Marcus estaba realizando algunas preparaciones, si eso iba a continuar en las siguientes rondas, entonces necesitaría encargarse de una vez y por todas para que no haya problemas en el futuro, así que tuvo que prepararse con todo lo necesario, no podría contar solo con sus habilidades sino que tuvo que reunir algunas armas, un bastón eléctrico para usar y también un par de pistolas aunque esperaba no usarlas realmente, más que nada porque, al ser un lugar sumamente tranquilo, presenciar muertes era lo menos que deseaba que sucediera en ese mundo, por si acaso consiguió munición que adormece a la gente, algo más seguro, gracias a que el doctor descubrió una forma de enviar objetos a ese mundo, logró equiparlo.

- ¿Está todo listo? – Preguntó Williams.

- Claro, ya me pondré en camino, espero logre avisarme de todos los cambios doctor.

- Por supuesto jefecito, estaré atento a todo lo que surja por mi propio lado, mucha suerte.

- Gracias. – Colgó, en ese momento salió de la habitación de hotel y se puso en camino, al salir del edificio, fue al vehículo prestado del staff para ir a la única zona donde quizás podría obtener la respuesta que busca, el edificio de la dieta.

- Que todo salga bien… - Comentó por debajo mientras salió del vehículo, lo que estaba por realizar era considerado un crimen pero sería por el bien de ese mundo. Pudo observar un par de guardias en la entrada, en eso sacó un arma con munición adormecedora y apuntó, logrando dar a uno de ellos.

- ¿Qué pasó? – Preguntó al ver a su compañero caer para después ser el siguiente en dormir, Marcus se acercó para apartar a los guardias desmayados a un lado y esconderlos, sacando una especie de tarjeta de uno de ellos, con eso tendría acceso a habitaciones más adelante.

- Ahora sé como se siente Hitman al hacer esto… - Abrió la puerta para adentrarse al edificio, esperando no encontrar algún problema dentro o verse en peligro. Al avanzar por los pasillos se escondía en cada parte que podía para evitar ser visto, escuchando algunos pasos por la cercanía, fue así que buscó esconderse.

- Pronto podrá hacerse con la energía misterios que azota en el sur de la ciudad. – Comentó un guardia.

- Ya veo, eso garantiza nuestro sueldo por mucho tiempo, aunque tuvimos que pagar un precio pero no importa, mientras nos ahoguemos en dinero, nada más es necesario. – Ambos empezaron a reír, Marcus chasqueó la lengua por debajo.

- (Así que sacrificar los sueños de chicas jóvenes… eso es algo totalmente inaceptable.) – AL escuchar que se fueron, salió para seguir con su objetivo, si llega hasta la oficina del primer ministro quizás pueda obtener lo que busca al respecto y entonces arreglar todo aquello sin hacer demasiado ruido, era lo mejor, no deseaba buscar involucrar a todo el mundo, sería un héroe anónimo que regresaría todo a su cauce natural y las cosas terminarían sin problema alguno.

Al continuar avanzando, llegó al segundo piso, esperaba ver que la oficina esté en un punto muy cercano o quizás no avanzar demasiado, no quería llamar la atención al respecto.

- Veamos por donde puedo ir… - Así es que pudo avanzar y esquivar más guardias, subiendo otro piso hasta ver una oficina grande. – (Quizás sea ahí…) – Abrió la puerta con la tarjeta para entrar, dentro se encontraba un hombre.

- ¿Necesitas algo?

- Claro. – Le apuntó con su pistola. – Busco que canceles la ley y regreses la cultura idol a Japón. – Respondió el pelinegro, por dentro el primer ministro soltó un suspiro.

- Ya me esperaba que llegara algún extremista a amenazarme por ello…

- No es una amenaza, lo que haces es quitarle la cultura idol a Japón, eso es algo que no puede aceptarse, arrebatar los sueños a chicas que se han esforzado por llegar a la cima de lo más alto, el poder brillar por luz propia, es algo que deseo proteger a costa de todo lo posible.

- ¿Eso dices? No es un mal argumento pero deberías entender, esto beneficiará a Japón a largo plazo, es un sacrificio necesario para conseguir prosperidad.

- Un Japón prospero no es necesariamente que sea aburrido, debes devolverles la felicidad a las personas.

- Esa es tu opinión, yo tengo otra… - En ese momento una sombra negra comenzó a rodear al ministro, Marcus sintió el peligro por lo que retrocedió. – No sé cuando llegó este poder pero con esa energía, es algo que debo de utilizar y eliminaré a cualquiera que se ponga en mi camino. – Una onda expansiva golpeó a Marcus, este voló fuera de la oficina hasta impactar la pared.

- Mierda… parece que has mostrado tus verdaderos colores, lo que sea que te esté controlando.

- Nada mal ¿no? La energía me ha otorgado este poder y lo usaré para lo necesario. – Nuevamente extendió su mano, esta ocasión Marcus fue levantado en el aire como si algo invisible lo estuviera sujetando. - ¡Esto es grandioso, ahora demostraré que nadie debe meterse en mi camino!

- Maldición… - Marcus logró apenas apuntar su pistola y disparar, logrando acertar en el cuello del ministro, esperaba que pudiera caer dormido pero no pasó. - ¿Por qué?

- Eso te preguntas, este poder es tan intoxicador que nada más me afecta, ahora… vengan guardias. – Llegaron guardias que estaban bajo el mismo estado, Marcus tenía que salir de esa, fue entonces que buscó un sitio, ahí vio un extinguidor, apuntó su arma y disparó, haciendo que este estallara y cubriera todo en humo, algo más que suficiente para que lo soltaran y empezara a correr, tomó su teléfono.

- Doctor, necesito análisis.

- ¿Pasó algo?

- Una especie de fuerza extraña se apoderó de la gente aquí, como si tuvieran poderes.

- ¿En serio? Déjeme hago el análisis rápido. – Marcus vio otros dos guardias ponerse frente a él, a uno lo golpeó con un derechazo al rostro para derribar, al otro lo saltó por encima y entonces pateó en la espalda para que impactara el muro, de tal forma siguió su huida hasta llegar a la entrada pero ocurrió algo que no esperaba.

- Maldición… estoy rodeado… - Varios guardias lo tenían atrapado ahí.

- No se resista. – habló uno de ellos, el pelinegro no tuvo de otra que levantar las manos, en eso escuchó la voz del doctor.

- Ya tengo los resultados, las ondas origen del mundo se han distorsionado bastante y es que un fenómeno foráneo ha estado invadiendo hasta ahora la línea principal.

- ¿Un fenómeno? No hay algo más preciso.

- No he podido tener el tiempo, este es el diagnóstico más acertado que he podido sacar, si quisiera conseguir algo, me tomaría al menos una semana para entender. – El pelinegro chasqueó la lengua, en eso fue golpeado por uno de los guardias en el rostro.

- Ya no hay por donde escapar. – Lo derribaron en el suelo, colocándole esposas, los guardias sonrieron en victoria mientras Marcus solo podía gruñir, no quería que todo acabara de esa forma.

- Ahora es cuando imploro que suceda algún Deus Ex Machina ¿hola? ¿alguien por ahí?

- ¡Mar-kun! – Escuchar esa voz le trajo alegría por primera vez, Yoropi había llegado y con muchos hombres más.

- No sabes cuánto me alegra verte Yoropi.

- Claro, la asociación de Wotas no abandonan a un compañero en necesidad, debiste avisarme qué harías esto.

- Lo siento… era mi pelea.

- Pues ya no estás solo. – En eso Yoropi y cada uno de los miembros de la asociación sacaron armas de sus espaldas, pistolas, ametralladoras y demás.

- ¿De dónde sacaron eso? – Preguntó el pelinegro, Yoropi soltó una risa por debajo.

- Obviamente cuando se trata de proteger a nuestros ángeles, debemos prepararnos para lo que sea, y es que además de ser una simple asociación de Wotas, también tuvimos entrenamiento militar para cualquier suceso que amenace con nuestro hobby.

- Debo decirlo… eso es cool.

- Dejen de hablar, disparen. – Los guardias comenzaron a disparar, cada uno de los Wotas fue a cubrirse de la lluvia de disparos mientras respondían de regreso, Marcus aprovechó, dando un cabezazo al que lo capturó y empezar a correr lejos de ahí para cubrirse.

- ¡Por aquí! – Yoropi lo llamó, llegando hacia donde estaba. – Déjame te saco las esposas. – Usando un pasador, lo introdujo para poder abrirlas, quedando libre.

- Gracias por eso… y también me disculpo, pensaba que eras un simple gordo otaku. – Yoropi empezó a reír.

- Descuida, es común que piensen eso de mi persona pero lo acepto a mucha honra… por ahora tenemos un problema más grave.

- Es verdad… escucha, solo necesito que ganen tiempo, puedo encargarme de darle un final a esto.

- Claro, dime que hacer y lo ordenaré, toda la asociación está de tu lado. – Marcus sonrió, comenzando a explicarle el plan a Yoropi.


La batalla entre ambos bandos seguía igual de acalorada, no se encontraban bajas por el momento y decidieron recargar sus municiones.

- Por la izquierda. – Señaló un guardia, vieron dos Wotas ahí que dispararon, estos se cubrieron. – Por la derecha. – otros dos se asomaron para luego cubrirse. – Parece que buscan tenernos contra la espalda y la pared.

- Descuida, ellos aprenderán lo que sucede cuando se meten con la ley.

Aprovechando la distracción, Marcus se escabulló por encima de una tienda y saltó de techo en techo para llegar al callejón del edificio, entraría por una puerta trasera para acabar con eso, solamente haría falta una forma de suprimir sus poderes, en eso recibió una llamada del doctor.

- Logré hacer un análisis más profundo y parece que hay una forma de acabar con esto sin bajas. – Respondió, el pelinegro enarcó una ceja.

- ¿En serio?

- Claro, la anomalía que azota ese mundo puede controlarse, solo hay que eliminar la causa, o más bien dos causas que hay.

- Las causas serían… primero esa energía extraña y lo que está poseyendo al primer ministro.

- Bingo, y para ello desarrollé una munición rápida pero que podrá atacar de raíz la anomalía. – Un estuche de balas aparecieron en la mano de Marcus. – Si dispara con esa munición especial de titanio y reforzado de oro al cinco por ciento, podría llegar a la raíz del fenómeno.

- Entendido… parece que hizo bien su trabajo.

- Lo aprecio, ahora, si hablamos de un aumento, quisiera… - Antes de terminar, el pelinegro colgó, ya con la posible solución, se puso en camino, por suerte todos los guardias estaban ocupados con la batalla de afuera por lo que no había nada que se interpusiera en su camino, así logró llegar a la oficina una vez más.

- Así que vuelves para que acabe contigo, eres necio.

-Puedes apostar a que lo soy… ahora no vengo a ciegas como antes, estoy preparado.

- Veamos si tienes lo necesario. – Nuevamente atacó con ese poder misterioso, Marcus lo esquivó rodando en el suelo, buscando una cercanía, si podía acertar un solo disparo sería lo ideal, por ello quiso buscar una forma de agotarlo antes para que no esquivara, de tal forma comenzó a lanzar golpes pero parecían ser bloqueados por algo en el aire. – Eso es inútil.

- Veamos qué piensas de esto. – Lanzó una súper patada a su rostro, el ministro la bloqueó y contraatacó con una onda que lo alejó. – Tsk, de esa forma no podré darle… debo pensar en algo para sobrepasar esa barrera…

Vio a sus alrededores si es que lograría encontrar algo al respecto, de tal modo que todo eran simplemente paredes y tubos por los que pasaba el aire acondicionado…

- (Aire acondicionado… lo tengo.) – Decidió apuntar a uno de estos tubos, el ministro no supo por cual razón lo haría.

- ¿Qué haces? – preguntó cuándo vio todo el vapor que cubrió su vista. - ¿Dónde estás?

- Ahora si no tienes para protegerte. – Se puso a su espalda, el ministro buscó reaccionar pero entonces se escuchó el sonido del disparo.

¡BANG!

- ¿Qué? – No supo que más decir cuando entonces un agujero se abrió en su torso del cual empezó a salir bastante humo negro, empezando a gritar, Marcus tuvo que cubrirse de ello.

- Esto… - Solo pudo ver como toda la habitación fue cubierta de humo hasta que se despejó en el aire. - ¿Era eso?

- Jefecito. – Escuchó la llamada de Williams. – Acabo de observar un cambio en las ondas del mundo, las cosas han logrado calmarse un poco.

- Parece que fue lo correcto… eso significa que esto sirve. – Soltó un suspiro. – Menos mal… - Observó afuera como múltiple humo negro salía de los guardias hasta caer al suelo.

- ¿Y esto? – Preguntó Yoropi, viendo como todos caían desmayados.

- No tengo idea pero ganamos. – Exclamó otro Wota, en eso comenzaron a celebrar. Marcus salió del edificio en aquel momento.

- Bien hecho Mar-kun, lo conseguiste. – Sonrió este, Marcus chocó palmas con él.

- Me queda un trabajo pero no es peligroso, pueden adelantarse ahora. – Le dijo, Yoropi asintió.

- Nos vemos mañana en el trabajo entonces, recuerda que nos quedan varias rondas por delante-pi~

- Lo sé, no puedo abandonar después de todo lo sucedido. – Se despidió con la mano, subiendo a su vehículo. Así hizo su camino hasta la parte sur de la ciudad donde estaba esa energía extraña, vio guardias desmayados por lo que significaba que todo pasó. – Realmente el primer ministro fue la causa de todo…

Se acercó hasta llegar a la fuente de energía, cargando una bala y apuntando, al eliminarla ya todo volvería a la normalidad y el evento continuaría sin problemas.

- … Adiós popó. – Y disparó, en eso la bola de energía desconocida comenzó a desaparecer hasta que se esfumó, aunque antes Marcus hizo algo, agarrando una botella y metiendo un poco. – Seguro el doctor querrá investigar esto… se lo daré como obsequio.

Pasó el día siguiente, ahí el primer ministro actuó como si nada de lo anterior hubiera pasado y entonces revocó aquella ley, haciendo que las actividades Idol vuelvan a Japón, un gran motivo para celebrar al respecto.

- Es bueno que todo volviera a la normalidad. – Comentó Setsuna al ver las noticias. – Es como si lo anterior hubiera sido solo un sueño.

- Quizás es mejor pensarlo de esa forma. – Respondió Karin.

- Y eso significa que podemos continuar hacia adelante con nuestro objetivo. – Comentó Ai, todas asintieron.

- El SIF, ahora vienen más rondas por delante. – Expresó Yu.

- Tenemos que ganar, así seremos las mejores. – Expresó Kasumi.

- Seguro podremos hacerlo. – Respondió Sakaki. – Ahora podremos ir con todo lo que podamos, vamos a esforzarnos por ello.

- ¡Si!

Acabó un gran problema al respecto y finalmente volvería el evento, las chicas tenían sueños por cumplir hacia adelante, así es que se prepararon y con ello la tercera ronda estaba por llegar, a ver hacia dónde es que podrían llegar las chicas.


Ninja Britten 11: Sí que tomó sus riesgos pero igual valía la pena, con tal de proteger a las chicas que estaban presentando en ese momento, por lo menos fue algo que le salió bien.

El Redentor 777: Se le dan bien las acrobacias sin querer jaja, ya todo resultó para un bien mayor en todo esto.

EgonScenic: Pues sí, ya se acerca el final, aunque con Marcus, no tengo nada planeado como un sacrificio, en sí, su saga es algo que pienso desarrollar a largo plazo, este fic es solo una pequeña parte de ese universo en construcción.

Bueno, ya aquí acabamos este arco, dije que no sería muy largo y pues lo cumplí, se dio su batalla pero se las arregló para acabar con todo y ahora volveremos a las clasificatorias del SIF, del mismo modo aviso que el final se acerca cada vez más, ya tengo en mente como será y lo que haremos, nos veremos entonces. Saludos.