Disclaimers: Los personajes de Harry Potter pertenecen a J.K. Rowling y a los que han comprado parte de los derechos de autor, lo cual NO es mi caso, y sólo los utilizo sin intención de lucro alguno, la trama me pertenece, al igual que algunos personajes.
Hola, sé que hace mucho que no comparto palabras aquí, pero bueno, es un miércoles especial, no solo es el último miércoles del mes, y el último en que actualizaré esta historia, sino que también, es el cumpleaños de una muy querida amiga mía (FuneralColor) y, aunque hace algún tiempo que no sé nada de ella, quiero dedicarle el epílogo de este fic, como agradecimiento a todo el apoyo que me ha dado desde mis inicios en la escritura y la razón por la cuál nos conocimos, muchas gracias por todo el apoyo, espero que estés muy bien, y si acaso no lo está, recuerda que toda tormenta termina disipándose, dando paso a la luz del sol, aquí estoy, para ti, en cualquier día, triste o alegre, para compartirlo contigo. Gracias por todo.
Y a ustedes, quienes iniciaron esta aventura conmigo, en mi primer historia yaoi/slash, no sé como denominarla, bueno, BL 😊 gracias por llegar conmigo hasta este momento, realmente pensé que no tendría nada de éxito, y aunque no es la mejor historia del mundo, para mí, es demasiado especial, gracias, por leer esta historia, gracias por sus comentarios, por todo su apoyo, gracias también a quienes llegarán ya que la historia terminó, se los agradezco muchísimo.
Se estiró en la cama, con una amplia sonrisa en el rostro, había estado con James de manera sexual, por primera vez en años, y no podía encontrar algo que hiciera mal su novio, bueno, salvo la comunicación con otro ser humano.
Se incorporó al notar que estaba solo, supuso que James habría tenido trabajo, su día de descanso lo habían pasado en esa cama, con lo tranquilo que era su novio, le había sorprendido lo pasional que era.
—Despertaste –comentó James, entrando con una charola con el desayuno preparado.
—No hagas eso, o me acostumbraré muy rápido –sonrió Scorpius.
—Bueno, puedo prometerte que tendrás el mejor trato matutino cuando no trabaje en las mañanas, y el mejor trato vespertino cuando no trabaje por las tardes, y el mejor trato cuando no trabaje el día entero –se inclinó a besarlo.
—No, no puedes ser tan perfecto, algo escondes, Potter ¿qué es?
—La enorme y dolorosa necesidad de ordenar todo en este momento, así que me distraigo –sonrió.
—Te distraes ¿cómo?
—Preparándote el desayuno, y besándote –se inclinó a besarlo.
—No me he lavado la boca –se quejó el rubio.
—No me afecta en lo más mínimo –informó acariciándolo.
—Pero sí te afecta que mis calzones estén en tu piso, y no doblados en el mueble a los pies de la cama, eres sorprendente –sonrió.
—Alex lo llama urticaria mental.
—Creo que tengo una solución para canalizar tu ansiedad y obsesión por el control –lo besó –pero primero comeré el desayuno, o se enfriará.
—Adelante –lo animó.
Scorpius observó a su novio levantarse para comenzar a arreglar el desperfecto, notó que con lo único que no se incomodó fue con la cama, principalmente, porque estaba siendo ocupada todavía, pero una vez que se levantó para poner la charola en la mesa, se aventuró a comenzar a tenderla.
—No, no, no –lo regañó.
—Pero…
—Déjalo ser –comentó, sujetando su playera y arrojándola al piso.
—Scorpius –pidió.
—Déjala ahí –dio un paso hasta él y lo besó –obtendrás una recompensa por cada cinco minutos que la dejes en el suelo.
La mirada azul del castaño se enfocó en él, de manera intensa, estaba torturándolo y lo sabía, aun así, extrañamente lo estaba disfrutando, se inclinó a besarlo, pero Scorpius se alejó.
—El premio lo obtienes cada cinco minutos, no seas desesperado.
—No –lo acercó a él –si esperas que soporte cinco minutos, con tu ropa en el suelo, más te vale que me distraigas todo ese tiempo.
—Bien, pero primero haremos esto.
Scorpius se alejó, esparció la ropa sobre el suelo y los muebles, incluso la ropa limpia y perfectamente doblada, empujó a James, para que cayera sobre la cama, subiéndose sobre él.
—No será fácil ¿lo sabes?
—Contigo así, realmente, no me interesa lo que hay alrededor.
Scorpius sonrió. —Esto es un método para quitarte lo obseso del control, cariño, no cantes victoria tan rápido.
—Estás sobre mí, incluso aunque no hagas nada, puedo distraerme con tus hermosos ojos plata –le sonrió.
—Vaya, finges muy bien tu poca comprensión del entorno y las actitudes sociales –le pellizcó un pezón.
—Eso duele –se quejó.
—Vas a querer escapar, te lo advierto.
—Eres la única persona en todo el universo, del que jamás querría escapar, aunque me tortures y me lastimes.
La espalda de Scorpius chocó contra el colchón, el cuerpo de James cubrió el suyo, la diferencia de musculatura era obvia, así que solucionaría eso pronto.
—Eres la persona más importante en mi vida, Scor.
—Te amo, Jamie –sonrió.
—M—
Scorpius arrojó todos sus libros a la mesa, estaba bastante frustrado, sino fuera porque realmente quería ser de ayuda para su novio, ya habría abandonado la escuela, estaba bastante seguro de que los estudios no eran para él.
Aun así, se distrajo a sí mismo intentando contestar sus deberes, estaba bastante frustrado consigo mismo y su vida, bueno, parte de ella, sino fuese por James, estaría perdido, siendo un completo caos.
—Esto es un caos –soltó James al ver la mesa donde él trabajaba y Scorpius estudiaba.
—Lo siento –se disculpó el rubio.
—No te preocupes, pero dime ¿qué es lo que tienes?
—Dime ¿te sentirías decepcionado si decido dejar la Academia de Sanadores?
James levantó la vista hasta su novio, su rostro reflejaba decepción de sí mismo, así que suspiró, avanzó hasta él, sentándose en la mesa, y sujetándolo de la barbilla antes de besarlo.
—Primero dime ¿por qué estás estudiando eso si no es lo que quieres?
—Mira quien habla, soy auror porque papá me obligó, y no soy Abogado como Ted.
—No, soy auror, porque en un momento de mi vida, decidí serlo –le aclaró –quiero ayudar a las personas, quiero ser una buena persona.
—Tú eres una buena persona.
—Me esfuerzo en serlo –se encogió de hombros –pero dime ¿por qué quieres ser Sanador?
—Me preocupa verte llegar con golpes, masajearte y cuando te pregunto, dices que todo está bien, si fuese un Sanador, podría…
—Si soy yo lo que te preocupa, te prometo que dejaré que me atienda el Sanador del Departamento, pero no necesitas hacer algo que no quieres, cariño –acarició su mejilla y se alejó.
—Entonces ¿no te avergonzará tener un novio bruto?
—Me avergonzaría tener un novio infeliz –le sonrió.
Scorpius sonrió al verlo comenzar a ordenar el lugar sin decir nada, tenían un año juntos, y jamás habían peleado por lo desordenado que era él, el castaño se limitaba a ordenar las cosas sin decir nada, pero solo con él, porque cuando Alex aparecía y dejaba un desorden en la sala, James parecía explotar.
—Mi madre nos invitó a cenar, mi padre me lo dijo en la mañana –comentó James –pero si no quieres, no hay problema.
—No, no, vamos, necesito una buena distracción, tu madre me cae de maravilla, creo que me comprende muy bien.
—Somos dos –sonrió –iré a bañarme y nos iremos ¿te parece?
—Creo que necesito arreglarme también –se puso de pie.
—Como quieras, para mí te ves maravilloso así.
Scorpius sonrió, avanzó hasta su habitación y se cambió, no iba a ir sudoroso a cenar con sus suegros, su padre lo desheredaría por hacerlo quedar mal.
James no tardó más de diez minutos en estar listo, lo esperó en la sala mientras él decidía cual era el mejor atuendo para asistir, la mayoría de las personas cuando lo veían, no sospechaban que le gustaban los chicos, lucía bastante… "normal", le decían, pero era un completo caos cuando se trataba de elegir qué ponerse.
Cuando por fin se decidió, eran las ocho y cuarenta de la noche, pero su novio, como siempre, no le dijo nada, dejó sus notas del trabajo y fue hasta él, para poder aparecerse en el jardín de sus padres.
—Hola, chicos –saludó Ginevra Potter –me alegra mucho que estén aquí.
—Papá me dijo que nos invitabas a cenar –admitió James.
—Así es, ven, ayúdame un poco en la cocina –extendió la mano a su hijo.
—Yo te ayudo, mamá –soltó el rubio.
Ginevra se quedó quieta, su mano estirada se colocó en su estómago, y le dedicó una mirada confundida, el rubio quiso golpearse a sí mismo, nunca la había llamado así, al menos no en su cara.
—Yo, lo lamento mucho, no…
—No, no me molesta, es solo… que me sorprendió –admitió con una sonrisa –así que ven, nuevo hijo –le estiró la mano –tú, ve con tu padre –le ordenó a James.
—Creo que tienes un nuevo hijo favorito –murmuró James.
—Qué bueno que lo sabes –sonrió encantada la mujer.
—M—
Scorpius y James fueron invitados a almorzar a la casa de sus padres ese verano, sabía muy bien que la única hija menor de edad de los Potter no le agradaría tenerlo ahí, pero funcionó como motivante para presentarse, incluso aunque su novio trabajara ese día por la mañana y no pudiese asistir.
El ruido en el jardín le trajo viejos recuerdos de su propia época de colegio, aunque eso ya había pasado hace unos cuantos años, observó a Alex y Ted, que estaban bebiendo una cerveza de mantequilla, charlando tranquilamente, pero sus ojos grises fueron a la chica pelirroja en traje de baño de 16 años, incluso en el sol, intentando broncearse, estaba tan pálida como la porcelana, un poco más que Scorpius, haciendo que su cabello la hiciera sobresalir más que nunca, como un ángel de fuego.
—Vaya, vaya, a alguien, la pubertad está tratándola como un dios –soltó Scorpius –me siento orgulloso –fingió sollozar.
— ¿Qué? –Preguntó Alex.
—Ah, vamos, Lily está a nada de ser una chica mayor de edad –le informó Scorpius –puedes echar una mirada en su dirección.
—Es como una hermana para mí –comentó Alex –la verdad, nunca he tenido la curiosidad de verla en esa forma, Ted estará de acuerdo ¿cierto? –Lo observó.
—Completamente.
—Pero no van a negarme, que realmente se ve preciosa.
Los dos chicos desviaron la mirada hasta la pelirroja, que estaba posando para la foto que su mejor amiga, Audrey McLaggen, le estaba tomando, Scorpius observó atento a sus amigos, Alex se encogió de hombros y se dedicó a platicarle, mientras que los ojos de Ted duraron más tiempo en apartarse de ella.
—Tiene novio –murmuró Ted –observando a los otros dos.
—Sí, James me comentó algo –admitió Alex –es un chico más grande, para acabarla –soltó irritado.
—No veo nada de malo en eso –soltó Scorpius –mientras más grandes, mejor –golpeó su hombro –y creo que mi hermanita, piensa igual.
—Que no te escuche llamarla así, sabes lo mucho que le enfada –informó Ted.
—Cuento con eso –admitió divertido.
—Como sea, yo solo te advierto –comentó el metamorfo, y su vista fue de nuevo a la pelirroja.
El nuevo novio de Lily estuvo presente en la cena, y Scorpius no le encontró nada malo al joven, era de cabellos oscuros, ojos castaños y labios bastante interesantes, posiblemente por esa razón, la pelirroja no apartaba los suyos de él.
—Si no le pones un alto, lo haré yo –soltó Alex, en dirección a su mejor amigo.
—No le encuentro nada de malo –soltó James –es su novio ¿sabes lo espantoso que es que te prohíban hacer muestras de afecto? –Frunció el cejo.
—Bien, yo lo hago –soltó Ted, golpeando la espalda de Alex.
—Es bueno saber, que no soy el único que le gusta molestarla –soltó divertido Scorpius –pero vamos, Alex, supongo que si tú le dices algo, es más fácil que se comporte.
El chico se levantó y avanzó en dirección a la pareja, se sentó junto a Lily, sin decir nada, pero logró que la joven dejara de besuquearse con su novio.
—Creo que a Alex, le gusta Lily –comentó James, frunciendo el ceño.
—No –lo golpeó en el costado Scorpius –no te comportes como Albus –le ordenó –Alex es un buen tipo, y es una buena opción para tu hermana.
—Ella es una chica de 16 años –le informó –y Alex no tiene 18.
—Es cierto, ellos sí deberían esperar un poco, al menos a que ella cumpla los 17 –aceptó.
—Voy a tener que leerle las reglas –comentó James.
—Sí, déjame estar presente ¿sí? –Le sonrió.
—Siempre –sonrió y se inclinó a besarlo.
—X—
James abrazó fuertemente a su hermana, su cumpleaños número 18 había por fin llegado, y no podía creerlo, aun recordaba a la pequeña niña de ocho años corriendo por todo el lugar, tan feliz y alegre como la niña que era.
—Felicidades, princesa Luneta –sonrió acariciando su mejilla.
—Han pasado tantos años y aún no lo superas –sonrió.
—Para mí, siempre serás mi princesa Luneta –informó.
—Me parece bien –aceptó.
Scorpius observó a su alrededor, el jardín Potter estaba arreglado con las iniciales de Lily y de su padre, ya que cumplían años el mismo día, todos parecían bastante contentos, Lily había terminado Hogwarts y aunque todavía no había dicho a qué se dedicaría, Alex había comentado que en una plática reciente, ella tenía demasiados planes a futuro, en realidad, por fin podría registrar unos cuantos hechizos que había hecho he ido perfeccionando los últimos años, para ver que fueran realmente seguros, Ted había comentado que la pequeña pelirroja podría tener una buena fortuna tan pronto como hiciera los registros.
—Se ve hermosa –informó Audrey McLaggen, sentándose entre Scorpius y Ted Lupin, observando a la pelirroja.
—Se parece demasiado a su madre ¿no lo creen? –Preguntó Scorpius.
—No –respondieron a unísono Ted y Audrey.
—Aunque Ginny es hermosa –comentó la rubia –Lily es un poco más… una mezcla de sus padres, una belleza natural.
—Sí, es bastante bonita –habló Ted –aunque demasiado flaca.
—Pues alguien opina diferente –soltó Audrey, observando en dirección a Alex.
—La espera llegó a su fin –proclamó Scorpius.
— ¡Sí! –Sonrió Audrey –vamos a hacer un viaje a la playa, festejo de fin del colegio, de ellos –señaló a la pelirroja –no mío, eso fue hace mucho, así que… ya saben, si quieren ir.
—Yo ya tenía planes para mis vacaciones –soltó Ted.
—Vamos, Ted, será divertido, vamos –lo empujó el rubio –aun así, podrás disfrutar de las vacaciones, será una coincidencia que nos topemos –lo incitó.
—Y ¿qué dirá James?
—Me dejará ir, y no le diremos que vigilaremos a su hermana.
—Podemos decirle a Albus también –comentó Ted.
—No sé si en el trabajo lo dejen, pero podemos invitarlo –aceptó Scorpius divertido –esto va a ser genial, y lo apuesto.
—Sin duda –lo observó la rubia –va a ser el mejor viaje de la vida de Lily, te lo puedo jurar, jamás va a olvidarlo.
—X—
Las cosas estaban listas y Scorpius agradeció de cierta forma que su novio tuviese que ir de misión, así no tendría que dar tantas explicaciones, no estaba muy feliz que Alex no pudiese ir, sus planes eran por fin, emparejar a Lily con él, aun podía notar el amor surgiendo de los ojos olivos de la pelirroja cuando veía a su amigo, ni los cómo tres novios, que había tenido Lily habían hecho que se olvidara de él; se sentía identificado con esa historia de amor.
El hotel era uno muggle, pero no podía poner peros, a él y a Ted les tocó compartir habitación, o algo por el estilo, porque varias de las noches no las pasó ahí, pero era un adulto, no iba a preocuparse por eso, y menos, porque James solía aparecer ahí por algunos ratos, que aprovechaban mejor cuando el metamorfo no aparecía por las noches.
—Vamos a ese lugar –insistió Scorpius –mi misión, es cuidar de Lily –informó Scorpius.
—Es una adulta, déjala ser –soltó irritado Ted.
—Sí, la dejaré ser, cuando tenga ochenta.
—Eres un hipócrita, si no estuvieras con James, estarías buscando incansablemente hombres, déjala hacer lo mismo.
—Parece que no te incomoda.
—Aunque lo haga, ella tiene derecho a vivir su propia vida.
—Solo vamos hoy.
—Bien –soltó irritado.
Scorpius y Ted se encontraron con el grupo de Lily en aquel bar, la pelirroja estaba demasiado ebria, tanto que no se dio cuenta que bailó con él un par de canciones, se acercó a Ted para bailar con él, de forma inconsciente, también, por fortuna, Audrey le dio una poción para bajarle la borrachera.
—Vamos, cariño, es una noche importante –la lanzó Audrey a la pista –no, no, tú no vas tras ella –soltó sujetando a Ted.
—Pero…
—Ya no está tan ebria, sabrá que eres tú o tú –señaló a Scorpius.
Ted asintió, con el ceño fruncido, se dio media vuelta cuando la vio besarse con un tipo de cabello rubio y ojos azules, y comenzaron a bailar.
—X—
La algarabía en la mesa donde Lily se sentó fue inmediata, los hombres se observaron sin comprender ni un poco, así que ignoraron el hecho.
—Nos veremos en la piscina en una hora –soltó Audrey, feliz.
—Claro –respondió Ted, viendo como la rubia arrastraba a la pelirroja lejos de ellos.
—Vamos a cambiarnos –sugirió Scorpius –James no tarda en llegar.
—Claro ¿soy yo, o Lily está rara?
—Ella siempre ha sido rara –informó Scorpius divertido.
Ted avanzó hasta la habitación, se tardó más de lo que normalmente lo hacía, así que avanzó solo por los pasillos del hotel, se detuvo cuando vio a la pelirroja.
—Lily ¿estás bien? –La nombró.
—Sí, estoy bien –aceptó, recargándose en la pared –creí que la poción ayudaría más, pero no.
—Estás un poco… opaca –soltó confundido.
Avanzó hasta ella y la sujetó de los brazos, la piel normalmente de porcelana de Lily se veía un poco azulada, sumando que parecía intoxicada.
— ¿Bebiste algo?
—Una poción que me dio Audrey –informó.
— ¿De qué era?
—Para la resaca, pero no me siento muy bien.
Ted observó a su alrededor estaban solos, así que haciendo uso de sus habilidades como metamorfomago, usó magia para ver si eso lograba ayudarla, le acarició la mejilla una vez que su piel recupero el tono normal y ella pareció volver a la vida.
—Te veré en la piscina –le informó y se alejó.
—M—
James observó al padre de su novio, estaba con el ceño fruncido, las esferas negras que flotaban de un lado a otro chocando contra ellas, no se veían nada bien, y lo supo por su expresión, no porque fuera un experto.
—Dices que volvió ¿no es cierto?
—Mi padre dice que tomó un descanso, yo creo que se movió de lugar, le prometí a una persona que encontraría al monstruo que hace esto.
—Es más serio de lo que piensan que es, James –aceptó Draco –todas son mujeres por una sencilla razón.
—Es un crimen de odio ¿no?
—No creo que las maten por ser mujeres, específicamente, sino más bien, las toman, porque son las únicas en dar vida.
—No comprendo, señor Malfoy –murmuró el castaño.
—Todos los cuerpos hasta ahora han tenido una misma anomalía, han sido profanadas con magia oscura, pero… ya sé por qué.
—Comparta la información, por favor.
—Fueron fecundadas con magia tenebrosa –los ojos grises del señor Malfoy se posaron en los de su yerno –es magia tan oscura, que ninguna de ellas ha podido sobrevivir la fecundación.
—Pero ¿qué clase de monstruo haría eso? –Gruñó furioso James.
—No, la pregunta correcta sería ¿qué clase de monstruo quieren crear, no crees?
—Supongo que sí –admitió.
—La persona que está detrás de esto, no va a detenerse hasta lograr a una mujer que pueda llevar toda la magia oscura, y necesita ser una mujer bastante peculiar, no quiero pensar que pasará, si logran encontrar a una que sea capaz de cargar todo ese poder en el vientre por nueve meses.
—Mejoraremos el patrullaje –soltó James, preocupado, avanzando hasta la puerta.
—Señor Potter –lo detuvo Draco –encontré un hecho más en las pruebas que hice de la joven Petrova.
— ¿Qué encontró? –Cuestionó.
—La persona que está haciendo esto, cumple con la característica metamorfa –informó –tengo entendido que el ministerio tiene una lista de los Metamorfomagos nacidos –James asintió.
—Pero la metamorfomagia no es hereditaria, así que no todos la registran –informó el castaño.
—Si tiene la capacidad de parecer quien sea, donde sea, tienes que tener mucho cuidado, sobretodo, porque conoces a alguien así.
—No hay hechos que me lleven a Edward Lupin –informó James.
—Por ahora, pero… no vayas a descartarlo del todo.
—Gracias por la ayuda.
—M—
Scorpius observó a su novio, estaba cansado, pero no dejaba de buscar como desesperado en los libros, no podía ayudarle porque eran asuntos de trabajo y todo el caso era clasificado, odiaba verlo así, sumando la enorme irritación que el hechizo de su hermana le había ocasionado esa tarde.
—Sé que no puedes decirme nada, pero… tranquilízate un poco, James.
—Ahora menos que nunca puedo, cariño –informó –ve a dormir.
—Todavía tienes rojo –acarició sus labios –ella está bastante taciturna últimamente ¿no lo crees? Y su malhumor aumentó.
—Un poco –aceptó.
—Cuando fui a avisarle de la cena, sentí una sensación de vacío, casi como la sensación que describió tu padre sobre los dementores –musitó –su mirada daba miedo, Alex también lo notó, el único valiente que o no le importa o no lo nota, es Ted.
James levantó la cabeza hasta su novio y frunció el ceño ante sus palabras, pero terminó ignorando el hecho, aunque siguió estancado en sus pensamientos.
—Mejor ve a dormir –sonrió.
—M—
Las semanas habían avanzado más de lo que le gustaría admitir a Scorpius, y con eso, sus fricciones y el mal humor de su cuñada aumentó a niveles exorbitantes, la mayoría evitaba entablar palabra con ella por temor a que les lanzara un hechizo, por las palabras de Albus, ni siquiera su padre tenía el valor de decirle algo fuera de la línea, porque explotaba tan fácil.
—Ah, no –soltó Ginny Potter –es muy joven todavía ¿qué le pasa a la juventud ahora? Se apresuran a vivir ese tipo de experiencias, apenas si terminó Hogwarts –frunció el cejo.
—Es una estúpida –se encogió de hombros Albus.
—Supongo que sí –aceptó Harry Potter –hay tantas opciones, como para que termine embarazada a esta edad –negó.
James procuró no opinar mucho al respecto, si él o su novio, pudiesen embarazarse, seguramente a esas alturas, ya tendrían unos cuantos hijos, aun así observó a su familia charlar, el tema de conversación había sido el mismo desde que habían estado en la Madriguera, Albus alegaba que no había nadie más imbécil que Stela Martin, mientras los demás intentaban defender a la chica por lo acontecido, pero terminaron dándole la razón al chico.
—Tú no has opinado nada, Lily –soltó Scorpius, tranquilo.
—Opino que ya parece que vives aquí –soltó frunciendo el ceño –para ser un tipo que mantiene su padre, te la vives aquí.
—Diría lo mismo, pero es la casa del padre que te mantiene –soltó Scorpius, frunciendo el cejo.
—Basta –ordenó Ginny –no es para que te comportes así, Lily.
—Olvídenlo.
El rubio se disculpó al ver la mirada de desaprobación de su novio, una vez que Lily se marchó enfadada, no le dijo nada y tampoco lo culpó, pero todos estaban al tanto de lo irritable que estaba.
Incluso, con tan solo decirle buenos días, podía o lanzar un hechizo o renegar hasta el infinito, nada parecía tenerla tranquila, nada, ni siquiera cuando se encerraba a sí misma en su propio mundo.
—M—
La risa de Ted Lupin era bastante fuerte, desde que había terminado con Maya, parecía de muy buen humor, como si nada en el mundo fuese mal, contrario de Lily, que parecía cada vez fuera de control, esa noche por ejemplo, se había quedado tan callada, que por largos instantes habían olvidado que estaba presente, ni siquiera contestó los comentarios sarcásticos que Scorpius le dirigió, la pelirroja sacudió la cabeza, saliendo de su mundo interno, llamando la atención de su familia.
— ¿Todo bien, cariño? –Cuestionó Ginny.
Por un momento, para todos pareció que la antigua Lily había vuelto, estaba nerviosa, el rubio lo notó por como movía sus dedos y sus manos, como intentando encontrar las palabras.
—Ah… -titubeó.
El rubio observó con atención, la mirada de Lily fue hasta la persona sentada frente a ella, que era Ted, se dedicaron una mirada extraña, al menos para él, pero nadie más pareció notarla ¿era confusión o algo más?
—Tengo… algo… que, bueno, decirles.
Todos guardaron silencio, la joven tenía una cara de preocupación, se vio un poco pálida, más de la cuenta, y que todos tuvieran la mirada clavada en ella, no pareció ser de ayuda.
—Bueno –se aclaró la garganta, nerviosa.
Comenzó a jugar con las mangas de su suéter, se puso tan roja, que no supieron si era un sonrojo normal, o tenía temperatura, su respiración se agitó un poco.
—Y-Yo… estoy, bueno –hizo una pausa enorme, haciendo que todos se sintieran bastante incómodos y preocupados –embarazada –soltó una risita nerviosa al final de su informe.
Aquella noticia fue como una bomba en la familia Potter, la tensión se sintió incrementar hasta un grado insoportable, así que Ted y Scorpius se observaron entre ellos, y después a los otro cuatro Potter, que se habían quedado callados, el rubio aun recordaba que habían estado hablando de lo estúpida, imprudente que había sido Stela Martin, una ex compañera de colegio de Lily; por embarazarse exactamente a esa edad, habían sido bastante… rudos al respecto, y ahora, su hija menor, salía con una noticia tan imprudente.
El estupor se perdió un momento en James cuando su padre bajó la vista y se puso de pie, completamente enfurecido, quizás no lo suficiente como para golpearla, pero la furia brotaba por cada poro de su piel.
— ¿Puedes volver a repetirlo? –Bramó Harry Potter –tú ¿tú qué?
—Estoy embarazada, papá –repitió, con la voz temblándole completamente.
—Cariño –habló Ginny –tranquilo ¿sí?
—Ni siquiera tienes novio, Lily ¿quién fue? ¿Quién es el padre?
—Bueno, y-yo… la verdad es que…
El movimiento fue imperceptible para los demás, porque estaban observando la escena del enfadado patriarca Potter, pero Scorpius vio cuando su primo segundo se movió rápido, interponiéndose entre Harry y Lily Luna Potter, su suéter tejido de color dorado se vio más imponente que ridículo, cuando se puso delante de Lily.
—Yo soy el padre –soltó Ted.
Aquello sin duda sí fue un golpe para Scorpius ¿Ted? ¿Él embarazó a Lily? ¿En qué momento había sido eso? Abrió los ojos sorprendido ¿todo aquello había pasado en el viaje por la graduación de Lily? eso explicaba las noches que no había vuelto a la habitación.
—P-Pero ¿Teddy? –Vociferó incrédulo el patriarca Potter.
—En serio lo lamentamos –suspiró –creí tomar todas las precauciones necesarias, pero, al parecer no lo hice del todo bien, fue un error, sí, pero… lo hecho, hecho está.
—Pero…
El resto de personas presentes no dijo nada, James sujetó su mano, apretándolo un poco, no sabía si por el coraje, por la decepción que su amigo hiciera algo así, o por qué, pero al parecer, nadie tenía nada más que decir.
—No puedo creerlo –negó Harry –pero ¿en qué momento ustedes se involucraron?
—Recuerda que una mujer en el ministerio te lo dijo, cariño –habló Ginny –que los había visto en la oficina de Ted…
—Sí, pero… ellos jamás…
—Bueno, no sabíamos cómo lo ibas a tomar, padrino, así que decidimos… ser discretos.
—Bastante discretos, diría yo –murmuró James –con razón te negabas a salir con alguien, cada que te lo sugeríamos.
—Es verdad –murmuró Albus –y la vez que te pregunté si te gustaba alguien, Lily, dijiste que él era un poco mayor.
—Sí, yo no…
—Ya no hace falta mentir, cariño –soltó Ted, girándose hacia ella.
La voz de James había sonado de diferente manera, paro al parecer Scorpius fue el único que notó la forma en que sus ojos se oscurecieron en una clara sospecha, pero no iba a meterse en el asunto, lo conocía bien, para saber que era respetuoso con las relaciones ajenas.
—M—
James entró a la oficina de su padre, no estaba de muy buen humor desde que Lily había informado de su embarazo, no era feliz de saber que su hija se había embarazado a los dieciocho años, y menos de su ahijado, diez años mayor, eso a James no le importaba, pero aun recordaba las palabras del padre de Scorpius, así que… su padre estaba por ponerse de peor humor.
—Necesitamos hablar –comentó James.
—También estás desconcertado por lo de tu hermana ¿cierto? –Lo observó –dime que no soy el único, que no soy un mal padre por creer que arruinó su vida por embarazarse de Ted.
—No eres un mal padre, eres uno bueno y preocupado, yo también estoy preocupado.
El castaño dejó su informe en el escritorio de su padre, así que éste comenzó a leerlo de forma rápida, se llevó las manos a la cabeza, para no perder el control en ese momento.
—James ¿por qué no me lo dijiste antes?
—Lo lamento, papá –murmuró –aún puede ser una coincidencia, puede que en realidad estén enamorados, y no que Ted haya usado a Lily como una incubadora de magia oscura.
—Pero…
La puerta se abrió, Ginny pasó con una charola de Té, le sonrió a su hijo, sorprendida por verlo ahí, se suponía que debería estar trabajando.
—Quédate, cariño –pidió Harry –necesito informarte algo muy serio.
—Bien ¿vas a casarte con Scorpius? –Sonrió la mujer.
—No es sobre él, es sobre tu hija embarazada.
—Claro ¿qué con ella?
—Hay sospechas para creer, que Lily fue usada como incubadora de magia oscura.
—Pero…
—Hasta donde tengo entendido, a Edward nunca le interesó Lily ¿o sí?
—No –informó James –y Albus me dijo que a Lily siempre le ha gustado Alex, así que ¿por qué embarazarse de Ted?
—No entiendo, pero… entonces ¿por qué Lily cubriría a Ted?
—Ella no lo sabe, mamá –comentó James –aunque tengo un plan –comentó James –descubramos hasta donde son capaces de llegar con esto, ella no lo sabe, pero Scorpius dice que no está enamorada de Ted, así que… no creo que quiera casarse con él.
—Necesito que estés pendiente de ella, en todo momento, James –habló Harry –incluso, tendrás que involucrar a Scorpius, sin que él se dé cuenta, es amigo de Ted también.
—Pero Lily no lo soporta, además, papá, si Ted está involucrando magia negra, no quiero involucrar a Scorpius al respecto.
—Lo sé, pero tienes que tener ojos y oídos todo el tiempo con Ted.
—Encontraré la manera, pero… no lo voy a involucrar ¿de acuerdo?
—Bien.
—Tendremos que hablar con Andrómeda al respecto –informó Ginny.
—Bien –aceptó Harry.
—M—
Ted apareció en la casa Potter por la red flu, la joven pelirroja ya estaba despierta y completamente furiosa, no comprendía si era la normal o la provocada por las hormonas.
—Buenos días –saludó un poco animado.
—Ah, ya llegó –soltó Harry –he hablado con el ministro de magia.
—Claro –asintió –dime ¿para qué?
—Ginny y yo estuvimos charlando, creemos que es buena opción que se casen a final de mes –soltó encantado.
Ted observó a Lily, comprendiendo el enfado, pero ¿qué iba a pasar si se negaban? Se rascó la nuca, mientras soltaba una risa incómoda, sin duda se le estaba yendo de las manos.
—A menos que tengan una razón para negarse.
—Bueno, Harry, a pesar de la caza de muggles que hacen, estamos en la época moderna, va más una relación… abierta, ya sabes… la unión libre y eso.
—Para nada –negó –supongo que estaban muy enamorados cuando se fueron a la cama, que no pensaron en las consecuencias de no hacer las cosas bien ¿no?
—Sí, claro… -balbuceó Ted.
—Entonces, no discutamos más, Lily, ponte de acuerdo con tu madre, aún no se te nota el embarazo, quizás sea más pronto, compra un bonito vestido de novia…
—Dijiste…
—Ah, no creo que el ministro me diga que no ¿qué les parece la siguiente semana? -sonrió.
Ella observó a Ted, su mueca de frustración lo dijo todo, así que ella abrió la boca, desde la noche pasada, estaba muy convencida de que no quería meterlo en sus problemas.
—Me parece perfecto –sonrió Ted –tengo que avisarle a mi abuela, supongo.
—Claro, claro –asintió emocionado Harry, colocó su mano en el vientre de su hija y se alejó de ellos, dando órdenes.
Harry avanzó, estaba bastante seguro de que con eso, Ted desistiría y saldría la verdad, para nadie era un secreto la aberración que le tenía al compromiso, y que primero muerto que casado y con hijos, eso ayudaría a echar luz al caso.
—Bien, bien, todo está lanzado y en el aire –le informó a su esposa.
—Espero que esta idea funcione –murmuró Ginny.
—Lo hará, tiene qué –admitió.
—Vienen hacia acá –informó la pelirroja mayor.
Ted y Lily llegaron hasta ellos, pasó su brazo sobre los hombros de la joven y le sonrió a su padrino.
—Hemos pensado que no importa mucho, padrino –soltó Ted –ya sabes, simplemente llama al ministro, la familia será más que suficiente.
—No, eso no es… -Ted pellizcó la mejilla de Lily –oye –bramó enfadada.
—M—
Scorpius observó a su novio, estaba bastante apresurado con los preparativos de la boda de Ted y Lily, había algo que no le agradaba para nada, pero no iba a opinar, si nadie más veía aquello raro ¿quién era él para echar tierra al respecto?
—Las cosas van a complicarse un poco a partir de ahora –le informó James a Scorpius.
—Las cosas nunca han sido fáciles en la vida, y menos para nosotros –le sonrió, antes de besarlo.
—No puedo decirte nada, pero, prométeme que vas a tener mucho cuidado a partir de este momento, si ves algo raro o escuchas algo extraño, por favor, acude a mí, me moriría si algo te pasa.
—Todo va a está bien, te amo, James.
—Lo sé –admitió.
—Ahora, solo falta nuestra boda –sonrió.
— ¿En realidad quieres casarte conmigo? –Cuestionó sorprendido.
—Pero no lo propongas ahora, o pensaré que es presión social –le sonrió.
James sujetó la mano de su novio, y observó al frente, a su hermana, que tenía un aspecto ausente mientras el ministro de magia celebraba la boda.
Comenzaba el juego ¿cuánto les tomaría descubrir la verdad?
