Continuamos con Celos de Hija por si creían que todo era Linka, a quien por cierto voy abrir su propia libro.

Seguimos con el roto matrimonio y la niña enamorada, esto es:

- Celos de Hija -

4ta. Parte


La felicidad total al vernos llegar, fue de nuestras hermanas pequeñas.

Lola y Lana se colgaron inmediatamente de mi y de Luna, Lucy igual se le veía feliz. Inclusive Lisa, quien no suele hacer demostraciones de afecto, pidió que la cargara y me dio un beso.

Es un hecho que todos estamos sufriendo, pero la emoción de nuestras hermanas pequeñas es tan pura que no pude evitar, de igual forma, llorar un poco con ellas.

No vi a Lili, supongo que estaba durmiendo. Tampoco a Lincoln, lo cual si me tomó por sorpresa.

-Chicas, ¿y Lincoln?-

Lisa fue la que me dijo que nuestra "unidad consanguínea masculina" no salía de su cuarto asignado, mas que para lo absolutamente necesario. Que ya lo había revisado y que estaba bien físicamente, pero su ánimo era otra situación.

-Ya veo.- Les dije para luego acariciar un poco la cabeza de todas y decirles que Luna y yo necesitábamos hablar con mamá.

-Después pásenos a ver al cuarto, porfa.- Dijo Lola sin querer retirarse.

-Niñas, a sus cuartos.- Dijo nuestra madre entrando a la sala.

No supe describir la sensación que me dio al verla. En esta bendita incertidumbre, en donde ya no sabemos por qué terminamos así, el fantasma de la culpa se eleva sobre de todos nosotros; pero sobre todo con ella.

Mamá, por su parte, se veía extraña, con algo de ojeras, pero serena; a diferencia de papá cuya mirada se perdía en quien sabe dónde.

Nuestras hermanas, curiosamente, no replicaron más, solo nos dieron un beso en la mejilla y con la cabeza baja subieron las escaleras.

Luna le dijo algo al oído a Lucy.

Tomamos asiento en aquella sala.

Era raro. Mamá se sentó frente a nosotras colocando una charola en la mesa de centro, con tres tazas de té.

Respiré profundo. De verdad esperaba que Luna hiciera la primera pregunta; sin embargo, esta se tomaba de las manos nerviosa. Simplemente la situación la superó.

-Hola, mamá, como has estado.- Dije para romper el hielo.

-Pues, con algo de trabajo, Lori. He tenido que buscar algunas guarderías para las niñas y su abuelo me ayuda de vez en cuando. Pero en general, bien. ¿Ustedes?-

-Nosotras igual bien, en lo que cabe. Ya sabes, la nueva…situación es difícil para todos pero, pues, no es algo mortal, ¿o sí?.-

Luna levantó la mirada y clavó una vista intensa en nuestra madre. Comenzó el "boom".

-Mamá, necesitamos saber algo.- Dijo.

-Me imagino que por eso están aquí.-

-Bueno, también queríamos saber si estabas bien.- Repliqué pero Luna me interrumpió diciéndome que me callara.

Vi que mamá quiso regañarla, pero no se atrevió.

-Mamá,-continuó Luna. Tomó aire.- ¿Por qué engañaste a papá?- Se aventó Luna de golpe.

-Sin mentiras, mamá.-Dije para apoyar.- No te venimos a juzgar, ni lo vamos a hacer, ni queremos hacerlo. Papá no nos ha hablado casi nada del asunto y mucho menos mal de ti, nunca. Pero, necesitamos saber, ¿por qué? -

-Pensaba darle un poco más de rodeos a esto, pero veo que ya no es posible.- Mamá sorbió su taza de té y la dejó en la mesa.

-Su padre y yo ya teníamos problemas, desde hacía un par de años.- En ese momento nos miró con una seriedad absoluta. Algo que yo en mi vida, había visto en ella.-

-Les voy a ser muy sincera, como me pidieron. Por lo tanto les trataré como adultas, ¿Ok?.-

Sentí un amargo tan fuerte en el paladar que siento no se me quitará nunca.

-El principal factor de nuestros problemas, es el dinero. Nuestros números casi siempre están en rojo. Mi trabajo como asistente de dentista no deja mucho y el restaurante de su padre desde hace año y medio, ya no produce. Comencé a pedir prestado a mi padre; mas veces de la que hubiera querido.-

Mamá ha vuelto a tomar de su té. La verdad yo igual. Luna solo la observa respirando algo agitada.

-El último accidente de su hermana Lynn nos salió bastante caro, no íbamos a poder costearlo.

Y…esta persona me prestó el dinero.-

Luna hizo a pararse, pero mamá la detuvo.

-Antes de que me insulten como me imagino desean hacerlo, déjenme terminar, carajo. Soy su madre, les críe toda la vida, ¿no merezco que me escuchen antes de que me destrocen? –

Luna se sentó, sin embargo, se notaba su furia.

-Con eso sacamos adelante a Lynn. Yo hable con su padre para que cerrara el restaurante y consiguiera un trabajo fijo. Un salario seguro era lo que necesitábamos justo en ese momento, pero el no quiso escucharme. Luego, comenzó a entrenar a esa niña Jordan y se alejó aun más. Parecía que no se daba cuenta de nuestra precaria situación; y mientras yo me esforzaba vendiendo cosas en mercado libre, desvelándome en terminar mi novela para ver si servía de algo. Él seguía jugando en el restaurante. Sin prestarme atención. ¿Me van a decir que no lo sintieron? –

Ni Luna, ni yo, hablamos. Claro que lo sentimos…demasiado.

-Mientras eso ocurría, esta persona comenzó a tratarme bien y a escucharme, nos hizo un segundo préstamo cuando Luan necesito reajuste y compra de nueva ortodoncia para sus dientes.-

Si mi hermanita se enterara que los Brackets que carga son comprados por el amante de mamá, se los arranca con un gancho de ropa.

-Y si, chicas. Este hombre me dijo que yo le gustaba mucho. Que era algo serio. Que me apoyaría en todo y me dijo muchas cosas más que, a veces, una quiere oír; ¿saben que le dije?

...le dije que no. Una y otra vez. No fue insistente, no fue acosador. Me dio mi espacio pero me reiteró su apoyo.-

-Entonces… ¿Dices que no le fuiste infiel a papá?- Le pregunté mientras ella agarraba su taza y se acababa de golpe su té.

-Esa mañana yo discutí muy fuerte con su padre, le volví a pedir que dejara de perder el tiempo en el restaurante y que prestara atención a la casa. Que se nos caía encima. Que los gastos nos superaban, y él en su optimismo sin fundamento, minimizó todo. Yo traía el coraje hecho nudo en la garganta por aguantar el estrés de la casa y sentir que, en todo, estaba sola. Esa mañana fui a la cocina buscar no sé qué, allí fue cuando escuché a Lola decir, que su padre se encerraba durante horas en la cocina del restaurante, con la madre de la muchachita esa.-

Luna se llevó las dos manos a la cara. Yo solo me tape la boca.

-Para mi fue claro y lógico. Por eso su padre no venía a la casa, por eso la desatención a mí y a ustedes también. Por eso ese deseo de cuidar a una niña ajena.-

-Mamá…-

-Déjame terminar, Luna.

Si, esa tarde necesitaba consuelo, me quede extra en el trabajo para que no me vieran mal.

Él se acercó, me aconsejó. Y yo lo besé.-

Hubo un silencio mortal. Yo ya no veía ni a mamá ni a Luna. Veía todo borroso, ensimismada en mi propia batalla mental.

-Tu padre se enteró porque yo no hice mucho por ocultarlo. Él sostiene que nunca se metió con esa mujer.-

-Es que nunca se metió con esa mujer.- Exclamó Luna llorando.

-Lo sé.- Soltó mi madre y eso nos paralizó.

-Pero… ¿entonces?- Le pregunté.

-Su padre nunca ha sido un buen mentiroso. Cuando lo cuestioné, se desvivió en demostrar que no había hecho nada. Que solo eran visitas esporádicas para pasar a ver a su hija y que si alguna vez entró a la cocina fue para ver como preparaban la comida. Sé que su padre no se metió con nadie por la forma en que reaccionó. Desgraciadamente, para cuando lo enfrenté, eso ya no importaba.-

-¿Qué…qué quieres decir?-

Mamá se puso muy derecha y nos miró con altivez.

-Yo ya había comenzado a andar con alguien más, convencida de que su padre me engañaba.-

-¿Cómo te pudiste meter con alguien más excusándote de que te engañaban, sin estar segura?- Expresó Luna con odio.

-¿No me estás escuchando? Tú padre ya no tenía interés en mí, no me prestaba atención. Ni a mí, ni a la casa, ni a ustedes. Se me hizo lógico que me engañara.-

-¡No lo justifica!-

-¡Pues entonces cometí un error, bien! ¡Me gusta que me traten bien y me presten atención!-

Mamá se ha soltado a llorar. Luna se ha puesto de pie y llora al lado de una ventana; yo, por mi parte, siento una presión en la garganta que me mata.

-Mamá- Dije con mucha dificultad.-¿Ya no amas…a papá?-

-Lo quiero mucho, linda, pero…ya…ya no siento lo mismo por él…-

-Una cosa más, mami…-Era ahora o nunca.- Si tú nunca hubieras creído que papá te engañaba, ¿esto hubiera pasado?-

Esa era la pregunta. Hasta dónde, esta realidad, era culpa nuestra. ¿Tenía alguna razón saberlo? Ya no realmente, el daño estaba más que hecho.

Pero la conciencia se manda sola.

-Yo…no lo sé, Lori. Son muchas cosas. Sería suponer. Suponer que el dejaba el restaurante, suponer que regresaba la atención a la casa. Suponer…

No sé si tarde o temprano las cosas hubieran acabado así. Lo que sí sé es que escuchar a Lola, aceleró las cosas, irremediablemente. -

He dejado salir un potente suspiro. Al final, si hay participación nuestra en este infierno.

Me puse de pie y me acerqué a ella. La abrace. Sentí en la fuerza de su abrazo y su llanto, el deseo del perdón.

-Voy a ir a ver a los niños a su cuarto, mamá.-

-Si, hija, esta bien.-

-Yo igual voy.- Interrumpió Luna y se acercó.

-Lo hecho, hecho esta, Rita. - Dijo duramente.- Pero déjame decirte que yo, no te creo del todo. Papá era totalmente entregado a ti, todas lo veíamos. Si tú se lo pedías con insistencia, el hubiera cambiado, lo sé. Muchas veces lo hizo para ti y para con todas. Yo creo que la que no tenía ya interés en seguir, eras tú, y Lola te sirvió de excusa.-

Luna escupió en el suelo y nos dejó atrás, rumbo a la habitación de las menores.


Por fin he reunido el valor para hablar con Luan. He de aprovechar que tanto Lori como Luna no están, además de que Lynn Jr. Igual salió. No me dijo a donde iba. Quizá la reprenda por eso.

-Luan, ¿estás ocupada? - Pregunté desde la puerta.

-¡No! ¡Pasa, papá!-

Al entrar lo primero que noté es que ese cuarto no ha perdido ese ligero aroma a dulce.

-¿Estabas haciendo tarea? Puedo volver luego.-

-No, ya estoy acabando. Dime.-

-Yo…aquí huele a caramelo. ¿No será que sigues guardando dulces debajo de la cama?- Dije cobardemente, tratando de no ir directo al punto.

-¿Como crees? Deje de hacer eso hace años. Luego de aquel terrible ataque de hormigas asesinas, ¿recuerdas?-

-Lo recuerdo. Tuvimos que meterte a bañar de inmediato para poder sacarte todas las hormigas del cuerpo. Inclusive te dio fiebre por que te picaron varias. Realmente me preocupé.-

-Bueno, pues desde ese doloroso día, no lo hago, digamos que aprendí una "dulce lección" ja, ja, ja.-

Es la primera vez que la escuchó reír desde que comenzó todo esto; así que la acompaño en su risa mientras me siento en su cama. Ha quedado de frente a mí, sentada en su pequeña silla de director.

-¿A que se debe tu visita, papi? ¿Quieres café? ¿galletas? ¿leche?- Me preguntas con una enorme sonrisa mientras bromeas. Apenas ayer eras todo seriedad.

-Bueno, yo…vengo a…-

El semblante de Luan cambio de súbito apenas me vio dudar.

-¿Es por…lo de la mañana?-

-Si, linda, mira, yo…quiero disculparme de nuevo...-

-Papá…ya te dije que sé que fue un total accidente, y de verdad lo creo, no tienes que disculparte de nada. Sé que no andas bien, que lo de mamá… que todo esto es difícil, pero nos tenemos a nosotros y eso es lo importante. -

-Lo sé, linda. Ustedes son mi todo para continuar.-

-Eso suena feo, papá, no hables de continuar, suena a como que quieres detenerte…-

Iba a contestarle, pero ella se puso de pie y vino hacia mí. Luego me dio un abrazo, el cual correspondí.

-No te abandonaré; no sé mis hermanas, pero yo no.- Me susurró. Luego, se sentó en mis piernas y me abrazó del cuello hundiéndose en mi pecho.

-Ya no tomes.- Me dijo.

-No lo haré nunca más, te lo prometo, sin embargo, quiero comentarte algo, Luan.-

-Fue un accidente, te confundiste.-

-Es verdad, Luan. Pero, tú…despertaste antes que yo, ¿verdad?-

Se ha tensado. Aprieta con fuerza su cara en mi pecho.

-¿Luan?-

-Si…- Dijiste sin levantar la cara. El movimiento de tus labios me hace cosquillas.

-Entonces, amor, ¿por qué no me detuviste? Me hubieras hablado o golpeado o algo.-

-¿Estas enojado?-

-¿Qué? No…solo…me preocupa, Luan, no debiste permitir que ocurriera si te diste cuenta. Esto es 100% mi culpa, tú eres totalmente inocente, mi niña, pero debiste decirme.-

-Yo…yo…-

Y Luan se me echó a llorar. Terminé abrazándola, pegándola a mi pecho como una pequeña.

-¿Me…me perdonas?- Dijiste con dificultad.

-Pero, de qué, Luan, si te digo que lo de la mañana no fue culpa tuya.-

-Es que…es que…

es que sí me di cuenta… pero…no supe que hacer…fue…fue sorpresivo y sé que tú…tú…tú lo necesitas…-

Sentí que el tiempo se detuvo mientras la sangre de todo mi cuerpo se enfriaba.

Dejé de percibir los sonidos de la calle y de los vecinos y de todo.

En ese momento solo era mi pequeña en mis brazos, que, absorbiendo nuestros problemas de adultos, dejo pasar algo que nunca debió suceder.

-Oh, Dios…-


La nena esta confundida.

Rita se defiende, Luna no le cree.

Es posible que esta historia solo tenga un capitulo más y listo (estas predicciones nunca se me dan)

Info: La historia de Mi Pasado en Plata será continuada en un libro aparte.

Saludos a todos en especial a J0nas Nagera quien actualmente es el único que anda por aquí jejeje grax bro!

- Lobo Hibiky -