Disclaimers: Los personajes de Harry Potter pertenecen a J.K. Rowling y a los que han comprado parte de los derechos de autor, lo cual NO es mi caso, y sólo los utilizo sin intención de lucro alguno, la trama me pertenece, al igual que algunos personajes.


El calor del verano era bastante insoportable para Scorpius, no entendía como las chicas no tenían problema alguno con eso, quizá porque estaban en traje de baño, nadando tranquilamente en la piscina.

Observó a su alrededor, hacía unos días que había terminado el curso en Hogwarts, y estaba a unos cuantos de cumplir los 17, claro que al parecer, él era el más feliz por eso, ya que no se había cansado de repetirle a James el hecho, y aunque había preguntado incontables veces ¿qué podía regalarle en su cumpleaños? Parecía no comprender mucho lo que Scorpius deseaba de regalo.

Las risas en el agua, le llamaron la atención, Audrey McLaggen, dos chicas amigas de Lily, estaban completamente divertidas sobre alguna cosa en específico; lo descubrió cuando alguien se detuvo a su lado, levantó la vista para toparse con Ted Lupin, en bermudas, mostrando sus abdominales de infarto, no era el tipo de Scorpius, pero tenía que admitir que su primo se había puesto buenísimo, y las chicas en la piscina parecían haberse dado cuenta, excepto por una, y es que Lily Luna Potter, estaba sentada a la orilla de la piscina, con una pierna cruzada moviéndola distraídamente, mientras su cara estaba directamente al sol.

—Parece que eres un éxito con las chicas, Lupin –se burló Scorpius.

—Son demasiado jóvenes como para tomarme en serio "mi popularidad".

—Bueno, McLaggen ya es mayor de edad –le recordó.

—Pero no ha terminado el colegio aún, además, no es de mi tipo, es muy delgada.

—Ah, las prefieras con curvas exageradas.

—Me gusta tener a qué sujetarme, la verdad –admitió, tranquilo –y en la medida de lo posible, de mi propia edad.

—Los comprendo, pero ¿cómo culpar a los jóvenes que se sienten atraídos por alguien mayor? Es inevitable que pase, mírame a mí con James –sonrió.

—Pero en unos días más, serás mayor de edad ¿no es cierto? –Elevó una ceja.

—Así es, pero creo que ni siquiera eso, alegra un poco a mi novio, decirle a cada rato que estoy por cumplir los 17, no lo emociona tanto como a mí.

—Bueno, es James –informó Teddy, divertido.

—Sí, eso lo sé, pero, supongo que no está nada tranquilo, antes de mi cumpleaños, primero está el de su padre y el de Lily –los dos observaron a la "niña".

—Sí ¿y eso qué? –Elevó una ceja, sin comprender.

—Bueno, primo, aunque para nosotros solo es Lily Luna, para muchos chicos en Hogwarts es LILY LUNA, y ya podrá tener novio ¿sabes?

—Creo que estás más preocupado tú, que Albus y James –se burló.

—Solo escucho celos en tu tono –se burló el rubio –aún recuerdo cuando para ti era la pequeña Princesa Luneta, que encontrara amigos y te abandonara te provocó ese alejamiento, pero de ser tan cercana a ti como hace cuatro años, digo que estarías tan preocupado como yo –le sonrió divertido.

—Como digas –soltó divertido.

—Además, que Albus luzca como un despreocupado total, no significa que nada le preocupe, he notado que se preocupa por ella más de lo que muestra, aconsejándola sobre qué clase de perdedores tendría que mantener alejados de ella, y usando tácticas dignas de un Slytherin, para mantener a los tipos lejos.

—La verdad, es que esa información me sorprende –admitió Ted.

—Y para que tengas a quién culpar, una vez, escuché una plática entre James y Alex, donde mi novio, expresaba la razón por la que Lily se había distanciado emocionalmente de él, y su amigo, le recordó que en el primer curso de Lily, fue bastante cruel con ella repetidas veces, para hacerla emocionalmente estable y poco dependiente de sus hermanos y… de ti, él pensaba que te estaba haciendo un favor.

—Supongo que al final lo hizo –se encogió de hombros Ted, pero su cabello cambió de color, en contradicción.

—Además, ni siquiera te importó cuando entró al colegio, ni cuando regresamos en vacaciones de Navidad te apareciste en casa de tus padrinos.

—Bueno, estaba teniendo mis noches buenas –se burló –discúlpame por eso –negó.

—Yo lo hago, y si me preguntas a mí, me alegra que Lily tenga muchos amigos, no solo uno.

—Supongo que sí, es bueno –contestó Ted, volviendo a verla.

El sol bajó un poco, pero aun así, el calor no perdió intensidad, así que agradeció enormemente que cenaran en el jardín al aire libre, mientras Albus charlaba con las amigas de Lily, Harry Potter charlaba con su ahijado, la señora Potter charlaba con Audrey y él, él agradeció cuando su novio y Alex aparecieron en el jardín, se levantó emocionado, fue hasta ellos, saludó a su amigo con un movimiento de cabeza, intentó besar a su novio, pero éste lo sujetó del hombro, dándole un apretón, y evitando el gesto.

—Buenas noches –saludó Alex, en ese tono amable y divertido de siempre, se sentó a la mesa antes de percatarse de que Audrey estaba ahí, sentada frente a él.

—Buenas noches –saludaron todos.

Scorpius notó la forma en que su amigo se tensaba ante la rubia, y la forma en que brillaban los ojos de Lily Luna al verlo ¿cuánto tiempo podía pasar enamorada de él? Se preguntó Scorpius, pero desechó la pregunta al ver a su novio sentarse en otro lado, que no fuera junto a él.

—M—

El cumpleaños de Scorpius llegó, normalmente habría estado bastante feliz, pero lo cierto es que no lo estaba, los últimos días, solo habían sido problemas unilaterales con James, él se enojaba, mientras el castaño preguntaba ¿qué fue lo que hice para que te enfadaras tanto? Y al parecer las pistas "te la pasas evitándome estando con tu familia y en algunos lugares públicos", no parecían darle ninguna respuesta convincente, cuando veía su rostro fruncirse por el desconcierto, simplemente cortaba la explicación que pudiese darle.

—Iba a decirte feliz cumpleaños, pero supongo que me mandarías directamente con tu madre, si se me ocurriera ¿no es así? –Comentó Draco Malfoy, al ver la cara de su hijo.

—Lo cierto, es que no es el mejor cumpleaños de la vida –admitió.

—Pensé que brincarías en un pie, oficialmente eres mayor de edad, significa que mi veto a que comiences tu vida sexual activa con Sirius Potter, terminó hoy a las 12:00 AM.

—El que tiene que brincar en un pie eres tú –comentó en un tono amargado Scorpius –creo que me quedaré en celibato el resto del tiempo que decida quedarme con él –admitió.

—Bueno, eso no me hace feliz –contestó.

La mirada del joven adulto se enfocó en su padre, que había llevado un trozo de pastel de higo a la boca, sorprendido de sus palabras, aunque era su padre, no podía asegurar que aquello fuese algo real, y no uno de sus tantos intentos de bromear.

—Luces completamente, sorprendido –comentó Draco –sería hipócrita de mi parte decir que quiero una vida de celibato para ti, sé que eso sería un camino lleno de infelicidad, no solo para ti, sino para cualquier persona.

—No te comprendo, estuviste insistiendo que…

—Ah, claro, eras un menor de edad, comprendo que la mayoría de los jóvenes inician en la vida sexual pronto, considero que para eso hay una edad adecuada también, sobre todo si se lleva acabo con personas de una edad superior o un mayor de edad y un chico de catorce.

—Ah, ya lo sabías –suspiró.

—Claro que lo sabía, pero, le prometí a tu madre que dejaría que cometieras tus propios errores y tus propias decisiones ¿qué clase de padre sería si te hiciera infeliz llevándote a cometer errores por mis malas ideas de que los hijos son propiedades? –Negó –no me malentiendas –pidió –soy tu padre, me importas más que mi propia vida, y obviamente, quiero ahorrarte muchos dolores de cabeza, yo cometí muchos errores, pero solo puedo darte mi opinión, forzar a alguien a no hacer algo, solo incrementa sus deseos por hacerlo ¿cierto? –Sonrió.

—Dudo que me escucharas hasta tu habitación mientras me masturbaba pensando en James.

Draco soltó una carcajada considerable. —Bueno, una cosa es la masturbación, y otra cruzar la línea ¿no es así? Además, volviendo al tema principal, te diré, que sabiendo de primera mano, la plenitud que trae estar sexualmente con una persona, independientemente de si le amas o no, no me creo capaz de impedir que alguien a quien amo, experimente de esa forma, de manera responsable, como el adulto que ahora es.

—Gracias, papá, pero ya te lo dije, James no me ve de esa forma, ni de ningún otra –resopló.

—Esa es tu relación, y no me voy a meter en como la manejas, pero supongo que si estás con él, es porque ves algo más allá que sexual en ese chico ¿o me equivoco?

—Lo amo, y también lo veo sexualmente –informó.

—Ya veo –volvió a reír –pero si incluso yo, conozco su punto de vista respecto a ustedes ¿por qué tu no? –Cuestionó.

—Y ¿cómo es que sabrías lo que él piensa al respecto y yo no?

—Una vez que me explicaste cómo funcionaba, comencé a hacer las preguntas correctas, dependiendo de lo que realmente quería saber.

—Ah, todos entienden el manual mejor que yo.

—Creo que ese es tu problema, te has negado a verlo como una persona real, con sus propias limitaciones, no es perfecto, Scorpius, es un gran chico, para ser hijo de Potter –informó –él no comprende de la misma forma en que nosotros vemos las cosas y un problema tan simple para nosotros, es un poco más complicado para él.

—Ya –lo cortó –además ¿cómo es que lo sabrías? Yo jamás los dejo a ustedes dos solos cuando venimos a cenar.

—Ah, es que lo he invitado a cenar repetidas veces, mientras tú estás en Hogwarts.

La información sorprendió a Scorpius, más que nada, porque era información que ninguno de los dos mencionaban en sus lechuzas, le sorprendía lo bien que podían llevarse su padre y su novio, más cuando él realmente no podía imaginar tener que cenar a solas con Harry Potter, una cosa era una cena acompañados de más gente, y otra, ellos dos completamente solos ¿de qué podrían hablar? Si era más que obvio que no le agradaba su relación con James.

—Te envió flores, por cierto –informó Draco a Scorpius.

—Agh –puso los ojos en blanco –tengo que encontrar una forma de decirle que no me gustan las flores –refunfuñó, poniéndose de pie, para ir hasta las flores que no distinguió.

—No olvides, que todas las personas, hablamos en la lengua que más entendemos –le informó su padre, pero Scorpius volvió a poner los ojos en blanco, y restó importancia a sus palabras.

—M—

Scorpius reía completamente divertido, cerca de las diez de la mañana, Alex, Albus y Ted habían ido por él a la mansión y le habían llevado a almorzar y a comer, aprovechando que James trabajaría por la mañana, aunque había querido cambiar la fecha, una misión hacía dos semanas, lo había mantenido ocupado, así que lo vería por la tarde-noche.

—No puedo creer que seas mayor de edad ahora –soltó Albus, sorprendido –aún recuerdo cuando eras un chiquillo enano y tembloroso.

—No es como si tú fueses más grande que yo, eso déjaselo al anciano de Teddy –soltó divertido Scorpius.

—Oye, tengo 23 años, así que discúlpate, no soy un anciano.

—Ah, no, no lo digo por la edad –se burló el rubio.

—Imbécil –rió el metamorfomago –solo por eso, deberíamos pedir otra ronda –sonrió.

—No, aunque ya puedo tomar, este whisky de fuego será todo –negó –no quiero llegar ebrio a mi otra cita –se burló el rubio.

—Bueno, no es como que James se vaya a poner histérico, ya eres mayor de edad oficialmente.

—Supongamos que requiere toda su capacidad física y legal para consentir lo que pasará en la noche ¿no es así? –Se burló Ted.

—Mhm… -puso los ojos en blanco.

—Con James, uno nunca sabe –soltó Alex, divertido.

—Imagina que te recibirá desnudo en su apartamento –soltó Ted, en un tono alegre.

—Yo, lo dudo, honestamente –soltó Scorpius –conociéndolo, me dará más flores ridículas, me llevará a cenar y nada más, después me enviará a la mansión sin ni siquiera un beso, así que mejor cambiemos de tema ¿les parece?

—Me parece –soltó Albus, en un tono incómodo.

El resto del festejo fue bastante bueno, pasaron el rato como amigos, aunque Albus normalmente no se llevaba del todo con Alex y Ted, aun así no fue impedimento para que fuese un rato maravilloso, el hecho de poder tener más amigos le agradaba tanto a Scorpius.

—Ojalá pronto podamos incluir a Lily –soltó Scorpius.

— ¿A Lily? ¿Lily Luna? –Cuestionó Alex, confundido.

—Bueno, yo no pierdo la esperanza de que un día se dé cuenta de que soy un tipo maravilloso y quiera ser mi amiga.

—Puedo traerla con un imperio, pero tendrías que llevarme varitas de regaliz a Azkaban –soltó Albus.

—Eso es ser un buen amigo –soltó Scorpius –o podemos decirle a Alex que la invite, dudo que se niegue.

—Yo dudo que eso pase, pero, espera un momento –soltó Alex, levantándose de su asiento y yendo a la barra.

—No comprendo ¿Por qué Alex? –Preguntó Ted.

—Vamos, Ted ¿en serio? ¿Jamás te has dado cuenta que el amor de la vida de Lily, es Alex? No creo que exista hombre más en el mundo para ella, que ese tipo vestido como vagabundo.

La vista de Ted fue hasta el chico, que volvía con un pastel en las manos, y una amplia sonrisa, las velas con un 17 ya estaban encendidas, haciendo que Scorpius se sintiera abochornado cuando sus amigos, comenzaron a cantarle feliz cumpleaños.

—X—

Scorpius se quedó quieto ante la impresionante vista, quizás su novio no estaba desnudo, pero se veía completamente atractivo, con esos pantalones y esa playera ceñida al cuerpo, y esos ojos tan azules como el cielo, su corazón se agitó de tan solo verlo, y la sonrisa, tan amplia, solo para él.

—Perdón la tardanza –comentó James.

—Descuida, aún recuerdo la charla de tu padre, donde dijo que estar casado o salir con un auror era comprender que siempre llegarían tarde cuando tuviesen trabajo, y que las fechas festivas a las que pueden asistir, son muy pocas.

—Lo es, pero aun así, agradezco poder estar aquí en tu cumpleaños.

—No es como si fuésemos a hacer algo muy interesante.

—Creo que a estas alturas, ya estarás enterado que no soy la persona más interesante que pueda existir ¿no es así?

—Sí, eres bastante aburrido, suerte para mí, que eres el doble de guapo –se acercó a él para besarlo.

Le gustó el hecho de que James no se alejara y el beso fuese un poco más intenso del que habían compartido en todo su noviazgo, al parecer, algo sí había cambiado ahora que era mayor de edad, aunque la verdad, no se hacía muchas ilusiones.

—Te amo –susurró en sus labios, mientras recuperaba la respiración, y el castaño asentía, como agradeciendo las palabras.

—Yo, tengo toda la noche planeada –informó James –supongo que Alex te hizo comer tanto como para hacerte explotar.

—Ah, lo conoces tan bien –admitió divertido.

—Sabiendo eso, solo traje pastel, según mi régimen alimenticio, tuve que decidir si comerlo en tu cumpleaños o en el de Lily –le informó.

Scorpius supuso que en ese caso, solo llevaría uno individual solo para él, pero le sorprendió ver dos rebanadas, una de ellas, con una sola vela en forma de serpiente, de color verde.

—Me elegiste a mí –comentó, sorprendido –pero, ¿qué comeremos en tu cumpleaños? –Preguntó.

—Puedo comer una rebanada cada seis meses, así que, tranquilo –restó importancia, ahora –agitó su dedo índice, y una pequeña flamita apareció en la punta, para encender la vela.

—Me gustan tus demostraciones de magia –admitió.

—Me lo dijiste una vez, así que procuro hacerlas para ti –admitió, acercando el pastel al rostro de Scorpius –espera un momento.

El rubio frunció el cejo, tomó el pastel con sus propias manos y se sorprendió cuando el flash lo dejó ciego, jamás imagino que él tuviese esa clase de detalles, bueno, era la primera fotografía que le tomaba, sonrió cuando él volvió a levantar la cámara.

—Pide un deseo –le dijo el castaño.

—Ya sé lo que voy a pedir, aunque supongo que no son tan rápidos los deseos de cumpleaños.

Apagó la vela, tomó el betún con el dedo índice, y llenó la barbilla recién afeitada de su novio, para poder besarlo en ese lugar, lo sintió tensarse y también tragar saliva ante las acciones del rubio, pero no se movió ni lo alejó.

Sus labios volvieron a unirse en un beso intenso, lleno de una extraña sensación que los oprimía a los dos de una manera extraña, así que Scorpius se subió a horcajadas sobre James, empujándolo hasta recostarlo sobre el pasto en el que estaban sentados, y por primera vez supo lo que era que James lo sujetara del trasero, apretándolo un poco, haciéndoles gruñir.

—Lamento tanto la interrupción –dijo una voz femenina a un par de metros de ellos.

James se incorporó, sin quitar a su novio de su regazo, aunque este lo intentó, refunfuñando enfadado porque los interrumpieran en un momento tan interesante como ese.

—Lena ¿qué ocurre?

—Tu padre me envió a buscarte –se aclaró la garganta –un reporte de…

—Hay un civil presente –le recordó James, en tono serio.

—Disculpe, señor Potter, pero… su padre me dijo que no volviera sin usted, que era primordial su presencia.

—Acabo de volver de una misión, fuera de las palabras de mi padre ¿es tan necesaria mi presencia?

—Sí, aunque nos tomará unas horas reclutar a…

—Unas horas ¿cuántas? –Preguntó.

—Al menos unas dos.

—Estaré ahí en dos horas.

—Pero…

—Es el cumpleaños de mi novio, estuve ésta mañana, ocupado en papeleos de misión y no voy a dejarlo…

—Con todo respeto, señor, pero su trabajo es primordial sobre cualquier persona.

—Esta noche no –informó –regrese al Departamento, y dígale al Jefe, que no me encontró.

La chica se alejó de ellos sin protestar, Scorpius se alejó del cuerpo de James, para observarlo, completamente sorprendido de la forma en que se habían hablado uno a otro, y principalmente, a que se negara a ir a un llamado de trabajo por él, aunque no fuesen a tener sexo esa noche, sin duda, ese era su mejor regalo de cumpleaños.

—Lo lamento –se disculpó con él.

—Descuida, lo hablamos hace unos minutos.

—Tengo un regalo que quería darte –murmuró decepcionado.

—Si es lo que iniciamos…

—No –hizo un mohín –posiblemente –aceptó –pero… iba a hablar contigo, sobre… la posibilidad de que… cuando vuelvas de Hogwarts, en vez de volver a la casa de tu padre o de mis padres… vengas a la mía.

Scorpius sonrió encantado. —Pero ¿volver de visita?

—No, de vivir conmigo, eres un adulto ahora, no has terminado el colegio, pero… las vacaciones serían, un entrenamiento de si en verdad…

—Pero dime ¿dormiría en la habitación de huéspedes? –Preguntó el rubio.

—Claro que no –se burló James, como si la pregunta fuese graciosa.

—Entonces acepto –lo besó.

—Tengo que ir a nuestro apartamento a vestirme y alistarme para la junta –le informó –pero ¿quieres dormir ahí a partir de esta noche?

—Tengo que hablarlo con papá, las vacaciones pronto terminan, y bueno, acepto esta noche, pero… hagámoslo formal, en las vacaciones de navidad ¿estás de acuerdo?

—Sí –aceptó.

Scorpius observó alrededor, la habitación era bastante amplia, y no podía creer que a partir de ese momento, él podía dormir y vivir ahí, se sentó a la orilla y observó sobre su hombro, su hombre se estaba poniendo las botas, que era lo único que le faltaba para estar listo, observó el reloj, eran las 11:40 PM y en menos de veinte minutos, tendría que marcharse, suspiró.

—Duerme un poco, supongo que estás agotado.

—Un poco, pero… quiero despedirme de ti.

—Lo estás haciendo, además, me sentiría más cómodo si durmieras.

—Lo voy a hacer, y mi primera noche, será dormir solo en tu habitación, con tu olor, sí, pero sin tu…

El castaño tiró de él, se acomodó en la cama, recostando a Scorpius en su pecho, abrazándolo de forma protectora, así que levantó la mirada hasta él.

—Estaría más sensual, si estuvieses desnudo –sonrió.

—Aun es tu cumpleaños.

—Bueno, no te miento, si te digo que es parte de mi deseo de cumpleaños, te involucra a ti, desnudo, y una cama –sonrió.

La varita de Sirius apuntó a su ropa de trabajo, y en un momento, desapareció, aunque no se quedó desnudo por completo, sí en bóxer, cuando Scorpius se señaló a sí mismo, su ropa siguió el ejemplo de la de su novio, ambos quedaron en ropa interior, entrelazados el uno con el otro, así que cerró los ojos.

La última vez que observó la hora, eran las doce pasadas, y James seguía abrazado a él, así que se perdió en sus sueños por completo, sintiéndose el chico más feliz y dichoso.

—M—

La casa Potter estaba bastante tranquila, para tener tanta gente de visita, así que Scorpius avanzó directamente hasta su mejor amigo, que estaba distraído, leyendo una revista de quidditch, se sentó junto a él, con una amplia sonrisa.

—Te vez muy feliz, tal parece que tu celibato se terminó por completo.

—Ah, bueno, hubiese sido así, pero tu hermano recibió una visita inapropiada sobre volver al trabajo por una emergencia.

—Una emergencia, que raro, estaba aquí a primera hora, ayudando a mamá, y muy amable con las amigas de Lily.

—Bueno, la tal Lena…

—Lena –repitió divertido –parece que no la reconociste.

—No ¿debería haberlo hecho? –Cuestionó.

—Amiga de Violet –le recordó –no sé si te lo dijo James, pero Violet está en Londres.

—Y ¿eso qué? –Frunció el cejo enfadado.

—El gran amor de James, en Londres, una de sus amigas cercanas buscándolo en la noche, en tu cumpleaños ¿mucha coincidencia, no lo crees? –Se burló.

—James no sería capaz de…

—Sigues en negación, pero es tu vida, sigue así –levantó la revista de nuevo, pero Scorpius se la arrebató.

—No, dime lo que has querido decir pero te aguantaste.

—Que estás demasiado obsesionado con que James te lleve a la cama, que no ves las señales a tu alrededor, Scorpius ¿en serio crees que le interesas? –Negó.

—Para tu información, si esa mujer anoche no aparece, él y yo…

—Pero apareció, en el momento exacto, te lo puedo asegurar –soltó divertido –te has dado cuenta en cómo te evita ¿no es así? ¿Crees que de verdad si sintiera algo por ti, habría esperado por que cumplieras los diecisiete? Creo que es donde aplica el: Amigo, date cuenta –sonrió –su mejor amigo te trata mejor que él, supongo que tanto misterio en quién le gusta, es porque le gustas tú –se encogió de hombros –pero en serio, te has estado negando a ver, que James no siente nada por ti, salió contigo, porque supongo que le rogaste que lo hiciera ¿con qué esperanza? ¿Acostarte con él? ¿Y después que viene en tu fantasía, Scor?

—Amo a tu hermano, Albus.

—Pero él a ti no, ve a tú alrededor, Scor, la única persona en mi familia a la que le caes bien, y que te quiere, soy yo.

—Tu madre…

—Mi madre solo te tolera porque su niñito te está usando, pero solo por eso ¿en serio crees que si James fuese una persona normal, como tú o como yo, él se fijaría en ti? –Negó divertido –estaría con otro chico, o con otra chica, pero contigo, jamás.

—Albus, por favor –pidió –sé que te cae mal, que no te agrada la idea de él y yo…

—Cuando venga, verás que se acercará a todos a saludar, pero contigo, contigo siempre va a comportarse diferente, se sentará en otro lugar, y evitará mantener contacto visual contigo.

—Yo…

—Pero tú puedes seguir en una relación que no te llevará a ningún lado, es tu decisión.

—M—

James observó a su compañero de trabajo, y luego a su padre, que bufó enfadado, no podía creer la información que le habían dado, así que corrió al otro chico, pero le pidió a su hijo que permaneciera con él.

—Vamos a casa –comentó.

—Sí –asintió.

La chimenea los dejó en el despacho de su padre en su casa, se dejó caer en la silla, y le dedicó una ligera mirada, así que el castaño se limitó a servirle un trago de whisky.

—Esto está empeorando ¿cuántas chicas van en este mes? –preguntó Harry.

—Reportadas, treinta, reconocidas, doce –informó.

—Y todas con las mismas características ¿cierto? –Cuestionó.

—Varean un poco en los efectos, pero sí, el señor Malfoy me ayudó con un informe, y en efecto, es magia oscura, papá.

—Estoy preocupado, James, son demasiadas chicas desaparecidas ¿para qué se las llevan? ¿Cuál es el punto o la finalidad?

—Lo desconozco, pero ¿estás seguro de que me quieres en este caso?

—Tu futuro suegro sabe de magia oscura, así que podrá ayudarte en algo ¿cierto?

—Si se lo pido, sí –aceptó.

—Lamento de nuevo interrumpir lo tuyo con Scorpius anoche –suspiró.

—Descuida, de todos modos, alcancé a proponerle que viva conmigo.

—Ah, Jamie ¿no crees que estás tomando esto muy aprisa?

—Para mí, no –informó –aunque supongo que tengo que preguntarle a él –murmuró.

—Es una buena idea, pero dime ¿ya sabes el nombre de esas emociones que sientes cuando estás con él?

James negó. —Sigo intentándolo –admitió –incluso, iba a hablar contigo sobre tu petición a ser cuidadoso, y no tener muestras con él frente a Albus, papá ¿si mi hermano nunca lo acepta?

—Compréndeme un poco, James, los dos son mis hijos, y a los dos los quiero, no puedo forzarlo a verte con Scorpius.

—Sí, pero ¿es solo en casa o en otros lugares?

— ¿A qué te refieres? –Cuestionó Harry.

—A veces, está en el callejón cuando estoy con Scor, o en el andén 9 ¾ -le informó.

—Solo en casa –informó –y solo un tiempo más, tiene que entenderlo en algún punto, y si no lo hace, no puedo pedir que limites en tus emociones, más de lo que ya hecho en estos años, no sería justo para ti, ni para tu novio.

—Gracias, papá –sonrió.

—Ve a ducharte y dormir un poco, pero ten en cuenta, que estas desapariciones y las chicas muertas que encontramos, son una prioridad, y sin importar cómo y con quién estés, tienes que acudir cuando te llamo.

—No volverá a pasar, papá.

—Ve –sonrió.

James apareció en su apartamento, fue hasta su habitación, pero la cama estaba tendida, todo estaba mal acomodado, pero lo más importante, Scorpius no estaba, suspiró agobiado, había deseado que estuviera ahí todavía cuando llegara, pero comprendía que él no era de esa clase de personas.

—Estás bastante desanimado ¿qué pasó? –preguntó Alex.

—Nada, es solo que no encontré a Scorpius cuando volví del trabajo.

—Pero ¿qué no pasaste la noche con él?

—Surgió algo de emergencia y tuve que ir, no es como si hubiese querido.

Alex sonrió ante las palabras de su mejor amigo, aunque para el castaño fuese incomprensible, para una persona con dos dedos de frente, sabría que estaba tontamente enamorado de Scorpius.

—Ayer que fuimos a festejar, tengo que admitir que Ted y yo le contratamos un par de chicos de su gusto para que le bailaran –sonrió divertido –eso no te molesta ¿por qué?

—Porque confío en él –se encogió de hombros –él me lo dijo, que tenía que entender que me amaba, y que no había nada que no hiciera por mí, y bueno ¿para qué decirlo si no es cierto?

—Bueno, puedo darte un par de razones, pero… en este caso en concreto, no, te lo dijo, porque es cierto –sonrió.

—Además, nunca he concebido la idea de Scorpius perteneciéndome, y nunca lo haré, para mí, él es libre, independiente, cuando lo veo, y estoy con él, siento que estoy con un gato –sonrió.

La comparación podría ser ofensiva para cualquier persona, incluso, posiblemente, para Scorpius, pero Alex comprendía lo que estaba queriendo decir su amigo, y eso le agradó demasiado; porque para Sirius Potter, no había animal en el mundo que le gustara más que los gatos, por su independencia, libertad, por la forma de amar a las personas sin depender por completo de ellas, por la manera en que amaban sin el sentido de poseer.

—Ya lo descubriste ¿no? –Sonrió.

—Pero… eso no es posible –soltó, levantándose de pronto.

—Tranquilo, que te des cuenta que estás enamorado de él, no es razón para que te dé un ataque de pánico, todo lo contrario.

—Pero… pero… ¿cómo?

—Es un buen chico, y lo más importante, es que te ama también.

—Ojalá tengas razón –admitió James, un poco temeroso.

—Y vas a sabotearte ¿no es así? –Preguntó Alex, cansino.

—Yo no, pero cuando creí que las cosas con Violet estaban mejor que nunca, ella me dejó ¿recuerdas eso?

—No tan bien como tú, supongo –admitió –pero Scorpius es diferente, Jamie, además, hablando del tema ¿sabes que Violet está en la ciudad?

—No lo sabía –contestó –no creo ser su primera opción para ver al regresar ¿no es así? –Suspiró –iré a bañarme, Scorpius está en casa de mis padres.

—Pues buena suerte –comentó poniéndose de pie.

—Pero ¿no vas a venir conmigo?

—No, tengo unos asuntos de trabajo que hacer.

—Eso explica la ropa a medida y el cabello lavado.

—Me baño a diario, incluso dos veces al día si puedo, y lo sabes.

—Pero cuando no traes el hechizo glamur, traes una gorra que te lo deja espantoso.

—Ese es otro asunto –se encogió de hombros.