Advertencia sexo explícito
Después de saludar a casi todos los presentes en la fiesta, Rey se sentía abrumada y cansada, con disimulo se recostó en Ben y este al sentirlo la llevó de la mano hasta un cómodo sofá para que se sentara.
- ¿Por qué no me dijiste que estás cansada?
- No quería ser descortés.
- La verdad es que la mayoría de los que están aquí no merecen nada de cortesía.
- ¡Ben!
-¿Qué? Es la verdad, solo se acercan a ti para tratar de ganarse tu simpatía, pero por inteseres personales.
- Si, me di cuenta que muchos de ellos no son sinceros.
- Así es esto de la política.
- Pero tu madre parce que es experta - Rey hizo una seña hacía dónde estaba Leia.
- La verdad es que está en su elemento.
Leia a lo lejos charlaba con el anciano Senador y se les habían unido también los Senadores de Cantonica, Corellia, Naboo y el senador del planeta del borde exterior.
Después de unos minutos la mayoría se retiraron y solo quedaron Leia y la Senadora de Corellia.
- Creo que debo felicitarte General.
- ¿Por qué? - el gesto de extrañeza de Leia hizo sonreír a la Senadora.
- Al parecer soy la única que se dió cuenta que tu nuera está en la dulce espera.
- ¡Oh! Es verdad - sonrió Leia feliz - muy pronto voy a ser abuela.
- ¿Quien es ella? Debe ser muy especial si conquistó a tu hijo, parecen almas gemelas.
- Son almas gemelas, y si, ella es muy especial - respondió Leia sonriendo ante lo acertado del comentario, sin revelar nada del origen de Rey.
La recepción se alargó por otro par de horas en las que Ben ya estaba desesperado por llevarse a Rey de ahí, algunas de las esposas de los Senadores se acercaban a ella tratando de sacar información, afortunadamente Rey evitó las preguntas con bastante gracia.
- Vámonos de aquí mi cielo - dijo Ben cuando se hartó de tanta hipocresía y tomó a su esposa de la mano.
- ¡Por favor! - respondió Rey en voz baja, cuando los vieron ir a la puerta Ap'lek, Isa y Tara se acercaron a ella, Ben se despidió de Leia y de los Senadores que estaban cerca, acordó reunirse con ellos al día siguiente y se fue con Rey de la mano.
Sentía la mirada de muchos en la espalda pero poco le importaba, su esposa estaba antes que todo lo demás.
Al llegar a la nave Lanzadera le dijo que subiera y él se quedó a hacerle un par de preguntas a Vicrul y a darle instrucciones.
- ¿Quien está con la dama?
- Dameron y Trudy señor.
- Bien, no la descuiden ni un momento pero que alguien más se haga cargo de eso, Trudy necesita descansar.
- Cardo está cerca, se lo diré de inmediato.
- Estén atentos a cualquier cosa.
- Si señor.
- ¿Dónde dejaron al personal de vigilancia?.
- Encerrados en una habitación.
- Eso es un problema.
- Podemos sustituirlos un par de días, para no levantar sospechas.
- Hazlo, y mantenme informado.
Vicrul asíntio y se se comunicó con Hux.
- ¿Que pasa Ren? - preguntó el pelirrojo al reconocer la voz.
- Necesito a Phasma para que vigile a la Reina de Naboo.
- En un momento la envío contigo.
- Gracias Hux.
El Caballero se comunicó con Cardo también para ponerlo al tanto de los nuevos planes y fue a buscar a Finn para llevarlo con él, pondría a miembros de la resistencia y a un par de la primera orden en el puesto de vigilancia, y después llevaría a los que estaban inconscientes a uno de los cruceros.
Casi una hora después estaba todo listo y para evitar problemas con Trudy, Vicrul hablo primero con Poe que estuvo de acuerdo en que alguien más vigilara a la Reina y él se llevó a la chica a una de las habitaciones del Halcón Milenario para que descansara.
Caminaron juntos por entre todas las naves hasta que llegaron al Halcón
- Descansa - Poe le dio un beso a Trudy y se dió la vuelta para salir de la pequeña habitación pero ella lo detuvo.
- Espera.
- ¿Que pasa?
- Quédate un momento conmigo.
- Está bien, pero solo un momento, tienes que descansar.
Le ayudó a quitarse la capa y el cinto con las armas, también los zapatos y las muñequeras que traía puestas, ya más cómoda Trudy se recostó en la litera y Poe se quedó junto a ella.
- Descansa, yo me quedó contigo.
- ¿Hasta que me duerma?
- Ven - Poe se acomodó y lo mejor que pudo en el pequeño espacio y Trudy se acercó a él para recostarse en su pecho.
- Gracias por estar aquí Poe.
- No Trudy, gracias a ti por aceptarme - la tomó del rostro y le dió un beso cargado de promesas, después ella se fue quedando dormida y él veló su sueño hasta que también cerró los ojos y se durmió, así fue como los encontró Finn que muy discreto volvió por dónde había llegado y le dió a Leia la noticia.
- ¿Lo encontraste?
- Si General, pero...
- ¿Que Finn?
- Está dormido.
- ¿Y? Eso nunca te ha importado, siempre lo despiertas.
- Está con Trudy.
- ¡Oh! Bueno, entonces tendrás que hacerte cargo tú de la vigilancia.
- Si General.
Finn se fue y Leia se retiró también a su habitación acompañada de Maz que se había quedado esperando, pues esas reuniones de política no le agradaban.
- ¿Y que tal fue la fiesta?
- Rey estaba hermosa Maz, parecía una auténtica princesa.
- La vi cuando salió con Ben, los dos parecen de la realeza.
- Bueno la verdad es que son de la realeza - Leia sonrió al decirlo.
- ¿Y tú princesa? ¿Cómo te sentiste ahí?
- No lo se, hacía muchos años que no estaba aquí, hay recuerdos que todavía duelen.
- Bueno, ya lo superarás, además ahora son ellos los que llevan las de perder, están en una encrucijada y tendrán que ser muy listos si quieren salir librados de la furia de tu hijo.
- Espero que Rey lo siga manteniendo en calma ¿Me pregunto cómo lo hace?
- ¿Que cosa? - preguntó Maz mientras ayudaba a Leia a peinar su cabello.
- Rey, ¿Me pregunto cómo hace para mantener a Ben tan tranquilo?
- ¿Quieres que te lo diga? - preguntó la pequeña mujer con la ceja arqueada.
- ¡Maz! - exclamó Leia cuando entendió lo que esta le quería decir.
- Bueno princesa por algo es que vas a ser abuela tan pronto.
Leia negó con la cabeza y Maz empezó a reír comentando algo acerca de lo impetuso de la juventud.
Al llegar al Fulminatrix Rey le pidió a Tara que le llevarán algo para cenar pues en la recepción no había comido nada y se moría de hambre.
- ¿Por qué no quisiste comer nada mi cielo? - preguntó Ben curioso.
- Ap'lek me recomendó que no lo hiciera y la verdad es que después de ver lo hipócritas que son algunos de los que estaban ahí preferí hacerle caso.
Ben vio al caballero que iba delante de ellos y le dió las gracias.
- No tiene que darlas maestro, no quiero que le pase algo al pequeñín.
- De todos modos gracias, y también por estar siempre pendiente de mi esposa.
- Lo hago con mucho gusto.
- Anda ve a descansar, mañana será un día bastante movidito.
- Si maestro, mi Lady - Ap'lek se despidió y Ben siguió caminando con Rey hasta llegar a sus aposentos.
Después de que Tara le llevó la cena Rey le pidió que le deshiciera el peinado y la mandó a descansar también junto con Isa, cuando se quedaron solos Ben se acercó a ella y la abrazó.
- ¿Estás muy cansada? - preguntó pasandole las manos por la espalda.
- Creo que fue el ambiente lo que me hizo sentir cansancio.
- Te entiendo mi amor.
- Gracias Ben.
Rey lo tomó del cuello y lo atrajo hacia ella para besarlo, gesto que él correspondió gustoso, enredaron sus lenguas en una danza erótica y mordieron sus labios mientras sus respiraciones se aceleraban, solo se separaron cuando les faltó el aire.
- ¿Por qué me das las gracias? - Ben juntó su frente con la de ella y la miró a los ojos.
- Por amarme, por estar conmigo, por dejar claro mi lugar en tu vida.
- Tú...eres mi todo.
Ben tomó el rostro de Rey en sus manos, la besó con ternura y caminó empujándola suavemente hasta la cama mientras la desnudaba.
- ¿Ben?
- ¿Que pasa mi amor?
Se le olvidó lo que iba a decir al sentir los labios de su esposo en el cuello, cuando la liberó de la gargantilla que sostenía la seda del vestido. Al quedar sus senos desnudos, se los cubrió pero él le tomó las manos.
- No lo hagas, me gusta verte.
- Pero...
- Rey te amo, amo tu cuerpo, llevas dentro de tí a mi hijo y todos estos cambios te hacen ver más hermosa ante mis ojos.
- ¿Si?
- ¡Claro que sí! - respondió Ben sonriendo.
Y para demostrárselo cuando terminó de desnudarla la recostó en la cama y se desnudó él antes de reunirse con ella y darse un festín con su cuerpo, la besó de manera apasionada mientras la recorría toda con las manos, después bajó dejando besos por su cuello hasta llegar a los pechos los cuales acarició y besó para después tomar los pezones entre sus labios y succionarlos.
Bebió de ellos como un hombre sediento, por momentos volvía a sus labios para besarla con arrebato,con pasión.
- ¡Ben! - Rey gemia desesperada, enredaba sus dedos en el cabello de su esposo mientras este volvía a sus pechos.
- ¿Que mi cielo? - él liberó el pezón que tenía en su boca para responderle.
- Házme el amor.
Se acostó y la puso sobre él guiandola sobre su miembro hasta que estuvo dentro de ella. Mientras empezaba a moverse lentamente, le acarició el rostro, las mejillas, los labios, Rey le atrapó el dedo, lo mordió con suavidad y lo envolvió con su lengua, lo que hizo que Ben soltara un gemido y arquera las caderas sujetándola con fuerza contra él con la otra mano.
- ¡Rey! - jadeó mirandola a los ojos y cuando ella liberó su dedo, lo llevó hasta donde estaban unidos y la tocó provocándole un orgasmo explosivo que la hizo gritar su nombre, fue tanto el placer que estaba sintiendo que se dejó caer sobre él y sin pensar le mordió el hombro.
Ben cerró los ojos gruñendo por el placer que le provocaban las contracciones internas de Rey al apretar su miembro, como pudo aguantó sin llegar al orgasmo él también y después cuando se quedó quieta en sus brazos la recostó saliendo con suavidad de ella.
- ¡No Ben! - Rey trató de detenerlo pero él la besó y le puso de nuevo el dedo en los labios.
- Ssshhh, espera mi amor.
- ¿Que...?
Gimió cuando él la puso de lado sobre uno de sus brazos y le empezó a besar el cuello y el hombro, se movió un poco para darle mejor acceso y estremeció con las palabras que él le susurraba al oído.
- Te amo tanto Rey, amo tu aroma, tu sabor, la suavidad de tu piel, como me recibes y me envuelves dentro de tí, eso me enloquece, me hace desear estar así contigo por siempre.
- Yo también te amo Ben y te deseo, a todas horas.
Rey movió su rostro hasta que alcanzó los labios de su esposo que le dió lo que le pedía, un beso lleno de amor, de pasión, que le hizo sentir un latigazo de placer, sentía el miembro masculino en la parte trasera de sus piernas y por instinto las separó un poco dándole a Ben el acceso que este quería para poder penetrarla, él bajó su mano libre hasta la humeda intimidad y la acarició mientras la hacía suya con lentitud.
Gemidos y susurros se escuchaban en la habitación, Ben sujetaba a Rey contra él, la besaba, acariciaba, se mecia con ella, le puso la mano en la cadera, le mordió el cuello, ella se movió hasta que su pierna quedó sobre las de él que aprovechó que los pechos habían quedado a su alcance para tomarlos con su boca.
Rey lo tomó del cabello y lo atrajo para besarlo mientras su interior se contraía de nuevo al llegar otra vez al orgasmo y su grito se perdía en los labios de Ben que también gimió al dejar salir su simiente.
- Mi amor, mi vida - le susurraba Ben entre gemidos y besos, un momento después se retiraba con suavidad de ella para abrazarla contra su pecho.
Se siguieron besando está vez con ternura y se quedaron así unos minutos, después Rey quiso tomar un baño que la relajó más y se quedó dormida casi antes de que Ben terminara de secarle el cabello.
Él la observó, tenía las mejillas sonrojadas, el cabello más brillante, toda ella estaba radiante, llena de vida su corazón se llenó de orgullo al ver su vientre abultado, sus ojos se humedecieron por la felicidad que sentía, era suya, su mujer, la madre de su hijo.
Se acostó junto a ella y los cubrió a ambos con las mantas antes dejar un tierno beso en sus labios.
- Te amo Ben - murmuró Rey entre sueños.
Él también se entregó al sueño y estuvo soñando con su cristal, con Rey y con Darth Revan, se despertó antes que ella y se quedó abrazándola y acariciando su vientre abultado, el bebé le dió un golpecito en la palma de la mano y el no pudo resistir acercar su mejilla.
- Hola mi amor - hablaba con voz suave para no despertar a Rey pero los movimientos del bebé lo hicieron.
Ella observó por un momento como esposo hablaba con su hijo, el bebé se movió otra vez, Ben dejó un beso dónde había sentido el golpe más fuerte y pasó la mano por toda la barriga.
- Yo también te amo bebé, tanto como a tu mamá.
- Y yo lo amo tanto como a su papá - murmuró Rey enredando sus dedos en el cabello de Ben.
Al escuchar su voz Ben se volvió a acostar junto a ella.
- ¿Dormiste bien mi cielo?
- Soñé contigo - le respondió Rey apartándole el cabello del rostro - pero no puedo recordar qué.
- Tal vez más tarde lo recuerdes.
Rey asíntio mientras Ben le daba un beso y la ayuda a levantarse.
- Tengo que ir al baño - buscó su bata y se la puso rápidamente.
- Voy a pedir el desayuno - Ben la dejó ir, ese día tenía muchas cosas que hacer y lo primero era ir al templo Jedi, tomó su sable y lo observó por unos minutos, sintió escalofríos pero los reprimio, era tiempo de empezar a enfrentarse a si mismo, ya había pospuesto eso por demasiado tiempo.
Se sentó en la cama y se quedó pensando en lo que lo había dicho Revan, la verdad era que sentía temor.
- ¿Que pasa mi amor? - Rey que salía del baño se acercó a él, tenía el cabello humedo y lo veía con incertidumbre.
- Nada, es que...
- ¿Que? Hay conflicto en ti de nuevo, hacía mucho que no lo sentía.
- No te preocupes, es que tengo que ir al templo Jedi y...
- ¿Sientes temor?
- Si -Ben tomó a Rey de la mano y la sentó en sus piernas - pero debo hacerlo, necesito saber si puedo sanar mi cristal.
- El maestro Yoda dijo que si puedes, solo tienes que creer en ti mismo.
- Es difícil, he hecho tanto...
- No lo digas - Rey le puso un dedo en la labios y le quitó el sable.
- No puedo negar esa parte de mi vida Rey.
- Lo se, no se puede cambiar el pasado Ben, pero podemos tratar de construir un mejor futuro, ya lo estás haciendo con todo lo que has cambiado en la primera orden.
- Tienes más confianza en mi que yo mismo.
- Se que puedes hacerlo, puedes empezar a aceptarlo y a perdonarte.
- Gracias - Ben abrazó a Rey y después de un momento al darle ella el sable le llegó una visión de un Sith con dos sables, uno rojo y uno morado.
- ¿Que fue eso? - se puso pálida y Ben dejó el sable a un lado para tomarle el rostro.
- ¿Que viste?
Cómo Rey no respondía él busco en su mente y al ver lo que la había alterado la tranquilizó.
- No temas.
- ¿Quien es él?
- Darth Revan, es mi guía o algo así.
- ¿Qué? ¿Un Sith?
- No es un Sith.
- Pero tenia un sable rojo.
- Es difícil de explicar, ni yo sé mucho de su historia pero al parecer siempre estuvo entre el límite de la luz y la oscuridad.
- Un Jedi gris - murmuró Rey.
- Eso parece.
- ¿Cuando tienes que ir al templo?
- Hoy pero volveré pronto.
- ¿Puedo ir contigo?
- No mi amor, ese templo es...
- ¿Que?
- Pasaron muchas cosas ahí, pensé que Revan había escogido ese lugar porque estabamos aquí pero ya no estoy tan seguro.
- ¿Piensas que va a pasar algo?
- Es posible, por eso prefiero que te quedes aquí, necesito saber que estás protegida.
- Está bien, me quedaré aquí pero quiero que sepas que si pasa algo cuando estés allá abajo no dudaré en ir por ti.
- No esperaría menos mi amor, pero ten cuidado ¿Si?
- Lo tendre, te lo juro.
Ben estaba por besar a Rey cuando llegaron con el desayuno y mientras ella se peinaba él fue a darse un baño, después desayunaron juntos, al terminar Ben se despidió de ella con un beso y llamó a las doncellas para que le hicieran compañía.
Fieles a su manera de ser Isa y Tara le arreglaron el cabello, le buscaron otra ropa y cuando estuvo lista a los ojos de las doncellas fue al puente a reunirse con Hux y Rose que ya andaban de un lado a otro checando que no se pasara por alto ni el más mínimo detalle.
Habló unos minutos con ellos y después se quedó a esperar que llegará Poe, pues Trudy se iba a quedar con Ben en el planeta, Rey estaba un poco más tranquila al saber que Cardo y Vicrul también estarían con él.
Cómo lo esperaba Poe llegó, y le dio el reporte de la vigilancia que mantenian sobre Coruscant desde el día anterior, cada cierto tiempo naves de reconocimiento sobrevolaban el planeta para tratar de detectar cualquier indicio de ataque.
- ¿Y el puesto de vigilancia? - preguntó Rey al ver el reporte.
- Controlado desde anoche.
- ¿Que hicieron con el personal?
- Están en uno de los destructores, cuado todo termine serán puestos en libertad.
- Está bien, ¿Los están tratando con cuidado?
- Por lo que supe si, pero el que está a cargo de eso es uno de los Caballeros.
- Gracias Poe.
- Es un gusto colaborar contigo.
- Si, claro, por cierto ¿Cómo está Trudy?
- Bien, aunque la noto...no se cómo explicarlo.
- Dale tiempo.
- ¿Así como Solo te lo dió a tí? - Poe señaló el vientre de Rey con la ceja arqueada.
- En realidad fui yo la que no lo dejó respirar.
- Eso es más que obvio.
- ¡Poe!
- Te ves muy linda Rey, me alegro mucho por ti.
- Gracias, ahora ¿En qué estábamos?
Rey sonrió y siguió revisando el reporte de Poe, unos minutos después Rose y Hux se acercaron a ellos y Rey llamó a Ap'lek a qué se les uniera junto con algunos de los técnicos pues para ella todas las opiniones eran importantes.
Ben había llegado a las puertas del antiguo templo Jedi y se quedó un momento mirando, Vicrul, Cardo y Trudy estaban unos metros atrás observando en silencio pues él ya les había dicho que no intervinuerran pasara lo que pasara.
- Tienes que entrar - escuchó que decia una voz en su cabeza.
- Esperen aquí - les pidió a sus acompañantes y entró con cautela al templo.
Un frío helado lo envolvió al poner un pie dentro del recinto, escuchó murmullos, gritos, lamentos, sintió temor, dolor, ira, traición, fueron tantas cosas juntas que estuvo a nada de caer de rodillas, pero como pudo aguantó el asalto a sus sentidos y siguió caminando.
Entre más se internaba en el recinto más desolación sentía, hasta que llegó a una sala donde todo se sentía con más intensidad, el dolor era demasiado, la oscuridad iba y venía por el lugar, fue entonces cuando Darth Revan se hizo presente llamando el sable de Ben.
- Concéntrate Ben Solo.
- El dolor que se siente aquí es demasiado.
- No lo reprimas, acéptalo.
Ben observó como su sable se separaba en partes en la mano de Revan hasta que el cristal quedó a la vista, roto, herido, así como él mismo había estado hasta que Rey llegó a su vida.
- ¿Ya lo estás entendiendo?
- Creo que si.
- Tómalo.
El cristal fue hasta él y al tocar la palma de su mano recuerdos de su niñez y de sus días en la academia de Luke vinieron a su memoria como un río caudaloso.
Fue entonces que se dejó caer de rodillas, los recuerdos dolían, mucho, pero los dejó pasar, todos, volvió a escuchar la voz de Snoke en su cabeza, las discusiones de sus padres, el día que su madre lo envió con Luke, los días de soledad en la academia, la traición de su tío.
Su caída al lado oscuro... el nacimiento de Kylo Ren.
- ¿Quien eres?
Darth Revan se acercó hasta quedar frente a él.
- Kylo Ren fue mi decisión.
- ¿Quien eres tú?
- Ben Solo... Y Kylo Ren...
