Capítulo: Makishima y Ayumu.
ADVERTENCIA: ESTE ES UNO DE LOS CAPÍTULOS QUE TIENE MÁS VIOLENCIA.
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A las aves se le cortan las alas para que no se escapen de la jaula, que se ha construido para mantenerlas en esa cárcel, para ser observadas y alimentadas, estando en esa relación de mascota y amo.
-Pues si mi querida Aloska ~…Sería un insulto no estar presente en tu sacrificio, mi pequeña ave-
Comentó Makishima deslizando sus pasos hacia la adolescente que permanecía quieta y atenta a cualquier movimiento hostil, para reaccionar a tiempo pudiendo evadir algún ataque.
Su respiración era rápida y le faltaba el oxigenó, cada bocanada de aire que daba no lograba sentir sus pulmones llenarse de aire, sus músculos tensos en sus extremidades, aquellas cadenas parecían ser más pesada que cuando caminaba.
No obstante, todas estas reacciones fisiológicas eran producto de un ataque de pánico que estaba sufriendo en ese momento, intento cerras sus ojos para poder apaciguar su temor sin embargo, aquella orden neuronal no la puedo realizar, si dejaba de verlo por un segundo era como entregarse a él.
-Pensé que te habían asesinado…Eres peor que la mala hierba Stanford-
Comentó el adulto, mirando con desprecio al participante que se unía a ellos que solo rio un poco ante lo gracioso del compañerismo que tenía Eros a sus camaradas de los Adeptos. Su devoción era casi de un perro fiel a su dueño los demás, no eran nada más que peones para los objetivos del líder de la organización.
El paradero del sucesor del qwaser de oro era desconocida pero, se decía que estaba al tanto de todos los movimientos de la organización, solamente Eros conocía la identidad de esté. Ningún otro miembro lo había visto, nadie sabía si era hombre o mujer.
-Que amable Eros, yo también te quiero-
Comentó el chico en un tono irónico, mientras observaba todo el escenario que se estaba desplegando en ese momento, para centrar su mirada en la chica que en un intento de supervivencia sus piernas retrocedieron, sin embargo, sus pasos se paralizaron al toparse con uno de los hombres que se había encargado haberle dado una pequeña lección hace unos momentos atrás, al parecer el aturdimiento había pasado su tiempo.
Cuando uno de estos le iba a levantar la mano, el látigo de latón se desplego haciendo un corte en la mano de esté, mientras Makishima observaba como un depredador a su presa, Ayumu dio un salto al segundo ataque tropezando con un pie cayendo al suelo y rodando.
-¡Anda Aloska mía, entretenme!-
Grito eufórico moviendo el látigo como si fuera un animal persiguiéndola, podía esquiva sus arrebatos con el objeto, sus pequeños entrenamientos estaban dando frutos, sin embargo, las cadenas en sus muñecas y cuello le dificultaba mover su cuerpo a su voluntad.
Hasta que se le ocurrió una idea alocada, podía resultar cortada, si hacía un mal cálculo pero, a pesar de todo confiaba que lo podía lograr. Manteniendo su mente tranquila fue tomando el tiempo de sus ataques. Las batallas clandestinas que estuvo participando le enseñaron que las personas que tiene una personalidad muy confiada repiten un mismo patrón cuando se encuentra frente a su contrincante si lo ven débil. Ese tipo de comportamiento jugaba a su favor, ya que si podía engañarlo aunque sea un segundo colocaría en el punto exacto las cadenas de sus manos donde fueron cortadas logrando usar sus manos para apoyarse en la tierra y rozar con cuidado quedando de pie.
-¡Eso no es lo que quiero Aloska!-
Grito encolerizado provocando que la joven perdiera su concentración para no tener miedo, aquel ruido en su memoria se remeció, sus manos temblaban y su rostro mostro pánico. El chico de cabellos verdes lanzo su látigo y comenzó a caminar hacia la chica. Está como acto reflejo comenzó a retroceder.
-¡N-No te acerques!-
Balbuceo presa del terror viendo la sonrisa escalofriante de Makishima que poco a poco se iba acercando a ella, Ayumu había caído en su juego y le iba a resultar difícil poder salir ilesa de este.
-Ay…Pero mi pequeña Aloska… No debiste haberte salido de la jaula-
La castaña dio un sobresalto, cuando la palabra jaula fue dicha por esos labios que provocaron de nuevo ese ruido de distorsión en su cabeza, sus manos las llevo a su cabeza para sostener su cráneo pero, solo fue un segundo para mirar que delante de ella ya no estaba.
-¿D-Donde se fue?-
Tartamudeo retrocediendo hasta que choco contra algo, unas manos atraparon sus brazos manteniéndola ahí, el aliento frio de alguien rozaba su cuello, aquel tacto era él de un depredador que estaba a punto de acabar con su presa.
-Aloska…Aloska-
Llamo en un tono enfermizo, poniendo la piel de gallina de la joven, temblaba de miedo al estar en ese agarre masculino que no la dejaba poder escapar, odiaba que le dijera ese apodo, no obstante, no lograba encontrar porque él sabía tantas cosas de ella y de su familia.
Por fin te tengo, en mis brazos…. –
Apretando con sus dedos la piel de la joven que solo emitió un quejido de dolor, sintiendo sus labios acercarse a su dermis donde, trazo con sus labios unos roces escalofriantes al punto que el sudor frio resbalaba por la frente de ella.
Has sido una mala chica… Has salido de la jaula que te hice con tanto esmero….-
Mientras sus manos se deslizaban hacia abajo, tocando con cuidado el cuerpo de la chica que lloraba presa al temor y pánico que la había dejado paralizada. Intento librarse haciendo un intento dando un cabezazo, pero este agarró con su mano de forma rápida el cráneo de ella y jalo hacia atrás de forma violenta generando una posible contusión cervical.
-No…No… Eso no se hace pequeña ave traviesa-
Le canturreo sosteniendo con una fuerza su pelo, haciendo un daño horrible, hasta que lo soltó volviendo deslizar sus manos por su figura. Se detuvo cuando iba a llegar a sus senos, Ayumu esperaba que lo rozara para librarse de sus manos.
S-Solo un roce necesito para que se active mi defensa.
Pensó Ayumu intentando aguantar ese momento que necesitaba, para tener una posible ruta de escape.
-Si crees que tocare tus pechos. Estas muy equivocada, estúpida-
Le susurro en su oreja apoyando la mano en su abdomen y bajando hasta llegar al inicio su cadera, era la primera vez que un hombre además de Sasha la tocaba en esos lugares, deseaba vomitar con todas sus fuerzas.
Aquellos palpos la estaban torturando de la peor forma que alguien puede ser profanada, cuando alguien que no es la persona que te gusta o estas enamorada te manosea sin tu consentimiento, experimentando la crueldad que puede ser el humano cuando quiere hacer daño, el recuerdo de cuando estaba atrapada en esa cueva con Mafuyu oca-san, Tomo oca-san, Magdalena y Hana, fueron como un balde de agua recordando lo doloroso fue ver como tocaban y abusaban de las tres mamás.
-Ya eres toda una mujer que puede satisfacer a cualquier cerdo… -
Lamiendo con descaro las lágrimas de la chica que lloraba sin poder contener su miedo, se sentía humillada en muchos sentidos, cada vez que intentaba hacer ataque para librarse este se lo impedía golpeándola o restringiendo sus movimientos con algún toque brusco.
-D-Déjame por favor….-
Rogó por clemencia logrando que su verdugo estallara de risa tocando sin delicadeza sobre su ropa interior provocando que las piernas cedieran, intentando que no la siguiera tocando en ese lugar.
Que patética te ves ahora Aloska… Dónde está esa chica que se atrevió a olvidar que era un pájaro sin alas para volar, sin mencionar que entregar una filosofía barata de la amistad para unir a gente que no debía ser amigos ¿Ah?-
Volviendo agarrar el cabello y alzarla observando con cuidado como era el cuerpo, mientras los gritos de dolor de ella no podían ser escuchados, aunque lo doliera prefería que nadie la viera recibiendo una paliza así.
-Si hubieras dejado la jaula en paz, ahora estarías en mi casa amarrada con un collar y esperándome con tu sonrisa estúpida -
Le confeso provocando que la mente de Ayumu fuera un remolino de confusiones, mientras la mano de Makishima le daba una bofetada en el rostro de está rompiendo el labio y lazándola al suelo.
Tendrías un plato con tu nombre como la perra que eres, y solo me atenderías a mi… ¡Que lastima! Saliste de la jaula y ahora te transformaste en la candidata predilecta para que tu cuerpo sea ahogado para la ascensión de nuestro líder … Cosas de la vida-
Siguió hablando mientras la volvía a tomar con sus manos alzándola y rompiendo el uniforme en la parte del frente dejando a la vista la blusa un poco rota y rompiendo donde estaba el hombro derecho.
-Pero como deje una marca en mi korderito….También debo dejar una marca en mi querida ave-
Dejando una mano libre para ir a esa boca femenina y apretar con fuerza aquellos labios que estaban con sangre, mirando ese líquido carmesí con hambre como si de una bestia estuviera a punto de cometer el asesino en ese mismo lugar. El respirar excitado de Makishima rozaba el rostro de Ayumu, sintiendo un olor un poco alcohol, se podría decir que era coñac con otro hedor repulsivo que no podía describir que era realmente.
A decir verdad todavía tengo esa hermosa cicatriz que me dejaste hace tiempo, sin mencionar que fuimos interrumpidos por esa golfa-
Apretando con más ahínco la boca provocando que el quejido de su presa emitiera al dolor, sintiendo como el oxígeno del otro rostro entraba en su boca, era asqueroso, deseaba vomitar.
-¿Te duele? Jajajaja pues conmigo, no funciona tu faceta de santita que no haces nada-
Sosteniendo con sus dedos el labio inferior y haciendo que sangrara más, deslizando su pulgar por estos y pintándolo con el líquido carmesí de ella.
-Veamos qué tan astuta eres, para poder oponerte a tu cazador… -
Susurro tan cerca de la herida de sus labios, el solo aire chocar contra su herida fue doloroso, luego sintió como su cabello se movía hacia atrás, sintiendo esa mano en su chasquilla agarrar.
Los gimoteos de la castaña eran más fuertes al punto que no lograba pensar en nada para poder librarse de los agarre de Makishima Standford, un escalofrió sentía en su cuerpo que parecía no acabarse nunca.
-Pagaras las consecuencias por haberte ido de la jaula de tu amo-
Deslizando su húmeda lengua por el pómulo saboreando con deleite sus lágrimas con cuidado queriendo atesorar cada facción de agonía de la adolescente, llegando al cuello deteniendo por un lapsus de unos diez segundos, dejando en esa desesperación de la espera cuál sería su siguiente movimiento.
Como si de una cobra se tratara que mantiene al pobre conejo enrollado en su cola mirándola mientras la tiene presa de su movimiento final. Continuo de haber quedado por un momento quieto rozo con su nariz, sintiendo como era olfateada por esté, sintiendo el exhalar e inhalar de sobre su hombro.
Ya habiendo llenado de ese dulce aroma sin ningún tacto, enterró en la piel de la joven como si de una bestia se tratara mordiendo con fuerza la piel de su presa. El grito de Ayumu fue tan fuerte como si de un animal estuviera en el matadero en ese momento, sintiéndose en los oídos de los presente como algo escalofriante.
Sintiendo el desgarre de su piel ante esa mordida, no pudo evitar reaccionar al dolor como un mecanismo de defensa, sin poder controlar sintiéndose más humillada que nunca sus piernas estaban húmedas al no poder retener el líquido que contenía en su interior mojo, ante el miedo sus piernas, dejando la evidencia.
Sintiendo como sus oídos de la joven tenían un silbato tan agudo, su cuerpo estaba realmente mojado tanto arriba como abajo, mientras aquel vampiro chupaba su sangre con fuerza mientras su risa se escuchaba mostrando una sonrisa eufórica y enferma.
Que inmunda eres Aloska ~, te has mojado del terror. El agua puede desinfectarte jajajajaja-
Exclamó en burla enjuagandose con la sangre para escupirla en el cuello de está, Ayumu estaba choqueada, no lograba regresar en sí, manteniendo los ojos abiertos mirando de forma fija sin tener a nadie al frente, para ella todo se había vuelto negro.
Una enorme ola golpeo a ambos chicos haciendo que se barriera por el suelo, Makishima miro a Eros que tenía los ojos hecho en llamas, este se incorporó con cuidado.
-Tranquilo Eros no la he profanado ni nada, solo le deje un recuerdo.-
Se excusó con una sonrisa amigable bajando sus hombros, los pasos de aquel general se acercó a la joven, dejando sus huella en el rastro que marcaban en la arena de esa laguna.
Me da igual si le dejaste un recuerdo ¡No la vuelvas a tocar es el sacrificio para ascensión de nuestro amo y señor!
Ordeno enfurecido haciendo un chasquido de dedos provocando calambres y dolores horribles en Makishima que se retorció en el suelo como el asqueroso animal que era, estiro su mano mirando aquel hombre de cabellos rojizos y ojos de color ambar que disfrutaban verlo agonizar.
-¡E-Eros detente por favor!-
Rogó a este que deshizo el control de líquido del cuerpo del adolescente que se incorporó apenas, mientras el hombre tenía ya a la joven en su brazo como si su cuerpo fuera un saco de arena, el cabello de la chica lucia desordenado, con algunos nudos mientras una gotas de sangre goteaban de su herida abierta en su hombro que iba manchando la arena.
Eros camino hacia el agua donde utilizo su control para poder caminar sobre está, donde solo se visualiza el rastro de las pequeñas ondas que eran provocadas por el goteo constante de la herida de la chica. Ya llegando al centro, la luna llena estaba en su punto brillante, que dejaba reluciente la figura de la joven que se mantenía en conmoción.
-¡Ayumu di mi nombre!-
Le insistía Ora-kun mientras estaban en ese espacio donde ellos podían hablar, aunque estaba en ese lugar donde nadie podría interrumpirlos, la castaña no respondía a ningún estímulo, las palabras y acciones que había realizado Makishima en ella. La habían dejado desconectada por completo.
Solo podía ver negro y el sonido incesante de ese silbato, que no la dejaba saber que estaba pasando en realidad.
Manantial celestial que pronto serás creado para que nuestro señor qwaser de oro, se sumerja en tus aguas para poder ascender a un nivel divino, te concedemos a esta hembra cuya sangre estuvo envuelta en una masacre, tómala y purifica el agua con su muerte-
Proclamo Eros levantando a la joven con una mano dejando que la luz de luna se reflejara en su piel y aquella herida en su hombro se viera, los seguidores respondían con aplausos y gritos de alegría al estar participando en aquel ritual.
El brazo descendió haciendo que los pies fueran tocando el agua y sumergiéndose lentamente quedando medio cuerpo bajo el agua, el hombre marco con la sangre de la herida de la chica trazando una cruz desde su clavícula y terminando el hueso que quedaba entre los senos.
Poco a poco aquel agarre fue soltándola dejando que la adolescente fuera hundiéndose, mirando de forma fija pero, sin una pizca de reaccionar. Cuando ya la soltó, pequeñas burbujas de aires se veían en el agua, reflejando que poco a poco se iba apagando su consciencia y todo su sistema respiratorio se iba llenando de agua.
Mientras las pequeñas burbujas de oxígenos se podían apreciar en la laguna, a medida que el tiempo iba transcurriendo iban surgiendo, simbolizando que el aire de vida de la joven que estaba en el fondo paulatinamente iba dejando de respirar.
Hay teorías que revelan que un ser humano puede estar más tiempo bajo el agua si está calmado, ya que, puede racionalizar mejor el proceso biológico, sin embargo, cuando uno está en la desesperación o sensación de peligro se pierde más rápido el aire.
Los párpados de la ahogada se fueron cerrando de forma lenta, entregándose a los brazos de la muerte. Arriba en la superficie Eros estaba dichoso al esperar que él sacrificio fuera aceptado para que el manantial fuera creado.
- ¡Regocíjense ante el milagro que van a pres-
Las palabras de aleluya fueron interrumpidas por un pedestal de tierra que se alzó a lo alto descubriendo a Lance en la punta sosteniendo en brazos a la castaña.
-¡A-Ayumu reacciona!-
Le ordenó provocando que ella comenzará a escupir el agua que había tragado producto de la profundidad que estaba sumergida, sintiendo su boca un poco salada, para ir de a poco abriendo sus ojos y ver al qwaser de arena que estaba ileso, solo con la ropa mojada.
-L-Lance… ¿Eres tú?-
Preguntó un poco desconfiada que no fuera real, para recibir una sonrisa pícara en los labios de esté ante la interrogativa que ella planteaba. Con su mano derecha movió un poco los mechones que estaban apegado al rostro de ella, para que sintiera ese tacto que él estaba con ella.
-¿Quién más crees que sería? Perdóname por no ser Ayato-sama-
Comentó en un tono burlesco, mientras miraba con cuidado como estaba de la joven la ropa de ella estaba rota, los golpes que había sufrido se visualizaban en su epidermis mostrando el color morado de alguien que había ejercido mucha fuerza en sus antebrazos.
-¡KILLLER!
Rugió como una bestia Eros que atacó con violencia con un proyectil de agua que cortó y desestabilizó el pedestal, logrando que el chico diera un salto para crear otra manteniéndose en la misma postura.
-¡Entrégame a esa cría! ¡ Y me olvidaré de estos actos de traición a tu legión!-
Amenazó mirando de forma hostil y teniendo una especie de esfera de agua que flotaba sobre su mano, dando entender que iba a volver atacar con la misma violencia que el anterior proyectil.
Lance miró por un rato a Eros mientras él también tenía a sus lados dos remolinos de arena que estaban suspendidos. El choque de ambos elementos provocó una onda que logró desestabilizar a los acompañantes que al ser de menor rango no podían oponerse a esa fuerza.
-Lo siento, pero está otaku es mía-
Al mencionar esa pequeña declaración a todos los presentes, Eros envió con violencia aquella esfera de agua que se transformó en dagas que intentaban desgarrar la piel del traidor, que en un rápido movimiento cubrió su pierna izquierda para patear con está las cuchillas acuáticas.
El golpe desestabilizo de nuevo la postura de Lance que iba caminando a la orilla con cada pedestal de arena que creaba, cuando estuvo a punto de llegar a la orilla, manteniendo la defensa de las navajas con su pierna izquierda.
-¡Killer Lance!
Llamo Makishima generando que se desconcentrara siendo golpeado por una esfera acuática, sus brazos perdieron el control que sostenían a la chica. Resbalándose de sus manos y siendo atacado por el látigo de latón que provoco que se separa de Ayumu.
La joven iba a aterrizar en el suelo pero, de los arbustos salto James que atrapo de forma efectiva, mientras en su espalda portaba su espada Excalifur, su camisa de franela estaba un poco mojada por los cabellos húmedos de Ayumu.
-Parece que te gusta ser atrapada como Kagome…¡Ayu—chan!-
Le comentó esbozando una sonrisa para dejarla con delicadeza en el suelo, para luego levantar su brazo tomando el mango de la espada para colocarla al frente de este y mirando con rabia a los presentes.
-¡Espero que estén preparados al haber dañado a la persona que me hizo tener amigos y encontrar el amor!-
Amenazo tomando con su mano izquierda y yéndose en picada contra Eros, esté al ver al rubio abalanzarse formo un báculo con el agua que hizo choque contra la espada de titanio, pareció hacer un ruido de un canto al impactar en el metal.
-¡Aloska~!-
Grito Makishima mirando a la chica que al escuchar ese apodo, se cubrió los oídos como si aquella voz fuera el sonido de un trueno que atemoriza a alguien, estaba aterrada de ese chico. Intento huir poniéndose de pies, una patada recibió su espalda provocando que cayera al suelo golpeándose la mejilla.
-¡Mira que conmovedor! La pequeña ave piensa que puede escapar del depredador ….¡QUE ILUSA!.-
Estirando su mano hacia ella, el sonido de un disparo provoco que Standford diera un salto esquivando el choque eléctrico para colocarse delante de la joven la muñeca de cobre que en sus ambos brazos tenía dos esferas de electricidad, en ese lapsus el infante se acercó a la adolescente.
-Ayu one-chan…. Perdona por haber tardado un poco, el campesino me encomendó la tarea de avisarle a la clase obrera pero, no pudo mucho traerlo. –
Se disculpó intentando acercarse acariciando su frente como ella, muchas veces lo había hecho calmando sus miedos de esas pesadillas ahora, era su turno
-¡Oh! ¿Qué tenemos aquí? Mi corderito vino a acompañar al pajarito sin alas, que fueron arrancadas por su dueño….¡Mira que patética debes verte ahora! ¡Tan envalentonada que te sentías al expresar esa filosofía tan podrida que predicabas!-
Expresó con burla llevando su mano derecha a su rostro, intentando aguantar la risa que le producía aquel escenario tan barato y decepcionante. Para luego silenciar y mover su muñeca haciendo que el látigo de latón golpeara con violencia a la muñeca de cobre provocando un choque eléctrico que electrocuto con violencia a Ayumu y Kodantri, de sus gargantas salieron un grito desgarrador.
Sus cuerpos temblaban ante ese impacto eléctrico, sus nervios no podían coordinarse en incorporarse, Kodantri se puso de pie intentando entender como pudo resultar que también le afectara.
Y fue cuando vio que la joven estaba mojada y en su mano cuando acaricio su cabello provoco un conector que aprovecho Stanford. Definitivamente ese sujeto no perdía las oportunidades para torturar.
Su apodo no se lo habían dado por nada " El qwaser de la agonía Stanford " volviendo a levantarse y escupiendo un poco de saliva, dándose una pequeña palmada en su mejilla para espabilarse, miro con cuidado a sus compañeros que tenían golpes en sus cuerpos por los constante ataque acuáticos.
-¿A dónde miras?-
Escucho la pregunta cuando giro su rostro, lo tenía al frente al muchacho de cabellos verdes con tonalidades roja en sus puntas, observando con sus enorme ojos amarillos como un depredador, que paralizo al infante que su rostro se puso pálido.
-La pelea es conmigo….CORDERITO-
Deletreo muy cerca del rostro del ruso que sentía ese asqueroso aliento sobre sus labios, aquellas imágenes de cuando fue abusado fueron regresando, pero una patada impacto en el rostro de Makishima descalza y con un poco de arena pegada a sus planta de los pies.
Sintiendo de forma directa como estaba en el regazo desnudo de Ayumu que respiraba de forma jadeante y temblaba.
-¡HIJA DE PERRA ALOSKA!-
Bramo encolerizado olvidando querer de disfrutar de ver a su víctima sufrir, el látigo comenzó a dar golpes con furia a ellos, que la joven protegió al infante con su cuerpo, sintiendo los latigazos sin electricidad, dejando marcas en las manos de la joven que apretaba con más fuerza a Ko-chan para que no recibiera ninguna golpe.
Hasta que los trompazos de latón hicieron una nube de humo, los golpes eran erráticos sin ningún tipo de objetivo quería golpearlos ambos, hasta que sintió como su arma se tensaba y no la podía regresar, alguien la estaba sujetando.
-¡Piiii…Piiiii!-
Se escuchó el piar de un petirrojo que reconoció enseguida Lance a Natsu que estaba en el hombro izquierdo de Sasha que sostenía con su mano el látigo.
- Después me explicaran qué demonios está sucediendo… Oye enano no te lo dije una vez…¡NO HAGAS LAS COSAS SOLO SI NOS TIENE A NOSOTROS…QUE NO SE TE OLVIDE QUE TIENES AMIGOS BEBE MALCRIADO!-
Le regaño provocando que el mencionado se espabilara por completo y viera donde estaba, esbozó una sonrisa un poco tierna en ese abrazo con sus manos alejo el cuerpo de la castaña.
-Tardaste mucho clase obrera… próxima vez que te vaya a buscar ven de inmediato-
- Jah… si me hubieras dicho que me necesitabas para cobrar cuentas con este enfermo, no me hubiera demorado, sin mencionar que ese pájaro no sabe decirme derecha o izquierda..¡Debería enseñarle mejor a este pájaro Lance! Ah…Y no se me va a olvidar que te llevaste a mi bakayumu sin mi permiso-
Comentó Sasha provocando que Lance solo sintiera ganas de golpearlos por los estúpidos celos que siempre tenía.
De verdad no puedes dejar de lado tus celopatías y concentrarte en el combate…
Comentó el qwaser de arena teniendo una enorme gota resbalando por su cien riendo un poco nervioso. Makishima solo observaba esa escena, no pudo evitar reír a cargadas.
Makishima Pov:
No podía dejar de reír aquel escenario tan deplorable que tenía al frente, cuatros príncipe protegiendo a la ave que ha estado tejiendo una red de mentira que no deja de ser fantástico, saber qué tipo de expresión pondrá cada idiota con la noticia que debo entregar.
¿Qué es tan gracioso?-
Me pregunto el qwaser de hierro que todavía tenía sujeto con su mano mi látigo, aplique un poco de mi control para encogerlo y que volviera a mí.
-Pues que ustedes nunca podrán ser tan importantes como yo lo fui de Aloska-chan~ –
Comentó logrando que todos se pusieran tensos, que expresión más excitante no puedo dejar de emocionarme con esta verdad que debo decirles.
-¡¿Q-Que estas tratando de decir Makishima?!-
Me grito Lance enfurecido, la risa era incontrolable no podía dejar de reír sus caras de celos
eran muy divertidas, sosteniendo mi estómago con mi mano. Para mirarlos a ellos y luego mirar a la susodicha que parecía no entender nada.
-Hay mi querida Aloska ~ . Es que acaso no te acuerdas que tú misma dijiste que tu sueño del futuro era casarte conmigo cuando eras niña-
Dije soltando ese gran secreto provocando que todos quedaran mudos y choqueados por mi gran noticia jugosa, un grito desgarrador escapo de los labios de la mencionada agarrando con sus manos su cráneo.
-A-Ayumu ¿Qué te sucede?-
Pregunto Lance corriendo a ella, pero aproveche esa oportunidad para proporcionarle un golpe en su estómago haciendo un corte en este y mandándolo impactar en el árbol.
-¡D-Duele….mi cabeza! ¡V-Va estallar!-
Se quejó gritando para quedarse muda, por completo no pudo evitar votar un poco de saliva en su boca sufriendo aquel dolor que algo le producía. Definitivamente esa golfa de Susuna debía estar relacionado.
-¡Ayumu reacciona!-
Le llamo de nuevo el qwaser de hierro que la sostenía de los hombros meciéndola de forma suave para que dejara de sufrir pero, un silencio para que el temblar de sus labios se viera mirando como si lo que había dicho era tan cierto.
-¿A-Ayumu es mentira lo que dice ese enfermo?-
Le volvió a preguntar a lo que la joven negó con su cabeza, que espectáculo tan maravilloso no podía dejar de reír. Aquellos recuerdos cuando asistíamos en el mismo curso regresaron al verla con esa mirada perdida y obediente a su príncipe querido.
En un departamento pequeño que apenas se mantenía la limpieza se encontraba Makishima de 10 años con el cabello corto mientras observaba con sus ojos la puerta del dormitorio principal que de ella salían ruidos que un infante no debería escuchar.
La puerta se abrió saliendo un hombre que se estaba abrochándose los pantalones y mirando dentro de la habitación donde se encontraba Angel Standford que estaba recostada en la cama con la nariz sangrando, otra vez había sido golpeada por uno de sus clientes.
-Angel…Acuérdate que la próxima no puedes terminar antes que yo-
Le recordó mientras dejaba el departamento quedando solo Angel y Makishima, la mujer se incorporó de la cama teniendo vendas en su cuerpo principalmente en su frente y brazos, esbozó una sonrisa a su hijo dando entender que todo estaba bien.
Su cabello de color verde eléctrico se deslizo por sus hombros mientras el cuerpo mostraba una clara señal de abuso de parte del cliente. Así eran los días de la familia Standford su madre Angel comercializaba su cuerpo para tener un techo y comida para su familia.
-Mamá ¿Estas segura que te encuentras bien?-
Pregunto el pequeño acercándose a la pieza sintiendo los diferentes aroma de ese acto tan violento, mirando a su madre que se tapaba cada marca de chupetón, golpe y apretón en su cuerpo esbozando una sonrisa que intentaba transmitir que todo estará bien pero, era todo lo contrario daba la impresión de sentirse toda la desesperación.
-Si hijo, todo estará bien….-
Comentó provocando que Makishima la mirara con ojos vacíos, sin entender el gusto de su madre a que los hombres la golpearan de esa forma quedando con la nariz ensangrentada
Uno de los clientes de Angel decide inscribir a Makishima en el instituto ya que, se había percatado que aquel infante era mucho más inteligente, al momento que entro al salón donde fue presentado por el profesor de forma tan común.
Se dirigió a su asiento para tomar atención a la materia, pero su mirada sintió curiosidad al ver a una muchacha rezagada en una esquina del salón, su cabello era largo de un castaño claro, sus ojos parecían muertos en algún sentido como la arena de una playa deshabitada.
-¿Quién es ella?-
Pregunto Makishima a uno de sus compañeros que solo esbozo una sonrisa juguetona mientras miraba hacia el lado de la castaña.
-Es la rara de Oikawa Ayumu, no te aconsejo que te hagas amigo de ella, sino quieres que los profesores te tengan mala.-
Makishima quedo intrigado por primera vez en su vida, sobre esa muchacha que en los recreos la veía recibir burlas y golpes de algunos niños empujándola de un lado a otro y haciendo un juego a su alrededor.
Ella parecía no reaccionar a los maltratos, era una muñeca sin vida que solo estudiaba y dejaba que la pisotearan, que debilidad. Le recordaba un poco a él y eso le molestaba bastante, dejaba que otros hombros maltrarán a su madre.
En uno de esos juegos que el participaba con sus compañeros estaban jugando a saltar la pandereta donde abajo había un pequeño riachuelo que no era tan hondo, sin embargo piso mal provocando que perdiera el equilibrio cayendo y mojándose este solo rio carcajadas.
-¿Te encuentras bien?-
Le hablo una voz, mirando hacia delante ahí estaba esa niña estirando la mano para ayudarlo, Makishima la vio detenidamente.
-Nadie te pidió que me ayudaras, niña rara-
Le contesto Makishima sacando la lengua, pero las palabras de la joven la dejaron helado por primera vez.
-No mientas, siempre has tenido miedo de caer en ese hoyo.-
Le hablo con un tono neutro y viendo esos ojos que parecían estar llenos de algo muy oscuro en su interior, asustándose más cuando creyó ver a algo negro apoyado en el hombro izquierdo de esa niña. Makishima sintió el pánico y sin pensarlo empujo a la niña con fuerza provocando que se cayera al suelo y este huyera.
Escondiéndose detrás de un árbol con la respiración agitada, experimentando por primera vez el pánico, su corazón estaba acelerado por completo, transpiraba frio. Sin embargo, no dejaba de sonreír al experimentar por primera vez ese sentimiento, eso significaba que estaba vivo, ya que nunca se asustó cuando escuchaba los golpes de los clientes a su mamá.
¡Ella está podrida jajajajaja!-
Comentó eufórico, el transcurso fue lento pero el pequeño Standford comenzó a acercarse a la castaña siempre que nadie la viera interactuar con ella, Ayumu sintió una extraña curiosidad al ver que uno de sus compañeros se interesaba en ser su amigo.
Aunque, solo era por vergüenza ya que, en los recreos nunca se le acercaba o se reía como participante en el grupo de bullying. Aunque era una sola manipulación siempre al terminar la jornada donde todos los compañeros los retiraba sus papas. Ambos se quedaban un pequeño rato en las puertas del instituto intercambiando algunas palabras.
-¿Por qué siempre te quedas conmigo hasta muy tarde?-
Pregunto una vez, provocando que de nuevo Makishima fuera puesto entre la espada y la pared sus mejillas se ruborizaron y busco unas palabras que satisficiera esa pequeña curiosidad.
-Pues digamos que me resultas interesantes, saber que pasa por esa mente Aloska~-
Le dijo sonriendo con interés, aquellos ojos que parecían siempre opacos adquirieron una vitalidad y alegría que la infante invadió el espacio privado de Makishima que vio en esos ojos como si la muerte renaciera la vida.
¡E-Enserio! ¿¡ Q-Quieres saber más de mí!?-
Si… ¿Qué hay de malo?-
¡N-N-Nada solo que no puedo dejar de estar feliz!
Eres un bicho raro –
Jejejeeje-
Rio Ayumu, sin saber que desde ese momento serían felices para ambos, pasando tiempos juntos sin que los otros lo vieran interactuar era su pacto que habían acordado. Aquella castaña era una especie de escape de su casa.
-Aloska ~ ¿Por qué nunca me has invitado a tu casa?-
Preguntó de repente logrando que la niña se erizara la piel y en sus ojos se vieran llenos de terror pero manteniendo su sonrisa un poco torcida, Makishima reconoció esa expresión de pánico, era la misma cuando su mamá iba a atender a uno de los clientes que más le hacía daño.
-O-Oh, pues no pensaba que querías ir a mi casa…Jejeje –
-Me gustaría ir… ahora ¿Me lo permites?-
Ayumu dio un sobresalto, sus manos que tenían unas banditas temblaban, las entrelazo con su otra mano para poder calmar los temblores.
-E-Es….que…E-Es un poco oportuno…-
Se excusó a lo que el niño la miro despectivamente, tomando su bolso con cuidado la castaña se alteró y en una medida desesperada tomo su muñeca.-
-E-Espera…N-No te enojes… te mostrare-
Concluyó, viendo como Makishima sonreía de oreja a oreja, partiendo rumbo al hogar Oikawa, cada paso que daba Ayumu sentía miedo y pánico apretando sus manos con fuerzas, mientras Makishima observaba con deleite cada expresión de miedo que había en ese rostro.
Cuando llegaron a la puerta de la residencia, la joven tomo aire unas diez veces para buscar la llave para entrar que estaba bien escondida en un hoyo detrás de una maceta, con suma precaución inserto la llave en la cerradura, para escucharse el compartimiento de este hacer un click cuando fue girada y empujar la puerta hacia delante dejando que su invitado pasara primero.
-Wow tienes un casa muy linda Aloska~-
Comentó observando cada detalle de la entrada principalmente que en una de la mesa que se encontraba al inicio de la puerta de ingreso estaba la foto de una pareja sonriendo, a su lado dos fotos de ambos adultos y otros. Pero ninguna de la infante.
-M-Muchas gracias…-
Balbuceo sonriendo nerviosa mirando cada dos segundos hacia atrás por si alguien llegaba, Makishima parecía divertido al ver el rostro aterrado de Ayumu, pero la estadía no fue tan larga.
Luego de eso Makishima comenzó a ir varias veces a la casa de su compañera evitando ver en su casa como su mamá se ganaba el pan de cada día, sin embargo se deleitaba ver la cara de pánico de la castaña cada vez que el venía a su casa.
Varias semanas habían pasado donde Makishima solo regresaba a dormir a su casa y se levantaba temprano para poder asistir a la escuela y poder ver como maltrataban sus compañeros a la castaña ya sea con apodos o aislándola.
Hasta que un día la castaña no había asistido a clase, provocando que el día fuera aburrido para él, se escapó antes de que terminara la jornada regresando a su casa. Cuando subió por la escalera se topó con unos de los clientes de su mamá, sin embargo estaba todo sucio a sangre en su camisa y asustado que apenas se dio cuenta que paso al lado del infante.
Cuando se acercó a la puerta la vio abierta, cosa que no le preocupo tanto capaz que se había pasado un poco con los golpes.
-Ya llegue-
Anuncio, pero no recibió ninguna respuesta, dejo su mochila en el sillón para encaminarse a la habitación.
-Hey mama ya llegue que hay….-
Sus palabras fueron calladas al ver el escenario que nunca más se le borro de su mente, manchas de sangre salpicadas por todas partes y en la cama su madre con golpes en su cráneo que había sido con algún tipo de metal sin vida.
Con sus ojos abiertos y el rostro desfigurado por el dolor, se acercó con cuidado deslizando sus manos por los mechones que había sangre. Su madre ya no estaba con él, solo era un objeto inerte que comenzaba a mostrar signos de rigidez mortis
No supo cuánto tiempo estuvo contemplando aquella estatua que en la mañana solo intercambio un – Me voy mamá- sin recibir la respuesta de su madre porque capaz ella se encontraba trasnochada, siempre supo que su mamá podría terminar de esa forma. Sin embargo, era distinto vivirlo, el paso de tiempo en ese momento se detuvo para él.
Hasta que los vecinos se percataron de la puerta de entrada abierta y se encaminaron a encontrar el escenario del asesinato. Los policías al revisar toda la escena del crimen comentaron con duras palabras.
-Ella se lo merecía si a eso se dedicaba… que destino tan lamentable-
Comentó uno de las autoridades sin importar que el pequeño escuchara esas palabras y rondara en es mente aquella frase.
Ella se lo merecía… porque se acostaba con otros…
Ella iba a terminar así por no haber sido solo de una persona…
Una mano saco de los pensamientos a Makishima para encontrarse con uno de los habituales clientes que siempre venía y que muchas veces a él le traía un regalo para que jugara mientras ese individuo copulaba con su madre difunta.
Lamento tu perdida Standford…-
No se preocupe señor…-
Respondió de forma automática sorprendió al hombre que miraba los ojos sin vida de ese pequeño infante pero con algún tipo de brillo Maquiavelo en sus ojos.
¿Tienes con quien quedarte?
-No señor… creo que me entregarán a un hogar de menores, mi mama no tenía parientes si lo tuvieras creo que no me aceptarían. Ella era la oveja negra de mis parientes-
-Ya veo, entonces quédate conmigo, yo te volveré alguien fuerte-
El transcurso de la semana paso rápido, para el pequeño Makishima que fue entrenado de la manera más cruda que a un niño se le pudo haber impartido, le dolía cada parte de su cuerpo, tenía cicatrices por los contantes golpes del "amo".
Solo al ver a su pequeña mascota esbozo una sonrisa, esta le recibió como siempre, pero algo parecía distinto en ella, su mirada que siempre parecía estar pendiente a él y solo se iluminaba cuando él llegaba ahora parecía más alegre.
-Aloska… ¿Estas siéndome infiel?-
Preguntó de forma seca provocando que mencionada solo mirara, ladeando su cabeza a la izquierda intentando comprender que se refería con ser infiel.
-No entiendo…-
Cuestiono provocando que Makishima solo sonreía y sin previo aviso sin darle tregua a que la niña pudiera prever lo que iba a hacer como una navaja desgarro el pequeño delantal, sus poderes que había adquirido el uso de Latón corto la tela.
-Tómalo como una advertencia Aloska cada vez que me seas infiel…Te reeducare –
Le comentó invadiendo el espacio de la niña que solo miraba con ojos atentos y tembloroso de que sucediera algo, sus manos se las llevó a su cabello, llenándose de miedo en ese momento, los recuerdos del lirio del plato volvían a ella.
Los gritos de horror de la niña era un placer pero la dejo sola riéndose de haber realizado alguna herida mental. Los abusos fueron subiendo en escala ya no eran simples advertencias ahora eran golpes, insultos, lesiones en su cuerpo.
La risa de Makishima era estridente mientras la verdad de aquello que ninguno de los qwaser sabía sobre la castaña se revelaban estaban choqueados, impactados por que el primer amor puro de la infancia de Ayumu Oikawa era nada menos que Makishima Standford.
-Bueno, bueno basta de tanto drama Aloska…-
Llamo viendo como la chica lo miraba con esa obediencia que él había grabado de la peor manera en su mente que ella acatara cualquier petición absurda que su amo y señor le decía, los recuerdos de Ayumu que Suzuna había bloqueado fueron abiertos.
-S-Si príncipe-
Respondió temblorosa ignorando cualquier llamado de los otros, donde Makishima con su dedo indico que se pusiera de pie y se acercara a él, camino de forma lenta hasta que dos manos rodearon la cintura de la castaña, y sus manos también fueron tomadas.
-¡Bakayumu! ¡Vuelve a tus cabales!-
Le grito Sasha para que reaccionara que tenía agarrada su cintura al igual que Lance y su mano derecha estaba Kodantri aferrado y la izquierda James.
-¡Él no es tu dueño!-
Argumento alterado Lance impidiendo que pudiera dar otro paso, sintiendo la resistencia de la joven en intentar soltarse de los agarres de ellos.
-T-Tu nos enseñaste que…que podíamos salir de la oscuridad y tener amigos Ayu-chan-
Le dijo James aplicando más peso en su brazo izquierdo que intentaba zafarse, el pequeño emperador de cobre lloraba sobre la mano de la chica que parecía no sentir las lágrimas.
-A-Ayu-onechan …. ¡N-No sigas… por favor tu eres Ayumu Oikawa la chica que yo solo acepte que puede ser mi one-chan, mi amiga, mi primer amor que sé que no es correspondido que me enseño que uno aunque sea débil puede dar un paso para poder enfrentarse a sus fantasma y volverse fuerte.…!-
Grito desconsolado Kodantri provocando que aquel llamado pudiera hacer ruido en la mente de la castaña, aquello ojos que parecían haber perdido las fuerzas en batallar y entregarse a las órdenes volvieron a emitir su vitalidad.
La fuerza que aplicaba para librarse cedió provocando que se escuchara un sollozo donde ellos miraron para verla como sus lágrimas mojaban sus pómulos y caían en cada uno de ellos una pequeña gota en su piel.
-Es cierto… Ya no soy la misma de antes…-
Susurró con una sonrisa para mirar a Makishima, esté al ver que aquella muñeca había de nuevo vuelto a desobedecer sus órdenes la cólera lo invadió.
-¡Aloska! ¡Ven inmediatamente donde tu amo!-
Le ordenó con el ceño fruncido y apretando con fuerza el cuero de su latigó, mientras la joven miraba con ternura al muchacho de cabellos verdes con terminaciones roja provocando la sensación de inconformismo en él.
-Puede que me hayas hecho mucho daño, sin embargo, me ayudo a ver más claro todo-
-¡C-Cállate! ¡Obedeces mis órdenes estúpida ave!-
-Al cerrar mis ojos solo veo dolor y sufrimiento, pero debo admitir que aunque haya tanto dolor hubieron momentos felices.-
-¡SILENCIO PERRA!-
-Me enamoré de ti…. Makishima Standford pensando que eras mi príncipe que me sacaría del sufrimiento como en los cuentos de hadas, pero estaba engañándome a mí misma… -
(N/A: ¿Quién se imagina que expresión debe haber puesto nuestro querido Shi-chan? Yo me la imagino xD)
Sasha al escuchar eso pareció que un momento su rostro quedaba pasmado y marcando ocupado ante esa información, mientras sus manos seguían rodeando la cintura femenina sin soltar, después cobraría intereses por esta revelación y añadiría a su lista de rivales que vencer ya ahora Lance no se encontraba de los primeros sino que Makishima que lo maldeciría con un muñeco budu si tuviera que caer en lo más bajo.
-Recuerdos esos sentimientos infantiles que me llenaban, aunque era un amor idealizado de algo que nunca pudo ser… Por eso te doy gracias por haber sido mi pri-
-¡CÁLLATE!-
Grito atacándola a la joven haciendo un corte en su mejilla izquierda cerca de su pómulo, pero la sonrisa de Ayumu no se esfumo, provocando que la ira de Makishima fuera más descontrolada hasta que el segundo arrebato fue detenido seco por Lance y Sasha que pusieron su espada y guadaña frente a la joven.
Una enorme ola de nuevo los golpeos a los cinco donde Kodantri protegió a la castaña con su muñeca de cobre, para que no se la llevara la corriente, ya que era la única que no podía nadar.
-Ya me he cansado mucho de este espectáculo barato Standford-
Gruño Eros encolerizado levantando los brazos para manipular el agua que parecía una enorme serpiente, podría ser contrarrestado si estuviera con ellos Kirie ya que ella es usuario de un circuito y su elemento de agua podría superar el dominio de Eros.
-¡Entrégueme a ese sacrificio!-
-¡Jamás!¡ Primero pasaras por nosotros antes de tocar a Ayumu!-
Respondió Sasha sosteniendo su guadaña mientras los otros también se ponían a los lados para proteger cualquier lugar que pudiera venir un ataque y quitarle a la castaña. La risa del adulto fue como una especie de avalancha que se avecina en cualquier segundo.
-Haber….Haber mis queridos pequeños guerreros de Athos y traidor…
Hablo en un tono calmado mientras el dominio de su agua reflejaba lo contrario a lo que demostraba en ese momento, las moléculas acuáticas vibraban de forma eléctrica formando de a poco un remolino de agua y los ojos de Eros parecían ser una avalancha.
-En este momento no le estoy preguntando nada, es una orden sino quieren pagar las consecuencias-
Comentó mirando a todos y solo haciendo un chasquido de dedos de su mano derecha, por un milésimo segundo antes que el sonido de esos dedos se rozaran.
-¡NO PIENSO PERMITIRTE QUE TORTURES A MI AYUMU!-
La voz de Ora-kun resonó en los tímpanos de la joven que sintió que todo a su alrededor se detenía en una fracción de ese mini segundo pareció ser un minuto, la castaña miro a sus compañeros que no se movían por nada.
Su cabeza volvió a sentir de nuevo ese ruido molesto y doloroso provocando que sintiera como la sangre se acumulaba de forma violenta en sus ojos, le dolía y ardía bastante. Cerrándolos en el preciso momento que acabo esa distorsión de tiempo, el gritos de sus compañeros la alarmo volviendo abrir para mirar que sus amigos agonizaban en un dolor horrible, podía ver como puntos de colores rojos sobre ellos se movían vibrando.
El mismo dolor que había experimentado, ahora lo estaban sintiendo sus seres queridos, mirando con rabia al hombre, el mismo Eros sintió por una milésima de segundo terror, deteniendo su manipulación de un titerero en la sangre, su control era mucho más perfecto que el de Shion.
Al darse cuenta que hubo una persona que no cayó en su control de tortura, más lo encolerizo, volviendo a usar de nuevo su técnica, Ayumu sin pensarlo dos veces se abalanzo encima de sus amigos para impedir que volvieran a sufrir, abrazando con su manos a los cuatro que aquellos espasmo de calambre se fueron deteniendo y dejando de sentir ese dolor.
Eros levanto más su poder provocando que en un radio de diez kilómetros a la redonda cualquier ser vivo sintiera esa agonía de dolor, pero los únicos que no sufrían espasmos era ellos que la castaña ahora abrazaba con todas sus fuerzas.
Hasta que algo centro su atención sobre la joven, aquel collar las sietes piedras giraban en contra las manecillas del reloj viéndose un circulo brillante azul de poca intensidad que solo iluminaba un poco.
Usuaria de un oráculo….-
Susurro para él, deteniendo su manipulación de sangre mientras sus camaradas se encontraba tirados en el suelo inconscientes por aquel dolor que experimentaron, Makishima era el único que se podría decir que estaba despierto, pero toda su ropa se encontraba mojada con su sudor frio por haber experimentado por más de unos minutos ese dolor.
-Standford, sácame de la duda ¿Sabías que esa muchacha es usuaria de un oráculo?-
- ¿Oráculo? No crees que si fuera usuaria lo hubiera reportado, Aloska no cumple los requerimientos para ser una usuaria, además con el tiempo ella debería estar muerta… Cosa que no es lo es-
Comentó Makishima incorporándose de apoco, mientras estiraba sus brazos para poder volver a estar bien para el combate.
La marca de un estigma no está en ninguna parte de su cuerpo, si hubiera tenido una se hubiera visto en un parte pequeña de su cuerpo, ya que abarcan grande parte del cuerpo.-
Espera… Acabo recordar lo que hablamos en esa reunión… -
(Revisar capítulo 31 Mensaje de guerra II)
Comentó Eros mirando a la muchacha una sonrisa escalofriante se vislumbró en la comisura de los labios, riendo un poco ante lo gracioso que su mente había descubierto enlazando todas las conversaciones que tuvieron en esa reunión.
¿Tienes a mano esa droga?
Susurro donde solo escuchara el qwaser de latón que también esbozo una sonrisa más enferma que cualquiera que hubiera tenido en esos momentos con los ojos dilatados como si él estuviera bajo un éxtasis incontrolable.
-Si…Siempre llevo una conmigo…-
-Úsala en ella.-
-¿Estás seguro? Sabes que nuestro líder se molestara bastante si llegamos a pasarnos de la raya con su cuerpo y que no sea virgen-
Sacando de su pantalón un pequeño frasco con ese líquido Lance al mirar que era esa sustancia, intentó librarse de ese agarre, pero los brazos femeninos lo apresaban impidiendo que este pudiera liberarse.
-Solo obedece…-
Ordenó Eros, usando de nuevo el control del agua pero esta vez el que se encontraba cerca de las plantas, las raíces de los arboles comenzaron a secarse con violencia, haciendo que miles de agujas de agua se formaran atacándolos a los 5. El grito de dolor de esas agujas penetrando la piel de cada uno de ellos.
Provoco que los brazos de Ayumu soltara a los cuatros y una cadena de agua se encargara de apresar cada muñeca masculina de los qwaser alejándolo de la castaña, que intento con todas sus fuerzas volver a tomarlos.
Al ver como se distanciaban de sus manos y dedos. La rabia interna femenina crecía cada vez más, surgiendo las preguntas que cada vez que ella creía que podía defenderse sola. Sin depender de la ayuda de las habilidades de qwaser de sus amigos. Alguien con más poder le demostraba que era una simple mortal que no podía defender a sus seres queridos.
Agachando su cabeza, quedando sucumbida en sus propios lamentos el toque de la funda del látigo de latón sobre su mentón levanto su mirada viendo a Makishima sonriendo como un pequeño niño que va hacer una travesura.
Que linda expresión tienes Aloska. Debes estar quemándote lo inútil que eres para proteger a tus amigos –
Apretó sus nudillos al escuchar esas palabras intentando que esa emoción no la dominara. Los recuerdos de su infancia principalmente en ese momento que Makishima más le hizo daño sumergiendo su rostro en un balde numerosas veces, rogando que se detuviera.
Algo caliente la quemaba, en su torrente sanguíneo, la rabia inmensa que había sentido en la perdida de emociones no se comparaba con la que ahora estaba sintiendo. Ese recuerdo que había sido borrado por alguien ahora surgía.
Ayumu miro enfurecida a Makishima en ese momento, los recuerdos eran difuso pero estaba segura de algo. Había sucedido algo que no lograba recordar y esa era la cicatriz en la frente que tenía Makishima y también la cicatriz de Susuna que tenía en su muñeca.
-Oh…. ¡Que hermosos ojos tan podridos de furia tienes Aloska!-
Exclamo tomándola del cuello elevándola, impidiendo que sus pies tocaran el suelo, escuchando la voz de Sasha gritando con rabia.
-¡SUELTALA MALDITO HIJO DE PUTA! ¡SI TE ATREVES A HACERLE ALGO JURO QUE TE DESCUARTIZARE!-
Encolerizado intentando librarse de esa cadena acuática que cada vez se apretaba en su muñeca cortando la circulación. Hasta que la mirada de Makishima le dio una idea de lo que iba hacer, mientras Ayumu parecía fuera de si, como si una bestia intentando librarse del agarre.
Los recuerdos de ese momentos la golpeaban, la rabia la invadía por completo hasta que su rostro descendió directo al de Makishima sin una delicadeza beso e introdujo a la fuerza el liquido provocando que la chica lo bebiera contra su voluntad.
Sasha al ver esa escena, su estigma de su ojo derecho pareció arder con más fuerza, utilizando de forma inconsciente su poder de qwaser rompiendo la cadena de agua haciendo una herida en su piel cortándola con una espada hecha de sangre.
-¡Desgraciado!-
Librandose y dirigiendo su ataque a el que logro rescatar a la joven de los brazos que parecía no responder, estaba agotado pero eso no le impidió librar a sus amigos, su respiración era agitada mientras miraba con odio a Makishima que se relamía los labios sonriendo en su travesura.
-¡Jajajajajaja!
James cuando se libró de las cadenas, uso su espada de titanio para blandirla contra Maksihima que pudo esquivar el ataque por un parte, la muñeca de cobre lanzo un ataque eléctrico contra Eros que este lo pudo repeler en un porcentaje.
La arena parecía agrietarse ante la rabia hasta que la voz femenina interrumpió el momento, mirando los cuatros sin poder entender que estaba sucediendo, la vieron con lágrimas en sus ojos, una respiración acelerada, los ojos con un brillo y sus pechos subiendo y bajando con cada bocanada de aire.
Los chicos sintieron de forma más violenta al verla en ese estado, el deseo, la lujuria de poseerla. Lance comprendió que droga le había dado, que aumentaba la feromona de la joven pero en un nivel excedido.
-T-Tócame por favor…..Sasha-
Rogo en lágrimas al chico que la miro sorprendido al escuchar esas palabras pero en un tono tan desesperado y angustiante.
Por fin pude terminar el capítulo, otra vez me demore mucho pero, se dio que el termino de año e inicio partió de la forma más violenta de todas donde dos de mis hermanas estuvieron grave en el hospital. Una por una complicación medica producto de una operación y la otra por covid. Fueron 3 semanas del terror y sacado de un capítulo de grey anatomy.
Pero ya las cosas se han ido mejorando y ahora pude terminar de escribir este capítulo espero que les guste bastante, espero sus comentarios jejeje amo sus notitas sobre el capítulo.
Próximo Capítulo: Materialize.
Rabia, desesperación, Soma mezclado, Intoxicación de Soma, 300 homúnculos, números románicos, contrato, poder familiar, recuerdos, ojos del cielo azul,4 Ayumu, 3 minutos.
Debo apurarme antes que sea demasiado tarde.
Este capítulo se lo dedico a todos mis lectores.
Cuídense harto, vacúnense, tomen las medidas correspondientes para no contraer el covid y no le tengan miedo al virus.
Se despide.
Atte.
Mayu Miname.
