Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Pude cerrar los ojos, más no pude dejar de verte. Y dejar de dormir más no dejar de soñar. Puedo callar las voces más no puedo dejar de oírte, puedo dejar de ser, pero no puedo dejar de estar. Besame, hipnotízame. Ya no me importa más, róbame el alma, hechízame... — Hipnotízame, Fobia.

Después de hablar con la terrícola, partí al día siguiente a visitar ciertos planetas cercanos, los cuáles aceptarían mis términos sino querían que ocupara sus planetas.

A diferencia del lagarto de dudoso sexo no pienso pasarme la vida purgando planetas, sé que con mi presencia basta para que acepten inclinar su rodilla ante mí, me interesa más que me sirvan y me teman, en lugar de acabar con civilizaciones enteras.

Cómo príncipe de una raza guerrera fui educado en el arte de la guerra, los demás planetas temblarán y aceptarán servirme sin necesidad de derramar mucha sangre... ¡Cobardes!

El imbécil de Nappa me hizo enfurecer antes de partir, no era feliz sabiendo que me iba solo y lo dejaba de niñero como él lo llamó, pero no le quedó de otra más que acatar y aceptar la situación, ¡Nadie discute mis órdenes! A mi lado viajarán solamente Kale junto con Chard y Tooma.

Hablando de Kale, tampoco me hizo fácil la situación, creí que sería menos visceral que la científica, ¡Argh! ¡Malditas hembras! tuvimos otro desencuentro cuando insistió en llevar la nave en la que llegué.

"... —¿Cuándo partiremos Vegeta? – Me preguntó indiferente, pensé que solo era mera curiosidad así que simplemente contesté — En cuanto amanezca.

Kale se me acercó y me abrazó, acababa de revisar con Nappa los planetas que ella y yo visitaríamos. Hacer la revisión había tomado más tiempo del requerido y simplemente quería regresar a la nave para hablar con Bulma.

—Ahora no estoy de humor— fue todo lo que dije antes de quitarla de mi camino, ella ni se inmutó. De pronto mientras avanzaba rumbo a la puerta para marcharme de ese lugar ella dijo — ¿Moverás a tu esclava de lugar?— Necesitamos que limpien la nave para que podamos partir sin demora mañana temprano.

La irritación creció en mí sin saber por qué, ciertamente me debería dar igual lo que Kale diga de la terrícola, la realidad es que me incomodó.

—Su nombre es Bulma y es mi científica, no mi esclava. — Tan pronto esas palabras escaparon de mí me arrepentí, no tendría por qué defenderla.

Dejé de prestar atención a ese malestar que sentía cuando caí en la cuenta de que, Kale quería que le quitáramos la nave a Bulma.

Se nota que no la conoce, sonreí sin siquiera darme cuenta, de tan sólo imaginar que si la humana escandalosa se entera de los planes de Kale para su nave, es capaz de sabotearla en instantes para que nunca vuelva a funcionar, la terrícola es demasiado talentosa no me pensaba arriesgar.

Usaremos la nave que preparó Suzuke, Kale. Vi la cara de la hembra enrojecer de enojo — Esa nave es más potente, la usaremos Vegeta, mueve a la esclava de lugar. Necesitamos se haga la limpieza en la nave, lo más pronto posible.

Solo sonreí de medio lado recargándome indiferente en una columna en el pasillo, veía la irritación crecer en Kale.

—¡Vaya! ¿Entonces aceptas que tu científica Tsufur es menos inteligente y competente que la humana?— La ví entrecerrar los ojos hecha una furia para salir de ese lugar sin siquiera dirigirme una mirada..."

De saber que tener hembras alrededor me complicaría la existencia ¡No hubiera pensado en tener nada con ninguna! —Tsk—

Sí, estoy de acuerdo con ella en que es una nave más sofisticada, pero es la nave de la humana, y con lo terca que es no lograría que use una habitación de la base, además ahí estará más protegida...

Un sentimiento de aprehensión e incomodidad cruzó por el pecho del saiyajin, no quería aceptarlo, pero realmente le preocupaba dejar a la ojiazul sola, movió la cabeza quitándose de esta los pensamientos llenos de ella

«Esta vez no maldita bruja, no significas nada para mí...»

Se repetía como un mantra, convenciéndose así mismo que esos sentimientos que tenía revoloteando en su interior eran por la excitación de comenzar su destino y no por la mujer de los ojos azules a quien había dejado con el corazón roto en el planeta base, mientras se iba con su consorte a otros planetas.

—¡No entiendo porqué tienes que ir! — decía furioso Paragus, mientras caminaba de un lado a otro desesperado.

—Es necesario y punto— Fue la firme y tajante respuesta de la saiyajin.

Él sujetándola de los hombros —No vayas, no necesitas estar a su lado, le has dado lo que él quería, ahora presume un heredero, aunque con mejor sangre y genética de la que ese cretino puede llegar a tener en verdad. Sino mira a su verdadero hijo, una vergüenza para la raza... No necesita volver a ponerte un dedo encima de nuevo— dijo en un susurro de súplica.

—Te estás excediendo, ¡No eres más que un sirviente! — dijo molesta mientras se soltaba de su agarre.

—No te olvides con quién hablas Paragus, haré lo que deseo te guste o no— fue la fría réplica de Kale.

—Encárgate de lo que pedí, más te vale que a mi regreso la zorra humana no esté aquí, accidentes pasan... — La mirada del guerrero se perdió en los ojos chocolates de la fémina.

—¿Puede ser sospechoso no crees? Su desaparición puede ser imputada a ti...– La voz del saiyan tenía un tono suplicante. La saiyajin solo torció los ojos antes de contestar molesta:

—¡Claro que será imputada a mí, si eres lo suficientemente incompetente para dejar que te atrapen! Si eres sigiloso, nadie se enterará. Además que culpa tenemos que el imbécil de Vegeta se encaprichara y trajera una zorra de complexión tan delicada... Asegúrate que parezca que alguno de los otros fue el culpable.

A pesar de lo dicho y de que él sabía que cumpliría cualquier cosa que ella le pidiera, deseaba con todas sus fuerzas que Kale se quedara, odiaba el hecho de saber que la compartía con el idiota de Vegeta.

—Quédate...— Suplicó nuevamente el guerrero, tomándola de la cintura por detrás acercándose a ella. Abrazando su pequeña cintura mientras le daba un suave beso en el cuello.

—¡Deja de decir estupideces Paragus! Si estoy aquí, sospecharán de mí si algo le pasa a la inmunda concubina que el idiota de Vegeta tiene... el plan sigue en pie.

Fue todo lo que la guerrera dijo antes de soltarse bruscamente del hombre saliendo así de la habitación y dejando al saiyan rumiar su coraje.

Ella se había hecho la meta de recuperar terreno con el príncipe. Nunca se amaron y desde el principio estuvo claro que esto era un acuerdo práctico para ambos, pero debía de alguna forma de ganarse la confianza de Vegeta.

Lo cuál era bastante difícil, pues el sentimiento de odio hacia él por la última humillación sufrida a manos del príncipe que resultó tener un hijo bastardo no ayudaba. Pero ella era más inteligente, siempre lo había sido, seducirlo y tenerlo de su lado era la única forma de asegurar el éxito de su plan.

Mientras iban rumbo al primer planeta, Vegeta aprovechó para explicarle a Kale sus planes y la intención de esos acuerdos. Realmente no llevaban una mala relación y si la ojiazul no hubiese existido él apostaba a que la guerrera se hubiese podido instalar como la mujer del príncipe en todos los sentidos y no solo como su consorte oficial.

Para ser justos, él no le había dado una oportunidad real a Kale de demostrar sus habilidades como consorte y no se refería al sexo, sino a sus deberes como futura reina. Así que, decidió que este viaje bien podría usarlo para tener una mejor relación con ella, si lograba que se entendieran como los futuros reyes que serían bien podía lograr que ella se tranquilizara con respecto a la peliazul y se mantuviera a raya con respecto a sus intenciones contra Trunks y la científica.

Con respecto a Chard se sentía tan orgulloso de él que no veía el momento de comenzar a entrenarlo, por lo que aprovecharía el tiempo en la nave y empezaría a entrenar al pequeño heredero.

La intención era ver su potencial para explicar a Nappa como llevar el mejor entrenamiento del niño. Tenía la plena certeza y seguridad de que su heredero era más fuerte y desarrollado que Trunks.

Al final de cuentas era un saiyajin de raza pura. Con esa certeza comenzó el entrenamiento, por lo que le había sorprendido cuando al pequeño saiyan le costó seguirle el entrenamiento y no lo había sometido a ningún tipo de gravedad aumentada como al híbrido.

Su ceño se frunció al sentir la irritación por ese hecho. Tal vez su expectativa con respecto a Chard era demasiada, aunque lo dudaba Trunks pudo...

De pronto una amplia sonrisa llegó a él al recordar sin querer como ese pequeño crío suyo color pelilila lo retaba cada vez que habían entrenado y como había aguantado el arduo entrenamiento al que lo había sometido cuando se quedó al cuidado de él, mientras la científica había estado inconsciente después del incidente de la nave en el planeta Demark.

"... —Vamos Trunks, demuéstrame que puedes— Decía un escéptico saiyajin que veía a su hijo en forma arrogante, dando por sentado que no podría caminar con el peso de 5 gravedades terrestres encima.

—El pequeño saiyan miró enojado a su papá y comenzó a caminar lentamente, pero la gravedad era demasiada y cayó golpeándose fuertemente.

Sabía que de estar ahí su madre correría a ayudarlo, lo abrazaría y le cantaría algo bonito para luego darle un besito de amor en la herida que le quitaría el dolor mágicamente.

El pequeño niño sintió el dolor golpearlo, y las lágrimas humedecer sus ojitos, cuando estaba por llorar escuchó a su padre reírse de él — Sabía que no eras más que un crío llorón, eres una deshonra igual que el mestizo de Kakaroto— fue lo que molesto decía su padre.

Desde que nació y conoció los dulces y amorosos ojos de su madre, sabía que ella sería el soporte vital de amor que necesitaba, siempre había sido así en el poco tiempo de vida que llevaba.

Por el contrario, la obscura y penetrante mirada de su progenitor nunca le daba muestras de aprobación ni de cariño, pero Trunks lo admiraba.

Su padre era fuerte y todos le obedecían y podía cuidar de su mamá y de él. Y sabía que su padre solo buscaba que él fuera fuerte también, en el fondo deseaba desesperadamente poder demostrarle a su papá que podía ser digno de su cariño.

Vegeta se volteó, dándole la espalda al niño, iba rumbo a los controles de la cámara para apagar la gravedad —¡Bah! Solo estoy perdiendo mi tiempo— fue su ácido comentario.

El pequeño niño como pudo se tragó el nudo en la garganta, se paró tambaleando y evitó que las lágrimas salieran de sus ojitos azules — ¡No papá! — Retó el pequeño, Vegeta se detuvo y volteó a verlo con curiosidad — ¿No qué, mocoso?

El pequeño semisaiyan sabía que esa era su oportunidad de demostrar que sí podía. Así que le dió la mas fiera y retadora mirada a su padre antes de decirle:

— Tunks puede papá.

Mientras avanzaba a paso firme evitando que la gravedad lo venciera, corrió y cayó de bruces otra vez, golpeándose rudamente, ni se inmutó.

Se levantó de nuevo y siguió caminando hasta casi correr, interponiéndose entre su padre y el tablero de control de la cámara, extendió sus manitas regordetas bloqueando así el camino, para mostrarle a su padre que no dejaría que apagara la cámara de gravedad.

—Tunks puede papá — fue el reclamo enojado del pequeño niño, mientras su padre orgulloso sonreía y lo miraba aprobatoriamente..."

Su corazón se aceleró al recordarlo. Ese condenado niño era igual de testarudo que él. Suspiró y decidió no desesperarse.

«Si Trunks pudo entonces Chard debe de poder... solo necesita un poco más de tiempo, es más pequeño que Trunks... Sí, solo es eso, pero los próximos días podrá ponerse al mismo nivel.»

No quiso prestarle más atención a ese hecho y decidió que solo necesitaba más tiempo para que su otro hijo fuera mejorando...

¡Argh! Nunca me había sentido tan frustrado, ¿Qué me está pasando? mi mente está distraída lo cuál me enfurece, soy un guerrero de clase alta no una sabandija y en todo el maldito día no he podido concentrarme, el problema es esa maldita mujer que me acecha, sus endemoniados ojos azules se cuelan en mi mente y no me dejan entrenar.

—Tsk—

Decidí parar mi entrenamiento, y buscar a Kale, es una excelente guerrera, por ratos me exaspera que no entrene con más ahínco ¡No soporto la mediocridad! Espero pronto corregir eso. Lo más importante ahora es hablar con ella para manejar juntos las futuras relaciones con otros planetas.

Estábamos por llegar al Planeta Vok, un planeta que me interesa bastante, de acuerdo con la evaluación hecha por Nappa ese planeta es muy vasto en recursos minerales que sin duda nos permitirán avanzar más rápido en la flota de naves individuales que necesitamos hacer.

Sabía que era un pueblo minero, bastante desarrollado, tenían buenas defensas para resguardar su planeta, pero no eran adversarios para los saiyajin, yo lo sabía y ellos también.

Mi vista se paseó por el cuerpo bien formado de Kale, realmente es una saiyajin hermosa, trae puesto el traje de la realeza saiyajin que Suzuke había hecho para ella. Yo también llevo el mío, con la capa roja, analizándolo el mío es de mucho mejor calidad, ¡Claro fue hecho por la terrícola!

¡Argh!,¡Maldita sea! Ahí está de nuevo, colándose en mi mente sin mi permiso... me quedé mirando al vació. Por más que quiero no puedo evitar pensar en ella ¿Qué estará haciendo ahora?

«Seguramente estará muy enojada maldiciéndome...»

—¡Ah!— Suspiré, este será largo viaje si no logro mantener a raya mis pensamientos acerca de ella. Me forcé en posar mi mirada sobre Kale, obligando a mi mente a encausarse en ella. Quién sólo me lanzó una sonrisa cómplice

—¿Acaso te gusta lo que ves? — Me decía mientras contoneándose se acercaba a mí y me abrazaba sugerentemente. Sonreí al sentirla pegarse a mí, presionando sus bastante bien formados pechos sobre el mío.

Realmente tiene un excelente cuerpo, y ahora que no tengo a esa humana intoxicándome sería un buen momento para volver a tomarla, al final es mi derecho, ella es mi consorte.

Acerqué mi nariz a su cuello aspirando su seductor aroma. Haciéndole justicia, es la mejor compañera saiyajin que pude escoger. Tan pegada a mi como se encuentra puedo aspirar su apetecible olor.

Delicioso...

Y sin embargo, algo sucedía dentro de mí que no me permitía perderme en la sensual esencia de mi consorte, no presté atención a esa incomodidad que comenzaba a instalarse en mí y forcé a mi instinto.

«Príncipe...»

Escuché como un eco fantasmal aquella sensual y delicada voz que me acecha. Cerré los ojos tratando de bloquearla solo para hallarme de frente con aquella mirada oceánica, como si de un embrujo se tratara. De pronto el aroma seductor de la terrícola golpeó fuertemente en mí.

Aunque ella no estuviera a mi lado, su maldito olor se incrustó en mi cuerpo y en mi mente, haciéndome sentir perdido.

De pronto un deseo desesperado se apoderó de mi ser, quitándome la voluntad, pues ahora solo tenía la necesidad extrema de volver a inhalar esa sensual esencia y sentir dentro de mis brazos a la mujer... no a esa condenada hechicera que dejé atrás...

No era el momento de pensar en ella, maldita bruja inoportuna. Abracé con fuerza a Kale quien sonrojada y sonriente correspondía mi abrazo. Decidí hacer lo necesario para quitarme al fantasma de la humana de mi cabeza, y desesperado la besé.

Intenté perderme en esos labios, en el sabor de esa boca sensual, pero por más que quise dejarme llevar por el embrujo del exquisito olor de la saiyajin que tenía ahora entre mis brazos, fue en vano.

Gruñí con frustración, preferí no tentar la suerte, apenas íbamos a llegar al primer planeta y no quería tener tan pronto pesadillas con ella...

Aún con Kale abrazándolo muy sugerentemente y sentada sobre sus piernas, empezaron a analizar las estrategias:

—Volk tiene las minas de Litio más grande de este sector de la galaxia. Pueden abastecernos para la fuente de poder auto renovable que necesitamos, en cuanto lleguemos con tan sólo vernos aceptarán cualquier trato... — decía un Vegeta pagado de sí mismo.

— ¿Trato? — Lo miró la hermosa mujer con desdén — los saiyajines tomamos lo que necesitamos— fue su simple respuesta, mientras su hermosa mirada chocolate se alzaba soberbia.

— Son sabandijas Kale, no necesitamos la fuerza bruta, ya nos temen — fue la simple respuesta del príncipe. Estaba asombrado y decepcionado, Kale no estaba teniendo una muy brillante estrategia.

«Eso hasta la humana escandalosa lo sabía...»

Sin quererlo parte de la influencia de la científica se había permeado en él, recordó una de sus tantas citas nocturnas en Psícora:

"... Habían dejado al crío dormido, ese día les había costado, pues por más que Vegeta entrenó con él, simplemente parecía que Trunks tenía más energía de la habitual. Después de un entrenamiento extenuante, por fin el pequeño semisaiyan se durmió.

Sin darle tiempo a pensar cargo a Bulma y salieron volando hasta llegar a un valle llenó de flores de colores fluorescentes, mientras ella le daba besos en el cuello juguetonamente.

—Si tu sueño fuera ser la emperatriz del universo y solo quedaran unos pocos humanos con vida y tuvieran la fuerza de un saiyajin, ¿cómo harías para lograrlo? — Fue la simple pregunta del príncipe.

Bulma estaba sorprendida y feliz, por lo general él no hacía ese tipo de preguntas, pero viendo el excelente humor de su saiyan decidió seguirle el juego.

— Si dispongo de pocos guerreros para pelear, lo mejor sería comenzar una negociación diplomática príncipe, les daría dos opciones se unen por las buenas y me aceptan como su líder supremo o son exterminados.

— No te veo exterminando planetas humana— Le miró divertido y escéptico a su estrategia.

Un brillo juguetón se posó en ella, mientras traviesa se acercaba al pecho del varón y comenzaba a darle besos suaves y cálidos por el cuello al hombre, haciéndolo ronronear por el calor que poco a poco se encendía en él.

Esos labios suaves y carnosos siguieron subiendo sus besos hasta llegar a la oreja del príncipe que comenzó a mordisquear mientras en forma seductora lo miraba con esos diamantes azules que refulgían al decirle suavemente al oído:

— Tienes razón príncipe jamás podría exterminarlos, pero ellos no lo saben y si ya me temen y conocen mi fuerza, siempre puedo dejar la amenaza implícita, el temor jugara en su contra y vendrán a negociar bajo mis términos para no ser eliminados...

—¿Humana embaucadora los engañarías? — fue lo que el saiyan dijo antes de perderse en esos carnosos labios rojos, mientras sus sentidos se dejaban llevar por el delicioso sabor de esa boca, las manos del hombre se afianzaban en esa delicada cintura y su cola comenzaba a acariciar esas cremosas y blancas piernas debajo del delgado vestido que ella llevaba puesto.

—No sería yo quien los embauque príncipe, el miedo de ser eliminados jugaría a mi favor y los haría correr a aceptar el trato que les haya ofrecido— Decía Bulma con la voz entrecortada debido a las varoniles manos que comenzaban a recorrer su blanca piel debajo de la blusa y que poco a poco comenzaba a subir con caricias suaves, reclamando la belleza de ese delicado cuerpo femenino.

La mirada del saiyan era una mezcla de deseo y de respeto, en ese momento de haber sido las cosas diferentes se habría replanteado todo lo que estaba haciendo y la habría tomado ahí mismo, reclamándola de acuerdo a sus leyes.

En el fondo estaba más que complacido con la astucia de la mujer, definitivamente tenía una habilidad mental impresionante, y se lamentó nuevamente que no fuera saiyajin..."

Una molestia se removió en su pecho al recordarlo, suspiró frustrado, ese no era el momento de pensar en ella. Decidió ayudar a su consorte a entender la estrategia planteada:

—Somos muy pocos para pelear, si los sometemos por la fuerza necesitaremos dejar un saiyajin a cargo de cada sector de planetas que queramos adicionar a nuestro imperio. Les dejaremos creer que tienen opción y solos correrán a nuestras manos, al ofrecerles el trato que nos beneficia a nosotros.

Kale lo miró con atención, en la mente de la saiyajin un pacto no venía, eran los seres más fuertes no necesitaban hacer acuerdos, si ellos querían algo deberían tomarlo. Con solo estar ante su presencia les impondrían.

—Vegeta no necesitamos caerles bien, podemos tomar lo que queramos somos saiyajines, no hay nadie que se compare con nosotros— Por un momento el saiyajin se exasperó.

«¿Tan difícil era entender la estrategia?»

—Ya está decidido Kale iremos y cerraremos el pacto, el tratado ya está hecho, ellos solo necesitan firmarlo, no es necesario recordar algo que ya saben.

Kale no estaba feliz con eso, ellos eran saiyajines deberían demostrar quienes eran, miró al príncipe con asco, se supone que él era el ser más sanguinario, pero al parecer pasar tiempo con la zorra humana estaba afectando su cerebro.

«Cuando lleguemos voy a demostrarles quien es Kale, futura reina del nuevo imperio saiyajin...»

No discutió más y decidió dejar que el príncipe pensara que todo sería de acuerdo con sus planes.

Llegaron al planeta Vok, una comitiva encabezada por el rey del lugar ya los esperaba. No fue difícil llegar a un acuerdo, puesto que el rey desde que recibió la misiva enviada semanas atrás por parte de los saiyajines había estado de acuerdo en aliarse con ellos.

El rey de ese planeta sabía que no tenían oportunidad, conocían la raza Saiyajin y sabían de la brutalidad con la que podía manejarse el príncipe de esa raza. Prefería no despertar su ira.

Tan pronto se sentaron a la mesa a comer Vegeta notó el carácter bélico de Kale, pensó que simplemente tal vez él estaba exagerando y decidió no prestar atención, sin embargo, pasado un tiempo la molestia crecía en él.

La futura reina estaba dejando que desear. Pues a pesar de todo ellos no eran ningunos salvajes, fue criado en la realeza y estaba acostumbrado a manejar los estándares de ésta. Por muy hermosa y poderosa que fuera Kale, se notaba claramente la falta de modales nobles en ella. Nuevamente su mente le jugó en contra:

«Seguramente la terrícola hubiera hecho un mejor trabajo...»

Prefirió no dejar que su mente divagara en ella. Pues a pesar de la forma tan déspota de comportarse de Kale las cosas salieron de acuerdo con lo indicado por el príncipe saiyajin. Estaba claro que quién daba la última decisión era él y eso mantuvo las cosas como debían ser.

Vegeta estaba furioso, al regresar a la nave a pesar de lo relativamente sencillo de todo un regusto amargo se instaló en su boca, pues el rudo desempeño de la futura reina casi tira por la borda la diplomacia y poca paciencia del príncipe.

Se encontraban ahora descansando en la nave, Vegeta había preferido rechazar la hospitalidad del rey, no quería quedarse dentro del castillo de ese lugar. Prefería hacerlo en su propia nave.

—¿Vas a seguir molesto?— decía la saiyajin mientras se sentaba en las piernas del varón, el rostro serio del príncipe le decía que no estaba para soportarla en esos momentos, aún así ella se arriesgaría.

—Teníamos un maldito plan acordado Kale ¡No necesitamos demostrar nada! Somos los más fuertes, no son más que sabandijas, insectos sin poder real, no necesitamos perder el tiempo en ellos.

—Las cosas salieron como debía ¿No? — fue todo lo que ella dijo mientras su cola le daba caricias al hombre y se enrollaba en la de él.

A pesar de lo molesto que estaba, habían logrado que los acuerdos fluyeran, por lo que suspiró resignado y decidió seguir con el plan que tenían.

—¿Cuántos días nos quedaremos príncipe?- decía seductora Kale mientras colocaba sus brazos alrededor del cuello del guerrero, debía reconocer que el hombre era bastante atractivo y su esencia varonil la excitaba, hizo la pregunta al oído de él, casi ronroneando.

Y a pesar de lo mucho que comenzaba a gustarle el olor del hombre había un rastro sutil de otra esencia en él que le revolvía el estómago, pues sabía a quien le pertenecía, a la mujerzuela esa que trajo consigo. ¡La odiaba!

—Solo estaremos aquí unos cuantos días Kale, necesitamos revisar las mejores minas para acordar los envíos de una vez y no perder más tiempo.

Ella intentó darle un beso, pero tan pronto lo empezó fue separada en forma gentil pero firme por parte de él —Ahora no. Debo revisar todo para que partamos en unos cuantos días más rumbo a Trizus — Fue todo lo que el saiyan dijo antes de quitarse a la saiyajin de encima y salir rápidamente de ahí.

Tan pronto cómo pudieron se pusieron en marcha al nuevo destino. Cuando de pronto, el príncipe recibió una comunicación de Nappa que cambiaría la actual situación de sus planes.

Cuando Vegeta visitó por primera vez el planeta base, antes de regresar a la tierra, asignó a Nappa la misión de buscar en los planetas de los 5 sistemas solares próximos a ese sector.

Sabía que su padre en su momento había enviado a su hermano menor a uno de esos planetas y si había logrado sobrevivir podría adherirse a la mermada comunidad de saiyajines que existían.

Por eso cuando Nappa le informó que había logrado encontrar uno de los planetas del sistema solar 00-SS1 que hacía coincidencias con el tipo de planeta al que fue enviado su hermano menor, el planeta Tech tech, y ver que no era demasiado lejos de la posición actual de la nave en la que iba el príncipe, decidieron que él directamente acudiría.

La nave nodriza permanecería en la periferia de ese sistema solar y él en una nave de dos plazas aterrizaría en ese planeta.

La ansiedad embargó a Vegeta, tenía una batalla interna:

«¿Hago lo correcto? Mi padre mandó a Tarble a ese planeta por su bajo y vergonzoso nivel de pelea. ¿Debo buscarlo?»

Dejó de hacerse esas preguntas. El planeta Vegita ya no existía más y aunque el saiyajin menor tuviera un poder de pelea cuestionable, si seguía con vida querría decir que terminó con éxito su misión y merecía poder vivir con los de su raza.

No quedaba más familia para él y sus hijos eran unos críos que difícilmente podrían apoyarlo. Necesitaba más personas de confianza aparte de Nappa para realizar las misiones

«Bueno Tarble veamos de que material estás hecho y si mereces pertenecer a la realeza saiyajin»

Fue su último pensamiento antes de abordar la nave que lo llevaría al planeta.

Cuando aterrizó en el planeta una comitiva ya lo estaba esperando apenas descendió de la pequeña nave.

Le sorprendió que junto a la comitiva estaba un saiyajin de aspecto muy parecido al mismo Vegeta, aunque más delgado, tenía la misma penetrante mirada.

—Hola Tarble— dijo Vegeta mostrando todos sus dientes en una sonrisa macabra, acabando con el silencio y haciendo más palpable el tenso ambiente que se sentía por su llegada.

El líder de los Tech Tech era un ser bonachón y bondadoso, en algún tiempo esa raza fue denominada como bélica, el hermano del actual rey no estuvo de acuerdo en la forma amable en que el rey manejaba las cosas, lo que derivó en un golpe de estado y en una posterior guerra civil, ganada por el rey, pues a su ejército se sumó el más joven de los príncipes saiyajin, acabando con todos los desertores.

Si bien es cierto que el poder de pelea de Tarble no se comparaba ni al de Radditz, para los enfrentamientos dentro del planeta Tech tech fue más que suficiente.

—Bienvenido hermano— Fue la forma en que Tarble lo recibió haciendo una profunda reverencia en señal de respeto y reconocimiento a su hermano mayor y futuro rey.

Vegeta estaba intrigado y a pesar de que todo su ser le dictaba acabar con la vergüenza de hermano que tenía, quién no fue capaz de purgar ni un planeta entero, quería saber que había hecho de su vida y entender porque no había completado su misión con éxito.

Fue el rey de ese lugar quien le informó a Vegeta de la rebelión que acabó con la mitad de la población de su raza y que prácticamente quien ganó la batalla fue Tarble.

«Vaya, vaya... Sin duda es una vergüenza su nivel de ki pero es inteligente, tiene el nivel más alto en jerarquía, lado al lado con el rey de este lugar, además hubiera sido estúpido quedarse solo en esta porquería de planeta...»

—¿Sabes porqué he venido cierto?— fue la forma en que comenzó la conversación con su hermano menor. El saiyajin más joven solo asintió con la cabeza.

—¿A dónde está la base y cuando nos iremos? —conciso como cualquier saiyajin.

Conforme con ver que Tarble ya estaba más que preparado a seguirlo Vegeta solo respondió, —ahora de ser posible— Sin cambiar el adusto gesto Tarble asintió y se paró para seguir a su hermano.

Se quedaron un par de horas más pues el rey les ofreció un gran banquete en su honor antes de marcharse y prometió a Vegeta con miras de buena voluntad su apoyo incondicional. No existía ningún planeta que no conociera a la raza saiyajin que no haría eso para evitar estar en su radar.

Durante el viaje en la nave de dos plazas, Vegeta aprovechó y puso al tanto a su hermano menor con respecto a la situación actual que tenían en la base y con los saiyajines.

Nunca se conocieron, solo vio a Tarble por breves instantes antes de ser enviado en esa nave que lo desterró de su planeta por su bajo nivel de pelea y sin embargo algo en su pecho se reconfortó al saber que tenía más familia, que no estaba solo. Sobre todo porque ese sentimiento había estado molestándolo desde que vio irse el brillo en la mirada azul, fue ahí donde un sentimiento de soledad y vacío se instaló en él, y había comenzado a extenderse.

Tarble estaba expectante, como todo saiyajin no mostraría ningún tipo de sentimiento, a pesar de la intriga y la duda que todo le generaba.

Conocía a su hermano, la nave donde viajó al planeta Tech Tech desde su planeta natal manejaba un sofisticado sistema que le permitió aprender desde muy pequeño no solo la lengua saiyajin, sino las lenguas más importantes que se hablaban en el universo y todo lo que tenía que ver con la historia de su raza, sus costumbres y todo lo relacionado con su hermano, comportamiento y gustos, al menos durante la infancia de este.

Además, conocía por lo que se contaba de su fuerza y crueldad, al menos mientras estuvo en el ejército de Freezer. Tenía perfectamente claro que era el responsable de haber erradicado centenares de razas del universo. Un digno descendiente del rey de los saiyajines.

Al llegar a la nave nodriza Vegeta hizo las presentaciones:

—Tarble ella es Kale, mi consorte y tu futura reina—Ella sonrió al conocer al hermano de Vegeta, aunque por momentos a Tarble le pareció que la sonrisa era forzada, decidió creer que solo eran ideas suyas.

Presentó a Tooma quien había llegado con el pequeño saiyan de la mano. Y por último a su hijo:

— Este es Chard, mi heredero— un dejo de orgullo se escuchaba en la voz del príncipe mayor.

Tarble vio con alegría y respeto a su recién descubierto sobrino, quien miraba receloso a su tío.

Por un momento el saiyan sintió su fuerza de voluntad dejarlo al sentir que su lengua traicionera quería hablar de aquellos dos a quienes había dejado físicamente atrás pero que comenzaban a acecharlo entre los recovecos de su mente.

Le costó cada onza de su voluntad obligarse a morderse la lengua, a su debido momento le haría saber a Tarble sobre ellos.

A pesar de haber sido desterrado, Tarble no tenía nada contra su hermano, ni siquiera contra su padre. Solo siguieron el protocolo de acuerdo con su raza, pues él aceptaba que su nivel de pelea era una vergüenza para su familia.

Su hermano lo había buscado a pesar de eso, era un enorme honor. Así que debería buscar la forma de estar a la altura de lo que Vegeta esperaba de él.

«Haré que no te arrepientas de buscarme hermano...»

Con la confianza y expectativas en alto, decidió seguir a su hermano en esa aventura, estaba ansioso por conocer al resto de los saiyajines y la nueva vida que le deparaba como príncipe saiyajin...

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Bueno ahora que Vegeta dejó a Bulma en el planeta hemos visto un poco de lo que pasa con él y descubrimos que un nuevo Saiyajin que se une a la mermada población que existe... Interesante, veamos qué pasa con Tarble dentro de la historia

¿Que les pareció el capítulo? Me gustaría saber sus opiniones

Rápidamente contesto sus mensajes:

Belén.b189: Yo también los extrañé mucho y me hace feliz saber que les gusta mi trabajo, y si los caps anteriores se que fueron horribles, interesante lo que comentas habría que ver si logra tener Bulma algún aliado que la ayude :O

Airyisabel: Oh ya vendrá el tiempo de ver quien es quien ahora que Vegeta tomó su decisión, seguramente Bulma no se quedará de brazos cruzados.

A.r tendo: Si!!! Estupido y sensual Saiyajin esta vez se pasó y mucho :(, qué opinas de lo qué pasó este cap?? Al parecer tiene demasiadas expectativas de su familia Saiyajin no?

Calay: Siii merece que lo golpeen donde más le duela!!

XXlalalulu: totalmente de acuerdo muajajajajaja

Beccamarins: Amo los análisis qué haces son maravillosos!!! Esas teorías son bastante interesantes ¿eh? Algo pudiera ocurrir ;) y coincido contigo el príncipe se vio tan cínico y pagado de sí mismo pero bueno... el tiempo de cosechar lo que sembró está llegando ;) intentaré mantenerme con actualizaciones semanales :D

Invitado: Totalmente de acuerdo aunque doliera lo mejor fue como lo hizo Bulma, habrás que ver ahora que va a pasar, esto es una bomba de tiempo :O