41º. Un San Valentín diferente.

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Akane estaba tumbada en su cama, estaba triste, ese año lo pasaría sola. Se acercaba San Valentín, cuando faltaba una semana para esa fecha y Ranma decidió irse de entrenamiento. Ella pensaba que lo hacía para escapar de su regalo de bombones. El chico no quería bombones de ella, ese idiota consideraba que esos bombones eran una bomba para su estómago, y ella sabía que ese desconsiderado tenía razón. Sus bombones eran un veneno… pero ese año había decido regalarle una caja de bombones que había visto en el en el centro comercial, y los había comprado.

Todo para nada, el chico había huido como un cobarde. Para no comer sus bombones, seguro que si cogería los de sus otras tres prometidas, o los de las chicas del Furinkan. El año pasado todas las chicas del Furinkan le regalaron a Ranma bombones, ¡todas! ¡incluso Sayuri y Yuka! Sus propias amigas ese día la habían traicionado. Ese día Ranma fue la envidia de todos los chicos de la escuela. Fue perseguido por todos que querían robarles sus regalos. Kuno estaba furioso, como un chico tan guapo como él no había recibido ni una sola caja, y Ranma muchas, seguro que ese brujo hechizo a todas las chicas.

Akane negó con la cabeza, si se había ido el chico, ella se comería los bombones. A Ryoga ya le había regalado su novia Akari, se lo regaló con antelación, conociendo al chico podía pasar meses hasta que ese despistado chico la encontrara de nuevo. A Kuno descartado. A Mousse, era un buen chico, y se merecía un detalle, pero podía atraer la furia de Shampoo. Esta perseguía a Ranma, y no dejaba que ninguna chica se acercara a Mousse. El año anterior Mousse recibió muchas cajas de bombones, y Shampoo las rompió enrabiada, aunque lo negase estaba celosa, no dejó ni una sana, y castigó al pobre chico.

Akane se levantó de la cama, y se dirigió a la estantería y cogió un libro, era el que estaba leyendo, lo abrió y del él cayó una nota, reconoció la letra enseguida, era de Ranma.

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Hola Akane:

Me he ido de entrenamiento, no sé porque te lo digo porque ya lo sabes.

No quiero pasar un día como el año pasado, perseguido por esas locas, recibiendo bombones de todas nuestras compañeras y perseguido por todo el mundo.

He escondido esta nota haya donde sólo tú la encontrarías. Nabiki no es tan temeraria de registrar en tus cosas.

Estoy en la montaña donde vamos siempre de entrenamiento, si quieres venir ven, te estaré esperando. Pero que no se entere nadie.

Le he dicho a esas tres locas y a los tres idiotas y a Nabiki que iba a otro sitio, espero que no descubran la verdad

Ranma

Pd: esta nota se autodestruirá cinco segundos después de que acabes de leerla.

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Akane miró la nota, ¿Una nota con autodestrucción?, se rió, Ranma había visto demasiada película choras y tontas de espías.

De repente tuvo que soltar la nota empezó ha salir humo, y ardió. La chica miró como esa nota se quemaba. ¿Cómo Ranma consiguió que esa nota se destruyera después de leerla? Cuando lo viese ya se lo preguntaría. La razón de la autodestrucción era alguien que empezaba por Na y acababa por ki.

Akane tardó dos minutos en preparar sus cosas, al tercer minuto estaba saliendo por la ventana y al quinto montada en el tren que la llevaría junto a Ranma.

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Ranma entrenaba sin descanso, los días pasaban y Akane no llegaba. Se preocupaba, pensaba que no había visto la nota, que la había encontrado Nabiki, negó esto último, si la hermana mediana de su prometida la hubiera encontrado, ahora mismo tendría allí a medio Nerima, incluyendo a sus otras prometidas, como ella misma se auto llamaban, sus rivales, sus compañeras de clase y sus compañeros, pensar en eso le provocó un escalofrió. El año pasado fue una pesadilla, con tantas chicas regalándole chocolate, todos persiguiéndole. Y Akane enfadada por su éxito con las mujeres, pero al final incluso esta le regaló una caja de chocolate.

No quería un año así, por eso huyó, para evitar problemas, sobre todo con Akane, para no enfadarse con ella, para no hacerla llorar.

Iba a quedar como un cobarde, pero eso era preferible a enfadar a Akane, no quería hacerlo. Desde Jusenkyo la veía tan frágil, aunque sabía que eso sólo eran imaginaciones suyas, que decidió cuidarla más. Intentaba comerse la comida de la chica, aunque eso significase acabar unos días con mal de estómago. No la insultaba tanto, aunque tenían algún roce, provocado por los celos de ella, o de él.

Era el trece de febrero, empezaba a oscurecer, y el ánimo del chico iba decayendo. Akane no había visto la nota, o la había ignorado, y estaría preparando chocolate para otros chicos para vengarse de él por huir.

Se dejó caer al suelo y miró al cielo, empezaban a salir las primeras estrellas, siempre las miraba con ilusión, pero ese año sin Akane, la miraba con tristeza, no tenía a nada. Todas sus ilusiones con esa chica eran un castillo de arena que las olas del mar destrozaron.

Se le escaparon unas lágrimas. No volvería al dojo, allí no tenía a nadie, Akane no le quería.

Debía preparar la cena, pero ese vacío que sentía dentro suyo le quitó el hambre.

No notó que lo llamaban

- ¡Ranma! Gritó alguien.

El chico seguía en su mundo oscuro, y no escuchó como alguien lo llamaba repetidas veces.

- ¡Me quieres hacer caso! -Volvió a gritar esa voz.

Ranma la oyó y se giró y la miró con ojos vacíos y triste, para descubrir que era Akane. Ella vio la tristeza del chico y se asustó.

-Ya estoy aquí- dijo Akane- he visto tu nota hace unas horas. He salido corriendo de casa sin dejar ni un mensaje. Cuando he bajado del tren he venido corriendo atrás aquí, - la chica hablaba de forma rápida, respiraba muy fuerte por haber corrido mucho- me faltaba el tiempo para encontrarte y reñirte por déjame sola.

El chico la miró y recuperó el brillo de sus ojos y su sonrisa. Su diosa estaba con él, había llegado a él. Se levantó de un saltó y la abrazó sin darse cuenta.

-Te encontrado a faltar- contestó él, no se había dado cuenta de lo que hacía- creía que no encontrarías la nota. Que no vendrías, que no me querías ver. -dijo el chico- sabes por que me fui, no quiero un año como el pasado. Seguro que esas locas me seguirían sin dejarme en paz. Nuestras compañeras me regalarían chocolate y nuestros compañeros me perseguirían por tenerme envidia, y lo peor tú te enfadaría conmigo.

-Ahora que sé porque te fuiste no estoy enfadada, no estoy muy de acuerdo, pero tienes tus razones. - ella no le dijo nada por que él la abrazó, se encontraba en el paraíso, y ella lo abrazó.

-Sólo quería un poco de tranquilidad. Un día tranquilo para pasar con mi prometida, la única, un día para pasar contigo- dijo el chico sonrojado.

Ella también se sonrojó.

-Yo también quería pasar el día de San Valentín contigo. Sin que no molestasen, pero me enfado tu huida. Hasta esta tarde no encontré tu nota. He venido corriendo para estar contigo, me escapé de casa. En tu nota, me decías que podía venir si quería. Y claro que quería venir. Ni me lo he pensado una vez.

Fue entonces cuando notaron que estaban abrazados y se apartaron sonrojaron, ni se habían dado cuenta de ese abrazo, miraron al suelo confundidos. Al cabo de un rato levantaron sus cabezas

Los dos se miraron y sin pensarlo se volvieron a abrazar, él le acarició la cara, ella le pasó las manos por el cuello, se acercaron y bajó la luz de las estrellas, y se besaron.

Cuando se separaron iban a besarse de nuevo, pero fueron sus estómagos lo que los separaron, gruñían enfadados pidiendo sustentos.

Después de cenar, miraron las estrellas. El fuego que había hecho Ranma ardía y les daba calor en esa fría noche de febrero. Los dos estaban sentados juntos, unos al lado del otro. Él le pasó el brazo por la espalda y la atajo hacía él, ella apoyó su cabeza en el hombro del chico, en esa posición se sentían a gusto y tranquilos, no había nadie que los molestara. De vez en cuando se miraban y se besaban cada vez con más pasión.

La unión que sentían entre los dos se fue haciendo más fuerte, hasta que los dos sintieron que eran un alma que nadie ni nada podía separar.

No necesitaban palabras para decirse lo mucho que se querían, las palabras no eran capaces de explicar el sentimiento que sentían los dos chicos. Era un sentimiento que no se explicaba con un simple te quiero, o un simple te amo, era algo desmasiado grande para ser explicado con palabras, pero que los dos comprendían y entendían.

Y al cabo de un rato se metieron en la tienda de campaña de él y se metieron en el mismo saco a dormir, los dos juntos como siempre desearon.

Durmieron como nunca los hicieron, abrazados, se sintieron protegidos, queridos por el otro. No necesitaban decirse nada para demostrar al otro que se amaban.

Y al amanecer los rayos del sol los despertaron, se miraron y se sonrieron y se besaron.

- ¡Feliz día de San Valentín! mi querida marrimacho prometida- dijo el chico con ternura a pesar del insulto, aunque lo dijo casi como un piropo. Y la besó con ternura

- ¡Feliz día de San Valentín! Mi querido bobo y pervertido prometido- contestó la chica y le devolvió el beso.

Los dos se vistieron y se salieron prepararon el desayuno, y comieron.

Al cabo de una rato Akane le entregó un paquete.

-Toma- le dijo a su prometido, al ver que el chico miraba el paquete con desconfianza- no la he hecho yo. Las he comprado.

La chica esperaba un insulto y una de las pullas del chico, que no llegó.

-Te estoy agradecido, las haya echo tú o no. Prefiero una de esas opciones a un regalo envenenado de una de mis otras, ¿cómo diría yo? - como no encontró calificativo- a esas que tú lamas otras prometidas, y que yo llamaría acosadoras. - cualquiera se come un chocolate de esas, me puedo encontrar cualquier hechizo.

Los dos rieron de los que dijo el joven

-Para mi San Valentín sólo es una fecha, de ahora en adelante para mi el día de los enamorados será todo el año-dijo el chico.

- Si, el amor no es algo que deba expresarse sólo un día. Hay que hacerlo todo los días- el chico se quedó pensativo y ella lo miró- ¿Qué te pasa Ranma?

-Nada- dijo el chico un poco recaído- dentro de un mes es el Día Blanco y debo revolverte el regalo que te hecho hoy. Deberemos huir de nuevo, por que ese día todas las locas de Nerima me pedirán su regalo, y yo sólo quiero regalarte algo a ti.

Akane lo miró y sonrió sonrojada, ese chico cuando quería era muy dulce y agradable.

-Eres malo, ella sólo quiere que te fijes en ellas- dijo la chica como broma.

-Pues lo tienen claro, ni pienso ni quiero mirarla, ¿para que mirarla si te tengo a ti?

Ella se abalanzó sobre él y lo besó. Nunca se había sentido tan feliz, ese chico a pesar de sus defectos era su media naranja prefecta.

Ese día fue especial. Sin nadie que los molestase pudieron expresar lo que sentían el uno por el otro sin vergüenza, se besaron y jugaron a los enamorados que eran.

Pero todo lo bueno acaba y ese día acabó y los dos tuvieron que volver a Nerima, a la locura, a ser perseguidos. Pero habían decidido que no ocultarían a nadie lo que sentían, no se ocultarían de nadie, sin importarles lo demás, por fin decidirían por ellos, por fin sólo pensarían en ellos.


Notas del autor:

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La palabra chora: en España tienen varios significados en este caso quiero, película choras, decir malas. No voy a decir ejemplos, pero hay un motón y de todas nacionalidades.

La Persona cuyo nombre empieza por Na y acaba por ki, es como todos sabéis Nabiki.

El día blanco: se celebra un mes justo que el 14 de febrero, es decir el 14 de marzo. Se celebra en varios países asiáticos. En Japón o Corea del sur, yo sólo he buscado información de Japón. Ese día los chicos que han recibido chocolate deben revolver el regalo a la chica que le regaló. Parece ser que deben regalar algo que valga el doble o el triple de lo regalado por ella, en ese día se deben regalar galletas, joyas, malvaviscos o chocolate blanco.

¿Haré una segunda parte de esta historia, o una historia independiente que pase en el día blanco? no lo sé, aún queda un mes, y aunque tengo una idea no me acaba de gustar, tengo casi un mes para pensarlo y escribirlo.

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Agradecimientos:

A Jose: No sé si volveré a hacer un Ranco x Akane, ya he hecho uno y en otro lo he insinuado. Por ahora no lo tengo en la mente, pero en cualquier momento puede parecer sin querer, como me ha pasado con algunas de las historias que ha subido.

A Ranma 84, y a todos los que leen estas historias,

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