Este fic participa en el minirreto de marzo para La Copa de la Casa 20/21 del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black

Sinopsis: Noche oscura y sin estrellas, perfecta para una melodía tenebrosa.

Personaje: Gormlaith Gaunt.

Sorteo: La flauta del flautista de Hammelin.

Beteado por Miss Lefroy Hrafna


Dulces sueños

From the cradle bars
Comes a beckoning voice
It sends you spinning
You have no choice
You hear laughter
Cracking through the walls
It sends you spinning
You have no choice

Spellbound, Siouxsie And The Banshees


Noche oscura y sin estrellas; noche de malos presagios. «Los muggles temen a noches como esta», se dice la bruja y sonríe.

Saca la flauta, se arremanga y entonces se la lleva a los labios.

Va a darles más razones a los muggles para temer las noches negras.

Gormlaith Gaunt odia a los muggles. El mundo debería ser para las brujas, para los magos, las hechiceras. Aquellos que han nacido con los dones de los linajes antiguos.

La flauta suena.

No es una melodía tenebrosa, al contrario: evoca juegos, risas, momentos risueños. Es un llamado engañoso.

Juega con los bajos y los altos, con el tempo de la música.

Es una melodía que un juglar tocaría de día, cuando el sol está en lo más alto y los niños juegan. En la noche oscura, la música parece extraña y fuera de lugar. Pero Gormlaith Gaunt sabe que así tiene que ser.

Ha escuchado que su hermana se casó con un adorador de muggles. ¡Incluso Rionach se atreve a mostrarles simpatía! Oyó que viven en un pueblito, rodeados de gente que no sabe hacer magia. También sabe que tienen una hija y Gormlaith está dispuesta a encontrarla.

Arreglará el linaje Gaunt. Le enseñará la verdadera magia y el poder cuando la encuentre.

Pronto aparece el primer niño, tallándose los ojos. Y luego el segundo y el tercero. Sus padres están profundamente dormidos y no notarán su ausencia hasta la mañana siguiente.

Gormlaith empieza a caminar, conduciéndolos al bosque. Los niños la siguen haciendo cabriolas al ritmo de la flauta que suena y les recuerda a las canciones con las que se divierten.

Mientras más se internan en el bosque, la música cambia.

Primero ya no es juguetona, sino más lenta. Más parecida a la nana de una madre que busca dormir a sus hijos.

Después es más baja, como la música de los bardos cuando quieren evocar tensión en sus espectadores. La música con la que se narra una aventura por el bosque tenebroso.

Los niños se aletargan. Gormlaith busca con la mirada. Ninguna de las niñas se parece a Rionach o su esposo. Los Sayre no están en ese pueblo.

La música se hace más tenebrosa: como de historias de aparecidos, muertos y fantasmas.

Más lenta, más rápida.

Ve los ojos de los niños que empiezan a asustarse. Lejos de casa, en la espesura. Se preguntan dónde están y por qué su corazón late tan rápido.

Los dedos de Gormaith se mueven con destreza por la flauta.

Más rápido, más fuerte, están en la cima del crescendo.

La flauta es mágica. Gormlaith la talló con piedras malditas, la encantó ella misma. Invocó a la magia más oscura para su creación.

Una flauta que controla la vida de otros.

Más, más, más. Ahora sí es música de noche oscura sin estrellas. Los niños caen, uno, dos, tres. Gormlaith los cuenta.

Finalmente, quita la flauta de sus labios y se dirige a los niños que no han de despertar jamás:

—Dulces sueños.


Palabras: 500.

1) Estábamos buscando un feeling nivel Yiling Lazou (si saben a qué me refiero, bien por ustedes; si no, no se han perdido de nada).

2) Nada más para decir que amé este reto.


Andrea Poulain