CAPÍTULO 33 – QUERIDO DIARIO
MINI-CAPÍTULO ESPECIAL
Querido diario,
He encontrado esta vieja libreta escondida en un baúl de la casa de Kaede. En realidad es mía, de cuando solía viajar aquí cruzando el pozo devorador de huesos y me traía las tareas escolares que me quedaban pendientes. Hasta entonces era una jovencita que no tenía las ideas claras en mi cabeza. Decidí estudiar medicina porque siempre albergué una pequeña esperanza de volver a esta época. Siempre pensé que si el portal volvía a abrirse, mis estudios servirían para algo útil, al menos.
Me ha hecho ilusión que Kaede conservara esta libreta y además, veo que aún quedan páginas vacías. Esto me puede servir para recordar los días vividos en esta época, algunos más tristes que otros, pero con unas fervientes ganas de seguir luchando hasta el final.
Ya hace cuatro meses que cruzamos el portal del tiempo y las cosas han cambiado mucho más de lo que esperaba. Sigo sin tener noticias de él y de su falsa promesa de venir a buscarme. Lloré en silencio durante un mes, anhelando cada información que la vieja pulga Myoga me podía ofrecer, y ya no me quedan más lágrimas.
Cuando cruzamos el portal del tiempo, un Yokai del ejército del Oeste nos esperaba para advertirnos que Irasue había sido capturada por Kirinmaru. Intentaron llevarse a Kyoko para forjar la espada que acabaría con él. Pero Inuyasha lo impidió, batiéndose en duelo con cada criatura que venía a por ella, a pesar de recordarles que tenía un trato con la Diosa. Lo último que llegó a mis oídos es que Irasue se quedó en el Palacio del Este, anunciando su compromiso matrimonial con Kirinmaru a cambio de unir sus fuerzas y su ejército contra la humanidad, quedándose Sesshomaru al frente de las tropas del Oeste.
En todo este tiempo me he dado cuenta de que se acerca una cruel y sangrienta guerra de humanos contra demonios, lo que provocará que Sesshomaru y nosotros luchemos en diferentes bandos.
Desde que Kyoko viajó a esta época, no ha podido volver a contactar con Kirinmaru. Ella cree que le borraron los recuerdos para manipularlo e ir en contra de la humanidad. Inuyasha, aferrado a una ligera esperanza, partió con ella la semana pasada hacia el Palacio del Este. La única opción que nos queda ahora es lograr que Kirinmaru recuerde, siendo este plan un arma de doble filo. Si fracasan, obviará sus recuerdos y además, Kyoko le convertirá en el ser más poderoso de todos los tiempos. Es un plan suicida, pero ya estamos condenados al fracaso.
Confío en Kyoko. Durante todo este tiempo se ha convertido en mi apoyo emocional. Es una persona empática que entiende perfectamente cómo me siento. A ella le destrozaron una vez el corazón, y estoy segura de que vuelve a latir con fuerza a medida que va recuperando sus recuerdos con Kirinmaru. Cree que logrará convencerlo para acabar esta cruenta guerra que nos va a llevar a la perdición.
Kyoko me ha estado enseñando artes marciales. Se lo pedí porque quiero ser más fuerte, y junto con Miroku he aprendido a controlar mi aura a base de meditación. Nos hemos levantado cada día a practicar hasta que emprendió su viaje con Inuyasha. Ambas vivimos en casa de Kaede junto con Rin, esperando el acecho de los Yokais que cada vez está más cerca. Kohaku suele quedarse con nosotras, patrullando además por los pueblos de alrededor. Hemos creado un equipo con Sango que resulta bastante invencible a la hora de exterminar demonios, y Rin se suele quedar en casa ayudando a Kaede con sus hijos.
Rin también puede llegar a comprenderme. Es la única persona que ha podido ver lo bueno que hay en Sesshomaru. Puedo sentir su tristeza cuando pasa el tiempo y se da cuenta de que no va a venir a visitarla. De todos modos, ella tiene esperanzas de volver a verle algún día. Es una chica muy inteligente, además de amable y obcecada con aprender. Por eso, le estoy enseñando a leer y a escribir. Se quedó fascinada con mi época, y desea volver a ella algún día.
Kohaku viene muy a menudo, y últimamente la he visto bastante interesada en él de una forma que va más allá de la amistad. El otro día sin ir más lejos, se puso celosa cuando una aldeana se le acercó a regalarle flores por haber exterminado a un Yokai que la amenazaba. La joven Rin, a pesar de ser una adolescente, no tiene ninguna experiencia en el amor. Yo tenía su edad cuando atravesé el pozo por primera vez, y fue a su edad cuando me enamoré de Inuyasha. También la estoy instruyendo en clases de sexualidad, y desde entonces la veo ruborizarse más de la cuenta cuando Kohaku aparece por la aldea.
Kohaku y Kyoko tienen una relación especial, al haberse enterado de que ambos son familia. Pero siempre me quedará la duda de saber si también es descendiente de Rin. Me gustaría averiguarlo con el tiempo.
A quien no veo tan a menudo es a Inuyasha. Decidió evitarme porque le resultaba doloroso encontrase conmigo, y le entiendo perfectamente. Respeto su decisión, a pesar de que me hiere haber perdido a un amigo. A veces envidio a Kyoko cuando va a visitarlo. Se han hecho muy cercanos, y no puedo evitar recordar aquellos días en los que era yo la persona que estaba a su lado. Pero es mejor así. Cuando llegamos a esta época, intentó un acercamiento que fue completamente inútil. Mi corazón estaba destrozado, y ya no era capaz de sentir nada.
Amy y Sara se quedaron en Tokio. Curiosamente entablaron una extraña amistad, y conociendo a Amy, seguro que se siente atraída por ella. Sara cumplió su objetivo, que era el de llevarnos al portal del tiempo sanos y salvos. Su misión había terminado, a pesar de haber perdido a su marido por el camino. ¿Volverán a encontrarse algún día? ¡Quién sabe…!
Y por último, Sesshomaru…
¿Cómo hablar de él sin que se me parta el corazón en mil pedazos? Dicen los rumores que se ha vuelto más atroz y sanguinario que nunca, atemorizando a todos los que se encuentran a su paso y sin mostrar piedad alguna por sus enemigos. El Daiyokai de antaño ha vuelto, tan frío e imponente como siempre. La vieja pulga me contó que había aceptado liderar las fuerzas del Oeste, ayudando a expandir sus fuerzas por el resto del continente. No es propio de él. Renunció al poder para viajar por su cuenta sin tener que ser ordenado por nadie, y ahora está luchando como el legítimo Lord que era. He esperado cuatro malditos meses para ver si era capaz de cumplir su promesa y venir a buscarme. Ahora, bajo los rumores de apoyar a su madre a someter a la humanidad, todo se ha quedado en un recuerdo terriblemente doloroso.
Le amo. Ya no me quedan lágrimas para llorar cada vez que pienso en él y en la semana tan intensa que viví a su lado. Nos hicimos promesas, llegando a pensar que podíamos anhelar una vida juntos, luchando por él y por los míos. Lo más triste de todo es que ahora se ha convertido en nuestro enemigo. Todo el duro entrenamiento con Kyoko y mi poder espiritual los tendré que usar en su contra, si es necesario. Esta maldita guerra me está matando por dentro.
Ya no aguanto más. Myoga me ha explicado cosas terribles sobre él, haciéndome ver que ya no le queda un atisbo de humanidad. Necesito verlo por mí misma para acabar de creérmelo. Quiero que me diga a la cara que ya no existen sentimientos hacia mí. Solo de esta forma, si sigo viva, seré capaz de superar su pérdida con el tiempo.
Quiero ser valiente. Valiente para afrontar la cruda realidad y ver en sus propios ojos que ya no queda nada del hombre del que me enamoré. Comprobar que ha perdido la calidez que me brindaba su mirada y escuchar de su propia voz que lo nuestro terminó para siempre.
Ya no pienso huir más. Escapé a Londres una vez para enterrar mis sentimientos y no hicieron más que perseguirme sin tregua. Afrontaré lo que sea aunque me acabe quemando por dentro. Me llevaré a Kirara y partiré hacia el Palacio de la Luna en busca de respuestas. Lo siento por todos los que se preocupan por mí, pero es la única forma que tengo para no acabar muriendo en vida. No quiero repetir mis errores del pasado y arrepentirme para siempre.
Kagome Higurashi.
