Ni Marvel ni High School DxD son de mi propiedad, pertenecen a sus respectivos autores.
Yo hago esto sin ánimo de lucro, solo para pasar el rato.
Este fic contiene/contendrá violencia, palabrotas, posible lemon más o menos fuerte y demás cosas. Leedlo bajo vuestra responsabilidad, que yo ya lo he puesto en categoría M.
—comentarios.
—"pensamientos".
—*hablando por teléfono, comunicador, etc*.
—(J.A.R.V.I.S.)
—+F.R.I.D.A.Y. +
—[Ddraig, Albion, etc]
Capítulo 49:
LOS VENGADORES — PARTE 04
—Muy bien, ponedlo en pie. Luego ya nos quedaremos todos ahí luciendo palmito —dijo Tony mientras se alejaba para quitarse la armadura—. Y por cierto, ya podéis limpiar esto.
—¿Por qué? Son las marcas de la paliza que le ha dado aquí nuestro amigo gigante —Una sonrisa maligna asomó en los labios de Issei mientras daba una suave palmadita a Hulk, deshaciendo la armadura—. Luego os lo enseño. Es una escena muy divertida, y se va a hacer viral.
—Ahora me pica la curiosidad.
—Por cierto, Thor —El asgardiano volteó para mirar a Issei—. Selvig ya está despierto. ¿Vamos a por él?
—Más tarde. Antes tenemos que resolver este asunto de una vez.
Agarrando a su hermano adoptivo, Thor lo puso de pie. Loki no se resistió en ningún momento, pero no dejaba de mirar de reojo a Hulk, quien parecía desear estampar su enorme y poderoso puño contra el rostro del jotun.
—¿Quién coge la varita mágica? —preguntó Natasha mientras paseaba sujetando el cetro con ambas manos.
—Ya viene el equipo STRIKE para asegurarla —informó el Capi.
Apenas unos segundos más tarde, uno de los ascensores se abrió. De ella salieron varios agentes de S.H.I.E.L.D. Si aquello fuera una película, esos tipos sin duda serían de los malos.
—Nosotros podemos ayudarla —ofreció un miembro del equipo STRIKE mientras otro dejaba un maletín sobre una mesa, abriéndolo para depositar el cetro.
—Por supuesto.
De buen grado Natasha entregó el cetro al único uniformado de aquel grupo para que así quedase en manos de S.H.I.E.L.D. Después de entregarlo Natasha se acercó a la barra, donde Clint se encontraba sirviéndose una copa.
—Cuidado con esa cosa —advirtió la espía.
—Sí, a no ser que quieran que les borre la mente —continuó Clint mientras entregaba una copa a su amiga—. Y no es divertido.
—Iremos con cuidado.
—Por cierto, ¿alguien podría ir a por el doctor Selvig? —interrogó Issei mientras señalaba el techo—. Está en la azotea. Necesitará descansar, y posiblemente un médico y un psiquiatra.
—Entendido. Mandaré a alguien a buscarlo —aseguró el tipo calvo con gafas.
Le sonaba, pero no recordaba de dónde. Seguramente lo vería de pasada en el Helicarrier.
—Coordino la operación de búsqueda y rescate —informó el Capi mientras iba de camino al ascensor.
Justo después Loki se transformó en Steve.
—Coordino la operación de búsqueda y rescate —imitó con burla, aunque con la misma voz que Steve, volviendo a su verdadero aspecto justo después—. En serio, sinceramente, ¿cómo conseguís no vomitar?
—Cállate.
Hastiado, Thor le colocó una especie de bozal en la boca, impidiendo así que Loki la abriera más. Tony toqueteó en el panel del maletín, cerrándolo una vez terminado, yendo junto al resto hacia el ascensor. Thor, Loki, Tony, Issei y varios agentes de S.H.I.E.L.D. ocuparon el ascensor, aunque aquello no pareció importar al más grande de los Vengadores.
—Fuera —ordenó Hulk en un intento de entrar, intento que resultó infructuoso, pues todos se opusieron a que ingresase.
—Chaval, ¿qué te has creído? Aquí se ha alcanzado la ocupación máxima.
—Ve por las escaleras —sugirió Thor.
—O puedes saltar por la ventana y caer frente al recibidor, pero intenta no aplastar a nadie esta vez —bromeó Issei.
Obviamente al gigante esmeralda no le gustó nada de nada la negación y las sugerencias, pues rugiendo furioso golpeó las puertas cuando estas se cerraron, dejando la marca de su puño…, aunque por suerte no rompió el ascensor.
—¿Alguien más se ha cagado en los pantalones? —preguntó Issei con el corazón en la mano—. Os juro que nos he visto cayendo sin control.
La bajada fue más lenta de lo esperado y no había melodía en el ascensor. No es que fuera incómodo… Vale, Issei admitía que sí lo era. Tener a Loki tan cerca de él le hacía hervir la sangre. Deseaba con cada fibra de su ser voltear y descargar todo su arsenal sobre él, pero ahora era un prisionero de guerra, así que no podía alzar la mano contra él.
—Oye Thor, ¿os iréis ya? A Asgard.
—Después de comer. Esa es la idea.
—Pero ¿sabes usar el Cubo para eso? —curioseó, volteando para mirar al asgardiano.
Thor abrió la boca para responder, pero ni una sola palabra salió de su boca. Estaba claro que el modo en que había planeado con su viejo ya no era viable…, si es que alguna vez en verdad tuvieron un plan. Issei alzó una ceja, sonriendo ampliamente.
—Eso es que no —respondió Tony por el asgardiano.
—Dime, por favor, que no era dejar que ese —señaló a Loki con la cabeza— lo usara para volver.
Thor se limitó a no responder.
—Bueno, creo que habrá que encontrar un modo de usar el Cubo para que podáis volver.
—¿Crees que será tan fácil? —preguntó Tony.
La pregunta no significaba que fuera a ser complicado respecto al cómo, sino que muchos pedirían la cabeza de Loki y el Teseracto, gente importante y poderosa en el gobierno y probablemente la propia S.H.I.E.L.D.
—Bueno, si salen molestias por el camino, solo habrá que apartarlas.
—Algunas pueden ser muy puñeteras.
—Mala suerte para ellas que yo no esté de humor para aguantarlas.
Thor observó a ambos Stark sin entender, pero los agentes de S.H.I.E.L.D. sí parecieron entender, pero por orden de Nick Fury, no se opondrían a ninguna decisión que tomara el equipo, y menos aún un semidiós que podía plantar cara a Hulk.
—Creo que podríais quedaros hoy, descansar, y mañana por la mañana iros a Asgard. Estoy seguro de que el doctor Selvig podrá construir algo para poder usar el Cubo y volver a Asgard. Ha construido una máquina para crear un portal con el Cubo, ¿verdad? Quizás pueda crear algo semejante, aunque portable.
—Esa es una buena idea. ¿Qué dices, guaperas?
Thor se mantuvo en silencio, pensativo. Volteó para mirar a Loki. El rostro de su hermano adoptivo era inescrutable.
—Es peligroso dejarlo aquí.
—Bueno, tú no duermes, ¿no? O duermes poco. Puedes vigilarlo…, pero que no te vuelva a engañar.
—Decidido entonces. Cuando volvamos hablaremos con él. Seguro que estará entusiasmado por ayudarte a volver. Así que ya sabéis, que no salga del edificio, ¿de acuerdo? —ordenó a los agentes de S.H.I.E.L.D., quienes asintieron—. Bien, eso está bien.
Cuando el ascensor llevó a la planta cero, el vestíbulo, salieron en dirección a una de las puertas principales del edificio, pensando qué pedirían pues, después de buscar en internet, habían descubierto qué era el shawarma, pero claro, una cosa era verlo y otra probarlo. Buena pinta tenía. Pero justo cuando estaban cerca de la puerta, un grupo de personas uniformadas entraron en el edificio. Issei soltó un bufido de disgusto al reconocer el rostro del mandamás de aquel grupito. Alexander Pierce, el superior de Fury y uno de los hombres más importantes dentro del Departamento de Defensa.
—Las molestias —murmuró Issei luego de chasquear la lengua.
—¿Se puede saber a dónde va? —exigió saber Pierce.
—A picar algo y luego a Asgard —respondió Thor—. Perdona, ¿tú eres?
—Alexander Pierce. Él está por encima de quienes responden por Nick Fury —explicó Tony.
El Stark tampoco parecía muy contento con su presencia, pero sabía disimular mejor que su hijo. La cara de hastío que tenía Issei no era nada amigable.
—Mis amigos me llaman Sr. Secretario. Tendrán que entregarme a ese prisionero.
Issei rodó los ojos. Ahí estaba una de las dos claras exigencias que aquel tipo iba a exponer a los Vengadores presentes.
—Aaah Loki responderá ante Odín en persona.
—Responderá ante nosotros. Odín tendrá lo que quede. Y quiero ese maletín. Ha sido de S.H.I.E.L.D. durante más de setenta años.
El tipo que estaba a la izquierda de Pierce extendió el brazo, intentando alcanzar el maletín, pero Tony lo apartó, frenándole con su mano libre.
—Dame el maletín, Stark —ordenó el segurata.
—[Esto se está poniendo emocionante]
—"Pues yo no estoy para aguantar esto".
Issei volvió a chasquear la lengua. Le pitaban los oídos y no escuchaba lo que se decía, pero tampoco hacía falta. De reojo observó a Loki, quien parecía aburrirse, mirando a todos lados, buscando algo que captara su atención. El pitido iba subiendo y se volvía bastante ensordecedor. Entonces Pierce agarró el brazo de Tony, y se armó el follón. Tanto los miembros del grupo de Pierce como los de Tony se enzarzaron en torno al brazo del Stark en un intento de hacerse con el maletín. Incluso Thor intentó mediar sin hacer uso de su fuerza.
—¡Ya basta! —exclamó Issei mientras la armadura le cubría.
Su grito, y el hecho de hacer aparecer la armadura, fue suficiente para que todos callasen, mirándole impresionados. Incluso Tony y Thor le miraban sorprendidos.
—Suelte el maletín —ordenó Issei haciendo énfasis en cada palabra.
Disimuladamente Tony alejó el maletín, dejándolo fuera del alcance del grupo de Pierce. Estos llevaron sus manos a las fundas de sus armas, pero en un instante surgieron varias armas de pequeñas dimensiones en los hombros de la armadura de Issei.
—¿Nos estás amenazando? —interrogó Pierce con sorpresa e incredulidad.
Una amenaza flotaba también en sus palabras. Después de todo, por muy superhéroe que Issei fuera, Pierce dejó bien claro que él no era alguien a quien debería amenazar, pero al Hyoudou no pareció importarle nada su estatus o importancia.
—Uuuy sí, por supuesto que sí.
—¿Sabes quién soy? Amenazarme a mí es amenazar al país.
—¿Y usted cree que luego de saber lo que estaban haciendo con el Teseracto vamos a dejar que se lo queden? Aaah no. Va a ser que no. El Cubo volverá a Asgard, igual que Loki. No hay celda en este mundo donde me fie de dejarlo. Y si ustedes se ponen en medio —una nueva arma de pequeñas dimensiones surgió de su antebrazo, con el cual apuntó al mismo Pierce—, los aparto por las malas.
Thor y Tony observaban en silencio el cruce de miradas. La tensión se podía cortar con un cuchillo. Ninguno parecía que fuera a ceder a las demandas del otro. Fue un porrazo y un grito de furia lo que terminó con aquel tenso momento.
—¡Escaleras nooo!
El gigante esmeralda había derribado, y destrozado, la puerta que daba acceso a las escaleras, aterrando a la gente del vestíbulo. Pero su llegada provocó que una idea llegara a la mente de Issei.
—¡Eh Hulk! —llamó Issei al gigante verde. Éste, furioso, volteó para mirarle—. Vamos a comer, ¿te vienes?
La mención de la comida pareció llamar la atención del gigante.
—Comida… ¡Quiero comida! —exclamó aún rabioso acercándose al grupo.
Los agentes de S.H.I.E.L.D., así como el grupo de Alexander Pierce, se alejaron aterrados por la presencia de Hulk. Deshaciendo la armadura, Issei asintió satisfecho. Comenzó a caminar, siendo seguido por Tony y Thor, y claro, también por Hulk. Loki se apresuró a colocarse al lado de su hermano cuando Hulk le miró. Issei recordó la escena que presenció entre ambos. Con el camino libre, los Vengadores retomaron el camino para ir al local de shawarma. Una vez fuera pudieron comprobar con atención y tranquilidad el estado en que había quedado la ciudad.
Nueva York había sido una clara zona de guerra. La destrucción era más que obvia por todos lados. Policía, bomberos, médicos, enfermeros, voluntarios…, todos se encontraban ayudando en lo posible para ayudar a los heridos o retirar los cadáveres. ¿Cuánta gente habría muerto durante aquellas tres horas de combate? Entre los edificios derrumbados, siendo varios de ellos rascacielos, las personas que hubo habido por la calle, los que fueron masacrados dentro de los propios edificios… El pensar siquiera en ello provocó un revuelto en el estómago de Issei. Cerró los ojos con fuerza durante unos segundos, intentando apartar aquellos sentimientos.
Tom tenía razón…, tenían que haber avisado antes, pero esperaba que hubieran podido destruir el Cubo o la maquinaria, pero no había sido así. Y durante la batalla había hecho todo lo posible. Solo la alegría de la victoria, que todos siguieran con vida, que Tony hubiera sobrevivido, y la captura de Loki era lo único que permitía que no cayera de rodillas por puro cansancio.
Cuando hubieron caminado una manzana, el móvil de Issei vibró al tiempo que Hulk volvió a convertirse en Banner. Aquello fue un espectáculo asombroso de ver, y un tanto repelente, si era sincero consigo mismo. Mientras los agentes de S.H.I.E.L.D. iban a una tienda a por ropa, Issei desbloqueó su teléfono, pudiendo ver así que había varios mensajes, aunque sólo el último había sido notificado…, que él se enterase. Seguramente el resto también habrían sido notificados solo que estaba tan absorto que no se enteró:
«Nosotros nos retiramos. Espero que no te importe que nos hayamos llevado un poco de tecnología chitauri. Nos vemos. Cao Cao».
«Señor Stark, nosotros nos retiramos de vuelta a Japón. Ha sido una dura batalla, pero nos alegra ver que hemos ganado. Esperamos volver a colaborar. Un saludo, Tobio Ikuse».
«Dragón Rojo, mis compañeros y yo mismo nos vamos a repartir por la ciudad para ayudar a los civiles. Informa Dulio Gesualdo».
Con un gesto de indiferencia, Issei aceptó las decisiones de aquellos tres grupos. Entonces envió uno a Tom. Seguramente su mejor amigo debía estar preocupado. De reojo pudo ver que Tony hacía lo mismo, aunque en su caso debía ser un mensaje para Pepper. Mientras Bruce se cambiaba, Sona llamó a Issei.
—Sona.
—*Issei*.
—¿Estáis todos bien?
—*Dentro de lo que cabe, sí*.
—¿Hay algún…?
—*¿Muerto? —Sona terminó la pregunta al notar que a su amigo le costaba—. No, por suerte no…, al menos por nuestra parte*.
—¿Vuestra? —preguntó curioso mientras el grupo retomaba el camino hacia el local de shawarma, ahora con Bruce en su forma humana, ayudado por Tony.
Al parecer transformarse de Hulk a Bruce le dejaba muy debilitado, por lo que un apoyo le venía bastante bien.
—*Tenemos heridos, algunos de gravedad. Rias, por ejemplo, ha sufrido una herida muy seria en el abdomen. Necesita con urgencia una cirugía, pero no creemos que peligre su vida. Pero no es la única en estado grave*.
—Mierda…
—*No te preocupes, y tampoco cargues con ello. Nosotros hemos venido por voluntad. Te agradecemos tu preocupación, en serio, pero no cargues con esto*.
—¿Y qué hay…? ¿Hum?
—*¿Qué ocurre? *
—Parece que alguien me está llamando. Ah, es Irina. ¿Te importa que se una?
—*Adelante*.
Aceptando la llamada, Irina se unió a la conversación, aunque la misma no lo sabía.
—*Al habla Irina* —saludó con un poco de ánimo.
—Hola Irina.
—*Shidou*.
—*Oh, ¿quién eres? *
—*Sona Sitri*.
—*Ah, vaya. Un placer*.
—Sona acaba de decirme que no han sufrido bajas, pero hay heridos de gravedad. ¿Cómo estáis vosotros? ¿Qué ha pasado con los demás?
—*El grupo del Perro están vivos, aunque un par de ellos con heridas graves. Los terroristas han tenido numerosas bajas…, y me temo que nosotros también. Varios ascendidos y exorcistas*.
—Lo siento.
—*No te preocupes. Esto es lo normal en la guerra, desgraciadamente. Pero sé que estarán satisfechos al saber que sus muertes no han sido en vano. Hemos salvado a muchos y los invasores han sido derrotados. Podría haber sido peor. Estoy segura de que las muertes entre los civiles serán muy numerosas. Demasiados edificios derrumbados, demasiada gente en la calle. Pero no perdamos la esperanza*.
—*Coincido con ella*.
—*Tengo entendido que el hermano Dulio te ha mandado un mensaje*.
—Así es. Es de agradecer vuestra ayuda.
—*Es lo mínimo. Ahora tengo que dejaros, me reclaman*.
Irina cortó la comunicación, quedando ahora demonio y humano.
—Y bueno Sona, ¿qué haréis vosotras?
—*Por ahora no sabemos si volver a casa. No sabemos qué tipo de castigo impondrá el Consejo a todos los que hemos venido aquí. Pero claro, algunos necesitan que les vean médicos*.
—Pero no sois pocos, y sois muy importantes.
—*Eso da igual. Desobedecer al Consejo no es tontería*.
—Si queréis podéis quedaros en mi casa de Kuoh hasta que todo esto se solucione. No es muy grande, pero creo que podréis apañaros. Nadie puede entrar ahí, aunque sea vuestros Maous. Y podéis ir al hospital de la ciudad.
—*Demasiado confiado, ¿no? *
—¿Acaso las fuerzas de seguridad de un país pueden arrestar en un país extranjero? Con todo lo que ha pasado y lo que está por pasar, no les conviene hacer eso.
—*Hablaremos con los demás. Te avisaremos cuando hayamos tomado una decisión*.
—Perfecto.
Preocupado, Issei guardó su teléfono.
—¿Algo que informar? —husmeó Tony.
—Ángeles, exorcistas y terroristas han tenido bajas. El grupo del Perro ha vuelto a Japón. Los demonios están discutiendo que hacer. Tienen heridos de gravedad que necesitan que les revisen.
—Pues que vuelvan a casa.
—No es tan sencillo.
Issei le explicó sobre la decisión de la Alianza y cómo aquellos que se habían presentado para defender la ciudad habían desobedecido la orden.
—Anda que… Azazel ya no me cae tan bien.
Un par de minutos después, Sona envió un mensaje con la decisión que habían tomado los demonios: «hemos decidido volver a casa y enfrentar las consecuencias de nuestras acciones. Pero nos volveremos a ver. Hasta entonces, Sona». Cuando llegaron a la calle donde estaba el local de shawarma, Tony celebró animado.
—¿Hola? ¿Hay alguien? —preguntó el Stark cuando hubieron ingresado al interior del local.
Dos trabajadores salieron, les agradecieron por haberles defendido y procedieron a servirles comida y bebida. Los otros tres miembros de los Vengadores no tardaron mucho en llegar luego de que fueran avisados de que el local seguía de una pieza. Pero no se habían olvidado de Loki. El asgardiano estaba a la vista de todo el mundo. Thor no dejaba de mirarle, atento a cualquier cosa que pudiera hacer, pero Loki no parecía predispuesto a intentar escapar o resistirse.
—Hum, esto está bueno. Quiero otro —pidió Thor luego de terminar su primer shawarma.
—Sí que sabe bien, sí. Dios, que bueno que está —dijo Issei con la boca llena.
—La comida sabe mejor después de una gran victoria —coincidió el semidiós—. Ojalá pudiéramos celebrarlo como se debe.
—Nos conformamos con esto —comentó Steve—. No hay mucho que celebrar.
—No seas tan pesimista.
Steve le lanzó una dura mirada a Tony, el cual no dijo nada más. El Capitán tenía razón. El principal motivo por el cual no podían celebrar nada era aquel mismo que Issei había contemplado una vez hubo salido de la Torre Stark. Rhodey logró llegar a Nueva York cuando el grupo estaba por terminar de comer, por lo que decidió unirse, aunque fuera para los últimos minutos de comida, pero con la paliza que todos se habían dado, dudaban que fueran a irse nada más terminar de comer.
Afuera del local había numerosas personas mojeteando, pero al ver a los agentes de S.H.I.E.L.D. no se quedaban demasiado tiempo. Cuando volvieron al edificio, Issei se quedó un rato en el vestíbulo. El doctor Selvig se acercó a Thor, quien estaba muy contento y aliviado de verle sano y salvo…, todo lo que podía teniendo en cuenta su situación. Los cuatro, junto con Loki, subieron hasta una de las últimas plantas para comenzar a trabajar en la maquinaria portable que permitiría a ambos asgardianos volver a su casa.
—Hola Tom —saludó Issei a su mejor amigo mientras se tumbaba en uno de los sofás del vestíbulo.
—*Hermano, me alegro mucho de escucharte. El no poder contactar contigo o con Marilyn me estaba volviendo loco*.
—¿Ella no ha hablado contigo? ¿Está bien? —preguntó preocupado.
—*Sí, está bien. Es solo que ha estado muy ocupada con todo esto de la invasión. Incluso ahora lo está. Pero está sana y salva. Ha intentado ir a Nueva York, pero parece que Fury le ha encargado otro trabajo, lejos de allí. Alto secreto, parece ser*.
—Ufff, me alegras y alivias.
—*¿Y tú qué tal estás? *
—Agotado, pero sano y salvo. Estoy por descansar y ponerme a buscar gente desaparecida con el Capi.
—*Si no hay miles de muertos, habrá cientos. ¿Cómo están los demonios? Los he visto por la tele*.
—Ellos no han tenido ninguna baja, por suerte, y han vuelto a casa. Cao Cao ha tenido numerosas bajas, y también Irina y su grupo.
—*Lo raro es que los demonios no hayan tenido bajas*.
—Bueno, ahora no, pero puede que en las próximas horas… Hay varios que tienen heridas de gravedad, Rias entre ellos. Sona ha dicho que necesitaban asistencia médica con urgencia, por eso habrán ido al territorio de los Sitri. Tienen los mejores hospitales. El temor al castigo ha sido menor que su deseo de salvar sus vidas.
—*¿Castigo? ¿Qué castigo? *
Al igual que había hecho antes con Tony y los demás, Issei procedió a explicarle lo mismo que le había contado Sona: el motivo por el cual hubo tan pocos refuerzos por parte de la Alianza.
—Y eso es todo.
—*Ufff. Su buena imagen ha perdido mucho. ¿Saben qué les ha impulsado a no intervenir? *
—No será revelarse a los humanos, eso seguro. Con dos semidioses y un ejército alienígena…
—*Exacto. Algo hay detrás*.
—Pues que se lo guarden para ellos. Si no nos han ayudado en un momento tan vital como este, pues que se vayan a hacer puñetas.
—*Bien dicho, creo*.
—¿Y cómo está Kuroka?
—*Kuroka… Pues… Ella se marchó con uno de sus compañeros en cuanto vio a su hermana en la tele*.
—¿Ha venido a Nueva York? Qué raro, Rias no me ha dicho nada. Ni Sona.
—*Quizás no la encontraron, o vieron. Quizás se mantuvo vigilando a distancia*.
—O sí lo hayan hecho, pero no me lo han comentado por algún motivo.
—*Pregúntale*.
—Quizás más tarde. Mierda, ahora tengo otros dos posibles cadáveres...
—*Eso o esperar a que vuelva…, si es que vuelve…*
Issei suspiró, coincidiendo con su viejo amigo.
XXXXX
Cinco de mayo. Día Uno desde el ataque chitauri. Unas veinticuatro horas habían pasado desde que la famosa Batalla de Nueva York hubo iniciado. El New York Bulletin publicó aquella misma mañana un artículo de portada titulado «Batalla de NY» que mostraba a un leviatán causando múltiples muertes cuando cayó sobre un edificio luego de destruir la nave nodriza chitauri. Otros periódicos, más la televisión e internet, mostraron los rescates de los posibles ciudadanos que hubieran quedado sepultados. Muros informativos llenos de nombres y fotos ayudaban a averiguar quiénes eran los desaparecidos, pero al mismo tiempo agriaba los ánimos, pues su número era mucho más elevado de lo esperado.
Los Vengadores, con la excepción de Tony, Bruce y Thor, que estaban trabajando con Selvig en la creación de una máquina que pudiera llevarlos de vuelta a Asgard, ayudaron todo lo posible en aquella ardua tarea. Se lograron salvar muchas vidas gracias a la rápida actuación y a la tecnología de Industrias Stark prestada para dicha tarea, pero en un margen mucho mayor lograron hallar cuerpos de fallecidos. Muchos neoyorquinos revivieron el incidente del 11S, solo que en aquel momento fue mucho peor.
Cuando llegó la noche, y tan agotado que apenas y podía caminar, Issei volvió a la torre, encontrándose con Pepper y Happy. Decir que ambos estaban preocupados por él era decir muy poco, pero se agradecía aquel amor y cariño.
Pero no fue hasta aquella misma mañana, tiempo después de la publicación de los artículos sobre la batalla, que los miembros de los Vengadores, más el doctor Erik Selvig, fueron hasta Bethesda Terrace, lugar desde donde Thor y Loki volverían a Asgard. La zona había sido acordonada por los agentes de S.H.I.E.L.D. para evitar que nadie se acercara. Bruce abrió el maletín con el Teseracto, introduciéndolo en la máquina. Tenía dos asas, una de las cuales agarró Loki y otra Thor, luego de despedirse de su buen amigo Selvig.
—Oye, dile a Heimdall que no me espíe mientras me ducho o estoy con mis intimidades —bromeó Issei.
Thor, con una leve sonrisa, asintió. Miró al resto de los Vengadores, despidiéndose con un gesto de la cabeza. Entonces hizo girar su asa de la maquinaria. El Cubo se activó y ambos desaparecieron, siendo transportados de vuelta a su hogar.
—Espero que en verdad puedan reparar el Bifröst —comentó Issei mientras se alejaban de aquella zona—. Nos vendría bien tenerle por aquí de vez en cuando.
—Yo solo espero que el castigo para Loki sea ejemplar y digno de sus crímenes —opinó Clint.
Natasha asintió, coincidiendo con su amigo.
—Bueno, pues toca disfrutar del buen descanso que nos ha brindado Fury —dijo Tony—. Espero que no volvamos a reunirnos en un tiempo, pues eso significará que no hay un peligro semejante a ese —señaló con la cabeza al leviatán que se encontraba sobre uno de los rascacielos—. Va a ser difícil quitarlo de ahí.
Tony y Bruce se fueron hacia la Torre Stark, Natasha se marchó con Clint, y Steve hizo lo mismo en su moto. Issei se quedó un rato ahí parado, observando la nada.
—[¿Qué te pasa por la cabeza?]
—Bueno, en verdad son varias cosas relacionadas con todo esto.
—[Especifica, si gustas]
—No dejo de darle vueltas al motivo por el cual la Alianza no nos ayudó, y estoy preocupado por Rias y los demás. Nadie contesta mis llamadas y no estoy seguro de si ir allí.
—[¿Lo dices por la esfera que te dio Cao Cao?]
—Lo digo por si no soy bienvenido.
—[Ahí te doy la razón. ¿Qué harás entonces?]
—Bueno, no me queda otra que esperar. Incluso Irina está incomunicada. Todos los que vinieron ayer lo están.
—[No te preocupes. Dudo que hayan sido severos con los castigos]
—Eso espero Ddraig… Eso espero…
Envolviéndose en su armadura, Issei voló hasta la Torre Stark, o al menos la antigua Torre Stark. Tony había propuesto un cambio, y ese era convertir aquella torre en la futura Torre de los Vengadores, la cual fue muy bien recibida por Pepper. Habría una pequeña reestructuración de la torre, principalmente de la planta donde se encontraba la estructura para guardar las armaduras. Y también para un nuevo proyecto de Tony: la Legión de Hierro.
XXXXX
Otro día pasó.
La Tierra era un hervidero por los acontecimientos de la Batalla de Nueva York. Aquel día, durante la batalla, se había resuelto una de las grandes dudas de la humanidad: ¿estaban solos en el universo? La respuesta era más que obvia: no. El saber que había grandes peligros para su mundo, como el reciente ataque chitauri, había provocado que las alarmas estallasen por todo el globo.
No había que olvidar tampoco sobre algunos de los que acudieron a la ciudad para ayudar en su defensa. Las redes sociales, YouTube, noticiarios, internet…, todos hablaban también sobre personas con alas de plumas blancas o de murciélagos negras, e incluso muchas que parecían hacer cosplay ya que tenían partes de animales y otras criaturas, repartidos por toda la ciudad, enfrentando a los chitauri. También sobre sus capacidades, como volar, lanzar fuego, agua, rayos…, crear armas de la nada, tener una lanza que se alargaba, volverse una especie de hombre lobo…
Si no fuera por los millones de pruebas entre vídeos y fotos, nadie hubiera creído todo ello. De ahí nació la segunda gran cuestión: ¿quiénes eran? La ciudadanía exigía respuesta a sus gobiernos, respuestas que no tenían. También hubo numerosos problemas con lo que los chitauri dejaron: armas, cuerpos, armaduras, tecnología…
El Departamento de Control de Daños no daba abasto. A pesar de haber logrado que numerosas empresas se alejaran de los restos chitauri, muchos eran los que habían obtenido algo de los alienígenas, y no precisamente para hacer buen uso de él.
Y claro, no había que olvidarse de los fallecidos y desaparecidos. Como era de esperar, el número de ambos era tan alto que parecía que hubieran estado en plena Primera Guerra Mundial. Cada hora se contabilizaban nuevos muertos y, en caso de encontrar personas desaparecidas, casi todas se sumaban a la primera lista. El ayuntamiento tenía claro que aquel número no haría más que aumentar y aumentar conforme pasaran los días.
Mientras tanto, la Alianza se había vuelto a reunir para tratar el tema que estaba en boca de todos, pero esta vez estando todos cara a cara, siendo la primera reunión, y la primera toma de contacto entre los miembros de la Alianza, desde el ataque chitauri.
—… ¿Qué castigo ha impuesto el Consejo a quienes fueron a Nueva York? —preguntó Baraqiel, preocupado por el estado de su hija.
—Puedes estar tranquilo —dijo Sirzechs con voz tranquila—. No han sufrido daño. Su gran número y que sean herederos de Casas tan importantes ha provocado que el Consejo sea un poco indulgentes.
—¿Entonces?
—Aislamiento, sin ningún tipo de tecnología o medio para comunicarse con el exterior, incapacitados para usar sus poderes…
—Como si estuvieran en la cárcel.
—¿Cómo se encuentra tu hermana? —curioseó Gabriel con clara preocupación en su voz.
—Se está recuperando. Por suerte no hemos perdido a nadie, aunque no por ello dejarán de tener secuelas.
—Deberían de usar armaduras. Nosotros las usábamos.
—No tenían tiempo para eso, Rafael —siseó Serafall molesta.
—Sí, básicamente.
—Si no hubieran ido, no estarían así.
—No entremos en ese tema otra vez, por favor. La cuestión es qué hacer ahora.
—Bueno, damas y caballeros, ya han pasado dos días desde que los chitauri atacaran la Tierra y no ha habido entrevista ni charla por parte de los Vengadores. Thor y Loki han vuelto a Asgard con el Teseracto, y Thanos o su Orden no se han acercado a la Tierra.
—¿Podemos tranquilizarnos?
—A mí me parece que sí.
—Pero ese es un «asunto menor». El mundo religioso se desestabiliza.
—Creo que exageras. Vale, saben que no están solos en el universo, pero nada más.
—¿Perdona? Thor y Loki.
—No saben quiénes son.
—Es solo cuestión de tiempo que se sepa. ¡Forman parte de los Vengadores!
—Pues habrá que intentar que pongan alguna excusa.
—¿Quieres impedir que los Stark digan la verdad? Ja, muy buena esa.
—¿Y qué sugieres?
—Que nos apretemos los machos, y machas, y pensemos en hallar nuestra mejor opción ante lo que se nos viene encima.
Algunos no parecían muy predispuestos, otros coincidieron con Azazel y el resto estaban dubitativos.
—Y hablando de los Vengadores, su existencia me ha dado una idea.
—Creo que todos compartimos esa idea, Azazel —dijo Falbium apoyando su cabeza en su puño—, pero ya que has sido el primero en mencionarla…
—Pse. Como te gusta fastidiarme los momentos —Se quejó el ángel caído, encogiéndose de hombros, recargando su espalda sobre el respaldo de su asiento—. Como decía, esta es mi idea: crear nuestros propios Vengadores, un equipo de respuesta contra ataques a la Alianza.
—Formados por miembros de los tres bandos, ¿no? —curioseó Uriel.
—Por supuesto —asintió el líder de Grígori—, aunque es bastante probable que no se limite a siete miembros.
—Tampoco podemos crear un batallón, ¿o sí?
—No veo porqué no. Los que fueron a Nueva York demostraron compenetración.
—¡Estaba divididos en secciones de la ciudad!
—A todo le ponéis pegas.
—¿Has pensado incluir al Dragón Rojo? —cuestionó Sirzechs.
La pregunta del Rey Demonio provocó un silencio sepulcral. Todas las miradas se dirigieron al ángel caído, pero Azazel se mantenía tranquilo, impasible ante tanta atención.
—No puedo negarlo. Es más, con lo que está por venir, creo que sería bueno para nosotros que un miembro de los Vengadores forme parte de este posible equipo.
—Yo no creo que sea buena idea. Algo me dice que no va a estar muy colaborativo.
—¿Lo dices por nuestra negativa a enviar ayuda? Oh sí, desde luego que no estará nada contento.
—Y parece ser que sabe sobre los castigos por insubordinación, y traición en algún caso.
Las miradas se dirigieron a los Maous.
—Más y más puntos negativos se suman. Pero oye, si llega a ser posible, tendríamos buena imagen.
—Eso lo sabremos mañana. ¿Acaso no dan ambos Stark una entrevista? Veremos que sueltan.
—Lo mejor será tomarnos un tiempo para pensar sobre esta propuesta. Como bien se ha mencionado al principio, solo han pasado dos días. Los grandes cambios están por llegar. Actuaremos conforme a ellos.
XXXXX
El día siete de mayo, el tercero desde la batalla, se llevaría a cabo una rueda de prensa en la torre que Tony convocó el día anterior para explicar lo sucedido en la ciudad, así como revelar otro tipo de información igual de valiosa. Desde la pasarela pudo ver la entrada principal del edificio hasta arriba, abarrotada, por todos los periodistas que querían ingresar para no perderse la entrevista del siglo. Para ello se había reservado la sala más grande de la torre, una lo suficientemente grande como para dar cabida a tantas personas y material. También la propia ciudad estaba de «celebración», agradeciendo a los Vengadores, pues el nombre se había filtrado, por su ayuda como primera línea de defensa para contra los invasores. Volteando vislumbró a Pepper, Tony y Rhodey. Su padre le enseñaba a su amigo no solo los nuevos planos para la nueva torre, sino también el nuevo proyecto: la Legión de Hierro. Rhodey parecía muy interesado, pues cada armadura tenía un propósito.
Iron Man no es suficiente. Ni siquiera con una Máquina de Guerra y el Dragón Rojo vigilando su espalda. Para lo que se avecina, necesitaremos una Legión de Hierro.
Eso era lo que Tony le dijo cuándo le presentó la idea, y si era sincero, estaba dividido entre la aceptación y la negación.
—[¿Estás seguro de lo que quieres hacer, de lo que vas a hacer?]
—Ya sabes que sí.
—[Vas a sacudir los cimientos de tu especie, vas a destruir uno de sus principales pilares]
—Solo le quitaré la venda de los ojos, o terminaré de retirársela.
—[Esto traerá consecuencias, y algunas posiblemente muy graves. Te vas a ganar numerosos enemigos por ello, tanto de tu mundo como de otros]
—Lo sé, y estoy preparado.
—[Puede que tú sí, pero ¿y tus seres queridos?]
—Si no creyera que no pueden soportarlo o cuidarse, no me lo plantearía siquiera.
—[Como tú veas, yo solo te recuerdo las posibles consecuencias]
—Y te lo agradezco, como siempre, ¿no?
De pronto su móvil comenzó a vibrar y una melodía llegó a sus oídos. Descolgando sin mirar se llevó el aparato al oído.
—¿Qué te cuentas?
—*Eso debería preguntarlo yo. ¿Estás nervioso? *
—Mentiría si dijera que no.
—*Obvio. Estás por soltar una bomba del copón*.
—Dime algo que no sepa.
—*¿Algo que no sepas? Pues… Me mide diecisiete de largo y quince de ancho*.
Issei tuvo un leve tic en su ojo.
—¿Y a mí que coño me cuentas?
—*Has dicho que te diga algo que no sepa*.
—Dios...
—*Cambiando de tema, ¿has logrado comunicarte con ellas? *
—No. No hay manera. Seguramente les hayan quitado sus teléfonos, por no olvidar que habrán impedido que usen sus poderes.
—*Así ni siquiera pueden contactarte por medio de la magia, ¿no? *
—Exacto.
—*¿Con Irina tampoco? *
—Igual. Ni siquiera sus padres pueden comunicarse con ella. Sólo le dicen que está bien, castigada pero bien.
—*Pues vaya*.
—Vaya, vaya.
—¡Hey, la estatua de allí! ¡Muévete o me llevaré todo el protagonismo! —apremió Tony.
—Tengo que irme, ha llegado el momento.
—*Te deseo suerte, hermano. La vas a necesitar*.
Inspirando profundamente, Issei entró en el edificio. Los tres Hombres de Hierro, junto con la CEO de Industrias Stark, entraron en uno de los ascensores, bajando hasta la planta donde se encontraba la sala. El mismo pasillo estaba hasta arriba de periodistas que intentaban llevarse una exclusiva antes de comenzar la entrevista, pero no lograron sacar ni una sola palabra a alguno de los tres hombres. Ni siquiera declaraciones sobre las palabras del senador del estado, que les había culpado del conflicto. Cuando ingresaron en la sala donde se iba a llevar a cabo la entrevista, una ya de por sí enorme pero no lo suficiente para dar cabida a todos sin que se apretujasen, decenas de flashes desorientaron durante un instante a Issei, pero Rhodey colocó su mano en la espalda para que no se saliese del camino o tropezase.
Issei y Tony observaron a la innumerable multitud de periodistas de todo el mundo mientras se sentaban en sus respectivos asientos. Prácticamente todos los países del planeta habían enviado a sus periodistas públicos, por no olvidar a las cadenas privadas, para estar presentes en la que sería la entrevista de la década, e incluso del siglo. Dado que Rhodey y Pepper no eran miembros de los Vengadores y no habían estado presentes, se sentaron en sus asientos reservados, apartados de ambos. Puede que les hubieran puesto al día, pero seguía sin ser lo mismo. Hasta que los flashes no se detuvieron, ninguno de los dos Stark habló. Ambos Stark se miraron y asintieron.
—Hola a todos y bienvenidos a la futura Torre de los Vengadores —saludó Tony alzando ambas manos, como si quisiera abarcar toda la torre con ese gesto—. Si, ya sé que su nombre es Torre Stark, pero como comprenderéis, hemos decidido cambiar el nombre para que sea la sede de nuestro grupo. Y habiendo terminado la presentación, comenzamos con las preguntas.
Como era de esperar, prácticamente todos los periodistas alzaron sus manos, algunos casi incorporándose de sus respectivos asientos con tal de llamar la atención de alguno de los dos Stark. Dado que no se sabía cuánto duraría la entrevista, el propio Tony así lo expresó el día anterior, todos querían que se respondieran la totalidad de sus preguntas, aunque ambos Stark estaban totalmente seguros de que más de la mitad compartían dichas preguntas.
—Sí, tú —señaló Tony a una mujer de rasgos africanos.
Algunos molestos y otros expectantes, los periodistas bajaron sus manos y callaron mientras la señalada se ponía de pie. La periodista, que trabajaba para un canal de noticias sudafricano, tuvo la suerte de realizar la primera pregunta:
—Señores Stark, ¿podrían explicarnos el motivo de que un ejército alienígena haya atacado hace tres días esta ciudad? Gracias.
—Bueno, en verdad la pregunta es bastante sencilla —Tony fue el encargado de responder—. Para resumirlo: Loki, un semidiós de la mitología nórdica, robó un objeto, el Teseracto, a S.H.I.E.L.D. y lo usó para invadirnos y conquistarnos. Siguiente pregunta.
Nuevamente las manos se alzaron, estirándose todo lo posible. Tony señaló ahora a un hombre de uno de los principales canales de noticias estadounidenses.
—¿Nos está diciendo que los dioses existen?
—¿Acaso cuesta tanto creerlo cuando unos alienígenas nos han invadido? Pero no —negó Tony con pereza—. Los semidioses sí, pero los dioses no. Aunque bueno, supongo que todo depende de las creencias. Loki y Thor son, en nuestra humilde opinión —Se señaló a sí mismo y a Issei—, ambos son semidioses. Sangran, y pueden morir. ¿Tipos así pueden ser llamados dioses?
—Por no olvidar que ese término es solo un calificativo humano para intentar explicar lo que en su momento no se sabía o para intentar dar significado a la existencia misma —continuó Issei encogiéndose de hombros—. Pero lo que hemos averiguado, y pruebas tenemos de ello, es que los panteones de la Tierra no son más que especies extraterrestres que llegaron a nuestro planeta en distintos momentos de nuestra historia y que en un egoísta deseo de adoración se presentaron como dioses ante los humanos más primitivos que los actuales. Otra pregunta.
—¿Qué pruebas tienen de que lo que dice es verdad? ¿Cómo demostrar que no son dioses, que sangran?
Issei sacó su teléfono móvil. Solo fue desbloquear y tocar suavemente la pantalla. Con una sonrisa, volvió a guardarlo en el bolsillo de su pantalón.
—Ahí están las pruebas. Cualquiera puede verlas.
Los periodistas se miraron curiosos, sacando sus respectivos móviles. Issei había publicado todo lo que no fuera comprometido y estuviera relacionado con los semidioses, incluyendo su «entrevista» con Thor y la paliza de Hulk a Loki.
—Si quieren podemos cortar la entrevista ahora ya que os veo muy pendientes del móvil —comentó Tony con burla, por lo que todos guardaron los dispositivos—. Bueno, ¿siguiente?
—Entonces, si los dioses de la mitología vikinga existen —Ambos Stark pusieron los ojos en blanco al escuchar la palabra dioses—: ¿eso quiere decir que los otros existen? Ya sabe, como Dios.
—Existir existen o existieron —respondió Issei sin darle importancia a lo que estaba por revelar—. Como podrán ver en todo lo que he publicado, hay numerosos dioses en la mitología nórdica que el propio Thor me confirmó que no existen, como sus hermanos o sus tíos. Y luego hay otros que están muertos —lanzó la Bomba del Zar—, como es el caso del dios abrahámico.
Y la bomba estalló.
La sala quedó en completo silencio. Issei acababa de revelar al mundo entero un secreto que los actuales miembros de la Alianza habían logrado mantener oculto durante más mil años. En sus respectivos territorios, la mayoría estaría maldiciendo a Issei en aquel preciso instante, pensando en hacer con él de todo menos vudú.
El impacto de la noticia fue tal que muy pocos periodistas se atrevieron a alzar la mano. Que revelasen que el dios en el cual creía más de la mitad de la población de todo el planeta estaba muerto no era para tomárselo a la ligera. Si no fuera porque habían visto y experimentado una invasión alienígena y que dos supuestos dioses vikingos habían participado en ambos bandos, la reacción habría sido muy cómica.
—¿C-cómo que Dios está muerto?
Nuevamente Issei sacó su teléfono. Las luces bajaron su intensidad y una pantalla se prendió detrás de ambos Stark. Lo que allí apareció fue Kuoh, más precisamente el lugar donde se llevó a cabo el enfrentamiento contra el ángel caído Kokabiel.
—Ese de ahí es el ángel caído Kokabiel, uno de los doscientos Vigilantes mencionados en el Libro de Enoch. Pertenece al instituto Gremory, el grupo donde están reunidos todos los ángeles caídos que existen, que son bastante menos de los mencionados en dicho libro. Este evento sucedió hace un año. Os sugiero que prestéis atención. Ah, por cierto, también lo acabo de hacer público.
El vídeo comenzó su reproducción desde la derrota de Freed Sellzen, justo cuando Yuuto iba a por Valper Galilei. Conforme los segundos pasaban la expectación crecía y crecía. Por un momento parecía que estuvieran viendo una película, pero aquella localización era real y el propio Issei Hyoudou-Stark combatió allí, dentro de su armadura, por supuesto. También pudieron reconocer los rostros de varias personas que ayudaron a defender la ciudad de los chitauri. El vídeo finalizó unos segundos después de que la pelea entre Issei y Kokabiel diera comienzo.
—Y, por si quedan más dudas… —Ahora se reprodujo un segundo vídeo, esta vez de la Conferencia de Kuoh, con varios de los líderes de la actual Alianza—. Para quienes no lo sepan, esos de allí son algunos de los líderes de los tres bandos de las religiones abrahámicas: Miguel, el Arcángel y actual líder de los ángeles; Azazel, líder de los ángeles caídos; y Serafall y Sirzechs, líderes de los demonios.
Nuevamente la sala quedó en completo silencio mientras el vídeo se reproducía. Si bien ahora estaba en internet, ¿para qué buscarlo si podían verlo? Se mostró también parte de la batalla que se llevó a cabo durante dicha Conferencia. Cuando el vídeo terminó, la sala volvía a estar en completo silencio.
—Algunos de esos jóvenes… ¿no participaron acaso en la batalla? —cuestionó una periodista.
—Así es.
—Entonces, esos jóvenes… ¿son demonios?
—Así es —asintió con una sonrisa mientras se desplegaban varias imágenes y vídeos de los sobrenaturales durante la batalla—. Demonios, ángeles, vampiros, licántropos, dioses, dragones, youkais… Todo lo que ahora catalogamos como mitología, folclore o sobrenatural existe. Conviven con nosotros, aunque no lo sepamos. Pero la cuestión es: ¿hay que tenerles miedo? Ya os digo yo que no más que temer a otros humanos. Solo miren que muchos de ellos nos ayudaron, defendieron esta ciudad y a sus habitantes.
—Lo dice como si tuviera experiencia —cuestionó otro periodista.
—La tengo. Casi toda mi vida la he tenido. El mundo no es solo blanco y negro, es casi su totalidad es más bien gris, a veces más claro y a veces más oscuro. El ataque es el mejor ejemplo. En todas partes podéis ver a tipos con alas de murciélago o de plumas, ¿verdad? Pues bien, algunos eran demonios, otros ángeles, e incluso había youkais, como ya he dicho. Los demonios son descritos como seres malvados, ¿verdad? Pero los que aparecen en tantas fotos y vídeos de la batalla, que por cierto pertenecen a las religiones abrahámicas, lucharon a nuestro lado. Son codiciosos, no lo niego, pero no todos son esas malvadas y viles criaturas que tanto nos cuentan. No hablo de la sociedad, pues la suya es una pre industrial. No. Yo hablo de individuos: ni todos los demonios son malvados ni todos los ángeles son legales.
—¿Dice usted que la religión nos ha mentido?
—Y tanto —aseguró con total convicción—. Las religiones no han hecho nada más que mentir. La información que he publicado así lo demuestra. Aunque a veces hay algo de verdad entre tanta mentira. Con lo que he mostrado de los nórdicos tendría que valer, pero puedo aportar más pruebas si gustáis.
Muchos asintieron, por lo que Issei accedió, liberando más información sobre el mundo sobrenatural. Mientras que Issei hablaba, Tony revisaba su móvil. Internet estaba en llamas y, como era de esperarse, medio mundo se le había echado encima por no solo negar la divinidad de sus dioses (no solo cristianos, judíos y musulmanes), sino también otros como podían ser los hindúes. Pero conforme liberaba más y más información, los argumentos en contra iban perdiendo fuerza. Obviamente para muchos aquellas pruebas eran más falsas que la llegada del ser humano a la Luna. No atendían a argumentos ni razones. Pero un número cada vez mayor iba aceptando la verdad sobre el mundo en el cual estaban viviendo. Pero claro, no sería cuestión de minutos, horas o días. Posiblemente haría falta semanas o meses para que el mundo aceptase en su totalidad la verdad. Alzó una ceja al ver mensajes de las principales instituciones religiosas llamando a Issei de todo menos guapo, exponiendo que pensaban llevarlo a juicio por sus mentiras y calumnias. E incluso ya había amenazas de muerte por parte de los más extremistas.
—¿A qué se refiere con que los demonios son pre industriales?
—Me refiero a que su sociedad se basa en eso. Solo hay que leer un poco para ver en qué se basa ese sistema. Todo el poder y riquezas lo concentran los nobles y su gobierno, el Consejo. Los demás viven de las sobras. Apenas y tienen oportunidades para crecer. Luego si quieres público también cómo funciona su sociedad.
—Perdone señor Hyoudou —interrumpió una periodista japonesa—. Usted ha dicho que tiene experiencia con todo ese «asunto». ¿Cómo es eso? ¿Acaso usted ya lo sabía? Y de ser el caso, ¿por qué no lo ha dicho antes?
El silencio siguió a las preguntas de la mujer una vez las hubo expuesto. Issei, Rhodey y Tony se miraron de reojo. El último gran secreto del mundo estaba por ser revelado.
—Eso es porque desde que tengo uso de razón he convivido con una de esas criaturas.
Ignorando las preguntas, alzó su brazo izquierdo. En un instante el guantelete cubrió todo su antebrazo.
—Ésta es la Boosted Gear, una de las Longinus mencionadas en los vídeos, donde se encuentra el alma de una de las criaturas más poderosas del universo: el Dragón Rojo Ddraig.
—[Saludos]
—¿Qué tecnología es esa? Sabemos que es parte de su armadura y tiene una intel…
—Sí, es tecnología, pero no humana —interrumpió Tony mientras miraba la armadura—. La nanotecnología no ha evolucionado lo suficiente para hacer aparecer el antebrazo entero de una armadura en un segundo. Y lo digo con conocimiento. Si tuviéramos acceso a esa tecnología, mis trajes serían mucho más impresionantes. Lo que mi hijo porta es una Sacred Gear. Son armas creadas por el semidiós bíblico que dio a los humanos para defenderse de las amenazas que no podían enfrentar con las armas de antaño, e incluso las actuales. Y dentro de las mismas hay varias: las Longinus. Éstas son las que tienen más poder.
—¿Nos está diciendo que el mismo dios que afirman que está muerto creó armas para que nos defendiéramos?
—Eso mismo —asintió Issei.
—¿Por qué?
—Porque no hay nadie omnipotente, omnisciente ni omnipresente. Ni siquiera Yahvé lo era —Los de creencias judías se llevaron las manos a la boca al escucharle pronunciar su nombre—. Por eso mismo, y por una guerra que libró contra demonios, ángeles caídos y otros panteones, no podía prestar total atención a los humanos de la época. Les otorgó estas armas para poder defenderse, pero claro, cada uno, en su libre albedrío, las usa como quiera. En mi caso…, bueno, ya habéis visto.
La entrevista continuó durante tanto tiempo que tuvieron que hacer un descanso. Todas las preguntas, o casi todas, fueron respondidas: Sacred Gears, Longinus, Evil Pieces, ascendidos, la Gran Guerra Sobrenatural, la Guerra Civil Demoníaca, la Brigada, dioses, extraterrestres…, hasta que un vídeo interrumpió la entrevista. La pantalla cambió, mostrándose una cara conocida por Issei.
—*Hola mundo. Permitid que me presente, aunque algunos me reconocerán de los vídeos y fotos que hay en internet. Soy Cao Cao, líder de la Facción de Héroes —Issei y Tony se miraron de reojo. Ya esperaban que los terroristas hicieran su movimiento—. Señores Stark, espero que mi interrupción no os moleste, pues nos hemos visto obligados a participar en esta entrevista al notar que no han comentado varios puntos importantes —Issei hizo un gesto, dándole permiso—. Muchas gracias. Como decía, hemos estado atentos a la entrevista que los señores Stark están llevando a cabo en ese mismo momento. Primero que nada, quiero saludarlos y presentarles mis respetos por lo que han hecho. No todos tendrían el valor necesario para hacer esto. Quitar la venda a nuestra especie, sacarla de un engaño milenario, es lo mejor que podrían haber hecho. Hemos escuchado cómo han hablado de nosotros, y estamos satisfechos. Como bien han explicado, somos terroristas, sí, o defensores de la humanidad y el planeta. Todo depende del punto de vista. En el caso de los sobrenaturales, somos terroristas, pero ¿lo somos también para nuestros congéneres? La prueba es que todos nosotros participamos desde el primer momento en la Batalla de Nueva York. Y como bien se ha dicho, somos considerados terroristas por esos seres sobrenaturales. Si bien es cierto que para nosotros el fin justifica los medios, hemos actuado cuando los nuestros se han visto en peligro. Dado que los señores Stark no han hablado de un claro ejemplo, lo haremos nosotros. Y eso son los asesinatos en serie hechos en Japón hace más de una década, o los de hace un año en todo el mundo, asesinatos que para la policía no tenían conexión alguna, por muy inexplicables que fueran*.
Sin ser interrumpido en algún momento, Cao Cao expuso su punto de vista, haciendo ver la maldad de esos seres sobrenaturales, mostrando todos los asesinatos que habían cometido, sin olvidar todas las personas que los demonios habían reencarnado contra su voluntad, dejando que varios contaran las horribles experiencias que habían vivido bajo el yugo de sus amos. Cuando Cao Cao terminó su parte, numerosos periodistas alzaron sus manos.
—Señores Stark, ¿cómo pueden decir que no les temamos con todo lo que nos han mostrado y explicado?
—Yo solo dije que todos ellos son como nosotros: ¿acaso no hay asesinos en serie y de masas en nuestro planeta? ¿Acaso no hay gobiernos corruptos? ¿No se roba, no se mata, no se viola, no se tortura? No son tan diferentes como nosotros, ese es mi punto.
—*Un punto que no negaré —dijo Cao Cao asintiendo—. Y es un punto de vista noble, pero dado que nuestra sociedad no puede castigar a esos criminales, y sus propios gobiernos no lo hacen, es nuestro deber impartir justicia*.
—Vosotros sois juez, jurado y verdugo. No es justicia, es venganza. ¿O acaso has olvidado lo de Kioto? Destruir la ciudad de los youkais, matando a su líder, provocando un terremoto que a punto estuvo de devastar la región. ¿Y todo por qué? Los que mataron a esas personas hace más de diez años están muertos. Atacasteis y matasteis a inocentes.
—*Ese es tu problema, Sekiryuutei. En tu bondad, en tu visión de ver lo bueno de las personas, sean humanos o no, eres incapaz de ver su amenaza. Nosotros simplemente la eliminamos del mapa*.
—Pensaba que el castigo iba después del crimen, no antes.
—*Nosotros evitamos que se comentan esos crímenes*.
—Lo único que lográis es que crezca el odio hacia nosotros por vuestros actos.
—*Respóndeme a una cuestión: ¿acaso los Aliados no cometieron grandes crímenes y matanzas con tal de derrotar al Eje. Pues nosotros hacemos lo mismo. ¿Por qué en su caso son vistos como héroes y a nosotros intentan etiquetarnos de terroristas? —Entonces Cao Cao apartó la mirada—. ¿Sí? De acuerdo, voy. Lo lamento, pero tengo que irme. Espero que retomemos esta conversación, quizás con otros invitados*.
Con la salida de escena del líder de los héroes, la sala quedó en completo silencio. Cao Cao había logrado su objetivo: que la atención se centrara en cómo debían tratar a lo sobrenatural. Con la duda planteada por Cao Cao, la entrevista finalizó.
XXXXX
Al mismo tiempo que la entrevista se llevaba a cabo en la torre, en la misma sala donde se reunieron el día anterior, los líderes de la Alianza analizaban todo lo dicho y mostrado tanto por los Stark como por Cao Cao.
—La madre que lo parió.
—No se ha guardado nada el niño. Lo ha soltado todo.
—Revelar que nuestro padre está muerto… Y el mundo le está creyendo.
—Normal. Ha expuesto pruebas más que contundentes. Están en internet. Nadie puede eliminarlas.
—Este es un golpe mortal para el Cielo.
—No solo para el Cielo. Es un golpe para la Alianza. Nos ha hecho más daño que si nos hubiera atacado directamente. ¡Maldita la hora en que intentamos llevarnos bien con él!
—Te lo estás tomando demasiado a pecho.
—¡¿Pero qué demonios dices, Azazel?! ¡Has visto y oído lo mismo que nosotros!
—Lo sé Armaros, lo sé. Pero ¿qué esperabas que hiciera? Su mundo ha sido atacado, se enteró que decidimos no intervenir y que encima de todo hemos castigado a aquellos que fueron en auxilio de Nueva York. Con la oportunidad de revelar la verdad al mundo, lo ha hecho sin contemplaciones. Es más como una especie de castigo para nosotros.
—Va a comenzar una nueva caza de brujas.
—Es posible, aunque en este caso debo alabarle. Dejó bien claro que no deben temernos.
—Ya… Eres demasiado ingenuo.
—Solo intento ser optimista ante la nueva realidad que se nos viene encima. El señor Hyoudou ha demostrado que quiere la paz y tranquilidad entre humanos y no humanos, y apoyará para que no haya guerras o matanzas. Sí, habrá desconfianza por el miedo y desconocimiento, por no olvidarnos de la invasión chitauri, pero creo que esto puede salir bien dentro de lo que cabe.
—Crucemos los dedos.
—Pero no podemos olvidarnos de Cao Cao. ¿Cómo ha permitido que ese desgraciado hablase?
—¿Qué otra cosa podía hacer? Si lo apartaban tendrían mala imagen, como si quisieran esconder algo turbio, además de que perfectamente podrían haber hecho un vídeo y haberlo publicado. Ha tomado la mejor decisión.
—Sí, y ahora está sobre la mesa ese debate. Todo el mundo está pidiendo un debate, con los Stark y Cao Cao incluidos.
—Darle voz a un terrorista… Malditos humanos.
—Para ellos no es un terrorista. No saben quién es exactamente.
—Quizás podríamos ir nosotros al debate.
—Malísima idea. Como está el mundo ahora, va a ser un peligro. Como dije, se va a desatar una caza de brujas por todo el mundo. Por eso es mejor que sigamos en nuestros territorios, evitando ir a la Tierra.
Los líderes se miraron entre ellos, coincidiendo en la propuesta de Penemue. Antes tenían el peligro de los terroristas, y ahora el de todo el planeta. Sí, lo mejor sería seguir como estaban a la espera de ver cómo se seguían desarrollando los eventos.
XXXXX
La entrevista fue de lo único que se hablaba en todos los periódicos y noticiarios del mundo. Los diferentes puntos de vista, como los de los Stark y Cao Cao, fueron discutidos hasta la saciedad. Era simplemente imposible llegar a un acuerdo, pues el mundo estaba dividido, y no solo en esos dos puntos de vista. A pesar de ello, los Hombres de Hierro continuaron ayudando a la ciudad en todo lo posible. La gran mayoría de veces los ciudadanos, así como los empleados públicos como policía y bomberos, les vitoreaban y felicitaban por todo lo que habían hecho, pero claro, también estaban aquellos que les criticaban, abucheaban y decían de todo, aunque su número era muy reducido.
—Hey, Kunou, hola. ¿Cómo estás?
Aquella misma noche, cuando estaba por irse a dormir, Issei recibió una video llamada de Kunou. Hacía muchos días que no hablaba con ella, y tenía la sensación del motivo por el cual le había llamado.
—*¿Por qué? *
Suspirando pesadamente, Issei buscó la respuesta adecuada para la actual reina de la Facción del Oeste. El tono duro de Kunou mostraba cuan furiosa y molesta estaba.
—Entiendo tu odio hacia ellos. Sé que lo que hizo tu padre no es excusa para hacer lo que hicieron, pero creo que eres lo suficientemente madura para entender que en esa batalla tenía que aceptar su presencia y ayuda, así como que no podía echarle de la entrevista.
—*Lo sé…, o al menos intento entenderlo…*
—Aún no he podido agradecerte por enviar ayuda.
—*Tú lo hiciste, así que es mi deber devolver el favor. Intenté ir yo misma, pero no puedo. Hay muchas cosas que ya no me permiten hacer*.
—Ahora eres reina. Es normal.
—*¿Recuerdas que le prometiste a mi madre ser nuestro mediador con los humanos? —Issei asintió—. Pues debes cumplir con esa promesa. Ya no podemos fiarnos de los Clanes. No…, yo no puedo fiarme de los Clanes. Si bien es cierto que lo entiendo, no confío en ellos. Sé que tú tienes relación con ellos, y eso te da mayor importancia*.
—Estaré encantado de ser vuestro mediador. Lo dije en su momento y lo ratifico ahora. Mi promesa pasa a ti.
Kunou sonrió ampliamente.
—*Me alegra escucharlo. Con todo lo que has hablado, el mundo va a experimentar un cambio sin precedentes. Tenemos miedo por la reacción que puedan tener hacia nosotros, pero si contamos con tu apoyo, nos sentiremos un poco más aliviados. Tener a un Vengador a nuestro lado calmará un poco las cosas, ¿no? *
—Eso espero Kunou…, eso espero…
Pues ale, otro capítulo. ¿Alguien se ha sorprendido con las nuevas sorpresas? Es posible, pero dado que leéis muchos, pero los reviews son tan pocos, me es imposible saberlo ja, ja, ja. Aunque supongo que si seguís leyendo será por algo, ¿no?
Bueno, ¿quién puede decirme qué misión es esa que Fury le ha encargado? A ver quién lo averigua o quién está cerca. Si alguien acierta, lo confirmaré, por supuesto.
Ahora los comentarios:
Tenzalucard123
Unirse momentáneamente por un bien superior: defender la ciudad. Pero claro, eso no quiere decir que se hayan vuelto aliados ni nada, solo que tuvieron claras las prioridades.
Espero que te haya resultado interesante.
Goku SSJ DIOS SSJ3
Fue complicado, lo admito, y en un principio me olvidé el Equipo Slash/Dog ja, ja, ja. Por ahora lo están. Rias y muchos otros salieron mal parados, incluso hubo muertos entre los ángeles/exorcistas y los compañeros de Cao Cao.
Ya te he respondido.
CCSakuraforever
Una unión momentánea y necesaria. El número de muertos entre los neoyorquinos va a ser muy elevado, pero habrían sido muchos más de no ser por la ayuda. Y bueno, Thanos es mucho Thanos, eso lo sabemos todos. Espero que la entrevista haya cumplido. La verdad es que no consigo recordar si se me ha olvidado algún punto por tratar ja, ja, ja.
Chrono tigger
Entre este capítulo y el siguiente se verá que la repercusión es mucho mayor que en las películas.
Son así, pensaba que lo había dejado claro antes ja, ja, ja. Pero claro, los demonios pura sangre han disminuido aún más, la mayoría de re encarnados se alzaron y huyeron o murieron enfrentándose a ellos, y luego estaba el meterse con Thanos. Son los demonios más poderosos del Infierno, pero no poseen poder real, ese lo ostenta el Consejo. Es algo parecido a una monarquía parlamentaria.
Bueno…, sí, seguramente sí.
Lo dije en su momento, pero me repito sin problema: todo aquel personaje que salga en DxD y el UCM mantendrá la apariencia y personalidad del UCM. Loki ha sido el mejor ejemplo.
Pd: ¿soy el único que ha mojado su ropa interior con WandaVisión? Espero que no, ja, ja, ja.
Sin más que decir, me despido.
¡Nos leemos!
