Issei estaba entrenando una vez más, ya ahora que el acuerdo había sido restaurado, su dojo podría tener una restauración y la colaboración con la familia Tsukahara traería muchos beneficios al respecto. En aquel momento la hermana mayor de Shizuku estaba observando al chico.
- No lo haces nada mal. – Respondió ella.
- Gracias. – Agradeció. - ¿No deberías estar de vuelta en Tokio?
- ¿Y perderme la única oportunidad de volver a ver a Shizuku-chan? Extrañaría a mi hermanita así que quiero quedarme un poco más. – Respondió esta. – Por cierto ¿Qué opinas de ella?
- Su técnica es buena, me ha hecho ver que me falta bastante para estar a un buen nivel.
- No es exactamente la respuesta que buscaba… - El rubio enarcó una ceja. – No importa, por ahora concéntrate.
- ¡Claro! - Siguió con su entrenamiento, Manami suspiró.
- (Parece que será un poco más complicado de lo que pensé… espero padre tenga mejor suerte con Shizuku-chan…)
En otro lado, en su dojo, la pelinegra entrenaba junto a su padre, habitualmente tenían duelos de practica con lo que ella buscaba mejorar sus habilidades.
- Eso estuvo bueno, ya vas agarrando más experiencia Shizuku. – Sonrió este, ella asintió.
- ¡Aquí voy! – Lanzó un ataque fuerte al costado, el padre logró bloquearlo pero de forma instantánea, la pelinegra se movió y lo golpeó en la parte izquierda.
- Me diste… realmente has agarrado totalmente todas las técnicas de nuestro estilo, ya eres tan buena como tu abuelo.
- Gracias. – Hizo una reverencia, ya entonces dejaron la pelea ahí, ella tomó una botella de agua para tomar.
- Entonces Shizuku ¿Qué opinas del hijo de los Kogame? – La pelinegra enarcó una ceja.
- … Él… no creo que tenga mala técnica, estoy segura de que llegará a mejorar con mejor esfuerzo, no está mal encaminado realmente.
- … No era la respuesta que esperaba… no importa… - Shizuku sintió que había algo pero no preguntó más y entonces se retiró. – Parece que será complicado.
Un tiempo más tarde, Manami y el padre se reunieron para hablar de los resultados, obviamente ninguno de los dos lo consiguió.
- No pensé que ambos serían demasiado densos, será más complicado de lo que pensaba. – Exclamó la chica.
- Incluso yo pienso que ya es hora de que Shizuku piense en su futuro y necesitamos que el dojo siga preservándose durante mucho tiempo, ahora que restauramos el contacto con los Kogame, es algo que no podemos dejar pasar.
- Y, a decir verdad, yo igual quiero que mi hermanita encuentre el amor, así que esto es divertido para mí.
- Parece que disfrutarás esto. – El padre sonrió. – No habrá problemas en que te deje todo a ti.
- Claro padre, puedes contar conmigo, antes de que te des cuenta, ellos serán una pareja amorosa.
- Entendido, esto es por el bien del dojo y porque quiero un heredero más que pronto.
- Vas demasiado lejos, es mejor que primero se conozcan y luego podrán hacer cosas cochinas en la cama.
- No digas eso… no quiero imaginarme a mi pequeña… - lagrimas salieron de sus ojos. – Shizuku…
- No seas dramático, ella ya es grande, así que tiene derecho a ser todo amorosa y ofrecer su cuerpo al hombre que ama.
- ¡No, jamás permitiré que toquen a mi bebé, nunca! – En ese momento Manami le dio un fuerte golpe en la cabeza que lo desmayó, poco después entró su madre.
- ¿Pasó algo Manami-chan?
- No es nada, es solo padre que gritaba de que no tocarían a Shizuku-chan.
- Entiendo, lo llevaré a la cama, encárgate de lo que puedas.
- Claro. – La chica sonrió. – Jeje, es hora de poner en marcha mi plan…
En los entrenamientos todo iba bien, desde que Tsubasa ya confirmó lo que sentía por Fudo y ambos empezaron a salir, se veía más alegre que antes y a tal punto que estaba a su lado en cada momento, no cabe decir que más de la mitad de la escuela lloró que el pelinegro tenga pareja pero decidieron dejarlo ya que ahora parecía que nunca romperían.
- Tsubasa-chan realmente se ha vuelto más feliz que antes. – Expresó Tomoe alegre. – Es bueno por ella.
- Si está más motivada que antes, pues es perfecto. – Asintió Taiga. – Ya tenemos una fecha para nuestro siguiente partido además.
- ¿En serio? ¿Cuándo? – Preguntó Nozaki.
- Según lo que me dijo Kakehashi-sensei, será dentro de tres días, así que vamos a entrenar con todo.
- ¡Si! – Exclamaron todos. Ya después de que terminó el entrenamiento se cambiaron para irse, Shizuku se despidió de las demás para dirigirse a su casa hasta que…
- Shizuku-chan~ - Manami estaba ahí, la pelinegra se sorprendió de ver a su hermana.
- ¿Onee-chan? ¿Qué haces aquí?
- Vine a buscarte, la verdad es que estoy a unos días de irme, claro que será después de tu siguiente partido, quiero ver un poco más el cómo juegas.
- Ya veo…
- Así que me gustaría aprovechar mis últimos días para salir juntas como hermanas.
- Claro, no hay problema alguno, si estás bien, aunque realmente no conozco mucho sobre gustos femeninos.
- No importa, conque me acompañes es más que suficiente. – Respondió esta con una sonrisa, Shizuku no tenía razones para negarse por lo que aceptó. – Gracias~ realmente haces feliz a Onee-chan, vamos. – Las dos se movieron, por dentro Manami sonrió. – (Ahora haré mi siguiente movimiento…) – Sacó su teléfono para enviar un mensaje.
Issei estaba entrenando una vez más cuando escuchó su teléfono, revisó para ver que tenía un mensaje de Manami.
- ¿Qué será en esta ocasión?
"Issei, tengo un pequeño problema y me gustaría si es que puedes ayudarme al respecto, ven a la siguiente ubicación…"
- ¿En serio? Justo ahora que estoy entrenando… pero no podría negarme, me ha ayudado a mejorar. – Respondió que iría en camino por lo que fue a cambiarse a encontrarse con ella.
- (Perfecto) – Por ahora todo salía como ella quería. – Muy bien Shizuku-chan, por ahora quisiera escoger algunos recuerdos para mis conocidos en Tokio, sensei igual quiere algo.
- Entendido, si es por ella, entonces estará bien. – Sonrió la pelinegra. Así empezaron a ver, Manami escondió su risa mientras se alejó poco a poco, se mantendría escondida en lo que llegaba Issei, entonces vio al rubio que justo empezó a entrar a la tienda de recuerdos. – Onee-chan, no veo na… ¿Kogame-san?
- ¿Tsukahara Shizuku? – El rubio se sorprendió de ver a la pelinegra ahí. - ¿No está Manami-san?
- Mi hermana estaba aquí… - En ese momento recibió un mensaje en su teléfono que provenía de ella.
"Lo siento Shizuku-chan pero me surgió un asunto muy urgente, por favor, encárgate de buscar recuerdos junto a Kogame-kun, te lo encargo"
- … Parece que se ha ido…
- Así que este es el favor que me pidió, supongo que no hay de otra.
- Entonces Kogame-san, según ella, debemos buscar recuerdos para lleve de regreso a Tokio, si pudieras ayudarme.
- Claro, le debo bastante a ella que igualmente a ti por ayudar a mi familia con el dojo, así que no puedo rechazarla, sería una falta de respeto.
- Entendido. – Sonrió la pelinegra. – Busquemos entonces. – Los dos comenzaron a ver mientras Manami seguía escondida.
- (Ahora solo es que ellos dos se diviertan, armar esta cita a escondidas fue un éxito… aunque me gustaría ver, es mejor que los deje solos, ojalá se diviertan) – Sin mucho más, ella se dio la vuelta para irse, dejaría que las cosas se desarrollen con naturalidad.
Ambos seguían viendo en los estantes en busca de recuerdos, más que nada Shizuku pensaba en su sensei y que le gustaba, fue así que vio figuras de kendo.
- Esto debería gustarle.
- ¿Encontraste algo? – Preguntó Issei, ella asintió.
- A sensei le gusta este tipo de cosas, incluso me dijo que las coleccionaba de antes.
- Ya veo… respecto a esta sensei de la que hablas.
- Ella fue la antigua instructora del club de Kendo de la escuela, al haber sido una escuela femenina antes, no había demasiadas miembros pero nos esforzamos en todo lo posible, cuando entré, solo quedaban unas cinco y todas eran de tercero, a pesar de ello, sensei nunca se rindió y nos entrenó con todo lo que tuvo, incluso logramos ganar dos competencias locales contra otras escuelas.
- Debió ser muy buena.
- Lo era, es debido a ella que decidí esforzarme al máximo cuando antes solo lo hacía por la tradición de mi familia… cuando mis Senpais de tercero se graduaron, no hubo más aplicantes entre los nuevos estudiantes por lo que el club estaba en peligro de cerrar, pero sensei no quería eso, buscó la forma de mantenerlo con vida, incluso yo ayudé pero fue inútil, al final ella había obtenido un buen trabajo en Tokio como instructora en el gimnasio metropolitano por lo que se acabó mudando, admito haber estado triste y despedirme de ella pero sabía que podría seguir transmitiendo sus conocimientos por lo cual me alegré por ella… cuando me gradúe, deseo ir a Tokio igual para seguir entrenando con ella.
- … Quizás deba hacerlo también. – Aquello sorprendió a Shizuku. – Si esa instructora es tan buena, entonces debería apuntar a lo mismo, después de todo quiero llegar a ser un profesional.
- … Ese es un buen sueño Kogame-kun, yo aun sigo debatiendo si dedicarme de lleno al kendo o al béisbol, el equipo ha sido muy divertido, pero seguro, el camino que tome, lo haré sin arrepentimientos.
Terminaron de comprar los recuerdos y, puesto que aun quedaba algo de tiempo, decidieron ir a comer algo. Se movieron hacia el puesto de restaurantes y de tal modo decidieron comprar juntos una pizza mediana para ambos, al pedirla solo esperaron a que estuviera lista y entonces tomaron la bandeja para sentarse.
- ¿Piña? Senpai, no pensé que le gustara hawaiana.
- ¿Alguna queja? Sé muy bien que la gente aborrece la piña en la pizza pero a mi me gusta. – Entrecerró los ojos.
- No importa, si así quiere, yo igual comeré. – Al verlo tomar un pedazo, Shizuku sonrió. Los dos comieron en silencio sin nada de qué platicar. Ya al terminar, ambos estaban satisfechos.
- Gracias por acompañarme Kogame-kun, creo que por mi cuenta hubiera sido complicado.
- No fue nada, al ser un favor hacia su familia, es lo menos que puedes hacer.
- Realmente eres un buen chico la verdad. – Ella sonrió, el rubio se sonrojó un poco.
- N-No es nada, de igual forma, voy a entrenar bastante hasta que finalmente pueda derrotarte.
- ¿En serio? Si en algún momento deseas un duelo más, no dudaré en complacerte.
- Entonces haré de todo, la próxima vez yo seré el ganador.
- Eso veremos. – Ella respondió. Al salir del centro comercial, ya los dos tomarían caminos separados. – Nos vemos mañana entonces Kogame-kun.
- Claro senpai, hasta mañana… - Así se despidieron. Shizuku volvió a su hogar, al abrir la puerta, estaba Manami ahí esperando. – Onee-chan, aquí traigo los recuerdos.
- Gracias~ ¿y bien? ¿Qué tal tu salida con Kogame-san?
- Fue entretenido, me ayudó más de lo que pensé y en sí ambos pasamos un buen rato.
- Ya veo… - Escondió su risa. – Es un gran chico después de todo.
- ¿Qué insinúas?
- Nada~ solo es que quizás pronto te llegue la primavera, aunque será una lastima que no me encuentre aquí para verlo. – La pelinegro solo ladeó la cabeza a un lado en confusión.
- En ocasiones no entiendo de lo que hablas…
- Descuida Shizuku-chan, seguro lo entenderás en algún momento, además de eso, hay alguien que desea hablar contigo.
- ¿Hablar conmigo? – Le pasó el teléfono para escuchar una voz que la sorprendió. - ¡¿Sensei!?
- Jeje, verdad que te sorprendí. – Se escuchó la voz al otro lado de la línea, Shizuku tenía una sonrisa como nunca antes, como cuando era niña, Manami sonrió al verla.
- (Shizuku-chan realmente es una niña al hablar con ella… espero que Kogame-san sea alguien suficiente como para hacerla sonreír de esa forma… te estaré apoyando…)
- ¡Achoo! – El rubio estornudó al volver a su hogar. – Parece que alguien hablaba de mí… que importa… - Llegó a su habitación para recostarse. – Salir con Tsukahara Shizuku no estuvo mal… incluso, no me había fijado antes pero es linda… - sus mejillas se pintaron de rojo. - ¡Que rayos estoy pensando! No es que la vea de esa forma pero… quizás…
Para ambos quedaba un largo camino por descubrir, teniendo gustos en común podían congeniar, solo es que pudieran avanzar mucho más para que llegue el momento, eso estaría por verse.
Tomoe estaba descansando en su habitación cuando recibió un mensaje de Kojou, la pelinegra sonrió.
Kojou: Kawakita-san, tengo boletos para una película, no sé si quieras venir ya que mi madre me los dio.
Tomoe: No hay problema, me gustaría ir.
Kojou: Perfecto, así que sería para mañana, es día libre ¿no?
Tomoe: Claro, nos vemos mañana.
Terminó, ella estaba feliz pero entonces se dio cuenta de algo.
- … ¿Es una cita? – La información llegó a su cabeza tan de repente que no sabía como procesarlo, tenía una cita con Kojou y no tenía forma de como reaccionar al respecto, eso solo le causaría problemas más adelante…
El Redentor 777: Bueno, Tsubasa si sufrió un poco pero al menos eso se resolvió y entonces ya le toca, es bueno para ella el que haya podido lograrlo.
Ninja Britten 11: Pues ya le debía de llegar, ya luego de mucho sufrimiento, es mejor que tenga su felicidad ahora y seguro con eso podrá progresar, ya se estará viendo.
Bueno, aquí vimos como es que ya buscan unir a Shizuku e Issei pero tampoco será tan sencillo, los dos ni se dan cuenta, pero ya el segundo empieza a despertar algo, será más complicado por Shizuku que su mente solo piensa en kendo y el equipo. El siguiente cap ya veremos que pasará algo con Tomoe y Kojou, sin querer se armó una cita entre ambos, veremos como les irá, hasta el próximo cap. Saludos.
