Byron Arclight siempre iniciaba su día como cualquier otro. Despertaba con tranquilidad al percibir los primeros rayos del sol entrar por la ventana. Y procedía a sentarse en su mullida y por ahora gran cama. Pues al tener el cuerpo de un niño, la perspectiva de las cosas era simplemente, diferente.

Daba uno que otro bostezo al momento de removerse y estirarse, y después con suma paciencia bajaba de aquel lecho. Se colocaba unas lindas pantuflas blancas y una bata de color oscuro, para dirigirse a la puerta.

Al salir era que trataba de acomodar su cabello totalmente desordenado y enmarañado, consiguiéndolo con algunos tirones de más. Atándolo después a una sencilla trenza. Y dirigiéndose a la cocina era que terminaba por despertarse.

Algunos sirvientes de la mansión que se lo topaban solo le deseaban los buenos días y se apartaban para dejarlo pasar. Él con una sonrisa devolvía el saludo. Subiendo poco a poco su ánimo para iniciar otro día. Al llegar a la cocina era que se llegaba a encontrar con su hijo mayor, quien le tendía siempre una taza de café, con dos terrones de azúcar. Justo como a él le gustaba.

De ahí pasaba a sentarse delante de la barra de la cocina y tomando el periódico dejado ahí por los sirvientes, comenzaba a leer las distintas noticias que le informaba los hechos pasados recientemente. Yendo desde buenas noticias hasta las más amarillistas. Soltaba uno que otro comentario sarcástico aportando su propio punto de vista, mientras su hijo asentía y decía una que otra palabra, haciéndole saber que era escuchado.

Y una vez que terminaba su café y de leer un poco las noticias, era que seguía el desayuno. Y yendo junto a su hijo al comedor era que se encontraba con los otros dos faltantes. Los cuales siempre le saludaban con una alegría casi infinita. Y sentándose en su lugar asignado, era que esperaba al desayuno.

Sí. Así eran de tranquilas sus mañanas. Su itinerario venía después. Siempre procuraba estar con su familia. Atender algunas de sus dudas e inconvenientes. Y sentirse satisfecho de ser de ayuda. Él era sin duda ahora un padre feliz. Uno en el cuerpo de un niño... Pero eso no importaba. Pues su familia lo valía.

Y como en toda rutina. Presto atención a su hijo menor. Ese lindo pelirosa que era todo un bello chico en crecimiento. Con un gran futuro en sus manos. Lejos de idiotas y desastres. Inteligente y con buenos modales. Sin duda un hijo ejemplar. Podía presumirlo a sus colegas. Y estaría orgulloso de ello. Así que mirándolo con cariño y paciencia. Hablo.

-Veo que te has alistado antes de tiempo. ¿Puedo saber tus planes para el día de hoy?-Cuestiono sirviéndose una nueva taza con café. El menor le miro ligeramente nervioso. Pateando un poco la maleta oculta a los pies de su silla.

-Pues... Veras padre. Sí tengo algunos planes...-Menciono desviando su mirada al panqueque en su plato.

Sus hermanos continuaron desayunando esta vez colocando su atención al menor. El cual parecía un manojo de nervios. V se preguntaba que era lo que le pasaba, mientras IV solo le miraba expectante. ¿Por qué sentía que ocultaba algo?

-Eso es bueno. ¿Y que es lo que planeas?-Volvió a cuestionar aquel hombre en cuerpo de niño. Mirando con una sonrisa a su hijo. Ignorando la bomba que estaba por explotar.

-Am... Pues-Miro en direcciones distintas para tratar de que aquello no sonara tan... Rebelde de su parte. Pues aun podía escuchar a Astral diciéndole en la mañana que lo transportaría a su Mundo para unas bonitas vacaciones pagadas...

Flash Back

III como en todas las mañanas, siempre trataba de estar mucho más tiempo en cama. Antes de levantarse a seguir con sus responsabilidades. Así que envolviéndose en las sabanas trato de cubrirse del molesto sol que insistía en molestarlo. Y apenas volviendo a entrar a un sueño profundo. Le escucho.

- III... III ¿Me escuchas?...- Entre su somnolencia pudo distinguir perfectamente esa voz. La cual logro hacerlo levantar de la cama, mirando a sus lados claramente alterado. Tapándose la cabeza con la sabana.

-...¿Astral?... ¿Astral eres tú?

- Sí... Soy yo III, lamento haberte despertado...

-Oh...-Menciono bajito. Sentándose más cómodamente en su cama. Mirando a los lados. Tratando de ubicar aquel ser que ahora le hablaba de quién sabe donde.

Astral mirándolo a través de una esfera que proyectaba al pelirosa, notando como es que le buscaba. Rio levemente divertido. Más aclarándola situación explicó.

- No estoy en tu habitación III... Es más una llamada a través de tu subconsciente que transmite a tu mente consciente mis palabras. En resumen, te hablo desde mi mundo. El Mundo Astral...-El menor entonces detuvo su búsqueda para sentarse ahora en la orilla de la cama. Aun cubriéndose con las sabanas blancas. Más sonriendo levemente. Asintió.

-Entiendo... Jajaja es un poco extraño. Pero supongo que ya debo estar acostumbrado a eso...¿A que debo tu llamada Astral? ¿Pasa algo malo?- El mayor sonriendo como si lo tuviese en frente, negó.

- No. No. No es nada malo. De hecho te hablo para pedir un gran favor...

-¿Un favor?

- Sí... Me gustaría que vinieses a mi Mundo...

-¿El Mundo Astral?-Cuestiono el menor emocionándose de repente. Sonriendo con alegría tan solo al imaginarse viajando a aquel mítico mundo al que solo Yuma lograba tener acceso.

- Así es. Habrán algunos eventos importantes y nos gustaría que estuvieras aquí para presenciarlo... ¿Te interesa?

-¡Por supuesto que sí! ¡Nada me alegraría mas que ir a ayudarlos! ¿Cómo es que procederemos?

- Me alegra que hayas aceptado. Bueno el procedimiento será sencillo. Serás teletransportado al reloj marcar el medio día. Lo único que debes hacer es estar solo en tu habitación. Puedes traer un poco de ropa contigo si gustas. Aunque aquí se te proporcionara lo que necesites y requieras...

-¡Entiendo! Sera una Teletransportación sencilla. Solo seré yo con mis ropas habituales y listo. ¿Cierto?- Cuestiono al mayor mientras arrastraba las sabanas consigo hasta su armario. El cual abrió de manera entusiasta.

- Sí. Técnicamente. Y a resumidas cuentas...

-¡Comprendo! Tratare de dejar todo listo por acá. ¡Gracias por la invitación Astral!-Menciono alegremente mientras comenzaba a sacar conjuntos de ropa mientras negaba y asentía.

- Para nada... Gracias a ti III por aceptar. Nos gustaría a Yuma y a mi hablar también un par de cosas importantes contigo...

-¡Por supuesto! ¡En ese caso por favor no duden en contar conmigo!

- Entendido... Te llamaré de nuevo cuando sea el momento...

-Sí...

Y con aquella afirmación del menor. La llamada termino. III entonces comenzó a sacar toda la ropa de su armario y cajones. Eligiendo con exigencia cada prenda que usaría en un Mundo totalmente nuevo. Se mantuvo así hasta que uno de los sirvientes llamo a su puerta, de esta manera avisándole que el desayuno se acercaba.

El solo asintió y cambiándose rápidamente fue que debajo de su cama saco una caja de madera oscura. Abriéndola y revisando lo que guardaba ahí, fue que quito la espada corta (obsequió de su padre), que estaba encima de su maleta, y con cuidado saco aquel objeto. Sonrió una vez que volvió a guardar aquella caja. Y acomodándola sobre la cama, acerco los conjuntos elegidos.

¡Era tan emocionante ir a otro mundo! Suponía que había algo en ese asunto. Pero le resto importancia. Hablaba de sus amigos así que nada malo sucedería. Y si pasaba, él era lo suficientemente fuerte y ágil para defenderse y defender a otros. Por último dando el visto bueno a todo lo que necesitaría, guardándolo en la maleta, fue que sonrió. Satisfecho por un buen trabajo, y revisando el reloj noto que no habría demasiado tiempo para el desayuno.

Pues ya era tarde. Al menos las once de la mañana. Había olvidado que era sábado. Así que dudando en como moverse, fue que al final decidió tomar la maleta consigo. Y salir al comedor, antes de que sus hermanos y padre llegarán. Después de todo aun faltaba decirles sobre aquel viaje.

End Flash Back

Las manos de III comenzaron a sudar levemente, pues los nervios estaban venciéndolo. Más con un par de respiraciones fue que encaro a su padre.

-Planeo ir al Mundo Astral...

Esas palabras bastaron para que la familia le mirara de manera extraña. Como si le hubiese nacido una cabeza o un brazo extra. Parando toda acción que los presentes hacian. El silencio entonces inundo el lugar, mientras un pedazo de panqueque caía del tenedor de su hermano mayor. III se sintió nervioso. Muy nervioso. Pues su padre aún tenia ciertos conflictos con el tema de los mundos. Eso aumentado a su castigo por haber escapado hace al menos una semana. Pensándolo bien mejor hubiese dejado una nota en el buro de su cuarto como despedida hasta que la invitación de Astral terminara y él pudiese regresar a casa. Más pasados unos minutos fue que el patriarca hablo.

-¿Qué?...

-...-Michael suspiró y volvió a hablar- Me iré al Mundo Astral padre. Ese es mi plan... ¡Claro! ¡Prometo llegar pronto! Y quizá traer algunos presentes... -El chantaje material salió a la luz.

Los otros dos hombres le seguían mirando con cautela. Expectantes ante lo que fuese a pasar. Pues de alguna manera un escalofrío les recorrió su espalda al voltear a ver a su padre. El cual parecía emanar un aura oscura y densa.

-¡De ninguna manera te iras Michael Arclight! ¡Aún tienes una pena que cumplir aquí antes de eso! ¡¿Cómo se te ocurre irte en un momento así?!- Cuestiono con claro enfado aquel patriarca. Mirando a su hijo de manera molesta.

-...-III palideció por un momento. Y sacando una de sus cartas para que su padre accediera fue que dijo con rapidez, colocando sus brazos como escudo- ¡Astral mismo me invito! ¡No podemos faltarle el respeto de esa manera al Rey de otro mundo!

...¡¿Qué?!... Se preguntaba la familia. ¿Rey de otro mundo? Que ellos supieran solo era un protector. No un monarca. Un Rey. Byron después de la leve confusión miro de nuevo a su hijo. Levemente enojado.

-¿No has pensado en una excusa mejor?

-¡Es la verdad! ¡Astral paso a ser el Rey del Mundo Astral hace no mucho! ¡Tendrá como al menos dos años! ¡Así que papá por favor! ¡No podemos rechazarlo ahora!...

Y eso basto para que su padre y hermanos le miraran ya no molestos o enojados. Sino más bien. Confusos y curiosos.

-¿Astral es un Rey?-Cuestiono IV, con clara curiosidad.

-Sí. Sí. En efecto. El mismo lo ha dicho y lo ha demostrado...-Menciono III apenas relajándose. Sin embargo sin bajar sus brazos. Estos seguían siendo su escudo.

-Vaya... Eso es. Curioso sin duda. Fascinante si lo pensamos...-Dijo V mientras una de sus manos iba a su mentón, tomando una ligera pose pensativa- El protector del Mundo Astral. Así como su espada, ahora se ha colocado como el regente del mismo... Una buena paga si me lo preguntan... Pero también una pesada. ¿No acaso había antes alguien más?...

-¿He?... Oh. No lo sé hermano... ¡Puedo preguntarle!-Hablo más entusiasta el menor.

-Entonces el origen de las cartas número ahora es Rey...-Susurro el patriarca. Mientras analizaba la nueva situación planteada- ¿Entonces eso quiere decir que tiene alguien a su lado ayudándolo no? Digo. Un Rey funciona bien, pero por ley o por costumbre debe haber una Reina ¿no?... ¿Quien esta a su lado gobernando?-Cuestiono al menor, mientras su lado curioso y científico salía a relucir. III sonrió con ligero triunfo ante esto. Él guardaría el secreto de ambos jóvenes, más también era su boleto de salida.

-...Pues por alguna poderosa razón... Quien le acompaña siempre a su lado es Yuma... Yuma es la Reina que rige también el Mundo Astral...

Un nuevo ... ¡¿Qué?!... Resurgió en la familia Arclight. ¿Cómo era posible? ¿Eso se permitía? ¿No se supone que sus leyes eran estrictas? ¿O es acaso por qué él fue el salvador de ese mundo que se le permitió tal posición? Tantas posibilidades. Tan pocas respuestas. Pero, oh esperen. ¿Eso quiere decir que ambos jóvenes milagrosos estaban en una relación mucho más íntima?... ¡Oh por Dios! Entonces eso era casi una alianza entre la Tierra y el Mundo Astral. ¿Qué tanto sabía el menor que aun no les contaba?

-Michael... Lo que dices es... Interesante...-Menciono entrecortado aquel patriarca mientras veía ahora con ligera impresión a su hijo menor. El cual ya comenzaba a tomar su maleta con discreción.

-Sí. Sí lo es. ¡Por eso debes dejarme ir papá! ¿No has escuchado que si amas algo debes dejarlo ir? En mi caso es al Mundo Astral. Piénsalo por el lado positivo. Puedo traer mucho más conocimiento de ese Mundo que tanto investigaste. Solo imagínalo. Puedes hacer avances en muchas áreas en donde te destacas más... ¿No es cierto hermano mayor?-Cuestiono mirando ahora a su hermano. Quien se vio ligeramente sobresaltado. Pues su padre miro en su dirección.

-Bueno... Supongo tienes un poco de razón en ello-Menciono vagamente a lo que aquel padre solo arqueo sus cejas.

-¿Ves papá? Incluso mi hermano mayor es consiente de los beneficios de dejarme ir...-Dijo el pelirosa, levantándose poco a poco. Escondiendo aquella maleta en su espalda. La cual fue vista por todos.

-...Comprendo la importancia de conocer un nuevo Mundo. Sobre todo una invitación de ese calibre. Pero mírame a los ojos cuando te sigo esto...-Menciono el patriarca mientras miraba de manera decidida a su hijo menor- ¡No iras! Tengo un mal presentimiento en esto...

-¡Ah! ¡Pero papá! No puedes hacerme esto... ¿Acaso no confías en mí?-El chantaje emocional salió. A lo que su padre solo rodo sus ojos en señal de fastidio.

-No es no Michael... Además... Prefiero que estés aquí. Lejos de Mundos y esas cosas...

-¿Eh?... No-Se quejo con un lindo puchero el menor- Eso no es justo. Solo imagina que cosas buenas puedo aprender...

-No. Michael...-Menciono aquel patriarca dando por terminada aquella conversación. Mientras un pedazo de panqueque era llevado a su boca. III entonces recurrió a una de sus otras cartas. Y soltándolo fue que paso a estar en una pose triste.

-Esta bien... ¿Sabes? Vector no estará ahí. De hecho tiene el paso prohibido al Mundo Astral... Así que técnicamente solo estaré con Yuma y Astral durante mi estadía... Es una lastima... Pude aprender tanto...-Dijo sacando un pañuelo de quien sabe donde mientras limpiaba sus lágrimas claramente falsas.

Y eso pareció ser lo que su padre necesitaba oír para sonreír. Ver a su hijo insistirle en algo no era para nada común. Y sin embargo aquí estaba. Rogando por salir... Rio levemente. Y ahora viendo que su hijo podría estar mucho más lejos de ese psicópata. Entonces asintió. En acuerdo.

-Esta bien... Puedes irte...

Michael sonrió con triunfo antes de alejarse de aquella mesa. Pues ya escuchaba la voz de su amigo etéreo en su cabeza. Y apenas despidiéndose de su padre y hermanos, soltó un "Nos vemos pronto" antes de desaparecer entre una luz destellante. Lo cual solo dejo estelas atrás. Extrañando a los presentes.

-Ja... Estaba entusiasmado ¿no?-Menciono IV mientras devoraba otro pedazo de panqueque robado del plato del menor. Su padre solo le miro de manera severa- Solo decía...

V por otro lado solo negó con su cabeza. Dando un suspiro. Su hermano cuando se proponía algo, lo conseguía... De una forma u otra. Aunque él también tenía un presentimiento... Uno que no le agradaba. ¿Por qué se imaginaba a un sonriente Vector?

-.-.-.-

Lo siguiente que vio III después de una luz segadora fue un lugar magnífico. Un sueño para millones de científicos. Pues ahora mismo el estaba dentro de alguna especie de contenedor circular, el cual apenas dejaba de funcionar, pues podía intuirlo ya que algunas luces en techo del mismo comenzaban a apagarse.

Sonrió una vez vio a su lado. Pues un sorprendido Kaito estaba ahí. Al igual que él, junto a un lindo Haruto. Eso sin duda le arranco una ligera risa. Eso era nuevo. Sin duda algo que contar.

-Me alegra que hayan llegado a salvo... Me gustaría darles un recorrido por el lugar, III, Kaito...-Ambos jóvenes recién llegados miraron al frente al escuchar esa voz cantarina y tan importante para ellos dos. Encontrándose con un Yuma sonriente, envuelto en blanco y joyas. Una sutil corona adornaba su cabeza.

-¡Yuma!-Menciono Haruto al verle.

-¡Hola, bienvenidos al Mundo Astral!-Menciono otra voz bastante conocida para ellos. Astral mostrándose apenas con una bata blanca encima de sus ropas de soberano. Dándole una aire más intelectual. Una corona a juego con la de Yuma se veía sobre su cabeza. Con ello dejando muy en claro su posición en todo aquello.

-Astral...-Murmuro el pelirosa. Asombrándose de ver a ambos amigos. Casi en un mundo de fantasía. Pues al girar un poco su mirada pudo distinguir con claridad a más seres Astrales. Los cuales no dudaron en sonreírle.

-Me alegra ya estén aquí. ¡Vamos, Vamos! ¡Muero por hablar con ustedes!-Menciono Yuma acercándose a aquellos contenedores. Los cuales se abrieron al acercarse. Y tendiendo una mano a cada uno de sus amigos, fue que los hizo poner un pie fuera de esas capsulas. Dando por oficial su llegada.

III al verse fuera junto con Kaito comenzó a curiosear mirando a todos lados. Al igual que Haruto quien no dudo en bajar de los brazos de su hermano. Astral rio por la reacción de ambos jóvenes, mientras se acercaba a Kaito. Saludándolo tendiéndole una mano. El otro al verlo, le imitó soltando a Yuma para ahora saludarlo a él.

-Me alegra estar aquí... Es... Muy distinto a como lo imaginé...-Menciono el cazador dando un buen vistazo del lugar.

-Jajaja no dudo eso. Me alegra hayan podido venir los tres-Menciono ahora prestando atención a sus demas invitados. Alejándose un poco para acercarse a su amado. Quien les sonreía radiante.

-¡Es emocionante! ¿Astral alguna vez imaginaste que nuestros amigos llegaran aquí?-Cuestiono Yuma, mientras le sonreía con felicidad.

-La verdad no. Pero me alegra que esto haya sucedido. Eso solo nos acercará a la paz que tanto ansiamos... Mientras más buenas personas lleguen, mucho mejor para nosotros...-Dijo el mayor. Mirando a sus amigos. Los cuales no dudaron en sonreírle ante sus palabras.

-¡Vamos quiero conocer este Mundo tan increíble!-Exclamo con alegría el más pequeño del grupo, acercándose a Yuma, tomándolo de la mano. Jalándolo a donde él podía distinguir una puerta.

Yuma asintió. Mientras se dejaba llevar por el infante, mientras los demás le observaban con aprobación. Fue entonces que comenzaron a seguirlos. Contentos de estar ahí.

Parecía que una aventura estaba por comenzar para los invitados.