Disclaimers: Los personajes de Harry Potter pertenecen a J.K. Rowling y a los que han comprado parte de los derechos de autor, lo cual NO es mi caso, y sólo los utilizo sin intención de lucro alguno, la trama me pertenece, al igual que algunos personajes.
—Claro, bueno, papá…
— ¿Hace cuánto tiempo tienes en esa relación?
— ¿Qué? –chilló Lily, cuando Rose le dio el quinto codazo, así que Lily desvió la vista, su padre estaba doblando el pasillo, así que colgó el teléfono.
—pueden usar la sala de juntas –informó Rose.
—Gracias, Rose.
Lily avanzó hasta su padre que no dijo nada, se limitó a avanzar hasta la sala de juntas, se sentó en la silla principal, ordenándole que se sentará también, iba a negarse, pero no quería arriesgarse a la furia de su padre.
—Bien ¿hace cuánto sales con Lupin?
—Bastante.
— ¿Seguías trabajando con él cuando comenzaron?
—No, no ¿recuerdas a la fiesta que fui con Hugo? Donde Daemon Zabini te dijo que nos vio.
—Claro –asintió.
—Desde esa fiesta, él estuvo ahí de invitado, y como… Mi acompañante se puso inoportuno, él me llevó al apartamento de Audrey, ahí nos dimos cuenta, de que nos gustábamos.
—Claro ¿y porque no me lo dijiste?
—Él realmente me gusta –admitió Lily –ni siquiera me dejaste presentarte a Jarvis, y eso que es tu jugador favorito, invertiste bastante para que el equipo le aumentará el sueldo, y no se cambiara a otro equipo.
—Edward Lupin es diferente –informó Harry Potter, recargándose en el respaldo, despreocupado.
—Claro ¿por qué?
—Es un hombre, tiene responsabilidades, una hija, un matrimonio estable que terminó por la muerte de Laura Flint, si soportó a esa desequilibrada, bueno, puede con mucho.
—Él la amaba –le informó.
—Claro que la amaba, digo ¿qué hombre con una vida de excesos como la que él tenía cambia todo eso por una estabilidad? Amaba mucho a esa mujer.
—Vida de excesos –repitió Lily.
—Ni siquiera te lo dijo –se burló su padre –bien, lo he decidido, ese hombre va a ser mi yerno.
—Papá, estás tomando esto demasiado en serio, apenas salimos, su hija no me quiere y…
—Esa niña se someterá, se mantendrá en su lugar, o se irá con sus abuelos.
—Pero, él no…
—Cariño –le sonrió –me agrada que te agrade, pero ya tenía mis ojos puestos en él para ti, que te agrade es un extra, pero no me interesaba mucho si te desagradaba.
—No ibas a consultarme.
—Ve a tus hermanos –contestó –cada vez que los veo, voy entendiendo más porque se arreglaban los matrimonios en antaño, sino es tu elección, funciona bien.
—Pero...
—No te quejes, he estado buscando una esposa digna para tu hermano, James Sirius.
—Pero...
—No me interesa tu opinión, si lo hiciera, te habría preguntado, Lily –la acalló –pago tu matrícula, te mantengo todavía, es tu turno de retribuir a esta familia, en buenas manos tiene que quedar mi fortuna.
— ¿Qué quieres decir?
—Bueno, Edward Lupin ha incrementado mis números ¿qué mejor forma de agradecerle que dándole a mi hija? Y la posibilidad de un mejor patrimonio a mi muerte –sonrió –quita esa cara –le ordenó –al final de cuentas, si renunciabas a mi ayuda, lo más probable es que pasara contigo lo que con James –sonrió –seis meses viviendo en la calle, si para un chico es peligroso, para una mujer es el doble, piensa bien tus acciones, Lily.
—M—
Ted sonrió cuando fue recibido como si fuese miembro de la realeza, no estaba acostumbrado a ese trato, ser el centro de atención era bastante incomodo, por fortuna, había pedido a su mejor amigo, Sebastian, que fuera al evento, aunque todavía no llegaba, y a esas alturas, dudaba que fuera.
—Señor Lupin –sonrió Harry Potter –bueno, ya no sé cómo llamarle ¿señor Lupin? ¿Ted? ¿O simplemente yerno? –sonrió.
— ¿Perdón? –cuestionó sorprendido Ted.
—Ya me enteré de su relación clandestina –informó.
El señor Potter levantó la mano, así que en menos de un minuto, Lily fue empujada a su costado, la sujetó de la cintura, por qué realmente fue arrojada a él, como si fuese un regalo, una ofrenda o algo por el estilo, y aquello le desagradó por completo.
—Hola –saludó Lily.
—Ah, vamos, no sean tímidos, como ya lo dije, estoy al tanto de su relación, y no me molesta para nada, por el contrario, la bendigo.
—Pues, gracias –soltó Ted, incomodo.
—Bueno, los dejaré disfrutar un rato la velada, después tú y yo tenemos que hablar –señaló a Ted, y se alejó alegre.
—Ah ¿cómo se enteró tu padre? –levantó la ceja.
—Tus ex suegros le informaron por nosotros.
—Pensé que me castraría, me daría un ultimátum y tendría que esconderme en el lugar más recóndito del mundo.
—Pues le caíste muy bien –sonrió.
—Sospeché, que él veía cierto potencial en nosotros como pareja, digo, para ser tan protector de –se agachó, rozando sus labios en el oído de Lily –tu virginidad –susurró –en realidad te dejaba fácilmente sola, en mis redes.
Lily sonrió, y se dejó besar por su novio, la charla con su padre había tenido la advertencia de no informarle lo que le había dicho, él hablaría con Ted por separado ¿qué y cómo le iba a decir? Bueno, eso era solo asunto del gran Harry Potter.
Ted tuvo que alejarse de Lily porque su prima Rose se la llevó, por fortuna Sebastian llegó, así que pudo distraerse, y ponerlo al día, respecto a que Harry Potter aprobaba su relación con Lily, ya librando eso, solo le quedaba que Ada se hiciera a la idea.
—Ah, pensé que estarían juntos todavía –sonrió Potter.
—Rose se la llevó, ocupaba ayuda con algo de la comida.
—Sí, eso es cosa de mujeres –restó importancia.
—Ah, señor Potter, le presento a mi mejor amigo, Sebastian Keller.
—Mucho gusto, señor Potter –sonrió.
—Es un gusto conocer a un amigo del buen Ted –golpeó la espalda del chico, animadamente.
—Sí me permiten un momento, iré a buscar a Lily.
—Ah, enamorados –se burló Harry.
—La verdad, me alegra que usted aceptara la relación de Ted y Lily, la verdad, estábamos preocupados de que no.
—Ah, Ted es un buen hombre, mi hija estará en buenas manos, además...
—Bueno, es que Lily habla tanto de las reglas que tiene en casa, ya sabe, como la virginidad y eso, pero el hecho de que usted aceptara que ellos ya estén teniendo vida sexual, incluso mucho antes de que comenzaran a salir en forma –se burló Sebastian.
—M—
Lily soltó una risa divertida al ver a la nueva novia de Hugo, al parecer había decidido dar el sí a la primera que se lo propuso, a la primera de muchas, claro, pero no era para nada un buen prospecto, incluso Hugo lo noto, al ver cómo se mete casi un bocadillo a la nariz, para revisar de que en verdad, no estuviera podrido.
—Bueno, al menos no soy el único jodido –se burló el pelirrojo.
—Solo espera a que James se entere de que papá le está buscando una esposa, se va a morir.
—No creo que este muy interesado –informó el chico.
—Cierto, yo pensé que Scorpius le ofrecería trabajo en su empresa, con eso de que se volvieron muy cercanos.
— ¿por qué le ofrecería trabajo, Scorpius?
—Ah, hablaban de su trabajo de mesero semidesnudo.
—Sí, claro, pero ¿sabes qué Malfoy es gay, cierto?
—Claro que no –se burló Lily –dijo que yo era de su tipo.
—Sí, Scorpius prefiere la compañía femenina, como amistades cercanas, pero a él le van los tipos, solo te digo, que los hombres cercanos a él, suelen ser sus amantes, ya sabes, sus bocadillos temporales.
—No, él y James son solo buenos amigos –soltó enfadada por la insinuación.
—Lily, tú te manoseabas con chicas.
—Pero no me gustaban, no me gustan, solo era para poder estar con un hombre.
—Bueno, yo solo te digo, que si era muy cercano a Malfoy, lo más probable es que se liaran, no sólo besos y eso, sino sexualmente, y eso explicaría las actitudes de tu hermano últimamente.
—Claro ¿qué?
—Pues, vendiendo sus cosas, regresando al apartamento de Audrey, para poder costear vacaciones a Norteamérica un tiempo, doblando turnos, para unas buenas vacaciones, y su frustración con el celular.
—Hugo, si lo que dices es verdad, y mi hermano es, bueno, es gay –susurró tan bajo que apenas Hugo escuchó –papá lo mata.
—Ah, Lily, la vida cambia, además, James te cubrió, y te apoyó cuando decidiste darle tu virginidad al anciano ese, digo, lo mínimo que merece, es que no te avergüences de él, que le gusten los hombres, no lo hace un fenómeno.
Lily se quedó callada y se alejó, claro que no le avergonzaba su hermano, le preocupaba, si su padre había reaccionado así por su matrimonio apresurado y su divorcio ¿qué sería capaz de hacer si se enteraba de que a James, le gustaban los chicos? Sin duda su reacción sería catastrófica.
Se detuvo detrás de su padre, no se había fijado con quien charlaba, seguía pensando en cómo evitar una explosión nuclear, cuando su padre se enterara de los gustos de James.
—Una vez que se enteró que ella era una Potter, las cosas le despreocuparon, al final, sus palabras fueron "yo puedo solucionarlo todo, casándome con ella, al fin de cuentas, siendo de esos Potter, puedo echarme el dinero de sus padres al bolsillo, como lo hice con el de los Flint".
Lily levantó la vista, para toparse con Sebastian Keller, frunció el ceño, le desagradaba tanto, pero aquellas palabras le resultaron tan familiares, ya Ted las había dicho una vez, y lo había sugerido también, todo lo podía solucionar si se casaba con él.
— ¿Qué él dijo qué? –preguntó Lily.
—Ah, Lily, Ted dijo que si tu padre se ponía loco inestable, por el hecho de que tuviesen vida sexual tan activa, bueno, podría solucionar el daño, casándose contigo, eso lo tendría feliz, y bueno, sumando que eres joven, bonita, y te gusta demasiado cómo te doblega en la cama, el sacrificio no sería tan grande, después de todo, es el castigo por desvirgar a una chica como tú –le sonrió.
La mirada de su padre estaba fija en ella, ya no era necesario fingir, su ira estaba desorbitada por lo que había dicho Keller, así que se alejó a grandes zancadas, lo encontró charlando con Rose, se disculpó con ella y alejó a Ted lo suficiente para que no los escucharan, cuando él se inclinó para besarla, ella lo recibió con una bofetada.
—Eso dolió –se quejó Ted –dime ¿se puede saber porque me golpeas?
—Eres un ser despreciable ¿cómo se te ocurrió decirle a Keller de nuestra vida sexual?
—Lily…
—Para tu información, se lo dijo a mi padre.
— ¿Qué? –Soltó incrédulo –cariño, si tu padre se enfada, bueno, él me quiere como su yerno, así que… Podemos decirle que nos casaremos, eso…
La furia de Lily se elevó por milésimas, volvió a golpearlo, estaba furiosa, ahora entendía por qué su padre había puesto sus ojos en él, para casarla, eran iguales, y se sentía tan mal, porque Ada creciera con un padre así.
—No voy a casarme contigo como solución a.
—Pero… Lily, te amo.
—Me importa un bledo –le informó –te lo dije, que si volvías a insinuarlo, lo nuestro terminaría, Edward Lupin.
—Espera, no lo estoy diciendo como…
—No me interesa, no me importa lo mucho que papá te quiera en la familia, al menos, por mí, no te unirás –lo empujó.
—Estas terminando conmigo por una estupidez.
—Una estupidez –asintió –quizás para ti, pero ya estoy harta de que todos me traten como una maldita propiedad, las cosas ya no se solucionan con el matrimonio, no es mi único camino, Edward, no necesitas salvar mi honor.
Ted la observó alejarse, se quedó sorprendido, suspiró, aún tenía tiempo de solucionar eso, quizás si no hubiese aceptado todas esas copas, habría podido explicarse mejor con Lily.
—M—
James se hizo a un lado, para dejar que su hermana se sentara junto a él, la abrazó cuando se echó a llorar, y entre balbuceo y balbuceo, le contó todo lo que pasó esa noche, el castaño la escuchó atento y no intervino ni una sola vez, hasta que terminó.
—Soy una estúpida, ¿verdad?
—No, hay gente más estúpida, como yo, por ejemplo.
— ¿Por qué no le hablas y ya? –preguntó.
—No me contesta, ya lo he intentado –suspiró –llamé a su asistente, y no me da informes.
—Por eso, estás pensando en ir a buscarlo.
—Sí, más o menos –admitió.
— ¿Por qué no me dijiste? Que te gusta tanto.
—Eres complicada, Lily, la mayoría del tiempo, apoyas a papa en todo ¿y si en que soy un desviado también?
—Bueno, ahora que me lo dices, los encuentro completamente encantadores juntos.
—Eso ya no importa, lo que importa eres tú ¿qué vas a hacer? Si te reúnas a volver con Lupin, papá dejara de pagar tu matrícula.
—Que lo haga, lo reto a que lo haga.
Lily debía saber que retar y jugar con su padre no era algo que se hiciera a la ligera, su expediente académico había desaparecido, como si nunca hubiese entrado al colegio, fue a reclamarle, pero no la dejaron entrar, ni a su casa ni a la empresa, literalmente la había dejado sin nada, solo con lo que llevaba puesto, y un recado, ella podía solucionarlo de dos formas, que llevaban a un solo camino, volver con Ted, y desbloquear los castigos, o ir con Ted, y aceptar ser su esposa, a cambio de una matrícula y una vida, como la que le había propuesto una vez.
—Él no va a soltarte hasta que hagas lo que dice.
—Lo sé, lo que papá no sabe, es que soy inteligente, así que tendré que tomar medidas drásticas –suspiró –voy a irme a Norteamérica.
— ¿Estás segura? ¿Con qué dinero? –preguntó Audrey.
—Yo le daré el dinero –soltó James –tengo dinero para el vuelo, y hospedaje para cierto tiempo, podrás arreglártelas,
—Pero, Jamie, eso era para ir a buscar a Scorpius.
—Lo importante ahora eres tú –le sonrió.
—M—
Edward Lupin gruñó al escuchar las noticias que Victoire le había dicho, Lily echada a la calle como basura era algo que lo había enloquecido, y más porque Harry Potter lo seguía tratando a él como si nada hubiese pasado, bueno, quizás porque los números habían comenzado a subir más.
