Hola hermosas, muy buenas días, antes de iniciar a leer este capítulo les recuerdo que esta historia al igual que todas mis historias son para mayores de edad (21) y para las personas que no se sienten incómodas con los temas de contenido adulto y con amplio criterio, esta escrita sin ánimo de ofender, es solo con fines de entretenimiento, así que recuerdo una vez más que es clasificación M, te pido de la manera más atenta y educada posible que si no tienes la edad suficiente para leer por favor retírate, de lo contrario eres bienvenida. Gracias por tu comprensión.
ENTRE CARTAS Y MENTIRAS
CAPRICHO O ENAMORAMIENTO
CAPÍTULO 37
La vida en el consorcio de los Andrew era un poco más complicada desde que Stear había salido de luna de miel y a pesar de que tanto George como Anthony y Archie manejaban muy bien cada uno su ramo, el trabajo se les había acumulado y más de una vez habían llegado tarde a la mansión, ambos muy cansados, casi sin ánimos ni de cenar y a pesar de ello cumplían puntual con las visitas a sus novias. Candy como siempre se la pasaba en la mansión acompañando a la tía abuela quien en sus exigencias cada vez le pedía más cosas para que se ocupara cada vez más, Annie la visitaba con frecuencia para que no se sintiera tan sola y así la matriarca podía conocer un poco más a la pelinegra, quien era más tímida de lo que había llegado a pensar, sin embargo pudo reconocer que sería mucho más tranquila que Candy y eso la reconfortó.
En más de una ocasión Candy había recibido en la mansión a Patrick quien se había presentado con algún pretexto referente a Elisa y otras veces que estaba buscando hablar con Anthony pero casualmente siempre tenía que retirarse cuando él estaba a punto de llegar, alegando que volvería cuando tuviera más tiempo libre, esas visitas no alegraban mucho a Candy, sin embargo se obligaba a tratarlo con educación y más cuando algunas veces la matriarca se quedaba con ellos en sus largas visitas ya que también le extrañaba que se presentara en la mansión Andrew a sabiendas que Elisa no estaba en Chicago, no entendía bien los pretextos que ponía, más sin embargo no era tampoco una tonta en sus sospechas.
Esa tarde Anthony y Archie salieron antes de lo esperado ya que querían pasar más tiempo con sus prometidas, habían decidido salir a pasear los cuatro o ir a ver una obra de teatro ya que tenían bastante tiempo que no salían a algún lugar.
-Buenas tardes. – Saludó Anthony a su tía abuela quien estaba en el salón de lectura.
-¡Niños! – Saludó emocionada la matriarca. – Que bueno que llegan temprano. – Decía intentando ponerse de pie para saludarlos.
-No te levantes tía abuela. – Decía Anthony acercándose a ella para besar su frente, lo mismo que Archie quien también la saludaba con cariño.
-¿No ha habido noticias de Stear? – Preguntó Archie, quien a pesar de decir lo contrario extrañaba la presencia de su hermano en la mansión.
-Llegó un telegrama hoy en la mañana. – Decía la anciana. – Dice que pronto llegaran a Chicago. – Dijo sin poder ocultar su alegría al recordar al intelectual que también ella extrañaba y aunque lo dudaran todos extrañaba los inventos raros que siempre ideaba y a pesar de que la mayoría fallaban le era grato saber que nunca se rendía en su intento. – Candy está en el jardín. – Dijo Elroy con una sonrisa algo burlona al ver que Anthony estaba impaciente por preguntarle por la dueña de su amor.
-Vuelvo en un momento. – Dijo con una hermosa sonrisa, su rostro se iluminaba de una forma asombrosa solamente con mencionarla a ella.
-Está con Patrick. – Dijo algo fastidiada también ella de esas visitas.
-¡Patrick! ¿Otra vez? – Preguntó un tanto molesto, llevaba días que Candy le decía que había ido a buscarlo y no le agradaba nada que nunca lo esperara con el pretexto de que tenía cosas que hacer y de que volvería después con más tiempo, sin embargo siempre era lo mismo. – Veamos si realmente es a mí a quien busca. – Dijo Anthony cambiando su semblante, tenía idea de que realmente no era a él a quien buscaba, sino que era un pretexto para ver a su novia y eso le daba mucho coraje más porque sabía bien que no tenía ningún tema en común para tratar con él.
Anthony caminó con paso firme y decidido hacia el jardín, donde le había indicado la matriarca que estaba Candy, su rostro era de enfado y molestia, sabía bien a lo que ese individuo molesto iba a la mansión, pero él se encargaría de ponerle fin de una vez por todas.
Candy platicaba un tanto incómoda con Patrick, siempre le sacaba temas a relucir que a pesar de ser interesantes a ella no le llamaban mucho la atención, no entendía de política ni mucho menos de las inversiones que hacía en los negocios de su padre, ese tema era bueno que lo entablara con Anthony si lo que andaba buscando era un consejo en las inversiones ya que su novio era totalmente un experto en ese ámbito.
-Patrick, creo que es hora de irme. – Dijo Candy un tanto aburrida con su charla. – No creo que Anthony vuelta tampoco temprano este día. – Dijo a modo de excusa. – Y la verdad tengo cosas que hacer. – Le decía con la mejor sonrisa que podía dedicarle a alguien que la aburría y la incomodaba. Dorothy estaba cerca de ellos, como siempre, sino era la tía abuela la que los acompañaba estaba Dorothy cerca de ellos para que no se quedaran solos, la anciana no veía con buenos ojos que su nieta se quedara a solas con aquel caballero que portaba el título de novio de otra de sus nietas y menos si la primera estaba comprometida con el favorito de sus nietos.
-Candy, antes de que te vayas. – Dijo Patrick para evitar que la rubia se fuera de su lado. – No es con Anthony con el que quiero hablar realmente. – Se atrevió a decir volteando a ver discretamente a Dorothy quien se encontraba a unos cuantos metros "limpiando las flores".
-¿Entonces? – Preguntó Candy confundida, mientras recogía su mano al haber sido tomada por la mano de Patrick.
-La verdad es que al principio si era ese mi propósito, sin embargo ahora a lo que he venido es a verte a ti especialmente. – Dijo sorprendiendo a Candy quien se ponía a la defensiva porque se estaba acercando mucho a ella.
-¿A mí? – Preguntó Candy un tanto confundida por sus palabras, negándose a creer lo que aquel chico elegante, presumido y hasta podría asegurar que prepotente le decía.
-Candy yo venía a hablar con Anthony porque… - Dijo el chico ilusionado porque por fin podría hablar de lo que sentía.
-Aquí estoy… - Dijo Anthony cuando escuchó su nombre en boca de Patrick. Candy lo observó aliviada y corrió hacia él para abrazarlo.
-¡Anthony! – Dijo emocionada de verlo y a la vez aliviada de que la salvara de aquella plática que le estaba dando mala espina. Anthony la abrazó firme por la cintura, haciendo ver a aquel chico que tenía frente a él que Candy era su prometida y que ella estaba con él por gusto no por obligación y que nadie interferiría una vez más en aquella relación.
-Ahora sí Patrick. – Dijo de nuevo Anthony observando fijamente los ojos de aquel chico de cabellos rojizos, no se necesitaba ser un genio para adivinar los propósitos que tenía aquel pelirrojo. – Aquí estoy para que me digas exactamente para que me habías buscado en un principio y para que me digas cuál es tu propósito, Elisa ya no vive en la mansión, ni siquiera vive en Chicago. – Sus ojos demostraban que estaba molesto, muy molesto, sin embargo lo dejaría hablar antes de que otra cosa sucediera. Tenía su mirada clavada en él esperando una respuesta con seriedad.
Candy estaba nerviosa por la actitud de Anthony, presentía que había escuchado lo que él le decía y eso la mortificaba porque no quería causarle problemas y mucho menos que creyera que ella le había estado esperanzas para que creyera algo que no era verdad, sin embargo la actitud de Anthony era la de un hombre dispuesto a defender lo que amaba y a no dejarse de nadie.
-Anthony, Patrick… - Dijo Candy un tanto nerviosa. Anthony volteó a verla con ternura, como siempre cambiando su semblante cuando se dirigía a ella.
-Mi amor, creo que es mejor que nos dejes un momento a solas. – Patrick miró a Anthony y comprendió que era lo que el rubio quería hacer. – En un momento te veo. – Candy asintió y Anthony le dio un leve beso en la frente, beso que ella correspondió con una sonrisa. – ¿Dorothy puedes acompañarla por favor? – Dijo el rubio a la mucama que estaba atenta a lo que sucedía.
-Por supuesto joven Anthony. – Dijo Dorothy con una sonrisa, dirigiéndose a Candy para acompañarla al interior de la mansión, sin embargo la rubia no estaba muy segura de dejarlos solos.
Una vez que se quedaron solos Anthony miró de nuevo a Patrick, afilando su mirada, el chico miró en los ojos de Anthony el reto que había entre hombres, sobre todo cuando uno de ellos se sentía amenazado de que le robaran a su mujer, eso era lo que según Patrick miraba en los ojos de Anthony, sin embargo la mirada de Anthony era la que le dirigía a Neal, una mirada que indicaba que aborrecía al tipo incluso más que a Neal, sin embargo tenía que reconocer que este no sudaba tanto como su primo cuando lo tenía de frente, tal vez eso era porque Patrick no lo conocía realmente.
-Ahora sí Patrick ¿Me puedes decir cuál es tu insistencia con venir a "buscarme"? – Preguntó cruzándose de brazos para poner atención a su respuesta, así directamente, sin protocolos, sin invitarlo a pasar.
-Creo que el motivo que ahora me trae a la mansión no le incumbe a nadie más que a Candy. – Dijo atreviéndose a ignorar la pregunta del rubio.
-Veo que no entiendes qué es lo que está pasando. – Dijo Anthony bajando el último escalón que lo separaba de Patrick, poniendo las manos en los bolsillos de su pantalón mientras lo miraba más de cerca. Patrick se tensó un poco por aquellos movimientos. – Candy es mi prometida Patrick, creo que ya te habrás enterado de ello. – Dijo sin dejar de mirarlo fijamente a los ojos. – Y si a ella le incumbe, me incumbe a mí… - Le dijo sin dejar de verlo a los ojos, sin embargo Patrick sintió algo en su mirada que lo hizo dudar de decirle o no el motivo de su visita.
-Entiendo, pero ella es una persona aún libre y mientras no se casen ella… - Dijo sin terminar la frase que Anthony ya lo tenía por la solapa de su costoso traje.
-Voy a decírtelo por ella Patrick... – Dijo el rubio apretando su mandíbula. – Candy y yo nos casaremos muy pronto, ella me ama y yo la amo a ella, si ha estado soportando tu presencia es porque ella es muy noble, sin embargo no le interesas de la forma como tú quieres que lo haga. – Le dijo seguro de lo que decía más cuando Candy una y otra vez se había quejado de la presencia del aquel joven, lo soltó de pronto para que se retirara de la mansión.
-Al principio vine porque quería convencerte de que dejaras a Elisa regresar a Chicago... – Dijo Patrick nervioso revelando la intención que había tenido en un principio. – Pero como no te encontraba fui conociendo más a Candy, y pude comprobar que es una mujer inteligente además de bella, ella no es para nada como Elisa. – Decía evidenciando que realmente estaba sintiendo algo por Candy. Anthony no pudo evitar sonreír al recordar la inocencia y la ternura de Candy.
-¿Y por qué hasta ahora Patrick? – Preguntó Anthony. – Tú conociste a Candy casi al mismo tiempo que a Elisa, ¿Por qué hasta ahora te interesa buscar algo más con ella si antes no la consideraste digna de pretenderla? – Preguntó de frente, directo, seguro de lo que decía.
-No lo sé, no le tomé mucha importancia. – Dijo el chico, sin dejar que los nervios traspasaran su cuerpo y el leve temblor que sentía ante la mirada del rubio lo afectara tanto.
-Yo te lo voy a decir. – Dijo Anthony seguro de saber por qué él no se había fijado en Candy en un principio. –Tu interés por Candy no surgió de pronto porque creías que una chica adoptada no era lo suficientemente buena para ti. – Dijo reconociendo en los ojos del chico que era verdad. – No te detuviste a conocer su alma noble y su belleza interior, te dejaste llevar por las apariencias externas porque ella siempre ha sido una mujer sencilla, no es ostentosa ni mucho menos interesada, no es la mujer que buscabas como pareja, Candy es mucho más que un rostro bonito Patrick, es más que una chica con la que puedes pasear y presumir del brazo. Candy es una mujer muy valiosa, valiente, inteligente, noble, fiel y extremadamente bella, es mi prometida Patrick y no porque yo lo diga, sino porque ella acepto serlo, no porque su padre o alguien más la obligó a hacerlo. – Decía Anthony un poco más tranquilo al hablar, sabía que no era culpa de aquel joven haberse enamorado de su pecosa, pero tenía que hacerle ver que no solo bastaba "enamorarse" o encandilarse con una chica para que esta le correspondiera.
-Pero ella me ha recibido siempre que he venido a verla, me pone atención en los temas que le platico. – Decía necio en su palabrería, seguro de que la atención de Candy era un interés que ella mostraba por él. – Tal vez ella no sabe cómo decirte que ya no te ama. – Dijo de nuevo ante la sonrisa de lado de Anthony.
-Sé perfectamente dónde están los sentimientos de Candy, Patrick. – Dijo sonriendo al recordar las miradas que ella le dirigía en la intimidad de su alcoba, cuando posaba sus manos sobre su rostro para acariciarlo con ternura, cuando lo despedía para irse a trabajar, los besos dulces y a la vez apasionados que ella correspondía sin dudar y sobre todo la manera en la que ella se entregaba a él cuando le hacía el amor. – Pero si es necesario que sea ella misma que te le diga yo no se lo impediré. – Dijo seguro del amor de Candy, confiaba plenamente en la rubia y sabía bien donde estaba su corazón, ni con aquel que ella había amado había sentido miedo, mucho menos por aquel que tenía frente a él y que hacía unos días "amaba" a Elisa tendría por qué temer.
Anthony subió las escaleras que lo llevaban de nuevo a la mansión y abrió la puerta.
-Amor puedes venir un momento. – Le dijo Anthony con tranquilidad, si conocía bien a Candy sabía que no se había alejado de ahí por mucho, hasta podría adivinar que ella había escuchado la plática que había sostenido con aquel impertinente. Candy le sonrió tímida por haber sido descubierta y él le sonrió divertido por haber acertado en aquel pensamiento. – Los dejo solos por un momento. – Dijo Anthony para darles privacidad y para que Patrick viera la confianza que él tenía en su novia. No hacía falta que él la vigilara para que hablara por medio de él.
-No es necesario. – Dijo Candy segura, tomando a Anthony de la mano para impedir que se alejara de ella. Ambos bajaron los escalones para volver al lado de Patrick quien veía como la pareja se acercaba a él y ella lo llevaba de la mano por gusto propio. Aun así la mente de aquel chico le impedía pensar que sería rechazado creía que era para que él entendiera que ya no era correspondido por los sentimientos de la rubia.
-Candy, hace un momento te dije que en un principio mis intenciones eran abogar por el regreso de Elisa. – Comenzó de nuevo su palabrería ante la mirada de molestia de Anthony, entendía perfectamente que hubiera caído ante los encantos de su novia, ¿Quién no lo había hecho? Si tenía una lista larga de las personas que habían sucumbido a su inocencia y bondad. – Pero conforme fui tratando contigo me di cuenta que no es lo que quiero, sino que me gustaría iniciar algo junto a ti… - Decía ya sin tener pena de hablar frente al prometido de la rubia. A pesar de que Anthony aparentaba tranquilidad la seriedad con la que lo observaba decía lo contrario.
-Patrick… - Dijo Candy para detener sus palabras, esas palabras que no deseaba escuchar y que la incomodaban más que halagarla. – Anthony dijo la verdad. – Dijo Candy segura de sus palabras, evidenciando que había escuchado la plática que ellos habían sostenido cuando estaban a "solas". – Yo estoy comprometida con él y no porque esté obligada a hacerlo, sino porque verdaderamente lo amo. – Dijo con una sonrisa ilusionada. – Él es el chico que siempre he amado, desde que era una niña y nada ni nadie me hará cambiar de opinión. – Dijo sincera, sonriendo enamorada a su amado quien la miró de la misma forma, sonriendo dulcemente cuando ella buscó sus ojos para decírselo de frente una vez más.
-Pero… tú… - Decía aquel que era rechazado por primera vez en su vida.
-Siento si te di otra impresión... – Dijo Candy de nuevo para aclarar sus atenciones a él. – Yo fui educada para escuchar atentamente a las personas, pero no por eso quiere decir que me haya enamorado de ti o que quisiera algo más que una amistad contigo. – Decía ante la mirada ofendida de aquel que la escuchaba. – Además eres el prometido de Elisa, yo sé respetar eso. – Dijo de nuevo y Patrick abrió sus ojos sorprendido, ya que él no había sabido respetar aquel compromiso que ella tenía con el chico de ojos azules que estaba a su lado. - Siento mucho si te has confundido, pero yo amo a Anthony. – Dijo mirando de nuevo a su novio quien la observó de la misma manera, perdiéndose ambos en sus miradas llenas de amor y dulzura.
-Con permiso… - Dijo Patrick sin más y se retiró de la mansión rápidamente, sintiéndose humillado y despreciado por aquella rubia. - ¿Quién se cree ella para haberme rechazado? – Pensaba ofendido por aquel desprecio según él que había sufrido.
-Creo que debería de ser un poco menos atenta con los caballeros. – Dijo Candy algo triste y apenada con Anthony por lo que había pasado.
-No es tu culpa amor. – Le dijo abrazándola a su cuerpo. – Eres una persona que irradia alegría y amor en su paso y es imposible no caer rendido a tus pies. – Decía mientras se posicionaba frente a ella para atrapar su boca y llenarse nuevamente de ella. Candy correspondió rápidamente a esa caricia y se dejó atrapar de lleno por sus dulces caricias, abrazándolo por el cuello para acercarlo más a ella mientras se colocaba de puntitas para lograr alcanzar sus labios.
-¿Ya se fue? – Preguntó Archie de pronto. -¡Oh vamos! ¡Me he convertido en Stear! – Dijo de pronto en cuanto se dio cuenta que había interrumpido el momento íntimo de sus primos. Candy y Anthony no pudieron evitar soltar sus risas por aquel comentario.
-No te preocupes primo, así no extrañaremos tanto a Stear. – Dijo Anthony con una sonrisa alegre. – Sí, ya se fue… - Dijo Anthony tranquilo.
-¿Otro más con el corazón roto? – Preguntó Archie viendo a ambos al rostro, él también intuía lo que había pasado en el jardín.
-Creo que pronto se le pasará. – Dijo Anthony seguro que había sido más un capricho que verdadero amor.
-Tienes razón, con la fama que se carga no le será difícil. – Dijo Archie caminando hacia dentro de la mansión junto a sus primos que lo seguían de cerca.
-¿Fama? – Preguntó Candy curiosa al observar como los dos chicos se habían mirado de forma misteriosa. - ¿A qué se refieren? – Insistía ya que ninguno de los dos parecía que hablaría acerca del tema. -¡Oh vamos amor! – Le decía a Anthony, quien por aquel pequeño mote amoroso con el que lo había llamado venció su negativa a decirle lo que sabían.
-Sólo porque me llamaste "amor". – Le dijo con una sonrisa coqueta que hizo estremecer y sonrojar a Candy. – Lo que sucede es que Patrick tiene fama de mujeriego. – Respondió por fin a su novia.
-¿Mujeriego? – Preguntó como si no entendiera aquella acusación. – Pero si él está con Elisa. – Volvió a decir la rubia como si con aquel argumento fuera suficiente para negar lo que la gente hablaba o veía a su alrededor.
-Siempre ha sido así. – Dijo Archie, quien era el que más tiempo tenía de conocerlo. Lo había conocido desde que llegó a Chicago y cuando comenzó a cortejar a Elisa su fama en la ciudad ya tenía un comienzo, sin embargo había sabido jugar con discreción aquel juego, pero al haber Elisa cambiado su residencia su estatus cambió un poco al no tener cuidado en seguir aquella vida que llevaba con mayor descuido. – Solo que solo se hablaba entre los caballeros quienes por "solidaridad" con él le guardaban sus amoríos, Elisa es la prometida, pero busca otro tipo de atención con otro tipo de damas. – Dijo Archie siendo un poco más específico en su comentario. Candy se sintió algo cohibida porque se imaginó cuáles eran las atenciones que buscaba, observó a Anthony con discreción y él sonrió con dulzura comprendiendo en su mirada lo que pensaba.
-Son otro tipo de mujeres amor. – Dijo Anthony explicando a la rubia aquella situación. – Son mujeres que no tienen recato de relacionarse con hombres comprometidos. – Dijo de nuevo. Candy entendió perfectamente a lo que se refería ya que ella sabía bien que Neal también había estado saliendo con aquel tipo de mujeres, lo había viso más de una ocasión caminar por las calles de la ciudad, borracho y abrazado a dos chicas que no se veían para nada decentes y se había imaginado que no solo eran compañeras de conversación.
-A eso se dedican gatita. – Dijo Archie sin menos pena que Anthony de describir el trabajo de aquellas mujeres. – La gente les dice "mujeres de la vida galante" pero te puedo asegurar que de galante no tienen nada. – Decía tranquilo.
-Hablas con mucha experiencia. – Le dijo Anthony para molestarlo. Candy se sorprendía y el gatito se ofendía por el comentario.
-¡De ninguna manera! – Dijo rápidamente. – Yo he asistido a alguna taberna a tomar un trago y no niego que más de una se me han insinuado… pero no puedo faltar al amor que le tengo a Annie… mucho menos ahora que es mi prometida. – Dijo Archie recordando los ojos azules de su novia.
-¿Has ido a esos lugares? – Preguntó Candy sorprendida.
-Cuando regresamos de Lakewood y enterarme de que Annie salía con Wilberth, cuando salía a caminar llegaba alguna que otra noche a tomar un trago. – Decía recordando la pena que lo había envuelto aquellos días. – Necesitaba desahogar lo que tenía dentro. – Candy lo observaba con algo de pena igual que Anthony, pero él ya sabía todo aquello porque Archie le había contado a él y a Stear dónde terminaba las noches que salía en busca de Annie. – Así me enteré de lo que Patrick hace a escondidas de Elisa. – Terminó cambiando su tono de voz por uno más tranquilo, atrás habían quedado las noches solitarias y llenas de sufrimiento que había pasado semanas atrás, ahora era un chico feliz y comprometido con su adorada Annie y él sabía corresponder a aquella confianza que ella había depositado en él y por ningún motivo la iba a defraudar.
-¿Ya se fue Patrick? – Preguntó la tía abuela a los chicos en cuanto los escuchó que entraban al salón.
-Ya tía abuela. – Dijo Anthony tranquilo.
-¿Qué era eso que le urgía tratar contigo Anthony? – Preguntó al rubio, mientras los otros dos lo observaban intrigados de saber qué era lo que le iba a decir a aquella mujer que los miraba como si estuvieran en el banquillo de los acusados, sintiéndose como niños de pronto al recordar la manera que los interrogaba cuando eran chicos.
-Quería que autorizara el regreso de Elisa. – Dijo Anthony, ocultando a la matriarca el verdadero motivo por el cual se había mantenido visitando la mansión.
-Menos mal, yo pensé que quería pretender a Candy. – Dijo la matriarca enfocando sus ojos en Candy como buscando la respuesta en ella. Candy se quedó sorprendida por aquel comentario. – Pero si es así deberías haberle dicho que fuera a visitarla a Florida. – Dijo la matriarca sin dejar de observarlos.
-No te preocupes tía abuela, tal vez es lo que hará ya que te puedo asegurar que con mi respuesta no volverá por aquí. – Dijo Anthony seguro de sus palabras.
-Me alegro, será el prometido de Elisa, pero la verdad es que es un chico bastante aburrido. – Decía con su manera fría de hablar. – Pero debo reconocer que se lleva muy bien con Elisa. – Dijo de nuevo demostrando que para ella no era obvio lo que mucha gente comenzaba a murmurar por la calles de la ciudad.
Candy y Anthony se retiraron del salón, lo mismo que Archie quien iba con ellos para salir todos juntos, irían por Annie y saldrían a cenar a algún lugar, mientras la rubia se arreglaba los caballeros hacían lo mismo para salir de inmediato por la pelinegra. Una vez listos salieron en el auto de Stear, Archie sería el que manejaría esta vez ya que era el que más le entendía las mañas a aquel auto.
Llegaron a la mansión de los Britter y se bajaron los tres para que les fuera más fácil que se les otorgara aquel permiso que solicitarían a esa hora.
-Buenas noches joven Cornwell, jóvenes Andrew. – Dijo el mayordomo como saludo a los chicos que llegaban junto al prometido de la señorita Britter.
-Buenas noches Jeremy. – Saludó Archie amable al buen hombre que siempre le había demostrado simpatía en la mansión Britter. - ¿Se encuentra Annie? – Preguntó con amabilidad.
-Por supuesto, adelante. – Dio el pase a los tres jóvenes mientras hacía una reverencia para ir en busca de la señorita.
-Buenas noches. – Saludó la señora Britter quien como siempre que escuchaba el llamado del a puerta acudía para ver quién era la visita que se anunciaría.
-Buenas noches señora Britter. – Saludaron los tres Andrew, mientras los caballeros besaban su mano en señal de respeto.
-Candy que gusto verte. – Dijo la señora Britter dando un abrazo sincero a Candy, atrás había quedado aquel pedido que le había hecho a Candy de no acercarse a Annie, ahora la veía de una manera diferente era toda una Andrew y próxima a casarse con el joven de mayor importancia de esa familia, un joven con un futuro prometedor dentro del ámbito financiero del país. – Un placer joven Brower. – Saludó con amabilidad, lo mismo hizo con su futuro yerno, a quien aún tenía sus reservas para él.
-Disculpe señora Britter, pero me gustaría solicitar su permiso y el de su esposo para invitar a Annie a cenar fuera esta noche. – Dijo con toda la palabrería que fuese necesaria para convencer a su suegra de que aceptara aquel permiso solicitado.
-Mi esposo no está. – Dijo la señora Britter. – Llegará más noche, pero no veo porque no pueda acompañarlos Annie. – Dijo con una sonrisa dirigida más que nada a Candy y a Anthony. – Vuelvo enseguida – Decía para ir ella misma por su hija y advertirle que se cambiara ya que los tres iban muy elegantes.
-Les dije que si ustedes me acompañaban era más seguro el éxito. – Dijo Archie una vez que se alejó la señora Britter, sabía bien que aún no tenía toda la confianza de su suegra.
-Solo tienes que seguirte portando bien Archie. – Dijo Candy bromeando con su primo, ella misma se había dado cuenta en más de una ocasión que la señora Britter no confiaba mucho todavía en los sentimientos de Archie.
-No te preocupes primo, pronto se dará cuenta que no hay nadie mejor para su hija que tú. – Le dijo Anthony dándole ánimo para que no se sintiera mal y para que siguiera actuando como lo había estado haciendo los últimos meses. Archie asintió seguro de que así iba a ser.
Annie venía bajando las escaleras, había tardado un poco porque su madre le advirtió lo que debía llevar para causar sensación a donde sea que fuesen ya que ella siempre la había educado para que estuviera lista. Archie la vio bajar las escaleras y se perdió en sus ojos azules, era lo que más amaba de Annie, sus ojos, ya que para él siempre lucía impecable, su delicado cuerpo bajaba con gracia mientras Archie se perdía en él fijándose sutilmente en sus formas.
Candy y Anthony lo observaban con cierta burla al ver que realmente estaba enamorado de ella, él la veía como Anthony la veía a ella y Anthony pudo observar que la pelinegra veía a su primo con la misma mirada que Candy lo veía a él.
-Veo que si están muy enamorados. – Dijo Candy con cierta burla a su príncipe.
-Me alegra que así sea. – Dijo Anthony abrazando a Candy por la cintura para llevarla al exterior de la mansión y esperar que aquel par dejara de observarse tan detenidamente.
Candy sonrió al ver que su amado príncipe la llevaba hacia afuera, pronto quedaron solos en el exterior de la mansión y Anthony ayudó a Candy a subir de nuevo al coche, no pudo evitar perderse de nuevo en su mirada observar en aquellos ojos verdes el amor que desprendían por él era un alimento para su alma, le gustaba perderse en su mirada llena de amor que ella le dirigía y que adivinaba que la de él tenía el mismo efecto en ella.
-Bueno es hora de irnos. – Dijo Archie al llegar al auto para abrir la puerta de Annie y se colocara en el lugar del copiloto.
-Vamos. – Dijo Anthony un poco frustrado por haberse quedado con las ganas de besar los labios de Candy una vez más. Candy estaba igual que él, necesitaba sentir de nuevo la boca de su novio sobre la suya ya que tenían muchos días que debido al cansancio de él no podían convivir mucho tiempo. Anthony la aferró a su cuerpo, sintiendo sus formas apegarse a él mientras el calor de ambos comenzaba a fundirse entre su espacio para formar una sola calidez alrededor de ellos.
Continuará…
Hola hermosas, espero que les haya gustado este capítulo, muchas gracias por leer y estar al pendiente de las actualizaciones. Comenzamos la cuenta regresiva.
Miyoya, Hola hermosa, muchas gracias por dejar tu comentario, me alegra que te haya gustado el capítulo, la verdad que disfruté mucho al escribirlo, bueno como casi todos los capítulos que he escrito, la verdad es que me gusta hacerlo. Gracias por leer, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.
María José M. Hola hermosa, una disculpa porque en el otro capítulo no agradecí tu comentario, se me pasó que habías comentado casi al principio. Que bueno que te gustó el capítulo y sobre todo que te haya gustado la relación que describí con la señora Cornwell. Stear también fue un amor dulce e inocente con su amada Patty. Sé cual es la escena que me describes a mi también me gusta mucho. Gracias por leer y sobre todo por dejar un comentario. Saludos y bendiciones hermosa.
Denisse Treviño, Hola hermosa ya vi tus comentarios y sabes que los valoro mucho la verdad. Jajajaja dicen por ahí que más sabe el diablo por viejo que por diablo, algo vio que los cachó jajaja. Ya sé! amé la descripción de Stear, amo a ese inventor es un amor y me encanta su inocencia y su dulzura la verdad. ¿En serio? según yo le decía por sus ojos creo que lo leí en algún lado. Me imaginé esto de Richard y Rosemary porque al ser una tradición estudiar en ese colegio para los Andrew y como el duque es benefactor de ese colegio asumí que también había estudiado ahí, y al no saber la edad de ninguno de ellos creo que serán más o menos de la misma edad ya que Anthony y Terry eran casi de la misma edad. Albertano ya pronto llegará ya que no puede perderse la boda de su sobrino y su "hija"... pero hasta ahí lo dejamos XD. Jajaja a Archie se le está saliendo lo imprudente de Stear, no cabe duda que realmente lo extraña jajajaja. Gracias por tu comentario hermosa, me alegra que haya sido más largo que los demás. Saludos y bendiciones.
Julie-Andley-00, Jajajajaja amé tu comentario tienes razón "Al fin le hizo justicia" jajajaja. A mí también me gustó relatar esa parte de la historia, ya que siempre he pensado que si Rosemary y Janis fueron muy tiernas sería fácil que amaran a Candy, así que proveché para poder describir un poco esa parte, me alegra que te haya gustado. Gracias por dejar tu comentario y sobre todo por leer. Saludos y bendiciones hermosa.
Mayely León, Hola hermosa que bueno que te gustó el capítulo, solo que no mentí cuando dije anteriormente que faltaban como diez capítulos para ver esa escena, pero ya falta menos no te preocupes, espero que tengas paciencia. Te mando un fuerte abrazo y muchas bendiciones.
TeamColombia, Hermosas muchas gracias como siempre por dejar tu comentario, espero que no se desesperen mucho por la boda ya que si faltaban diez capítulos ahora faltan 7? no recuerdo, pero de que faltan menos de 10 faltan menos. Gracias por comentar y sobre todo por leer, les mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones a cada una de ustedes.
Carolina Benitez, Hola hermosa, espero que te haya gustado el capítulo. Muchas gracias por leer, sé que cuando tengas tiempo dejarás tu comentario como siempre, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.
Muchas gracias a cada una de las lectoras que se han tomado el tiempo de leer sin falta cada uno de los capítulos, quiero agradecer a cada una de las lectoras que alrededor del mundo se han agregado cada vez más y más países, gracias a las lectoras de Estados Unidos las cuales están haciendo mucho más fuerte su presencia, son de las que más visitas he recibido y me alegra saber que les entretiene leer mis ocurrencias, les mando un fuerte abrazo y ojalá alguna de ustedes se anime a dejar su opinión al respecto de esta historia. Saludos y bendiciones a cada una de ustedes.
GeoMtzR.
