—Aome, esta ropa es incómoda.

La azabache lo vio de arriba a abajo totalmente complacida y luego ladeó la cabeza —Pero te vez bien, Inuyasha.

El chico miró hacia sus piernas, ya no tenia su particular ropa, si no que llevaba unos jeans ajustados, una camiseta de seda roja, con algo que Aome llamaba corbata, de color negro, zapatillas y una particular gorra nueva, ademas la chica se tomó la labor de tomar su largo cabello en una coleta, segun ella se ve perfecto, pero al no estar acostumbrado, para el es bastante molesto.

—Tsk... No soy tu juguete para que me pongas todas estas cosas.

—¿No dijiste que querías comer luego de esto? —preguntó, Inuyasha la miró, primero con duda y luego resignación.

—Bien, como sea... Me pondré lo que quieras, solo apúrate para que podamos comer.

Ella frunció el ceño —Qué impaciente eres, quiero ponerte cosas que se te vean bien.

—Hey, ese chico de allí es realmente genial, ¿no?

—Si, se ve tan guapo como un modelo.

—Ella debe ser su novia.

Aome escuchó unas chicas hablando a algunos metros de ellos, terminó sonriendo —Es verdad, Inuyasha y yo parecemos una pareja —sintió sus mejillas algo rojas por imaginar aquello, y se le ocurrió provocar más situaciones entre los dos —Inuyasha elige algo para mi.

—¿Qué? ¿Algo como qué?

—Ropa, tonto... Busca algo para mi.

El chico rodó los ojos y miró a su alrededor, rebuscando entre la ropa —Esto.

Levantó un traje de jean con tirantes, bastante grande para la chica, ni siquiera podría ponérselo sin que le terminara colgando, además era un diseño bastante feo —¿Eso qué?

—Este tipo de ropa te servirá para moverte con más libertad en la época antigua, imagina la agilidad de tus movimientos.

—Eso es tan grande que seguramente si me lo pongo y peleo, termino desnuda. Elije otra cosa.

Volvió a buscar para levantar una camiseta con un feo dibujo de un tomate, la cual tenía escrita la frase "Tomate la vida, con alegría" —¿Entiendes? tomate... Porque es un tomate —explicó el híbrido.

—Tienes un gusto muy extraño, Inuyasha... —Se escucharon las risas de las chicas al fondo, haciendo que Aome se sonrojara. No, definitivamente no parecen una pareja, o al menos una normal.

—Aome, hay zapatos a juego —Gritó el híbrido sosteniendo unos zapatos rojos con dibujos de tomates.

—¡Ya deja eso!

—Intenta usarlo, eres linda, estoy seguro de que si te esfuerzas mucho, podrías hacer que esto también se vea bien.

La chica estaba confundida, sabe que trató de decir algo lindo, pero en su mente esa frase sonó como si fuera algo grosero.