todos los créditos a sus autoras y creadoras del mundo Candy Candy Misuki e Igarashi
CON TODA EL ALMA
Capítulo 43.
RECONOCIENDOTE.
¡Por Dios William! ¿en que piensan todos ustedes? ¡hay que llevar de inmediato a Candy a la mansión! – le decía muy molesta.
Tía – le decía pacientemente a dos pasos atrás de ella.
Éste lugar es muy pequeño – mirando a su alrededor.
¡tía! – logrando la atención de la anciana - ¿acaso no quieres conocer a tus nietos?
¿nietos? – le preguntó extrañada – Anthony se quedó en Lakewood con Alice – él la agarró suavemente del brazo y la guió a la única recámara de la cabaña.
William sé más sensato – le decía mientras subían las escaleras – éste lugar no es apropiado para el bebé ni para ella – se paró en secó frente a él – de Candy lo entiendo… nunca ha sido una joven que piense las cosas… pero tú…
Tía… mi esposa está muy bien… por favor tía… pensé que estarías feliz por nosotros.
¡por supuesto que estoy feliz! Solo que – Albert abrió la puerta de la recámara y lo que vió la llenó de amor Candy estaba alimentando a la pequeña Pauna mientras Margareth arrullaba a William, alternando su mirada entre una y otra – son… ¿son dos? – le preguntó con lágrimas en los ojos volteando a ver a Albert mientras el asentía.
Si tía es un niño y una niña – caminó hacia donde Candy besándola en la mejilla y se sentó en una mecedora junto a ella.
Mi niña… hija – se paró y se sentó en la orilla de la cama acariciando los rizos rubios de la bebé – ¿Quién es…?
Ella es Pauna – Margareth se acercó a la Sra. Elroy y le entregó al niño – él es William.
Elroy Andley jamás se imaginó estar en esa situación… tener entre sus brazos a la descendencia de su hermano, en ese momento el niño abrió sus ojos y se regalaron la inmensidad de amor de la que podía se capaz.
Heredó el bosque de tus ojos – mientras acariciaba con ternura sus mejillas sonrosadas – es… son tan hermosos – volteó a ver a Albert - ¿Por qué no me avisaron inmediatamente? – preguntándole con reproche.
Tía… en parte fue porque Candy se tiene que recuperar y por otra… queríamos tener unos días de privacidad.
Anthony… Anthony debió haber venido conmigo a conocer a sus hermanos – lo dijo en voz baja y volvió a posar su mirada en ese par de angelitos – ¿Cuándo piensan regresar a la mansión?
Iremos a la cabaña tía… y por supuesto tienes que estar con nosotros… ya he dispuesto todo para que preparen las habitaciones.
¿Cómo te sientes hija? – ignorando la invitación de Albert, acariciando su rostro.
Feliz tía – sus mejillas ya habían recuperado el color perdido a causa del parto.
Tendrás que alimentarte bien hija… tienes que cubrirte la espalda niña – Candy sonrió dejando que la anciana colocara su propio abrigo cubriéndole sus hombros – ¿ya alimentaste a William? – ella negó sonriendo – son tan hermosos… hay que traer al médico… ¿William?
Los bebés están en perfectas condiciones y Candy también tía… el doctor Martín vino ayer.
¿Cuántos días más piensan estar aquí?
Mañana nos vamos a la cabaña tía… y como te dije antes espero que nos acompañes…
¡por supuesto que estaré ahí! Por favor manda a traer a Anthony… él debe de estar aquí con ustedes… se pondrá tan felíz ¡ya quiero ver su carita! – en ese momento el pequeño William se removió llorando a todo pulmón – ¡Dios! Éste niño si tendrá su carácter – haciendo reír a Candy… Albert se acercó para cargar a la bebita mientras Margareth pasaba un trapo húmedo en el pecho de Candy.
Ofrécele el otro pecho hija ¿te duele?
No… es solo que no entiendo porque se llenan tan rápido mis pechos…
Hija… entre más se alimenten tus hijos más leche producirán tus pechos… y eso es bueno… que no cuelgue su cabecita – ayudándola a colocar al bebé.
Elroy Andley la miraba con ternura y amor… veía inocencia en ella pero también madurez y unas inmensas ganas de ser una buena madre para sus hijos, la forma en que los arrullaba en sus brazos… su mirada… todo ese rostro que antaño la sacaba de sus casillas ahora estaba entregada al amor para su familia.
Se quedará ¿verdad tía?
Por hoy no hija… pero mañana si estaré con ustedes… no habrá poder humano que me separe de ustedes – acariciándole las mejillas – gracias hija… me haz dado la mayor de las felicidades – haciendo que Candy se sonrojara..
Tres meses habían transcurrido y era increíble que esos dos angelitos solo se despertaran para comer, hacer sus necesidades y volver a dormir… todos se afanaban por atender y que no le hiciera falta nada a Candy.
Mami…
¿Qué pasó mi amor? – le contestó mientras le cambiaba el pañal a William
¿puede William salir a jugar conmigo? – Candy sonrió
No mi amor… tú hermanito es muy pequeño aún… pero cuando crezca será el mejor compañerito de juegos que tendrás – Anthony se acostó en la cama apoyando sus coditos en la cama acariciando la cabeza de su hermanito.
Es muy suave.
Todos los bebés lo son… ¿eres feliz con tus hermanitos?
Si mami – poniendo el puñito cerrado de William en su boca. – en ese momento llegó Albert con Pauna en brazos y la camisa manchada de vómito.
¿Qué pasó amor? – le preguntó una Candy muy sonriente.
Tía Elroy no estará nada contenta si llegamos tarde – dejando a la bebita en la cama y quitándose la camisa.
Tenemos tiempo amor… déjame ayudarte toma esta camisa… Anthony mi amor dile a Nelly que venga – el niño salió corriendo llamando a gritos a la persona que les cuidaba, la joven subió con prisas – por favor lleva a Anthony para cambiarse en lo que me encargo de los bebés.
¿puedo ayudarle con Pauna y William?
Eeeh… no yo me encargo – la joven se acercó a Candy
Aún no se a arreglado usted señora – Candy se miró al espejo e hizo un gesto cansado.
Tienes razón… cuando termine voy a ayudarte.
No se preocupe señora entre Alice y yo tendremos preparados a sus hijos a tiempo.
Gracias Nelly agradezco tu apoyo.
Estamos para servirle señora Candy.
GEORGE Y DOROTHY.
MESES ATRÁS…
Fueron días difíciles para ambos… una vez más la desilusión llenó de tristeza el corazón de Dorothy al saber que aún no estaba embarazada… se sabía amada y correspondida y cada mes que pasaba era una tortura mental comprobar que lo que más deseaba no llegaba, trataba por todos los medios despejar su mente y no hacer que ese vacío que sentía la engullera cada vez más, entró a la cocina y ya no era sorpresa para las personas que la apoyaban en su casa verla cocinar incluso para ellos, su naturaleza no le permitía cambiar su actitud hacia los demás, George simplemente estaba fascinado con ella, amaba todo lo que hacía, su inocencia en ciertas situaciones lo enamoraban cada vez más, se sentía su dueño, su aire, su todo y hacía algunos días pensaba en los cambios que debían de sufrir sus vidas… nada cambiaría de ella, Dorothy es todo lo que en su vida después de perder a Rosemary deseaba tener.
Abrió silenciosamente la puerta de su casa y esperando que el chirriar de la puerta no alertara a su esposa de su presencia, dejó su portafolio en una pequeña mesa del recibidor y caminó en el corredor que lo guiaba al salón y como era su costumbre desde el día en que se casaron un ramo de flores sostenía su mano, cada día que pasaba se llenaba de certeza y amor hacia Dorothy… saber que ella lo esperaba cada día era el motivo principal de no faltar un solo día para verla… para adorar cada momento a su lado y cuando entró la encontró tejiendo un tapete, se acercó y le dio un beso en su cabeza haciendo que ella se asustara.
¡George! ¡mi amor! – se paró de súbito abrazándolo por el cuello.
Hola amor – la quiso separa pero ella más se aferraba a él – ¿Qué pasa Dorothy? – ella negaba con la cabeza - ¿amor?
No… no puedo.
¿no puedes que? – cerrando su abrazo por la cintura.
Fui con el doctor… y… no – la voz se le cortaba por el llanto.
Algún día será posible Dorothy… amor… ya no llores – apretándola a su pecho – no quiero que te preocupes… soy feliz contigo y éste tiempo que hemos pasado juntos han sido los más felices que he tenido en toda mi vida – la separó y con una de sus manos acarició su rostro – ten – él puso el ramo de flores frente a ella haciendo que una vez más el consuelo llegara a su corazón, solo estando con ella cambiaba… todo él dio un giro diferente a lo que algún día fue… teniéndola entre sus brazos había un propósito… un sueño… una ilusión
Son hermosas.
No más que tú mi amor – buscando sus labios… los besó con ternura.
¿Cómo te fue hoy? – le preguntó limpiando sus lágrimas mientras quitaba las flores aún frescas que le había regalado hace dos días del florero de cristal, la joven que trabajaba para ellos se acercó ofreciéndole otro limpio – gracias Amanda puedes retirarte a descansar – subieron las escaleras ella tomada del brazo de él y poniéndose al día de lo que hicieron.
Muy bien… hubo mucho trabajo y entrevistas con algunos inversionistas – llegaron a la recámara y así abrazados como estaban entraron sin soltarse.
Te prepararé el baño – él la detuvo abrazándola por la cintura.
Solo si tú entras conmigo – ella se volteó y lo abrazó con la mirada acercándose a sus labios… lo besó con pasión y ternura al mismo tiempo – te amo tanto – recorriendo a besos de su mandíbula hasta el cuello, desabrochando el vestido color marfil, descubriendo con cada beso su tersa y blanca piel – eres tan hermosa – tomó el lazo de seda que tenía amarrado a su cintura desanudándolo logrando que cayera hasta sus pies… un gemido salió de su boca cuando vió su cuerpo cubierto por la delgada tela que aún la cubría, sus manos subieron por sus piernas hasta llegar a sus pechos estrujándolos con suavidad despojándola de el hasta dejarla completamente desnuda, la levantó haciendo que ella lo abrazara con sus piernas y la llevó hasta la cama… besó cada milímetro de su cuerpo haciendo se arquearan y se encontraran sin dejar espacio entre ellos, la besó con ansias con pasión, se incorporó para deshacerse de sus pantalones y su ropa interior y se acomodó entre sus piernas reclamando lo que era suyo… la penetró sintiendo la viscosa suavidad de su hendidura, sentía como ella apretaba su pene encada acometida que le daba confirmándole que su amor no tenía fin… se gozaron y amaron como si fuera la primera vez llegando hasta esa sensación que les permitía liberar sus cuerpos – te amo Dorothy – repetía una y otra vez, ella acunó su rostro entre sus manos y lo acercó a sus labios respondiéndole con sus besos.
Cuando la quietud llegó a sus cuerpos se quedaron abrazados por un momento hasta que Dorothy se levantó poniéndose una bata, caminó hasta el baño y preparó la tina regulando la temperatura del agua y regresó a él.
George… – lo llamó acariciando su hombro – Ya está lista la tina – la abrazó haciendo que ella diera un gritito de sorpresa recostándola junto a él.
Déjame tenerte así – ella le correspondió el abrazo colocando su cabeza sobre su pecho – amor – la colocó sobre su cadera haciendo que ella abriera sus piernas, Dorothy se ruborizó al verlo desde su altura y se inclino para besar sus labios haciendo que su largo cabello cobrizo los cubriera, George la tomó de las caderas y la elevó hasta la punta de su pene, ella se incorporó con la sorpresa en su rostro y poco a poco bajó hasta la base de su falo colocando sus pequeñas manos sobre el torso de él.
George – le decía con voz ahogada por el deseo, él la ayudó a moverse sus manos agarraban con firmeza sus caderas y momentos después ambos ya estaban enfrascados en un intercambio de besos, gemidos y gritos que él ahogaba con su boca
Te amo – y nuevamente todo fue quietud y así como estaba sobre él la mantuvo abrazada a su cuerpo
Amor… Quiero que tomes con calma lo de quedar embarazada – ella alzó su cabeza mirándolo extrañada
¿acaso no lo deseas tú? – recostándose sobre su pecho.
Lo deseo con todo mi amor cariño… hagamos una cosa – ella no le contestó – he hablado con William y le he pedido que me conceda tiempo para estar contigo…
Pero…
Escúchame amor… Por el momento el manejo del corporativo va muy bien… gran parte de nuestro trabajo marcha mejor de lo que esperábamos y por lo mismo he pedido licencia para estar fuera… es la primera vez que lo pido y el tenerte a ti es el motivo por el cual lo hago… amor – sintió en su pecho la humedad de sus lágrimas, la tomó del rostro e hizo que lo mirara – quiero saber lo que el médico tiene que decir y estaremos juntos en esto ¿de acuerdo? – ella asintió besándolo una vez más saliéndose de encima de él.
Pero George… Annie y Archie se casarán dentro de dos meses ¿Quién estará al frente del corporativo?
No pienses en eso mi amor… Archie ha aprobado mi licencia y por el próximo mes seremos tú y yo – ella le sonrió recordando la vez que llegaron al pent-house cuando se fueron de luna de miel.
TRES MESES DESPUÉS.
La levantó abrazándola por la cintura con ternura, ambos lloraban y reían al mismo tiempo.
¿Por qué no me esperaste amor? – estaban sentados uno junto al otro.
El Dr. Stevenson envió un mensaje y hoy temprano fui y me lo confirmó… nos espera a las tres de la tarde – él besó su frente.
¿fuiste sola? – ella negó con la cabeza – Estaremos ahí entonces ¿Cómo te sientes?
Emocionada… feliz… tenía dos atrasos en mi periodo pero no quería hacerme ilusiones… amor…
Dime – mientras ella recostaba su cabeza en su hombro.
Quisiera esperar un poco más de tiempo para decirle a papá y a mamá para tener la certeza de que estoy esperando a nuestro hijo, estaba tentada en enviarle un telegrama a Candy… pero quiero esperar – él la miró con ternura… amaba su forma de ser, la manera tan mesurada en la que ella iba por la vida.
Será como tú digas mi amor – besándole los labios.
Cuando salieron de la consulta ninguno de los dos cabía en su felicidad, caminaron tomados de la mano hasta llegar a un restaurant y sentados uno frente al otro se hablaban con los ojos respondiéndose con las caricias de sus manos besando los nudillos de sus dedos, ella había cambiado toda su vida y solo por un momento recordó a Rosemary "ella llegará a ti" y ahí sentada frente a él la contempló enamorándose cada vez más.
MANSIÓN LAKEWOOD.
Toda la familia estaba en pleno en los jardines de la mansión, cada rincón estaba acondicionado para recibir a los invitados… Albert y Candy llegaron hasta donde se les había indicado… después de tanto tiempo alejados de la sociedad les era algo incómodo estar rodeados de personas que no conocían sobre todo para Candy… Albert se acercó a saludar a algunas personas pero desde donde estaba veía la incomodidad y el nerviosismo de su esposa, tía Elroy se acercó a ella.
¿Qué pasa hija? – ella se sobresaltó al escuchar su voz.
No… nada tía… es solo… Anthony – volteando por todos lados.
Ven… entremos a la mansión – Margareth se acercó a ella para ofrecerse a cuidar de Pauna.
No te preocupes Candy Anthony está bien cuidado y William está bajo los cuidados de Alice.
Gracias Margareth.
Llegaron ambas mujeres a la biblioteca y ya dentro Elroy se acercó a Candy tomándola del brazo con suavidad.
Sentémonos hija – y así lo hizo – ¿que es lo que pasa hija? ¿Qué es lo que te mortifica? – Candy frunció la frente y trató de disimular lo que sentía – no me mires así hija… dime que es lo que pasa ¿en que te puedo ayudar? – la rubia negó con la cabeza sintiendo que la mano de la anciana se la levantaba – mírame hija – sus ojos verdes miraron el azul acero de los ojos de Elroy Andley.
Me sentí abrumada al ver a tantas personas.
¿deseas que cancelemos el bautizo?
¡no! No tía… tengo que sobreponerme… solo fue un momento de miedo – Elroy se levantó y fue hasta la mesilla que se encontraba en una de las esquinas.
Bebe esto hija – ofreciéndole un vaso de whiskey.
Pero tía… estoy amamantando.
No te preocupes hija no les afectará – Candy lo tomó de un solo trago sintiendo el ardor en su garganta – te ayudará a relajarte… hija no pienses en todo lo que pasó… si hay un lugar seguro ese es Lakewood… William ha cuidado de que así sea… confía en eso hija, si en algún momento vemos que algo no está bien en todo momento se les mantendrá resguardados ¿resguardados de que? Todo terminó ese día hija… disfruta de éstos momentos… de tus hijos… de tu familia.
Gracias tía… fue solo un instante – abrazándose a ella
Salgamos hija.
El servicio religioso fue dirigido única y exclusivamente a los pequeños Andley comprometiendo a los padres y padrinos a velar porque Anthony, William y Pauna fueran guiados en la rectitud espiritual, la lealtad, la honradez y el amor a la familia… todo fue sencillamente maravilloso, terminado el servicio tres rubios caminaban y entre sus brazos iban dos más, en los costados de bancas que habían en la pequeña iglesia los invitados aplaudían… Anthony corrió al divisar a los niños del hogar de Pony haciendo que todos los invitados rieran al ver la alegría con la que el niño se integraba con sus pequeños amiguitos.
Los rubios entraron a la mansión para que Candy pudiera alimentar a sus hijos y cuando terminó misericordiosamente ambos bebés cayeron rendidos.
¿quieres regresar? – le preguntó Albert.
Amor… tía Elroy lo planeo con todo su amor… sería un desaire si no estuviéramos al menos un rato más – volteó a ver la cuna de sus hijos – ellos estarán bien cuidados… ven integrémonos a la fiesta y ya después veremos.
¿Viste como Anthony con que naturalidad socializa con los niños del hogar?
Si… y por lo mismo debemos regresar – ambos sonrieron y mientras caminaban se daban besos – cuando llegaron al jardín Candy divisó a las chicas… por tener las manos ocupadas aún no había podido saludarlas, cuando abrazó a Dorothy no puedo evitar un grito de emoción al sentir su vientre hinchado.
¡Dios mío Dorothy! ¿de cuanto tiempo estás? – fue hasta donde Albert corriendo para darle la nueva noticia cuando lo vió junto a George – ¡George! ¡estoy tan feliz por ustedes! – abrazándolo con cariño
Gracias Srita. Candy… nosotros también lo estamos.
Por favor George… cualquier cosa que requiera Dorothy háznosla saber.
Por supuesto Srita. Candy – Candy se paró de puntitas para darle un beso en la mejilla y se retiró para estar de nueva cuenta con Annie y Dorothy.
¿Cómo te haz sentido?
Maravillosamente bien – mientras acariciaba su incipiente pancita.
PATTY.
Sabía que se perdería del bautizo de los hijos de su mejor amiga pero tampoco podía permitir que su abuela viajara sola, esa anciana que la ayudó cuando más sola se sentía, esa anciana que la hizo florecer para que la vieran… no solo por su belleza sino por sus cualidades, dos meses después de su partida del puerto de Nueva York se encontraba en una lúgubre Francia… no era nada de lo que ella recordaba y aunque ya terminada las intromisiones alemanas todo el país se encontraba devastado, llegaron a la campiña familiar y le sorprendió verla aún en pie ¡Cuánto dolor! ¡Cuánta destrucción! Por una semana la abuela Martha arregló todas las diligencias que fueron la razón por las que estaba en ese lugar.
Patty… ¡Patty! – la llamaba con insistencia.
La niña Patty ha salido madame – contestó Marie.
¿Cómo? ¿dejó dicho a donde iría?
Si madame… ella le dejó dicho que iría a comprar algunas cosas para llevar a América…
¿hace cuanto salió?
Apenas como media hora madame.
Bien… cuando llegue dile a mi nieta que la espero en mi recámara.
Caminaba por las calles de París y se dio cuenta que los monumentos emblemáticos del país se encontraban intactos y de pie… los hospitales estaba por reventar y en las calles se podían apreciar a personas en la total indefensión ¿Cómo podía ser tan egoísta? Pensaba para si misma… lo poco o mucho que llevaba lo utilizó para comprar pan y leche para repartirlos y aún así no fue suficiente… habían tantas personas hambrientas.
Por favor Jean… regresa al auto… abajo del asiento hay dinero… tráelo por favor… hay que ayudar a ésta gente – pasó más de cuatro horas tratando de mitigar el hambre y la sed cuando un joven con harapos se acercó a ella con el único propósito de verse beneficiado y así satisfacer a su estómago vacío, ella volteó y lo observó, la maraña de cabello que cubría su rostro no le dejaba verlo con claridad y cuando ella intentó descubrírselo él joven retrocedió muy asustado cayendo de espaldas y arrastrándose en el sucio suelo para alejarse de ella, sentía que su corazón golpeaba su pecho y no dejó que el se alejará… lo persiguió hasta alcanzarlo – ¡espera! – el joven se detuvo tratando de llenar sus pulmones tocándose su costado izquierdo, volteó lentamente hasta estar frente a ella - ¡Stear! ¡mi amor! – y sintió como su cuerpo se aflojaba hasta caer a un vacío oscuro.
Hola chicas ¿Qué creen? De repente se me ha ocurrido darle una nueva oportunidad a Stear y Patty que quizá escriba una historia sobre ellos ¿Qué les parece?... espero que éste capítulo sea de sus agrado, las he leído y me da mucho gusto que lo hagan… MIL GRACIAS por sus mensajes… espero lo disfruten
saryfan.
Hellen Alvarado.
Loreley Ardley.
sayuri1707.
Carol Aragón.
Kecs.
mía811.
Salgaby.
bea03.
elbroche.
