El grito hizo eco en el vacío, hasta callar tras el sonoro splash al caer en la piscina de aceite.

– ¡Jefe! ¡Jefe!¡Esta bien! ¿Porque dejaron que pasara esto? ¿Y si el jefe esta herido?

Cuando Giorno cae, Doppio corre a la orilla. Salvar al jefe es imposible y de no ser porque Joseph ha usado su Stand para sostenerlo de la cintura, este se habría caído.

– Bah, estarán bien, esa caída no va a matarlos. Pero subir ya es otra cosa: el pilar esta diseñado para los usuarios del Hamon.

– En unas horas estarán de vuelta aquí arriba, mientras Josuke pueda escalar, puede llevar a Giorno en su espalda.

Pero considerando que Josuke no puede tocarlo ni a él o a Giorno, esa parte va a complicarse bastante.

– Pensandolo bien, probablemente les tome más de un día salir de ahí, pero eso es normal en esta prueba.

– Se las arreglarán, si Joseph, siendo un idiota, se las arregló para el resto del mundo es pan comido. Joseph definitivamente bajaste el estándar de esta prueba.

– Yo subí el estándar, – responde de mala gana, dandole un leve empujón al rubio – no lo bajé.

– ¡Vuelve a hacer eso y te voy a patear hasta allá abajo y nadie va a ir por ti!

Bien las cosas se complican para ese par pero nada pueden hacer ellos, no hay cuerdas tan largas en toda la isla para ir por ellos.

– ¿Pero si en la caída se rompió una pierna? ¿Y si no puede subir y se quedan días ahí abajo? ¿Y si al jefe le da hambre?

– Por ahora solo depende de Josuke, no podemos hacer mucho.

– Sólo queda esperar...

Otra cosa que había que tomar a consideración es que, al estar a la intemperie, el sol les iluminaría al mediodía. Pero con la aparente inmunidad de Giorno, ¿Quién sospecharía del peligro que hay detrás de todo esto?

– No vale la pena que nos quedemos aquí, la espera se volverá aburrida ¿Ya recorrieron la isla?

– ¿Los vamos a dejar ahí?

– No se pueden ir a otro lado. Mañana vendremos a ver si ya salieron.

– Estarán bien, hallaran la forma de salir de ahí esos dos.

Joseph no quiere verse preocupado, pero lo está, aun si no lo demuestra. Suelta el agarre en Doppio y se adelanta hacia el puente. Caesar se marcha detrás de Joseph con Jolyne en brazos, Doppio se queda por lo menos hasta que Narcisa lo jala de la ropa, le dice que le marea un poco el puente, que si puede tomarle de la mano.

Jolyne se mantiene bien abrazada de Caesar, aunque su mirada se mantiene en Narcisa y Doppio en todo momento. Doppio aun voltea hacia el pilar como si de la nada fuera a aparecer Giorno, se repite a si mismo que el jefe estará bien. Adelante se puede oír a Caesar decirles que les dará un tour decente por la isla.

– – – – –

En cuanto Josuke sale a la superficie se la piscina, se echa a reír; Giorno se lo merecía.

La caída no los ha matado, eso es seguro. Pero sí ha herido el orgullo del joven Don. Es asqueroso. Su ropa ha quedado arruinada al igual que su peinado que se ha deshecho por completo. Le pela los dientes amenazante a Josuke. Si no salen de ahí lo va a matar.

– ¡Ni me hagas esas caras, te lo mereces! ¡Sólo mirate! Te ves horrible.

Mentira más grande no pudo haber dicho: aún molesto, recubierto de aceite de quien-sabe-cuántos-años, Giorno le sigue pareciendo adorable.

Como es de esperarse, Giorno no se lo toma nada bien, ¿Y cómo le responde a las burlas de Josuke? De la forma más madura y digna de alguien de su posición: escupiéndole parte del asqueroso aceite que se ha metido en su boca.

– ¡Que asco! ¿Acaso no tiene modales, Don Giorvanna? – El escupitajo le cayó en la cara pero ¿Con qué se va a limpiar? ¿Con más aceite?

Asqueroso. Simplemente asqueroso. El sabor del aceite se ha quedado en su boca y no hay manera en que pueda quitárselo ahora.

– Idiota, por mi quédate aquí atorado.

En verdad no quiere burlarse de Giorno, pero se van… tan de su edad en ese momento.

– Siempre pareces un tipo genial al que todo le sale a la perfección. Pero aquí donde no puedes hacer nada, te veo como realmente eres: un niño caprichoso.

– Vete a la mierda, Higashkita.

– ¡Vete tú a la mierda!

El líquido es espeso y hasta nada cuesta el doble de trabajo. El rubio se dirige hacia el pilar, toqueteando su superficie. Gold Experience aparece flotando detrás de él, inspeccionando también el área. No hay nada que puedan usar para sostenerse y aún si intenta levitar con su Stand no podría ir mas allá de los tres metros.

– Que desperdicio de aceite...

Muy pocas cosas hacen que Giorno Giovanna pierda la compostura. Al parecer Josuke es una de esas pocas cosas.

Ni siquiera se digna a verle. Tantea la zona, hasta que se le ocurre una idea. Toma aire y cierra los ojos. Trata de concentrarse en ese mismo frío que usó la noche anterior en el cementerio. Poco a poco, el aceite al rededor de sus dedos se congela, creando una gruesa capa que el rubio usa para escalar.

– ¿Decías que no podía hacer nada?

Se impulsa usando su Stand, escalando un par de metros con el hielo y, por supuesto, pintandole el dedo al japonés.

La victoria no le dura mucho. El flujo del aceite hace que las partes congeladas resbalen, tirando una vez mas a Giorno hacia la piscina.

¿Lo peor de todo? Josuke ahora si se ríe descarada y escandalosamente, claro que él también recibe su castigo, reír con ese bozal le corta la respiración, sumado a que se ha llenado de aceite y ese sale dificultosamente del bozal.

Al final se esta ahogando el solito.

– Al menos yo no me estoy ahogando con mi propia risa. Baka.

Y podría ayudarle, pero para eso tendría que tocarlo, cosa que arriesga su integridad física y Josuke no merece tal esfuerzo de su parte.

Es toda una odisea para Josuke recuperar el ritmo de su respiración, quiere apoyarse en el pilar pero se resbala en cada intento. Mucha risa y todo pero él tampoco puede salir.

– ¡No se cómo pude interesarme en ti! Eres tan… tan–– Dios, eres peor que Rohan.

Momento.

¿En verdad lo que acaba de decir?

¡Cómo no se ahogó riendo!

Giorno no se ve impresionado ante tal confesión. Tal vez es su propia molestia lo que le supera.

– ¿Quién es Rohan? Como sea, eso no importa. Hay que salir de este maldito lugar.

Otro intento más, un golpe en el pilar por parte de Gold Experience y pareciera que una hierba empieza a brotar de la grieta, pero no dura mucho antes de morirse.

Eso es nuevo.

– Tú me arrastraste a esto, así que tendrás que llevarme en tu espalda cuando aprendas a escalar esta cosa.

– ¿Perdón? Eras tú el que iba a salir por sus propios medios de aquí, ¡Entonces hazlo! – Además no pueden ni tocarse. – Yo no te metí en esto, ¡Tú me empujaste! Además no soy uno de tus "hombres" para obedecerte. Quédate aquí y jódete.

– De nosotros dos, eres tú quien tenía que hacer esta estúpida prueba. ¿Cómo pretendías bajar hasta aquí si no era empujándote?

– ¡Y de todos los que pudieron empujarme, tenías que ser tú el primero! Acéptalo Giorno, eso lo hiciste a propósito porque eres un cabrón.

– Si no me hubieras arrastrado contigo, eso habría sido suficiente para que quedáramos a mano después del puñetazo de anoche.

– ¿A mano? ¡¿A mano?! ¡Eres un cabrón que le ha mentido a mi familia, te mereces ese golpe y muchos más!

Tal vez no, es la rabia que habla por él en ese momento.

– ¡Deberías agradecer que salve tu trasero anoche! De no ser por mi, habrías acabado hecho pedazos.

Y si le iba a agradecer, Josuke ya había pensado en disculparse, tenía todo un discurso pensado para ello pero ese plan podía irse al carajo.

No se disculpó cuando se quemó la casa de Rohan, no se iba a disculpar ahora.

Hay algo cierto en todo eso: Josuke esta ahí para aprender a controlar su Hamon. Sin embargo, apenas y toca la superficie del pilar, considerando lo alterado que esta, el elujo del Hamon es suficiente para arrojarlo al otro lado de la piscina. Es doloroso pero nada que no haya podido amortiguar con Crazy Diamond. Giorno tampoco sale ileso de esto, el aceite conduce esa maldita energía, quemándole las manos.

Cazzo!

Maldice de forma muy poco digna. Lo que le faltaba, ahora no puede ni tocar ese estúpido pilar sin lastimarse.

Mira a Josuke al otro lado, ambos estarán jodidos si se quedan ahí por más tiempo. Con esfuerzo, nada hacia él. Se desabrocha uno de sus pines de mariquita, esta toma la forma de en una gruesa liana para amarrar a ambos por la cadera.

– ¡Yo no voy a cargar contigo, así que aleja esa cosa de mi!

No, que se joda Don Giovanna, que vengan sus hombres a sacarlo.

A pesar de las protestas de Josuke, Giorno insiste en amarrarlo de la cadera. Incluso considera el morderlo para calmarlo, pero una vez mas se recuerda que no puede hacer eso sin herirse a si mismo.

– Me importa muy poco si quieres o no cargarme. Es algo que vas a hacer.

– ¡Aléjate, Giorno, o juro que te voy a hacer daño de nuevo! – Levanta el puño iluminado por el Hamon como advertencia. – ¡Te vas a quedar aquí y le voy a decir a Jotaro san que tú tuviste la máscara desde el principio y nos la vamos a llevar!

¡Y tiene todo el descaro de amenazarlo con el puño! Miren nada mas el tamaño de esos huevos. Pero no, ya es momento que Don Giovanna ponga en su lugar a ese pueblerino.

– ¡Si yo no salgo de aquí, me aseguraré que tú tampoco lo hagas!

– ¡Entonces acabemos con esto ahora mismo!

¿Qué se creía ese mafioso? ¿Qué con toda su ropa elegante y poder lo iba a hacer menos? Por lo menos lo que él tenía lo había ganado de forma honesta, sin dañar a nadie.

Giorno atrapa su puño con la mano, usando su poder de congelamiento para contrarrestar el Hamon.

Increíble que apenas hace unos días Josuke le ofrecía un globo de forma inocente a Giorno, pero así como Josuke no imaginó acabar así con Giorno, quizá Jonathan no imaginó pelear a muerte con Dio.

Sigue siendo la misma historia.

– Alguien debe recordarte tu lugar, turista.

Él, Giorno Giovanna, no llegó a donde está para quedar atorado en un sucio pozo de aceite por culpa de un maldito extranjero atolondrado.

Encasillarlo en un bloque de hielo y dejar que se hunda, o incluso quebrarlo en pedazos. No quiere herir a Josuke, pero aquella imagen mental no le desagrada mucho. El frío se intensifica, si llega a quebrarle la mano le importa una mierda, si se lo pide de buenas tal vez se la regenere.

Y los vampiros siguen siendo la antítesis de la vida, del Hamon. Ya es la tercera vez que Josuke ve esa habilidad en Giorno, lo que no imaginó es que pudiera contrarrestar el Hamon, era como si le succionara la vida de esa forma, como meter la mano en nitrógeno líquido. Josuke usa el puño libre para golpear el aceite con el Hamon, ha visto que puede transmitirlo a través de este.

– ¡Wryyyyy!

El aceite le da en la cara, justo en el ojo derecho. Arde como una mierda, le obliga a soltarle, sobándose el ardor.

Nada para poner un poco de distancia entre ellos. Gold Experience reaparece a su lado pero Giorno lo aparta. Esta no es una pelea de Stands, es algo mucho mas personal, algo que aunque ellos no lo sepan, lo llevan en la sangre.

Está en desventaja. Congela poco a poco el aceite debajo suyo, haciendo una capa gruesa donde pueda ponerse de pie.

Ese es el tipo de pelear que no pueden acabar bien pero si ninguno de los dos dice basta o se disculpa solo van a seguir lastimándose hasta llegar a un punto de no retorno. Ambos son demasiado necios.

Pero Josuke es capaz de sentir culpa cuando hiere a Giorno, lo único que quiere es que Giorno se quede así, lejos de él.

Tiene el puño herido, se puede ver la carne viva cuando el hielo se cae. Esta desperdiciando energía valiosa que debería usar para trepar el pilar. A diferencia de Giorno, él sigue vivo y en su situación eso es una desventaja.

Cuando Giorno se pone de pie sobre el bloque de hielo, Josuke siente que tiene dos desventajas: la piscina es profunda y nadar en aceite no es fácil, si se queda quieto mucho tiempo puede hundirse.

– ¡No te vuelvas a acercar, Giorno! ¡Yo no quiero pelear contigo! ¡No quiero lastimarte!

No hay peligro a su alrededor, sólo ellos dos, podrían pelear hasta matarse si quisieran.

– ¡Quédate ahí!

Mantenerse de pie sobre hielo no es cosa sencilla. Hacerlo sobre aceite congelado es aún más difícil. Es por puro orgullo que Giorno se rehusa a resbalarse. No va a hacer el ridículo en frente de Josuke.

– Eres un imbécil, Josuke. No puedo quedarme aquí.

Otro wrysseo, sacude la cabeza y se talla el ojo como si fuera un animal herido. Arde, tanto como si le hubieran echado aceite hirviendo.

– Estamos al aire libre. En algún punto del día, el sol va a iluminar por completo este lugar.

Una idea se le ocurre. No está en condiciones de pelear y si mata a Josuke tampoco va a ser capaz de salir de ahí.

– Puedo estar a la luz del dia, pero eso es sólo usando bloqueador solar. Sin este... no sé por cuánto tiempo aguante.

– ¿Y a mi porqué me importaría lo que te pase? Hace un instante querías matarme y estoy seguro que de tener la oportunidad lo habrías hecho.

– Si, no niego que se me cruzó por la cabeza la idea de matarte y usar tu sangre para recuperarme. Pero eso sería un acto inútil de mi parte.

Parece haber recuperado esa compostura tan propia de él, aun con un ojo cerrado por el dolor.

– Así que ese es el verdadero Giorno Giovanna. Solo un asesino más.

Josuke es un idiota porque a pesar de que Giorno le acaba de asegurar que en verdad pensó en matarlo, no puede dejar de pensar en el estado de su ojo y que fue él quien lo lastimó.

Estúpido y noble corazón Joestar.

– No mato inocentes, otro motivo por el cual sigues con vida.

¿Descarado? Si, bastante. A pesar de su manera de actuar y su usualmente caballerosa forma de ser, Giorno puede ser un verdadero bastardo manipulador. Lo suficiente para usar la fobia de su amado pistolero a favor suyo para evitar que le dispare.

Giorno da la apariencia de ser un hombre justo y bueno, con su belleza fácilmente cegaba a quienes dudaran de ello. Pero es la amalgama perfecta entre un Brando y un Joestar. Tiene la facilidad de ganarse al público y a quienes le rodean, al igual que aquellos que le siguen logran sacar todo su potencial. Si, ha hecho cosas horribles y sus manos no están limpias de sangre, pero ninguno de los que ha matado han sido inocentes.

Si Giorno consideraba a Josuke un inocente, ¿En qué lugar lo dejaba a él? Le da la espalda, va concentrarse en trepar el pilar y salir de ahí, que le den por el culo a Giorno Giovanna, que se joda y...

Kuso...

Antes de darse cuenta esta nadando de vuelta a su lado.

– Dame la soga.

Puede estar hecho una furia pero un Joestar no abandonaría a nadie a su suerte. Peleando han perdido como una hora, la noche no va a durar para siempre.

– Te voy a sacar de aquí y luego no quiero verte de nuevo.

Mentiroso.

– Aun si no quieres volver a verme, – camina con cuidado a la orilla del hielo para tirarle el otro extremo de la liana; – temo informarte que seguimos siendo familiares y—

Lo que no contempló, es que el hielo terminaría volteándose, tirándolo sobre Josuke. Y claro, la descarga de Hamon no se hace esperar. En una mejor situación, Josuke habría sido feliz de tener a Giorno encima suyo, ahora solo es doloroso; esta vez el "cortocircuito" entre ambos no iba a ser agradable para ninguno.

Otro wry hace eco al fondo del vacío.

Escalar 24 metros no es una tarea sencilla. Hacerlo sin equipo para escalar es prácticamente imposible. Pese a todo, Josuke no pierde más tiempo y vuelve a los intentos de subir el pilar, en un inicio usa tanto Hamon que de nuevo solo es expulsado del pilar, llevándose a Giorno consigo.

Hora y media se la pasaría mejorando su técnica, ahogándose con el bozal de cuando en cuando hasta que por fin logra afianzarse al pilar. Entonces comienza a trepar, el siguiente problema a sortear es lidiar con el tirón que da el peso extra de Giorno.

Resbala un par de veces antes de que pueda seguir subiendo.

No lo va a admitir pero que tenga que sacar a Giorno de ahí lo impulsa un poco mas a concentrarse.

-¡No eres nada ligero!

– Soy peso muerto. – Responde con humor.

– No es el mejor chiste que he escuchado.

Pero si le arranca una sonrisa.

– Soy un mafioso, no un comediante.

La sonrisa de Josuke es contagiosa, inevitable para Giorno no verse complacido.

Siente que avanzan muy lento, y su mayor preocupación es el pasar del tiempo.

A Giorno no le gusta permanecer quieto, se siente inútil de esa forma. Hace otro intento más con el hielo. El aceite resbala rápidamente, pero si sigue formando una capa tras otra, puede aguantar un poco más. Otra idea que se le ocurre es el clavar las uñas en la piedra. Ha visto a Narancia colgándose de la pared y techo de la casa (y dejando las marcas de sus garras), asume que debe de ser igual con este tipo de material. Muy para su horror, sus uñas no tienen la resistencia necesaria para quebrar la piedra y son estas las que terminan por quebrarse.

– ¡Giovanna! Deja de moverte o nos vamos a caer los dos.

De por si es difícil trepar, que Giorno se moviera en aras de hacer sus propios intentos no ayuda en nada. Por cada dos metros que suben, resbalaba uno. La mano que Giorno le había congelado le dolía pero no tenía las fuerzas para sanarse con Crazy Diamond.

Eventualmente, Giorno deja de intentar subir por su cuenta, colgando de mala gana mientras Josuke avanza por el maldito pilar.

A los diez metros Josuke siente que no puede más. Ya han pasado varias horas y no hay donde tomar un descanso, ni uno breve, un metro más y luego resbala, le cuesta demasiado recobrar el control.

¿Cuántas horas han pasado? No lo sabe. Mira el lugar, se siente mareado, ese es un templo dedicado a la luz y por más que busca no hay ninguna sombra donde resguardar a Giorno si no llegan a subir.

Baja la mirada, y le extiende la mano a Giorno.

– Creo que ya puedo controlarlo. Será más sencillo si te llevo a mis espaldas… ya no falta mucho.

Falta más de la mitad.

– ¿Crees que puedes?

– No te estaría dando la mano a sabiendas de lo que ha pasado las últimas veces.

Ojea la mano ofrecida con desconfianza, después mira hacia el cielo, que empieza poco a poco a aclarar. Aun les falta mucho por avanzar y, en vista que no le queda de otra, toma la mano de Josuke para dejarse jalar sobre su espalda.

Y por primera vez en horas, no hay efecto colateral, no hay chispas, solo la sensación de la mano tibia y aceitosa de Josuke apretando la fría e igual de aceitosa mano de Giorno.

Por lo menos el entrenamiento ha rendido frutos, por más extremo que sea. Tira de él, para que pueda trepar y colgarse de su espalda. No deja de ser pesado pero es mejor llevarlo así, que como una roca que tira de él hacia abajo. Con tanto aceite encima, es dificil el poder mantener el agarre, pero por el bien de ambos Giorno hace todo lo posible para aferrarse.

Josuke continua trepando, a veces resbala, a veces quiere soltarse dejarse caer. Piensa en Giorno en ese momento.

– Llegaremos a tiempo...

Doce metros.

Hay ratos en los que siente que Giorno se caerá y cuando eso pase los dos van a ir a parar a la aceite. Josuke le hace aferrarse con sus piernas a su cintura, algo que le pone la cara y orejas rojas pero seguro Giorno ni lo notaría. Eso espera.

El olor del aceite se vuelve nauseabundo.

El amanecer llega pronto, el oscuro cielo empieza a cambiar poco a poco, aclarando con la tonalidades anaranjadas y rojizas.

Sería una vista muy agradable, si no hubiera un riesgo de muerte. La luz aún no les da de forma directa, sigue siendo algo tolerable para Giorno, no pasa más allá de la irritación en su piel.

Dos metros.

Faltan dos malditos metros y al italiano se le hacen mas como si fueran kilómetros.

A medio metro de ahí, parece haber una grieta, un pequeño lugar donde descansar las manos. Un error de diseño, o una posible trampa. Josuke no lo sospecha, necesita un descanso y esa grieta es muy tentadora.

''Solo será un minuto,'' Josuke piensa con inocencia, asume que esa grieta es solo desgaste del pilar, debe ser una construcción muy antigua.

Apoya la mano en la grieta, se promete que será un instante.

Y ese instante hace una gran diferencia.

Siente su mano haciendo presión sobre la maldita grieta, esta parece hundirse en algo, como si estuviera presionando el botón de algún extraño mecanismo.

El pilar retumba con violencia, Josuke se aferra como puede de la grieta y Giorno se aferra a Josuke enterrándole las uñas como si fuera un gato. A medio metro por encima de ellos, surge de una hendidura, un chorro de aceite, disparado a tal presión que forma una barrera que los separa de su tan ansiada meta.

– Seguro eso pasará por su cuenta, sólo debemos esperar. – Giorno quiere verse optimista, pero la presión no le hace ninguna ilusión.

Cuidadosamente, se desabrocha un segundo pin de mariquita y lo avienta hacia el chorro. Para su horror, ve como el adorno se corta en dos y cae al vacío antes de transformarse en una mariposa y regresa a su mano.

Cazzo.

Josuke es igualito a su padre. Tanto Caesar como Joseph se van a reír mucho al saber que les pasó exactamente lo mismo.

Pero ahora Josuke no se esta riendo, su problema simplemente ha empeorado y considerando lo que le acaba de pasar al broche, no tiene idea de cómo van a pasar.

Kuso… no te preocupes, Giorno, se me va a ocurrir alguna idea.

No se le ocurre nada.

Caesar pudo superar la prueba por su conocimiento del Hamon, mientras que Joseph la pasó por sus propios trucos y mañas. Eso y a diferencia de Josuke, Caesar no tenía a Joseph como peso extra sobre su espalda.

¿Cómo podrán superar la prueba esos dos?

– Era demasiado evidente, esa grieta no podía ser un simple fallo. No han habido más grietas en todo el camino.

– Si, Giorno, ya se que fue mi culpa, no tienes que recordármelo. – Supone que aquello puede pasarse utilizando solo el Hamon pero no se le ocurre el cómo. No es un maestro del hamon. Aún.

Giorno mira a los alrededores. La presión es muy fuerte para que puedan pasarla directamente. Sin embargo...

– Mientras mas lejos estemos del pilar, la presión es menor.

El problema es que si se impulsan, está el riesgo de no llegar al otro lado y caer de nuevo al fondo. Josuke levanta la mirada hacia el . Giorno tiene razón, por ahí si que podrían pasar pero… Si falla, caerán y ya no va a tener fuerzas ni tiempo para volver a subir el pilar.

Necesita hacer por lo menos dos saltos, uno hacia el muro y otro para atravesar el chorro de aceite, luego si lo calcula no necesitan llegar al pilar, con llegar a uno de los puentes bastaría.

– Giorno, necesito que me prestes tu poder, como lo hiciste en el cementerio.

Su mejor apuesta son los puentes, si es que la presión en esa zona no es tan fuerte como para partirlos a la mitad. Solo necesitan impulsarse con la fuerza suficiente para alcanzarlo.

Giorno en verdad espera que no lo sea. Es un plan descabellado. Estúpidamente riesgoso, una apuesta al destino.

Es justo el tipo de planes que Giorno suele ejecutar.

No se diga más. Aun con la irritación a flor de piel, Giorno se concentra en transmitir la energía de Gold Experience hacia Josuke.

– Giorno Giovanna...

Josuke siente el fluir de la particular energía de Gold Experience por su cuerpo, se siente tan revitalizado; puede ver el cómo sus heridas sanan con rapidez.

– Eres arrogante y un cretino. – El Hamon se acumula en sus manos. – Pero te juro por mi vida, que no dejaré que te pase nada.

Arrogante y cretino. Si, lo es, pero muy pocos se han atrevido a llamarle así en su cara, Leone siendo la única persona hasta ese momento. Pero eso carece de importancia ahora.

Giorno cree en que Josuke va a cumplir con su palabra, porque sabe que él es un hombre honesto. Porque lleva consigo ese estúpido y noble corazón Joestar que caracteriza a su familia. La sangre de un caballero; de alguien que no deja caer a quienes ama.

También sabe que es verdad, porque es lo mismo que él habría hecho.

Dicho eso, Josuke deja fluir toda la energía directo al pilar, es tal la fuerza que hasta lograr cuartear la estructura del pilar. De inmediato son arrojados con tal fuerza hacia el muro, si falla el golpe va a ser horrible.

Sus brazos están listos para el impacto. Se esta esforzando por mantener el Hamon en sus brazos para no lastimar a Giorno.

Apenas y toca el muro, Josuke vuelve a impulsarse para saltar directo al chorro. Necesita otra descarga, ¿Cómo llamó su padre a esos violentos ataques de Hamon? Ah si, ya lo recuerda:

- ¡OVERDRIVE!

Lanza un golpe al aire para romper el chorro y pasar a través de este. Todo pasa en cámara lenta. Salen disparados con gran fuerza hacia el muro y Giorno inconscientemente clava las uñas en Josuke. Si, han pasado el aceite, pero es tal la fuerza que pasan de largo el puente más cercado.

Y entonces son víctimas de la gravedad, como toda su familia. Tan pronto suben, empiezan a bajar de vuelta hacia el aceite.

Josuke hace lo más sensato que se le ocurre, quitarse a Giorno de encima y arrojarlo a la seguridad de la base del pilar.

No va a faltar a su promesa.

Claro que sin Giorno no hay reservas extra de Hamon y bajo él el chorro sigue activo. Sabe que apenas lo toque será rebanado por este y aún si eso no pasa, regresará al fondo del pilar e igual no tendrá energía para volver a escalarlo.

"Mierda. Mierda. Mierda."

Siente su cuerpo siendo golpear la superficie del tope del pilar. Ya podía ver el desastre que sería el cuerpo de Josuke rebanado por el maldito chorro a presión. Un verdadero desperdicio.

No va a dejar que el idiota de Josuke se sacrifique así como así.

Josuke cierra los ojos y sonríe.

''Esta a salvo. Joder, me gusta demasiado''

Va a ser doloroso y peor aún: sabe que su padre lo va a traer de vuelta. Quizá sea lo mejor, no puede dejar a su madre sola.

No quiere que Okuyasu y el resto lloren por él.

Mierda, haber dominado el Hamon para no usarlo de nuevo.

No quiere morir.

¡GOLD EXPERIENCE!

Aún está en el rango. El Stand sale disparado, a tiempo para atrapar a Josuke de una pierna y aventarlo al mismo lugar donde Giorno ha caído. Por un momento pensó que no lo alcanzaría.

Gran parte del cabello de Josuke se puede ver caer debajo del chorro hasta el pozo de aceite. El resto de Josuke va a darse de hocico justo al lado de Giorno.

– Estoy… ¿Vivo?

Estamos vivos. O algo así.

Está agotado. La maldita luz le molesta y aun le arde el ojo.

La adrenalina y la emoción es tanta que Josuke no se ha dado cuenta que le acaban de hacer un corte de cabello gratis. Se sienta y se toca por todas partes para asegurarse que esta completo.

Suelta un grito de alegría y acto seguido abraza a Giorno con fuerza.

– ¡Lo logramos! ¡Mierda, en verdad lo logramos!

Tiene que admitir que cuando trabajan juntos las cosas salen bien, sólo que se salen de proporción.

Pero es de día y a Giorno va a dejar de afectarle la luz. Cosa que se lo recuerda con una queja durante el abrazo. La piel le irrita y está empezando a arder.

– Gracias…

Lo primero que Josuke hace es recargar su frente contra la suya e intentar usar a Crazy Diamond para curar las heridas de Giorno. El problema ahora yace en que sus heridas no pueden ser sanadas por el Stand.

– Podriamos... ¿irnos a un lugar con sombra?