Mi mejor amigo
- ¿Segura que estas bien? - le pregunto Darien de pronto y Serena se sobresaltó pestañando.
Miro a su alrededor viendo como las tiendas del centro de la ciudad iban quedando atrás, casi llegando a las calles cerca de su casa y ella apenas y había sabido nada desde que entraron al cine. Se había concentrado tanto en sortear las imágenes alrededor de este sector de la ciudad, que se había cerrado a eso ya todo lo demás también.
-Si- sonrió amplio, tanto que le dolieron las mejillas- me distraigo rápido, lo siento.
Darien le sonrió divertido y su mano toma la suya. Ambas manos estaban enguantadas, pero ella sintió su calor traspasar el tejido y se sonrojo tenuemente.
-Sé que eres distraída, pero ahora parecía más que nada que evitabas mirar hacia adelante.
Serena siguió sonriendo, pero juraría que podía sentir su ojo temblar. ¿Es que todo el mundo era increíblemente perceptivo? ¿O es que ella era fácil de leer?
Hace dos días en el almuerzo, las chicas seguían mirándola como si de pronto se fuera a quebrar o, peor aún, enloquecer. Ella había tenido que poner el doble de ánimo y esfuerzo en pasar la tarde sin que le preguntaran sobre si había sabido de él o si lo había llamado, pero parecía que a cada momento solo lograba que las miradas subieran de intensidad. Por supuesto, su poco apetito a las sabrosas cosas que había en la mesa y su constante frio no se servido a su causa.
Movió su mano barriendo el aire
-No es nada de eso. No te preocupes- se soltó de la mano para arreglar su gorro y cubrir sus frías orejas y Darien asintió.
-De acuerdo. Entonces ¿iras? - pregunto mientras seguían caminando y Serena lo miro con el rostro en blanco hasta que el levanto las cejas- ¿A la fiesta? - lo intento de nuevo y Serena rio nerviosa.
-Ah, claro la fiesta- balbuceo mirando a todos lados como si la respuesta estaba entre la vitrina o el basurero.
Darien suspiro desanimado, pero siguió viéndola con tanto cariño que Serena se sintió despreciable.
-Mi universidad hará una fiesta el día 25 y me gustaría que fueras. Sé que habíamos dicho que saldríamos, pero creo que esto te gustara. Te lo mencione durante la película, pero creo que fue mi culpa, te veías bastante concentrada en ese momento
-Claro, la película- asintió nerviosa- Si lo siento, lo siento mucho, me concentro mucho cuando veo una- le sonrió compungida y culpable y, bendito sea Darien, solo la miro con tranquilidad como siempre.
-Esta bien. ¿Entonces te gustaría ir conmigo? - pregunto parando en el semáforo para apretar el botón y Serena asintió
-Por supuesto. ¿Es formal? - pregunto pensando en las horas que le tomaría escoger un vestido adecuado. Tal vez solo se lo pediría a Mina.
-Si. Es una gala en premiación de algunos profesores, pero creo que nada más es una excusa, solo quieren celebrar navidad, comer y vestirse bien- se burló Darien y ella soltó una pequeña burbuja de risa.
-Ahí estaré. Para comer y verme linda- Darien la miro con adoración y pararon justo en la intersección entre la calle que a ella la llevaba a su casa y a él hacia la estación donde tomaba el tren a la suya. Hora de despedirse.
Tomo su mano y Serena sintió el corazón golpear su caja torácica tan fuerte que sintió sus costillas vibrar.
-Tu siempre te ves linda. Más que eso incluso- una de sus manos tomo un mechón suelto de su trenza y ella tembló cuando lo puso en su oreja de vuelta a su lugar.
Su rostro se acercó hacia el de ella haciéndola sentir su aroma, algo entre noches de lluvia y buenos sueños, y sus ojos azules parecieron increíblemente más brillantes mientras su mano enmarcaba su rostro con delicadeza inclinándola hacia él y Serena sintió el corazón en la garganta mientras sus mejillas se volvían rosas.
Sintió su aliento en sus labios y vio como cerro sus ojos mientras todo su cuerpo se estremecía.
-Tengo que irme- susurro mirando sus manos retrocediendo con la respiración agitada y Darien la soltó de forma lenta, reacio perder el contacto, pero siempre un caballero, le dio su espacio.
-Nos veremos. Adiós - murmuro algo más ronco de lo usual y Serena asintió ya empezado a caminar mirando sus pies.
-Adiós- dijo caminado hacia su calle y Darien movió la mano sin dejar de mirarla con los ojos destellando.
Camino con rapidez sintiendo las piernas débiles y el corazón desbocado, y cuando se aseguró de no poder ser vista comenzó a correr pasando las calles, convirtiendo todo en un borrón, mientras sus ojos ardían por el viento que los golpeaba ya que era incapaz de cerrarlos , temerosa de lo que vería si lo hacía.
Llego a su calle sin aliento, aun cuando solo haya sido tres manzanas, jadeando y resollando con los ojos secos y doloridos, y su corazón martillando dolorosamente.
Se afirmó de la muralla de la esquina de su calle doblándose por la cintura, intentando recuperar el aliento, cuando un par de pies con impecable y costoso zapatillas, se le pusieron en frente.
- ¿No te he dicho siempre que necesitas hacer más ejercicios? - inquirió la voz, dueña de las piernas, y ella fue incapaz de levantar la cabeza. Su mirada siguió viendo los zapatos, contando los pequeños agujeros de respiración, mientras su corazón parecía preso de un ataque y su mente exploto en pensamientos sin razón ni orden.
No podía ser. Taiki le hubiera dicho. O tal vez Yaten… Demonios incluso Mina, siempre sacándole información a Yaten le hubiera dicho algo.
Su mente giro y giro por eternos segundos y su cuerpo solo levanto su cabeza con rapidez cuando los zapatos se movieron acercándose.
Los ojos azules brillaban con cautela, pero aun mantenían esa chispa explosiva como cometas, que la hicieron sentir que su corazón se paraba por un par de latidos y luego explotaba en nuevas compresiones dolorosas y asfixiantes.
Se puso derecha lentamente mirando el rostro que había pasado los últimos meses solo viendo en los comerciales que tantos problemas le provocado.
-Hola cariño… regrese- canturrio intentando ser gracioso y Serena sintió como todo su mundo volvía a estar de cabeza.
Espero les guste el capitulo.
Saludos a todas (o)
