Ben se despertó con la voz de Hux diciéndole que ya faltaba poco para llegar a Ilum.
- Si tengo que despertar escuchando tu horrible voz Hux voy a volver a mi hábito de no dormir.
- No te quejes Solo, tú me dijiste que te avisara.
- Está bien gracias.
- ¿Que pasa? - preguntó Rey con voz adormilada.
- Ya falta poco para llegar - respondió Ben abrazando a la chica que se retorcía junto a él peleando con las sábanas y rio al ver cómo pateó todo hasta quedar libre para envolverlo con las piernas.
- ¡Al fin! Exclamó ella sonriendo.
- ¿Que tal su sueño mi Lady?
- Exelente líder supremo, y más que usted durmió a mi lado, mucho mejor.
- Te deseo Rey - le dijo él besándola en en cuello.
- Y yo a ti Ben pero...
- Pero el bebé tiene hambre ya lo sé.
Antes de levantarse Rey se puso sobre él y lo besó con dulzura a lo cual él correspondió de igual manera.
Cómo siempre en los últimos días el estómago de Rey interrumpió el momento y ambos rieron antes de salir de la cama.
- Vamos mi Lady hay que alimentar al bebé.
- ¿Y yo? - preguntó Rey falsamente molesta.
- A la mamá también para que siga tan hermosa como hasta ahora.
Se ducharon juntos rápidamente pues el estómago de Rey protestaba de manera constante y mientras ella se ocupaba de su arreglo personal el pidió que les llevarán los alimentos.
Lejos de ellos en un planeta inhóspito una nave de aspecto siniestro esperaba la nave de la reina de Naboo que era atacada por unos caza recompensas que había contratado Vicrul.
- Todo está listo - dijo el Caballero cuando recibió una transmisión - la nave de la Reina entrará en la atmósfera en unos minutos y los caza recompensas a los que contraté ayudarán también.
- ¿Caza recompensas? No son muy confiables - dijo Cardo mientras se acomodaba un casco que después de tantos días de no usar el suyo le resultaba incómodo.
- Ya se que no son confiables - respondió Vicrul - pero son necesarios para que no nos relacionen con la primera orden.
- ¿Y si hablan?
- No lo harán Cardo, les mencioné de pasada que el líder supremo tiene un Rancor al que alimenta con aquellos que lo traicionan.
- Eso fue maquiavélico Vicrul - murmuró Trudy con una sonrisa maligna.
- Lo se.
- ¿Por cierto que planeta es éste? - preguntó la chica.
- Crait - respondió el Caballero distraído - aquí vienen.
Los tres se prepararon cuando vieron la nave real de Naboo entrar de manera abrupta a la atmósfera del planeta.
- ¿Lista Trudy? Ya sabes que hacer.
- Si Cardo yo me ocupo de la Reina y ustedes sacan a las chicas.
Se quedaron viendo como la nave descendía y chocaba con la superficie salada del planeta a unos metros de dónde ellos estaban.
- Bien aquí vamos - dijo Trudy preparando su blaster pues habían decidido no usar sus armas normales.
Rey se preparaba para la llegada al planeta donde iba a obtener su propio cristal de kyber y la verdad es que le daba mucha emoción.
Al fin tendría algo solo de ella, bueno Ben también era solo de ella pero no era un objeto él era mucho más valioso.
Sonrió cuando lo sintió cerca de ella, le había dicho que se pusiera ropa para clima frío ya que el lugar a donde iban era helado.
- ¿Estás lista? - le preguntó su esposo a su espalda.
- Ya casi solo necesito...
La chica volteó y no terminó la frase ya que frente a ella estaba la más hermosa capa que había visto en su vida.
No dijo nada solo extendió la mano y la tocó con la punta de los dedos, la tela era fina y suave y se veía muy abrigadora.
- ¡Ben es hermosa! - dijo ella con lágrimas en los ojos.
- ¿Y por qué lloras?
- Es que...nunca he tenido algo así y...
- Y yo quiero dártelo todo - le dijo mientras la envolvía en la suave capa y le ataba las cintas.
Le quedaba perfecta, Ben le acomodó el cabello y puso la capucha.
- Ahora si estás lista.
Ben la tomó de las mejillas y la besó con suma ternura.
- Gracias - dijo la chica en voz baja.
- Te amo tanto - Ben la abrazó y se quedaron así por un momento hasta que Hux volvió a interrumpir provocando un gruñido por parte de Ben y risitas por parte de Rey.
Fueron al hangar y cuado llegaron el pelirrojo ya estaba ahí.
- Ya está todo listo, envié una cuadrilla de Cazas a hacer un reconocimiento de rutina y al parecer todo está tranquilo ahí abajo.
- Que eficiente - murmuró Rey mientras caminaba para abordar la nave Lanzadera de mando.
- Bueno señora - respondió Hux - la última vez que estuvimos ahí hubo una explosión, no queremos sorpresas.
- ¿Entonces Ilum es...? - Rey se quedó pálida al caer en la cuenta de dónde estaban.
Ben la llevó rápidamente con el mientras le daba una mirada de reproche al pelirrojo que solo levantó los hombros.
- Rey mírame, no pienses en eso ya esta olvidado.
- Pero Ben ahí fue donde yo... - Él le puso un dedo en los labios para callarla.
- Ya te dije que me lo merecía, así que no te atormentes.
- El tiene razón señora - dijo el pelirrojo.
- ¡Hux!
- Es la verdad Solo, además como te dije todo está tranquilo ahí abajo.
- Gracias Hux.
- No me las des es extraño y estoy seguro que si a ella le pasa algo eres capaz de destruir la galaxia y a mi de paso.
- No lo molestes Hux - le recomendó Ap'lek que estaba tras él - no queremos perder la tranquilidad que hemos tenido hasta ahora.
- ¿Si están consientes de que estoy aquí y los escucho verdad? - les preguntó Ben a los dos hombres con el ceño fruncido provocando risas en Rey.
- No lo niegues Solo, pierdes la razón cuando ella está en peligro - el pelirrojo señaló a Rey que seguía riendo.
Ben lo ignoro y siguió caminando agradecido por qué al menos su esposa se había olvidado de lo que había pasado en el frío planeta, o eso era lo que él pensaba.
- Ap'lek, Ushar ustedes vienen con nosotros - ordenó Ben - Kuruk tú te quedas con Hux ambos están a cargo.
- Como ordenes maestro - respondió el Caballero - mi Lady que tenga suerte.
Rey le sonrió agradecida.
- Ah y no se olviden de contactar a Vicrul a ver cómo va todo con ellos - le pidió Ben ya en la rampa de la nave.
Hux y el Caballero asintieron y observaron como la nave despegaba.
- ¿Sabes? Me alegra que esa niña haya llegado a la vida de Solo - dijo el pelirrojo sorprendiendo al Caballero.
- ¡Vaya! ¿Así que te agrada la Emperatriz?
- Si dices algo lo negare rotundamente.
Kuruk hizo una señal de sellar sus labios y fue a complir con las órdenes de su maestro sin poder evitar reír.
La nave Lanzadera descendió cerca de la entrada de un antiguo templo Jedi que estaba casi oculta por la nieve acumulada y al bajar por la rampa Rey se arebujó más en su capa dándole a su esposo una sonrisa de agradecimiento.
- ¿Lista? - le preguntó él y ella asintió y lo tomó de la mano.
Rey suspiró y miró su entorno, no reconocía el lugar donde estaban y lo agradecía ya que no quería volver a ver el sitio donde había herido a Ben.
- No pienses en eso porfavor pequeña, ya pasó, está olvidado.
- Te amo - le dijo ella en voz baja.
- Lo se - respondió Ben al más puro estilo Solo con una sonrisa picara.
- ¿Vamos entonces? - Rey sonrió también.
- Si, vamos, ustedes quédense aquí y estén atentos - les dijo Ben a los Caballeros que los acompañaban.
- Si maestro - respondió Ushar.
- Mi Lady tome, por si le da hambre - Ap'lek le entregó a Rey una pequeña bolsa de tela que contenía un par de panecillos dulces y un recipiente con jugo de frutas.
Rey tomó la bolsa realmente sorprendida.
- Gracias... - no supo que más decir y sonrió apretando el obsequio en su pecho.
- Hay que alimentar al bebé - respondió el Caballero restándole importancia al detalle.
Ben estaba sorprendido y aunque el también había llevado unos bocadillos los había dejado en la nave, pero el que sus hombres tuvieran esa clase de detalles era muy extraño.
Al parecer Rey había llegado a su vida para cambiar muchas cosas no solo a él, buscó en los pensamientos de ambos caballeros y lo único que encontró fue un profundo afecto fraternal igual al que sentían por Trudy y le alegró saber que su esposa y su hijo estarían protegidos.
El también agradeció al Caballero y tomó a Rey de la mano para entrar al templo.
- Por nada del mundo te separes de mí - Ben tomó el sable de su abuelo y lo encendió para iluminar el camino.
Había muchos pasadizos y se detuvo un momento.
- ¿Que pasa? - preguntó Rey pegandose más a él.
- Cierra tus ojos y siente.
Rey no cuestionó e hizo lo que Ben le pedía al instante.
Sintió la energía que se movía dentro del templo y que parecía envolverla y también sintió algo más, un destello que parecía llamarla a lo lejos en uno de los pasadizos.
- Por ahí - le dijo a su esposo señalando en una dirección.
Se metieron al pasadizo que había señalando la chica y caminaron por unos minutos hasta que llegaron a una especie de bóveda que tenía las paredes cubiertas de algunos cristales de kyber, no eran muchos pero si los suficientes para llamar la atención.
- ¡Vaya! - exclamó Rey sorprendida.
Dió un vuelta inspeccionando el lugar y caminó a dónde estaba el cristal de kyber que parecía llamarla con su destello.
Ben observó como ella tocaba el cristal con los dedos y luego con cuidado lo sacaba de la roca donde estaba incrustado, un par de segundos después el cristal tomó un color amarillo brillante.
- ¿Ben que...? - la chica veía con asombro el cristal que un momento antes era de un color casi transparente.
- No estoy muy seguro de que fue lo que pasó pequeña pero escuche una historia hace años.
- ¿Y...? - Rey esperaba curiosa a qué Ben empezara con el relato.
- Bueno según esa historia los cristales de kyber no tienen color solo lo adquieren al entrar en contacto con el Jedi al que eligen.
- ¿Pero? ¿Por qué hay un pero en esa historia verdad?
- Bueno es que cuando yo encontré el mío era...
- ¿Ben de que color era el tuyo? - preguntó la chica al ver que el se quedaba en silencio.
- Azúl, el mío era azúl.
Rey se acercó a él y lo abrazó.
- Yo... me hice daño a mi y dañé al cristal.
- Ya no te atormentes tal vez podamos hacer algo para volverlo a ese color.
- No lo creo pequeña pero gracias.
- Ben si el cristal está conectado a su dueño y si este cambia es posible que también el cristal pueda cambiar.
- ¿Tu crees?
- ¡Claro que si! Buscaremos en los textos Jedi y si no encontramos nada le preguntamos a tu abuelo.
- ¿Me llamaban?
Rey se lamentó al escuchar tras ella la voz de Anakin Skywalker.
- ¡Ay no! Lo invoque.
- ¿Ya tienes tu cristal niña?
- Si maestro.
Rey extendió su mano con el cristal en la palma.
- Un color poco común, pero tú no eres una Jedi normal así que no es tan extraño.
- ¿Cómo que no soy una Jedi normal?
- Lo que Anakin quiere decir es que eres parte de la Diada y eso te hace especial.
El nuevo fantasma frente a ellos era transparente y mucho más anciano que el abuelo de Ben.
- ¿Obi-Wan que haces aquí? - preguntó Anakin molesto.
- Evito que atormentes a tu nieta.
- El no es mi abuelo - le respondió Rey al fantasma anciano.
- Simple semántica niña - dijo Obi-Wan Kenobi.
- No la estoy atormentando - Anakin vio con reproche a su antiguo maestro - y acuérdate que dijeron que me dejarían hacer esto solo.
- Solo vine a echar un vistazo no te sulfures.
Ben y Rey veían el extraño intercambio con sorpresa cuando ante ellos apareció el tercer fantasma de la fuerza, tal parecía que habían hecho un cita para reunirse todos en Ilum.
- ¡Genial! - exclamó Ben - por qué no hacemos una fiesta ya que al parecer están todos aquí.
- Ten más respeto niño - reprendió Anakin a su nieto - él es el maestro Yoda.
Ben y Rey observaron al extraño fantasma de color verde y este se acercó hasta quedar frente a ellos llamando con su mano el sable láser de Kylo Ren.
- Sanar tu cristal puedes joven Solo pero tener fe tu debes.
Y con esas extrañas palabras el fantasma desapareció y el sable volvió a la mano de Ben dejándolo con el corazón acelerado y lleno de esperanza.
