Había pasado dos semanas desde la visita de Jake a la empresa Fabray, y la cena prometida tenia fecha. Se celebraría el fin de semana.

Las chicas estaban nerviosas, sería la primera cena formal que tendrían como familia, y Rachel temía que su padre hiciera o dijera algo que echará a perder la velada, pero su esposa le dijo que tenía que confiar en su padre.

El jueves por la mañana, y Santana se escondía de "la furia" de su amiga en el baño. Desde la noche anterior cualquier cosita molestaba de sobremanera a la ojiverde y bueno, los comentarios de la latina tampoco ayudaban a relajar el ambiente.

Temerosa la latina salió del baño, antes de poner un pie en la cocina escucho el reclamo de su amiga

-¡Joder Santana! Te dije que no te terminarás la leche- dijo molesta moviendo el envase para comprobar que no había más liquido en el

-Pero yo ni siquiera tomo leche Fabray, deberías invitar a cierta morena para que te haga el favor de bajarte ese mal humor que expides hasta por respirar –

-No necesito ningún favor, y no estaría de mal humor sino te hubieras tomado MI LECHE –

Santana negó cerrando los ojos, necesitaría mucha paciencia para soportar los 7 meses que faltaban para que naciera el bebé

-Vale, ya tengo que ir al trabajo…si quieres paso por la tienda y te traigo la leche – dijo paciente

-No es necesario, ya desayuné – dijo caminando a su habitación

Santana no podía creerlo, miro hacia arriba pidiendo mucha paciencia.

Más tarde en la oficina, Rachel terminaba una junta con Tom y algunos clientes, en todo el día no había podido ver a la ojiverde, por lo que se escapó para ir a su oficina.

En ella encontró a Quinn mirando atenta la pantalla

-Hola, no había tenido oportunidad de venir a verte – dijo con una sonrisa

-Hola, te busque en tu oficina y no había nadie – dijo seca, era su modo de reclamar sin reclamar

-Me la he pasado en juntas, y hasta ahora pude escaparte para verte, ¿quieres salir a cenar? – propuso

-No, tengo reunión con mis amigas – dijo sin verla – Por cierto, mañana tenemos cita con la doctora por la tarde –

-¿Mañana? ¿A qué hora? – pregunto preocupada

-A las 5, sólo tenía libre esa hora –

-Quinn, a esa hora tengo una junta con un cliente y tu papá…te lo dije –

-Se le olvido por completo, puedes decirle a mi papá que no puedes ir a la junta –

-Sabes que no puedo, la junta ya la teníamos programada desde hace una semana y no puedo decirle "Sr. Fabray no puedo asistir a la junta porque tenemos turno con la ginecóloga, porque va ser abuelo" – dijo mirándola serio

-¿Qué? – pregunto una voz

Rachel y Quinn miraron la Hannah que acababa de ingresar a la oficina

-Hannah, no digas nada, nadie sabe que estoy embarazada por favor – pidió Quinn levantándose para ir con ella

Hannah la miro y presto mayor atención en el vientre

-Claro, no diré nada – dijo confundida

-Entonces, ¿qué haremos con la cita? ¿Puedes llamar y cambiarla? – volvió al tema principal la morena

-No puedo, saldrá de viaje…sino puedes ir le puedo decir a Santana que me acompañe –

-Incluso te puedo acompañar yo, si quieres – dijo con una sonrisa Hannah

La sangre de Rachel comenzó a hervir, los celos se hacían presentes.

Antes de que pudieran decir más, Russell entro en la oficina

-Hola chicas, espero no interrumpir, pero Rach el cliente llego –

Rachel le dio una última mirada a la ojiverde y salió de la oficina.

El cliente era una empresa europea que le había costado bastante a Russell poder hacer negocios con ellos.

Por eso Tom y Rachel habían sido los elegidos para atenderlos.

Los chicos rubios altos y bastante atractivos junto a un señor mayor era la comitiva de la empresa.

Después de la presentación Russell propuso llevarlos a cenar, invito a su hija, pero esta declino porque ya tenía el compromiso con sus amigas, así que sólo fueron Russell, Tom y Rachel juntos a ellos.

Quinn y Hannah llegaron al departamento donde ya estaban Santana y Luna.

-Buenas, pensábamos que ya no iban a llegar – dijo Luna

-Fuimos por la cena y más cerveza – dijo Hannah mostrando las bolsas

Hannah saco las cervezas para entregarles una a cada quien, excepto a la ojiverde

-¿Te molesta si tomamos cerveza? – pregunto Luna, recordando que el olor no era muy grato para ella

-No, creo que ya pasé por la etapa donde me asqueada la cerveza –

-No me puedo creer que vayas a ser mamá – dijo Hannah mirando con una sonrisa a su amiga

-Créeme que yo tampoco -

-No sé cómo puedes decir eso, digo no es como que el embarazo te haya llegado de sorpresa, hiciste un tratamiento para eso – dijo Luna

-Lo sé Luna, pero siendo sincera no pensé que al primer intento quedaría, por eso dije que yo lo haría primero – dijo haciendo una mueca

-Joder Fabray, tenías un plan detrás de todo – dijo Santana analizándola

La ojiverde esquivo su mirada

-¿Eso es verdad? Habla – pregunto Luna interesada

-No era ningún plan, la doctora dijo que el porcentaje para quedar a la primera era muy bajo, y que, sino quedabas tenías que esperarte un tiempo para volver a intentarlo, así que por eso me ofrecí, pensé que no quedaría embarazada, y en vez de que yo esperara de nuevo para volver a intentarlo Rach podría comenzar con el tratamiento para quedar ella embarazada –

-Te salió muy mal tus estadísticas – dijo Luna, la ojiverde asintió

-Totalmente, quien debería de haber quedado embarazada a la primera era Rachel, yo sólo le daría tiempo para que iniciará su tratamiento -

Santana miro mal a su amiga

-No me malinterpreten estoy feliz, pero aún me cuesta algo de trabajo saber que hay alguien creciendo dentro de mí, eso es todo -

-Sino estabas preparada no tendrías que haberlo hecho, una de las ventajas que tenemos es que los hijos son totalmente planeados – aporto Hannah

-Creo que nadie está preparado para ser padres al 100%, y tanto tú como Rachel serán unas excelentes mamás – dijo Luna con una sonrisa

Y con eso cambiaron de tema.

En la cena, Rachel se encontraba ausente pensaba la forma de poder escaparse de la junta para ir a la cita, en el peor de los casos le hablaría a Santana para suplicarle si era necesario que acompañara a la ojiverde, haría de todo con tal de que no fuera con Hannah

-¿Te encuentras bien? – le pregunto Adrien, uno de los franceses

-Sí, lo siento…¿me decías algo? –

-Que si no sabes cómo puedo conseguir boletos para ver el NBA, quiero a ir a uno de los juegos – dijo emocionado

-Ahora lo buscamos, dame unos segundos…- comenzó a teclear en su teléfono – al parecer mañana tienen un juego a las 6, y hay boletos disponibles aún –

-¿Mañana a las 6? La junta es a las 5, no creo alcanzar – dijo un poco desanimado

-Oye- le dijo por lo bajo – Podemos proponer que la junta sea más temprano para que te dé tiempo de llegar al partido –

Russell dejo de prestar atención para mirar a su nuera en una actitud sospechosa

-Tienes razón, puedo hacer que la cambien, sólo que tú tienes que venir conmigo al partido – dijo con una sonrisa

-¿Yo? – el chico asintió – soy muy mala para ese deporte –

-Por favor – pidió el chico

-Vale, está bien – dijo derrotada

Viernes por la mañana, Quinn llegaba a la oficina con pésimo humor de nuevo se había peleado con Santana porque no le había compartido la última galleta de chocolate.

Y si, era momento de reconocer que estaba irreconocible, pequeñas cosas la sacaban de quicio y la pobre de la latina se llevaba el golpe, pero las hormonas la traían locas, por un lado, seguía el 99% del tiempo excitada y eso la ponía de muy mal humor, porque después de estar de nuevo con la morena sus juguetes no le hacían ni cosquillas, y no quería dar su mano a torcer.

Estaba en el pasillo cuando vio llegar a Rachel junto a un chico rubio platicando y riéndose de lo más normal del mundo.

-Cariño – su padre llego a su lado - ¿estás segura que Rachel es 100% gay? – pregunto mirándola también

-Si papá…eso creo –

Vieron cómo se fueron alejando entre risas Rachel y Adrien.

Cerca del medio día la morena ingreso a la oficina de Russell

-Hola, ¿te avisaron del cambio de hora de la junta? – pregunto la chica

-Sí, es en una hora – dijo mirando su celular

-Perfecto, ya está todo listo en la sala de juntas – dijo caminando a la puerta

-Rachel, ¿puedo preguntarte algo sin que te lo tomes a mal? – la morena asintió un poco nerviosa - ¿Qué fue de lo que hablaron ayer tú y Adrien? Los vi muy…entretenidos -

-Oohh, pensé que habíamos sido discretos- se rasco la cabeza nerviosa, Russell pensó lo peor – Quería ir a un partido de la NBA, el juego comienza a las 6, por eso cambiamos la hora de la junta, y quería que lo acompañará, pero le encontré una compañía mejor-

-¿Eso es todo? – pregunto más relajado

-Sí, no quería que sus compañeros supieran porque se tomarían mal que en vez de trabajar se fuera a ver un partido de basquetbol –

En la cafetería la ojiverde acompañaba a su amiga a comprar un café

-¿Viste los bombones franceses que llegaron? – pregunto su amiga

-Si, los vi…están…bien –

-¿Sólo bien? Dios, te volviste muy lesbiana – bromeo, vieron como entraba Adrien – sólo te diré que por él si me olvidaba de las mujeres – dijo escaneándolo

Vieron como Adrien con dos vasos en sus manos le entregaba uno a Rachel, que agradeció con una sonrisa

-Vaya…por primera vez envidio el trabajo de Rachel –

Rachel miraba toda la interacción, decidida camino hasta ellos dejando sola a Hannah

-Entonces no podrás ir – dijo el chico triste

-No, pero tengo a la compañera perfecta, se llama Luna, y te va a encantar – sonrio

Rachel vio llegar a Quinn, que no traía su mejor cara

-Hola Quinn, te presento a Adrien Robert, ella es la hija del Sr. Fabray – los presento

-Hola Quinn, encantado de conocerte -

-Lo mismo digo, disculpa que te la robe – dijo llevándose a la morena de ahí

Quinn caminaba decidida, por más que Rachel le pedía que parara y le explicará que estaba pasando, está la ignoraba.

Entraron a uno de los baños más alejados de la empresa. Le quito el vaso ante las protestas de su esposa

-Estaba nuevo – se quejo

Mirando como tiraba el contenido del vaso

-Si quieres otro, yo te lo compro – dijo decidida

-¿Me vas a decir que te traes? Fuiste grosera con Adrien – se cruzó de brazos para mirarla

Quinn la miro. Lo siguiente que hizo fue tomarla del rostro para besarla profundo, sin calentamiento previo.

Por el impulso Rachel camino hacia atrás entrando a uno de los cubículos del baño. La ojiverde se separó sólo para asegurar la puerta

-¿Qué haces? –

-Te estoy tomando la palabra – se mordió el labio – Te necesito –

La morena la miro y noto su mirada encendida, trago saliva

-¿Estas segura? –

-De lo único que estoy segura es que si no me tocas voy a estallar –

Rachel no necesito más. Quinn volvió a tomarla del rostro para besar. Las manos de la morena fueron directas a abrir el pantalón, coló una de sus manos y sintió su humedad. LA ojiverde soltó un leve gemido

-Trata de no hacer mucho ruido – susurro Rachel, la rubia asintió obediente

La mano de Rachel comenzó hacer movimientos circulares expandiendo la humedad, una vez que estuvo bien lubricado, le pidió que separara las piernas e introdujo dos dedos dentro de su esposa que le mordió el labio.

La boca de Rachel ahora se encontraba en su cuello. Las manos de la ojiverde le quitaron la camisa a su esposa, necesitaba sentirla, tocar su piel.

Unos movimientos más bastaron en que alcanzará el primer orgasmo, que logro silenciar en la boca de su esposa.

-Joder – suspiro la ojiverde tratando de recuperar su respiración

-Vale, tenemos 20 minutos – dijo Rachel mirando su reloj

Quinn la miro sin entender mucho bien, aún seguía recuperándose del orgasmo. Sin perder mucho tiempo, Rachel le bajo los pantalones a su esposa y se hinco frente a ella

-Necesito que pases tu pierna por mi hombro – le pidió

La ojiverde obedeció. Y cerro los ojos al sentir la lengua caliente de Rachel en ella. Entre más movía su lengua, los gemidos de su esposa aumentaban de volumen. Las manos de la morena se movieron a través de capas de ropa hasta llegar a sentir sus senos desnudos, que apretó suave.

-Joder…que bien se siente – susurro la rubia sacando una sonrisa a su esposa

No paso mucho tiempo para que volviera a estallar en su segundo orgasmo. Esta vez se tuvo que recargar en la pared porque sentía que sus piernas eran gelatina.

-Me hubiera gustado un tercer round, pero tengo junta con tu padre –

-No menciones a mi padre después de lo que hiciste – dijo con los ojos cerrados

-Te veo más tarde para ir a la cita juntas – Quinn abrió los ojos al escuchar a su esposa – Nos vemos – beso una de sus mejillas

La ojiverde la detuvo para besarla en los labios. Se separaron con una sonrisa.

La morena salió del cubículo, se arregló un poco y fue directa a la junta.

Faltaba poco para las 5, Quinn y Hannah estaban en el lobby de la empresa

-¿Estas segura que va a acompañarte? – pregunto su amiga

-Sí, estoy segura- dijo mirando su reloj un poco impaciente

A los segundos vieron a Adrien, Luna y Rachel salir del elevador. La morena se despidió de los chicos y camino directa a su esposa

-¿Estas lista? – pregunto

-¿Qué hace Luna con él? – pregunto la ojiverde, mirando a su amiga coquetear con el francés

-Irán a ver un juego de basquetbol, lo que hagan después no es mi responsabilidad, vamos se nos hace tarde-

Durante el camino Rachel le contó lo que tuvo que hacer para poder asistir a la junto, incluida la conversación que tuvo con Russell.

Llegaron con el tiempo justo a su cita, la doctora las recibió y pregunto cómo se había sentido la futura mamá.

Esta le dijo sobre sus cambios de humor y la excitación. La doctora les explico que una cosa llevaba a la otra, que si no atendía lo físico en su humor se vería reflejado. Así que les dio una recomendación " Si el cuerpo te lo pide, dáselo".

Quinn se acostó en la camilla, Rachel sujetada su mano, era la primera vez que escucharían el corazón de su bebé.

Cuando escucharon el bombeo, a ambas se le llenaron los ojos de lágrimas. A Quinn le "cayo el veinte" que aquel corazoncito que sonaba seria lo que más amaría en esta vida.

-Estoy segura que Santana llorará cuando escuche el corazón, moriría por ver su reacción– dijo la morena

-Espero que al escucharlo me perdone por todo el drama que he hecho – dijo apenada

-Ya tienes la solución para todo ese drama que emanas – dijo molestándola, recibió un golpe en su brazo

Caminaron en silencio hasta el auto. Rachel se acercó para abrirle la puerta, en un movimiento ágil Quinn dejo a la morena entre ella y el auto.

-Tú me debes algo y yo a ti – dijo rosando los labios de su esposa, mientras colaba su mano para tocar la intimidad de su esposa sobre la ropa interior

-Será mejor que le escribas un mensaje a Santana diciendo que no llegarás a casa esta noche –

La morena tomo su rostro y la beso hambrienta.

Gracias por leer y comentar, me ayuda a saber si les esta gustando la historia :D