestaNada.
—Ariam. R.
Link a mi Facebook: www . facebook ariam . roberts . 1
Link al grupo de Facebook: www . facebook groups / 801822144011109 /
