Ni Sailor Moon o sus personajes me pertenecen, todo es propiedad de Naoko Takeuchi. La historia se ha creado para entretener a quien la lee.
XLIX.
Los ojos de Haruka no dejaban de ver a su puerta francesa que daba al patio, allí estaba el pequeño jardín que Michiru había acondicionado para que la bebé pudiera tener un poco de la naturaleza en casa. El ruido de la cascada artificial la tenía atrapada en sus pensamientos, mientras que un par de ojos la observaban con tristeza y es que comenzaba a haberse arrepentido de ser ella quien le dijera en qué año se encontraban.
Además, tuvo que explicarle todo lo ocurrido en ese tiempo y la pobre mujer simplemente la miró unos segundos, pestañeó un par de veces para luego fijar sus ojos en el jardín. ¿Qué podía hacer? Nada, simplemente darle el espacio que necesitaba, sabía que esa manera de quedar en silencio era porque estaba intentando entender todo, luego para procesar todo y al final sentirse mal.
Ellos se sentían de esa manera desde que el día en que el plan de Haruka para capturar a Kunzite había fallado. Ambas estaban en silencio, pero al mismo tiempo no se sentía incómoda de esa situación, su cuerpo se movió solo para darle espacio a su amiga. Sus pies apuntaron a la salida de la habitación, tomó la perilla de la puerta y se dispuso a abrirla.
Rei pensó que lo mejor era preparar los medicamentos de Haruka, ya casi era la hora de que tomara las pastillas que le habían recetado. Sin embargo, no estaba segura de que la de cabellos cenizos deseara tomar los medicamentos y deseaba por el bien de todos que esa chica no se pusiera necia en querer terminar su vida para reunirse con Michiru y quizá Hotaru porque ahora dependía de ella dejarla vivir o no.
Haruka escuchó que la chica salía de la habitación, pero no cerró la puerta, estaba segura de que era su forma de estar al tano de que no cometiera una estupidez. Se negaba a creer que las cosas habían salido tan mal, después de todo, para la rubia simplemente habían pasado unos días de que el padre de Usagi había sido asesinado.
Suspiró… Mismo que fue prolongado y doloroso, cada que respiraba sentía mil puñales clavados en su pecho. Dirigió sus ojos a su cuerpo, notó que estaba usando uno de sus pijamas, una completamente negra. Cosa por demás graciosa, pues su alma se sentía así… Con ausencia de luz, como podría definir al color negro, como sentía que estaba su corazón, vacío.
Movió su mano izquierda porque en ella estaba el suero por el que le habían administrado otros medicamentos. La nariz le dolía, sobre todo la fosa derecha, seguramente le habían puesto una sonda para alimentarla todo ese tiempo. Con mucho cuidado movió su mano para comenzar a destaparse…
—Cuando te encontramos estabas herida del lado izquierdo Haruka. Estabas… Mal.
—¿No puedes decirme más sobre cómo me encontraron?
—Si tienes amnesia, quizá no sea lo mejor, lo recordarás a tu tiempo.
—Michiru y Hotaru ¿están bien?
—Hablaremos de eso después, sé que quieres saber todo, pero… En tu estado, lo mejor es que te digamos las cosas de a poco.
—Rei… Necesito saber, hoy o dentro de una semana no hará la diferencia si debo de sentirme mal o bien… Por favor.
—Los chicos me matarán al saber que te lo dije, pero opino lo mismo que tú. Solamente quiero que estés tranquila, a pesar de lo que te cuente, debes de permanecer tranquila ¿entiendes? Y no hablaré de ese día que te encontramos.
—Bien.
—Desapareciste… A los cuatro años de tu desaparición… Michiru tuvo un accidente, Hotaru estaba con ella y resultó lastimada.
—El accidente de auto, los carros y el autobús… En abril ¿cierto? Antes de los fuegos artificiales.
—¿Ya lo sabías?
—Por eso salvé a Michiru la primera vez, me dijeron que al salvarla no moriríamos. Luego debí aproximarme a ella, no quería porque parecía ser una mujer demasiado conflictiva, pero poco a poco me enamoré de ella. Supuse que en el camino podría corregir las cosas con respecto al accidente y veo que no pude hacerlo.
—Lo sé, tres meses después de tu desaparición Michiru recibió una carta.
—La que le escribí en el viaje, había un correo para que le llegara en el día y la fecha que yo indicaba. Lo hice al día siguiente de nuestra plática en la que me dijo que era fuerte y si bien, no dependía de mi para ser feliz, no quería decir que no me amara y se molestaba de que la dejara a un lado.
—Así es… Nos las dio para que la leyéramos. Le explicaste todo y eso le hizo pensar si de verdad valía la pena el que desaparecieras. Michiru te amaba, sin embargo, tu carta le hizo pensar que no era justo para ti, al final no estabas y ella sí. Todo por la culpa de su padre, él te alejó de una vida con Setsuna, Hotaru siempre estuvo en tu camino, de una u otra forma debías estar con ella. Pero la persona que te ayudaría a criarla era Set.
—¿Tú lo crees?
—Yo no entiendo mucho de estas cosas, pero creo que alterar lo que debía ser nos llevó a esto.
—¿Crees que lo mío con Michiru no debía ser?
—Pues…
—Yo pienso que nos hubiéramos conocido, al final del día las dos tomábamos el mismo tren… Nosotros pensamos que Mamoru lo hizo porque deseaba bajar a Michiru del tren, pero que pasa si yo hubiera seguido a mis padres y eso me llevara a la muerte. ¿Quién dice que no debió ser de esa forma?
—Pues porque Mamoru…
—Sabemos lo que él nos quiso contar y yo recuerdo lo que fue de mi vida cuando viajo al pasado. ¿Y si me salvó, pero me llevó a Setsuna al principio? Luego al saber como separarnos me encaminó a Michiru, pero las cosas se volvieron a complicar y entonces se dio cuenta de que no bastaba con que yo salvara a su hija, sino que debía de quedarme con ella.
—Bueno Haruka, eso…
—Exacto, es difícil de saber, pero lo único de lo que estoy segura es de lo que siento y eso es amor por Michiru. Si ella llegó a pensar en que era mejor alejarme para mantenerme viva, entonces, no supo que me mataría desde el momento en el que pensó en renunciar a nuestro amor.
—¿La puedes culpar? Michiru deseaba salvarte, tú hiciste todo por no separarte de ellas y… Bueno, sabemos lo que resultó.
—No… No puedo molestarme con ella.
—Hotaru ya había nacido cuando recibió un correo de ella misma, no fue uno, fueron varios y en ellos encontró un poco de fuerza para salir adelante porque se decía que estaban cerca de resolver todo. Los mails cambiaron tiempo después a ser escritos para ti, te pedía que regresaras pronto porque…
Haruka suspiró, recordar las palabras de Rei le hicieron tomar fuerza para dejar de tener miedo y ver la herida que ellos decían que tenía. No había pasado mucho tiempo de esa plática, pero la abrumaba como hace cinco minutos.
Apretó la playera de su pijama, estaba tomando el coraje de verse… Pero al mismo tiempo no podía hacerlo pues tenía miedo de reconocer que esta era la realidad y no un sueño.
—Pero necesito regresar… Michiru te dije que Hotaru, tú y yo iríamos a ver los fuegos artificiales de ese abril de 2026.
Se levantó un poco para poder alzar la playera, pero ese esfuerzo la lastimaba demasiado, se dejó caer de nuevo al colchón. Y regresó la mirada al jardín que ya en ese instante era bañado por una hermosa luz naranja que aparecía gracias al atardecer.
Ese encuentro en el que Michiru le reclamaba el haberla abandonado, luego la misma petición de regresar para impedir su relación porque no quería saber de ella. Todo eso era un intento de la fotógrafa para rescatarla y no porque la odiara, no porque realmente pensara que era una porquería de ser que la había abandonado.
—¡Rei! — gritó.
La chica al escuchar el llamado corrió al encuentro con Haruka, que no abandonaba su postura de ver al jardín. La chica de ojos purpuras se alegró de no verla molesta o enfurecida, pero había algo en su mirada que no podía descifrar.
—¿Necesitas algo?
—Quiero que Seiya venga, por favor.
—Claro me comunicaré con él.
—Gracias.
—En unos momentos te traeré tus medicamentos.
Haruka resopló, cosa que no le auguraba nada bueno a la pobre modelo, estaba esperando el berrinche de la esposa de su amiga. Ahora ella estaba comenzando a pensar las palabras que saldrían de su boca para intentar convencerla de que lo mejor que podía hacer era recuperarse para rescatar a Michiru y a Hotaru.
Hasta el momento Makoto, Seiya y Usagi pensaban que Haruka no podía regresar o viajar en el tiempo. Pero ella no estaba segura de que eso fuera verdad, quizá su cuerpo no estaba del todo recuperado de la lesión que Kunzite le había causado y por eso no podía viajar en ese momento, pero una vez que Haruka estuviera al 100 podrían salvar a todos… Hizo una mueca, quizá no a todos, podrían dejar pasar a Chiba y luego se reprendió sola por estar pensando en cosas tan malas como desear la muerte del padre de su amiga.
—No sólo traigas el medicamento, dame de comer por favor, necesito recuperarme pronto para poder ir con Michiru y Hotaru.
—Así es Haruka— sonrió y salió de la habitación.
Presente.
La nieve comenzaba a aparecer en Tokio, Michiru calentaba sus manos con una bolsa de semillas que se calentaba en el microondas y le daba calor. No había sido una gran idea esperar a Seiya afuera de Ouroboros, pero es que entrar en ese lugar le hacía deprimirse, Haruka no estaba más en esa empresa.
Quería llorar porque su corazón deseaba que la de cabellos cenizos apareciera por la entrada junto a Seiya, que le sonriera y dijera que lamentaba profundamente haberla preocupado todos esos meses. Pero las cosas no serían como ella deseaba que ocurrieran, la vida es una perra de vez en cuando, hoy al menos lo era con la de cabellos aqua.
—Michi— escuchó la voz de Seiya —. Vamos al auto y pasemos por bombón ¿no mueres de frío?
—Un poco.
—¿Cómo están? — dijo acariciando su espalda y sonriendo.
—Bien, ¿por qué me querías ver?
—Mira…
—¿Saben algo de Haruka? — se emocionó.
—No, lo lamento.
—¿Entonces?
—Tenemos un problema con Abe.
—¿Qué ocurre?
—El abogado de Kunzite pide que el hombre sea internado en un hospital psiquiátrico, obviamente el detective no quiere que eso ocurra.
—Pero— dijo Michiru.
—El fiscal está de acuerdo.
—¡Cómo! Eso no es posible, mató al señor Kenji, el maldito torturaba a Misaki, vieron todos los golpes y fracturas mal sanadas de mi amiga. Además de que le hizo daño a Haruka, es obvio que ese tipo no está loco.
—Por lo que Abe me comenta, Kunzite sigue diciendo que Haruka se esfumó frente a él. Qué Haruka viajó en el tiempo frente a él, ¿entiendes?
—Eso demuestra que realmente le hizo daño, tenía esa navaja llena de sangre de Haruka en la mano Seiya, no pueden decir que no pasó nada.
—Pero no hay cuerpo, si Haruka no está… No pueden hacer mucho, más que aceptar que cometió esos crímenes porque el tipo está mal de la cabeza.
—¡No!
Comenzó a gritar llena de coraje, porque no era posible que ese maldito en lugar de pagar en la cárcel como se merecía se fuera a un psiquiátrico, donde estaría mejor que en una celda. Ese desgraciado merecía la pena capital de ser necesario, no que todos lo consintieran.
Seiya simplemente se acercó a abrazarla, ni a él le había entusiasmado la noticia de que ese patán se saldría con la suya. Su mejor amiga estaba perdida, ese en el mejor de los casos y Michiru debía de saber que existía la posibilidad de que en el futuro en el que Haruka estuviera, posiblemente estaba muerta.
—Pero ella sigue viajando ¿no? — le preguntó.
—Hoy me la encontré cerca de tu antigua casa, fui a comprar… Siempre busco una excusa para buscarla, verla de frente me hizo darme cuenta de que lo que hice era lo correcto.
—¿Qué?
—Mi yo del futuro no olvidó su amor a Haruka… Pero no saber de ella, si está bien, si está mal o dónde demonios está me tiene vuelta loca. No me arrepiento de nuestra relación Seiya… No me arrepiento de Hotaru o de amar a Haruka.
—Pero…
—¿Cómo puedo ser tan egoísta para dejarla morir? Seiya, le dije que me dejara en paz, que me abandonó y solamente siento odio por ella.
—Michi esa no es la solución, Haruka te ama como una loca y haría lo que fura por estar a tu lado. SI tan sólo supiéramos la razón por la que el plan no funcionó, podríamos enviar a Setsuna a buscarla y…
—Sabes que no pasa de 2026 ¿no?
—Es un pequeño inconveniente, debe de estar en alguno de esos años y…
—Seiya, ¿no te das cuenta?
—Ni lo pienses Michi.
—Es obvio, Setsuna va a tomar el lugar de Haruka en el accidente de abril.
—Forcemos a tu padre a buscarla.
—Lo hice… No pasa de ese mes y año, dijo que lo único que sabe es que sabe con seguridad es que Hotaru y yo estamos bien. Pero no voy a dejar que mi hija haga esos viajes sola, menos porque no sabrá actuar si encuentra a su papá. Sería una niña, no sé si pueda hacer esos viajes más grande.
—No sabemos el año en el que Haruka está o si… — el chico cerró la boca tan rápido como pudo, casi decía algo de lo que se arrepentiría.
—Ves, por eso lo hice.
—Faltan unos días para que Haruka y yo nos veamos en mi casa. Le hice una promesa, estaba pensando en que vayas a su encuentro y le digas que las cosas no van a salir bien, le podemos advertir ya de Kunzite.
—Mi papá siempre va a encontrar la forma de arruinarlo todo Seiya.
—Michi.
—Dile que me abandonó, que me deje y no se case conmigo… Que haga su vida lejos de mí, porque yo en este momento la odio. Por favor, salvemos a Haruka de esa forma.
—Sabes que no lo hará, no te dejó en su momento y no lo hará en esta oportunidad.
—Porque no fuimos convincentes, hagámoslo ahora Seiya, no podemos dejar que Haruka vuelva a sacrificarse por la culpa de mi padre.
—Ay amiga.
—Seiya, es por el bien de Haruka y del señor Kenji, quizá esa era la forma de solucionar todo.
—Vamos por Usagi… Sube al auto— dijo el chico.
—Promete que ese día le dirás a Haruka que me deje, debemos de salvarla de Kunzite. Yo estaré bien, te lo aseguro.
—Haces lo mismo que ella, tomas decisiones sin decirle.
—Pero es por su bien.
—Seguramente ella pensaba lo mismo.
—Seiya, tú mismo sabes que no estamos seguros de que siga viva. Donde sea que apareciera primero deberían de llegar a ella antes de que algo malo le ocurra, dos… No sabemos si apareció muerta y por eso no regresa, pudo aparecer días después del accidente y no servirá de nada si está muerta.
—Odio cuando me convences…
—No le menciones a Usagi lo que haremos, se va a molestar.
—Seguramente.
—Vamos por ella.
Año 2027.
Haruka miraba a Seiya que estaba pidiéndole a Usagi que en cuanto llegara fuera ella quien le diera el baño de esponja a la de cabellos cenizos. La pobre mujer frunció el ceño al percatarse de que para sus amigos ella era una inútil, bueno, en realidad se preocupaban por ella. Realmente ella era la que se sentía una inútil y eso la hacía sentir mal.
No quería ser un problema para ellos, pues también se había percatado de que se rolaban para cuidar de ella, algunos días venía Makoto, otros Minako, Rei estaba con ella por las tardes, Seiya o Usagi. Todos se notaban cansados, cosa que significaba una cosa, ellos doblaban turnos. Necesitaba detenerlos o se enfermarían y una buena forma de empezar con esto era hacerles ver que ella era independiente.
—No hay necesidad de que cabeza de bombón venga— le dijo s su amigo.
—Espera Usagi — se alejó el celular del rostro — ¿De qué hablas Haruka?
—Yo puedo ducharme, ¿cuánto tiempo tiene que estoy en cama?
—Pues… Principios de año, desde que te encontramos.
—¿Estamos en…?
—Julio.
—¿Y como es que no he sanado? — dijo desconcertada.
—Bueno, te movías mucho y te debían de suturar de nuevo, muchas veces nos espantamos cuando encontrábamos algo de sangre en tus sábanas o ropa.
—Entonces… Es tiempo de que me mueva.
—Te puedes lastimar, lo mejor es esperar y…
—No, ya no quiero esperar Seiya, necesito recuperarme. Estar en cama todo el día no me ayuda en nada, sé que mis piernas están débiles porque no las he usado, pero puedes sostenerme mientras camino al baño. Yo puedo ducharme, no hay necesidad de que cabeza de bombón venga. Ni de que tú te quedes, me darás de cenar y yo me voy a dormir.
—Haruka— se quejaba el chico.
—Prometo portarme bien, de verdad, lo que quiero es recobrar mis fuerzas y regresar con Michiru y Hotaru. Ayudarlas… Ayudarme a no perderlas, por favor, Seiya, no me sirve de nada que estén pegados a mí si no me dejan valerme por mí.
—¿Ya viste tu herida o la quieres ver?
Haruka sonrió un poco, sabía que su amigo la había descubierto, en parte deseaba ver la herida en su costado. Esa que no deseaba ver porque le costaba mucho saberse vencida, pero debía hacerlo o jamás podría recordar. Miró a su amigo con mucha tranquilidad, después de todo necesitaba advertirle a Michiru sobre las intensiones de su padre, ese mensaje debía de ser entregado en persona, antes de que hablara con las chicas.
Sin importar lo mucho que le lastimaba regresar al pasado, debía de hacerlo, unos días antes de que Makoto corriera con los Tamori. Debían demostrarle que no era broma lo del viaje en el tiempo, o una fantasía de Michiru, sino que era real por muy increíble que resultara. Pero si viajaba al pasado en estas condiciones, podría morir y arruinar todo. Terminar con la vida de la Haruka de ese presente y esa tampoco era una opción.
—No Seiya, no la he visto.
—Forzar las cosas no te hará llegar a tiempo Haruka, debes de aprender de tus errores.
—Sé que debo de ser paciente, pero necesito hacerlo… Después de todo… También debo de aceptar que Michiru está…
Seiya se quedó en silencio al notar que su amiga se controlaba para no llorar, seguramente Rei también le había informado del estado de la pequeña Hotaru. Bueno, estaba más tranquilo de que Haruka lo tomara todo lo mejor posible, pero era obvio que le dolía mucho y ¿cómo culparla? No es nada lindo saber que tu familia está a nada de desaparecer ¿no?
—Además debo de estar fuerte para cuando Hotaru venga a verme, me llamó y aunque Rei no me dijo mucho de ella, sé que la están cuidando. No querían que se pusiera mal al verme postrada en la cama, después de todo es una niña.
¡Ay no! Esas palabras le hicieron notar que Rei jamás le dijo sobre la pequeña Hotaru, Haruka pensaba que la niña estaba bien. Él no deseaba ser portador de malas noticias, necesitaba de un milagro para poder cambiar el tema de inmediato, pero esa cara llena de angustia pudo ser percibida perfectamente por Tenoh.
—Seiya— pasó de forma pesada saliva — ¿Hotaru está bien?
El chico abrió la boca para intentar hablar, sin embargo, las palabras se le morían antes de poder abandonarla. Esa duda era la muestra de que la peor pesadilla de Haruka apenas estaba comenzando. Su pecho comenzó a sentirse pesado, algo le quemaba por dentro, era mayor a la angustia. Más helado que el miedo, más filosa que la verdad, pues todos esos sentimientos poco a poco crecían como una avalancha de calamidades que llegaban a matarla por dentro.
—¿Qué tan mal están las cosas con mi hija?
Silencio, porque todas las preguntas caían más rápido y pesadas que la anterior, ¿por dónde comenzar? Seguramente la perdería, perdería a su mejor amiga y todo por no poder salvar a su familia, el responsable de mantenerlas a salvo era él, si tan sólo hubiera ido por ellas para llevarlas al maldito espectáculo de fuegos artificiales; si no se hubiera demorado con unos papeles que debía poner en orden… Ellas no hubieran estado en ese momento tan terrible y Setsuna estaría viva.
—Seiya— dijo Haruka con un hilo de voz.
—No deberías de pensar en eso sí, no es bueno para ti estar angustiada.
—Por favor, debes de ser honesto conmigo.
—No me presiones Haruka, no quiero.
—Seiya…
—Dios… Mal, está… Nosotros… Yo siento que somos egoístas al mantenerla conectada a esa máquina, es lo único que la tiene aquí, pero sin ella, Hotaru… Ahora que estás aquí, quien debe de decidir…
—Soy yo— dijo angustiada —. Yo decido si mato o no a mi hija.
—Lo lamento, lo lamento mucho Haruka— deseaba no hacerlo, pero comenzó a llorar.
La cabeza de la de ojos verdes se quedó fija en el suelo por unos instantes, intentando comprender lo nefasto que era el futuro para ella. Perder a Michiru parecía no bastarle a la vida, ahora debía de ser ella quien decidiera por su hija. Sumado a eso había perdido a Setsuna, que además de ser su mentora, fue una gran amiga y su primer amor. Esa daga que se encontraba en su pecho desde que durmió, era más filosa que antes.
Kunzite no la había lastimado en el costado, le había enterrado el dolor más grande en su pecho, esa era la verdadera herida. No la que se abría cuando estuvo dormida y todo por culpa de sus sueños o recuerdos, lo que le sangraba era el alma, no había peor dolor que ese.
Levantó su cabeza y observó a Seiya que seguía repitiendo una y otra vez lo mucho que sentía no haber salvado a su familia. Seguramente era lo mismo que sentían las chicas, pero es que ellos no tenían la culpa de nada, si debía culpar a una persona, era a ella por fallarles a todos. Pero molestarse con ella tampoco le regresaba a su familia o a Setsuna, ¿qué debía de hacer ahora?
—Tranquilo, no pasa nada— le dijo con mucha sinceridad —. No es tu culpa o de las chicas, de hecho… Podría decir que es mi culpa o la de Mamoru, pero… Culparnos es no buscar soluciones al problema ¿no crees? Debemos de estar tranquilos por primera vez y pensar bien las cosas. Necesito volver Seiya, por eso el estar acostada no ayuda en nada, si no recupero la fuerza de mi cuerpo, si no me recupero, no podré regresar e impedir esto.
—¿Qué?
—Soy la única que puede regresar al pasado ¿cierto? Creo que es una buena noticia que esté con vida, pero si no me ayudas a levantarme de esta cama, de verdad nos habrán ganado ¿entiendes?
—Sí — pudo decir.
—Venga, no tenemos todo el día, debo de bañarme. Lo mejor es usar mis joggers porque no tengo la fuerza para usar mis jeans y debo de comenzar a caminar, la herida es como si me hubieran operado ¿no? Debemos de ganar fuerza poco a poco, tenemos tiempo Seiya… Tenemos tiempo de solucionar todo.
Le sonreía, esa era la primera vez en mucho tiempo que Seiya se sentía en paz, no esperaba que Haruka reaccionara de esa forma. Tenía esperanza de poder solucionar todo, así que no se atrevía a decirle que tanto él como Usagi y Mako pensaban que no podía volver a viajar. Seguramente era por lo que Haruka decía, estaba débil y no ayudarla a recuperar sus fuerzas significaba no poder viajar.
Sí, debía de ser esa la razón por la que se tardaba tanto en avisarles sobre Kunzite, se acercó a su amiga para ayudarla a sentarse. No tardaron mucho en lograr la acción, luego de eso Haruka suspiró, al parecer el dolor de la herida era demasiado.
—Esperemos a que bombón venga Haruka.
—No, ya estoy mejor, es por lo mismo de que no me he movido… Seguramente mi cuerpo se acomoda por dentro, sé que lo que digo parece algo loco, pero debe de ser eso Seiya.
—Deja que te ayude a levantarte— dijo al ver que la loca de cabello cenizo se estaba parando —. Tranquila, hazlo lentamente, no atrasemos más la recuperación.
—Cierto.
—Una… Dos… Apóyate en mí — decía el chico mientras hacían el esfuerzo, Haruka estaba pesada.
—Lo logramos— dijo la chica emocionada.
Caminaron lentamente al baño, Haruka se agotaba, descansaban y luego volvían a seguir con los pasos que los acercaban a su objetivo. Al llegar Seiya la sentó en la taza, le pidió que no se moviera en lo que él iba por la ropa y la toalla. La chica sonreía para darle a entender que obedecería y es que presionarse era un error que ella repetía, esta vez todo sería diferente, debía de ser paciente pues sus impulsos le habían costado la vida a su familia.
—Lo siento — dijo pensando en Hotaru y Michiru.
—Te ayudo a quitarte la ropa.
—¡Qué! ¡No!
—Sólo el pijama.
—De acuerdo.
Seiya reía al ver el pudor de su amiga, de hecho, también era raro para él decir ese tipo de cosas, pero como Haruka no deseaba esperar a Usagi y quería ducharse ya, no tenían otra alternativa que esa. No tardaron mucho en esa acción, así que la de cabello cenizo le pidió retirarse para poder quitarse la ropa interior.
—Estaré esperando en la puerta.
—Bien.
—Hazlo lento.
—Sí— gritó desesperada cosa que le dio gracia a Seiya.
Y eso hizo Haruka, no deseaba ver ese costado que le dolía tanto, una gasa le estorbaba el camino a ver su herida. Su mano le temblaba al saber que debía de retirarla, necesitaba verla y a pesar de que en otros momentos esperaría a que el agua de la regadera cayera en esa parte, decidió quitarla por sí misma.
Ardía, claro que lo hizo, pero al fin pudo ver los puntos que estaban allí. De nuevo se le formó un nudo en la garganta, era más grande de lo que había esperado y comenzó a respirar algo agitada.
—¿Estás seguro de que los policías no te siguieron?
—Ya te dije que no.
—Harás todo lo que te diga si no quieres que lastime a tu familia.
—Ya estoy aquí Kunzite, no te atrevas a amenazarme o…
—¿O qué Tenoh? Yo soy quien tiene todas las de ganar, no tú. Y si quieres estar bien, me harás ganar mucho dinero, porque no me puedo quedar en este país debo salir de él.
—Deberías de pagar por el crimen que…
—Él me obligó, ese idiota no se pudo quedar callado, con ese dinero me iría de este país… Ya había estafado a alguien con influencias y lo mejor era irme, pero el padre de tu amiga tenía que entrometerse ¿no?
—Hijo de perra.
—Ya, ya, mejor dime cómo demonios haces para viajar en el tiempo.
—¿Seguro que quieres saber eso?
—Sí.
—Bien, lo que hago es…
—¡Haruka! ¿estás bien?
—Sí— respondió —. Todo bien.
—Te escuchas muy agitada, ¿puedo entrar?
—Es normal… Me cuesta un poco estar de pie sola, pero sí lo aguanto— mintió pues seguía sentada en la taza.
—Bien, si necesitas ayuda… Aunque no me gusta la idea, puedo entrar y ayudarte a sostenerte.
—No, no… Estoy bien amigo.
Con cuidado se puso de pie, entró a la ducha y comenzó a sentir el agua caliente recorres su cuerpo. ¿Eso pasó? ¿Le iba a contar de la nada y tan tranquila a Kunzite cómo viajaba en el tiempo?
No, no podía ser verdad, algo estaba fuera de lugar y esa pieza faltante era la que la tenía lejos de Michiru. Necesitaba estar bien, recordar para poder ayudarse en el pasado y cambiar este desastre de futuro, no pararía hasta poder regresar con su familia el día que la necesitaban. No estaría mucho tiempo en ese futuro tan lúgubre, porque ella era Haruka Tenoh, podría hacer las cosas bien si confiaba en ella, además ya no estaba Mamoru para arruinar los planes que tenía.
Miró a su derecha, allí estaba el champú de Michiru, necesitaba oler la esencia que su cabello emanaba. No podía estar lejos de ella de nuevo, si ese olor la regresaba a su mente, no le importaba llorar toda la noche, la quería cerca, lo más que pudiera.
—¿Todo bien?
—Mejor que nunca— dijo mientras frotaba sus cabellos.
—Debes de lavar— dudó un poco —. Tu herida.
—Descuida, tendré cuidado.
—Bien… Haruka.
—¿Sí?
—No te fuerces en recordar, el doctor dijo que ellos llegarán de a poco, como dices tenemos todo el tiempo del mundo y esta vez podremos solucionar todo.
—Tienes razón.
—Además…
—¿Qué Seiya?
—Hay algo que debo de contarte.
—¿Sobre?
—Kunzite.
Haruka se quedó fría al escuchar el nombre de ese enfermo, ¿le habría revelado cómo viajaba en el tiempo? No, no estaba segura, ese pequeño flash que llegó hace unos momentos, podía ser demasiado engañoso. Sí, de hecho, eso debía ser, un engaño de su imaginación, recuerdos combinados de lo que pasó ese día, no debía de forzarse a recordar.
—¿Qué pasa con ese sujeto?
—Bueno…
—¿Qué pasa?
—Él…
—¿Él qué?
—Se suicidó Haruka.
—¡Qué dices!
—No logramos detener la apelación del abogado de Kunzite para que lo enviaran a un psiquiátrico, estuvo allí un mes y luego se quitó la vida.
—Cobarde— gritó.
—No te esfuerces, te vas a lastimar— entró como loco.
—¿Dónde me encontraron? — dijo con enojo.
—Sabes que no podemos hablar de eso.
—Seiya.
—¿Qué hablamos hace unos minutos? Debes de ser paciente, si queremos que todo funcione esta vez, debemos de ser pacientes Haruka.
—Es que ese maldito.
—Lo sé… Pero esta vez llegaremos a tiempo.
Haruka se llevó la mano a la frente, esas palabras… No era la primera vez que Seiya las decía, pero algo en el tono en el que las dijo fue diferente. Confiado y al mismo tiempo con algo de duda, esa ambivalencia con la que hablaba cuando sabía que las cosas podían complicarse, un presentimiento de su amigo.
—Sabes Seiya… Los detectives y tú deben de estar al pendiente de mí. Entraré antes, dejaremos que piense que tiene la ventaja.
—¿Y luego?
—Estaremos en medio… Abe debe de estar al frente y tú y el otro llegaran por detrás.
—Lo distraeré… Él va a subir…
—Haruka ¿estás bien? — dijo preocupado.
—Entiendo, no se dará cuenta de que está rodeado.
—Sí, pero hay algo que me preocupa Seiya… Ese día yo…
Continuará…
Me van a odiar chicos y con todo el corazón de mi corazón les diré que… Hay que hacer más interesantes los últimos capítulos ¿no? Haruka, nuestra Haruka quiere regresar a su tiempo y debemos saber ¿qué es lo que salió mal ese día? En fin, chicos, lamento no comentar más que esto y hacer un episodio tan corto, pero la parte de Michiru en la otra historia me está matando, como saben, debo vomitar ideas ja ja ja. Además, lamento decirles que ya me muero por escribir la historia que le debo a Pablo.
Hay tantas cosas que quiero escribir y no puedo porque estoy con las manos atadas ja ja ja (no me molesta "Fuera de tiempo", lo que pasa es que la emoción de terminarla y escribir algo nuevo me tienen con ansiedad ja ja ja)
Pero antes, pasemos a sus comentarios:
Roshell101216: Hoy fui yo quien responde tu comentario ja ja ja, lo lamento y bueno estoy feliz de que te gustara el episodio pasado.
Sí son muchas preguntas y poco a poco hay que ir respondiéndolas, por el momento yo no lo haré ja ja ja. Y disculpa que la respuesta sea corta, pero ayer fue un día largo y no me dio tiempo de responder con tiempo, ni a Tori o a mí nos dio tiempo ja ja ja.
Saludos desde una galaxia muy, muy lejana.
Setsuna M san: Hola, yo tengo una teoría que es, bueno sale al final de éste capítulo. Todo lo soñó es cierto, pero como se dijo en el capítulo pasado todo han sido recuerdos de la Haruka en cama.
Ya ha despertado y nos falta leer lo que salió mal el día que iba a ver a Kunzite. Tenemos ciertos recuerdos y en el presente a Michiru creyendo que podrá salvar a Haruka alejándola de ella.
Mucho dolor hay en estos capítulos, esperemos que Kunzite tenga su merecido. Porque en el de hoy, no lo recibió.
Ely Lopez: Primero deja que te salude con mucho cariño. Segundo, bueno lo que puedo decir es que la historia y los personajes hicieron lo que quisieron, como siempre.
Kunzite por ahora no ha recibido el castigo justo, vamos a esperar qué pasa, porque yo tengo una idea, pero como les digo, los personajes al momento de escribir, cobran vida y hacen lo que quieren.
Nos leemos pronto.
Lamento mucho de verdad el estar con respuestas cortas. Ayer me dediqué a perfeccionar el capítulo de "Secreto" la parte de Michiru y bueno chicos. Les puedo decir que me di cuenta de que falta alguien en todo ese drama, así que tendremos un capítulo más (no tres como deseaba al principio) y ya con el de Michiru terminado, puedo darme el tiempo de escribir hoy el tercero.
Discutí con Tori chan sobre el publicar el cumpleaños de Michiru o hacerlo antes... La verdad es que lo estoy pensando un poco porque también sería el primer año de nuestro angelito y hay que recordarlo bien... Entonces, en estos días me decidiré si publicarlo también en memoria de Kai o hacerlo antes y cambiar la celebración de ambos.
—Chicos no se olviden de dar follow o fav a la historia para que su mail haga tolón tolón cada que actualizamos.
—Dejen cada uno de sus comentarios en la cajita de abajo y…
—Recuerden ver si no se quedan el en limbo.
—¿Nosotros donde nos leemos Tori?
—En fanfic またね!
