Cerrando la Puerta en Spinner's End

Severus, junto al resto de la familia, estaban parados frente a su antigua casa en Spinner's End.

Erwin había traído el coche para cargar las cosas que Severus quisiera llevarse a casa consigo.

'¿Estás listo, Sev?' preguntó Lily cuando se paró a su lado junto a la puerta delantera.

'No tengo mucha elección, ¿verdad?'

Sacó la llave del bolsillo y abrió la puerta de par en par. Era sorprendente cuán fácilmente las cosas se volvían polvorientas y frías en cuestión de días. Siempre había sido una casa sombría, pero al menos la presencia de su madre había sido un pequeño rayo de luz.

Petunia se remangó. '¿Qué hay de todos los libros, Severus?' dijo mientras señalaba las estanterías en la sala de estar.

Sólo había una estantería en la sala de estar, en contraposición a las numerosas estanterías que tenía cuando la casa había sido suya. La mayoría de los libros estaban relacionados con la magia y todos habían pertenecido a su madre.

'Me gustaría llevármelos. Quizá pueda donar algunos a la biblioteca de Hogwarts.'

'Entonces me pondré al trabajo y los meteré en cajas,' dijo Petunia con determinación, mientras comenzaba a sacar libros del estante superior.

'Árnica y yo iremos arriba y veremos qué podemos encontrar,' dijo Erwin, y juntos desaparecieron escaleras arriba, con bolsas de basura en la mano.

Severus y Lily se dirigieron a la cocina. Las manchas de sangre todavía cubrían el suelo y los armarios de la cocina. Lily apartó la vista, pero Severus no pudo evitar mirar.

En el rincón, vio los pedazos de las varitas que Tobías había roto.

'Lily,' dijo él suavemente, 'es más fácil enfrentarse a algo que apartar la vista.'

Lily abrió los ojos, viendo a Severus sentado en una de las sillas de la cocina con los trozos rotos de las varitas en las manos.

'La mente tiende a empeorar las cosas si no podemos ver la realidad.'

Ella se sentó a su lado, mirando los trozos rotos de las varitas en sus manos. 'Creo que comprendo lo que quieres decir.'

'No me importan mucho las cosas,' dijo él, 'pero quiero conservar éstos como recordatorio de lo fácil que es romper algo que te importa.'

Lily miró a su alrededor como si estuviera viendo las manchas de sangre en una luz diferente. 'Limpiaré este desastre. Quizá deberías ir arriba y ver si hay algo más de tu madre que quieras llevarte a casa.'

'Buena idea.' Él se metió los trozos de varitas rotas en el bolsillo y se dirigió escaleras arriba.

'Mira toda esta ropa,' oyó a Árnica murmurar para sí misma desde el dormitorio de sus padres.

'Hola,' dijo Severus cuando abrió la puerta. Todo el contenido del armario de sus padres estaba tirado sobre la cama.

'¿Hay algo de tu madre que te gustaría conservar, Severus?' le preguntó Árnica. 'Encontré su vestido de boda.'

Severus lo miró mientras estaba extendido sobre la cama. Era sólo un elegante y sencillo vestido blanco, del tipo que a su madre le habría gustado. Nada lujoso.

'Para ser justo,' dijo él, 'no creo que me vea llevándolo alguna vez.'

Eso hizo reír a Árnica. '¿Crees que a Lily o Petunia les gustaría? Podría pasar por un bonito vestido de verano.'

'No creo que a Petunia le siente bien, es demasiado pequeño para ella,' él alzó una ceja mientras miraba a Árnica, 'y creo que puedo contar con una mano las veces que he visto a Lily llevar vestido.'

'Tienes un buen argumento ahí, Severus. Lo pondré en un montón de otra ropa para donar. Quizá a alguna otra persona le haga feliz.'

Árnica lo dobló y lo añadió al montón de ropa que ya había seleccionado. '¿Estás absolutamente seguro de que no quieres nada de esto?'

Él pasó los ojos sobre toda la ropa que había pertenecido a sus padres. 'No,' dijo, 'sólo me llevaré los álbumes de fotos y dejaré eso.'

Árnica asintió comprendiendo. 'Erwin está en el cuarto de baño. Quizá haya algo allí que te gustaría conservar.'

Erwin estaba ocupado tirando botellas de champú y cepillos de dientes viejos en una bolsa de basura. 'Echa una buena mirada por aquí antes de que lo tire todo,' le advirtió Erwin.

Severus abrió el botiquín. Botes viejos de aspirinas e hisopos de algodón polvorientos no eran nada con lo que emocionarse. Una caja redonda de hojalata, sin embargo, le llamó la atención.

Cuando la abrió, un aroma floral viajó hasta su nariz, y no pudo evitar sonreír ampliamente.

'Mira lo que encontré, Erwin,' dijo mientras le tendía la caja.

'¿Qué es?' dijo Erwin mirándola.

'Sólo huélelo.'

Erwin la olisqueó. 'Huele bien. ¿Qué hace?'

'Es una versión mejorada de un ungüento curativo que hacía mamá. El aroma floral es árnica, y ayuda a eliminar los moratones.'

'Así que mi esposa se llama así por esto,' dijo Erwin alegremente, y se la devolvió a Severus. '¿A qué esperas? Ponte un poco en el ojo.'

Severus se miró en el espejo salpicado de pasta de dientes. Su piel era tan cetrina como recordaba de cuando era adulto. El hematoma en torno a su ojo había pasado de púrpura a amarillo. Ya no le dolía tanto como cuando estaba en el hospital, pero ser capaz de aliviarlo con el ungüento de su madre era una pequeña bendición.

'¿Algo más que quieras conservar?' preguntó Erwin.

Severus se metió la caja de hojalata en el bolsillo y sacudió la cabeza. 'Iré a limpiar mi cuarto.'

Una vez entró en su habitación, abrió su baúl y metió todo lo de su escritorio dentro.

En dos viajes escaleras abajo, tenía su bajo, ampli, y un baúl lleno hasta el borde esperando junto a la puerta para llevar a casa.

'Severus,' fue Petunia quien lo llamó, '¿podrías venir aquí un segundo?'

Petunia le pasó un álbum de fotos. 'Encontré algunos de éstos en las estanterías. Imaginé que podías querer ver esto.'

Dentro había fotos muggles, en su mayor parte de él y su madre. En algún lugar hacia el centro del álbum, encontró la misma fotografía que Lily tenía en su habitación. La misma fotografía que había hecho pedazos hace tanto tiempo.

'Gracias por encontrar esto, Petunia.'

'¿Quieres que lo ponga con el resto de libros? Voy a hacer un viaje a casa con ello ya que el coche ya está cargado.'

'¿Sabes conducir?' preguntó sorprendido.

'Uhm, sí, obtuve mi permiso el año pasado. Papá me dio las llaves.'

'Gracias,' volvió a decir. 'Voy a ver qué está haciendo Lily.'

En la cocina, Lily había logrado fregar casi todas las manchas de sangre del suelo y los armarios. 'Desearía poder usar magia,' dijo irritada.

'Quizá no sea tan malo hacerlo a mano,' le dijo Severus. 'Agitar una varita todo el tiempo tiende a hacernos perezosos a la gente mágica.'

Lily lo miró de una manera que habría hecho enorgullecerse a la Profesora McGonagall. 'Aquí hay una esponja,' dijo mientras mojaba otra esponja en un cubo de agua jabonosa, 'y aquí hay toda una zona donde puedes comenzar a fregar,' dijo mientras señalaba una mancha de sangre en el suelo.

'Debería haberlo sabido,' dijo Severus derrotado.

Él se sentó con las piernas cruzadas en el suelo y comenzó a fregar. Por espantosas que fueran las manchas, de un modo extraño y retorcido, era relajante verlas desaparecer. Se sentía limpiarse, ver la escena del crimen disolverse y retornar a la cocina que una vez fue.

Petunia regresó un momento después con el coche vacío. '¿Hay algo más que tenga que llevarme a casa?' preguntó cuando se paró en el umbral de la cocina.

'Árnica tiene algunas bolsas llenas de ropa que van a donarse,' dijo Severus, 'y mi baúl, bajo y ampli. Todo lo demás se queda.'

Unos momentos después el piso superior había sido limpiado. Se tiraron bolsas llenas de basura, y las bolsas de ropa, junto con las demás pertenencias de Severus, fueron metidas en el coche.

Todos los muebles iban a quedarse. La casa era de alquiler, así que, o bien los propietarios los pondrían a la venta o las personas que iban a mudarse aquí se los quedarían y usarían.

De cualquier modo, Severus ya no quería ni necesitaba preocuparse por ello.

Ya no quedaba espacio en el coche para cinco personas, así que Lily y Severus se ofrecieron a volver caminando a casa.

Severus sostuvo la puerta para Lily mientras salía. Le echó una última mirada y cerró la puerta tras él para siempre.

'¿La echarás de menos?' le preguntó Lily mientras caminaban de regreso a casa.

'Un poquito,' admitió él. 'Asocio más malo que bueno con ese lugar, pero ha sido mi hogar durante mucho tiempo.'

'Estoy orgullosa de ti, Sev,' le dijo Lily con una sonrisa.

'¿Por qué te enorgullecerías de mí?'

'Porque por primera vez desde que te conozco, finalmente has comenzado a abrirte un poco.'

Una vez llegaron a casa, Severus se puso al trabajo seleccionando sus pertenencias. Era notable cuántas cosas podía poseer una persona, una vez que comenzabas a meterlas en cajas.

Le llevó mucho rato seleccionar entre todos los libros y álbumes de fotos. Conservó los álbumes y algunos libros para sí. El resto iba a donarse a la biblioteca de Hogwarts.

Árnica prometió que se haría cargo de toda la ropa que habían recogido. Él seleccionó con Lily todo lo de su baúl. Ahora era su ropa la que estaba colgando en un armario y su bajo estaba junto a la guitarra de Lily, la habitación del ático comenzaba a sentirse un poco más su propio sitio.

Después de cenar, todos se sentaron en el sofá esperando la llegada de Dumbledore.

'¿Cómo va a llegar exactamente el Profesor Dumbledore?' preguntó Petunia.

Ésa era una buena pregunta, pensó Severus para sí mismo. 'Con suerte se aparecerá desde Hogwarts hasta la puerta delantera y llamará como cualquier mago decente debería hacer.'

'Pensaba que no podías aparecerte y desaparecerte desde Hogwarts,' preguntó Lily.

Severus se encogió de hombros. 'Es Dumbledore. Estoy bastante seguro de que el viejo puede hacer lo que quiera.'

De repente, Petunia soltó un chillido. Las llamas en la chimenea ardieron y se elevaron, revelando el rostro con gafas de Albus Dumbledore.

'Buenas noches,' dijo con su familiar voz amable. '¿Les parecería bien a todos si entro a través de las llamas?'