Para Peroroncino, esta era la primera vez que se encontraba en el segundo piso de Nazarick desde que llegó al Nuevo Mundo. Todo era como recordaba y más. Lo lúgubre, sombrío, frío... ahora era real y con eso su corazón se sintió satisfecho. ¡Él había creado esto por Dios! Claro, con ayuda de algunos otros camaradas pero de todas formas él creó un lugar.

—Es por aquí, aunque creo ya sabes el camino como la palma de tu mano.

La voz de Momonga lo extrajo de sus pensamientos, miró en la dirección del Overlord notándolo unos pasos más lejos. No perdió un segundo más y se acercó sin dejar de mirar maravillado el alrededor.

—¿Es como recuerdas Peroroncino-san?

—Sí, todo está igual, gracias por no cambiar nada incluso después de que llegaste a este Mundo... La diferencia de estar en un juego y en la vida real es devastadora.

Momonga asintió en comprensión sin dejar de caminar o mirar hacia el frente, pronto estuvieron cerca del puente colgante con apariencia destrozada y antigua, la grieta debajo de eso estaba oscura e inundada de no-muertos que estiraban sus brazos como queriendo salir de allí, escalar hacia la poca luz que lograba infiltrarse.

—Al segundo día de estar aquí miré detallado todo a mi alrededor.—Comentó Momonga— No podía creer que era real, incluso pensé que morí y estaba en un sueño eterno que ilustraba lo mejor de mi vida.—Una risa suave y baja se escuchó apenas— Sin embargo, casi al instante me di cuenta de que no estaban ustedes o mi madre, entonces ya no era un sueño.

El puente se balanceaba lentamente de un lado a otro, el sonido de madera crujiendo, de los clavos haciendo fricción entre si. Ambos Supremos no le tomaron importancia y caminaron sobre ello mirando de vez en cuando abajo o a los alrededores.

—... Lo siento Momonga-san...—Dijo Peroroncino casi a mitad del puente.

—¿Por qué te disculpas?

Por un momento parecía que no habría respuesta pero Peroroncino no dejó la pregunta en el aire, jámas podría hacer eso a menos que sea algo sumamente incómodo o muy personal.

—Por irme, por dejar Nazarick, Yggdrasil y a ti... En el Mundo real todo se me juntó. La pensión, la falta de trabajo, la falta de comida, el estrés... Pude haber pedido ayuda a mi hermana en ese entonces, pero ella estaba muy ocupada con su trabajo, no quise molestarla. Al final logré estabilizarme lo suficiente para no morir, cuando mi hermana terminó su trabajo fue a visitarme y se enteró de todo, me dijo que podíamos alquilar un lugar para los dos, y acepté. Eso sucedió hace siete u ocho meses. No fue nada fácil adaptarnos a los quehaceres del otro, hubo muchas discusiones y malentendidos pero siempre pudimos arreglarlo...

Un ligera brisa pasó entre ambos, no se sabía de dónde venía pero fue aceptada con ganas por parte de Peroroncino, luego de ese corto descanso continuó. Faltaba un par de metros más para salir de puente.

—Yo no se lo digo pero agradezco mucho el tenerla como mi hermana, haría lo que fuera para protegerla, para que sea feliz. Así que cuando nos llegó el correo para asistir a Yggdrasil II le convencí de ir, ella necesitaba un descanso de su trabajo. Tres días antes tuve que poner pausa a mis propios juegos y le ayudé a reducir su carga sin decirle nada. El día que vinieron a recogernos estaba cansado y con sueño, pero cuando vi a Ulbert-san y Touch-san sentados como buenos amigos dejé a un lado mis pesares para saludar y conversar.

Pronto ambos estuvieron cerca de la puerta de piedra, faltaban varios pasos para llegar pero el arquero gracias a su clase de Ranger sintió la presencia de algunos seres al otro lado de la puerta, como si estuvieran moviéndose de un lado a otro para recibirlos.

—Fue tan emocionante el volver a reunirnos la mayoría de nuevo, estábamos tan felices que cuando el encargado de llevarnos a la Compañía nos dijo que tú no estabas en la lista sentimos sin excepción un invisible balde lleno de agua fría caer sobre nosotros... Uh, parece que me desvíe demasiado del tema principal. Perdona todo mi parloteo Momonga-san, debí de incomodar mucho el ambiente.

Un 'no te preocupes' por parte de Ainz se quedó en medio camino ya que la puerta fue abierta y dos Novias Vampiro les dieron la bienvenida.

Ser Supremo Ainz Ooal Gown-sama, Ser Supremo Peroroncino-sama, es un honor tener la presencia de ambos amos en el dominio de nuestra Señora Guardiana Shalltear Bloodfallen-sama.

El hombre-pájaro colocó ambas manos en su cintura, inclinó su postura y con voz divertida-neutral se dirigió a las hermosas mujeres pálidas que salieron a recibirlos.

—Estoy aquí para visitar a Shalltear, Momonga-san solo me estará acompañando por un momento.

Entendido. Si son tan amables de seguirnos por favor, una mesa ya lista espera por ustedes en la habitación de Shalltear-sama.

Sin decir palabras todos ingresaron. Momonga miró de reojo a su amigo, todo lo que dijo lo dejó pensando y por lo tanto no mencionó nada a las sirvientas vampiro que los guiaban con una sonrisa en sus rostros.

—¡Mis señores! —Una voz sumamente alegre se escuchó apenas los dos supremos se acercaron a una mesa algo pequeña— Me siento bendecida por tener a los dos Supremos que tanto admiro y quiero aquí, en mis dominios.

Shalltear. —Mencionaron a la vez. Peroroncino mostró una ligera sonrisa por el hecho y dejó que Momonga continúe por él— Disculpa esta pequeña interrupción en tus deberes, Peroroncino ha decidido visitarte y yo solo estoy aquí para acompañarlo por su petición.

—Oh, por supuesto. Atesoraré cada momento que estén dispuestos a darme arinsu. —Contestó la Loli sin perder su radiante sonrisa y elegancia— Aquí, tomen asiento en donde gusten mis señores. También cualquier cosa que deseen pueden pedirlo, mis Novias Vampiro lo traerán con gusto.

Haciendo uso de sus prácticas Momonga tomó asiento tal y como lo haría un Gobernante, Peroroncino lo siguió e imitó lo mejor que pudo lográndolo en un 75%. Pronto cuatro Novias Vampiro se acercaron, acomodaron diversos platillos y bebidas ligeras para la ocasión.

—¿Desea algo en específico Peroroncino-sama?

—Un par de platos lleno de arroz estaría bien. —Dos sirvientas asintieron y se fueron a quien sabe donde... Probablemente una cocina cercana.

—¿Arroz? —Preguntó Momonga interesado. Shalltear en silencio se sentó en un asiento separado por respeto y escuchó con mucha atención lo que su creador diría, quizás hasta podría darle un presente si esa resulta ser su comida favorita.

—Sí, me gustó desde que lo comí y se volvió mi preferido desde entonces. Puede que se deba a mi raza, no lo sé, pero es una delicia en cada gramo.

Las otras dos sirvientas vampiro no perdieron tiempo y sirvieron dos copas de vino rojo a los Supremos -por cortesía para Momonga- y un vaso de sangre para Shalltear. Peroroncino dio un largo sorbo a su copa antes de poder dirigirse a su creación que le miraba con admiración y cariño.

—Entonces... ¿Cómo estás Shalltear? Momonga-san me ha dicho sobre lo que has estado haciendo y sobre tus trabajos actuales, pero quisiera que me lo digas en su lugar.

La Guardiana se emocionó al escuchar su nombre, todavía no podía creer que su creador estaba de vuelta en Nazarick, era un sueño hecho realidad y agradecía profundamente a Ainz-sama. Por otra parte, el Overlord se acomodó en su asiento y guardó silencio.

—Excelente mi creador. El trasporte de alimentos, materia, metales e ítems está en perfectas condiciones gracias a la velocidad y cuidado que los Dragones de Escarcha dan al volar.

—Ya veo, toma créditos para ti también ya que inviertes tu tiempo para guiarlos en sus trayectos; cuidar de tus pisos a la vez es otro logro ¿no crees?

—¡Sí, tiene razón arinsu~! Muchas gracias por sus amables palabras Peroroncino-sama.—Las Novias Vampiro retrocedieron hasta la esquina de la habitación al darse cuenta de que no eran necesarias.

—Hm, hm. ¿Podría saber lo que estabas haciendo antes de que llegáramos Momonga-san y yo?

—Tomé un baño largo, me alisté, maquillé y esperé su llegada mientras daba ordenes para recibir su gloriosa figura; ya que en su llegada y la de los otros Supremos Ainz-sama dijo que pasaríamos tiempo de calidad con nuestro creadores, mis compañeros Guardianes y yo concordamos alistarnos para recibirlos una vez tengamos nuestros descansos arinsu~.

—Un momento Shalltear—Interrumpió Momonga enderezando su postura sin querer— ¿Estás diciendo que todos los Guardianes están en espera de sus creadores?

—Sí Ainz-sama. Fue Demiurge quien mencionó la idea esta mañana y yo quien lo apoyó... ¿estuvo mal?

—No Shalltear, no te preocupes.—Tranquilizó el Overlord mientras se ponía de pie y daba una mirada a su amigo— Peroroncino-san, iré con los gemelos y luego con los otros Guardianas para ver si nuestros camaradas están con ellos. —Luego, como si estuviera sonriendo malévolamente hizo una pregunta— ¿Podrás tú solo?

—Ja, por supuesto. —La seguridad en su voz sorprendió a la loli vampira que ni entendía lo que su creador decía— Ve con la seguridad de que estaré bien, como lo has dicho tú mismo, Shalltear y yo pasaremos un buen momento padre e hija.

—Bien.—Y con eso el avatar de la muerte desapareció en un destello de luz sin dejar rastro de su antigua presencia. Shalltear quien lo miró desde que alzó su mano y hasta desapareció, al segundo de volver su mirada a su creador se desconcertó al notarlo desanimado, como si la razón de su alegría hubiera desaparecido.

—... Al final duró poco.Hmpf. —Comentó luego de unos segundos, aún mirando el lugar donde antes estaba sentado el Overlord.

—¿A qué se refiere Peroroncino-sama? ¿Qué cosa duró poco?—Shalltear estaba más que lista para servir de apoyo a su padre en lo que necesitara. Incluso se acercó un asiento más para estar cerca.

—Nuestra cita...—Dijo sin pensar, luego al darse cuenta se sobresaltó y negó con ambas manos en un ritmo desesperado— Eek, d-digo, no es lo que escuchaste.

—... ¿Ah? ¡KYAAAAAAA~!—El grito de la Guardiana resonó con fuerza en la habitación. Peroroncino solo atinó a ocultar su rostro entre sus guantes de metal dorados por vergüenza.

Las Novias Vampiro al recibir tal información se sorprendieron y asustaron a la vez ya que podrían perder la vida si el Supremo Peroroncino no quería que nadie más lo supiera. Y aunque ellas jamás soltarían una información de tal calibre entendían que todo es por precaución.

—¡Pensar que mi padre estaba en una cita con Ainz-sama hace tan solo unos segundos! Ahora me doy cuenta de que nunca tuve una oportunidad, y eso explicaría la falta de interés que Ainz-sama nos daba a Albedo y a mi. —Finalizó con un tono entre desilusionada y extasiada, algo muy extraño.

—¿Eh? —Sus manos bajaron de inmediato a la mesa y miró fijo a su hija, sus ojos dorados dieron un ligero brillo en el proceso de observación— Yo no escribí nada sobre un gusto hacia Momonga-san en tu descripción. ¿A qué te refieres entonces Shalltear?

Sintiendo el cambio emocional en su creador, Shalltear se encogió nerviosa en su asiento. ¿Ahora cómo explicar que el crush de tu padre era también tu crush?

—Uhm, verá Peroroncino-sama... yo-

—Oh, ya recuerdo —Interrumpió con una mano levantada que luego bajó conforme hablaba— No es una atracción en específico, simplemente escribí que te gustaba la necrofília... Sin embargo, eso no lo explica; a ver, Shalltear ¿por qué te gusta Momonga? ¿qué te vuelve loca por él?

La pregunta desató el nudo que Shalltear había puesto en su corazón y como tratándose de un vaso hasta el borde con agua derramó parte de su contenido con sinceridad.

—Su hermoso cuerpo blanco es la principal razón arinsu, la delicadeza que tiene a pesar de su aspecto rudo me atrae de sobremanera, el hecho de que también tenga una actitud de líder absoluto, de que sepa manejar cualquier situación, su sabiduría y cualidades de persona... todo de él es hermoso y perfecto ¿no lo cree, padre?

—Entiendo, tienes razón... —Notando que su creador no estaba molesto se atrevió a preguntar de nuevo. Si tenía suerte, le contestaría sin darle un castigo.

—¿Y a usted padre? ¿qué le atrae de Ainz-sama?

—... Su personalidad. —Respondió luego de un rato con mirada de añoranza y lejanía— Desde que lo conocí por primera vez fue muy bueno conmigo, me ayudó a mejorar y ser más fuerte; comprendió mis pensamientos y yo lo suyos; cuando coincidimos en tiempo libre la pasamos juntos e intercambiabamos historias de todo tipo... Todos esos años, todos eso pequeños momentos que compartí a su lado... los tengo encerrados en lo más profundo de mi alma porque sé que solo soy un amigo para él.

—Padre... —La previa emoción se esfumó al darse cuenta del amor no correspondido que su creador experimentaba.

—No me molesta, eso es seguro. Él tiene sus preferencias y un hombre no está dentro de sus parámetros. —Aquí hubo una ligera risa que era mas parecida a un ungüento que adormecía su propio dolor— Además, con estar de nuevo a su lado a enfriado la quemadura que acecha mi corazón desde el último día que lo vi en Yggdrasil.

Con una actitud decidía y poco usual en Shalltear, ella se levantó, caminó hasta su creador, le tomó ambas manos y mirándolo directamente a los ojos le dijo lo siguiente.

—Padre, quiero que sepa que yo siempre estaré apoyándolo en todo. Si eso significa dejar mi amorío por Ainz-sama, lo haré gustosa porque nada es más importante para una creación que hacer feliz a su creador, esa es nuestra razón de existir y pienso cumplirla a como de lugar. Por favor, no pierda la esperanza tan temprano, nunca sabrá la respuesta de Ainz-sama si no le pregunta primero.

La mirada de Peroroncino viajó desde los ojos rojos de su hija, a sus manos unidas y de regreso por unos largos segundos. Después simplemente sonrió lo mejor que pudo con su máscara dorada.

—... Bueno, creo que nos desviamos demasiado del tema, ¿no es así? Jaja. —Sin parecer brusco Peroroncino retiró sus garras de las suaves manos de su hija y se dirigió a las Novias Vampiro mientras agarraba uno de sus platos— Mi arroz ahora está frío, ¿alguien puede calentarlo o traerme otro caliente?

Al instante una de ellas se acercó, agarró con suavidad el plato y a paso veloz desapareció por una de las puertas. La temperatura pareció bajar de poco en poco, hasta llegar a un punto en el que incluso las Novias Vampiro y Shalltear, seres no-muertos, lo sintieron. Esto era porque se trataba en realidad del aura asesina que emanaba Peroroncino.

—Ni una palabra de esto a nadie, ¿entendido? —Ordenó con una voz fría y sin emociones el Supremo de la Arquería— Díganle a su compañera que se fue de lo que dije, no lo voy a repetir. Y si me llego a enterar de que alguien más de la Tumba lo sabe, yo mismo me encargaré de su muerte permanente.

¡E-Entendido Peroroncino-sama! —Fue la respuesta unificada de las sirvientas temerosas.

—Váyanse, quiero estar solo con mi hija.

Si no fuera porque el quien dio la orden era un Ser Supremo, las sirvientas no-muertas pudieron haber salido corriendo perdiendo toda la elegancia y rompiendo el decoro por miedo. Shalltear las vio irse pero no sintió lástima o algún otro sentimiento por ellas.

Los siguientes minutos fueron silenciosos hasta que regreso la Novia Vampiro con un nuevo plato de arroz caliente. Lo dejó en la mesa y salió de la habitación, probablemente sus compañeras ya le habían avisado del humor que tenía el Rey Alado.

—Padre... —Se atrevió a llamar Shalltear luego de que Peroroncino terminara de comer ambos platos combinados.

—¿Qué es, pequeña? —Preguntó en respuesta a voz calmada casi pacífica y paternal, muy diferente a como se comportó con las sirvientas.

—Un Ser Supremo acaba de llegar a la entrada del Segundo Piso y ya se encuentra cruzando el puente colgante a paso veloz.

—¿Sabes quién es? —Dejando los cubierto tendidos sin cuidado en la mesa, Peroroncino se levantó, caminó hasta un sillón lo suficientemente grande y se echó de espaldas con los brazos cruzados sirviendo de almohada. Sorprendentemente su armadura dorada no fue un impedimento o molestia.

—Lo lamento por no, para poder diferenciar un Supremo de otro los Guardianes debemos de estar a menos de diez metros ya que ahí su aura se vuelve mas reveladora. ¿Desea que le dé la bienvenida y lo traiga hasta aquí?

—Hm... Sí, está bien. No tardes mucho, si no quiere ingresar que se vaya.

La hermosa vampiro dio una reverencia y salió del lugar con una sonrisa para recibir al nuevo Supremo. Poco sabía ella que era Ulbert Alain Odle quien esperaba en la entrada.

—¡Peroroncino! —Gritó un poco molesto el Desastre Mundial una vez entró y verificó que no estaba quien buscaba en primer plano. Shalltear lo seguía en silencio pero estaba atenta por si se desataba una pelea y tendría que intervenir a favor de su creador.

—Berto~, que alegría verte aquí mi amigo. —De un impulso con sus codos y cuatro alas, Peroroncino se puso de pie, caminó de nuevo hasta la mesa y tomó un objeto para luego presentarlo— ¿Una copa de vino? Está buena.

—La sirvienta que atiende a Momonga-san este día me dijo que te fuiste con él. —Sin ser demasiado descortés negó casualmente la bebida ofrecida mientras se acercaba hasta quedar a solo un par de pasos en distancia— Lo que hiciste fue trampa.

—¿Trampa? ¿A qué te refieres mi buen amigo? Yo solo tuve una cita con Momonga-san, nada de otro mundo.

—Tú... ¿una cita? Vaya broma. —Ignorando la envidia que crecía dentro de él, Ulbert se cruzó de brazos y sonrió de lado— ¿Dónde está él ahora?

—Dijo que iría a visitar a los gemelos y luego a los otros Guardianes. —Respondió sin mentir u ocultarlo, Peroroncino no sería tan malo con su rival que está con mucha desventaja— ¿Irás a verlo?

—¿No es obvio? A diferencia de ti o los otros pasé tiempo con mi hijo desde la tarde. Fue interesante ver las nuevas facetas que desarrolló bajo el mando de Momonga y los experimentos que hace.

—Hm, ya veo. —Por lo que sabía, los experimentos de Demiurge eran tan atroces e inhumanos. El hecho de que le gustara a Ulbert no fue tanta sorpresa ya que este tenía un gusto por la maldad y destrucción desde hace años— Dale un saludo de mi parte, creo tomaré una siesta aquí.

—Bien. Solo... No hagas nada extraño o le diré a tu hermana. —Dando una sonrisa sincera amistosa, Ulbert se despidió de creador y creación con una mirada fugaz antes de activar el poder de su anillo del Gremio.

Shalltear no entendió del todo la situación rival-amistosa pero parecía que no solo su padre estaba tras el amor del Líder Absoluto de Nazarick. De ser así, ¿cuántos Supremos más sr incluían?... Sus pensamientos se detuvieron cuando el Arquero extendió una mano frente a ella para llamar su atención.

—Mi niña, ¿vamos a tu habitación? Quiero tomar una larga siesta en aquella cama que decoré para ti, por el momento no deseo ir a mi propia habitación en el Noveno Piso.

—Oh, con mucho gusto padre. —Shalltear agarró la mano extendida y tal como una niña condujo a su progenitor— Es por aquí, le aseguro que descansará muy bien allí.