-como… va todo?- dijo sin saber muy bien de que hablar.
-bueno, no muy bien, como puedes ver.
-si, es… normal, tendrás molestias unas semanas más.
-si, el médico dijo lo mismo pero Rick se vuelve loco de pronto.
-ella sonrió.- si, tu padre también.
Luego nos quedamos en silencio, casi podía escuchar el sonido de mi estómago, mientras seguía bebiendo de la taza, me parecía un poco estúpido, contrario a lo que se podría pensar mi madre y yo no sabíamos de que hablar, había incomodidad en ambas, una incomodidad que no tenía un origen real, me hacia pensar que por más de un año mi madre había fingido estar bien con la idea de que estuviese con Rick, de la boda y ahora del embarazo.
La escuché suspirar, luego miró al techo, parecía buscar las palabras allí.
- mamá …-dije, intentando decir lo que pensaba.
-ella me miró entonces.-lo lamento.-dijo.- pero creí que estaba preparada para esto.
-para esto?, para que?.- pregunté confundida.
-para dar el siguiente paso…-volvió a suspirar.- me equivoqué…- esperé a que continuara.- imagine que las cosas serían diferentes, que estarías viviendo tu vida diferente.
-no te das cuenta que eso fue solo tu imaginación.
-lo sé, lo sé.- dijo pasando sus manos sobre su cara, lucia frustrada.- me equivoqué…
Detuvo su discurso, movía sus dedos nerviosa, no me atreví a decir nada más, no quise que mis palabras sonaran como un reproche pero justo en ese momento era lo que quería hacer, quería decirle que era muy injusta, que era mi vida y que yo decidía que hacer con ella pero preferí guardar silencio.
-era solo una fantasía.-dijo volviendo a hablar.- no tenía derecho… pero eres mi hija, eres la única, quería que fueses feliz…
-pero soy feliz, por que no puedes verlo, no puedes ver que todo en mi vida me hace feliz.- intentaba no perder la calma.
-lo sé.-dijo solamente.
-y… entonces… que sucede?
-han tenido muchos problemas, los problemas con Richard, la…
-basta mamá, esas son solo excusas, no aprobaste mi relación con Rick desde el principio y aun es un problema para ti que sigamos juntos, sabes que… no te entiendo, siempre dijiste que Rick era un buen hombre, siempre lo alabaste pero ahora es muy difícil entender que me haya enamorado de él.-suspire.- siento tristeza, por ti, porque eres mi madre, por que te amo, lo haré toda mi vida y me parece ridículo que a estas alturas sigas creyendo que Rick no es para mi y que mi relación con él no debería ser.
Intenté contener las lágrimas mientras trataba de articular mis ideas y mis palabras, no quería decir algo de lo que quizá me arrepentiría después, pero poco a poco me daba cuenta de lo que esta conversación significaba, pronto lo vi como el punto que definiría un antes y un después, no era solo que mi madre estuviese molesta por no haberle dicho del embarazo antes, era que mi madre se había inventado una historia diferente a la que estaba sucediendo, había fantaseado con una vida que al final no sería la mía, y quizá no debería culparla por eso, ahora que estaba embarazada yo también tenía la costumbre de pensar como sería mi bebé, ya ahora me imagino lo que podría ser, sin embargo al bajar la vista y mirar mi vientre aun plano, deseo no hacer lo que ahora mi madre hace.
-lo siento.- dijo ella, casi inaudiblemente.
No sabía que decir al respecto, no sabía si eso me llenaba ahora, tampoco sabía si era mi situación, si el embarazo era el que me hacía por un momento no aceptar esa disculpa.
La miré por unos segundos, quizá minutos, miré sus ojos y suspiré una vez más.
-que estamos haciendo?.- dije.
Ella me miró fijamente, sonrió tímidamente, mis manos tomaron las suyas, sentí su calor.
- mamá no podemos vivir asi, no está bien.
-soñé con algo que no era real.
-bueno, tal vez deberías dejar de pensar en eso y empezar a pensar en lo que sigue.
-tal vez.- dijo ella bajando la vista al suelo.
Una hora más tarde la vi salir, se despidió de mi después de estar segura de que me sentiría mejor, la observé desde la puerta, sus pasos lentos y su cabellera ondeando con el viento, levanté mi mano cuando ella me miró algunos segundos y luego siguió su camino.
Volví a mi sitio en el sillón, vi una película, eran cerca de las 5 cuando Rick volvió, escuché sus pasos antes de detenerse y abrir.
-estas bien?.- preguntó preocupado.
-si, ahora si.
-tu madre me llamó, ella dijo que estuvo aquí.
-si… mi papá le llamó y ella vino.
-y como fue?, no hubo problemas?
-no, fue extraño pero creo que estuvo bien.
-bien.
Rick preparó la cena esa noche, no volvimos a hablar del tema, quizá él no quería generar un conflicto más grande o quizá no le daba tanta importancia como yo lo hacía, sólo, quizá.
Un mes después.
Otro mes pasó desde entonces, mis malestares habían disminuido con ayuda de algunos medicamentos y de Rick que monitoreaba mis horarios de comida, decía que debía mantenerme bien alimentada, aunque yo aún sentía que los olores de la comida me provocaban unas náuseas terribles, soportaba valientemente las ganas de vomitar.
La siguiente cita con el médico había sido bastante interesante, la imagen en el monitor nos había provocado demasiadas sensaciones, pudimos ver sus pequeños brazos y piernas, se movía y parecía saludarnos o eso fue lo que el médico dijo, la mejor parte fue escuchar su corazón, nada superaba a la parte de escucharlo latir, cada vez era increíble, lo mejor.
De nuevo, una mañana llegó mi madre, llevaba un par de semanas trabajando con mi padre, después de aquel incidente y la cancelación de la entrevista de trabajo, habíamos vuelto a intentarlo, Rick preparó mi currículum una noche antes, me divertí mientras Rick intentaba buscar las palabras adecuadas para escribir, luego se había dedicado a jugar mientras intentaba meter sus manos bajo mi ropa, pero esa quizá sería una historia que jamás le contaría a alguien, ahora luego de algún tiempo y sin una razón aparente mi madre estaba de nuevo frente a mi puerta sin una invitación.
-hola.-dije al abrir.
-hola.- repitió ella.- espero no te moleste, yo quise venir a visitarte.
-pasa.- caminé hasta la cocina.- preparo té, quieres?
-claro… Rick?
-fue a buscar algunas cosas, no debe tardar.
-bien.
-y, a que debo tu visita?
-yo, quise traerte esto.-la vi sacar un paquete de una bolsa de plástico.- me pareció bonito.- lo extendió para que lo tomara.-espero que no sea pronto.
-gracias.
-se que aun no saben que es, pero igual les servirá.
Abrí el paquete mientras ella me miraba y daba pequeños sorbos a la taza de té que había puesto frente a ella, coloqué la caja sobre la mesa cuando por fin quité los sellos adheribles, dentro había un pequeño par de zapatos blancos, unos pantalones y una camiseta, todos del mismo color, todos tejidos.
-esto es hermoso, es muy bonito, gracias mamá.
-sabia que te gustarían.
La puerta se escuchó en ese momento, Rick apareció llevando una bolsa, sonreía al mismo tiempo que caminaba hacia nosotras.
-sra. Beckett.- dijo después de besar mis labios.-no sabía que vendría.
-yo tampoco.- dijo mi madre.- pero he venido solo para dejar esto.- señalo la caja sobre la mesa.- espero que te guste.
Rick miró la ropa y los zapatos, nosotros nos habíamos abstenido de hacer compras, Rick decía que era pronto, que debíamos esperar un poco más, habíamos prometido que haríamos las compras necesarias en un par de meses, cuando supiéramos el sexo del bebé y cuando la fecha estuviese cerca.
-vaya, que lindos son.-dijo después de mirarlos.
-debería irme.-dijo ella levantándose de la silla.-debo ir a casa
-gracias.- dijimos los dos, antes de verla salir.
-preparamos la comida juntos?
-si.
Rick miró una vez más la ropa dentro del paquete, sonrió un poco y luego besó mis labios rodeando mi cintura con sus brazos.
-quizá comienza a cambiar de opinión.- besó mi mejilla y luego caminó hasta la cocina.
-quizá.-dije caminando detrás de él.
