El Arte de Petunia Evans

Severus no tenía idea de lo que quería decirle a Petunia, ni sabía en qué estado iba a encontrarla.

Llamó a su puerta, esperando algún tipo de indicación de que pudiera entrar.

'¿Quién es?' oyó desde detrás de la puerta.

'Soy Severus, ¿puedo hablar contigo, por favor?'

'¿Y por qué querrías hablar conmigo?' dijo ella con tono rencoroso en la voz.

'Estás disgustada a causa de Vernon y de mí. Al menos permíteme que te lo compense.'

'¿Cuándo demonios comenzaron a importarte mis sentimientos?' chilló ella.

'Petunia, deberías saber a estas alturas que yo en realidad no tengo sentimientos, pero hay un momento en que tenemos que crecer y dejar de hacernos daño el uno al otro sin ninguna razón en particular.'

'¿Dónde está Vernon?'

'Él no va a venir. Me aseguré de ello.'

'Bien, entonces entra.'

Severus abrió la puerta, enfrentándose a un alarmante tono rosado que le recordó un poco demasiado a Dolores Umbridge. Por fortuna, la mayoría de la superficie estaba cubierta por pinturas que Petunia había hecho. Las pinturas representaban bosques, playas y otros paisajes. Pero también había dibujos a lápiz de lo que debían haber sido escenas fantásticas de libros que había leído.

No había forma de negarlo. Petunia ciertamente tenía talento para el arte.

Estaba sentada con las piernas cruzadas sobre la cama, enjugándose los ojos con pañuelos de papel.

Severus cerró la puerta tras de sí, no queriendo ser oído por la gente de abajo.

'¿Puedo sentarme a tu lado?'

Petunia se encogió de hombros. 'Sólo haz lo que tengas que hacer.'

Se sentó junto a ella, mirando todas las pinturas y bocetos que adornaban la habitación. 'Acabo de darme cuenta de que nunca me molesté en echarle una buena mirada a tu arte, Petunia.'

'¿Y por qué de repente te importaría mi arte?'

'Porque ésta es tu magia y pienso que es hermosa.'

Petunia se sintió un poco más confiada tras su cumplido. '¿Qué quieres decir con eso?'

'A Vernon se le escapó que estás un poco celosa de tu hermana.'

Ella apartó la cabeza en un intento de ocultar su ceño fruncido. '¿Tú no lo estarías, si descubrieras que tu perfecta hermana pequeña tiene un don?'

'Sí, mucho.'

'No finjas que no sabes nada, Severus,' dijo ella enojada. 'Tú y Lily encontrasteis la carta de Dumbledore en mi habitación antes de que ella se marchara a Hogwarts. Sabes que no puedo soportarlo cuando todo trata de Lily y su magia, como si mi presencia no significara nada.'

'Dudo enormemente de que ésa sea la forma en que te miran tus padres, Petunia.'

'¿Por qué Lily nació mágica, Severus? De ti puedo comprenderlo, teniendo una bruja como madre, pero Lily… su don sale de la nada.'

'Desearía tener respuesta para eso, pero incluso en nuestro mundo, no comprendemos del todo por qué personas como Lily nacen de repente con magia, sin un antepasado mágico.'

'¿No tienes ninguna idea de por qué, Severus?' dijo Petunia mientras se secaba una lágrima. '¿Por qué ella puede formar parte de un mundo que para mí sólo existe en las historias fantásticas?'

Ella señaló algunos de los bocetos alrededor del borde de su cama. Imágenes de coloridos dragones y paisajes imposibles estaban en el suelo, desparramados alrededor de los pies de Severus.

La voz de Petunia bajó a un susurro. '¿Por qué tú y Lily podéis ver toda esta belleza y yo tengo que ir por la vida fingiendo que no es real?'

'Pero es real, Petunia. Es tan real para ti como lo es para nosotros.'

Petunia puso los ojos en blanco. 'No me hables en acertijos, Severus. Si tienes alguna idea de por qué Lily está tan bendecida mientras yo estoy maldecida, simplemente dímelo.'

Severus se subió a la cama y se sentó con las piernas cruzadas frente a Petunia, mirándola directamente a los ojos.

'Tengo una teoría, pero antes de que comiences a discutir conmigo, necesito que comprendas que sólo es una teoría, podría estar equivocado.'

Petunia asintió. 'Lo comprendo.'

'Como todo en la vida, las cosas se ponen en movimiento con una chispa de energía; la magia no es diferente de eso. Como algún tipo de fuerza nuclear, la magia que Lily y yo tenemos está conectada con nuestros nervios y cerebro y así es como creamos o destruimos cosas con nuestra mente.'

A Petunia estaba picándole la curiosidad. '¿Es por eso que usáis una varita?'

'Sí, porque es una manera de que canalicemos la energía que fluye a través de nosotros. De lo contrario seríamos un peligro para nosotros mismos.'

'Pero, Severus, ¿cómo lo hace eso más real para mí?'

'En esencia, como la magia es una forma de energía, está a tu alrededor constantemente. Tú la vives y la respiras cada día. Tú, como muggle, también tienes habilidades mágicas esencialmente, a pesar de que no sean como las nuestras.'

'Lo que quieres decir con eso,' resopló Petunia, 'no es que yo tenga ningún poder.'

'Estás confundiendo magia con poder, Petunia. La magia trata de la creación. Como todas estas pinturas y bocetos que has hecho son una creación. Fluyen a través de ti, salen de ti, y el resultado es que haces algo hermoso para que todos lo vean.'

Los ojos de Petunia estaban secándose, pero aun así no parecía más alegre que antes. 'Dejé de pintar.'

'¿Y por qué lo dejaste?'

'No es por Vernon, si es eso lo que crees. A él no le gusta mi arte, pero no es lo que me impide volver a coger un pincel.'

'Entonces, ¿qué es?'

'Lily,' dijo ella a regañadientes. 'Después de que viniera a casa con todas esas fotografías de personas moviéndose en sus marcos y hablara de cómo las pinturas en su colegio podían moverse y hablar, ya no miré mi obra del mismo modo.

'Entonces, ¿crees que todo esto es plano y aburrido?'

'Sí, eso creo.'

'¿Cuál es tu favorita?'

Petunia señaló una gran pintura sobre su cama. 'Ésta.'

Era un paisaje bastante sencillo. Las olas del océano estaban representadas con intrincado detalle, junto a una playa desierta y dunas con hierba en la distancia.

'¿Qué la hace tan especial para ti?'

'La pinté cuando fuimos de vacaciones a Normandía y papá nos llevó a la playa de Omaha. Papá nos contó historias sobre los miles de hombres que desembarcaron aquí y combatieron y murieron, pero todo lo que yo podía ver era una playa tranquila con hierba danzando al viento. Papá veía una guerra y yo veía algo bonito.'

'Me gusta.'

'Desearía que las olas se movieran del mismo modo que lo hacían aquel día.'

'Si quieres, creo que puedo hacer que ocurra para ti.'

'Creía que no se te permite hacer magia fuera del colegio.'

'No se me permite, pero tengo mi propia manera de hacer que ocurran cosas.'

Petunia se envolvió las piernas con los brazos y apoyó la barbilla en las rodillas. 'Todavía desearía ir a Hogwarts como tú y Lily.'

'Sabes, Petunia, la razón por la que Lily y yo vamos a un colegio especial no es necesariamente porque seamos mejores, sino porque somos peligrosos si no aprendemos cómo controlar la magia en nuestro interior.'

'No son sólo los hechizos y los movimientos de varita, Severus. Simplemente desearía poder ver el castillo y todas las criaturas de la manera que Lily habla de ellas. Sólo quiero que sean algo más que historias.'

'¿Qué te hace pensar que nuestro mundo es invisible para ti?'

'Porque hasta el día de hoy todavía no he visto ningún dragón o unicornio haciendo cabriolas por ahí.'

'Petunia, la única razón por la que no has visto nada de eso hasta el día de hoy es porque, como la mayoría de los muggles, huyes de la idea de que es real. Si deseas verlo, tienes que creer en ello.'

'¿Es así de sencillo?'

'Es así de sencillo. Si todavía quieres ver esas olas moviéndose, podrías darme tu pintura.'

Petunia se puso en pie sobre la cama y con cuidado sacó la pintura de su gancho. Se la entregó a Severus, que le dio otra buena mirada de cerca.

'Estoy impresionado por la cantidad de detalle que pusiste en esto, Petunia.'

'Gracias,' dijo ella, poniéndose un poco roja. 'Eso de verdad significa mucho viniendo de ti.'

'¿Cómo es que no quieres ir a la escuela de arte?'

'No estoy segura. Vernon no cree que sea buena idea que vaya. Dice que no hay dinero en el negocio del arte, y tengo que estar de acuerdo con eso.'

'Tampoco hay dinero en trabajar en una aburrida oficina todo el día,' dijo Severus con más energía de la que pretendía. 'No dejes que un hombre arruine tu magia, Petunia. Tu talento es demasiado valioso para desperdiciarlo.'

Ante eso, Petunia casi comenzó a llorar de nuevo. 'Sólo quiero vivir una vida normal, Severus.'

Severus puso las manos sobre la pintura. 'Como Lily dijo antes, tu familia no es normal. Nunca lo será y, quizá, tienes que aprender a aceptar ese hecho en lugar de dejar que un hombre te fuerce a una normalidad en la que no creciste.'

Él sintió un cálido resplandor comenzando a fluir a través de sus manos, esforzándose por imaginar cómo debían haberse visto las olas el día que Petunia y el resto de la familia estuvieron allí.

'¿Cómo aprendiste a hacer esto?' preguntó Petunia con curiosidad.

'De mi madre,' dijo él honestamente. 'Ella ha pasado toda su vida sabiendo cómo hacer magia no verbal y sin varita, ya que nunca pudo pronunciarla en voz alta.'

'Eso casi parece un don especial,' dijo Petunia.

Severus sintió las olas comenzando a moverse bajo sus manos, sintiéndose un poco húmedas al tacto. 'Ése es el don de mi madre. Ella no sabe cómo destruir. Sólo puede sanar y crear, y pienso que es hermoso.'

Una vez satisfecho, levantó las manos, revelando las olas rodando lentamente sobre la playa con la marea. La arena se movía con el reflujo del agua y la hierba de la duna ondeaba suavemente al viento.

Petunia lo miró con ojos llorosos, sólo que esta vez de felicidad. 'Éste tiene que ser el regalo de Navidad más hermoso que jamás he recibido.'

Con cuidado, ella tomó la pintura de las manos de Severus y volvió a colgarla en la pared. 'Voy a mirar esto toda la noche.'

'Me alegra poder ser de ayuda. ¿Todavía quieres postre o preferirías que te deje en paz?'

'Bajaré contigo. No querría perderme el pastel de limón que hemos hecho yo y mamá.'

Antes de que volvieran abajo, a Petunia le quedaba algo por decir. 'Mi hermana tiene suerte de tenerte como amigo, Severus. Puedo verlo ahora.'

. . . . . . . . .

N/A Sí, Severus está haciendo magia sin varita aquí. Como mencioné en un capítulo anterior, creo que es sólo la magia canalizada a través de varitas la que el Ministerio es capaz de rastrear.