Harry Potter pertenece a JK Rowling.
Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)
Harén de Harry.
HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.
SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.
43: Segunda Prueba.
Harry suspiró, para luego mirar a sus novias, quienes una por una, fueron despertando. ―Ojalá y... Aayla y Maris, también estuvieran aquí ―pensó, extrañando a la Twi'lek y a la Zabrak. ―Buenos días, chicas.
―Buenos días, Harry ―dijeron las cuatro, al unísono, mientras lo miraban con amor, y lo besaban, una por una, hasta que cayeron en cuenta, de que estaban desnudas, sus ojos se abrieron, mientras los recuerdos de la noche pasada volvían a ellas, haciéndolas lanzar un chillido de pena y cubrirse hasta el cuello.
―Locus Vestimenta ―exclamó una sonrojada Padma, mientras que las ropas, limpias de los cinco aparecían flotando en el aire y, como si fueran marionetas, manejadas por hilos invisibles, sus propias ropas los vistieron, pero al intentar levantarse, un dolor les asaltó, haciéndolas quejarse y volver a recostarse. ―Accio: Libro de Medimagia ―un libro de la recién formada biblioteca de la Sala de Menesteres, voló hasta las manos de Hermione, quien comenzó a consultarlo. ―Clean Sanitatem ―exclamó, apuntándose a sí misma, y luego a sus amigas, quienes suspiraron, al ya no sentir más dolor.
―Bien, ahora sí podemos ir al Gran Comedor, y ponernos a trabajar, en como Harry salvará a alguna de nosotras ―fueron las palabras de Hermione, todas asintieron, y el propio Harry ya tenía un libro de hechizos, rebuscando en él.
― ¡Aquí está! ―dijo Harry feliz, las chicas le miraron con una sonrisa, y él enseñó la página con el hechizo. ―Se llama: Flare Infernalis y...
― ¡NO VAS A SECAR EL LAGO! ―Le gruñeron todas, haciéndolo lanzar el libro por allí, sin mirar, mientras ellas sonreían, ante su actitud.
Su rostro se iluminó, y se concentró, primero buscó en las emociones positivas, en el lado Lumínico de la Fuerza, luego, al no alcanzar lo que buscaba, se volcó hacía el Oscuro de la Fuerza, todas lo miraban, mientras que unas pocas muestras, de los alimentos del desayuno, en el Gran Comedor, aparecían en la Sala, que volvía a cambiar y adecuándose, al deseo de Hermione, por poder comer algo.
― "Geminio" ―susurraron Hermione y Susan, con sus varitas en mano y apuntando a los alimentos, sin querer interrumpir a su amado.
Una esfera de fuego, como un sol del tamaño de una bola de tenis, apareció en sus manos. Él abrió los ojos y sonrió. ―Sí. Definitivamente: El amor y el odio, tienen ciertos matices similares.
― ¡¿QUE PARTE DE QUE NO SECARÁS EL LAGO, SIGUES SIN ENTENDER?! ―Gritaron todas, enfadas y obligándolo a deshacerse del sol en miniatura.
Harry les miró entre indignado y enfadado. ― ¿Entonces las señoritas pretenden, que me haga Dios y que divida el lago por la mitad, igual que Dios, para que Moisés y los Israelitas atravesara el Mar Rojo? ―les preguntó, con un muy claro toque de ironía y sarcasmo.
Hermione chasqueó los dedos, ante aquello. ―La biblia dice, en el Éxodo, que Dios hizo soplar un poderoso viento, que dividió las aguas.
―El Ventus no será suficientemente poderoso, Hermione ―dijo Susan, algo desanimada.
Harry no quería mojarse y nadar.
Pero tenía que sacar a una de ellas, del fondo del lago, y ante su deseo de perjudicar a todas las formas de vida del lago, Susan se unió a él, y fueron a la biblioteca, a sacar libros, de hechizos de la antigüedad, pero muy especialmente, hechizos elementales.
Luego, usando La Fuerza, hicieron que la señora Pince no los notara, e ingresaron en la Sección Prohibida, comenzando a buscar libros que fueran muy antiguos, y de alguno sacar la información que querían, a pesar de que ni siquiera sabían lo que verdaderamente buscaban, ¿una maldición de fuego?, ¿un encantamiento de viento?, ¿podían las runas, partir el agua en dos?, ¿quería Harry, encerrar todo cuanto contuviera el lago, en una botella, y empelar un hechizo de expansión indetectable?
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En la hora de Encantamientos, practicaron el Encantamiento Repulsor, el cual era (supuestamente), la contraparte del Encantamiento Convocador. El profesor Flitwick, entregó a cada uno de ellos, una pila de cojines y tenían que lograr meterlos en unas cajas, y suponiendo que erraran, los cojines no lastimarían a nadie, aun si eran disparados a una altísima velocidad.
Como era costumbre, Hermione fue la primera, en lograr usar el Depulso y que su cojín cayera en la caja.
Harry se relajó, dejó de pensar en los hechizos y encantamientos del lago, y empleó su concentración. ― ¡Depulso! ―el cojín voló, se concentró, se conectó con la magia, se esforzó, formó un caminó empleando la magia, el cojín recorrió ese camino, hasta la caja, haciéndolo sonreír feliz. ― ¿Puedo usar esto, a mi favor? ―volvió su cabeza, hacía atrás, mirando a Padma y Hermione, quienes entrenaban juntas. Luego miró a Daphne, quien estaba a su lado, la chica le enseñó una sonrisa.
El tiempo comenzó a correr más rápido, como si alguien hubiera hechizado los relojes, el sol y la luna, para que el tiempo volara.
Se acercaba el gran día, de la segunda etapa del Torneo.
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Al mismo tiempo, en las noches, en su etapa de sueño REM, Tulak Hord visitaba a Zoe Granger, llevándola lentamente hacia el Lado Oscuro, y convirtiendo su deseo de buena voluntad, de otorgarles a los Elfos Domésticos, una propina por sus trabajos, y hacerles entender que podían tener propiedades o pertenecías, eran buenos deseos y buenas razones por las cuales luchar.
Pero Hord lentamente, estaba envenenando sus deseos, haciéndola ver al Mundo Mágico, como uno barbárico y que no la merecía.
El Lord Sith, se encontraba complacido, no era tan difícil.
La chica era muy ingenua, y envidiosa, especialmente de su hermana y del chico Potter.
Por esto mismo, y para poder (literalmente) poseer su cuerpo y volver a la vida, necesitaba que la chica sucumbiera a la oscuridad, pero no era tan estúpido, como para enseñarle a la mocosa, sobre el lado oscuro de la Fuerza, sino que simplificaría las cosas, enseñándole solo una insignificante parte de la magia de la raza Sith.
Era algo, que los Jedi Oscuros, aprendieron de esa raza, para luego robar su nombre y usarlo ellos.
Se lamentó de que el camino, hacía la conquista de ambas galaxias, fuera por un camino tan lento, como para tener que enseñarle a esa chica. Pero no tenía muchas opciones, lamentablemente, y no iba a abandonarla, no. Esa chica era especialmente tonta, tenía tantos vacíos emocionales, un hambre enfermiza de aprender y un deseo tan grande (como estúpido), que fue extremadamente fácil, para su alma corrupta, crear una conexión con el alma de ella, y poder interactuar con ella.
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Luego de un martirio, de muchos dolores de cabeza, a causa de cientos de conocimientos tomados, de muchos libros y de ambos lados de la biblioteca, incluso utilizó un circulo rúnico y se desdobló, su alma viajó lejos de la galaxia, hasta algunos planetas que tenían templos Jedi, templos Sith y templos Je'daii.
Al final, tras reunir muchos conocimientos, los fusionó todos y se sintió abrumado, por tantas cosas que tenía. Y, aunque sabía que algo como eso, podría hacerlo caer en el lado oscuro, tuvo que meditar casi todo el tiempo que le restó, para organizar sus conocimientos, sus emociones y sensaciones.
Al final, les contó a las chicas lo que haría, y serían Daphne y Hermione, quienes le ayudaron a Harry, a crear una poción alquímica, para tomar características de diversas criaturas acuáticas.
Aunque, entre más avanzaban los días, más cambios Harry se proponía a hacer, en los esquemas de la transformación y qué características, quería adoptar, en aquella forma, que tomaría. Gran parte de esto, era gracias a la Alquimia Sith, implementada en su cuerpo.
Sabía que tenía que ser extremadamente cuidadoso, no podía fracasar, o podría acabar mutando permanentemente, y ese no era su deseo en la actualidad.
Fue increíble, como consiguieron su objetivo.
Lograron crear la poción, tal y como la querían.
Quizás fueron las largas horas de estrés, debido a la inminente llegada de la prueba, o quizás fue por todos los conocimientos adquiridos, de todos aquellos libros que casi parecían olvidados, incluso por una mujer tan amante de los libros, como Irma Prince. Harry estaba seguro, de que la propia Yocasta Nun, desconocería muchos libros, de la biblioteca Jedi.
Pero, en sus pesadillas, vio como lograba la transformación, como rescataba a Susan, para luego ambos, ser atacados por Grindilows, selkies y un raro grupo de criaturas con cabezas de tigre y cuerpos de carpa.
Luego, se veía en un cementerio, combatiendo a los Mortífagos, matándolos a casi todos, y logrando herir de gravedad a Voldemort, de forma permanente.
Despertó, recordando perfectamente los hechizos usados por los Mortífagos, y creía conocer como solventar, detener y contraatacar, contra cada hechizo, que le pretendieran arrojar.
Los días pasaron, la poción estuvo lista y sus efectos eran los esperados, no parecían haber contratiempos en la poción y duraba una hora.
Finalmente, llegó el gran día de la prueba.
Se vistió, encantó su ropa y su cuerpo en general, para no mojarse, tenía en una botellita, la poción y al mirar hacía sus amigas, efectivamente, quien fue enviada al fondo del lago, fue Daphne.
Hermione le guiñó el ojo, Padma le envió un beso volado, pero se sonrojó; ante el gesto erótico que hizo Susan.
― ¡Todos los campeones están listos, tienen una hora para descender y recuperar, lo que se les ha quitado! ―dijo Bagman. El silbato sonó, el aire estaba frio. ― ¡Uno, dos, tres...!
Harry nadó y se sintió vivo, gracias a la poción que estuvo en perfectas condiciones y funcionaba a la perfección, pudiendo nadar hasta donde estaban las víctimas, solo teniendo que transformar su varita, en una espada, para hacerles frente a las sirenas o usando la varita y el Expelliarmus, para quitarles las armas de las manos, y poder nadar, hasta una loza, donde estaban dormidos los prisioneros.
Daphne (su novia), Gabrielle (la hermana de Fleur), Elizabeth (la amiga de Viktor) y Cho (la novia de Cedric).
Harry usó el encantamiento Casco-Burbuja en Daphne, transformó su cadena, en algas inofensivas, que se fueron alejando y usó el Rennervate.
― ¡Cariño, me salvaste! ―dijo Daphne sonriéndole, una vez que estuvo consciente, para luego abrazarlo. ― ¡Genial, mi novio es un tritón! ―bromeó, ambos rieron y comenzaron a nadar hacía la superficie, pero vieron dos problemas: Los Grindylows y las sirenas atacaron a Fleur, y Cedric cabalgaba un Kelpie.
Harry transfiguró algas y otros objetos, en cuchillas, que atacaron a las sirenas y Grindylows.
Daphne transformó una de las cuchillas, en una brida que le colocó al Kelpie.
La pareja se miró, y volvieron a la superficie.
A ambos les colocaron mantas, como si fueran camisas de fuerza y luego, pociones tan calientes, que les salió humo por las orejas.
Poco a poco, fueron llegando los otros campeones, con sus respectivos rescatados.
Harry obtuvo el puntaje más alto. Por debajo suyo estaba Cedric, luego Viktor y al final Fleur.
Harry, no dejó de pensar en la visión que tuvo, y estaba decidido a entrenarse al máximo, para poder sobrevivir al combate, contra Voldemort y sus Mortífagos, en aquel cementerio.
Fuera cuando fuera, necesitaba permanecer atento. Y quizás, darle una lección a ese patético despropósito de Mago Oscuro, sobre lo que significaba realmente, el Lado Oscuro.
