¿Pero qué es lo que sientes?

No sabría explicarlo, pero es como si el suelo desapareciera bajo mis pies, y flotase indefinidamente.

Lamento decirte, que estás enamorada.

Observó como a medida que el pincel recorría su labio, este se tornaba de un rojo intenso, normalmente aquel color le resultaría demasiado llamativo, pero aquella noche, aquella situación era diferente, y aquel color encajaba a la perfección, como ningún otro lo haría.

A través del reflejo del espejo pudo ver como Mayoko realizaba los últimos arreglos en su cabello, aquel semi recogido agudizaba sus rasgos y marcaba sus facciones, intensificando las mismas.

Su amiga se separó levemente de ella una vez hubo colocado la última horquilla y la observó en el espejo, con una cálida y sincera profunda sonrisa en su rostro. Siempre había considerado que Gina era una joven muy bella y que había tenido mucha suerte con los rasgos que la naturaleza le había dotado, su rostro era simétrico, sus ojos grandes y azulados, sus labios no eran demasiado gruesos, pero tampoco finos, y en conjunto sus facciones mostraban armonía. Pero ella no acostumbraba a potenciar su belleza, eran raras las ocasiones en las que se arreglaba y sacaba mayor provecho de su belleza, aquel día era uno de ellos.

"¿Vendrás después?" Preguntó Gina en un intento de que dejase de observarla, en ciertas ocasiones podía llegar a ser tímida, y aquel momento era uno de ellos, quizás por el hecho de que no estuviera acostumbrada a arreglarse tanto, eso la hacía sentir nerviosa.

"Lo dudo, no sé a qué hora llegarán del hospital de ver al profesor, pero cuando lo hagan no creo que Mitsui quiera asistir a la celebración" Gina frunció el ceño mientras se giraba hacia su amiga y daba la espalda al espejo frente al que antes se situaba, Mayoko se explicó "Intenta mantenerse alejado de las fiestas, le recuerda a tiempos pasados" Dijo y acto seguido la rubia puso los ojos en blanco "No seas mala" aludió en respuesta su amiga "Además me dijo que tenía una sorpresa para mí" Una sonrisa apareció en su rostro.

"Mira la cara de tonta que se te pone" Rio Gina mirándola, disfrutando del momento, le gustaba ver a su amiga así de feliz, y enfadarla un poco, por qué no.

"Bueno y tú ya me contarás a qué viene que estés tan interesada por ir tan guapa a esa fiesta de celebración, ni siquiera pensé que te interesaría ir, y menos aún tú sola, algo ocultas" Su amiga la miró entrecerrando los ojos, mientras realizaba un profundo escrutinio de su rostro, intentando encontrar en este alguna pista "Sólo prométeme que no tiene nada que ver con Sendoh" La rubia no pudo evitar poner sus ojos en blanco, su amiga se encontraba totalmente alejada de la realidad.

La castaña había dado en el clavo, no había contado a nadie su conversación con el moreno el día anterior, aún no sabía que iba a pasar, y no iba a adelantarse a los hechos ni mucho menos. Sonrió en un intento de evadir la mirada de su amiga y quitarle importancia al asunto.

La voz de Johei Mito sonó desde debajo de las escaleras, llevaba esperando un rato a que bajasen, y estas seguían sin hacerlo.

"No hay tiempo para hablar" Sentenció, el rostro de Mayoko se curvó en un intento de mostrar una mueca de enfado, salvada por la campana "Ve a entretenerlo, yo mientras voy a vestirme".

No le quedó mayor opción que asentir y dirigirse hacia la puerta de la habitación, antes de traspasar el umbral de la misma se giró para observar a su amiga por última vez antes de bajar. Ella había vuelto a coger una brocha de maquillaje para realizar el último retoque. Algo importante pasaría esa noche, no tenía la mayor duda.

Al escuchar la puerta cerrarse, contempló su reflejo en el espejo por última vez antes de levantarse de la silla en la que se encontraba descansando y situarse frente a la cama, en la que el vestido elegido para la ocasión se extendía.

Era un vestido azulado, que combinaba perfectamente con el color de sus ojos, tenía un estampado conformado por diminutas flores que le otorgaban un aspecto primaveral. Comprobó que la longitud de este no era ni corta, ni larga, justa la precisa, una vez se hubo vestido con él.

Nuevamente frente al espejo, comprobó que sus pendientes se encontraban en el correcto lugar, así como que ningún mechón de pelo se escapaba de su perfecto y trenzado recogido, eliminó algunas de las arrugas que se habían formado en el vestido, sacudiéndolas, y se dispuso a abandonar la habitación.

Un silbido se escuchó en cuanto su figura asomó por las escaleras. Bajó los escalones rápidamente y riendo ante la mirada orgullosa de su amiga, y la risueña de Yohei.

Una vez alcanzó a su amigo, este la forzó a dar una vuelta sobre sí misma, y la admiró. Su aspecto era sencillo, pero a la vez asombroso. La abrazó por la espalda, mientras observaban ambos a Mayoko. Yohei sí sospechaba lo que ocurriría aquella noche, o al menos con qué persona estaba relacionada el hecho de que quisiera ir de forma tan repentina a esa celebración.

"Podrías haberte puesto otros zapatos" Apuntó Mayoko mientras observaba las zapatillas converse que su amiga calzaba, la aludida se limitó a encogerse de hombros, no pensaba llevar zapatos que la hicieran estar incómoda "¿A qué hora tenías que estar allí?" Preguntó dándose por vencida, siendo consciente de que Gina no iba a cambiar sus zapatillas.

"Pues voy algo tarde" Afirmó tranquila tras haber consultado su reloj de muñeca.

"Pues entonces vamos" Dijo Yohei mientras sacudía en su mano las llaves de la motocicleta.

"Ten cuidado con el recogido, como un pelo se escape te culparé a ti Yohei Mito" Dijo mientras señalaba con su dedo índice al joven de cabellos negros.

"Tranquila que yo soy la prudencia personificada al volante" Fueron las últimas palabras emitidas por el joven, a las que Gina y Mayoko respondieron sonriendo, y abandonaron el hogar.

Mientras que Mayoko se iba a dirigir a su casa a cambiarse de ropa para posteriormente quedar con Mitsui y celebrar la victoria, Gina acudiría a la celebración, y Yohei Mito más tarde se juntaría con el resto del ejército de Sakuragi y celebrarían con él la victoria conseguida.

Entrar sola en aquel lugar, por más seguridad en sí misma que sintiera la hacía sentir nerviosa. No acostumbraba a frecuentar fiestas juveniles, lo más parecido a ellas habían sido las celebraciones que tenían lugar después de algunas victorias señaladas en los combates más importantes, y en aquellas siempre contaba con la presencia de su hermano y de Yohei y el resto de amigos, incluso en puntuales ocasiones con la de Mayoko. Inspiró y expiró tratando de recobrar la tranquilidad, pero resultó inútil.

Lo único que la tranquilizó fue observar la presencia de Jin que en seguida se dirigió hacia ella. Agradeció el gesto en silencio del joven.

"Estás guapísima Gina" Le dijo risueño, mientras interiormente se lamentaba por la ausencia de la castaña "¿Cómo has decidido venir sola?" Preguntó sospechando que el motivo de su presencia en aquel lugar debía estar relacionado con el capitán, pero intentando obtener una respuesta a la ausencia de presencia de Mayoko.

"No podía" Se limitó a decir, cuando observó la mueca de frustración que se formó en el rostro de su compañero procedió a dar una mayor explicación, evitando aludir al tirador de tres puntos "Tenía planes anteriores" Se encogió de hombros, y decidió cambiar de tema mientras se dirigían a la barra en la que servían las bebidas "Por cierto, enhorabuena por ser uno de los cinco mejores jugadores de Kanagawa, eres espectacular Jin".

Un leve sonrojo apareció en el rostro de su acompañante y sonrió al verlo. Se percató de cómo el joven frente a ella cambiaba su facción a una risueña, y divertida, sin saber muy bien a que se debía, miró hacia atrás y observó como a escasos centímetros de ella se situaba el capitán del equipo.

El sobresalto que descubrir su presencia tan cerca de ella le ocasionó produjo que se escapase de sus manos la bebida que llevaba sosteniendo durante unos escasos segundos. Inmediatamente se agachó para recoger el vaso que afortunadamente no se había roto, y él hizo lo mismo, al dejar de mantener su mirada en el suelo y elevarla se encontró de frente con aquellos ojos café que la estaban examinando divertidos. Nerviosa situó un mechón de cabello que se había escapado del recogido tras su oreja y volvió a mirar al suelo, el moreno disfrutó de observar cómo aquel gesto indicaba que se había puesto alterada con su presencia.

Ambos se elevaron nuevamente y dejaron de estar agachados una vez hubieron recogido el vaso del suelo.

Sentir la gran presencia del imponente cuerpo del moreno a su lado la impresionaba. Recobró la calma, y fingió normalidad sonriendo levemente a Jin, que le guiñó un ojo, imitando el gesto que ella acostumbraba a hacer.

"Jin, ¿te importa si te la robo y bailo con ella?" Jin no pudo contener la risa que escapó de sus labios, cualquier cosa sería capaz de hacer por ver bailar a su capitán.

"¿Le preguntas a él y no a mí? Yo no quiero bailar" Preguntó Gina aparentemente molesta por no haberla consultado a ella, Maki ronrió al observar el ceño fruncido de la joven, le encantaba cuando expresaba esa mueca.

"¿Eres consciente de que hace quince minutos le has dicho a Kaori que no puedes bailar con ella porque estás lesionado?" ¿Kaori le había pedido bailar con él? De pronto le entraron ganas de bailar con el moreno.

"Un milagro médico, ya me encuentro mucho mejor" El moreno guiñó un ojo a Jin mientras se alejaba situando una mano en la espalda de Gina y guiándola hacia la pista.

El corazón de la rubia comenzó a latir con fuerza al sentir la proximidad de su cuerpo con la de él, la calidez del moreno la invadió. Su rostro mostraba tensión, mientras que el de él era divertido, parecía estar disfrutando del momento.

"Esto no puede salir bien" Murmuró haciendo alusión al hecho de que ambos se encontrasen bailando juntos, aunque había más parejas que lo estaban haciendo, el centro de atención parecían ser ellos, y si algo le molestaba era que las miradas estuvieran puestas en ellas.

"Te empeñas en castigarme con tus palabras" Señaló, y Gina posó inmediatamente sus ojos en los de él, a Shinchi le pareció ver arrepentimiento tras aquellos iris azulados.

"No es tal mi intención" Aquello extrañó a Maki que tras girar el cuerpo de la rubia en un paso de baile, la forzó a mantener su mirada fija en él, esperaba oír otra respuesta de su parte "Nunca desearía hacer tal cosa".

"¿No me dirás que soy un kamikaze y que por qué no te dejo en paz? ¿Se encuentra usted bien Señorita Sakuragi?" Aquel trato formal logró que una sonrisa se escapase del hasta entonces serio rostro de su acompañante.

"Quizás la felicidad por la victoria ha conseguido mi raciocinio".

Encogió sus hombros discretamente mientras continuaban bailando, Shinichi elevó sus cejas al oír aquello, parecía que estaba dispuesta a seguirle el juego aquella noche. Alrededor de ambos, numerosas miradas se dirigían a ellos y susurraban teorías sobre la cercanía de ambos y el trato tan cercano que se estaba dispensando entre ellos. Comenzaban a cuchichear cerca de una relación entre ambos, y eso que no podían observar las miradas de complicidad que estaban lanzándose el uno a otro.

"Pues en ese caso, deberíamos aprovechar antes de que llegue la Gina aguafiestas" Susurró esta vez muy cerca de su oído, tanto que logró que un escalofrío sacudiera su espalda.

La rubia tragó saliva intentando obviar las palabras que acababa de escuchar y hacer como si no las hubiera oído, intentó ocultar su nerviosismo en una amplia sonrisa que tuvo al moreno como único destinatario.

"Mentir no es de caballeros, no es propio de usted capitán" Dijo ahora cambiando de tema, e intentando recobrar el dominio de la conversación.

La intención de Gina era ocultar el nerviosismo, que mantener el cuerpo de Shinichi tan cerca le ocasionaba, siendo ella la que mantuviera un aire retador con sus palabras.

Bailaban al son de la música sin saber muy bien que estilo musical era aquel ni que pasos estaban siguiendo. Shinichi la volvió a hacer girar, y ocasionó que una risa sincera se escapase de los labios de la rubia, estos danzaron al son de su sonrisa. Por un instante, el moreno se perdió en el brillo que se había instalado en los ojos de su compañera de baile, deseo ser él la causa de este, y lo era.

"¿Le preocupa a la Señorita Sakuragi que no sea un caballero?" Preguntó nuevamente muy cerca de ella, utilizó la excusa del alto volumen de la música para acercarse a su oído y proferir aquella pregunta, cuando Gina observó su rostro le pareció observar una mueca risueña, podía jurar que él estaba divirtiéndose con aquel espectáculo "¿O le preocupa que otras Señoritas me quieran sacar a bailar?".

Mantuvo sus ojos caramelo fijos en los de ella, y por un momento Gina pensó que se había sonrojado, e intentó ocultar su rostro en un paso de baile.

No podía negar que le molestaba la actitud de Kaori hacia él, pero era cierto que llevaba un considerable tiempo tras él, por lo que no podía extrañarle aquello. Lo que si le resultaba extraño, y a la vez divertido, era la excusa que él había puesto para evitar el baile. Sabía que Shinichi era lo suficientemente educado como para negar un baile de forma descortés. Quizás era eso lo que más le gustaba de él, que siempre se comportaba correctamente.

"La Señorita Sakuragi está sedienta, así que, si la disculpas va a tener que dejar de bailar" Intentó escapar del baile con el moreno, pero este la retuvo durante unos instantes más.

"No la disculpo, pero qué remedio, no seré yo la causa de que se deshidrate" Y la dejó ir, disfrutando mientras la veía distanciarse rápidamente de él de la situación en la que se encontraban.

Normalmente Gina se veía en un rostro serio y enfadado, el contemplar sus facciones nerviosas sin que ella lograse ocultar sus sentimientos hacia él, le producía, cuanto menos, ternura.

No se percató de cuando Takasago y Jin se situaron a su lado, miró extrañado como estos dos sonreían entre sí.

"Has dado tema de conversación para un mes con este baile" Afirmó el más corpulento de ambos.

"No entiendo el por qué" Se limitó a contestar Maki, sabía le tocaría soportar las burlas de sus compañeros y constantes bromas, pero había merecido la pena.

Gina volvió a hacerse con una bebida, se encontraba mirando despreocupada a la pista de baile cuando un joven que en algún momento de su vida llegó a poder ser considerado como cercano a ella se aproximó. Su rostro era especialmente serio, aunque no podía recordar muchos momentos en los que él sonriera, aquella expresión mostraba enfado hacia su persona.

"¿Puedes venir un momento?" Preguntó, aunque más que una petición parecía ser una orden, Gina lo observó con rostro serio y contundente.

"¿Por qué debería hacerlo?" Ni siquiera le preocupaba contestarle o no, no quería saber nada de él, ni de cualquiera de los otros integrantes de Ryonan.

"Porque deberías ser un poco responsable de los problemas que ocasionas" Respondió inmediatamente el guarda de los azules.

"No sé de lo que me estás hablando Koshino" Expresó manteniéndole la mirada retadora que él le estaba lanzando desde que se había acercado a ella.

Inesperadamente para Gina, él la guio sujetándola por el brazo en otra dirección. Podría haberse deshecho de su agarre, pero tampoco era su intención armar un escándalo en aquel lugar, y corroborar a todos que los mellizos Sakuragi eran conflictivos por igual.

Cuando en su visión apareció el cuerpo de Akira sentado sobre uno de los asientos que había en aquel lugar, entendió algo la situación, o al menos la intuyó. El rostro del que fue su compañero sentimental se encontraba cabizbajo, no entendía a qué se debía ello, ni que relación podía tener con ella.

Se zafó del agarre en un único movimiento y se aproximó a Akira. Se agachó hasta encontrarse a su altura y buscó su mirada, a pesar de esta encontrarse sobre el suelo, Akira terminó sucumbiendo y la miró directamente a los ojos. Gina vio en estos tristeza.

Sabía que nunca podría volver a confiar en él, ni tampoco quererlo como lo quiso. Pero entre ellos siempre había cierto cariño por los momentos vividos.

"Akira esto es solo una derrota, no significa nada, el año que viene lo lograrás, estoy segura" Alegó, pensando que el motivo de su tristeza era otro, presenció como él negaba con la cabeza en repetidas ocasiones "En menos de lo que esperas habrás superado este bache" Insistió en un intento de animarlo, mentiría si negara que ver a una persona, que siempre se había mostrado tan sonriente, con tal semblante.

Vio como aquellos ojos azules parecían no tener consuelo, tenía un semblante serio y triste, aunque no hubieran lágrimas, ello no determinaba que no hubiera tristeza. Sintió un impulso por abrazarlo, pero lo reprimió, no quería hacer por pena algo de lo que después se arrepintiera.

"Hay derrotas que no se superan nunca" Había dicho aquello mirándola directamente a los ojos, quizás fue ese brillo que vio en ellos, o la forma en la que había pronunciado las palabras, o quizás su lenguaje corporal, lo que había orientado a Gina sobre lo que realmente estaba pasando "Estás preciosa" Dijo tras haber contemplado su rostro, con plena sinceridad.

Ante la visión de Sendoh aparecía el rostro armonioso de la joven que seguía siendo dueña de su corazón, dos mechones de cabello caían a ambos lados de su cabeza, le daban un aspecto rebelde y jovial. Además, aquel vestido azulado resaltaba el color de sus ojos. Le gustaría poder besarla. Sintió un profundo agujero en su interior, sentía que quería, pero no podía.

No estaba así por la derrota ante Shohoku, o al menos este no era el único motivo. Estaba triste porque debía haberla visto con Maki, se negaba a creer que él aún tuviera sentimientos hacia ella. Suspiró e intentó aclarar sus pensamientos, así como encontrar las palabras correctas que no agrandasen la herida, pero que acabasen con aquella situación de una vez.

"¿Qué quieres de mí?" Preguntó en un intento por obtener una sincera respuesta de él que le diera la oportunidad de ayudarlo.

"Todo" Fue su única palabra, Gina tragó saliva intentando procesar la situación en su cabeza.

"No puedo ofrecerte lo que creo que quieres de mí Akira" Pronunció en voz baja, manteniendo su mirada posada en él, no quería que sintiera que tenía nada que ocultar, ni que pensase que no estaba siendo sincera con él.

"¿Por qué? ¿Es verdad lo que dicen?" Agarró el brazo de la rubia en un intento de que esta le contestase, ya que se había mantenido en silencio, no esperaba aquello, pestañeó varias veces intentando encontrar respuesta a aquello "¿Lo quieres?".

Se podía presenciar un aire de desesperación en su voz, y aumentó la presión sobre el brazo de la rubia. La mirada de ella mostraba incomprensión, nunca lo había visto actuar así.

"Akira estoy cansada de esto, de que intentes acercarte, hacer como si fuéramos amigos o no sé, sinceramente no lo entiendo" Su voz mostraba pesadez, o quizás cansancio.

"Cometí un error Gina, pero tu y yo…" Posó sus grandes manos sobre los hombros de la rubia, esta pareció despertar, su rostro mostró una nueva facción.

Quizás fue el hecho de que estuviera ejerciendo un contacto sobre ella de forma que nunca lo había hecho y que en cierta medida podía ser considerada alterada. O tal vez, fue el volver a oír la repetida excusa del error. Pero cambió su actitud a una más ofensiva.

"Tu y yo no somos nada" Pronunció aquello en un volumen mayor del que le hubiera gustado, y se zafó bruscamente del contacto con él "Por favor olvídame, tu y yo no somos nada, ni lo volveremos a ser" Se giró con intención de irse, pero él la retuvo sujetando su mano, lo que conllevó a que ella volviera a actuar bruscamente, acto seguido, pareció volver a pensar las cosas, no quería que aquello fuera el último mensaje que tuviera de ella "Sé feliz, Akira".

Gina no observó que los ojos de Sendoh se habían nublado levemente por las lágrimas ante sus últimas palabras. Quería retenerla junto a ella, no podía superar que juntos no pudieran sobre ponerse a esto. Se sentía un desgraciado, pero no podía odiarla. Porque él también quería que ella fuera feliz, aunque no se lo hubiera dicho en aquel momento.

Volvió a sentarse, y a beber. El día siguiente sería otro día para él. Intentaría comenzar un nuevo camino hacia la felicidad, pero aquella noche ya estaba sentenciada.

"Deberías tener un poco de respeto, o al menos educación" Dijo Koshino cunando finalmente logró alcanzarla.

"¿Tú? ¿Su amigo me va a hablar a mí de respeto y de educación? Había olvidado tu tan peculiar sentido del humor" Luchaba en aquel momento contra sí misma y el instinto que la empujaba a golpear a aquel sujeto "¿Qué sabrás tú lo que eso significa?" Le espetó.

"Desde luego la que no lo sabe eres tú," Gina volvió a darle la espalda, pretendía abandonar aquel lugar, pero el joven volvió a llamar su atención "Eres una descerebrada" Le dijo esta vez más cerca.

Gina miró hacia el suelo, parecía estar buscando la calma que había perdido al momento de escuchar aquellas palabras, pero no pudo aguantarse más, y avanzó de frente en su dirección. El base de Ryonan no retrocedió y continuó mostrando unas facciones enfurecidas, mientras Gina avanzó hacia él decidida, no parecía intimidarle el hecho de que él le sacase dos cabezas.

"¿Qué has dicho?" Preguntó retóricamente la rubia, mirándolo de frente, quería saber si era capaz de volver a repetir aquellas palabras, pero en su cara, y no a sus espaldas.

El aludido se mantuvo en silencio y la rubia dio un paso más hacia él. Parecía estar a punto de volver a repetir su pregunta, pero una mano apareció tirando de ella hacia la salida de aquel local. Mostró resistencia, pero al comprobar a quién pertenecía aquella gran mano, cedió, y se dejó llevar.

La luz de las farolas iluminó a ambos, el local en el que habían estado segundos antes era mucho más oscuro. Gina avanzó en la calle, y él se limitó a seguirla.

"Gina creo que estás caminando sin seguir un rumbo fijo" Apuntó Maki cuando se percató de que no estaban siguiendo el camino hacia la casa de ella.

Gina se giró y fue cuando el moreno contempló su rostro de enfado, que decidió que no hablaría más hasta que se hubiera tranquilizado.

"¿Quién se cree para hablarme así?" Preguntó girándose en dirección a su acompañante, aunque sabía que él no tenía respuesta, tampoco la esperaba, la había pronunciado retóricamente "Estúpido cara de perro" Pronunció, y en aquel momento debido a la exhaltación que no le permitió observar el desnivel de la calzada su pie se dobló y tropezó cayéndose "Maldición".

Shinichi dejó escapar una leve risa en ese momento, su infantil enfado le estaba pareciendo en cierta medida adorable. La rubia elevó su mirada hasta encontrarse con la del moreno y lo observó con un aire reprendedor.

"¿Te hace gracia que me quiebre el pie?" Preguntó, esta vez sí esperando una respuesta, él negó con la cabeza y al instante intentó ayudarla, sin que hubiera desaparecido del todo la sonrisa en su facción, cuando lo hizo Gina protestó "Me duele".

Ahora el moreno mostró preocupación, la mantuvo sujeta ayudándole a andar hasta que llegaron a un bordillo en el que la sentó. Se inclinó ante ella para comprobar el estado de su tobillo, y descubrió que este estaba hinchándose.

Cuando sintió las grandes manos de Shinichi sobre la piel de su tobillo olvidó el dolor que instantes antes estaba aquejándola. Podía vislumbrar la preocupación en el ceño fruncido del moreno, y en la forma en que este palpaba el músculo de su pie. Se dio cuenta en aquel momento de que estaba vistiendo una camisa de tono celeste, que lo hacía lucir aún más atractivo. Pestañeó un par de veces y fijó la vista en la pared que se situaba detrás de él, a fin de poder mantener la calma.

"Creo que te has hecho daño, intenta ponerte de pie y dime si te duele".

Gina asintió obedeciendo a su petición, pero un agudo dolor la sacudió y propició que tuviera que sentarse nuevamente. Se sentía idiota por estar en esa situación, su tonto enfado había propiciado aquello. Bajó la mirada apesadumbrada. Volvió a mirar al moreno cuando presenció como este le daba la espalda y se agachaba.

"Sube" Le solicitó.

Gina lo observó en primer lugar, contrariada sin saber muy bien a qué se refería. Una vez descubrió lo que pretendía estalló en carcajadas, Maki le lanzó desde su posición una mirada interrogante a la par que confusa.

"No puedes conmigo" Aludió aún riendo, y él se limitó a elevar una ceja poniendo en entre dicho su afirmación, volvió a instarla a que lo obedeciera, y finalmente así lo hizo tras asentir risueña.

Posó sus brazos alrededor de su cuello y se montó sobre su espalda, cuando lo hizo volvió a reír, pero esta vez intentó que su acompañante no se percatase de ello. El moreno se levantó del suelo y comenzó a andar, con ella encima en dirección al hogar de la rubia.

Realmente iban a ser un mismo capítulo, pero terminé por dividirlo debido a la extensión. Espero la leáis y os guste . Muchos besitos como siempre.