Advertencia sexo explícito

- Ya llegamos.

Ben ayudó a Rey de pie y se acercó con ella a la cabina para que pudiera ver el planeta.

- ¿Dónde estamos? - estaba sorprendida, el lugar era realmente hermoso.

- En Naboo, esto es Varykino la ciudad de los lagos, aquí vivió mi abuela.

- Es... hermoso ¿Esta es mi sorpresa?

- No, tu sorpresa está ahí - Rey dirigió su mirada a dónde Ben señalaba y el hermoso palacio que avistó la dejo sin respiración.

- ¡Ben! - la chica tenía los ojos húmedos y sentía que el pecho le iba a estallar de un momento a otro de la emoción.

- Mi madre y tus amigos nos están esperando vamos.

La nave Lanzadera de mando de Kylo Ren descendió suavemente junto al Halcón Milenario que ya estaba ahí también junto con otras naves más de la resistencia y de la primera orden.

- Su hijo si que sabe llevar con estilo Princesa - le comentó el senador Bes a Leia que rodó los ojos.

- Esa nave me causa escalofríos - comentó Poe.

- Creo que fue creada con ese fin - le dijo Trudy por lo bajo y se adelantó a hablar con Rey que ya descendía junto con Ben y los demás caballeros.

- ¿Trudy ya está todo listo?

- Si maestro solo faltaban ustedes.

- ¿De que hablan? - preguntó Rey curiosa - ¿Que es lo que está listo?

- Tu fiesta de bodas mi amor, esa es la sorpresa - Ben tomó la mano de su esposa y acarició el dedo dónde tenía la sortija de matrimonio.

Rey le dedicó una sonrisa trémula y reprimió las ganas de abrazarlo y darle un beso pues había muchas personas presentes.

- Cuando estemos a solas, ahora vamos a festejar, este es tu día - Ben le acarició la mejilla y le hizo una promesa silenciosa.

Fueron dónde estaban Leia y el senador que veía extrañado al líder supremo y a la bella chica que lo acompañaba.

- ¿Princesa quién es ella?

- En un momento lo sabrá senador es mejor que mi hijo se lo diga.

- Madre - saludó Ben al llegar dónde Leia esperaba.

- Hijo él es el senador Khnum Bes y tiene mucho que hablar contigo.

- ¿Senador?

- Líder supremo - el senador estaba sorprendido, esperaba ver a alguien muy diferente al hombre que tenía enfrente que apesar de su evidente juventud tenía un porte y un aura que advertía de lo peligroso que podía llegar a ser.

- Nuestra charla tendrá que esperar un poco senador ahora mismo tengo una fiesta de bodas que celebrar.

- ¿Fiesta de bodas? - el senador veía de Ben a Rey y enseguida comprendió quien era ella.

- Si, le presento a mi esposa - dijo con orgullo tomando a Rey de la cintura para situarla junto a él.

- Mi lady es un placer - saludó el senador a Rey haciendo un leve inclinación provocando que ella se avergonzara.

- Como comprenderá senador tengo una muy buena razón para hacer esperar al senado.

- Entiendo líder supremo y reciba mi más sincera felicitación, hablaremos cuando usted lo decida.

- ¿Maestro que hacemos con el prisionero? - Trudy señaló al sujeto que arrastraban Finn y Poe.

Ben se quedó esperando una explicación con las cejas arqueadas y todos incluida Leia miraron a la rubia chica acusandola silenciosamente.

- ¿Que? Es muy desagradable - se excusó Trudy enfurruñada - además iba a ir de soplon con la Reina.

- No tengo tiempo para pedir explicaciones ahora pero supongo que tiene que ver con lo que el senador quiere hablar conmigo.

- Algo así hijo - respondió Leia- pero como dices puede esperar para después del festejo.

- ¿Que hacemos con el? - Finn hacía un visible esfuerzo por no dejarlo caer - es bastante pesado.

- ¿Pueden subirlo a la nave? - Ben vio con dudas como colgaba el tipo de las manos de Finn y Poe - ¿Sin arrancarle los brazos?

- No sin un poco de ayuda - repondió Poe.

Cardo y Kuruk se acercaron a ayudar mientras Rey curiosa interrogaba a Trudy que le respondió vagamente algo a cerca de un complot sin dar más explicaciones pues había visto la mirada de advertencia de su maestro.

- ¿Que hacemos con él? - preguntó Hux antes de irse con el prisionero

- Déjenlo en una celda y si BB-8 ya terminó con los archivos traiganlo con ustedes.

- Listo solo falta la Reina - murmuró Trudy cuando la nave se fue.

- ¡Ay niña! - Leia río ante el candor de la rubia.

- ¿Madre? - Ben le pidió Leia ayuda en un diálogo silencioso.

Mientras Leia se quedaba hablando con los miembros de la resistencia Ben llevo a Rey al interior del palacio donde los esperaba el personal de la primera orden que se había encargado de preparar la fiesta bajo las órdenes de Phasma.

Los miembros de la resistencia se acercaron a su General Pues aún tenían dudas acerca de lo que iba a pasar ahora que las cosas estaban un poco más tranquilas.

- ¿Que hacemos aquí General? - uno de los miembros de más edad fue el primero en hablar.

- Ya saben que Rey se casó con mi hijo y entiendo que a algunos de ustedes no les agrade la idea, no los voy a juzgar por eso, pero debemos respetar esa decisión y también debemos estar consientes que fue gracias a que Ben se enamoró de ella que pudo volver a la luz y así terminar con Snoke y con Palpatine.

- Eso lo entendemos General pero no se pueden olvidar de la noche a la mañana tantos años de guerra.

- No les estoy pidiendo eso, yo sé que va a tomar tiempo olvidar, tal vez algunos nunca lo hagan, solo les pido que festejemos hoy con Rey que ya no estará sola y que la guerra llegó a su fin, háganlo por mi por favor y después cuando se arreglen las cosas con el senado galáctico cada uno será libre de decidir que quieren hacer en adelante.

- Yo me quedo.

Rose fue la primera en hablar seguida de Maz que se puso al lado de Leia esperando a ver quién más se unía a ellas y no tuvieron que esperar mucho pues debido al gran cariño que le tenian a su General todos los miembros de la resistencia sin excepción decidieron quedarse al festejo, Leia le dió las gracias y caminó al palacio seguida de todos.

Trudy llevo a Rey al enorme salón de baile del palacio donde había un sinfín de mesas lista para un banquete digno de la realeza.

- Nuca había visto algo así Trudy - Rey estaba aturdida.

- Yo si pero no es lo mismo estar en un lugar así por obligación que para festejar algo importante.

- ¿Una boda es algo importante?

- ¿Pues dónde estabas escondida antes de que conocieras al maestro? Claro que una boda es importante y más si es la boda del líder supremo con la Jedi más poderosa de la galaxia.

- Viví en Jakku la mayor parte de mi vida y no soy la Jedi más poderosa de la galaxia, él lo es - Rey señaló a Ben que iba hacia ellas acompañado de la alta mujer con la que había estado hablando.

- Señor espero que todo sea como usted lo quería ya que es la primera vez que hago ésto.

- Gracias Phasma ¿Ya pensaste en lo que vas a hacer?

- Si, me gustaría seguir en la primera orden si su esposa está de acuerdo.

- Lo estará Phasma no te preocupes.

- Gracias señor, si eso es todo me retiro.

- ¿Phasma? Puedes quedarte, todos pueden quedarse Hux y los demás no tardan en llegar se merecen también un poco de todo esto

- ¿Está seguro?

- Muy seguro.

- Gracias señor.

- ¿Rey? - Ben le hablo a su esposa que se quedó quieta sintiéndose un poco intimidada por la altura de la mujer - ella es Phasma capitán de las tropas de la primera orden.

- Señora - Phasma saludó a Rey igual que los Caballeros - espero que le guste como quedó todo

- Todo está muy bonito gracias ¿Te vas a quedar? - la sonrisa de Rey dejo a la capitán muda, no recordaba que alguien le hubiera sonreído con tanta sinceridad.

- Eh, si - respondió Phasma y no pudo decir nada más por qué el bullicio de los que iban entrando los interrumpió y Rey fue a encontrarse con sus amigos con Ben tras ella - ¡Que rara es!

- Ya te acostumbrarás capitán - Trudy sonrió al ver la cara de la alta mujer.

- Tú eres igual de rara que ella.

- Anda vamos a divertirnos un rato.

- ¿Sabes que es lo mejor de esto Trudy Ren?

- ¿Qué capitán?

- Que el líder supremo ya no volverá a hacer berrinches.

Trudy rio a carcajadas y fue donde estaban Rose y Maz con quiénes ya estaba empezando a hacer amistad para presentarles a Phasma que aún sentía un poco de reparo por estar ahí pero poco a poco gracias a la alegre sencillez de la chica fue perdiendo el miedo y al rato ya estaba platicando animadamente con la pequeña mujer de Takodana y el senador Bes.

Hux y los Caballeros de Ren también llegaron junto con Finn y Poe y se unieron al festejo que en pocos minutos se volvió ruidoso y animado.

Ben simplemente dejo disfrutar a Rey y se quedó junto a su madre siempre vigilando dónde estaba su mujer.

- ¿Como fue que supiste de este lugar?

- Fue en una etapa muy triste de mi vida que ya te contaré en otro momento madre - respondió Ben sin perder de vista a Rey.

- ¿Por que no vas con ella? - Leia veía extrañada a su hijo.

- Está fiesta es para ella madre, ha tenido tan poco en su vida que quise darle algo de alegría, no sabemos que pasará en Coruscant y quiero que disfrute al menos un poco con sus amigos.

- Tienes razón hijo.

- Además se que tengo que darle su espacio claro sin descuidarla, es muy impulsiva.

- ¿Por que lo dices? ¿Pasó algo?

- No madre no te preocupes, sabes hace unos días que quiero preguntarte algo ¿Dónde está Chewie?

- Fue a visitar a su familia, no pensé que lo extrañaras.

- Él fue parte importante de mi vida madre, me hubiera gustado verlo aquí.

- Ya habrá otras fechas importantes, por ejemplo cuando llegue mi nieto.

Ben sonrió feliz al pensar en su futuro hijo.

- Aún no puedo creer que voy a ser papá.

- ¿Ya pensaron en un nombre? - el negó y pensó que pronto tendría que hablar de eso con Rey.

- ¿No es muy pronto para eso madre?

- En algún momento tendrán que hacerlo.

- Creo que dejaré que Rey se encargue de eso, después de todo es ella la que lo lleva dentro.

- Es verdad, vamos a ver de qué tanto hablan Maz y el senador.

Fueron a reunirse con el alegre grupo y enseguida Rey fue junto a su esposo y lo abrazó para quedarse a su lado él resto de la fiesta y así entre platicas, anécdotas, historias y mucha comida y vinos la primera orden y la resistencia dejaron a un lado el recelo y la desconfianza por unas horas y festejaron la unión de la Jedi y el líder supremo.

Horas después cuando todo había terminado Rey se daba un relajante baño en la ducha de la enorme habitación que Ben le había dicho era la de ellos, habia estaba deseando quedarse a solas con su esposo, la fiesta había salido bien y ahora solo quedaba esperar el momento que Ben eligiera para ir a Coruscant.

Rey salió del cuarto de baño esperando ver a su esposo y solo encontró una pequeña flor con una nota en la cama...

"Te espero en el jardín"

El jardín era un hermoso claro con una fuente que bordeaba el ventanal de la habitación y que era exclusivo de esta, nadie más podía entrar ahí a menos que lo hiciera por la puerta.

Se despojó de la toalla con la que se cubría, se vistió con la hermosa bata que le había regalado Leia y salió al balcón, descendió los escalones que daban al hermoso lugar, la bata ondeaba entre sus piernas al compás de la suave y cálida brisa, busco la presencia de Ben y lo encontró en el claro dónde habían estado por la tarde, los arbustos repletos de flores formaban el grueso muro que los protegía de miradas curiosas y extrañamente había una especie de diván cubierto con un techo de telas que se sujetaban del mismo muro de arbustos.

No hubo palabras solo le tendió la mano en un gesto que ya se había vuelto habitual en ellos pues cada vez que ella la tomaba reafirmaba esa promesa silenciosa que le había hecho cuando decidió quedarse con el.

- ¿Tienes idea de lo mucho que te amo Rey? - la emoción se notaba en la voz del hombre frente a ella.

- Tanto como yo a ti Ben - se acercó más a él hasta que pudo poner su mano en el atractivo rostro.

- ¿Me dejas hacerte el amor aquí pequeña?

No respondió pero lo abrazó y juntó sus labios con los de él y era toda la respuesta que necesitaba, un segundo después Ben tomo el control del beso y se adueñó por completo de su boca, la pegó a él mientras caminaba hacia atrás hasta llegar al diván, sin dejar de besarla la tomo en sus brazos y la recostó entre los almohadones y las sábanas, se quedó sobre ella saboreando su boca, desató el nudo de la bata y acarició el cuerpo desnudo con la mano que tenía libre, busco sus pechos, los masajeo, tomó entre sus dedos los pezones duros...

Liberó su boca para poder respirar, bajó la mano a la cintura y acarició el vientre aún plano dónde su hijo crecía protegido.

- Te amo tanto Rey, tanto que no se cómo expresarme, solo puedo decirte que sin ti no vivo, solo existo, sin ti no soy nada.

- Ben yo... - las lágrimas corrían por las mejillas de la chica, sentía que iba a morir de felicidad, que alguien la amara así era un sueño hecho realidad.

- ¿Que mi amor, que quieres? pídeme lo que sea - terminó de bajar su mano hasta llegar al centro de su deseo para empapar sus dedos en la cremosa y tibia humedad que lo esperaba.

- Te quiero a ti Ben, solo a ti - respondió Rey a punto de perder el control pues los dedos de su esposo estaban a punto de hacerla tocar el cielo.

- Me tienes, para siempre - se puso de rodillas entre sus piernas y retirando los dedos de su intimidad los llevo a su boca para probarlos en un gesto sumamente erótico que la hizo sonrojar más de lo que ya estaba - que dulce eres.

Rey se arrodilló también para ayudarlo a despojarse de la ropa rápidamente pues ya no creía poder aguantar un minuto más sin sentirlo, la bata de ella también desapareció y ya desnuda sin ninguna barrera entre ellos se tendio de nuevo entre las sábanas para abrir la piernas y darle la bienvenida a la dureza que llenó su interior, no hubo más palabras solo los gemidos que soltaban ambos mientras se hacían el amor mutuamente.

Ben penetraba a su esposa mientras ella lo abrazaba con las piernas y lo apretaba en su interior, deseaba alargar ese momento para siempre pero estaba apunto de explotar y ella estaba igual que él pues gemía descontrolada y le enterraba las uñas en la espalda, la besó en el cuello detrás de la oreja y la hizo llegar a la cima al mismo tiempo que él.

Se quedó sobre ella un momento mientras ambos se recuperaban y cuando quiso apartarse para liberarla de su peso ella se aferró a él.

- No me dejes.

- Nunca mi amor pero peso mucho y no quiero hacerte daño, ni al bebé - Rey lo liberó de su agarre y él se acostó a su lado para acomodarla en su brazo un minuto después estaba dormida, le dió un beso en la sonrrosada mejilla y él también se entregó al placer del sueño.