"Lo siento, presidente... No voy a acceder a su pedido..."
Lentamente llevaba su mano hacia su móvil, muy lentamente. Se había decidido a decirle por correo todo... Pero entonces, cuando al fin lo tocó, comenzó a sonar y se volvió a asustar. Estuvo haciendo malabares con el celular antes de poder contestar justo a tiempo.
— ¡¿Hola?! —no recibía respuesta del otro lado de la línea, solo había silencio, demasiado silencio— ¿Tsuruga-san...? —se escuchó una respiración profunda— ¡¿Tsuruga-san?! —no había respuesta— ¿Presidente? —y entonces se escuchó una risa masculina, una risa burlona que no le agradó para nada— ¡¿Quién...?! —se escuchó un suspiro, recuperándose de la risa seguramente, y ella se quedó helada, ella ya lo presentía— Pe-pe... ¿Perro del infierno...? —no terminó de formular su pregunta cuando se colgó la llamada.
Kyoko se quedó petrificada.
Podía sentir cómo se le erizaba la piel y un escalofrío recorrer su cuerpo... Tenía que ser él.
"Ahora qué... ¡¿Qué cosa quieres, perro del infierno?! ¡Maldita sea!"
Y en ese mismo momento, un chico cabellos plateados reía maliciosamente mientras desde el balcón de su hotel observaba la ciudad de Tokio; con un teléfono celular colgando en su mano.
— Pareces de muy buen humor, Reino —Miroku apareció detrás de él posado en el marco de la entrada al balcón.
— ¿Tú crees? —tomó un trago de una bebida energética favorita.
— ¿Sucedió algo bueno? —Reino solo tomó una nota, que estaba sobre una pequeña mesa a su lado, y se la entregó, lo cual lo dejó más confundido y sorprendido.
Reino terminó su bebida y dejó la lata en la mesa, luego con una sonrisa ladina solo pudo decir:
— Diles que ya llegó el momento...
Miroku al principio estaba sorprendido y bastante confundido, pero al ver su sonrisa y su mirada lo comprendió muy bien... Y más aún cuando vio el nombre de la bebida, esa bebida: "Monster".
— Eso haré —sonrió de la misma forma que Reino y entró al cuarto, dejando al aludido en soledad.
"El lobo volvió al bosque, ¿podrás correr, caperucita?"
Kyoko no pudo dormir esa noche.
Ella sentía que algo estaba por suceder... Y no se equivocaba. Recordó su pesadilla, aún podía sentir el horror del corazón partido. Ese dolor de aquella pesadilla que la atormentó convirtiendo sus dulces sueños en tormento. Esa pesadilla que podría volverse realidad, que Ren se entere de sus sentimientos y decida alejarse de ella para siempre, yéndose con otra mujer, y que Shotaro con burla la envíe de regreso a Kyoto. Ah, y no dejemos de lado el gran final, la aparición de Reino y le decía que no se preocupe, que solo era un sueño... Pero con una sonrisa siniestra que la hacía estremecerse por un frío inexplicable.
"¿Habrá sido una premonición?"
Entonces todo tomó sentido, la verdadera amenaza no era Shotaro.
¿Podría ser que Reino ya lo sepa?
Y si Reino lo supiese... ¿Qué haría?
Se acurrucaba con temor entre sus sábanas de solo pensarlo.
Miró su aparato móvil por una eternidad, asustada. Tenía miedo de lo que podría pasar, más que nunca antes. Sho era simple, muy simple de comprender, pero Reino era algo muy distinto. Sí, era un caso aparte, no se podría decir lo que planeaba, mas bueno no era.
Y entonces luego de conformarse, de recuperar el valor y la calma, un nuevo dilema comenzó a agitar su corazón. Se preguntaba qué haría, ¿enviarle o no el mensaje?
Lo pensó bien, y no, no lo haría, no en ese momento.
"Al final el presidente me hizo un favor... ¿Por qué tendría que darle explicaciones si a él no le va a importar...? Yo se lo diré, se lo diré pero... No aún."
Agarró el móvil y le escribió un mensaje.
«Tsuruga-san... Buenas noches, antes que nada. Espero que haya tenido un buen día, que como siempre haya maravillado a todos con su trabajo y... Lo siento... Por lo de la otra noche, de verdad le pagaré la vajilla que rompí. Y bueno, gracias por el ayudarme con María-chan... Amm... Sí... Hoy aquí fue un día extraño y agotador... Demasiado... Hubieron algunas cosas inesperadas, pero no es nada de qué preocuparse... Al final hice el trabajo... Y lo hice bien pero... En fin... Fue un día largo... Que tenga buena noche y... Perdón»
Lo envió y en ese mismo instante lo apagó, previniendo que él le conteste, pues no tendría cómo hablar con él, no tenía el coraje, no por el momento... No aguantaba de alguna forma mentirle.
Mientras tanto en Seúl, dos hombres llegaban por fin a descansar a su hotel, ya eran las cuatro de la madrugada, y no hace falta decir que estaban cansados, agotados... No, eso era en plural, solo Yukihito Yashiro se encontraba así, pues su amigo y representado era un caso totalmente diferente. Se pasaron todo el día, ni bien llegaron, filmando y filmando escenas sin parar, una tras otra, sin descanso ni errores, por lo menos no de parte de Ren. Pero, lamentablemente para ellos, la mayoría de las escenas eran en la noche. No obstante, eso no detenía a Kuon Hizuri, digo, Ren Tsuruga, él quería terminar lo antes posible todas las escenas en Seúl. Quería, no, necesitaba volver a Japón lo más pronto que se pudiera; así que por más que los productores y directores le sugirieron que descanse aunque sea en su primer día en Corea, él no aceptó de ninguna forma.
"¡Qué responsable y profesional!"
Muchos se admiraban pensando eso y lo murmuraban, mientras Yashiro solo sonreía burlón. Claro que eso era muy cierto, era responsable y profesional, eso nadie podría ponerlo en duda... Pero sus motivos eran muy diferentes a los que el resto se imaginaba.
Y volviendo al motivo de su buen humor, era muy simple... Cuando tuvieron un breve descanso, pues de todas formas Ren era humano y sus compañeros también, cansado fue a dónde Yashiro, quien lo miraba extrañamente feliz.
— ¿Sucedió algo?
— No lo sé —le extendió el móvil a su dueño—. Sonó mientras estabas allá —mirada maliciosa—... Y ese era un tono diferente...
Y eso era porque, para saber que era ella, le puso un tono especial a sus llamadas y mensajes, uno que sonaba a "El , y no le tomó mucho tiempo a Yashiro darse cuenta de eso. Ren quiso revisarlo, o llamarla en ese mismo momento, pero después de la experiencia con Nick, decidió ser más cuidadoso y revisarlo una vez que este en la privacidad de su cuarto.
Ahora Yashiro y Ren estaban en el piso de sus habitaciones, una estaba frente a la otra.
- Buenas noches... -Yashiro soltaba un bostezo- Mañana me cuentas que dijo Kyoko-chan...
Ren se quedó en soledad y entro a su cuarto emocionado, sacó su celular y directamente fue a revisar el mensaje... Su humor bajó a medida que lo leía ¡¿Qué estaba pasando?! Algo le daba mala espina, y así decidió llamarla, pero ella no respondía, su móvil estaba apagado. Suspirando se fue a su nevera y sacó un whisky, una copa y con eso se fue a la azotea de su habitación y comenzó a pensar.
"Cuando ella dice que no hay que preocuparse, es porque si hay que preocuparse... ¿Qué es ahora?"
Miraba a la luna, como si está fuera la ventana detrás de la cual ella se encontraba. Estaba un poco decepcionado, tal vez esperaba algo muy grande, algo como un "Te extraño", pero se moría más que nada por la curiosidad, la conocía, ni si quiera usó emoticones, y los puntos suspensivos no daban buena finta, sin mencionar el perdón de final. Suspiró preguntándose si tal vez su comportamiento seco se debía al beso.
"Tal vez no debí dejarme llevar... Pero... Es demasiado, no puedo más..."
Kyoko no se dio cuenta cuando se quedó dormida, pero seguro que fue muy tarde pues cuando su alarma sonó, se levantó y se miró en el espejo, tenía enormes ojeras y se veía totalmente la magia del maquillaje le ayudó, se puso uno de los vestidos que en algún momento, no hace mucho, su madre de milagro le obsequió. Era uno fino y de marca, como se esperaría de una de las mejores abogadas de Tokio, se peinó y maquilló como Natsu, y salió a esperar a Kanae. Preparaba su bolso, fue hacia dónde estaba su teléfono y lo encendió, se encontró con tres llamadas perdidas de él, suspiró y lo guardó.
Kanae llegó con su representante y se fueron hasta el estudio, pero estaba preocupada por su amiga, pues Kyoko ni si quiera saltó sobre ella cuando se encontraron, solo la saludó como una persona normal... Eso la asustó en sobremanera. Kyoko estaba perdida en sus pensamientos y no se daba cuenta de la preocupación con la que la observaba su mejor amiga. Y no hablaron hasta que las estilistas terminaron de arreglarlas y las dejaron solas en los camerinos.
- ¡AHORA SÍ! ¡¿QUÉ DEMONIOS TE PASA?!
- Mo... ¿Moko-chan?
- ¡No! ¡NO! ¡NO! ¡NO ME VENGAS CON ESO! ¡AHORA PONTE A HABLAR! - Kyoko estaba asustada y atónita por la agresividad de Kanae y su preocupación, muy a su estilo- ¡AH! ¡YA SÉ! ¡¿El cantante con el que grabaste el vídeo ayer te hizo algo?! ¡Dime quién es ese novato!
- No... Espera, Moko-chan... No entiendo... ¿Yo? ¿Me estaba portando extraño?
- No... ¡No inventes, Kyoko! ¡Casi me matas del miedo! ¡PRIMERO NO TE LANZAS A ABRAZARME CUANDO LLEGUÉ A RECOGERTE Y AHORA TE QUEDAS CALLADA Y PENSATIVA TODO EL RATO!
Kyoko se quedó en silencio, se sorprendió de cuan libro abierto podía ser para su amiga. Suspiró y luego le dirigió una sonrisa.
- Oh, Moko-chan... ¿Esto es porque no te di un abrazo esta mañana? -sus ojos empezaron a brillar- ¡Moko-chaaaaaaaaaan!-se lanzó sobre ella y la empezó a abrazar, casi dejando a su amiga sin aire- ¡Lo hubieras pedido antes!
- ¡Nooooooo! ¡NO ME REFERÍA A ESO! ¡NO! -con fuerzas reunidas de su desesperación por respirar, Kanae se la logró quitar de encima y comenzó a tomar aire- ¡Tú...! No... ¡No cambies la dirección del asunto! -le decía jadeando y cuando se recuperó continuó- ¡No me puedes engañar! ¡Te conozco! ¡Ahora suéltalo todo si quieres que sigamos siendo amigas! ¡¿Es que acaso te gusta ir por ahí preocupando a la gente?!
- Moko-chan... -miró afligida al suelo- Yo...
- ¡Chicas...! ¡La transmisión esta por comenzar! ¡Al plató, por favor!
- No creas que lo dejaré así. -Kane se levantó y caminó hacia la salida del camerino, pero antes de que salga su mano fue tomada por la de Kyoko, se giró y la encontró mirando hacia el suelo.
- Moko-chan... Te lo contaré todo... Lo prometo...
- ¡Chicas! ¡Vamos! ¡No hay tiempo que perder! -una pequeña chica de voz chillona ojos y cabello corto y negro salió corriendo muy animada, parecía del tipo loli, y luego se encontró con Kyoko- ¿Tú eres "Kyoko"? -la miró seriamente de pies a cabeza.
- Sí... -Kyoko respondió confundida.
- Kyoko ella es Hana Makiko, con ella conduciré el programa...
En ese momento la apariencia de Kyoko era como la que tenía en la fiesta de Dark Moon, solo que en esa ocasión llevaba el vestido casual pero elegante que le regaló Saena, pues al estilista le gustó y le dio el visto bueno.
Se veía sensacional, no hace falta decirlo, y la pequeña chica, Hana Makiko solo pudo sentir lástima por su amiga Mimori quien le contó una que otras cosas, y también a otras modelos y amigas, lo cuál sin duda inició ese rumor que por el momento no escapaba de los murmuros en los camerinos.
- No seas ambiciosa... -dijo y se voleó con desdén, dejando a Kanae y a Kyoko sorprendidas.
- ¿La conocías de antes?
- No...
Entonces sonó una campana que indicaba que el programa estaba por comenzar y Kanae y Hana se sentaron en el plató mientras Kyoko esperaba a que la llamen. Kanae parecía otra persona, una más carismática y divertida, mientras tanto Hana era la típica adorable.
- Bien... Chicos prepárense que les traeremos a su villana favorita... -anunció Hana.
- Demos la bienvenida a... ¡Kyoko! -Kanae anunció con una sonrisa de revista.
Kyoko entró con gracia y todos se quedaron lelos al mirarla, estaba preciosa. Comenzaron a hablar de cosas triviales y empezaron a llegar las consultas amorosas, pasaron varias y Kyoko solo seguiá la corriende, asentía o secundaba de vez en cuando, de verdad no sabía qué decir... ¡Hasta niñas de doce años tenían problemas amorosos más serios o interesantes que ella en toda su vida !
- Entones el siguiente... «Hola, tengo trece años y desde hace algún tiempo estoy en duda, casi me besé con mi mejor amigo y ahora la situación es extraña porque me confesó sus sentimientos por mí y le correspondo pero... No he sido besada nunca y me siento muy nerviosa porque él quiere besarme ya y tengo trece años, la mayoría se reiría de mí por esto pero no me siento lista... ¿Kyoko-sama a cuando diste tu primer beso?»
Cuando Hana Makiko terminó de leer esa pregunta, todas las miradas y cámaras se enfocaron en Kyoko, quien de pronto se puso helada.
- Kyoko-san...
- Bueno yo...
Ren miraba el programa desde la laptop que Yashiro muy emocionado le mostraba.
- Yo... No fue hace mucho, en realidad... -todos se sorprendieron por esa respuesta, y ella se sonrojaba cada vez más- La verdad fue hace unos meses...
"Ahora hablará del beso con Tsuruga-san... "
Pensaba Kanae, mientras mentalmente ponía los ojos en blanco y se cruzaba las piernas.
-¡¿Ehhh?! ¡¿Puede ser que tenga novio Kyoko-san?!
"Si es así entonces Mimi-Chan podrá estar tranquila..."
Hana pensaba en su amiga, Mimori había hasta llorado por la poca atención que le prestaba su amado Sho y muchas veces la trató muy rudo, desquitándose con ella de sus malos humores que hasta para Mimori es obvio a qué, mejor dicho a quién, se debe.
- No... Es más bien... Un viejo amigo... -sonrió con ternura recordando a Corn- Un amigo de la infancia...
Desde un camerino, en un estudio televisivo un muy sorprendido oxigenado miraba el programa, luego sonrió maliciosamente y dirigió su atención a Shoko, quien a su lado miraba completamente sorprendida la pantalla de la televisión frente a ella. Sí, no fue hace mucho tiempo cuando Shoko escuchó una conversación de Ogata y Asami, en la que Ogata le contaba lo tensa que era la situación en la filmación de "Demonds Heaven", lo que a ella ya le constaba, pero entonces Ogata mencionó un incidente en Dark Moon, cuando Sho el día de San Valentín le robó su primer beso a Kyoko.
Ahora Kyoko estaba ahí, en el programa, contando su primer beso, sonrojándose y sonriendo como niña ilusionada, y diciendo que fue con un "viejo amigo", un "amigo de la infancia"... La conclusión a la que llegó no era difícil de deducir.
"No... ¡No puede ser! ¡¿De verdad lo logró?! ¡¿Cómo?! Si ayer él estaba de un humor irritable y regreso solo a Tokio... ¡¿De qué me perdí?!"
Miró a Sho, él estaba con una sonrisa maliciosa, y un peligroso brillo en la mirada.
- ¿Lo ves, Shoko? No hay nada que recuperar... -se ríe- No se recupera algo que nunca dejó de ser tuyo...
Shoko se quedó impresionada, no podía dar crédito a lo que estaba pasando.
- ¡Fuwa-san! ¡Hora de salir!
Sho sonrió y con Shoko siguiéndolo, aún sorprendida se dirigía hacia el plató.
