Capitulo 45 A salvo
Canterlot/ castillo real.
Después de ese incómodo silencio Luna salió del lugar, Celestia no sabía que hacer, no le gustaba para nada que su hermana creyera que hizo algo para dañarla. Además, por los cielos ¿Matar a su mascota? Hasta el momento Celestia no sabía él por qué Luna la creería de algo así. Es decir, encontraron su toalla en su baño personal llena de sangre pero cualquiera pudo haber entrado ¿No?.
Celestia soltó un suspiro de resignación. De las portadoras Fluttershy fue la primera en hablar.
–Deberían buscar la manera de arreglar este malentendido, princesa Celestia...bueno eso creo yo- dijo con pena la pegaso amarilla.
–Supongo que si, no quiero que se vuelva a repetir la historia pero...ella se niega a escucharme, no sé qué hacer - confesó Celestia mientras se sentaba.– Por otro lado, creo que tú también tienes algo que arreglar ¿No Fluttershy?
La indirecta de Celestia hizo que Discord y Fluttershy se tensaran, inconscientemente ambos se voltearon a ver discretamente, pero al hacerlo al mismo tiempo sus miradas se cruzaron y apartaron la vista.
Todas rieron ante tal acto menos Celestia quien tenía la mirada perdida en la ventana.
–Bueno, debemos de irnos ya ¿No creen?- dijo con desesperación Pinkie, ella quería regresar lo antes posible a Poniville para escaparse de las chicas e ir a visitar a cierta alicornio lavanda.– tengo cosas que hacer, enserio vámonos ya.
En ese momento un guardia de piel naranja entró al salón, se trataba de Burstlight quien hizo una reverencia y empezó a hablar.
–Traigo noticias de la estación del tren, majestades- dijo de manera formal.
–¿Acaso... hubo otro accidente?- preguntó con temor Cadence.
–No lo sabemos...- contesto Burstlight. Ante esto todas se miraron con duda y el corcel siguió hablando – recibimos noticias de que un tren no se reportó está mañana. Era un tren que venía de las tierras Yak, debía haber llegado hace 4 horas con cargamento de mercaderes...pero no hay rastro de el. Los comerciantes están muy molestos y hay un gran caos en la estación.
–¿Q-que está pasando con los trenes? Parecen tener una maldición- murmuro Pinkie mientras temblaba. En ese momento empezó a recordar todo, como aquel día el tren cayó por el barranco, le pareció escuchar los gritos de su madre y...
–Pinkie, ¿Estás bien querida?- dijo Rarity mientras se acercaba a ella y la tomaba del casco– estás temblando- dijo con preocupación
–Y-yo, yo...- la pony rosa no pudo completar la frase, pues empezó a sollozar.
–Ven terroncito, vamos a qué te de aire- dijo Applejack mientras la tomaba por el hombro y ambas salían del salón
–Chicas, me temo que sería mejor que se queden hasta que resolvamos esto- dijo Celestia y todas asintieron.
Todos empezaron a hablar de algunas cosas vagales para aligerar el ambiente, Flurry jugaba con Rainbow y Rarity, Cadence se veía tranquila ante esto.
Celestia vio de reojo al draconecus y a la pegaso amarilla, ambos evitaban a toda costa interactuar, la alicornio blanco medito las cosas por un momento, ella sabía bien que la amistad de ellos era importante para ambos, por lo que Discord le había contado su pelea tuvo que ver con un malentendido y con el enojo del momento. Finalmente la alicornio blanco decidió intervenir.
–Cadence, tú y Rainbow ¿Podrían ir a buscar a Luna? Necesito hablar con ella respecto al tren con mercancía- dijo Celestia.
Ambas yeguas asintieron algo desconcertadas por aquella inusual petición y salieron de la habitación.
–Ah, cierto Rarity. Me gustaría que me contarás más acerca del corcel que te llevo a Poniville...Se llamaba Arek ¿No?- preguntó Celestia a lo que Rarity asintió.–¿Te molesta si hablamos afuera?
Dicho esto ambas salieron, no sin que antes Celestia le dirigiera una mirada con una sonrisa al draconecus.
–"me vengaré de esto Celestia"- pensó Discord mientras se quedaba solo en la habitación con la pegaso amarilla
En la sala reino el silencio, ninguno de los dos se atrevía a hablar ni a irse. Simplemente estaban ahí sentados y tratando de ignorar la presencia del otro.
De un momento Discord no lo soporto más y se paró dispuesto a chasquear los dedos para desaparecer pero el casco de la pony lo detuvo.
–Discord...- dijo suavemente Fluttershy mientras lo detenía de irse– yo...en verdad lo lamento.
El draconecus se quedó quieto, aún sin dirigirle la mirada a la pegaso habló–¿De que te disculpas?
–De lo horrible que te trate. Yo...fui muy grosera contigo, estaba asustada y molesta y me desquite contigo cuando tú has estado conmigo todo este tiempo- confesó la pegaso mientras comenzaba a llorar.
–Asi es, yo pensé que al apoyarte tu...bueno pensé que eso hacían los amigos. Pero al parecer eso te molestaba ¿No?, Eso fue lo que me diste a entender, al parecer te molestaba nuestra amistad- dijo con inexpresividad el draconecus.
–¡No!, Es solo que estaban pasando muchas cosas, perdón por hacerte sentir así. Tú eres un gran amigo y en verdad...te quiero- dijo Fluttershy con un ligero sonrojo.
Las últimas palabras hicieron voltear al draconecus quien vio a la pegaso amarilla con sorpresa. No era la primera vez que le decía te quiero, de hecho ya muchas veces se lo había dicho. Pero esta vez, por alguna razón le pareció que tenía un significado diferente.
–Yo te dije que eras un monstruo egoísta, pero la verdad eso era para mi, soy un monstruo que lastimo al amigo que me había procurado todo este tiempo, por favor perdoname- dijo Fluttershy mientras comenzaba a llorar.
Discord suspiro, la verdad es que la actitud de la pegaso le había lastimado mucho, sus palabras le dolieron como nunca imaginó. ¿Sería correcto perdonaría?. El draconecus apareció una caja de pañuelos delante de la pegaso, quien tomó uno para limpiarse.
–G-gracias- dijo la pegaso amarilla.
–No me gusta que estemos enojados Flutter, pero yo no tenía la culpa y tú me hiciste sentir...tan mal- hablo finalmente Discord.
–Lo sé...¿Crees que podamos pasar página?
–No lo sé, pero si se que no quiero perder tu amistad- confesó Discord mientras acariciaba la cabeza de la pegaso.
Fluttershy lo abrazó con una sonrisa y el draconecus también sonrió. Ambos se quedaron así, abrazados el uno al otro por un largo momento que ninguno quería que fue hasta que Discord apartó la vista de la pegaso que vio a una alicornio posada en la puerta: era Celestia, quien los veía con una sonrisa triste. Al percatarse que Discord la había visto simplemente se fue.
El draconecus se separó del abrazo y camino hacia la salida.
–Discord, ¿Pasa algo?- preguntó Fluttershy extrañada.
–Yo, em...tengo que ver algo. No tardo- dijo mientras salía del salón.
En cuanto salió, vio que Celestia estaba caminando al final del pasillo así que se teletransportó delante de ella.
–Vaya, no pensé que espiar fuera uno de tus dotes- dijo con una sonrisa ladina.
–Solo quería ver que todo fuera bien- dijo Celestia con calma– Me alegro que lo hayan resuelto.
Celestia sonreía pero su mirada era triste. En su mente pensaba que ahora que las cosas se habían aclarado, él y Fluttershy volverían a pasar tiempo juntos y los momentos que ella había pasado con el draconecus pasarían a ser parte del pasado. Ella había vivido esa situación muchas veces.
–Supongo que irás a Poniville con ellas, si es así puedo...
–¿Irme a Poniville?¿Y dejarte aquí sola? Ja, no lo creo- interrumpió Discord – No creas que será tan fácil que te libres de mi.
Celestia miro a Discord con sorpresa, él le sonrió y puso una garra en su hombro
–Además, aún me debo vengar por esta pequeña jugada tuya, Cely- dijo amenazadoramente Discord.
–¿Cely?- preguntó con una sonrisa Celestia.
Discord se tapó la boca apenado, no se había dado cuenta que había dicho ese apodo en voz alta.
–¡No dije nada! No dije absolutamente nada, escuchaste mal- dijo apresuradamente el draconecus.
Celestia soltó una pequeña risa, la verdad es que "Cely" no se oía nada mal.
–Como tú digas Disc- dijo la alicornio sonriente mientras comenzaba a caminar.
Discord se sorprendió al escuchar aquel apodo, por alguna razón que el desconocía sonrió mientras veía caminar a Celestia.
–Mas te vale que te prepares, por qué mi venganza será muy buena- grito Discord a manera de despedida.
–Ya veremos quién gana- respondió Celestia antes de irse por otro pasillo.
Ambos sonreían felices.
Bosque Everfree/ antiguo castillo de las 2 hermanas
Twilight se encontraba caminando por los pasillos, en este último año había explorado casi todos los rincones y descubierto varios pasadisos secretos, entre ellos uno que llevaba a lo que parecía ser un salón escondido.
Al ingresar a aquel salón lo primero que noto fue la enorme pintura de la familia real, en ella una joven Celestia posaba junto a la pequeña Luna y atrás de ellos se encontraban sus padres. Twilight puso su casco en aquel retrato familiar, las princesas ya le habían contado un poco de sus padres: Ella era la reina Aurora y su padre el rey Galaxy Star. Ambos descendían de familias nobles siendo la familia de su padre la gobernante de Equestria en ese entonces.
Twilight nunca les pregunto cómo murieron, la verdad es que nunca preguntó nada respecto a ello puesto que cuando hablaban de ello las princesas tenían una mirada triste y Twilight odiaba verlas asi.
"–Nuestros padres eran los reyes más justos y amorosos que puedas imaginar"- le dijo Celestia un día.
"–Ahora que lo pienso, tus ojos se parecen mucho a los de mamá, pequeña Twilight- le comentó luna un día.
"–No es necesario que me cuenten más princesas, lo importante es el ahora"- dijo inocentemente Twilight mientras las abrazaba aquel día tan lejano.
En el presente, la alicornio lavanda recordaba aquella plática mientras acariciaba con cuidado el retrato de la familia real, era la primera vez que veía a los antiguos reyes de Equestria.
–Quisiera haberlos conocido...-murmuró la joven alicornio mientras veía fijamente la pintura.
En eso un viento sopló, haciendo que de una repisa cayera un libro. Twilight lo levito hacia ella y lo sacudió del polvo, dejando ver así su título.
"Magia"
Era algo burdo, un título demasiado sencillo y sin importancia aparente, la princesa decidió hojearlo y cuál fue su sorpresa percatarse de que los hechizos eran cuanto menos interesantes.
El que más captó la atención de la joven yegua fue uno que le permitía enviar mensajes oníricos a un remitente, básicamente entrar a su mente por medio de magia para comunicarse con ese pony. En el escrito detallaba que para que funcione correctamente el remitente y destinatario deben tener un vínculo afectivo, cuanto más fuerte mejor dado que básicamente conectarían sus almas por un corto tiempo.
–Parece complicado...pero si pudiera efectuarlo bien, tal vez me podría comunicar con mi hermano, o con las princesas. Inclusive podría saber cómo está Pinkie- dijo para sí misma mientras repasaba una y otra vez el hechizo.
Fue en eso cuando una nota cayó de las páginas del libro. Twilight la tomo entre sus cascos y al leerla palideció.
"Queridas Celestia y Luna: Espero que Starswild apruebe estos hechizos, los hice con empeño para nosotros. De cualquier manera le saque está copia para que los vean antes que nadie"
Atte: visconde Sombra
Aquella nota...estaba firmada por Sombra,No podía ser el mismo, tal vez se trataba de otro pony con el mismo nombre ¿Verdad?.Celestia jamás le había contado de un Visconde de nombre Sombra, mucho menos que conocía a Sombra desde antes. De cualquier manera Twilight se negaba a creer que fueran el mismo pony.
–Me duele la cabeza- dijo para sí misma, la alicornio dudo por un momento dejar el libro tal dónde lo encontró, pero finalmente se lo llevó consigo y salió de la habitación.
Antes de salir dió un último vistazo a la pintura, parecían una familia feliz.
Canterlot/atardecer.
El tren finalmente llegó a la estación, en ella había varios ponis esperando, impacientes por una explicación que no fue necesaria.
En cuanto el tren arrivo los ponis le rodearon, guardias que estaban presentes los tuvieron que disipar para que no hubiera riñas. Un guardia real se acercó a la cabina del chófer.
–Soy Matt, de la guardia real de Canterlot. Las princesas me pidieron venir junto a otros compañeros. ¿Nos podría explicar a qué se debe el retraso de este tren?Los mercaderes esperaban por sus mercancías- hablo el pegaso.
–Bueno, pues tendrán que esperar más por qué no traigo mercancía- dijo el pony sonriente.
Matt lo miro con una ceja alzada.
–traigo algo mucho mejor- afirmó el pony y sonó la campana del tren indicando que habían llegado.
Las puertas del tren se abrieron, todos los ponis que esperaban en la estación se quedaron boquiabiertos al ver bajar de los vagones a un pequeño grupo de ponis de cristal, enfrente de todos aquellos se encontraba un unicornio blanco de crines azules que apesar de tener una pierna herida sonreía.
–¿¡Capitán Armor?!- exclamó Matt al verlo.
El susodicho volteo a verlo con una mirada feliz.
–Hola Matt, ¿Cómo va todo por aquí cadete?.
En el castillo real, todos estaban reunidos en el comedor acabando de almorzar cuando Burstlight entró corriendo.
–Princesas, han regresado- dijo con una sonrisa sin poder ocultar su alegría.
–¿Quienes?- preguntó la princesa Luna.
–No hay tiempo, por favor siganme.- dijo el guardia para posteriormente salir de la sala.
Celestia se paró y camino junto a todas.
–¿Quiénes regresaron?- preguntó Applejack.
–No lo se, no esperábamos a nadie que yo sepa.- contesto Discord.
–Debe referirse al tren, debemos ir a ver que todo esté en orden- dijo seriamente Celestia.– esto puede tardar, si gustan quédense aquí.
–De ninguna manera, iremos con ustedes- contesto Rarity.
–Además, si el tren ya está aquí ya podemos volver a Poniville- agregó Rainbow.
Cuando salieron del Castillo se sorprendieron cuando empezaron a escuchar aplausos y vitores, los ponis fuera del castillo parecían celebrar algo pero nadie sabía bien que era.
–Abran las puertas- ordenó Burstlight.
Ante esto, Celestia se tenso.
–¡De ninguna manera! Las puertas no se abrirán, retire esa orden cadete- dijo molesta mientras lo veía seriamente.
Sin embargo Burstlight negó con la cabeza indicando que no se retractaria.
Los guardias al principio no sabían que hacer, fue entonces que vieron hacia afuera de la puerta e inmediatamente empezaron a abrirla.
La gran puerta se abrió y los primeros en entrar fueron dos potrillos de cristal que entraron corriendo.
Las princesas los vieron con sorpresa.
–Ponis...¿De cristal?- murmuró Celestia.
Todos dirigieron su mirada a la entrada, topandose con la sorpresa de ver a un grupo de ponis de cristal parados, su aspecto era desaliñado sin duda se veían muy cansados pero eso no quitaba de sus caras las sonrisas de finalmente estar a salvó. Las yeguas y corceles lloraban de felicidad. Y en frente de aquel grupo se posaba el capitán con una amplia sonrisa.
–¿Shi-Shining? - murmuró Cadence mientras sus lágrimas empezaban a caer.
Shining Armor se quitó su casco e hizo una reverencia.
–Princesas, he traído a los ponis de cristal...y al corazón de cristal a salvo- dijo sin quitar su sonrisa.
Tom descubrió el bulto que traían en una carretilla mostrando un corazón de cristal que aun tenía un tenue brillo.
Shining dió unos pasos hacia adelante cuando se vio atrapado en un repentino y cálido abrazo. Cadence había corrido hacia su esposo con lágrimas en los ojos.
–Estas aquí...de-de verdad estás aqui- dijo entre sollozos.
Shining acarició suavemente la crin de su esposa y correspondió a aquel abrazo, a pesar de que le dolía su pata delantera eso no impidió que apretara fuertemente contra su pecho a Cadence, como si temiera que algo se la arrebatará de repente.
–Estoy en casa, cariño- susurro suavemente al oído de la alicornio.
Hubo un silencio, todos observaban el reencuentro de la pareja con una sonrisa, finalmente sus gobernantes volvían a estar juntos, todos se alegraban por ello, todos a excepción de Rho que sentía unos enormes celos. La pegaso esmeralda permanecía inmóvil entre los ponis de cristal con una mirada fría.
Para Shining y Cadence el tiempo parecía haberse congelado. Ambos se separaron lentamente y se vieron a los ojos. Shining sonrió y acarició con delicadeza la mejilla de la princesa, ella sonrió ante este acto y tomo la pezuña de su esposo, se acerco lentamente a su cara.
Ambos cerraron los ojos y se fundieron en un tierno beso mientras lágrimas llenas de amor, de preocupación y de inmensa dicha caían de los ojos de ambos. Sus cutiemarks brillaron por un fugaz momento.
Al separarse, el unicornio blanco limpio con gentileza las lágrimas de la cara de su esposa. Ambos sonreían sin dejarse de ver, tenían tantas cosas que decir, tantas ganas de estar juntos, este era un momento tan suyo.
–Sabes que no me gusta verte llorar Cady, ¿Me he perdido de mucho?- dijo Shining con una sonrisa ladina.
