Hola a todxs!
Espero que, como cada semana, sigáis estando muy bien :) Por mi parte me encuentro genial, motivada con la recta final del fanfic, jajaja.
Quería compartir con todxs esta preciosidad que Luna de Tabantha dibujó, inspirándose en los Link & Zelda de este fanfic. Qué puedo decir, desde que vi este dibujo me enamoré todavía más de los personajes, porque creo que los refleja a la perfección. Tanto es así, que he decidido (con el permiso que ella me ha dado), ponerlos de portada del fanfic, de nuevo, muchísimas gracias por compartir tu arte con todxs nosotrxs, es maravilloso :) Aquí lo pongo: httpspin. it/5qdaGJt (hay que poner ":" y las dos barras inclinadas tras el "https" y quitar el espacio entre el "." y el "it)
Y ahora os dedico algunas palabras individuales, jajaja.
Vivi-ntvg, no tengo ni idea de cómo se me ocurrió colar ese momento zelink justo en ese capítulo, porque tenía pensado algo distinto, pero cuando lo estaba escribiendo me salió tan natural que al final decidí dejarlo así :) Un abrazo!
Areynor, te doy la bienvenida! Me alegra mucho que el fanfic haya conseguido engancharte :) Sí, uno de los enemigos es una de las versiones de una de las líneas temporales de Link OoT, que luego aparece como "hero's shade" en Twilight princess ;) Un abrazo y gracias por dejar review!
Jessica, aunque sólo sea una palabra, me alegra leerte, jajaja, espero que sigas muy bien. Un abrazo!
ElenaGilbert, muchas gracias! Me alegra muchísimo leer la reacción que provocó este capítulo porque trabajé muchísimo no sólo en él, ojo, sino en los dos que lo preceden, que eran capítulos de transición, puede que parezca que tienen menos contenido, pero estaban diseñados justo para producir el efecto que ha producido el capítulo 35. Has dado en el clavo con tu comentario, y como todos lo mencionáis, al final de esta nota de autora de hoy os aclaro quién es cada uno de los "Links" a los que se enfrenta el nuestro. Un abrazo, cuídate mucho! :)
Linkzel, me alegra leerte de nuevo :) Una de las cosas que me fascinó de Breath of the Wild fue la "reinvención" que hicieron del pueblo sheikah, en realidad hemos visto poquísimo de este pueblo en los otros juegos, así que no ha sido hasta BoTW que le han dado mucha más entidad: hemos visto un poco cómo es su cultura y su forma de vida, muy al estilo aldea rural japonesa (que podría estar sacada de cualquiera de las películas de Estudio Ghibli). También hemos conocido su historia, su escisión con el clan Yiga… me parece fascinante todo eso, como para dedicarles un fanfic en exclusiva xDD Me alegra que aclares las situaciones de salud, ¿sabes? Un seguidor mío de Wattpad que siempre dejaba comentario dejó de hacerlo, y hace poco supe que era porque tuvo covid y estuvo mal, así que es normal que a veces me emparanoie un poco con eso. Jajaja, bueno, yo soy de ciencias pero al final el esfuerzo del trabajo del final será muy parecido ;) Una abraçada! Cuídate mucho. PD: El premio de esta semana te lo llevas tú. Cuando leas el capítulo nuevo, lo entenderás.
Luna de Tabantha, espero no borrar tu dibujo con mis ojos de tanto mirarlo, jajajaja, en serio, eres una artista, gracias de nuevo por compartirlo conmigo, significa mucho para mí :) Al final de esta nota de autora aclaro quién es quién en la batalla en el Monte Lanayru ;) Me alegro de que estés bien, espero que esta semana haya sido más tranquila. Un abrazo fuerte, artista! :)
3limas, a lo mejor no lees este mensaje porque vas "más atrás" en el fanfic, pero bueno, cuando llegues a este capítulo aprovecho para darte las gracias y la bienvenida! Me encanta recibir a nuevos seguidores, así que muchas gracias y cuídate mucho!
Generala, me alegra leerte por aquí ;) La conversación entre Link y Ganondorf la trabajé bastante porque quería que se viese al personaje de Ganondorf desde una luz distinta… fue un capítulo que diseñé para hacer pensar al lector :) Un abrazo, cuídate!
Bueno, para acabar aclaro quiénes son los espíritus a los que se enfrenta Link en el Monte Lanayru:
Lobo: Link Twilight (no llega a destransformarse porque es un vago, como dice Linkzel xD) Primer Link, el más joven: Es Link Skyward Sword. La frase "hay que mirar al pasado para entender el futuro" pertenece al juego SS, aunque no es Link quien la pronuncia (me parece que es Impa, pero no lo hago seguro). Segundo Link, el del parche: Es Link Ocarina of Time, en una de las líneas temporales. Supimos por el "hero's shade" de TP que perdió un ojo en algún momento de su vida. Me APASIONA este Link, porque lo imagino como un personaje un tanto torturado y traumatizado, de ahí que lo haya representado como un poco arrogante y que "se pasa" un poco de la raya con nuestro Link. Tercer Link, el de la capa roja: Es el primer héroe. Pudimos saber de él por el manga que aparece en Hyrule Historia. Es muy gracioso cuando la diosa Hylia se topa con él la primera vez y le dice "¿quién eres?" y responde "soy Link, caballero de la tierra de Hylia" ;)
Un abrazo a todxs los que me leéis, cuidaos mucho que ya falta menos de pandemia (eso espero yo, jajaja) ;)
Ha empezado
Incluso dormido, parecía que aún seguía batallando contra algo.
Le aparté el pelo de la frente, un poco húmedo por el paño con el que le había bajado la fiebre durante toda la noche. Porque el corte del hombro le había dado fiebre, nada preocupante, pero yo estaba tan preocupada... Aún no puedo explicar lo que sentí cuando lo encontramos desplomado en el interior de la cueva, herido y con una extraña expresión en la cara. Diosas, se había dejado los puños en las paredes de hielo, que estaban quebradas y cubiertas con la sangre de sus manos, ¿en qué diablos estaría pensando? ¿Se había vuelto loco? Fridd y Ardren lo examinaron todo y no vieron nada, ni huellas, salvo las que el propio Link había dejado allí. Sabía que no debería haber permitido que se alejase de la cabaña ni dos metros, era culpa mía.
—Majestad, he hecho sopa y también tengo ropas limpias. Creo que le valdrán a Link, eran de Kevan cuando tenía su edad, más o menos.
—Gracias.
Edra se acercó a nosotros y se quedó mirando a Link, en detalle, lo mismo que hizo la noche que descendimos del refugio de montaña. Podía entenderlo, habría soñado tantas veces con ver su cara que era como si ahora no pudiese dejar de memorizarla.
—Se pondrá bien, seguro —sonreí, al ver sus arrugas contraerse por la preocupación —es muy fuerte.
—Nunca pensé que tendría algún día a mi niño en esa cama —dijo, amenazando con volver a llorar. La primera noche lloró bastante, una explosión de emociones contenidas durante años.
—Él siempre quiso venir. Sólo que no ha sido en las mejores circunstancias, pero se recuperará.
A mí también me venía bien repetirlo en voz alta. Link iba a recuperarse y se encontraría perfectamente, como siempre, podría abrazarle y responder a su declaración de la otra noche, y eso haría que nunca nadie jamás intentase volver a separarnos, ni siquiera nosotros mismos.
—Deberíais descansar, yo puedo quedarme un rato con Link. No habéis pegado ojo en toda la noche.
—Ya, es cierto...
Pero no quería apartarme demasiado. Por otra parte, Link ya no tenía fiebre y seguro que no tardaría mucho en despertarse con tanto apetito como para devorar toda la comida que su abuela había estado haciendo hasta no dejar ni una sola miga.
—Tal vez un poco de aire fresco... —cedí.
—Os vendrá bien.
—¿Dónde está Ry?
—Cortando leña. Por favor, no se lo tengáis en cuenta. Es un viejo cascarrabias, nunca aprende la lección.
Solté la mano de Link y me puse en pie. Las piernas me temblaron un poco, demasiadas horas entumecida, en la misma posición.
—¿Necesitáis algo? ¿Comida, más ropa limpia?
—No, gracias —agarré sus manos —sólo que no me llame majestad ni cosas así. Soy la esposa de Link, es como si fuésemos familia.
Edra abrió mucho los ojos y no dijo nada. Era difícil de asimilar para ella, lo sé, lo mismo que para algunos vecinos de la aldea que sabían más que de sobra quién se alojaba en la casa del guardabosques.
Me puse mi casaca de plumas y salí a la calle. Estábamos en plena primavera, pero era temprano, y en Hatelia, tan cerca del mar y la montaña, el clima aún era húmedo y frío. Ry ya había despejado el camino con la poca nieve caída durante la noche, y la aldea estaba en movimiento a nuestro alrededor. Caminé colina arriba, donde los abuelos de Link tenían un cobertizo y un corral con algunos animales. Diosas, no había pisado la calle desde que llegamos y la sensación al respirar aire fresco, al sentir la luz del día en las mejillas, me aclaró un poco la mente.
El abuelo Ry cortaba la leña igual que Link. Eran tan parecidos que debí estar ciega como para no reconocerle desde el primer día.
—¿Ha despertado? —susurró, sin girarse, cuando me oyó llegar. Sólo colocó otro tronco y lo partió por la mitad.
—Aún no, pero ya no tiene fiebre.
—No sé en qué mil demonios estaría pensando. Le ordené que no se moviese de la cabaña.
—Pensó que había algo amenazándonos y fue a investigar —Ry resopló y partió otro tronco —tal vez Fridd y Ardren podrían ayudarle con la leña.
—No. También necesitan descanso. Pueden ayudar a Kevan cuando se despierten.
Asentí en silencio. Impa era la única que no se quedó con nosotros o con el tío de Link. Decía que sus padres, de jóvenes, habían sido los guardianes del Faro del Amanecer. Era una torre alta, con una luz azul, en lo alto de la colina que ascendía por Hatelia hasta los acantilados. Al parecer, su hermana Prunia había viajado un par de veces a la aldea, evaluando la posibilidad de trasladar ahí su laboratorio y también su residencia, pues con los años la familia se trasladó a Kakariko y el faro cayó un poco en el olvido. Ya no había luces sheikah guiando a sus navegantes, los muelles sheikah de Hatelia se desplazaron más al norte, en la región de las costas de Akalla. Según Impa en el faro había medicinas y otros utensilios que Prunia había ido preparando y que podrían sernos de ayuda, pero sé que la realidad era que no quería molestar, la casa de los abuelos de Link era humilde y apenas había sitio para Link y para mí y ella se había marchado para darnos espacio. Lo mismo ocurría con Kevan, que además de tener a su familia acogió a Fridd y Ardren.
—Deberías ir a calentarte adentro. La mañana aún es fría —dijo Ry, ante mi silencio.
—Si me reconoció usted desde el principio, ¿por qué no dijo nada? —le reproché. Guardaba el reproche desde que descendimos del Monte Lanayru. Ambos nos habíamos evitado desde que llegamos.
—No te reconocí. Pero Impa de los sheikah sólo acompaña a la realeza, eso lo sabe hasta el más ignorante de esta aldea. Una joven viajando con tres bárbaros y con Impa de los sheikah, no podía ser otra que la princesa de Hyrule.
—Pues debió decirlo, en lugar de callarse y comportarse de ese modo absurdo. Usted no tiene ni idea de lo que habría significado para Link. De lo que aún significa para él. Su familia es lo más importante, ¿sabe?
—Decirlo o no, no habría cambiado nada, ya que ese joven tiene la misma estúpida costumbre de desobedecer de su madre.
—Link no le ha hecho nada a usted —le acusé —salvo desear conocerle y que estuviese bien. Téngalo en cuenta cuando despierte.
—Espera —me detuvo, al oír mis pasos dar la vuelta —no quería que mi nieto se adentrase en esa montaña, se lo advertí, os lo advertí a todos. La montaña estaba embrujada, algo raro sucedía allí. Lo último que deseaba era que precisamente él se entrometiese en ese asunto.
—Sea amable con él —le advertí —es lo único que le pido. Y si una vez se recupere sigue usted empeñado en culparle de cosas que no ha hecho, nos marcharemos y no tendrá que verle más.
Me marché sin decir nada, y más malhumorada de lo que habría querido. Era un comportamiento típico de Zelda del Nido del Águila, pero impensable en Zelda Bosphoramus, princesa de Hyrule. Sin embargo, la princesa Zelda era la que estaba en Hatelia (de alguna manera), y mi llegada había causado un enorme revuelo en la aldea. No había ni una sola alma que no supiera que me alojaba en casa de Ry y Edra, que mi esposo había llegado en mitad de la noche, ensangrentado e inconsciente, que dos bárbaros nos custodiaban y se alojaban en casa de Kevan y que, además, para añadirle una guinda al pastel, Impa de los sheikah había pasado la noche en el viejo faro.
Todo era un descontrol y anti protocolario, y... bueno, estaba tan angustiada por ver a mi bárbaro en ese estado que cualquier intento de fingir normalidad y protocolo me producía ganas de vomitar. Pero no quedaba más remedio que mostrarme amable y abierta a recibir las preguntas y visitas de los ciudadanos.
Lo peor de todo era que nunca había estado en Hatelia. Aunque era una aldea importante en el reino, los príncipes de Hyrule nunca habían estado ahí. Siempre nos habíamos desplazado directamente a la Ciudadela de Lanayru, un lugar "a la altura" de nuestras necesidades... qué absurdo. Lo más cerca de Hatelia que había estado fue en una ceremonia simbólica en el fuerte y la muralla que custodiaban el acceso en la base de la montaña, el Monte Lanayru y sus habitantes requerían ese tipo de protección, y cuando cumplí diecisiete, tras mi peregrinaje, hice una parada corta en la muralla, antes de regresar a casa. Aquel día viajaba con un séquito enorme, con soldados, con sheikah... toda la aldea se había desplazado a las murallas para el evento. Las gentes celebraron mi entrada a la madurez y purificación en la fuente incluso más que yo. Estaba tan entumecida por el frío del peregrinaje que sólo era capaz de guardar vagos recuerdos del día, como que seguí con mi fina túnica de peregrina a pesar de que había caído una intensa nevada primaveral y de que no me había recuperado ni de lejos del frío de la fuente, que el hambre me impedía pensar con claridad y que apenas era capaz de reaccionar a las muestras de afecto de las gentes sin sentir que podía desmayarme en cualquier momento. Una lástima.
Por eso, entre otros motivos, tenía que hablar con el alcalde esa mañana. Edra me lo aconsejó a pesar de que mi primera reacción fue negarme, no quería entrevistas con nadie hasta que Link no hubiese abierto los ojos. Impa me convenció de que era mejor dar explicaciones, o el ruido sería tan grande que llegaría a oídos de padre. Y prometió que me acompañaría, pero aún no había regresado del faro y empecé a sentir ansiedad. Me sudaban las palmas de las manos y el nudo en el estómago no me permitía respirar. No quería, todo mi ser rechazaba tener que comportarme como una princesa inocente y feliz en misión diplomática, el rechazo que sentía era físico y difícil de controlar.
Para mi tranquilidad, mientras me dirigía de los establos a la casa, vi a Impa conversando con Edra en la puerta, esperándome con paciencia. Gracias a las diosas.
—Link tiene mucho mejor aspecto —me dijo, al verme llegar.
—Lo sé, esta mañana estaba mejor —dije, e intenté forzar una sonrisa.
—Cuidaré de él, mientras, vosotras podéis ir a cumplir con el alcalde, todo estará bien por aquí —nos aseguró Edra.
Caminamos colina abajo. La aldea estaba ubicada en la ladera de una montaña, así que, salvo algunos prados y también los bancales artificiales que se habían construido para el cultivo y la ganadería, las calles estaban en pendiente.
—¿Habéis dormido algo, alteza?
—No más de alguna cabezada —admití —pero es que Link tenía algo de fiebre, y como sigue inconsciente no podía darle la medicina.
—¿Qué diablos vería allí?
—Espero saberlo pronto.
—Alteza, parecéis nerviosa. ¿Queréis que suspendamos la visita? —me detuvo Impa, tirando de mi brazo. Ambas éramos las únicas en la calle en ese momento, gracias a las diosas.
—No —suspiré —cuanto antes mejor.
—Necesitáis descansar tanto como Link y los demás.
—Sí, es verdad —sonreí con resignación —pero, no te preocupes. Estoy bien, y estoy más tranquila ahora que me acompañas.
La verdad es que el alcalde no hizo tantas preguntas como yo esperaba. Me ofreció su casa, eso sí, me ofreció incluso cerrar la posada de la aldea sólo para mí y mis acompañantes. Le expliqué que Link necesitaba estar con su familia y él lo entendió. Costó un poco más dar explicación a lo sucedido en el Monte Lanayru, nosotras no lo sabíamos, lo único que le aseguré con certeza, era que sea lo que sea que hubiese allí ya no estaba y la Fuente podía volver a ser abierta al peregrinaje.
Nos ofreció una taza de té que aceptamos por cortesía, y como única visita acepté recibir a su familia y a algunos de los miembros del consejo del pueblo. No negaré que la visita fue algo leve, debía notarse mi cansancio en la cara o... o simplemente era mucho mejor tratar con la gente de las aldeas que con los cortesanos y nobles que vivían en las ciudadelas.
Impa consiguió finiquitar el encuentro diciendo que nos esperaban para almorzar (seguramente cierto, pero en realidad no había quedado nada en concreto), y me arrastró a la calle, donde el aire fresco me devolvió a la vida. Ya había más aldeanos de un lado a otro, que nos saludaron o miraron con curiosidad, aunque nadie se atrevió a acercarse.
—¿Cómo lo sabéis? —preguntó Impa.
—¿Saber el qué?
—Que es un lugar seguro, que ya no hay peligro en el Monte Lanayru.
—Pues, yo...
Fruncí el ceño. ¿Cómo lo sabía? En realidad, la respuesta me salió tan natural que no me había parado a pensarlo. Me lo decía el corazón, eso es, y no tenía la menor duda de ello, pero no podía demostrarlo de ninguna manera. Era algo evidente, podía sentirlo así. Los sheikah no se conformarían con esa respuesta, eso está claro, y tenía claro que Impa subiría tarde o temprano a levantar cada piedra a ver si era verdad que el lugar volvía a ser transitable.
—Tranquila —me apretó el hombro —yo también sentí que no había nada, aunque siempre es mejor dar un segundo vistazo.
—¡Alteza!
Edra bajó corriendo colina abajo y eso hizo que se me parase el corazón.
—Diosas, ¿qué pasa? —la sostuve para que recobrase el aliento.
—Es Link, ha despertado.
—Bien, es lo que esperábamos —dijo Impa, sin ocultar su impaciencia.
—Está muy nervioso, alteza, ha salido a zancadas de la casa preguntando por vos. Le he dicho que esperase, pero no quiso escuchar. Se marchó corriendo colina arriba, llamándoos.
Impa y yo cruzamos miradas y corrimos tanto como nos dieron las piernas. Por suerte, aún seguía diciendo mi nombre a voces y no tardamos en encontrarle, descalzo y cojeando, totalmente desorientado.
—¡Link!
En cuanto me vio, corrió con la pierna arrastras y se abrazó a mí. Diosas, temblaba de pies a cabeza.
—Tranquilo, todos estamos bien, ¿vale? —intenté sostenerle con el abrazo, aunque no sabía quién me iba a sostener a mí, porque el corazón se me iba a salir del pecho de un momento a otro.
—Zelda, ¿dónde... —susurró. Aún temblaba, pero estaba consiguiendo serenarse.
—Lo siento mucho, tuve que salir un momento, sé que despertaste solo en un lugar extraño, pero calma, ya estoy aquí.
Me sostuvo la cara con ambas manos, como si intentase leer algo extraño en mí o terminar de aterrizar en la realidad. Entonces me besó y... vale que este no era ni de lejos nuestro primer beso, pero sí fue el más desesperado, me conmovió tanto que ahora la que temblaba era yo.
—Os veremos después en casa de Edra —dijo Impa a mis espaldas.
Y ahí estaban, Edra, Impa, e incluso Fridd y Ardren, que no sé ni de dónde habían aparecido.
—Sí, claro, vamos en seguida —dije. Iríamos en cuanto se me apagase el fuego de las mejillas, porque debía estar roja como un tomate.
—¡Capitán, nos alegramos de verte! —exclamó Ardren —os esperamos para comer todos juntos.
Guiñó un ojo y se alejó con los demás. No estoy segura de que Link aún fuera muy consciente de nada.
—Estás descalzo —observé —hace frío.
Parpadeó un par de veces, me miró como si yo hablase otro idioma y volvió a abrazarme. No le importaba estar descalzo. Entonces se me ocurrió algo, seguro que le gustaría y le serviría para serenarse un poco. Me asustaba que hubiera perdido el contacto con la realidad, como aquella niña de la que nos habló Ry.
—Ven, voy a enseñarte algo.
Lo agarré de la mano y tiré de él, que me siguió sin rechistar. Sabía que había sitios mucho mejores, el faro de Impa, por ejemplo, pero sin alejarnos mucho nos acercamos al borde de una colina verde, tras las casas.
—¿El mar? —preguntó, y dio unas cuantas vueltas por el borde del camino, como si intentase abarcar más y más con la vista.
—Ya te dije que merecía la pena.
Me hizo sonreír, sólo le faltaba frotarse los ojos para ver si no era un sueño.
—Huele a sal.
—Lo siguiente será aprender a nadar —dije, guiñándole un ojo. Él parecía más relajado y eso era buena señal.
Se sentó en la hierba, le dolía la pierna. Aproveché para mirar los puntos de su hombro. Hizo una mueca cuando apenas lo rocé, de alguna manera eso era bueno, porque debían estar curando. Estuvimos un poco en silencio, no sabía no por dónde empezar con las preguntas. Decidí que lo mejor era ofrecerle información.
—Estamos en la aldea de Hatelia. Te encontramos en el Monte Lanayru, detrás de la Fuente de la Sabiduría.
—Tu mapa era correcto. Encontré la puerta.
—Ya... habías perdido el conocimiento, y así hasta hoy —suspiré —Cuando dimos contigo... diosas, había sangre por todas partes, Link, mira tus manos.
Se las observó y frunció el ceño al ver las costras en los nudillos. Fue imposible coserle ahí las heridas, pero como estaba inmóvil, habían cicatrizado bien por sí solas.
—Y... bueno, Ry dijo que era mejor no quedarnos en el refugio, que te trajésemos a la aldea para curarte, así que eso fue lo que hicimos. Ardren y Fridd no vieron nada en la cueva. Lo registraron todo con Impa, y los alrededores.
—No había nada que ver —dijo, agitando la cabeza —todo era una ilusión.
—Estoy un poco asustada —admití —por... por haberte encontrado así, y ahora has despertado de esta manera...
Me agarró las manos y me las besó, y realmente yo ya no sabía quién estaba consolando a quién.
—La cueva era una prueba, Zelda. Una prueba de sabiduría, tú misma me lo explicaste, lo del cambio, el corazón de las cosas.
—No... pero yo me refería más bien a un viaje interior, Link. A ti te atacó algo... ¿verdad?
—Sólo lo que llevaba dentro de mí —volvió a mirar el horizonte azul —ya ha empezado todo, desde que despertó esa oscuridad en Ikana. Tú sabes de lo que hablo, también la has visto, en tus sueños.
Iba a replicar pero me quedé muda, un tanto aturdida, casi me había olvidado de los sueños, hacía tiempo que no los tenía.
—No sé cómo, pero debíamos llegar hasta ahí, hasta esa fuente. Es la primera prueba, pero hay más. Hay que superar todas las pruebas para demostrar que soy digno de portar la única arma capaz de sellar a ese monstruo en el abismo. La Espada Destructora del Mal.
—Y... las otras pruebas...
—Ya sabes la respuesta —sonrió —hay otras dos fuentes. Tres. Como el poder de tus diosas, el que pertenece a tu familia. O más bien, a ti.
—¿A mí? No, Link. Estás desvariando —agité la cabeza —todo eso no son más que leyendas, no es verdad. He leído muchos cuentos sobre eso, pero se desvían de la verdad lo suficiente como para que resulten increíbles. Y no hay ninguna evidencia científica de nada de eso.
—Aunque la has buscado. ¿Qué es lo que buscabas con los sheikah?
—No lo sé.
—Pues tenemos que averiguarlo, porque el tiempo se agota.
—¿Cómo sabes eso?
—Me lo dijeron los otros portadores de la espada, es lo que vi en esa montaña. Tuve que enfrentarme a ellos y después me explicaron algunas cosas. Dijeron que se agota el tiempo, y que siempre son dos los que enfrentan a la oscuridad. Y... esa arma es el único modo que tengo de protegerte, Zelda. Tengo que pasar las pruebas aunque eso pueda reclamar mi vida.
—Ni hablar —me puse en pie —no sé qué... no puede ser, Link, no...
La angustia me invadió. El poder sagrado era de padre y después sería de Kahen y no tenía nada que ver con lo que Link estaba diciendo, para empezar, porque nadie lo había visto realmente, padre nunca tuvo que recurrir a eso y no se había manifestado nunca, ni de manera forzada ni involuntaria.
—Ellos estaban dentro del espejo que había en la cueva, y me retaron. No podía derrotarlos ni con toda mi fuerza, porque todo era una ilusión. La ilusión ocultaba que el verdadero enemigo era el espejo. Por eso era una prueba de sabiduría. Ahora sólo faltan las de valor y poder.
—¿Qué más te dijeron esos espíritus?
—Muchas cosas —sonrió —no eran enemigos como pensé. Uno de ellos dijo: "Mira al pasado para entender el futuro". Por eso se aparecieron ante mí. Ellos son el pasado. Y son una advertencia de lo que está por venir.
—No puedo estar en desacuerdo con eso. Después de todo siempre he buscado las respuestas en las excavaciones arqueológicas.
—No es coincidencia —dijo. Y se mantuvo pensativo.
—¿Y qué pasa con la Fuente de la Sabiduría? ¿Sigue siendo peligrosa?
—Ya no. Despertó al mismo tiempo que la oscuridad, todo está conectado. Pero una vez pasada la prueba, no queda nada allí que pueda ser un peligro.
—Vale —suspiré.
—Ey. Ven aquí —tiró de mí y esta vez fue él quien me acogió en sus brazos —no tengas miedo.
—Eso es fácil de decir para ti.
—Sé que parece una locura...
—No. Fui yo la que te metió en esto. Link-
El estómago le hizo un ruido espantoso, el pobre llevaba mucho tiempo sin probar nada sólido.
—Lo siento —carcajeó —me comería un búfalo entero.
—Link, no te he terminado de contar algunos detalles. Ahora vuelves a parecer tú mismo otra vez...
—Estaba aturdido y... diablos. Me acabo de dar cuenta de que antes...
—¿Sí?
—Te he besado delante de todos.
El calor volvió a mis mejillas casi con la misma intensidad que cuando eso había pasado.
—No importa.
—Es que como estamos en tu país, ¿es incorrecto?
—Para nada —le acaricié la mejilla y pensé en que otro beso no estaría mal, sin público esta vez.
—Siento mucho haberte asustado antes, lo último que recordaba era estar con los maestros de la Espada y de repente despierto y veo a una desconocida... y, ellos dijeron que debía cuidar de ti, así que...
—Una desconocida... Anda, siéntate otra vez y te lo cuento todo.
