Advertencia sexo explícito
Ben se quedó mirando fijamente a dónde un par segundos antes había estado el fantasma de Darth Revan y aúnque seguía sin poder creerlo tomó su sable láser y lo observó.
- ¿En verdad estás sufriendo así como yo lo hacía?
Él mismo respondió la pregunta recordando el día que había sangrado el cristal, hacía años de eso pero lo recordaba como si hubiera sido el día anterior.
Cuántos errores había cometido por ir en pos de una ilusión. Estaba por activar su sable cuando sintió la presencia de Rey cerca y esperó.
En otra parte de la nave, el ex General Pryde, pasaba el tiempo sentado en su camastro, leyendo en un datapad, por lo menos eso no se lo habían negado y aunque no había podido comunicarse con nadie tenía la esperanza de que su encierro terminara pronto, confiaba en que los adeptos del emperador acabaran con Kylo Ren y se hicieran con el control de la primera orden.
Tan sumido estaba en sus pensamientos que no le prestaba atención a nada hasta que un destello lo distrajo.
Levantó la vista y sintió sorpresa y temor por partes iguales pero al ver el sable de color rojo sonrió pensando que su libertad estaba cerca.
- ¡Mi Lord! - se inclino ante el ser frente a él pero algo más llamó su atención, otro sable, de color morado, quiso retroceder pero una fuerza invisible lo detuvo.
Algo invadió su cabeza y muchos recuerdos borrados u olvidados acudieron a su mente.
- ¡El emperador tendra su victoria! - exclamó feliz.
- El emperador no es más, el final se acerca.
- Yo...pensé que usted estaba aquí para el ritual.
- No, mi misión aquí es otra. No habrá otro Nathema.
- ¡Pero mi Lord! ¡Para eso lo trajimos de vuelta y...!
Pryde se interrumpió a mitad de la oración y se quedó estático al pasar los su mente imagenes de un antiguo ritual.
Muerte, destrucción, caos, un ritual dónde nadie sobrevivió, la realidad del lado oscuro de la fuerza, demasiado para la mente de un débil humano.
Después de eso no supo más y el visitante se desvaneció.
Rey estaba desesperada por llegar con Ben pero Anakin parecía ser un muro infranqueable.
- ¡Maestro déjeme pasar!
- Ya te dije que él está bien.
- ¿Que está pasando? ¿Con quién está?
- Ya lo sabrás, ahora quédate tranquila.
- ¡Pero...! - la protesta murió en sus labios cuando sintió que la extraña presencia que estaba junto a Ben desaparecía, solo entonces Anakin la dejó pasar.
Corrió de nuevo por el pasillo hasta que al doblar en una esquina se encontró con su esposo observando fijamente su sable láser.
- ¡Ben!
Sin esperar se lanzó a abrazarlo para después tomarlo del rostro.
- ¿Que pasa? - preguntó él sonriendo.
- ¿Estás bien? ¿No te pasó nada?
- Tranquila, estoy bien.
- ¿Con quién estabas?
- ¿Lo sentiste?
- ¡Si! ¿Quien era?
- Un fantasma de la fuerza.
- ¿Qué? Ben, los fantasmas de la fuerza no tienen esa presencia.
- Este sí.
- ¿En verdad estás bien? - volvió a preguntar Rey al ver la tranquilidad de Ben.
- Si, no te preocupes.
Rey sentía mucha curiosidad por saber quien era el misterioso fantasma pero decidio esperar para preguntar de nuevo pues Ben parecía inmerso en sus pensamientos.
Estaba por tomarla de la mano cuando llegaron las doncellas y Trudy agotadas por la carrera y lanzandole a Rey miradas de reproche.
- ¡Mi Lady! - Tara se sujetó de Isa que también estaba agitada - ¡No...puede andar...corriendo así!
- ¿Venías corriendo Rey? - Ben vio a Rey sonrojarse y desviar la vista.
- No corrí tanto, no sean exageradas.
- Ven conmigo, es obvio que no puedo perderte de vista mucho tiempo y tú - miró a Trudy que se agarraba el costado con expresión de dolor - ve a descansar.
- Vamos señorita - Isa la tomó del brazo - nosotras la acompañamos a su habitación.
- Quiero hablar con ustedes más tarde - las doncellas asíntieron a la petición de Ben y se fueron con Trudy que suspiró aliviada, al menos por el momento Rey no cometeria alguna locura.
Ben caminó con Rey hasta llegar a una sala que se encontraba vacía y al entrar la soltó y se le quedó mirando con los brazos cruzados.
- ¿Y bien? - Ben levantó una ceja esperando la respuesta.
- ¿Qué? - la petulancia de esposa lo hizo sonreír.
- ¿Por qué corrías?
- Yo no...
- ¿Rey?
- ¡Oh está bien! Sentí esa presencia extraña y no lo pensé, solo quería llegar contigo.
- Mi cielo te entiendo, pero no puedes ir corriendo por toda la nave como si nada, estás embarazada.
- Lo sé.
- Mi amor por favor, trata de ser menos impulsiva, no te estoy pidiendo que cambies por qué te amo así como eres, pero mientras lleves dentro de ti a nuestro hijo cuídate un poco más. ¿Si?
- Si, líder supremo.
- ¿Se ha movido de nuevo? - se acercó a ella para ponerle las manos en la barriga.
- No, pero tal vez lo haga pronto.
- Ya quiero sentirlo otra vez.
- Yo también.
Rey abrazó a Ben y estuvieron un momento así hasta que llegó un soldado a buscarlo.
- Señor, hay un problema.
- ¿Que pasa?
- El General Pryde señor, está actuando muy extraño.
- Vamos.
Ben llevó a Rey con él hasta las celdas donde tenían a los prisioneros pero antes de llegar se encontraron de nuevo con Anakin.
- ¡Abuelo por favor! ¡Otra vez no!
Ben se sorprendió al escuchar a su esposa decirle abuelo a...su abuelo y lo miro interrogante.
- Es la segunda vez que lo hace hoy.
- ¿Que pasa abuelo, por qué estás aquí?
- Quiero preguntarle algo a Rey.
- ¿Qué? - la curiosidad pudo con ella y se acercó a Anakin.
- Ven conmigo mientras Ben arregla sus asuntos.
- Vamos, pero ni crea que no me doy cuenta de que es lo que está haciendo.
Ben observó como se alejaban su esposa y su abuelo y caminó hasta llegar a la celda dónde se encontró a Pryde en un estado lamentable.
- ¿Que fue lo que le pasó?
- No sabemos señor, empezó a actuar raro hace menos de una hora.
Ben se acercó a la puerta de la celda del ex General y casi sonrie al escuchar sus balbuceos, al parecer Darth Revan no solo lo había visitado a él, se había dado el tiempo también de hacer un tour por la nave.
- ¿Vieron algo extraño?
- No, nada.
- Llamen al doctor para que le dé un tranquilizante y vigilenlo.
- Si señor.
- ¿Y las doncellas que estaban detenidas?
- Están dos celdas más allá.
- Está bien, gracias
- Señor.
Ben volvió sobre sus pasos y fue de nuevo en busca de sus esposa, al parecer era uno de eso días dónde siempre había algo que hacer antes de llegar con ella, no le preocupaba pues estaba seguro que con su abuelo estaba bien, lo que le daba curiosidad era por qué Revan había visitado a Pryde, pero ya le preguntaría después.
- ¿Y bien?
- ¿Y bien qué?
- ¿Que estoy haciendo según tú? - le preguntó Anakin a Rey mientras volvían a la sala donde había estado un momento antes con Ben.
- Está evitando que me acerque a ciertos lugares o personas.
- Trato de protegerte niña, eso no es un delito.
- Lo sé y se lo agradezco pero se defenderme.
Anakin guardo silencio hasta que llegaron a la sala y Rey se enfrentó a él.
- ¿Y? ¿Que es lo que me quiere preguntar?
- ¿Recuerdas a tus padres?
Rey en verdad se sorprendió, esperaba cualquier cosa menos eso y fue a sentarse si saber que responder.
- Yo...no, en ocasiones tengo destellos de algo pero es muy vago.
- ¿Puedo buscar en tus recuerdos?
Rey estuvo de acuerdo y se quedó quieta mientras Anakin hacía lo mismo que había hecho Ben tiempo atrás, acercó su mano a su rostro, pensó que sería algo invasivo pero apenas y sintio un leve cosquilleo. Cuando él encontró lo que quería se alejó de ella y se quedó en silencio.
- ¿Abuelo que vió?
- Después te digo, ¿Has estado meditando?
- Si, no me dejan hacer otra clase de entrenamiento.
- ¿Y tú vínculo con Ben?
- Ya lo domino un poco más.
- Trabaja más en eso, va a necesitar de tí.
- Me preocupa.
- ¿Por qué?
- Mañana nos vamos a separar, él se va a ir en un destructor y yo me voy a quedar aquí. Además aún no se a quien pertenece esa firma en la fuerza que sentí.
- No es un enemigo si es lo que estás pensando.
- ¿Por qué no me quieren decir nada?
- Ben te lo dirá cuándo él lo considere necesario.
- ¡Pero...!
- ¿De que tienes miedo Rey?
- ¡De perderlo, de no volver a verlo, de quedarme sola de nuevo!
- Eso no va a pasar, confia en él.
- Lo hago, pero no puedo evitar sentir temor.
- Te entiendo Rey, créeme, por eso te digo que confies en él y en el amor que se tienen.
Rey no pudo evitar que las lágrimas escaparan de sus ojos y Anakin se acercó a abrazarla, la estaba consolando cuando Ben llegó y se asustó al ver a Rey llorar a lágrima viva.
- ¿Abuelo que pasó?
- ¡Oh, nada! No te preocupes, las mujeres embarazadas son muy sencibles y lloran por todo. Los veo después.
Y huyó dejando a Ben a merced de las lágrimas de Rey.
Se acercó a abrazarla y se quedó así con ella hasta que los sollozos se convirtieron en suspiros.
- ¿Que pasó mi amor?
- Nada, es verdad lo que dijo tu abuelo, estoy muy sencible.
- No te creo.
Rey sonrio y se secó las últimas lágrimas que corrían por sus mejillas y se acercó a darle un beso a Ben que la tomó de los hombros y la llevó así al ascensor.
- Vamos para que cenes y descanses.
- ¿Cenar?
- Mi cielo ya es la hora de la cena.
- No me había dado cuenta - cuando entraron al ascensor que los llevaría a su nivel de recostó sobre él.
- ¿Estás cansada?
- Si, se me fueron las horas muy rápido.
- Hoy fue un día muy movido - la abrazó por la espalda y le puso la barbilla en un hombro.
- Y extraño.
¿Recuerdas la primera vez que estuvimos solos en un ascensor?
- Si, fue el día que fui a buscarte e inició todo esto, parece que fue hace mucho tiempo.
- Si, así lo parece.
- ¿Sabes algo de Leia?
- No, ven vamos a tratar de comunicarnos con ella, a ver cómo les van las cosas.
- ¿Ben? ¿Me vas a decir quien era...?
- Si, no seas curiosa, solo dame algo de tiempo.
En algún punto del espacio Leia y los miembros de la resistencia también hacían sus planes, Ben ya le había dicho lo que quería que hicieran y tenían que coordinar todo muy bien para que no hubieran fallos.
Después de un par de horas de planear algunos movimientos Leia se tomó un descanso y Maz al verla pensativa se acercó a ella.
- ¿Que pasa princesa? Estás muy melancólica.
- Pensaba en mis muertos Maz.
- ¿Por alguna razón en particular?
- Muchos de ellos lucharon por la paz y ya no están aquí para ver qué al fin está por llegar ese momento.
- Es verdad - Maz observó a las personas que iban y venían, se sentó al lado de Leia - esta guerra sin sentido se llevó muchas vidas.
- Si, tantas vidas perdidas solo por el hambre de poder de un hombre.
- Ya no pienses en eso, hay otras cosas en que ocupar el tiempo.
- Si, quiero empezar a preparar las cosas para la llegada de mi nieto.
- ¿Te hace ilusión verdad?
- Llegué a pensar que jamás vería a mi descendencia Maz, con lo perdido que estaba Ben lo veía como algo imposible.
- Pues ya vez que no es así, el próximo Solo viene en camino.
- Si, debo preguntar si ya eligieron el nombre.
- Espero que sea un buen nombre princesa, ahora vamos tienes que cenar algo y descansar, hay que renovar esas energías para cuando lleguemos a Coruscant.
- Me pregunto ¿Que nos espera al llegar allá? Hace unas horas sentí una perturbación en la fuerza.
- ¡Princesa no me asustes!
- No te preocupes, no es algo malo, pero si tiene que ver con Ben.
- ¿Cómo lo sabes?
- Él y yo siempre hemos tenido una conexión especial, por eso se que no es nada para preocuparse.
- Bien, entonces usted se va a ir a descansar.
Leia fue con Maz a dónde estaba su habitación y después de cenar y tomar un té se preparó para descansar unas horas, había acordado con Ben que ellos se adelantarian a llegar a Coruscant sin detenerse en Corellia para ganar un poco de tiempo y también para ver qué era lo que les esperaba al llegar al planeta.
Cuando Maz volvió unos minutos después la encontró dormida y decidió ir a descansar ella también, pensando que los caminos de la fuerza eran bastante extraños e ironicos.
- Me alegra que hayas encontrado a esa niña en mi planeta Ben Solo - murmuró Maz antes de entregarse al sueño ella también.
Después de cenar Ben y Rey le enviaron un mensaje a Leia, habían acordado reunirse antes de llegar a Coruscant para acordar los últimos detalles.
Rey dejo a Ben dando algunas órdenes y fue a darse un baño, él entró a la ducha cuando ella iba saliendo.
- ¿No me esperas?
- Ni lo sueñes Ben Solo, te conozco.
Escapó casi corriendo y solo escuchó detrás suyo la risa, estaba secándose el cabello cuado él salió tambien de la ducha.
Al verlo se sonrojó pues estaba completamente desnudo y exitado y por la mirada que le dió ya se estaba imaginando las intenciones que tenía en ese momento.
- Ben...
Se interrumpió cuando la tomó en brazos y fue hacía la cama.
- ¿Que mi cielo?
- ¿Qué es lo que pretendes?
- Dormir.
- Si claro, conozco esa mirada líder supremo.
- ¿Ah sí?
- Si, es la que tienes cuando...
- ¿Cuando quiero hacer el amor con mi esposa?
La dejó en la cama y sin esperar más le quitó el camisón que usaba en ocasiones para dormir para poder sentir su piel, reclamó sus labios en un beso abrazador mientras su mano iba bajando por sus pechos y más al sur.
Después de un momento se separó un poco para mirarla a los ojos.
- Te amo tanto Rey, más que a mí vida.
- Y yo a ti Ben - Rey le retiró los mechones de cabello del rostro.
- Nunca voy a dejar de agradecer que tomaras mi mano.
- Era el único camino para mí, no había otro, desde que decidí ir a buscarte lo sabía, tú eras mi destino.
- Y tú el mío mi amor.
Un nuevo beso los arrasó a ambos, era apasionado, pero también lleno de amor, de entrega, la mano de Ben llegó a su destino entre las piernas de su esposa, con suavidad la acarició y abrió como si de los pétalos de una flor se tratara, cuando la cálida humedad empapó sus dedos se recostó y la subió sobre él.
- ¡Ben!
- Tómame Rey, soy tuyo.
Con su mano él la guió sobre su miembro hasta que estuvo por completo dentro de ella y el gemido que le regaló lo encendió aún más.
Rey no espero para empezar a moverse sobre él, le puso las manos en el pecho para sostenerse e hizo lo que ya le había enseñado la vez anterior, Ben le tomó los pechos con ambas manos para acariciarlos, estaban un poco más grandes y los pezones tenían un color más oscuro, no aguantó el deseo de probarlos y la sostuvo de la espalda con una mano mientras con la otra se apoyaba en la cama para levantarse un poco y tomar uno con su boca.
Rey no pudo reprimir el placer que la caricia le provocó y gritó enterandole las uñas en los hombros.
- ¡Ben!
- ¿Que mi amor?
Sintió los espasmos internos del orgasmo de Rey apretando su miembro y se sentó por completo para sostenerla mientras ella lo envolvía con sus piernas.
Ben le retiró el cabello húmedo de la frente y la besó.
- Me encanta que me tú me hagas el amor Rey pero no puedo estar sin besarte, sin abrazarte.
Se miraron por un momento, Rey lo tomó del rostro y lo besó mientras seguía moviendo sus caderas con la ayuda de su esposo que mordía sus labios y su cuello.
- Te amo Rey, te amo, te amo, te amo.
- Y yo a ti Ben
- Tu y nuestro hijo son mi fuerza, mi razón de ser.
Siguieron moviéndose al unisono, haciéndose el amor mutuamente, dándose todo uno al otro hasta que el placer los alcanzó ambos y se dejaron ir gimiendo, tocando el cielo juntos, unidos, siendo uno solo.
Cuando la tormenta pasó Ben se movió para dejar a Rey sobre la cama y para darle un beso en la barriga antes de taparlos a ambos con las mantas.
- Descansa mi cielo y recuerda que te amo.
- Gracias mi amor - Rey recostó su cabeza en el hombro de Ben y se entregó al sueño mientras Ben se quedaba pensando en las palabras que le había dicho el fantasma de Darth Revan.
Ahora lo entendía, Rey y su hijo eran su fuerza.
Mustafar.
- Se que estás aquí.
Anakin aguardo hasta que el fantasma se hizo presente frente a él.
- ¿Por qué me llamaste?
- Pensé que eras el más indicado para ayudar a Ben. Darth Revan.
- No soy el más indicado para tener un Padawan.
- Ben no es cualquier Padawan.
- Lo se, el que sea parte de la Diada lo hace más difícil.
- Por eso te necesita a ti.
- Estaba igual de perdido que yo ¿Verdad?
- Admito mi parte de culpa en éso - dijo Anakin con pesar - pero también hubo otras causas.
- Lo se, pero ya empezó a aceptar su naturaleza, lo que es.
- Un Jedi gris.
- Si, uno muy poderoso.
- ¿Y Rey?
- Ella es... su fuerza.
- Si, desde el día que nació, ella fue parte de él.
- Una Diada, si lo sabías ¿Por qué no hiciste nada para evitar todo lo que pasó?
- No podía, él tenía que darse cuenta por si solo que estaba equivocado - respondió Anakin - Y también tenía que encontrarse con Rey cuando fuera el momento correcto.
- Tardó mucho.
- Digamos que el muchacho fué un poco torpe en eso de conquistar a la chica.
- Pues no lo hizo tan mal si está casado con ella.
- Bueno, hubo un secuestro, una persecución por la galaxia y por último fue ella quien fue a buscarlo.
- ¡Vaya! Una mujer decidida.
- Más bien cabezota.
- Bueno, el último paso para que tú nieto se convierta en lo que siempre debió ser es su sable láser.
- ¿Lo vas a ayudar?
- Si, pero necesito que estés ahí también.
- ¿Por qué?
- Ya lo verás, debo irme.
- Revan espera...
- Por cierto, tus amigos están despertando.
Anakin volteó y sonrió.
- Bienvenidos...
