Cap. 37: Punto y final.

Cinco días, han pasado cinco días desde que Ulquiorra y yo lo dejamos.

El tiempo sigue pasando, pero para mi es como si el mundo se hubiera congelado en ese momento

¿Realmente merecía la pena? ¿Era realmente necesario pagar un precio tan alto…? ¿Por Ishida?...

No.

Me levanto de la cama sin ganas y camino descalza por el suelo, de nuevo lo recuerdo, el tic-tac del segundero, los pasos de Ulquiorra, el adiós.

¿Qué demonios había hecho?

Me estaba destruyendo, Ishida me estaba destruyendo.

Llevaba sin verle desde el día en que tuve la pelea con Ulquiorra, pero no necesitaba verle para destrozarme, con o sin recuerdos la presencia de Ishida era dañina en mi vida y tenía que hacer algo por que desapareciera de mi vida.

Abro la puerta del baño y doy el agua caliente de la bañera. Por un segundo, pude ver mi reflejo en el espejo. Esa no era yo, la mujer que veía en el espejo parecía tener cinco años más que yo; piel seca, blanca, llegando a rozar lo transparente, huesuda y con los labios tan llenos de grietas que parecían despellejados.

Tenía la sensación de ser una desconocida, de que estaba mirando a otra persona desde el lado equivocado del espejo.

Aparto la mirada casi asqueada y me baño lo más rápido que puedo aprovechando que el vaho en el cristal me da la oportunidad perfecta para esquivar mi reflejo al salir.

Me seco el cuerpo y cierro la puerta del baño tras de mí ignorando con éxito todos los espejos desde que entro a mi habitación hasta que salgo de casa.

De nuevo no he desayunado.

Miro mi reloj de muñeca, he salido con tiempo, saco el móvil del bolsillo y aviso a Kurosaki; "Voy andando". No espero a su contestación y aunque el móvil me vibra en la mano decido pasar del mensaje y marcar el numero de Chizuru-chan:

-Hola Hime, que raro que me llames ¿Ha pasado algo?

-Sí, verás, hay algo de lo que te quiero hablar…

-¡Orihime!- Me giro cuando escucho a una voz más que conocida pronunciando mi nombre.

-Hol…-Se me corta la respiración cuando Kurosaki pasa su brazo por mi cuello y me estrella, literalmente, contra su pecho.

-¿Se puede saber porqué no contestas mis mensajes?- Pasa sus nudillos por mi cabello y me empieza a enmarañar el pelo- ¿Ya estás entrando en tu fase rebelde?- Y por primera vez en días, sonrío.

Se separa de mí y me sostiene por los hombros para mirar mi aspecto.

El pelo hecho una maraña de nudos, ojeras hasta la barbilla, unos cuantos granos que han decidido quedarse a vivir en mi cara, los labios despellejados, y de la piel mejor que ni hablemos porque, sinceramente, parezco la prima de Edward Cullen.

Y ya de lo que llevo puesto, mejor nos olvidamos porque las dos opciones que se le tienen que estar viniendo a la cabeza a Kurosaki son:

1. La ha conjuntado un daltónico.

2. La han cogido como modelo de DESIGUAL.

-Se te ve… Bien- Viva la amistad señores.

Poso una mano en su hombro y asiento mientras hablo.

-Tranquilo, se que estoy hecha un desastre- Comenzamos a caminar. - Digamos que…No estoy pasando por mi mejor momento…

Por supuesto Kurosaki sabía de lo que le hablaba, fue el primero que se enteró de todo lo que había pasado con Ulquiorra y desde entonces me había dejado bastante claro que:

1. Ichigo era Team Ulquiorra.

2. Me estaba comportando como una niñata.

3. Tenía que escuchar su nueva canción.

No le culpaba, pensaba exactamente igual que él, había estado viendo a Ulquiorra sufrir e hice como que no lo estaba viendo y cuando me pidió elegir no fui capaz a decirle nada…

No le merecía, había sido todo lo que él nunca fue conmigo, egoísta.

-De esto te quería hablar precisamente- Giro la mirada en su dirección- ¿Qué pasó hoy por la mañana?

-Ah , eso…-Justo cuando voy a contestarle suena el timbre por los pasillos- Te lo explico a la salida. ¡Vamos corre!

Salgo un poco antes que Kurosaki y le espero en el capó de su coche mientras contesto los mensajes de Chizuru-chan.

Chizuru-chan: No tienes porqué hacer esto Orihime. Deja que yo me encargue de todo.

Yo: No, esto es algo a lo que debo de ponerle punto y final yo, sino esta historia nunca acabará.

Chizuru-chan: Está bien, pero cuando salgas avísame ¿Vale?

-¿Nos vamos?- Asiento mientras Kurosaki se deshace de su mochila y la mete en el maletero.

-Claro, sólo dame un minuto-Le mando el emoji de la carita con corazón de Chizuru-chan y me subo al coche.

-Vamos, empieza a soltarlo que nos espera un viaje muy entretenido a…- Me mira esperando a que le diga a donde me tiene que llevar.

-Al hospital, vamos a acabar con esto de una vez por todas.

-¿Eso significa lo que yo creo?- Asiento -¡Di que sí joder! ¡TEAM ULQUIORRA! – Me sale una carcajada que ni siquiera era consciente de haber dejado escapar mientras Kurosaki enciende el motor del coche.

-Desde luego, Ulquiorra no sabe el novio que se esta perdiendo- Me seco las lágrimas de los ojos.

-¡EH, EH, EH! Para el carro que si Rukia te escucha me corta los huevos- No puedo evitar reproducir la escena que desgraciaría la descendencia de mi amigo y, de nuevo, se me saltan las lágrimas de la risa- Oye, deja de reírte de mi futura desgracia y empieza a desembuchar.

-Muy bien…-Cojo aire para relajarme y empiezo a hablar-Desde mi discusión con Ulquiorra no soy yo misma, es como si de repente me hubiera apagado. Me paso las noches despierta con la espalda pegada a la pared que da con su cuarto, como si de alguna forma eso me hiciera estar más cerca de él…-Paso una mano por el pelo arrastrando el flequillo hacia atrás- Siento que me estoy volviendo loca, y lo peor de todo, que es mi culpa porque la he cagado de la peor forma posible…- Cierro los ojos y exhalo- He jodido lo que tenía con Ulquiorra por alguien del pasado simplemente porque me daba pena…- Abro los ojos esperando su reacción pero sólo obtengo el silencio que viene acompañado de la luz roja y el suave freno del coche de Kurosaki.

He dejado ir a la persona que me devolvió la sonrisa por quién me la quitó…

¿Qué he hecho?

Sacudo la cabeza intentando dejar de pensar.

-¿Y qué vas a hacer?- Vuelvo a la realidad cuando escucho las palabras de Kurosaki.

-Acabar con esto y volver a tomar las riendas de mi vida- Suspiro, observando la mirada curiosa de Kuorsaki y cómo una pequeña sonrisa empieza a conquistar las comisuras de sus labios mientras vuelve a poner el coche en marcha- He hablado con Chizuru-chan, ella se encargará de Ishida hasta que alguno de los amigos de nuestra ciudad venga y, por lo que me ha dicho ya se había puesto en contacto con alguien que llegaría esta semana para llevárselo y que se recupere con sus padres, en su casa.

Por un momento giro la mirada al retrovisor y veo mi reflejo en el espejo…

El pelo hecho una maraña, los ojos grises que alguna vez consideraron vivarachos ahora carecían de luz sombreados por dos surcos negros, una piel casi traslucida que mostraba todo tipo de imperfecciones, que me devolvía a mis años de adolescencia, a esos años en los que estaba llena de inseguridades…Justo como ahora.

Aparté la mirada, era un desastre.

No

Volví a mirarme y eché un buen vistazo al reflejo que me devolvía el retrovisor, esa era yo, sin cuidarme a mi misma, sin pensar en mi felicidad, sin ponerme por delante del resto. Y esa iba a ser la última vez que me vería así.

-Orihime ¿Estás bien? - Sonreí mientras miraba en su dirección.

- Sí- le devolví la mirada al retrovisor y luego volví a mirarle -Ichigo, cambio de planes, primero vamos a mi casa.

- ¿Cómo? -Su pregunta va seguida del frenazo del coche antes de estar a punto de pasarnos un semáforo en rojo - ¿Ya no vas a subir al hospital?

-No, precisamente porque voy a subir no puedo subir con estas pintas, no quiero que piense que no he ido a visitarle porque he estado mal – Sonrío antes de volver a mirar el retrovisor con un deje de malicia- Las despedidas siempre tienen que ser memorables.

Cuando entro en el hospital siento las miradas de todos girándose en mi dirección al compás de mis tacones de aguja repiqueteando contra el suelo. Giro el pasillo hacia la derecha y entro en uno de los ascensores pulsando la planta en la que se encuentra Ishida.

Cuando la puerta se cierra detrás de mí aprovecho para darme un último vistazo en el espejo;

El pelo recogido en un moño desenfadado y, en la cara maquillaje, eyeliner, rimmel y gloss como arma homicida.

En cuanto a cómo iba vestida, decidí ir de negro, después de todo era el funeral a mi pasado; un jersey negro ajustado con escote de barco, jeans azul marino rotos por las rodillas, unas botas negras de charol, un abrigo de pelo color ceniza y, por último, un bolso negro con tachuelas, en algún sitio tenía que llevar mi documentación, las llaves, el móvil y por supuesto, el libro que pensaba leerme en el autobús de vuelta a casa.

Camino por los pasillos pensando en qué le voy a decir a Ishida, voy a dar carpetazo a mi pasado, pero él aún no es consciente del daño que me hizo en su momento, así que estoy pensando que palabras son las adecuadas para apartarle de mi lado sin herirle.

Me acerco al pasillo que conduce a su habitación y cuando estoy en frente veo que la puerta está abierta, me quedo esperando al otro lado de la puerta por si alguna de las enfermeras le está haciendo las curas, aunque, no deja de extrañarme que no tengan fuera el carrito médico como siempre hacen.

-¿Cómo puedes estar haciéndola esto?

Esa voz…

La reconocía de alguna parte, pero no podía recordar de donde.

Intento acercarme un poco más a la puerta y mirar por la rendija, pero no podía ver la cara de quien hablaba.

-Escucha, todo está bien. Si las cosas salen como planeo todo volverá a la normalidad.- Escucho algo parecido al golpe de unas manos contra la barra de la cama

-¡Estás enfermo Ishida!…Sabes perfectamente que ella no se lo merece.

-¡NO ENTIENDES NADA!- El silencio dura apenas unos segundo, pero a mi se me hacen horas - Lo tenía todo Chad

¿¡Chad!?

Me tapo la boca evitando que me salga algún sonido que me delate, estoy casi al cien por cien segura de que están hablando de mi y necesito saber a donde llega esto

- Y cuando cortó conmigo todo se fue a la mierda. Me tuve que ir del club de tenis y del de debates porque, según argumentaron la mayoría, mi presencia en el equipo generaba un ambiente negativo. Después de eso me echaron de delegación porque mi "deleznable comportamiento no se suponía como ejemplo a seguir" … Después de esto no pensé que las cosas pudieran ir a peor, pero me equivoqué, vaya que si me equivoqué…

(P.O.V ISHIDA)

Poco después de acabar las cosas con Orihime, me empezaron a echar de todos los clubs en los que estaba. Por descontado, mi imagen ya no era lo que solía ser.

Orihime era el ángel del Instituto, los tíos al adoraban como si fuera una diosa y, aunque algunas la envidiaban, la mayoría vivían soñando con ser como ella y la veneraban.

Estaba jodido, bien jodido.

Todos en el instituto me miraban como si hubiera cometido un crimen imperdonable. Y, por supuesto, lo mío con Menoly duró bastante menos de lo que muchas de las apuestas que habían hecho mis compañeros de clase vaticinaban.

-No te lo tomes como algo personal cariño- pasa su mano por mi cara y noto cómo sus uñas me raspan la mejilla- lo nuestro era sólo una diversión y sin la princesita llorando por las esquinas no merece la pena.

-Ya…

-No te vengas abajo cariño, quien sabe, tal vez nos volvamos a encontrar cuando seas un reconocido senador- me besa la mejilla y me guiña un ojo antes de marcharse con el As del equipo de fútbol.

Se me escapa una carcajada

-Cómo no…- Un torbellino de emociones me recorren el cuerpo y sin ser consciente de ello, como si se tratara de un instinto salvaje, mi cerebro no encuentra otra forma de calmarme más que reventándome los nudillos con la pared de gotelé donde antes estaba apoyada Menoly.

Ni siquiera sabía porqué había hecho eso, no quería a Melody, ella era sólo una distracción de mis problemas, una forma de rebelarme ante la mierda de vida que me obligaban a vivir.

¿Quería a Orihime?

Sinceramente no estaba seguro, al principio sí, estaba completamente loco por ella pero, conforme pasaron los meses, era más bien un recordatorio de lo infeliz que era. Ella siempre sonreía, daba igual lo que la pasara, a la gente que hubiera perdido por el camino, y yo, que lo tenía todo, no era capaz a sentir ni un diez por ciento de la felicidad que ella derrochaba.

Y joder… Sólo tenía 17 años y lo entendía ¿Vale?

La había cagado, había metido la pata hasta el fondo y por mucho que quisiera hablar con Orihime y arreglarlo, no podía, la había destrozado y el karma me lo estaba haciendo pagar, pero las cosas no mejoraban, solo iban a peor y necesitaba un respiro.

-¿Nos puedes quieres explicar qué demonios significa esto?- No conseguía focalizar la vista pero si sabía a quien pertenecía esa voz- Te he hecho una pregunta Ishida Uryuu.

Mi madre, una mujer capaz de revertir el efecto del calentamiento global con su frialdad inhumana.

Viendo el panorama en el que me encontraba intenté erguirme en el suelo fallando estrepitosamente, provocando el suspiro de frustración que debía de venir de serie en la memoria RAM de mi progenitora.

Escucho el taconeo de los zapatos de mi madre perdiéndose por el pasillo y aunque mi cuerpo me está rogando que cierre los ojos, sé que no me puedo confiar, esa mujer no se iría dejando las cosas tal como estaban.

Y efectivamente, no tardó en demostrar que no era momento para echar una cabezadita

¿Qué cómo lo hizo?

Cogió un jarrón lleno de agua y me la tiró por encima.

Para cuando me levanté pude ver la figura imponente de mi madre con sus típicos zapatos de tacón de aguja, el traje de ejecutiva y con el pelo recogido en un moño con una fijación resistente a bombas nucleares.

-No me hagas repetirme.

Y ahí estaba yo, 17 años, con resaca, y empapado de la cabeza a los pies, mirándola como si esperara que soltara las flores que sostenía en su otra mano y terminara el acto tirándomelas a la cara.

-Sólo intentaba relajarme.

-No creo que seas tan descerebrado como para olvidarte de que eres menor de edad y hasta que no tengas 18 o dejes de ser mi problema te debes de comportar de forma excepcional sin importar las circunstancias.

Fijo la mirada en algún punto del ventanal tras ella. No soportaba mirarla a la cara.

-Acostúmbrate a mirar a los ojos cuando te hablen- Esa voz era la de mi padre, si cabía aún más alienígena que mi madre e infinitamente más frío y calculador que ella.

-Sí, señor- Ya era una costumbre que aprendí de pequeño, ni papá, ni padre, sólo señor. Él era el señor de la casa y yo debía aprenderlo antes de que me costara una paliza.

Observé con la cabeza gacha cómo miraba el salón, examinándolo con sumo detalle. Cada botella, vaso, refresco y envoltorio de comida eran analizados por su escáner visual.

-A parte de la explicación inútil que le acabas de dar a tu madre sobre esta pocilga me gustaría que resolvieras otra pregunta. - Posa el maletín encima de la mesa y con sumo cuidado aparta una de las sillas antes de sentarse- Nos han llamado del colegio- Busca en su chaleco un paquete de tabaco y el encendedor- dicen que has estado faltando a clase y que tus notas han bajado estrepitosamente en este trimestre -enciende el cigarro con suma facilidad y mientras le da la primera calada, guarda el encendedor y la caja de cigarros en el bolsillo de donde los sacó- nos han devuelto el dinero que depositamos este mes para tus clubes y lo mejor de todo -Cruza las piernas y apoya el codo en la mesa mientras sostiene el cigarro entre el dedo índice y corazón en su frente con el dedo pulgar como apoyo- todo esto parece ser consecuencia directa de tus líos de cama ¿Te importaría explicarme exactamente por qué he interrumpido un viaje de negocios? O ¿Prefieres hablar por otros… Métodos?

Mi padre nunca había sido alguien que levantara fácilmente al mano, pero nunca hacia amenazas sin estar preparado para llevarlas a cabo, así que me tomé bastante en serio su recomendación.

Ese día mi padre me partió el labio de un puñetazo.

-Si no exudas excelencia, no eres mi hijo.

Por primera vez en años vi algo parecido a la lástima en el reflejo titilante del iris verdoso de mi madre, pero no hizo nada, me vio tirado en el suelo y lo único que hizo fue acercarme una pomada para la herida antes de recoger su maletín y el de mi padre y marcharse por la puerta

Un mes después me presenté a los exámenes nacionales y aunque saqué mejor nota de la que me esperaba, no era suficiente para meterme a la universidad que mis padres tenían planeada para mí.

(Fin del P.O.V )

-Esa semana recibí una llamada de mi padre con un ultimátum "O reconduces tu vida o te vas de casa".

-Ese fue el día que me llamaste diciendo que ibas a empezar de nuevo ¿No? – se produce un silencio que interpreto como una afirmación-…Claro, por eso cambiaste de número de teléfono y me dejaste de hablar, dijiste que hasta que no lo hubieses conseguido no volverías a ponerte en contacto conmigo - No escucho la respuesta de Ishida por lo que supongo que está asintiendo- Pero hay algo que sigo sin entender ¿Qué tiene que ver Orihime en todo esto? ¿Porqué has hecho como que perdías la memoria?

-Ella es la clave ¿Aún no lo entiendes? Antes de dejarlo con ella todo estaba bien, cuando cortamos, todo mi mundo se desmoronó así que volver con ella significa reconducir mi vida, por eso vine hasta aquí. -Sentí que me fallaban las piernas, todo había sido mentira, sólo había estado jugando conmigo, otra vez…- Pero no la mentí, no sé qué me pasó, pero en la UCI lo recordaba todo perfectamente, y cuando subí a planta era como si hubiera perdido dos años de mi vida, no recordaba nada y volví a sentir todo lo que sentía por ella en aquel entonces, hasta que ella no me contó toda la verdad no recuperé la memoria.

-Tío, te lo digo por última vez, déjala en paz, no se merece que vuelvas a joderla la vida de esta manera.

-Ahora no puedo dejarlo, estoy a punto de tenerla en la palma de mi mano, sólo necesito pasar unos días con ella y el problema del novio desaparecerá.

-Se te olvida que ella sólo te ha dejado estar en su casa porque habías perdido la memoria.- Escucho suspirar a Chad- Ishida, sabes que siempre te he considerado un amigo, pero ahora mismo me das asco tío y, si no la dejas en paz seré yo quien la diga toda la verdad.

-Eso no será necesario-Abrí la puerta de par en par y comencé a caminar hacia la cama de Ishida- Déjanos solos por favor, hay algo de lo que me tengo que encargar- Pude ver cómo Ishida palidecía al verme y Chad asentía antes de cerrar la puerta tras de sí.

-Así que yo sólo soy una forma de reconducir tu vida- Lazo el bolso sobre su pierna enyesada y escucho con deleite el grito de dolor que emite- Tranquilo Ishida, shhh cariño, esto es sólo el principio- Me acerco a él mientras como puede recula en la cama y me siento justo al lado de su brazo también escayolado- ¿Qué demonios pensaba esa cabecita tuya para creer que yo iba a volver contigo?- Doy dos toquecitos en su frente aún vendada – Lo tengo todo sin tí Ishida, tengo un novio increíble que me ha ayudado a ver que no todos los hombres son unos hijos de puta como tú, alguien que me quiere tal como soy y que saca mi la mejor versión de mí cuando estoy con él, incluso ha entendido que viniera a cuidarte por lástima ¿Y tú enserio crees que volvería contigo? -Pienso seriamente en decirle algo más, en hacerle daño de verdad, pero cuando le vuelvo a mirar no veo nada más que una marioneta rota, un guiñapo desechado. Me levanto de la cama y me dispongo a coger el bolso para marcharme cuando me estira para cogerme del brazo

-Conmigo no puedes fingir, tú aún no me has olvidado, te hice tanto daño que jamás serás capaz de borrarme de tu memoria. Y ese tipejo con el que estás jamás será capaz de borrar todo lo que hicimos.

-Cariño, lo único que he fingido contigo han sido los orgasmos y, hace mucho que dejaste de ser algo más que el lánguido recuerdo de uno de los muchos errores que cometí como adolescente. A, por cierto, se me olvidaba-Cojo su brazo en cabestrillo y tiro de él hacia mí para susurrarle en la oreja- Acuérdate bien de su nombre porque es lo que voy a estar gritando esta noche mientras tú te pudres en este hospital sin nadie que se acuerde de ti.

Cogí el bolso y me alejé de su cama.

-¡ESPERA, NO ME PUEDES DEJAR AQUÍ!

-Oh, sí, si que puedo, y era precisamente eso lo que venía a decirte, con o sin memoria no te quiero en mi vida así que venía a despedirme, supongo que me has hecho todo esto mucho más fácil. Hasta nunca, Ishida.

-No… ¡No te puedes ir Orihime! AÚN PODEMOS SER FELICES ¡ESPERA! ¡ORIHIME! -Salí de la habitación con sus gritos de fondo y la maravillosa sensación de que, por fin, esa chica de 17 años que se pasó meses llorando, se había cobrado la venganza que merecía.

Y aún así…

Aún así sentía que estaba destrozada por dentro, había perdido todo por alguien que sólo me veía como un trofeo que compensación para sus padres.

Cuando llegué fuera del hospital ví a Chad con un paraguas, me estaba esperando bajo la lluvia.

Caminé hacia él y cuando estuvimos lo suficientemente cerca me engulló en su abrazo.

-Lo siento, no sabía que estabas escuchando todo, hablé con Chizuru y me contó todo lo que estaba pasando, pensé que lo mejor era venir y comprobarlo por mí mismo. Garbé toda la conversación y pensaba pasártela para que supieras lo que ocurría de verdad.

-No te disculpes Chad, tú no tienes la culpa de nada. Al revés, en realidad soy yo quien te tiene que agradecer, seguramente sin tu ayuda no me hubiera enterado de nada de esto. – Me mira a los ojos mientras pasa sus manos por mis mejillas haciéndome sonreír.

-Por cierto, señorita…- su expresión cambia a una con malicia-te lo tienes muy callado, pero Chizuru me habló de un chico, cuéntame de eso.

-A, eso…Bueno, digamos que ya no hay nada

-¿Qué pasó?- Me separo un poco de él.

-La cagué, le dije a Ulquiorra que le había dicho a Ishida que viviera en mi casa y me dijo que si hacía eso me olvidara de lo nuestro. Para resumirlo mucho, Ulquiorra y yo lo dejamos, bueno, más bien él me dejó porque yo no me decidí y…- suspiro- He estado destrozada Chad, realmente creo que es el hombre de mi vida. Por eso estaba aquí, para decirle a Ishida que no podía seguir cuidándole, pero…Ya sabes, las cosas han salido distintas a como yo quería. - Agacho la mirada.

-Orihime, mírame- con sumo cuidado posa su dedo índice bajo mi mentón alzando mi mirada hacia la suya-no es tarde, corre hacia ese tío y demuéstrale todo lo que me acabas de decir.

No necesité más, fue como si de repente tuviera visión de túnel y lo único que pudiera ver fuera Ulquiorra.

-Gracias Chad.

Me lancé a darle un abrazo y salí corriendo a por uno de los taxis que esperaban aparcados en el hospital.

-¿A dónde la llevo señorita?

-A la calle….

-Perdone ¿Porqué no nos movemos?

-No estoy muy seguro señorita, pero tiene pinta de que estaremos aquí parados un buen rato- Miro mi reloj de muñeca. Se estaba haciendo tarde. -Si quiere puedo salir a ver qué es lo que está pasando.

-No, tranquilo, no se preocupe, tome- desesperada por llegar junto a Ulquiorra pago al señor del taxi a toda prisa- Quédese con el cambio- Abro la puerta - ¡Tenga una buena tarde!

-¡Igualmente señorita!

Salgo corriendo bajo la lluvia sin más protección que mi bolso de mano, que sinceramente no es de mucha ayuda. La lluvia empieza a ir a más y empieza a parecer granizo por lo que me veo obligada a buscar algún soportal en el que resguardarme.

-A este ritmo no voy a llegar nunca- Saco el móvil para comprobar la hora, quedaba poco para que se hiciera de noche y estaba a más de media hora de mi casa…

Pasados unos minutos decido que lo mejor para pasar el rato hasta que amaine la lluvia será escuchar un poco de música. Pongo la lista de recomendaciones y reproduzco la primera que aparece sin fijarme en el título.

La melodía del principio me da la sensación de que estar en un acantilado, con un pie en la tierra y el otro esperando la caída, y entonces lo escucho…

I will run alone tonight

Murciélago…

Without you by my side

Miro el título de la canción y el artista recordando las palabras de Kurosaki "Deberías de escuchar su nueva canción Orihime, créeme":

I guess you had a place you had to get to

Sin darme cuenta mis pies comienzan a moverse solos, siguiendo sus palabras, como un acto reflejo para el que, sin saberlo, ya estaba programada…

I know your eyes

I know inside

The walls you hide behind

And I saw the truth inside the real you

El ritmo de la música aumentaba, a la vez que mis pulsaciones.

Because I know you're lost when you run away

Into the same black holes and black mistakes

Taking all my will just to run alone

When are you coming home?

Mis pies cada vez iban más rápido y cada vez me importaba menos que la lluvia me calara hasta los huesos. Porque lo sentía, me estaba llamando, Ulquiorra me estaba pidiendo que volviera a su lado.

Even if the sky does fall

Even if they take it all

There's no pain that I won't go through

Even if I have to die for you

Él estaba ahí, y con su voz me estaba guiando hacia él, diciendome, una vez más, que me aceptaba tal como era; con mis cagadas monumentales, mis dudas y mi carácter de mierda.

Porque me quiere, me quiere tanto como yo le quiero a él.

And when all the fires burn

When everything is overturning

There's no thing that I won't go through

Even if I have to die for you

Empiezo a jadear, siento que me falta el aliento.

El abrigo ya no cumple su función y sólo deja que la lluvia lama cada poro de mi piel.

Ahora siento el tembleque de mis piernas al correr y el ligero flujo de corriente eléctrica que me hace tiritar

One day the earth will open wide

And I'll follow you inside

Cause the only hell I know is without you

Some day when galaxies collide

We'll be lost on different skies

I will send my rocket ship to find you

Because I know you're lost when you run away

Into the same black holes and black mistakes

Taking all my will just to run alone

Until I bring you home

Tengo que llegar, porque él me está esperando..

Me espera aunque huya de los problemas, aunque no le pusiera un punto y final a mi pasado, aunque le haya hecho daño…

Even if the sky does fall

Even if they take it all

There's no pain that I won't go through

Even if I have to die for you

Vuelvo a sentir la misma sensación que cuando escuché su primera canción; un dolor inexplicable que me consume y la apremiante necesidad de consolarle.

And when all the fires burn

When everything is overturning

There's no thing that I won't go through

Even if I have to die for you

Sólo quiero decirle que le elijo a él

Que siempre le he elegido a él.

Que siento ser así de indecisa.

Que quiero que todo vuelva a ser igual que antes.

Que… Le quiero

And if the sun grows cold for you along the way

And if the stars don't line to light the way

And when you fall away and crash back down below

Siento que su voz me desgarra, que no puedo soportar el dolor.

Intento correr más rápido, intento alcanzarle con todas mis fuerzas, pero un pequeño traspiés hace que termine cayendo de bruces contra el suelo.

I'll search the skies for you and I'll follow

I'll be in your afterglow

And I'll bring you home

Con el cuerpo aún entumecido intento erguirme de rodillas, y al hacerlo veo el reflejo que me regala uno de los charcos de la acera:

Empapada, con el pelo pegado a la cara, el maquillaje hecho un desastre, tiritando y llorando.

Llorando como una niña pequeña porque siento que me están aplastando el pecho

Inconscientemente me llevo las manos a allí donde se supone que está mi corazón y me acurruco en mi misma mientras empiezo a sollozar.

Even if the sky does fall

Even if they take it all

I can't see but I'll follow you

Even if I'd die

Me estaba llamando y dolía, dolía tanto que sentía que no podía respirar.

¿Era esto lo que Ulquiorra sentía mientras cuidaba a Ishida?

Vuelvo a mirar mi reflejo y una nueva resolución nace en mí.

Tengo que levantarme, tengo que llegar hasta él y gritarle que el quiero, que todo y todos me dan igual mientras él siga sosteniéndome la mano, mientras siga revolviéndome el alma y convirtiéndome en la mejor versión de mí misma.

And when all the fires burn

When everything is overturning

There's no thing that I won't go through

Even if I have to die for you

Con ese nuevo pensamiento en mente me levanto de la acerca y comienzo a correr.

Sólo tienes que espérame un poco más Ulquiorra…

Ya estoy llegando.

Me estaba acercando a casa, sólo dos calles más.

El vaho de mi respiración desdibuja el paisaje frente a mis ojos, pero veo claramente mi bloque de edificios, cruzo la verja, empiezo a subir los escalones hasta nuestro bloque, y toco su timbre, con la respiración agitada, los piernas temblorosas y manos congeladas, pero tengo el corazónardiendo y una sonrisa tan grande que la mandíbula me empieza a doler, porque lo entiendo, le necesito y él me necesita.

La puerta se abre poco a poco dejándome ver a un Ulquiorra en sudadera y pantalones de chándal, como siempre descalzo y como siempre despeinado.

- ¿Orihime? – Noto su sorpresa al verme y cómo pasa sus manos por mi cara intentando apartar las hebras rojizas que se han pegado a mis mejillas-¿Dios mío qué te ha pasado? Estás empapada… - No puedo evitarlo y sonrío aún más antes cuando me coge de la mano y me mete en su casa. Le veo caminar a prisas hacia el baño y volver con una toalla para a continuación ponérmela en la cabeza

-¿Orihime, estás bien?- Asiento mientras doy un paso más hacia él.

-Sí, y dentro de poco estaré aún mejor- Parece sorprendido por mi comportamiento, pero aún así me sigue la conversación

- ¿Ah sí?

-Sí, porque lo único que necesito es- Doy otro paso más hasta estar a escasos centímetros de su rostro- a tí.

En un movimiento rápido paso mi mano por su nuca acariciando sus labios con los míos en lo que empezaba siendo un beso apasionado.

Era de esos besos que te das sólo con alguien de quien estas enamorado, sólo con esa persona eres capaz de sentir que el tiempo se ha parado y que después de este beso te harás resistente a la necesidad de oxígeno, por lo que lo único que realmente necesitas es a esa persona a la que estás besando, esa persona que hace que todas las canciones amor tengan sentido, incluso podría jurar que mientras nos besábamos escuchaba "Stuck with you".

-No, no, espera- De repente su mano me separa de él, poniendo una distancia entre nosotros que, con sinceridad, no esperaba

- ¿Esperar? ¿A qué? - Intento zaparme de su mano en mis hombros, pero mantiene el agarre impidiendo que me acerque a él

- ¿A qué viene todo esto? - Lo noto en sus ojos, algo ha cambiado, el verde que antes conocía tan bien ahora parece más misterioso que nunca. Y esta vez, noto que no es necesaria la distancia que nos está imponiendo, porque entre nosotros ya parece haber un abismo de distancia.

- Pensaba que ya lo estaba dejando claro, estoy aquí Ulquiorra, te elijo a ti- Sonrío esperando que me devuelva el gesto, pero la única respuesta que encuentro es el vacío en sus ojos.

-No Orihime - Deshace su agarre en mis hombros y noto su desesperación- Pensé que lo habíamos dejado todo claro, elegiste a Ishida ¿Qué ha cambiado?

-Todo ha cambiado- Paso el reverso de mis dedos por su mejilla recreándome en el contraste de su calidez contra mis dedos congelados -Estaba destrozada, no comía, no dormía… En estos últimos días no he hecho otra cosa que no sea arrepentirme de haberme quedado callada en ese momento-Noto que no reacciona a mi caricia y aparto mi mano-Así que decidí ponerle un punto y final a mi pasado con Ishida, hablé con Chizuru, la chica que nos encontramos en la feria, para que ella se pusiera en contacto con sus padres y fui al hospital a decirle que no nos íbamos a volver a ver nunca más y fue ahí cuando me encontré con Chad.

-¿Quién es ese?- Me invita a sentarme en el sofá con él y recogiendo al toalla del suelo acepto la invitación.

-Era un amigo común que teníamos en el instituto, bueno, más bien era su mejor amigo y luego de hacerme novia de Ishida nos hicimos amigos- asiente invitándome a continuar- El caso es que Chizuru y él habían hablado porque por lo visto Ishida le había mandado un mensaje a Chad cuando a todos nos había dicho que había perdido la memoria.

-Un momento- Se levanta del sofá- ¿Estás diciendo que ese hijo de puta ha estado fingiendo todo este tiempo?-niego con la cabeza y él vuelve a sentarse

-En algo más complicado que eso. Realmente perdió al memoria y la recuperó cuando el conté todo, justo después del ataque que le entró volvieron todos su recuerdos, ahí fue cuando le mandó un mensaje a Chad de que todo iba según lo planeado.- Por la expresión de Ulquiorra comprendo que no está entendiendo ni la mitad – Tranquilo, te explicaré todo desde el principio, según lo que Ishida el contó a Chad, toda su vida se fue a la mierda cuando lo dejó conmigo, le echaron de los clubes, lo suyo con Melody acabó y su rendimiento académico bajó en picado, como consecuencia no pudo entrar en la universidad que sus padres querían y le dieron un ultimátum " o reconduces tu vida o te vas de casa" y él interpretó que la clave para reconducir su vida era yo. Por eso me siguió hasta aquí, todo este tiempo sólo fui un trofeo para enseñar a sus padres.

El silencio inunda la habitación mientras yo busco su mirada y él se aprieta las manos con tanta fuerza que el color de sus nudillos desaparece.

Estoy tentada a posar mi mano sobre las suyas, pero me refreno, no sé donde estamos cada uno en esta relación y, aunque el abismo se ha hecho tan pequeño como la distancia que hay de mi mano a la suya, aún parece más profundo que el misterio de sus ojos.

-¿Cómo … te has enterado de todo esto?-Su mirada aún huidiza conecta con la mía y por un segundo siento que si me acercara él no huiría de mí.

-Cuando le fui a ver al hospital ví que la puerta estaba entre abierta y decidí esperar fuera por si le estaban haciendo las curas fue entonces cuando escuché a Chad y él conversar. -No dice nada, sólo vuelve a taparse la cara con las manos- Cuando salí del hospital sentí que necesitaba verte y decirte que siempre te elegiré a tí porque… – Me acerco a él y aparto las manos de su rostro con las mías- Te quiero Ulquiorra.

Noto la sorpresa en sus ojos. Era la primera vez que se lo decía cara a cara sin ir precedido de alguna broma o ironía, era la primera vez que le decía "te quiero" siendo consciente y consecuente con el significado de mis palabras.

Le miro esperando a que diga algo, pero lo único que hace es volverme a apartar de él.

- ¿Qué- ? - Se levanta del sofá y toma aún más distancia conmigo

-No, las cosas no funcionan así Orihime, no puedes decirme que no le dejarás solo después de que te lo ruegue y mucho menos quedarte callada cuando te pido que elijas entre él y yo y volver como si nada hubiera pasado, porque yo no me he olvidado de nada de lo que pasó ese día -Me levanto del sofá para intentar volver a acercarme a él pero sólo consigo que aumente la distancia entre nosotros. -No se me ha olvidado ni un segundo del día desde lo que pasó, y sé que me comporté como una niñata pero no sé que más puedo hacer para que me perdones a parte de admitir mi error y exponerte lo que ha pasado.

-No puedo-Comienza a dar pasos hacia atrás

-¿Cómo que no puedes Ulquiorra?

-Pues que no puedo volver contigo cuando yo estaba dispuesto a ponerte a ti por encima de cualquier cosa y tú no hiciste lo mismo.

-¿En qué momento en has puesto por encima de cualquier cosa? El día en que tuvimos la pelea te llamé varias veces porque no sabía que hacer con Ishida y ni siquiera fuiste a capaz a cogerme una sola llamada, o al cabo de un rato, cuando las vieras, llamarme para ver que había pasado ¿A eso le llamas tú ponerme por encima de cualquier cosa?- Sabía que no tenía derecho a contestarle así pero me estaba frustrando la distancia que me imponía, la frialdad con la que me trataba…No lo soportaba

-Precisamente porque te puse por encima de todo no te devolví la llamada. Hace unos días te dije que tenía una reunión de trabajo importante, reunión por la que por cierto nunca llegaste a preguntar. El día en que pasó todo lo de Ishida, cuando me llamaste estaba rechazado un contrato musical con una gran discográfica porque trabajar con ellos significaría tener que mudarme a otra ciudad. Lo rechacé por ti, Orihime, y ese mismo día por la noche después de prepararte una cena romántica apareces diciéndome que vas a cuidar de tu ex, el amnésico, me guste a mí o no. -Se acerca a mí unos pasos- ¿Te das cuenta de lo que supuso para mí tirarlo todo por la borda por ti y ver que tú no eras capaz a concederme lo que te pedía?

-Yo…-las palabras se atragantaban en mi garganta- lo siento…No sabía nada de esto- Según escupo la frase tengo ganas de meterme un puñetazo, por supuesto que no lo sabía, ni siquiera el pregunté- Sé que la he cagado, ahora aún más que antes, pero los dos nos queremos y aunque cometamos errores lo importante es poder comunicarnos ya avanzar juntos. Yo te perdoné que me ocultaras lo de Harribel.

-No es lo mismo Orihime, me estuviste sin dirigir la palabra más de un mes y si no es porque yo volví a ti aún no nos hablaríamos. Tú no me has perdonado el incidente de Harribel y yo no puedo olvidar lo que ha pasado con Ishida.

-¿Y entonces? ¿Qué pasa con la canción?

-¿Qué canción?

-Ésta – Saco el móvil para enseñarle la canción que salía en la lista de reproducción- La venía escuchando de camino a aquí- Coge un momento mi móvil para ver el título de la canción- en la canción decías que el único infierno que conocías era estar sin mí, que estarías conmigo allá donde fuera… ¿Qué ha pasado con lo que decías en esta canción? – Me devuelve el móvil con un deje en su mirada que no fui capaz de adivinar.

-Orihime, esa canción llevaba compuesta desde que empezó todo el tema de Ishida, y lo publiqué después de que cortamos porque, no se… De alguna forma tenía la esperanza de al escucharla te dieras cuenta de te quiero – siento cómo el aire se evapora de mis pulmones y una sonrisa tonta se abre paso en mis labios. - porque es verdad Orihime, te quiero- Puedo notar un ligero rubor en sus mejillas y su sorpresa tras darse cuenta de lo que me acababa de decir, pero se repone rápido y vuelve a hablar - te quiero más de lo que pensaba pero es precisamente porque te quiero por lo que me ha dolido tanto que no me eligieras a mí.-El silencio se apodera de la estancia hasta que nuestras miradas se vuelven a conectar, y esta vez adivino el misterio en su mirada -Creo que lo mejor sería que cada uno siguiera su camino por separado.

Pero el hecho de que lo adivinara no quita que no entienda cómo nos está pasando esto.

-Ulquiorra, nos queremos- Vuelvo a acercarme a él, desesperada porque el espejo que me ofrecen sus ojos me muestra justamente aquello que no quería ver- No nos hagas esto Ulquiorra, hemos pasado por demasiadas cosas para estar juntos, nos merecemos ser felices. - … Un adiós-Si necesitas tiempo, no pasa nada, lo entiendo, pero…-Me acerco aún más a él y cojo sus manos entre las mías- no quiero perderte Ulquiorra.

-Ahora ya es tarde Orihime- como si de una corriente eléctrica se tratara mi mano se separa de las suyas y un sentimiento que solo puedo identificar como incredulidad me nubla la mente – al dá siguiente de nuestra discusión hablé con el de la discográfica y firmé el contrato…

- ¿Cuándo?...- Las palabras se me hacen bola, y se atragantan en las paredes de mi garganta, como la espina de ese pescado que se clava y no hay forma de quitar

-En dos días. - La incredulidad se traduce en impotencia, en un sentimiento de angustia casi insoportable. Se iba, realmente se iba.

- ¿Y cuando pensabas decírmelo? - Su silencio me responde.-No pensabas decírmelo ¿Verdad?- De nuevo no responde, y ese sentimiento de angustia que antes me consumía se convierte en ira.-¿Tan poco he significado para ti?

-Orihime, lo nuestro se ha acabado, no tenía porqué decirte nada- En el segundo en que dice esas palabras siento cómo algo en mí se rompe.

Yo era la única que realmente creía que lo podíamos arreglar.

-Ya veo… Así que ni siquiera por todo lo que hemos vivido pensabas decirme nada… - Me giro en dirección a la puerta

-No es eso Orihime- me coge la mano – Tú ya habías elegido Ishida y era demasiado doloroso hablar contigo así que escribí todo lo que te quería decir en una canción, la última que publicaré antes de irme…

-¿Y ahora? ¿Porqué no te quedas ahora?

-Una renuncié a todo por una chica y me prometí a mí mismo que no volvería a pasar.

-Ya veo- Sonrío con nostalgia- Entonces creo que no tenemos nada más que hablar- me zafo de su agarre y comienzo a caminar hacia a la puerta

-Orihime…-Le escucho llamarme, pero no puedo parar, necesito salir de ahí.

Con las pocas fuerzas que me quedan corro el pasillo que me separa de la puerta y la cierro detrás de mí.

La lluvia volvía a calarme los huesos, pero nada se comparaba con cómo me sentía ahora por dentro.

Abrí la puerta de mi casa y me derrumbé.

Era una casa en ruinas.

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Oliwis!

Me paso por aquí para darles las gracias a tdos los que han esperado con ansia un nuevo capitulo y me han mandado mensajes ¡Muchísimas gracias!

El capítulo es bastante más largo de lo que estoy acostumbrada a redactar y lo he re-hecho más de cuatro veces porque no me gustaba como quedaba, así que solo me queda esperar haber expresado bien los sentimientos de cada personaje y que disfruten de este capítulo tanto como de los anteriores.

Además, les tengo que avisar de que el siguiente capítulo es oficialmente el capítulo final de esta hermosa serie.