Aquel espacio vacío era el complemento perfecto para la ocasión. Pues ahora los tres hombres después de calmarse. Cada uno trataba de volver en sí a su manera. La pareja abrazándose sin querer dejar ir al otro. Mientras el Guerrero solo se recordaba a si mismo su misión principal y el por qué verdaderamente estaba ahí.
La melancolía y la tristeza estaban presentes. Invadiendo su corazón ahora confundido y lastimado.
Yuma había visto cosas horribles durante las batallas anteriores. Pero aquello. Ver la naturaleza malvada de lo que podría ser cualquier persona o ser. Eso ya era algo que hacia que replanteara lo que ya sabía a algo totalmente nuevo. Todo aquello abría sus ojos a algo que en su inocencia a veces llegaba a ignorar. Y eso era el peligro que representaba el mundo exterior. Sobre todo las personas que vivían en él.
Él no era ningun niño que debía ser protegido. Pero en este momento deseaba serlo. Ver con sus propios ojos todo lo que vivió aquel a quien juzgaban malvado sin razón, ahora adquiría otro significado. Fuerte y poderoso. Aquel a quién creía era malvado solo por que quería serlo, había desaparecido para siempre de su mente. Y este pasaba a transformarse en algo que jamás creyó.
Una víctima.
Una víctima que en un principio fue inocente pero con el tiempo y por alguna extraña razón, termino perdiendo su camino hacia la luz. Encontrándose con nada más que oscuridad. Era extraño.
Podía debatir todo aquello. De alguna manera filosófica. Pues ahora comprendía muchas cosas más. Un esquema de nuevo se rompió. Y una revelación poco esperada llego.
Los Villanos como tal. No existen. Así como tampoco los Héroes.
Ahora solo son personas. Personas y seres con motivos distintos y metas diferentes. Cada una focalizada a un objetivo distinto. No blanco, no negro. Sino más bien de distintos colores que rozaban la gama del universo.
La vida tomaba un nuevo significado. Un nuevo rumbo. El miedo presente por ver a su amado ser tratado con brutalidad. Pero ahora, por alguna razón. Volviéndose su razón para fortalecerse él también. No quería que aquella escena se presentara. No de nuevo. No otra vez aun en manera diferente. No como en las batallas pasadas.
Yuma comenzaba a pensar de manera distinta. Tratando de aprender de aquello poco o mucho que se le mostro.
El hombre que no recuerda su historia esta condenado a repetirla. Y Yuma. No quería repetir eso. Pues si de papeles hablamos. Él saldría demasiado afectado junto a su hijo o hija. Y eso era algo por lo que no quería pasar jamás. No así como Astral...
Y hablando de...
Giro su cabeza para mirar a su amado. El cual parecía perdido en el vacío. Pues su mirada parecía difuminada. Triste. Pero también había algo más dentro de ello. Y eso era culpa y dolor. Quiso preguntar. Más un suspiro por parte de su pareja lo hizo callar. Y escuchara aquello que el corazón ajeno, parecía querer gritar.
-Siempre...-Comenzó el mayor, atrayendo la mirada de los otros dos- Siempre pensé que no tener padres era una desventaja... Una pérdida muy grande, pues ellos nos transmiten conocimientos. Tradiciones. Costumbres. Ideologías. Valores. Entre muchas otras cosas más... Pero ahora... Ahora creo que no quiero tener aquellos padres...
Yuma le miro con tristeza. Comprendiendo el por qué de aquellas palabras. El Guerrero se siguió limitando a escuchar. Pues sabía era necesario para que aquel Rey pudiera desahogarse.
-Es egoísta decirlo. A pesar del gran sacrificio que hizo... Él... Pero...-Vacilo un momento- Tengo que replantearme muchas cosas... Incluso ahora me siento culpable por pelear con él en el pasado... ¿No es eso patético?...
Yuma negó levemente, mas no hablo al respecto.
-Yo... No se siquiera como sentirme ahora. ¿Debo hacer algo al respecto? ¿Debo solo ignorarlo? ¿Qué es lo que debo hacer con esto?
-Mi Rey... Eso solo puede decidirlo usted-Menciono Erí con suavidad- Usted decidirá lo que deba hacer al respecto con esto. Puede ignorarlo. Puede hundirse en el recuerdo que le digo ahora, no es suyo totalmente. Pues sí es verdad. Estaba ahí. Pero lo vivió a su manera. A su propia visión... Así que, usted es libre de hacer lo que guste con esto... Le acompañare en lo que decida...
-...Gracias Erí... Pero necesito procesarlo. No estaré bien hasta que pueda aclarar mi mente. Mis propios recuerdos. Y mi... Corazón... Quiero que esto no llegue a afectar a mi futuro esposo y a mi hijo quien viene en camino...-Menciono abrazando más fuerte a su amado. El cual dejo hacerse, regalando caricias a la espalda del mayor- Soy consciente de que esto es un recuerdo. Uno malo... Pero temo que esto llegue a mayores... Digo. Sigo realmente conmocionado. Confundido. Y de cierta manera temeroso de esto... Tengo miedo-Admitió. Yuma tomo la palabra al ver el semblante caído de su pareja.
-No nos afectará Astral-Aseguro Yuma, sin dejar de hacer su acción-Aunque yo también tengo miedo. Se qué esto es el pasado... Y eso solo me deja claro una cosa... Nosotros somos el futuro. Estamos en un mundo completamente distinto de lo que hemos visto. Ese mundo... Gea, ya no existe más... Es ahora la sombra de un pasado que creo... Se les fue arrebatado...
-...- El mayor miro con interés y melancolía a su amado- ¿Arrebatado?
-Sí... No soy quien para hablar por ustedes. Pero. Es lo que creo... Pienso que de alguna manera. Ese pedazo de historia que estaba de color blanco en la biblioteca ahora puede ser llenado... Lo que pasó no fue hermoso ni bonito. Al contrario. Hace honor a su nombre, pero a pesar de eso, sigue siendo un capítulo que ha sido recuperado... No sé si me este dando a entender con mis palabras...
Astral solo negó levemente. Sonriendo con tristeza. Lo que Yuma estaba queriendo decirle era que, aquello que no sabía que estaba perdido. Acaba de ser recuperado. Ese pedazo que en algún momento llamo su atención, ahora un fragmento de aquello yacía ahora en su mente y en su corazón. Su pasado estaba siendo recuperado. Junto a todo aquello que venía con él. Justo como lo que presenciaron al menos una hora atrás.
Astral entonces quedo mirando a los bellos y tristes ojos de su amado. Encontrándose a él mismo en el reflejo.
Para amar a una persona, habría que amarse a uno mismo primero. Defectos y virtudes por igual. Futuro brillante, pasado desastroso. ¿No es acaso Vector un claro ejemplo de ello? Sí. Lo era. Y ahora que lo analizaba. Quizá al final no eran tan diferentes. Vector paso todo un proceso para aceptar que aquella maldad no era suya, y que lo que paso en su vida anterior solo fue manipulación de lo que él creía, era un extinto Aren. Don Milenario para evitar más confusiones. Y ahora. Aquel chico víctima de las situaciones. Vivía feliz y plenamente su nueva vida. Pues Acepto todo aquello a su manera y a su tiempo. Quizá un poco forzado, pero a fin de cuentas, aceptado.
Y el verse en aquellos bellos ojos. Supo que debía hacer lo mismo que el pelinaranja. Aceptar todo aquello que se le mostro. Por más doloroso que fuese. Por más chocante que pareciera. Ese era su pasado. Eso era a fin de cuentas algo que era de él. Y que eso no terminara repercutiendo a su vida actual dependía de él y nada más.
No estaba solo para ir por aquel camino. Ya no lo estaba. Yuma estaba dispuesto a acompañarlo como alguna vez hizo él en un pasado, Erí agregado. No eran situaciones iguales. Pero los sentimientos quizá sí. Astral entonces sonrió y otorgo un beso salado a su amado. Quien lo recibió gustoso.
Era verdad. Toda aquella situación por más dolorosa que se presentara. Al igual que los sentimientos percibidos. Solo eran algo que ya había pasado. Algo que había sido escrito y dejado volar por las páginas de la historia. Y eso. No tenía por que repercutir gravemente en ellos. Ni en nadie más.
El Día trágico. Se convirtió en eso. Solo un muy mal día.
Y así debía quedarse. Ni en fama ni gloria, pero tampoco en olvido y pena.
Yuma supo que ambos debían tomarse el tiempo. Y platicar sobre ello de manera tendida y razonada. En un ambiente ameno y quizá con una taza de café a lado.
El Guerrero noto esto con buenos ojos. Adorando la resiliencia de ambos hombres. Que con pesar y melancolía se daban la mano para avanzar. Decididos al futuro.
Un amor como ese. Solo nacía una vez cada millones de años. Y sonriendo entonces dio por abierta las dudas.
-Mis señores... Ahora que hemos aterrizado en el aquí y en el ahora. Por favor. Pregunten lo que deseen.
Astral y Yuma se separaron con cautela. Manteniendo al otro cerca, pero con decisión renovada. Miraron al frente.
-Gracias Erí... Eres muy amable...-Agradeció el mayor.
-Para nada su Majestad. Es lo menos que puedo hacer... Aun hay una deuda muy grande que debo pagarle...
Los jóvenes entendieron esto, y con una leve sonrisa continuaron.
-¿Podrás hacer un resumen hasta donde nos hemos quedado en el recuerdo?-Cuestiono el mayor.
-Sí, como lo ordene su majestad... Comenzamos en Gea. La celebración del nacimiento del heredero se dio por esos días...
-¡Espera! ¿Me estas diciendo que Astral tiene millones de Años?-Preguntó de forma divertida el menor.
-...Bueno. Sí técnicamente...
Una risa sonora se escucho en el ambiente. Y eso fue la señal para cerrar el doloroso capítulo.
-Vaya. ¿Quién lo diría? Astral resultaste un asalta cunas... Mejor que Akari no se entere de esto... Me quedare viudo antes de tiempo si eso pasa...-Menciono divertido el menor.
-¿Asalta cunas? ¿Qué es eso?- Cuestiono el mayor quitando la tristeza de sus ojos.
-Pues... Digamos que la diferencia de edad tan grande que tienes en contra de la mía. Eso hace que seas un viejo con un joven... Jajaja, es hilarante..
-Mm no comprendo...
-Es mejor así... Erí-san, ¿Puedes continuar?-Pidió Yuma. A lo que el Guerrero asintió.
-Por supuesto... El nacimiento de Astral marco el futuro de Gea. Pero también marco muchas rivalidades. Pues como pudo escucharse antes por la boca de mi Señor. Eso ocasiono revueltas en las fronteras de ese Mundo... Nerans ahora Varians fueron los que más se opusieron a las distintas leyes que nacieron junto al heredero. Pocos seres Astrales les apoyaron. Pero aun así lograron hacerse de distintos territorios que el Rey tuvo que recuperar... A la fuerza...
-Entiendo... Ya hemos visto las consecuencias que llevaron estas acciones...-Menciono Astral serio. Recordando sin querer el amargo episodio.
-Eso me temo... Fueron medidas desesperadas... Pues ya estaban afectando zonas importantes para el mantenimiento autónomo del mismo Reino...-Menciono el Guerrero perdiéndose por un momento en sus recuerdos- Pero... Eso ahora no importa... continuando... Los años venideros llegaron con paz y tranquilidad a pesar de eso. El príncipe creció en gracia y belleza. Se volvió el tesoro del Reino. El símbolo del futuro... Sus conocimientos e inteligencia no tenían igual... Eso despertó la envidia de algunos. La admiración en otros... Los Reyes orgullosos regalaron un Observatorio por el quinto cumpleaños del heredero... Y bueno. Lo que paso después, ya lo han visto...
-Esta bien. No tienes que esforzarte ahora Erí...-Menciono Astral incómodo- Pero atando cabos sueltos. ¿Por qué Elifas no me dijo nada?
-Puede que él tampoco lo recuerde su Majestad...
Eso abría demasiadas posibilidades. Más aun quedaba la pregunta y la duda de, ¿Y si no...? Astral tenia dudas. Muchas. Pero eso sabía se irían respondiendo dependiendo lo que descubriera. Yuma parecía de acuerdo con ese pensamiento.
-Esta bien... No dudare más acerca de...Aren... Ni de esto... Creo que con eso quedan por ahora mis dudas saldadas hasta nuevo aviso... Y eso me deja pensando... ¿Esa puerta es la salida?-Cuestiono el mayor parándose del suelo junto a Yuma. El cual le agradeció con un tierno beso en la mejilla.
-Sí. Así es... La puerta se escondía en el desenlace del evento... Ahora pueden marcharse...-Respondió Erí de igual manera parándose. Observando con felicidad a sus Señores. Los cuales miraban en dirección a la puerta con esperanza.
-Entonces... ¿Eso quiere decir que ya vamos a despertar?- Pregunto el menor acercándose poco a poco con Astral a su lado.
-Así es... Y con eso mi misión ha concluido por ahora... Me retirare primero, de otra forma me quedare atrapado en la mente de Ema...-Anuncio el Guerrero mientras su cuerpo comenzaba a desaparecer poco a poco. Volviéndose transparente al poco tiempo.
-Gracias Erí... Gracias por guiarnos hasta aquí-Menciono el menor despidiéndose de aquel Guerrero. El cual le sonrió con orgullo. A la vez que desaparecía por completo. No sin antes susurrar.
-No... Gracias a ustedes por llegar...
Y con ello la pareja ahora quedo a solas. Frente a aquella puerta. Su salida de aquel infierno.
-¿Listo?-Cuestiono el mayor tomando al menor en brazos.
-Sí... No, espera-Menciono el menor, ahora enredando sus brazos en el cuello del mayor. Frotando su cara suavemente contra la ajena, y sintiéndose reconfortado. Fue que respondió un sonoro- ¡Listo!
Y con ello Astral sonrió. Aquella puerta llegaba a representar muchas cosas. Además de una salida. Era un nuevo inició. Una nueva meta. Un futuro. Uno que quizá se le había arrebatado y que el día de hoy recuperaba. Era una luz. Era su oportunidad para terminar de raíz lo que provenía. Y era... Un bello comienzo para su familia...
-Entonces... ¡Vamos!
Y con aquellas palabras, salto a través de la puerta. Dejando atrás el dolor que sintió. El dolor que vivió. Y el dolor que podría haber sentido. Se llevaba dudas. Llevaba miedos. Pero ahora. Podía avanzar sin paralizarse en el camino. Ahora nada podía sorprenderle...
Un par de siluetas veían la escena. Un sonriente Aren junto a un joven Astral sonreían. Mientras eran abrazados por un feliz Elifas. Los cuales desaparecieron una vez aquellos jóvenes salieron.
El futuro no era malo, si tú no lo hacías así... Sonríele a la vida, que ella te sonríe a ti...
